DEL REINO DE ESTE MUNDO
Recepción: 15 Abril 2020
Aprobación: 02 Julio 2020
RESUMEN: En el artículo se reflexiona, desde el contexto actual de Cuba, sobre la pertinencia de reconocer a las estrategias de desarrollo municipal como instrumento decisivo para gestionar el patrimonio cultural en el ámbito local. Esta visión del problema podría incentivar el desarrollo desde un enfoque multidimensional, disminuir impactos desfavorables, así como, crear y compartir políticas públicas, compromisos y responsabilidades de los actores locales y las comunidades con el patrimonio cultural. Para lograr lo anterior, se propone formular e implementar las estrategias desde un enfoque de sistema de gestión local integrada, que estimule la complementariedad de los procesos locales y permita la valorización y puesta en valor del patrimonio cultural como recurso endógeno que contribuye al desarrollo sostenible de los territorios.
PALABRAS CLAVE: Estrategias, patrimonio cultural, valorización, gestión local.
ABSTRACT: The article reflects, from the current context of Cuba, on the relevance of recognizing municipal development strategies as a decisive instrument to manage cultural heritage at the local level. This vision of the problem could encourage development from a multidimensional approach, reduce unfavorable impacts, as well as, create and share public policies, commitments and responsibilities of local actors and communities with cultural heritage. To achieve the above, it is proposed to formulate and implement the strategies from an integrated local management system approach, which stimulates the complementarity of local processes and allows the valuation and enhancement of cultural heritage as an endogenous resource that contributes to the sustainable development of the territories.
KEYWORDS: Strategies, cultural heritage, valorization, local management.
Introducción
El acercamiento a los modelos de desarrollo, que con mayor recurrencia se implementan en diversos países del mundo muestran la persistencia de fenómenos relacionados con la inequidad social y territorial, el incremento de las vulnerabilidades de las personas en situación de desventaja, la desigualdad económica y social, el deterioro del medioambiente, la baja capacidad de resiliencia en términos ambientales, y la pérdida de los valores autóctonos de los territorios y su población.
Estos son algunos de los aspectos a los cuales se enfrentan la mayoría de los países, especialmente aquellos que tienen como tendencia, inclinar la balanza hacia la implementación de políticas centradas en la obtención de indicadores económico-financieros, relegando la dimensión social, y con ello, el rol esencial de las personas en la búsqueda de bienestar y prosperidad.
El análisis de estos temas desde la dimensión territorial, sitúan a los ámbitos sub- nacionales y específicamente a los municipios y sus comunidades, ante el escenario más complejo. Allí donde las relaciones multinivel no son construidas desde un enfoque de complementariedad y cooperación, de descentralización y autonomía, que conduzca al diseño e implementación de políticas públicas locales en correspondencia con las características, potenciales y prioridades de estos territorios, difícilmente se podrá hacer frente a los continuos desafíos que los modelos de desarrollo imponen. Por tanto, se valida la necesidad de pasar de “mirar el entramado produc tivo y las empresas, …a la idea de que el territorio es la gente, su organización social y política, su cultura, su identi dad y sus elementos naturales, sus infraestructuras y sus recursos tecnológicos” [1].
En este contexto, caracterizado por la incorporación de la dimensión territorial como parte del desarrollo, a decir de Costamagna, existen distintos elementos que, han o están evolucionando [1]. Entre los elementos mencionados está: potenciar la esfera de la cultura y de lo social como elementos de integración y ejes del desarrollo humano. Las dinámicas sociales están marcadas por una cultura que en ocasiones no se lleva adelante, al intentarse cambios o producción de saberes al margen de la lógica territorial.
Sobre la relevancia de la dimensión cultural, la UNESCO planteó en el Informe Nuestra Diversidad Creativa de 1995, elaborado por la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo creada en 1992, “la cultura no es, pues, un instrumento del progreso material: es el fin y el objetivo del desarrollo, entendido en el sentido de la realización de la existencia humana en todas sus formas y en toda su plenitud” [2].
En Cuba, si bien se lleva a cabo un proceso económico- social que centra su atención en el bienestar integral de las personas, asumido desde una concepción donde se tienen en cuenta las múltiples dimensiones del desarrollo, dígase: los aspectos económicos, sociales, culturales, institucionales y ambientales, no obstante el país debe enfrentarse a múltiples desafíos. Al respecto, el cumplimiento de lo dispuesto en la nueva Constitución de la República de Cuba, promulgada en abril del 2019, se convierte tanto en un desafío como una oportunidad para consolidar la trascendencia de avanzar hacia un enfoque sostenible del desarrollo, donde los municipios y sus estrategias de desarrollo municipal (EDM) constituyen un eslabón clave. Son estas EDM, un instrumento derivado de la pertinencia de promover el desarrollo territorial a partir de procesos de planificación. Al decir de Harnecker y otros, “cuando una sociedad se propone planificar su desarrollo es porque considera que no puede dejar al azar o a las actuaciones del mercado el proceso para alcanzar las metas que se ha propuesto conseguir”. [3]
Este artículo tiene como referente principal los resultados parciales de la investigación doctoral “La Valorización del patrimonio cultural en el contexto de las Estrategias Desarrollo Municipal” la cual está dirigida a analizar y proponer aspectos metodológicos que contribuyan a generar la alineación y complementariedad entre las EDM y la gestión local del patrimonio cultural, mediante el proceso de valorización del patrimonio y su reconocimiento como recurso endógeno esencial, cuya puesta en valor, contribuye al desarrollo sostenible del municipio.
Desarrollo
¿Por qué abordar la gestión del patrimonio cultural en el contexto actual de las estrategias de desarrollo municipal?
El desarrollo municipal, interpretado también como desarrollo local o territorial en la bibliografía nacional e internacional, según sean las características y orígenes de los procesos, se asume en este trabajo desde un enfoque que permite gestionar mejor y hacer un uso más eficiente de los recursos de diversa índole que están en este ámbito territorial, sin excluir las necesarias relaciones multinivel. Tiene como meta principal avanzar en la prosperidad y el bienestar de la población, donde la multidimensionalidad e interdisciplinariedad son principios esenciales.
Lo anterior se fundamenta en definiciones de desarrollo local que han sido enunciadas en diferentes momentos. En tal sentido se comparten tres de estos conceptos, que se considera están en correspondencia con la lógica e ideas que en torno al desarrollo municipal, interesa posicionar en este artículo.
“...un proceso de transformación de la economía y la sociedad territorial orientado a superar las dificultades y exigencias del cambio estructural, la apertura y la globalización, con el fin de mejorar las condiciones de vida de la población local. Esta definición supone desarrollar un arduo proceso tendiente a promover un desarrollo local equilibrado, fomentar la profundización de la democracia en un sentido amplio y contribuir a una mayor igualdad social”. [4]
“… proceso orientado desde el municipio mediante acciones de transformación del territorio, de diferente naturaleza, articuladas a través de una estrategia previamente definida que tiene características propias que adapta políticas nacionales y provinciales, pues no se trata de procesos municipales absolutamente independientes sino de gestionar la movilización de las potencialidades locales conectadas con el desarrollo del país”. [5]
“… es una estrategia impulsada por un gobierno local (provincial o municipal), en colaboración con actores clave (afincados en el territorio y con incidencia en el mismo, ya sea como empresarios, municipalidades, centros de capacitación y asistencia técnica, universidades, programas nacionales de aplicación territorial, entidades financieras, asociaciones civiles, etc.), todo lo cual se concreta en una serie de líneas de actuación para aprovechar los recursos endógenos existentes o infrautilizados, así como las oportunidades derivadas de sus situación en el entorno económico general”. [6]
El municipio constituye el espacio donde se localizan y gestan los procesos y acciones, donde están contenidas las comunidades y barrios como componentes claves de la dinámica social y económica. Es allí donde conviven tanto el gobierno -o sea, las autoridades que tienen la responsabilidad de coordinar y gestionar el desarrollo del territorio-, los actores encargados de prestar los servicios públicos y de producir los bienes necesarios, como la población, merecedora y beneficiaria de todo lo que se debe hacer en términos de prosperidad.
La relevancia de los municipios y sus comunidades también ha sido resaltada por la UNESCO. Ejemplo fue la conmemoración del 40 aniversario de la Convención del Patrimonio Mundial, bajo la consigna "Patrimonio Mundial y Desarrollo Sostenible: el Papel de las Comunidades Locales". La misma tuvo el objetivo no sólo de reflexionar sobre la protección del patrimonio, sino también para identificar las acciones necesarias que pudieran conducir a garantizar que su uso, su promoción y mejora, así como su valor económico, social y cultural se aprovechen en beneficio de las comunidades locales y los visitantes. [7]
A su vez, en este ámbito espacial, que en la práctica de Cuba al igual que en otros contextos, se caracteriza por la coexistencia de áreas urbanas y rurales, “…las diversas manifestaciones del patrimonio cultural, son una fuente de oportunidades para procesos de desarrollo que fortalezcan las capacidades de los grupos sociales rurales y que expandan las libertades de las personas que integran las sociedades rurales de América Latina” [8]. (Figura 1) (Figura 2)
Los aspectos enunciados refuerzan la idea, y convierten a este ámbito territorial y todo lo que el mismo implica en términos de políticas, instrumentos, innovaciones, y tecnologías apropiadas, en un espacio ideal para gestar realmente un desarrollo territorial de forma sostenible, eficiente, y eficaz. Esto se robustece cuando existe un entendimiento de la valorización del patrimonio cultural como parte muy valiosa de cualquier estrategia territorial, que tenga como premisa el desarrollo multidimensional y sostenible a nivel territorial. A su vez, está en correspondencia con un enfoque de desarrollo que reconoce y coloca en el centro de sus análisis y gesta sus propuestas, desde la identidad cultural [8]. En ese mismo sentido, cuando Alburquerque aborda el desarrollo sostenible en América Latina, pone el énfasis en la valorización del medio cultural y el patrimonio cultural local como elementos fundamentales de diferenciación e identidad territorial. [9]
El contexto actual de Cuba se caracteriza, entre otros aspectos, por el reconocimiento de un mayor protagonismo del municipio, respaldado por la Constitución de la República de Cuba en sus artículos 168 y el 169. En los mismos se hace explícito el principio de la autonomía municipal y lo que ello implica, marcando una evolución importante del contexto hacia un modelo de desarrollo que promueve la autogestión local. A su vez, plantea una relación de nuevo tipo entre el municipio y la provincia, donde el gobierno provincial actuará como coordinador entre las estructuras centrales del Estado y los municipios. [10]
Sin embargo, los aspectos anteriores no son suficientes para lograr cambios a favor de una lógica de transformación de los territorios donde el municipio tenga protagonismo. Se requiere una mayor comprensión de la potencialidad que ofrece construir el desarrollo desde los municipios y la pertinencia de hacerlo a través de las EDM, interpretando el desarrollo en su concepción general como “…proceso integral, de equilibrio tanto en términos sociales como territoriales; como un proceso de concertación de actores, con fuerte articulación vertical y horizontal, pero pensado y gestionado «desde abajo», es decir, a partir del fortalecimiento y protagonismo de los actores locales”. [2]
En este sentido, tener como presupuesto una concepción de desarrollo sostenible que se haga efectiva a través de instrumentos de planificación estratégica territorial contribuirá al bienestar y prosperidad de la población como meta principal y constituye una alternativa válida, objetiva y pertinente. A su vez, si se incentiva un desarrollo local sostenible con una atención específica a su patrimonio cultural, buscando poner en prioridad estos temas, los impactos positivos se van a potenciar mejorando el actuar de los gobiernos locales ante los múltiples desafíos del contexto actual, a partir de su incidencia en la cohesión social, el bienestar, la creatividad y el atractivo económico. [11]
Es preciso, por tanto, asumir la incorporación de la gestión local del patrimonio cultural, como parte de un proceso de valorización que incluye la identificación, la asignación de valores y la puesta en valor del patrimonio como recurso que contribuye al desarrollo sostenible del municipio. Ello ha de realizarse en el contexto de las EDM, por cuanto las mismas constituyen un instrumento clave para lograr la puesta en valor del patrimonio cultural. Sin embargo, la naturaleza tangible e intangible necesita de conocimientos específicos que permitan su mejor aprovechamiento en el diseño e implementación de acciones de cambio. Por tanto, es necesario promover entornos de aprendizaje y la socialización del saber hacer en cuanto al manejo de tal recurso como base para el fortalecimiento de capacidades. [2]
La lógica de intencionar a las EDM como un instrumento esencial, se fundamenta en aspectos como los expuestos en la Guía metodológica para la elaboración de la Estrategia de Desarrollo Municipal, cuya construcción se inició en el 2013 por parte del Centro de Desarrollo Local y Comunitario y aprobada por el Ministerio de Economía y Planificación de Cuba en el 2019. En la misma se plantea que la EDM determina la ruta del desarrollo en el municipio por etapas, precisando la meta desde una decisión política” y considera “tanto actividades de interés supramunicipal como aquellas relacionadas con potenciales y capacidades internas que pueden responder directamente a demandas y expectativas de la población local.
No obstante, este instrumento no está exento de necesarias mejoras. En este sentido, actualmente las EDM están avocadas a un proceso de profundización y perfeccionamiento en su diseño y gestión, con vistas a alcanzar resultados e impactos positivos desde un enfoque de sostenibilidad donde la multidimensionalidad debe transversalizar todos los procesos.
En este momento son diversas las formas y actores encargados de gestionar el desarrollo en el ámbito municipal, los cuales no siempre están articulados en torno a una EDM que permita la definición de la visión y objetivos comunes del territorio, así como la toma de decisiones y la puesta en común de actores, recursos y acciones a nivel local. Este actuar en el municipio desde una lógica sectorial, de conjunto con otros factores, ha contribuido a reforzar obstáculos que atentan contra el avance de los procesos de desarrollo local. A su vez, en este modelo, referido a la gestión territorial, resulta imprescindible que la noción de desarrollo local logre conjugar el protagonismo del gobierno municipal con un ascenso ostensible de la participación ciudadana. [12]
En la búsqueda por encontrar un modelo de gestión local que permita implementar con eficacia, eficiencia y sostenibilidad las EDM, surge como propuesta para asumir los desafíos antes mencionados desde el Centro de Desarrollo Local (CEDEL), el Sistema de gestión local integrada (SGLI). Esta herramienta se define como un enfoque de trabajo que se sustenta en plataformas organizativas, continuas y dinámicas, donde se diseña e implementa la articulación de procesos que integran actividades, actores, intereses y recursos diversos a escala local, para llevar a cabo una adecuada implementación de la estrategia de desarrollo municipal, en una relación multidimensional del desarrollo que promueva la introducción de resultados de la ciencia, tecnologías apropiadas e innovación.
Este SGLI debe ser capaz de mejorar la gestión pública local a partir de la implementación de un modelo de gestión que garantice de forma sostenible, la adecuada ejecución de las líneas estratégicas, las políticas locales, y los programas y proyectos derivados de las EDM. Esto tiene como objetivos lograr la satisfacción y el bienestar de la población, y contribuir al perfeccionamiento del sistema de trabajo de los órganos e instancias municipales a partir de su alienación con las EDM, con énfasis en la determinación de las metas y los procesos de seguimiento y evaluación de la gestión pública municipal.
Para alcanzar este propósito será determinante comprender el diseño e implementación del SGLI desde la pertinencia de transversalizar enfoques claves para la ejecución adecuada de la EDM, los cuales están relacionados con el desarrollo multidimensional y multisectorial; la eficiencia y eficacia en el uso de los recursos, esfuerzos y tiempo; el pensar y gestionar el municipio desde la inclusión y la equidad social; la articulación entre las diversas escalas territoriales y de gobierno (nacional, regional, provincial y municipal); la generación de incentivos para el cumplimiento de las metas; la gestión para resultados; la facilitación del monitoreo, la evaluación y la rendición de cuenta de los procesos.
La conceptualización del SGLI parte del principio de gestionar desde un enfoque multidimensional. Se ha planteado como un modelo que incentiva a ponderar de manera similar los aspectos económicos, sociales, institucionales, ambientales y culturales. Precisamente sobre la dimensión cultural y su inserción de manera coherente en el proceso de gestión integrada de los municipios cubanos se insistirá posteriormente, a partir del convencimiento de que el ámbito municipal es por excelencia un entorno donde se fraguan las relaciones sociales y económicas; un contexto donde la cultura y otros rasgos locales no transferibles se han ido sedimentando y afirmando en el tiempo.
Esquema metodológico para incorporar la valorización local del patrimonio cultural como parte del sistema de gestión local integrado de las estrategias municipales
La determinación de aquellos aspectos que pueden ser determinantes para la construcción de una propuesta metodológica, enfocada a fomentar que la valorización local del patrimonio cultural forme parte de la gestión de las EDM, desde un enfoque lógico, integrado y de complementariedad, requiere definitivamente profundizar en la situación de partida. Esta puede tener aspectos comunes, como los que se enuncian a continuación, pero también debe incorporar las particularidades de cada territorio, que en definitiva harán de cada propuesta una experiencia única.
En tal sentido, las prácticas relacionadas con la valorización del patrimonio cultural tienen la tendencia de sobresalir en los sitios patrimoniales que ostentan alguna declaratoria mundial o nacional emitida por las instituciones encargadas del tema. Sin embargo, en aquellos municipios donde no existe este tipo de reconocimiento, el patrimonio cultural local puede quedar invisibilizado por diversos motivos y no desempeñar el rol como impulsor de su desarrollo sostenible. Con el objetivo de profundizar en la percepción que existe en el ámbito municipal sobre los elementos que inciden en este comportamiento se aplicó como parte de la investigación, una encuesta en nueve municipios localizados en las tres principales regiones del país: occidente, centro y oriente.
La encuesta indagó, entre otros aspectos, sobre las debilidades que existen para lograr posesionar un rol más efectivo del patrimonio cultural en la planificación y gestión local de municipios que contribuya al desarrollo sostenible del municipio. El estudio también se interesó en conocer las fortalezas que pueden ayudar a revertir una situación desfavorable y con ello convertir los desafíos en oportunidades. Los principales resultados se presentan seguidamente.
Características que poseen los municipios1 que formaron parte de la muestra:
No constituyen capitales provinciales.
La población no supera los 20 mil habitantes (exceptuando uno).
El 50% tiene un Índice de Desarrollo Territorial2 (IDT) medio y bajo.
Se localizan en regiones agropecuarias y productivas especializadas.
Están alejados de los núcleos estructurantes según el Esquema Nacional de Ordenamiento Territorial. [13]
Debilidades identificadas por los actores pertenecientes a entidades locales:
Pensamiento parcelado y estilos y métodos de trabajo no adecuados,
Falta de autonomía y descentralización de los procesos,
Poco uso de las potencialidades para la puesta en valor del patrimonio existente en el municipio,
Poca articulación de la variedad de proyectos socioculturales que se implementan,
Pocos estudios que ofrezcan una visión de la situación sobre el Patrimonio, su control y conservación así como la intervención de la comunidad,
Desconocimiento de las metodologías para el trabajo,
Insuficiente cultura de patrimonio en las personas, que afecta la identidad:
Fortalezas identificadas por los actores pertenecientes a entidades locales:
Políticas nacionales que incentivan la conservación y puesta en valor del patrimonio.
Normas legales que propician la conservación y la puesta en valor del patrimonio.
Infraestructura mínima necesaria y personal calificado para divulgar, comunicar y controlar el patrimonio cultural.
Existencia de importantes valores históricos, culturales y ambientales.
Presencia de un promotor cultural.
Vínculo de la comunidad con su patrimonio.
Participación del pueblo en el rescate de sitios históricos y recreativos del territorio. (Figura 3) (Figura 4)
Los resultados de la encuesta muestran que variables como institucionalidad, políticas y normativas jurídicas, participación de la población, conocimiento del territorio, y métodos e instrumentos, han de tenerse en cuenta durante el proceso de construcción y la puesta en práctica de cualquier propuesta metodológica dirigida a mejorar la interrelación entre el diseño e implementación de las EDM y la valorización local del patrimonio cultural. Todo ello implica, además, el análisis de la necesaria interrelación entre las variables para lograr la sostenibilidad de la aplicación de un enfoque o instrumento metodológico.
En tal sentido, una primera aproximación a la propuesta metodológica ha permitido esbozar un esquema general, cuya conceptualización tiene entre sus características principales: estar alineado con la guía para la elaboración de las EDM y el SGLI; incorporar los contenidos básicos de la valorización del patrimonio cultural a las etapas del diseño y gestión de la EDM; interpretarse como una ruta para la acción, el monitoreo y la evaluación de la gestión local del patrimonio cultural; establecer las relaciones, articulaciones y aportes del patrimonio cultural a las líneas estratégicas y políticas locales del municipio; fomentar la sensibilidad, reconocimiento, compromiso y responsabilidad con la salvaguarda y utilización del patrimonio local tanto por parte de los actores gubernamentales como la población. (Figura 5)
Para implementar lo anterior, el municipio se apoyará en la utilización de instrumentos específicos para generar la valorización local del patrimonio cultural que han sido aplicados con anterioridad a nivel internacional y nacional y que permiten transitar por momentos claves de este proceso, dígase: identificación, asignación del valor, y puesta en valor. Entre estos instrumentos se encuentran la elaboración de registros, atlas, inventarios, catálogos, programas, estudios de detalles, plan de manejos, proyectos e iniciativas municipales, planificación interpretativa, e itinerarios culturales, entre otros.
Conclusiones
Los actores encargados de elaborar, gestionar e implementar la planificación estratégica de los municipios, tienen en la concepción del desarrollo local una alternativa real para avanzar en la meta de lograr el bienestar de la población. Sin embargo, para obtener los resultados deseados deberán ser capaces, en primera instancia, de aprovechar y plantear soluciones a partir de los recursos endógenos del territorio, entre los cuales se encuentra el patrimonio cultural, el cual mediante su puesta en valor, se convierte en un factor clave que contribuye al desarrollo económico y social de los territorios.
Resulta esencial asumir estos procesos desde un enfoque multidimensional del desarrollo. Por tanto, la ponderación del aporte de los diversos aspectos que tributan al mismo, entiéndase económicos- financieros, ambientales, culturales, institucionales y sociales, debe realizarse desde la perspectiva de complementariedad y reconocimiento de sus posibles contribuciones y fortaleza para reducir los desequilibrios y brechas que un enfoque contario pueda producir en el desarrollo sostenible del municipio y sus comunidades.
Por tanto, cuando se analiza la gestión local del patrimonio cultural en este contexto de desarrollo municipal, es importante asumirlo como parte de la dinámica integral del territorio, desde la apropiación y responsabilidad del gobierno y las comunidades, y formando parte de la planificación y gestión de la EDM. Lo anterior permitirá afrontar desafíos como la baja sensibilidad y percepción de la contribución de este aspecto al desarrollo; la poca relación e interacción de la población con su patrimonio cultural local; y la insuficiente capacidad técnica y especializada para acompañar estos procesos, entre otros.
Por último, la efectividad, eficacia e impactos positivos, resultado de un proceso de valorización y puesta en valor del patrimonio cultural en el contexto de las EDM como parte de un sistema de gestión local integrada, requerirá construir premisas claves, porque no necesariamente todas estarán presentes en los municipios desde el inicio. Sin embrago, deberán incorporarse a corto y mediano plazo, a partir de la propia proyección estratégica del territorio. Entre las premisas a considerar están la voluntad política, la participación ciudadana comprometida y corresponsable, la autonomía municipal, el acceso a recursos financieros y económicos, el desarrollo de capacidades técnicas y profesionales para la gestión del patrimonio, el acceso al patrimonio cultural, la presencia de instituciones de formación y gestión, y la implementación de programas de sensibilización sobre el patrimonio cultural, entre otras.
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Notas
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