La cultura como factor de innovación socio-económica en el medio rural: el caso del clúster de artesanía artística de La Città Europea dei Mestieri d’Arte (CITEMA)
Culture as a factor of socio-economic innovation in rural areas: the case of the artistic craftwork cluster of La Città Europea dei Mestieri d’Arte (CITEMA)
La cultura como factor de innovación socio-económica en el medio rural: el caso del clúster de artesanía artística de La Città Europea dei Mestieri d’Arte (CITEMA)
Ager. Revista de Estudios sobre Despoblación y Desarrollo Rural, núm. 20, pp. 73-103, 2016
Centro de Estudios sobre la Despoblación y Desarrollo de Áreas Rurales
Recepción: 10 Marzo 2015
Aprobación: 15 Septiembre 2015
Financiamiento
Fuente: Ministerio de Economía y Competitividad
Descripción del financiamiento: Esta investigación ha recibido financiación del Ministerio de Economía y Competitividad (Plan Nacional de I+D+i 2008-2011, proyecto CSO2012-39373-C04-3).
Resumen: Las actividades culturales y creativas constituyen un factor de creciente relevancia para el desarrollo de los territorios. La competitividad en tiempos de globalización requiere de políticas públicas que impulsen la innovación social y económica. Este fenómeno posiciona a la cultura y a la creatividad en el centro de las estrategias de desarrollo regional y local. Las organizaciones y los agentes culturales se desvelan así como promotores de la innovación de primer orden. El mundo rural no es ajeno a esta dinámica, si bien cuenta con sus propias especificidades. El emprendimiento cultural en relación con un clúster de artesanía artística en el Valle de Chiana (Toscana, Italia) nos sirve para ilustrar y analizar estas y otras cuestiones. Para ello, recurrimos a los principales resultados generados por el proyecto: la promoción del sector artesanal y de la movilidad artística, la proyección internacional del territorio, la sensibilización y dinamización social y la mejora de la coordinación institucional a través del establecimiento de acciones en red.
Palabras clave: clúster, artesanía, innovación social, emprendimiento cultural, desarrollo local.
Abstract: Cultural and creative activities are an increasingly important factor for the development of territories. In times of globalization, competitiveness requires public policies that promote social and economic innovation. This phenomenon places culture and creativity at the center of strategies for regional and local development. Organizations and cultural agents become promoters of innovation. The rural world is no stranger to this dynamic, although it has its own specifics. Cultural entrepreneurship in relation to a cluster of artistic craftwork in the Chiana Valley (Tuscany, Italy) is used for illustrating and discussing these and other issues. For that, we turn to the main results generated by this project: promoting the craftwork sector and artistic mobility, international projection of the territory, awareness and social revitalization, and improvement of institutional coordination through the establishment of network actions.
Keywords: Cluster, craftwork, social innovation, cultural entrepreneurship, local development.
Introducción
En el marco del European Union’s MedProgramm (InterregIV BMed) y con el apoyo del European Regional Development Fund (ERDF) y el Instrument for PreAccession Assistance (IPA), durante el periodo comprendido entre mayo de 2009 y abril de 2012 se desarrolló el proyecto “Sostenuto, pensando en la cultura como factor de innovación económica y social” [1] . El principal objetivo de este proyecto era reforzar la competitividad y la capacidad de innovación económica y social del sector de la cultura en el espacio Mediterráneo (en adelante, espacio MED). Para ello, se acometieron diversas experiencias innovadoras de carácter piloto en materia de organización y gestión cultural (incubadoras, clúster artesanal, sistemas locales de intercambio no monetario y diseño de estrategias de gobernanza territorial del patrimonio histórico-artístico), se definieron las condiciones para su transferencia y se promovieron actividades de difusión en el espacio MED. En la figura 1 se muestra el ámbito de actuación de Sostenuto.
Durante el tiempo de vigencia del proyecto Sostenuto se estableció una estrecha relación de colaboración entre el grupo de investigación ECONCULT (grupo de investigación de Economía de la Cultura de la Universitat de València) y CITEMA. Esta circunstancia posibilitó la participación de ECONCULT en el proceso de plantificación del proyecto cultural de La Città Europea dei Mestieri d’Arte (en adelante, CITEMA), el seguimiento in situ del mismo y la implicación directa en el desarrollo de determinadas acciones.
En este trabajo se identifican y analizan las principales vías a través de las cuales las actividades culturales y creativas, en general, y la actividad artesanal, en particular, constituyen un factor de competitividad, desarrollo e innovación en el medio rural. Con tal finalidad, y dentro del ámbito de actuación del proyecto Sostenuto, se describe el caso de estudio de CITEMA y los efectos del proyecto sobre el Valle de Chiana (Toscana). La experiencia que se analiza en este trabajo se fundamenta en el diagnóstico territorial estratégico realizado conjuntamente por ECONCULT y CITEMA a partir del análisis de las entrevistas personales realizadas a representantes de las principales instituciones y grupos implicados (asociación de artesanos, ARTEX, Centro de empleo, grupos diversos de activistas de comercio justo, producción ecológica, etc.).
En el siguiente apartado se presentan algunas referencias clave para contextualizar y analizar el valor del proyecto cultural de CITEMA para el desarrollo rural en el Valle de Chiana.
Creatividad de base cultural para la innovación y el desarrollo territorial en tiempos de competitividad global
Si bien la estructura simbólica de una comunidad siempre ha tenido un papel relevante en la conformación del espacio socioeconómico, esta influencia se viene reforzando en las dos últimas décadas dentro de las políticas de desarrollo regional de la Unión Europea. En el Libro Verde “Liberar el Potencial de las Industrias Culturales y Creativas”, publicado por la Comisión Europea en 2010, se indica que las Industrias Culturales y Creativas contribuyen a reforzar las economías locales en declive así como a la aparición de nuevas actividades productivas, creando nuevos empleos sostenibles y reforzando el atractivo de las regiones y municipios. Todos estos aspectos resultan de singular interés para las economías rurales, tal y como más adelante se pondrá de manifiesto. Las actividades culturales y creativas se adaptan a los objetivos de “crecimiento económico duradero acompañado por una mejora cuantitativa y cualitativa del empleo” de la Agenda de Lisboa para la Competitividad y el Empleo.
Desde principios del siglo XXI se desarrolla un esfuerzo creciente por aportar datos cuantitativos que delimiten la dimensión económica de las actividades culturales y creativas en Europa. Uno de ellos ha demostrado que el sector de las industrias culturales y creativas representan el 2.6% del PIB de la Unión Europea, genera más de 5 millones de empleos y es uno de los sectores más dinámicos con altos índices de crecimiento ( KEA, 2006 ).
El análisis de los mecanismos de financiación de la Unión Europea refleja la creciente centralidad que para el desarrollo regional tienen las actividades y recursos culturales. Los Fondos Estructurales de la Unión Europea son, tras la Política Agraria Común, el mayor bloque de financiación comunitario. La evolución de dichos fondos ( Centre of Strategy and Evaluation Servicies y ERICarts, 2010 ) ilustra el cambio de rol de la cultura frente al desarrollo territorial que venimos señalando. De un predominio del objetivo presupuestario “contribución de la cultura al turismo” durante el periodo 2000-2006, se pasa en el siguiente periodo (2007-2014) a una ampliación de objetivos, incorporándose como prioridades:
• Mejorar el atractivo de los Estados miembros, regiones y municipios.
• Promover la innovación, el emprendimiento y el desarrollo de la economía del conocimiento.
• Crear más y mejores empleos.
Estas directrices de la Unión Europea destacan también la relevancia de la interacción entre los recursos naturales y culturales, siendo el patrimonio cultural de sumo interés para el desarrollo de las áreas rurales, especialmente a través del turismo.
Paralelamente, este fenómeno tampoco es específico del mundo europeo y occidental, sino que se trata de un discurso que ha calado en diferentes espacios geográficos. La Organización de Estados Iberoamericanos recoge en su Carta Cultural Iberoamericana (2006) el valor estratégico que tiene la cultura en la economía y su contribución fundamental al desarrollo económico, social y sustentable de la región; y el Foro Mundial de Ciudades y Gobiernos Locales Unidos en su Agenda 21 de la Cultura ( UCLG, 2004 ) enfatiza que aunque no hay que percibir a los bienes y servicios culturales meramente como mercancías, es necesario destacar la importancia de la cultura como factor de generación de riqueza y desarrollo económico.
Entrando a considerar cómo la cultura impulsa procesos de crecimiento y desarrollo económico, encontramos el papel protagonista de la creatividad y la innovación. Según recogen Rausell-Koster y Abeledo-Sanchis (2012) , la creatividad cultural afecta también a otros espacios de producción cognitiva, influyendo sobre la innovación científica, tecnológica, económica y social, tal y como refleja la figura 2 .
Históricamente, la producción de innovaciones se caracteriza por evolucionar desde un modelo tradicional de producción individual y aislada en origen (caracterizado por la figura del emprendedor ideada por Schumpeter en 1934) a otro más reciente de producción social, de base territorial y en serie (Yproductions, 2008a); donde el capital social, [2] la combinación de formas diversas de conocimiento como el tácito y el explícito ( Nonaka y Takeuchi, 1995 ), la integración de lenguajes y disciplinas (técnicas, artísticas, científicas, tecnológicas) y la creatividad de base cultural ( KEA, 2009 ) juegan un papel transcendental, tal y como comprobaremos a continuación en nuestro caso de estudio.
Esta dinámica de diversificación e hibridación de las fuentes de producción de innovaciones ha sido reconocida por el propio Manual de Oslo en su 3ª Edición ( OCDE, 2005 ), el cual destaca su creciente protagonismo en el marco del nuevo paradigma económico ( Drucker, 1993 ) de la Sociedad del Conocimiento. No se trata tanto de que la innovación no haya tenido un componente colectivo a lo largo de la historia, como de que las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación han revolucionado su protagonismo en el modelo emergente de producción y consumo de innovaciones. Esta relevancia se hace evidente en el auge de la innovación no tecnológica vinculada al sector servicios, así como la progresiva diversificación e interacción entre las tipologías de innovación: Innovación Escondida ( NESTA, 2007 ), Innovación Guiada por los Consumidores ( Georghiou, 2007 ) o Innovación Social ( Mulgan, Ali, Halkett y Sanders, 2007 ). La novedad conceptual en la readaptación de la Figura 2 es que la creatividad cultural afecta también a los procesos de innovación que, como simples mecanismos de acumulación de capital humano, capital social y capital relacional ( Sacco y Segre, 2007 ), constituyen en sí mismos procesos de desarrollo económico y social.
De este modo, la cultura –entendida como producción social de significados y considerada desde una perspectiva económica como relación de producción y consumo de actividades culturales y artísticas– crea circuitos y relaciones que se dan en los territorios y favorecen la innovación. Costa (2008) llama la atención sobre la relación entre la aglomeración territorial de actividades culturales y “los mecanismos que están detrás de las dinámicas innovadoras en esas áreas, con particular enfoque en la cuestión de la creatividad.” Las diversas actividades impulsadas por CITEMA se enmarcan plenamente en esta cuestión y nos sirven para ilustrar el papel protagonista de los emprendedores y mediadores culturales en el desarrollo socio-económico de los territorios rurales, a través de su incidencia sobre el universo simbólico de la comunidad y su protagonismo en la promoción de diversos tipos de innovaciones.
En definitiva, favorecer la vitalidad cultural de los territorios significa hacerlos propicios para el desarrollo de la economía creativa, entendida esta como todo el espacio de intercambio de experiencias culturales de una comunidad.
Desarrollo rural, cultura, artesanía y patrimonio
A continuación abordamos las cuestiones planteadas en el apartado anterior desde la consideración específica de la realidad cultural en el ámbito rural. Cuestiones como la precariedad de condiciones del sector y el valor del voluntariado cultural, el interés de potenciar la interacción entre patrimonio cultural y natural, la relación de complementariedad entre el trabajo artesanal y otras actividades productivas o el valor de la identidad territorial y la memoria colectiva en las dinámicas de desarrollo rural presentan singular relevancia.
Resulta imprescindible considerar el déficit habitual que presenta el mundo rural ( Woods y McDonagh, 2011 ), tanto en términos de masa crítica de población (envejecimiento, despoblación) como en elementos clave que afectan al capital social (brecha tecnológica y alfabetización digital, carencia de servicios públicos e infraestructuras). Por ello tienen tanto interés las dinámicas de innovación en este contexto, ya sea la creación de nuevos servicios, métodos de trabajo o formas de organización. La innovación constituye un método privilegiado para revitalizar y/o desarrollar las zonas rurales, siempre que se adapte a sus particulares condiciones socio-económicas, por lo que la experimentación resulta imprescindible para la correcta transferencia de buenas prácticas ajenas.
De acuerdo con Varbanova (2009) , la naturaleza de las actividades artísticas en el medio rural se ven influidas de manera específica por tres factores: (i) la interacción entre el patrimonio cultural y natural; (ii) la identidad y la memoria colectiva; y (iii) las prácticas de arte contemporáneo. Por su parte, Duxbury y Campbell (2011) señalan cómo la literatura científica existente al respecto se centra en tres cuestiones en particular: (i) la naturaleza específica que tienen dichas actividades artísticas y culturales en contextos rurales; (ii) la importancia de la organización de festivales; y (iii) los impactos generados sobre la economía local a través del turismo. Más allá de estos aspectos concretos, autores como Brotman (2007) señalan la relevancia que las actividades artísticas y culturales tienen para el desarrollo de dinámicas de cooperación y trabajo en red, incrementando la capacitación de la comunidad rural y facilitando la transformación social necesaria a partir de trabajar aspectos como son la identidad y la memoria colectiva. En este marco, el acceso a la banda ancha de Internet resulta un elemento imprescindible si se quiere atraer nuevos residentes y negocios ( Duxbury y Campbell, 2011 ). Este aspecto resulta de especial interés por la relevancia que tiene la atracción de emprendedores culturales y profesionales creativos sobre las dinámicas de innovación socio-económica en los territorios, tan decisivos en escenarios de competitividad globalizada ( Rausell-Koster y Abeledo-Sanchis, 2012 ). En otro orden de cosas, los principales retos existentes en el mundo rural se derivan de los limitados recursos disponibles (humanos, técnicos, económicos, infraestructuras, etc.) para el desarrollo de las prácticas artísticas y las actividades culturales y creativas. En este sentido, el voluntariado cultural es el rasgo más destacado de dichas actuaciones y de donde deriva su principal debilidad, dada la precariedad de las condiciones en las que se trabaja ( Overton, 2009 ).
Considerando más concretamente el trabajo artesanal como objeto de nuestro estudio, este es una actividad productiva que destaca por su contribución a la preservación del acervo cultural y a la riqueza etnológica. En consonancia con lo que ocurre con otras actividades culturales y creativas, en donde el análisis de su función de producción nos muestra múltiples conexiones con la producción de innovaciones, la artesanía artística presenta diversas características que conectan de manera directa con los procesos de innovación (Bourdieu, 2001; Sennet, 2008 ; Rausell-Koster y Abeledo-Sanchis, 2012 ). Entre ellas podemos destacar: el diseño y producción de objetos originales y de fuerte contenido simbólico y estético, la excelencia y la calidad como criterios de evaluación del producto, la identidad histórica de los oficios, la conexión con los recursos naturales y culturales del territorio y arraigo local del oficio, el prestigio de la actividad y el capital de relaciones sociales que de este se deriva, los conocimientos especializados de los artesanos y de su forma de trabajo artesanal (valor de la creatividad y del trabajo manual y original, importancia del trabajo autónomo y el emprendimiento, estilos de vida asociados a la actividad profesional, etc.).
Según destaca el informe “El Sector Artesano Español en las Fuentes Estadísticas y Documentales”, elaborado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España en el año 2009 , el sector artesano tiene una importancia para el desarrollo rural que va más allá de su mera aportación a la economía como sector productivo fundamentalmente por tres razones.
En primer lugar, en la artesanía se recogen las tradiciones que constituyen la esencia de la identidad cultural del territorio en que se desarrolla. Presenta, pues, una función de preservación y puesta en valor del patrimonio etnológico y cultural. En segundo lugar, es en los municipios rurales pequeños donde la actividad artesanal constituye una actividad manufacturera fácilmente compatible con las actividades agrícolas y ganaderas. Además, esta actividad genera sinergias con otras actividades como el turismo ( UNESCO, 2009 ). Por último, y a pesar de que en el actual contexto económico –caracterizado por el cambio tecnológico y la creciente globalización los de mercados– la consideración del sector artesano como actividad generadora de empleo ha perdido importancia, ésta sigue siendo una fuente significativa de ocupación. Países como Alemania e Italia presentan cifras especialmente significativas ( cuadro 1 ).

No nos detendremos a considerar las diversas realidades nacionales que se esconden detrás de estas cifras, ya que no es el objeto de nuestro estudio, si bien si podemos destacar cómo las mismas señalan la posibilidad de promover estratégicamente un sector artesano viable y competitivo en la Europa del siglo XXI ( Osservatorio Regionale Dell Artigianato, 2003 ). Superar las diversas limitaciones a las que, con carácter general, se enfrenta el sector (falta de visibilidad, deficiente regulación de perfiles profesionales, carencias formativas, apoyo institucional, estrategias comercializadoras y redes de distribución, etc.) y desatar las potencialidades y oportunidades de las actividades artesanales es un reto viable. Dada su trascendencia para el futuro del mundo rural, merece la pena tratar de poner en valor aspectos como la calidad, diversidad y originalidad de la producción artesanal, el valor añadido de su diseño y los conocimientos especializados de los trabajadores artesanales.
Para finalizar este apartado, presentamos algunos datos estadísticos significativos ( Osservatorio Regionale Toscano Sull Artigianato, 2014 ) con el objeto de caracterizar la dimensión económica de las actividades artesanales y mostrar su relevancia para la región de la Toscana. A 30 de junio de 2014, las empresas artesanales en Toscana son aproximadamente 110.000, lo que supone el 26,7% del total de las registradas en las Cámaras de Comercio de la Región. A partir de esta cifra total, podemos señalar que el 40% de las empresas artesanales operan en la construcción, el 29% en la industria manufacturera, el 7% participando en actividades comerciales y turísticas (alojamiento y comidas), el 6% ofrece servicios a empresas y el 5% se dedican al transporte
La facturación de las empresas artesanales de la Toscana se vincula a la propia región en un 87% de sus ventas. Tan solo el 13,3% de la facturación total se destina a mercados fuera de la región, un tercio de los cuales están representados por los mercados extranjeros (4%) Esto da buena muestra del margen existente para el desarrollo de estrategias de internacionalización. En este sentido, la actividad artesanal manufacturera es la que presenta una perspectiva internacional más destacada: joyería (22,4%), cuero y piel (16,4%), el procesamiento de minerales no metálicos (vidrio, cerámica y piedra (15,9%) y artesanía artística y tradicional (13,4%).
El clúster de artesanía artística de CITEMA
Seguidamente se introducen algunas de las principales características que presenta CITEMA como iniciativa de emprendizaje cultural ( Rowan, 2010 ) que promueve la innovación y el desarrollo en el medio rural. Asimismo, se tratan los principios metodológicos que van a sustentar la planificación de sus actuaciones.
CITEMA [3] es una asociación cultural y patrimonial sin ánimo de lucro constituida en 2006 con objeto de establecer un centro europeo de residencias artísticas, promoción de la movilidad cultural y punto de exposición y encuentro profesional. La iniciativa tiene su origen en el proyecto académico presentado por Maïté Mazel para la obtención del título de Máster en Gestión Cultural Europea en la Universidad de Sorbonne Nouvelle (Paris). CITEMA es un claro ejemplo de emprendimiento cultural y presenta los rasgos característicos de este tipo de iniciativas: (i) misión empresarial con marcados objetivos sociales, (ii) fuerte presencia del trabajo voluntario, (iii) modelo organizativo flexible organizativo y cooperación con otros agentes a través de redes abiertas, (iv) elevada movilidad laboral e intensa proyección internacional, (v) liderazgo carismático, aplicación de las nuevas tecnologías, (vi) actividad fuertemente vinculada a particulares valores y estilos de vida, etc. Muchas de estas características se encuentran estrechamente vinculadas con el mayor potencial de innovación que caracteriza a las organizaciones culturales frente a otro tipo de actividades productivas ( Rausell-Koster y Abeledo-Sanchis, 2012 ).
Con el objeto de generar un espacio de recursos para el desarrollo sectorial y territorial, CITEMA diseña y pone en marcha en 2009 su proyecto de clúster de artesanía artística en el Valle del Chiana (Toscana, Italia). En sintonía con lo apuntado en el primer aparado, esta iniciativa es financiada a través de los fondos europeos de desarrollo regional (FEDER) en el marco del proyecto Sostenuto (2009-2012)[4] , el cual daba soporte a distintas actividades culturales de carácter piloto como motor de innovación social y económica en diversos países del Mediterráneo. El proyecto piloto impulsado por CITEMA promueve la creación de un clúster de artesanía artística para los municipios del Valle de Chiana. A partir de un diagnóstico territorial previo, se analiza el potencial de la actividad artístico-artesanal para el fomento del desarrollo rural del Valle de Chiana, iniciándose un proceso estratégico de movilización de recursos, diseño de acciones de naturaleza diversa y coordinación de los principales agentes implicados a partir de su organización en red.
El ámbito territorial de actuación del clúster de Artesanía Artística se encuentra delimitado por el Valle de Chiana (Italia), que integra doce municipios: Cetona, Sarteano, Città della Pieve, Montepulciano, Chianciano, San Casciano, Torrita di Siena, Chiusi, Trequanda, Pasciano, Pienza y Sinalunga. Diez de ellos pertenecen a la región de Toscana y dos a la de Umbría. De acuerdo con Cavalieri (1999) , estos municipios se caracterizan por su carácter rural y por procesos de despoblación y envejecimiento, si bien nuevos residentes son atraídos por la combinación de calidad y tradición del territorio. Por otra parte, la calidad de las infraestructuras de la zona está por debajo de la media, por lo que su desarrollo constituye una prioridad de actuación regional (mayor en la región de Toscana que en la de Umbría). Con la finalidad de contextualizar territorialmente el proyecto, en el cuadro 2 se muestra el análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas y Oportunidades) de las áreas rurales de la Toscana elaborado por la OCDE (2005) .
A partir del diagnóstico territorial se desarrollaron las propuestas de actuación que detallaremos en el siguiente apartado. Cabe señalar cómo la metodología de trabajo recoge las bases teóricas del clúster, que puede definirse como la concentración de empresas, agentes e instituciones interconectadas en un sector productivo en particular para favorecer su competitividad ( Becattini, 1979 ; Becattini y Rullani, 1993 ; Porter, 1990 ).
La teoría económica que analiza el fenómeno de la aglomeración geográfica de las actividades productivas comienza a ser aplicada en el ámbito de la cultura a partir de la década de los noventa del siglo XX. La metodología de análisis de clústeres culturales y creativos estudia el nivel de concentración territorial y el tipo de especialización de dichas actividades. La importancia de este tipo de investigación radica en cómo la concentración favorece la generación de innovación y nuevo conocimiento, impactando y diseminando resultados y experiencias sobre la sociedad y la economía del territorio. ¿De qué manera la creatividad del sector es transferida al resto de actividades del territorio? Si bien los procesos son cada vez más complejos y abiertos, la metodología de investigación distingue principalmente cinco líneas de análisis:
2. La visibilidad e identificación de las actividades productivas culturales y creativas en el territorio.
3. La naturaleza específica de dichas actividades culturales.
4. El impacto que generan sobre el resto de sectores productivos.
5. La forma en que se integran en el conjunto del sistema de innovación local.
En relación con la primera cuestión, el análisis de los mecanismos de aparición de los clústeres culturales, el punto crucial en este tema es indagar sobre los mecanismos de concentración de empresas culturales y creativas y su contribución a los procesos globales de innovación en el territorio. ¿Por qué las industrias creativas se aglomeran en determinados territorios y cómo influye esta cuestión en relación con la artesanía artística en el Valle de Chiana? Boix et al. (2011) responden que los factores de concentración de industrias creativas son de naturaleza múltiple: fuerte presencia de patrimonio histórico y cultural, tal y como comprobaremos a continuación en el caso de la Toscana; el propio efecto de la aglomeración económica; el papel del capital humano y la teoría de la clase creativa de Florida (2009) . Este último punto ilustra el rol protagonista desempeñado por la dirección de CITEMA en el diseño y puesta en marcha de la iniciativa.
La segunda línea metodológica de investigación pone de manifiesto la existencia de una importante falta de visibilización de los clústeres culturales y creativos dentro del contexto europeo. A esto se añaden las particulares carencias de visibilidad y articulación que padece el subsector de la artesanía. Esta problemática de visibilidad y reconocimiento es común a los profesionales de la artesanía en toda la región de la Toscana ( Zanni, 2009 ). La falta de visibilidad social e institucional, sumada a los problemas de definición legal del sector, la diversidad de actividades que aglutina, la reducida dimensión empresarial y las carencias de vertebración sectorial, limitan sobremanera la capacidad de negociación de sector ( Calamandrei, 2009 ), repercutiendo sobre el respaldo institucional a través de ayuda económica y políticas públicas específicas. Esta situación plantea un importante riesgo de fragmentación del sector debido a la ausencia de un eje aglutinador (el asociacionismo) y una estrategia común de actuación.
En la tercera línea, referida a la naturaleza de las actividades, se aborda el análisis de las características específicas de los clústeres culturales y creativos frente a los de otras actividades productivas. La literatura existente señala que la concentración de industrias culturales es diferente a la de otros sectores ( Chapain, Cooke, De Propis, MacNeill y Mateos-Garcia, 2010 ; De Propis, Chapain, Cooke, MacNeill y Mateos-Garcia, 2009 ; Bakhshi, McVittiie y Simmie, 2008 ). Las Industrias Culturales y Creativas (ICCs) tienden a concentrarse más que cualquier otro sector industrial ( Boix et al., 2011 ). En un territorio pueden estar presentes diversos tipos de industrias creativas, existiendo correlación en la presencia de unas y otras. A su vez, también existen clústeres según las fases de la cadena de valor de la creatividad. En el caso del Valle de Chiana, la actividad artesanal se manifiesta en todos y cada uno de los municipios de la zona y se encuentra estrechamente vinculada con la tradición histórica, la identidad del territorio y el patrimonio cultural del Valle de Chiana. La proyección internacional y el imaginario de la región de la Toscana se asocian a su valor paisajístico y a la calidad de su producción agroalimentaria y artesanal. Además, la diversidad de especializaciones artesanales es muy elevada, abarcando materiales como la cerámica, joyería, hierro o papel ( OECD, 2005 ). La relevancia de la artesanía artística se manifiesta en una mayor presencia de empresas en la Toscana frente al resto de regiones italianas y un papel más destacado de la producción artística frente a otro tipo de artesanías ( Calamandrei, 2009 ). Por otra parte, siguiendo a Sennet (2008) podemos destacar la importancia de los conocimientos especializados de los artesanos, la naturaleza vocacional de su actividad, el valor añadido del producto artesanal en términos de diseño, creatividad y originalidad o la naturaleza manual y no industrial del proceso de fabricación. La artesanía comprende la “cultura material” y el “conocimiento tácito” como bienes de “capital social”: conocimiento y habilidades que se acumulan y se transmiten a través de la interacción con la comunidad local.
La cuarta línea metodológica se orienta a las relaciones de las industrias culturales y creativas con el resto de sectores productivos. Las investigaciones desarrolladas por De Propis et al. (2009) sostienen que las actividades culturales destacan por sus intensas relaciones comerciales con otros sectores. La investigación input-output revela que las industrias más innovadoras de la economía son las que más intercambios tienen con el sector creativo. La correlación entre la presencia geográfica del sector creativo y otros sectores desvela que existe una colocación entre empresas creativas y empresas innovadoras tales “como manufactura de alta tecnología y empresas de servicios de uso intensivo de conocimiento” ( De Propis et al., 2009 ). ¿Cómo influye esta cuestión sobre el artesanado artístico y la estrategia de CITEMA? Ya hemos señalado más arriba cómo la artesanía constituye una actividad manufacturera de especial interés en los municipios rurales pequeños tanto por su compatibilidad con las actividades agrarias como por su papel promotor de la diversificación productiva. En este sentido interesa destacar cuestiones diversas como sus sinergias con otros sectores (moda, diseño, turismo rural); su impacto sobre la revalorización del patrimonio cultural; la recuperación de la identidad local o la creación potencial de empleos a través de la recuperación de oficios y el relevo generacional en los mismos.
Finalmente, y por lo que respecta a la quinta línea de investigación, debe tenerse presente que, como señalan Asheim y Coenen (2005) , los procesos de innovación de las empresas están fuertemente marcados por sus bases de conocimiento específico ( Laestadius, 1998 ; Asheim y Gertler, 2005 ); conocimiento que es incorporado a nivel nacional debido a la especialización sectorial y a las instituciones y organizaciones políticas y culturales ( Asheim y Coenen, 2005 ). Así pues, y en relación con nuestro caso de estudio, la pregunta que cabe plantearse es: ¿cómo contribuye el sector creativo, en general, y la artesanía, en particular, a la innovación? En este punto, la clave se encuentra en su integración en las redes de conocimiento e innovación local. Este enfoque ( Potts, 2007 y 2009 ; Boix et al., 2011 ; Kimpeler y Georgieff, 2009 ) señala que el crecimiento económico de un territorio depende de la presencia de instituciones, como universidades o centros de innovación, cuyo funcionamiento sistemático produce innovación. Como ya hemos señalado anteriormente, la innovación se caracteriza en la actualidad por procesos más abiertos y complejos, que se nutren de ideas y conocimientos bien diversos. En palabras de Potts (2007) :
El enfoque estándar de los sistemas de innovación se centra sólo en las tecnologías físicas y en las consideraciones tipo ingeniería sobre lo que son las tecnologías. Notablemente, esto excluye el tipo de conocimientos estudiado por las artes y las humanidades junto con el conjunto de industrias conocidas bajo la rúbrica de industrias creativas.
Tal y como veremos a continuación, esta cuestión se traslada a las actuaciones desarrolladas a través de la integración en el clúster de socios como: (i) institutos tecnológicos (Centro per l Artigianato Artístico e Tradizionales della Toscana /ARTEX); (ii) sindicatos sectoriales (Confederazione Nazionale del Artigianato, Confartigianato); (iii) centros regionales de empleo (Sfinge, Cefoart); o (iv) redes internacionales de centros culturales (Réseau Européen des Centres Culturels de Rencontre / ACCR-Europe). Destaca en este punto el fuerte arraigo histórico y la estrecha vinculación de la actividad artesanal con el Valle de Chiana, arraigo que favorece la resistencia local frente a dinámicas globales socio-económicas desfavorables como la actual crisis.
Las líneas metodológicas a las que nos hemos referido se trasladan de la teoría a la práctica a través de los objetivos de actuación de CITEMA. El primer gran objetivo persigue incrementar el dinamismo territorial a través de la articulación y desarrollo de redes de cooperación, multinivel y transversal, entre los artesanos locales y los diversos agentes territoriales implicados en el desarrollo del Valle de Chiana: población local, diferentes niveles de la administración pública, escuelas, organizaciones de la sociedad civil, etc. Las actividades del Clúster en relación con la mediación, coordinación y comunicación con la comunidad local resultan de especial interés, ya que promocionan dinámicas de innovación a través del desarrollo de redes abiertas de cooperación entre los diversos agentes implicados, tal y como a continuación detallamos. Este aspecto resulta de especial relevancia dado el ya señalado riesgo de fragmentación del sector, la ausencia de un eje aglutinador (el asociacionismo) y una estrategia común de actuación.
Un segundo objetivo estratégico es dar mayor visibilidad y desarrollo a los mercados, tanto a nivel regional como europeo. Para ello la movilidad artística se identifica como un elemento clave que se desarrolla a través de diversas iniciativas: programas de residencias artísticas, difusión internacional y celebración de ferias, promoción y asesoramiento a los artesanos sobre convocatorias de interés, etc.
El tercer objetivo del clúster de Artesanía Artística persigue mejorar las oportunidades de mercado y optimizar las potencialidades de los profesionales de la artesanía artística en materia de calidad y diseño de producto. Esto plantea un reto decisivo ante la competencia creciente: globalización de los mercados, producción industrializada, aparición de ferias pseudo-artesanales, importaciones de países con bajos costes de producción. El aprendizaje en buenas prácticas a través de la participación en redes transnacionales o la celebración de encuentros profesionales se inscriben en esta línea.
Actuaciones, resultados e impactos generados por CITEMA
En el cuadro 3 se sintetiza las principales líneas de actuación del clúster del Artesanado Artístico y los beneficiarios e implicados en sus acciones.

La metodología de trabajo y las funciones estratégicas desarrolladas por el clúster presentan notables coincidencias con las del programa europeo de desarrollo rural LEADER. Recordemos cómo la filosofía de actuación de este programa se concibe como un “proceso de revitalización equilibrado y autosostenible del medio rural, basado en su potencia económico, social y medioambiental, mediante medidas con base territorial por parte de organizaciones participativas” ( Ministerio de Medio Ambiente, 2012 ). Asimismo, las claves de actuación del clúster de Cerámica Artística también muestran similitudes con las prioridades de actuación de la metodología LEADER: (i) la relevancia otorgada al enfoque territorial; (ii) la dinamización de sus agentes sociales e institucionales a través de prácticas artísticas y culturales; (iii) el papel de los emprendedores culturales en la activación de estos procesos; y (iv) la coordinación a través de redes caracterizadas por su naturaleza transversal (agentes sociales, económicos, culturales, institucionales) y multinivel (integración de agentes locales, regionales, nacionales e internacionales).
A continuación se presentan los principales resultados generados por el clúster de CITEMA durante los últimos cinco años (2009-2014), el papel del clúster como espacio de intercambio de experiencias y su impacto sobre la vitalidad cultural y la gobernanza del territorio. Para ello se estructuran las actuaciones en cuatro grandes ámbitos de actuación: la internacionalización de los profesionales, la visibilización de su actividad, la sensibilización social y la coordinación institucional.
Antes de pasar a comentar cada uno de estos ámbitos, conviene tener presente la geografía administrativa que abarca el proyecto, ya que Italia es un Estado fuertemente descentralizado ( Pérez, 1998 ; García-Escudero, 2005;Abeledo-Sanchis, 2014 ). Esto conlleva una mayor complejidad a la hora de coordinar actuaciones que implican la participación de diferentes regiones, además de un mayor valor de las actividades de coordinación. En este sentido, la Mancomunidad del Valle de Chiana, la principal administración de referencia en el territorio para CITEMA, se encuentra en fase de constitución, por lo que no está plenamente operativa y las acciones del clúster cobran mayor trascendencia ante la ausencia de la administración pública.
Participación en redes sectoriales europeas: fomento de la internacionalización del sector
La promoción de la movilidad artística, su conexión con las dinámicas de desarrollo territorial, la mejora de la capacitación de los artesanos y el acceso a mecanismos de financiación a través de fondos europeos son tres aspectos a destacar en este primer ámbito de actuación.
Desde su fundación, CITEMA es miembro de ACCR (Association des Centres Culturels de Rencontre [5] ), una red europea de centros culturales caracterizados por su elevado patrimonial con sede en París y cuyo objetivo es el intercambio cultural entre territorios con elevado valor patrimonial. ACCR integra 43 centros culturales distribuidos por 12 países. En torno a 25 artesanos del territorio reciben un servicio integral de asesoramiento sobre residencias artísticas, facilitando la identificación de convocatorias, la preparación de propuestas, el acceso a las ayudas, etc.
A través de la movilidad artística, CITEMA promueve la proyección dela imagen y los valores de la Toscana en otros países (branding territorial). Otro hecho destacable es el impacto sobre las dinámicas de innovación territorial, dado el aprendizaje en buenas prácticas y la transferencia de conocimiento que hace posible la participación en redes y la colaboración con centros culturales de otros países (Francia, Alemania, España, Inglaterra, etc.) ( Abeledo-Sanchis, 2010 ). Los beneficiarios directos durante los tres años de proyecto Sostenuto (2009-2012) incluyeron un grupo de 24 profesionales, con residencias artísticas en Francia, Túnez e Italia. El impacto de este servicio es fácilmente extensible a otros profesionales del territorio a través del aprendizaje por imitación y la transferencia de buenas prácticas ya a escala local.
Por otra parte, debemos señalar el valor añadido extra que supone la integración en redes y proyectos transnacionales, ya que constituye un requisito necesario para el acceso a los fondos europeos. De este modo, esta colaboración en red ha posibilitado la financiación de otras acciones innovadoras vinculadas a la formación y el aprendizaje permanente. Tales el caso de dos proyectos participados por CITEMA en el marco del Programa Grundtvig de la Unión Europea. El primero, “Social arts Culture” (2012-2013) se centraba en la integración de las actividades artísticas y el trabajo social, así como en la evaluación de los impactos socio-económicos de las iniciativas culturales, aspecto de singular importancia para la justificación de las actividades que nos ocupan [6] . El segundo proyecto, “Towards Enhancement of Resilienceby Rural Activities (TERRA)”, se centra en actividades de intercambio de prácticas de aprendizaje informal con el objeto de mejorar la capacidad de la población rural y hacerlos protagonistas de las dinámicas de transformación del territorio [7] .
Realización de ferias comerciales y encuentros profesionales: visibilización y capacitación profesional
El clúster también persigue la mejora de la capacitación de los profesionales del sector a través de acciones de información y formación diseñadas en colaboración con los actores institucionales responsables (Centros de empleo, ARTEX, ConfartigianatoAsociación Profesional de Artesanos de Italia, etc.).
La formación continua de los artesanos es un aspecto de crucial importancia, dados los problemas de ausencia de estándares de cualificación profesional y el carácter tradicional y local que caracteriza los procesos de aprendizaje en el sector. Los artesanos se encargan de manera autónoma de todas las actividades necesarias para el desarrollo del negocio. Estas obligaciones multitarea suponen un elevado coste de oportunidad para las pymes artesanales, presentando además una baja productividad por la falta de conocimientos en gestión empresarial. En este sentido, la informatización de esta gestión ha sido tradicionalmente muy baja y el sector presenta ciertos problemas de alfabetización digital, si bien en los últimos años las nuevas generaciones han incrementado el uso de las nuevas tecnologías, cuestión decisiva para la imprescindible innovación en formas de comercialización que requiere la modernización del sector.
El clúster de Artesanía Artística ha participado en diversas ferias comerciales para la promoción y difusión de la artesanía local potenciando la visibilización de sus profesionales. Entre estas destacan la celebración del Salón Terra Futura (http://www.terrafutura.it/), la participación en el Salón Internacional de la Artesanía en Florencia y la firma de acuerdos internacionales como la “Carta Europea sobre la Artesanía Artística” [8] . También puede destacarse la publicación de catálogos como “La Lingue delle Mani”, que incluía tanto producción de los artesanos del clúster de CITEMA como vinculados a la red de ARTEX.
Especial atención merece la organización por parte de CITEMA del Seminario internacional “Artesanía Artística como Factor de Innovación Social y Económica”, celebrado en Florencia (6-7 de octubre de 2011). Este encuentro planteaba diversos talleres de trabajo para los profesionales del sector, centrados en cuestiones clave para el futuro de la artesanía como, por ejemplo, nuevas tendencias de consumo y revalorización de los productos artesanales, potencial de las nuevas tecnologías para la comercialización o necesidades formativas. Estos talleres se centraron en actividades y prácticas de éxito con el fin de validar modelos y herramientas de interés, poniendo de relieve perspectivas de trabajo comunes y facilitando la cooperación internacional entre los asistentes socios y las instituciones territoriales. A su vez, estos eventos han permitido la creación de grupos de trabajo con otras asociaciones del territorio para la educación y promoción de proyectos en temáticas de interés prioritario (agricultura ecológica, comercio justo y economía solidaria).
Otro evento profesional destacado fue la participación de CITEMA y de un grupo de cinco artesanos seleccionados en el seminario internacional “Ready To Change” celebrado en Ljubljana (Eslovenia). Durante tres días (9-11 diciembre 2011) más de doscientos agentes culturales de toda Europa debatieron y elaboraron un manifiesto sobre el posicionamiento del sector cultural frente al nuevo paradigma de cultura y desarrollo [9] .
Por último, otras iniciativas formativas incluyeron, durante tres años consecutivos (2010-2012), la participación de un grupo de nueve artesanos locales seleccionados en los Encuentros profesionales “Potlatch” organizados por AMI (Marsella), líder del proyecto Sostenuto. Se trataba de seminarios especializados de carácter monográfico (Circuitos de proximidad, Sostenibilidad y Cultura y Cooperación y movilidad artística) de tres días de duración. Además se seleccionó otro grupo de artesanos para la participación en el viaje de estudios profesionales (Bussiness Trip) organizado por otro socio de Sostenuto (RCE) a Bruselas, cuyo objetivo era dar a conocer las instituciones europeas y los mecanismos de financiación existentes en este ámbito para proyectos de cultura y desarrollo.
Realización de eventos orientados a la sensibilización y movilización de la población local: educando en los valores de la artesanía
La dinamización como acción formativa es una de las características de este bloque de iniciativas, orientadas al desarrollo de capital cultural a través de actividades educativas, culturales, lúdicas y motivadoras. El objetivo es promover la cohesión social a través de la práctica de los valores de la artesanía. De este modo se fomenta el debate sobre la identidad territorial y la memoria histórica, se pone en valor el patrimonio, se promueve el sentido de pertenencia a la comunidad y valores y estilos de vida sostenibles. Se busca así la transformación social a partir de la educación en prácticas y valores, superando problemas como la apatía, la falta de participación, el envejecimiento de la población o la necesidad de recambio generacional
Estas actuaciones combinan arte y activismo, y conectan directamente con la definición de Phills Jr., Deiglmeier y Miller (2008) sobre la innovación social: una nueva solución a un problema social que es más efectiva, eficiente, sostenible o justa que las soluciones existentes cuyo valor le corresponde ante todo a la sociedad en su conjunto en lugar de a los individuos. Una innovación social puede ser un producto, un proceso productivo, o una tecnología (al igual que la innovación en general), pero también puede ser un principio, una idea, una regulación, un movimiento social, una intervención o alguna combinación de éstos.
En este sentido, destaca especialmente “Volta la Carta”, un evento celebrado en Cetona durante dos días 18 y 19 de junio de 2011. El objetivo era acercar a la población la práctica de la artesanía, participar de su experiencia, intercambiar e integrar conocimientos, redescubrir alternativas para el territorio y posibilidades de puesta en valor del patrimonio. Este evento integraba los campos de la economía, la cultura, social, la educación y el arte, fomentando el debate entre las asociaciones ciudadanas, consumidores y alumnos de las escuelas sobre alternativas de desarrollo local. El evento estuvo dedicado al redescubrimiento de la realidad rural, de sus conflictos actuales y sus oportunidades de futuro, posicionando al sector cultural local frente a la misma. Para ello el evento se organizaba en mesas redondas de debate sobre perspectivas y alternativas de desarrollo para la región, actividades educativas para los escolares.
El trabajo colaborativo es un rasgo destacado de este evento, ya que fue creado en coordinación con una gran diversidad de socios locales y la participación del resto de socios del proyecto Sostenuto. Metodológicamente se propone un enfoque lúdico en el tratamiento de los cambios y valores sociales que el clúster apoya y promueve, impulsando actuaciones conjuntas con otros colectivos como el SCEC (promotores de sistemas monetarios locales), GAS (grupo de comercio justo del Valle de Chiana) o del grupo de teatro social “Cantinonearte”. En este momento de profundos cambios y retos (seguridad alimentaria, producción sostenible, valorización de los recursos de proximidad, estilos de vida saludables, gestión responsable del patrimonio material e inmaterial), la apuesta decisiva es impulsar modelos alternativos de producción y consumo a través de la colaboración en red dela diversidad de activistas locales, repensando conjuntamente un futuro común para el espacio rural. Se trata de producir y consumir de manera diferente, promoviendo espacios de reflexión ciudadana y redescubriendo los valores del territorio.
De este modo, el clúster amplia y diversifica su red de colaboración a nuevas temáticas (agricultura ecológica, comercio justo, tiendas del centro histórico, servicios para personas mayores, jardín de infancia, educación alternativa, etc.) ampliando la red de agentes locales y nacionales con los que se coopera. La pluralidad de socios que participan en el evento refleja la voluntad de promover una participación diversa y enriquecer la visión del desarrollo local con iniciativas de interés común. También resulta de interés destacar la labor de mapeo y localización geográfica de las diversas iniciativas existentes en el territorio en relación con las temáticas artesanal, agrícola y ciudadana, lo que facilita la visibilización de las mismas, la mejora de su coordinación y su puesta en valor [10] .
Coordinación entre diversos municipios y niveles territoriales (regional, nacional y europeo): organización en red transversal y multinivel
La pluralidad y la diversidad de los agentes implicados en las dinámicas de desarrollo local reclama modos de integración en red que integren expectativas, intereses, preferencias y lenguajes no siempre fáciles de combinar ( Abeledo-Sanchis, 2010 ). Atender a la compleja naturaleza de los socios integrantes en esta red de acción, participación y reflexión, nos conduce a considerar una cuestión de sumo interés: los criterios de diseño organizativo del Clúster. Metodológicamente se trata de una aproximación multinivel, que incorpora la perspectiva territorial conectando lo global y lo local, y transversal, donde diversos ámbitos (economía, sociedad, territorio) entran en diálogo, posicionando a la práctica artesanal y sus agentes frente a la complejidad de los procesos de desarrollo, y sus conflictos, en un escenario globalizado. Entre las estructuras e instituciones participantes en el clúster encontramos los siguientes de interés:
• Distintos sindicatos sectoriales (CNA Confederazione Nazionale del Artigianato y Confartigianato). Estas estructuras se involucran en el proyecto a nivel local y regional y entre las acciones emprendidas encontramos reuniones informativas y de coordinación; colaboraciones en los eventos organizados y asistencia técnica para el diagnóstico territorial previo a la puesta en marcha del Clúster.
• Cámaras de Comercio y Centros de Empleo: Camera di Comercio di Siena (Cámara empresarial) y Centro per l’Impiego (centro de trabajo) Estos centros ofrecen cursos de capacitación y servicios de orientación ocupacional. Además, Sfinge y Cefoart, otros dos centros de formación, se encuentran especialmente orientados a los profesionales (formación ocupacional, formación continua) y a la formación para adultos (Aprendizaje Permanente).
• Institutos Tecnológicos: Artex (Firenze) es una estructura de la investigación y el desarrollo económico de los artesanos, ofertando la organización de eventos, exposiciones, ferias y otros servicios de I+D+I.
• Otro tipo de asociaciones no vinculadas directamente en el proyecto pero con participación ocasional han sido: SEMA (Sociedad de la Promoción des Métiers d’Art) en París; ACCR (Asociación de Centros de Culturels de Rencontre), Artes (Centro di Ricerca e di Consultazione per lo Sviluppo, Bolonia), el Centro Arti aplicada (Biella), Cantinonearte Teatro).
La propia red de socios del proyecto Sostenuto, ha facilitado recursos para el diseño y gestión de algunas de las principales actividades del proyecto. La consultora italiana sobre desarrollo local Zunino e Partner, la organización Relais Culture Europe y la Universidad de Valencia destacan especialmente por su apoyo y aportaciones en el marco teórico y metodológico, mientras que el resto de laboratorios (que abordaban cuestiones de igual interés como son la organización de viveros creativos, la realización de un proceso de planificación estratégica participativa en torno al patrimonio histórico o la puesta en marcha de sistemas locales de intercambio no monetario) han facilitado el intercambio de buenas prácticas y la mejora continua del Clúster.
Resulta complejo cuantificar los impactos de la dimensión cultural sobre el desarrollo dado su carácter diverso, intangible, emergente, con evidencias que se proyectan a medio plazo y externo al mercado ( Martinell, 2013 ). Pese a todo, y a partir de la descripción y organización de los servicios y funciones desarrollados por CITEMA en el territorio y su interacción con otros agentes y procesos locales de innovación, podemos plantear como hipótesis tentativa ( cuadro 3 ): la coordinación transversal ejercida sobre actores de diversa naturaleza (social, educativa, profesional, económica, ocupacional), su activismo social, movilizando e informando a la población y las escuelas, su función “internacionalizadora” a través de servicios diversos como las residencias artísticas, el diseño de proyectos europeos experimentales sobre temáticas de interés (resiliencia rural, evaluación de impactos sociales de la cultura) y la participación en redes y foros internacionales.
En los respectivos apartados se han detallado las actividades y los interlocutores institucionales y sociales con los que se ha interactuado; integrando la iniciativa de CITEMA con diversos procesos locales de innovación y desarrollo territorial. Entre los mismos podemos destacar por su especial vinculación con la innovación en el sector de la artesanía artística la colaboración con ARTEX, si bien también destacan en otro orden agentes e iniciativas locales conectadas a procesos de activismo social y educativo (Grupo de Comercio Justo –GAS–y colaboración con las escuelas infantiles).
Conclusiones
A partir de los resultados generados por el clúster de Artesanía Artística de Citema podemos identificar toda una serie de innovaciones impulsadas en el Valle de Chiana: (i) nuevos servicios para los artesanos (movilidad y residencias artísticas en el extranjero, formación y aprendizaje permanente, mejora de su visibilidad social e institucional y puesta en valor de sus conocimientos tradicionales, consultoría en proyectos europeos); (ii) nuevas actividades formativas y de sensibilización para las escuelas infantiles (talleres de educación artística); (iii) acciones de movilización para la comunidad local en general (celebración de eventos y ferias, actuaciones de dinamización, participación y debate social); (iv) innovación en modelos organizativos (mejora de la coordinación inter-institucional, promoción de acciones integradas, impulso a la transversalidad temática, soporte a procesos de aprendizaje colectivo, participación en redes internacionales); y (v) identificación de alternativas de desarrollo para el mundo rural y transferencia de buenas prácticas.
Todos estos elementos van dirigidos a activar, regenerar e incrementar el capital cultural ( Sacco y Segre, 2007 ) y social del territorio, impactando así sobre la capacidad de sus agentes para la resolución de problemas y la identificación de ventajas competitivas en un marco de desarrollo rural sostenible.
A lo largo de este artículo venimos señalando la idoneidad de integrar los modelos de desarrollo rural con el potencial de innovación de las actividades culturales. Comprender mejor la evolución de los espacios rurales requiere de la introducción en el análisis socio-económico de variables extraeconómicas como valores, comportamientos y aspectos culturales, en sintonía con lo suscrito por Persson y Westholm (1994) .
En este escenario se inscriben los servicios de dinamización, investigación y formación desarrollados por CITEMA, la identificación de nuevas audiencias con las que interactuar; el diseño de modelos de negocio alternativos; la creación de valor cultural o el impacto económico, por citar algunos ejemplos. Una de las funciones esenciales de la dinamización territorial consiste en ayudar a la población a descubrir iniciativas, valorar posibilidades y aprovechar oportunidades.
Históricamente, la justificación primigenia de las políticas culturales se sustentaba en el valor intrínseco de la cultura para maximizar nuestro bienestar. Dicho valor no se deriva de la máxima del “arte por el arte”, sino de la capacidad de afectarnos cognitiva, estética o espiritualmente y transformar nuestra dimensión social, ciudadana, económica o política, influyendo en nuestro sentido de pertenencia, de identidad y construyendo capital social. Esto es desarrollo en sentido de Sen (1999) , es decir, son los pasos que transcurren en el proceso en el que mejoramos el control individual y social de nuestro universo simbólico –la cultura– incrementando nuestras capacidades para identificar y elegir alternativas.
Es más, hoy ya sabemos ( Rausell-Koster y Abeledo-Sanchis, 2012 ) que la concentración de actividades culturales y creativas en un determinado territorio cambia la lógica y el funcionamiento de sus dinámicas económicas de forma más profunda y compleja de lo que habíamos supuesto hasta ahora, a través de la propensión a la innovación. El “campo cultural” exporta hacia el resto de los campos socioeconómicos un conjunto de valores que implican un replanteamiento ético y que encajan mejor con el concepto de desarrollo sostenible.
Hay que entender la creatividad como proceso participativo, promoviendo un papel activo de las comunidades en él. Se requiere cambiar la idea lineal del proceso cultural que se agota en el consumo identificando las capacidades creativas de los consumidores. De acuerdo con Greffe (2011) “activar la función de las artes” significa suscitar una cultura de proyectos mediante las prácticas artísticas desarrolladas por los habitantes de un territorio, entendiendo que también la creatividad se enmarca en un sistema de relaciones sociales y de poder.
Agradecimiento
Esta investigación ha recibido financiación del Ministerio de Economía y Competitividad (Plan Nacional de I+D+i 2008-2011, proyecto CSO2012-39373-C04-3).
Referencias
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