Elaboración y Validación de un Instrumento sobre Condiciones de Vida y Trabajo de Niños y Niñas Jornaleros Agrícolas Mexicanos

Development and Validation of an Instrument on Living and Working Conditions of Child Mexican Agricultural Workers

Maria Becerril Peréz
Universidad Nacional Autónoma de México, México
Amada Ampudia Rueda
Universidad Nacional Autónoma de México, México
Guadalupe Sánchez Crespo
Universidad de Salamanca, España
Yolanda Guevara Benítez
Universidad Nacional Autónoma de México, México

Elaboración y Validación de un Instrumento sobre Condiciones de Vida y Trabajo de Niños y Niñas Jornaleros Agrícolas Mexicanos

Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación - e Avaliação Psicológica, vol. 1, núm. 41, pp. 3-15, 2016

Associação Iberoamericana de Diagnóstico e Avaliação Psicológica

Recepción: 08 Abril 2014

Aprobación: 11 Marzo 2015

Resumen: Se diseñó una Encuesta para niños y niñas, hijos de jornaleros agrícolas para obtener información fehaciente sobre las condiciones de vida, trabajo, educativas y migratorias que viven cotidianamente. Este instrumento sirvió como sustento para la caracterización de la Línea de Base de Trabajo Infantil Agrícola elaborada por la Organización Internacional del Trabajo mediante el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil. Se describe el desarrollo y datos psicométricos (validez y confiabilidad) obtenidos en una muestra de 558 niños y niñas entre 5 y 17 años de edad, de comunidades vinculados al sector agrícola de tres Estados de la República Mexicana. El análisis estadístico de Componentes Principales arrojó una estructura de 63 reactivos agrupados en seis factores (56.1 de la varianza total) y una consistencia interna Alpha de 0.83. Se concluye que la encuesta es un instrumento válido que permite conocer las condiciones de vida y desarrollo de la población objetivo.

Palabras clave: validez, confiabilidad, encuesta, jornaleros agrícolas mexicanos.

Abstract: The offspring of Mexican agricultural day laborers are a rarely studied population, given the vulnerability and social exclusion conditions under which these children live. Therefore, a Survey for children of agricultural day laborers was designed to collect reliable data on their everyday life, work, school, and migration conditions. This helped to support the Baseline Characterization of Agricultural Child Labour through the International Programme on the Elimination of Child Labour. This investigation describes the development and psychometric data collected from a sample of 558 children from 5 to 17 years old from communities related to the agricultural sector of three states in Mexico. A principal components analysis generated a 63-item structure divided into six factors (56.1 total variance), as well as an Alpha internal consistency of 0.83. Therefore, the survey is concluded to be a valid instrument that allows us to learn about the life and development conditions of the target population.

Keywords: validity, reliability, survey, agricultural day laborers.

Introducción

Los grupos vulnerables son aquellos que por su edad, sexo, estado civil u origen étnico se encuentran en condición de riesgo que les impide tener un óptimo desarrollo y acceder a mejores condiciones de bienestar. En general, estos grupos viven en situación de pobreza y se detectan con mayor facilidad en comunidades semiurbanas y rurales (Méndez, Castro, & Durán, 2009; Ramírez, 2000).

En México, como parte de estos grupos, se encuentran los hijos e hijas de los jornaleros agrícolas. De acuerdo a la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL, 2008), un Jornalero Agrícola es aquel “Trabajador que siendo mayor de edad o no renta su mano de obra en los campos agrícolas industriales a cambio de una paga”. En 2009, la Encuesta Nacional a Jornaleros Agrícolas (ENJO) de la SEDESOL estimó, a nivel nacional, una población total jornalera de aproximadamente 4.476. 527 personas, de las cuales, alrededor de 1.065.840 eran trabajadores agrícolas. Asimismo, en la encuesta se señaló que, de la población total, aproximadamente el 43% (1.933.822) eran menores de 18 años. El 35.8% (711.688) de ellos, trabajaba o había participado en actividades dentro del ámbito agrícola. Específicamente, 433.516 (61%) eran jornaleros agrícolas, 59.970 (8%) realizaban otras actividades remuneradas, y 218.203 (31%) participaban en actividades no remuneradas, como ayudar en la parcela familiar, en el trabajo de los padres en la agroindustria, en las labores domésticas del hogar y en el cuidado de otras personas, tales como hermanos o adultos mayores.

Dadas las condiciones descritas, en el año 2010, a petición del gobierno mexicano, se inició un proyecto que permitiera atender de manera integral a niños y niñas hijos de jornaleros agrícolas, con especial énfasis en las labores que desempeñan tanto en los campos agrícolas como en sus hogares. Esta petición fue solicitada a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) mediante el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (IPEC, por sus siglas en inglés) que en México se denomina Alto al Trabajo Infantil en la Agricultura (OIT-IPEC, 2014).

El programa IPEC México se instauró en cinco Estados: Sinaloa, Veracruz, Oaxaca, Michoacán, y Chiapas, a través de proyectos de atención directa e indirecta. En el caso de Sinaloa, Veracruz y Oaxaca se realizan Proyectos Pilotos de Atención Directa que se iniciaron con una Línea de Base y una Caracterización que permitiera conocer las condiciones poblacionales, con la finalidad de establecer líneas de acción que beneficien a los hijos e hijas de jornaleros agrícolas mexicanos.

Debido a la escasez de instrumentos válidos y confiables diseñados exprofeso para niñas y niños hijos de jornaleros agrícolas, en el IPEC se diseñó una encuesta bajo una perspectiva lúdico-psicopedagógica, con un enfoque ecológico. En ella, se consideraron las siguientes variables atributivas: condiciones sociodemográficas, familia, escuela, salud y trabajo infantil, relacionadas con el sector agrícola de los estados de Sinaloa, Veracruz y Oaxaca. Se denomina Encuesta para Niñas y Niños, Hijos de Jornaleros Agrícolas, cuyos estudios de validez y confiabilidad se presentan en este trabajo.

Población jornalera agrícola

Las familias jornaleras agrícolas viven en condiciones precarias, con poco o nulo acceso a la seguridad social; de hecho, el 73.3% de ellas se encuentra por debajo de la línea de pobreza alimentaria (ENJO, 2009). Esta situación genera no sólo la migración en busca de mejores oportunidades de vida y laborales sino también la inclusión de mujeres y niños(as) en el trabajo agrícola, ya sea de manera formal o ilegal.

De acuerdo con la encuesta referida, los jornaleros agrícolas y sus familias se clasifican, sobre la base de su condición laboral y migratoria en: locales, asentados y migrantes. Las familias locales se encuentran en regiones de alta producción agrícola, también denominadas comunidades de atracción. Por el contrario, las regiones de donde provienen los jornaleros asentados y migrantes son denominadas comunidades de expulsión. Asimismo, hay estados o regiones de la República Mexicana que poseen ambos tipos de comunidades, a éstas se les denomina mixtas.

El proceso de migración interna por parte de algunas familias jornaleras agrícolas es un fenómeno poco estudiado, debido a la transformación que ha tenido en los últimos años, a partir de la apertura de los mercados agrícolas internacionales (ENJO, 2009; Méndez et al., 2009; Ramírez, 2000). En la actualidad, estas familias cambian su casa por un albergue o cuartería, donde conviven con más de cincuenta familias cuyo lugar de origen puede ser igual o distinto al suyo (Serrano, 2008). Tal situación convierte a estos espacios en lugares donde viven personas cuya lengua, tradiciones, costumbres y hábitos son distintos. Incluso algunas familias llegan a cambiar de residencia hasta cinco veces por año, pudiendo o no regresar a su comunidad de origen (Méndez, et al 2009; SEDESOL, 2009).

Respecto a los efectos psicosociales migratorios, diversos estudios (Arellanez, Ito, & Reyes, 2009; Falicov, 2000; González, 2004; Vera, 2007, 2009) señalan la pérdida afectiva de familia, amigos y demás personas significativas que permanecen en el lugar de origen; pérdidas en la lengua materna y de toda la simbología particular que ésta implica; pérdida de prácticas culturales cotidianas como costumbres, rituales y tradiciones, así como el estrés que aparece tanto en los familiares que permanecen como en los que se van. Cabe señalar que la participación en la toma de decisiones respecto del trabajo o del proceso migratorio por parte de los niños, niñas y adolescentes, es prácticamente inexistente.

Adicionalmente, se ha señalado que en las familias jornaleras agrícolas existen actividades específicas – ya sea dentro de las labores del campo o dentro de los hogares‑ para cada uno de los miembros de la familia, inclusive para los niños y niñas; actividades que no necesariamente se relacionan con su edad, con sus habilidades o con sus posibilidades físicas para realizarlas (OIT-IPEC, 2014). La función de los niños y niñas en los campos agrícolas va más allá de ser acompañantes, también pueden ser trabajadores cuya labor es igual a la de los adultos: son cuidadores principales de hermanos más pequeños, amas de casa y proveedores de su hogar. Todas estas actividades los alejan de aquellas que debían estar realizando de acuerdo a su edad, como asistir a la escuela o tener acceso al juego, a la recreación, al descanso, e incluso a un lugar seguro donde vivir (OIT-IPEC, 2014).

Marco teórico y antecedentes

La investigación que se ha llevado a cabo con los hijos de los jornaleros agrícolas se ha realizado de manera formal desde hace aproximadamente 15 años, porque anteriormente no eran considerados como una población que mereciera estudiarse o analizarse, al estimar que representaban un pequeño porcentaje de la población nacional dentro del ámbito rural.

Los estudios con esta población se han encaminado a proporcionar datos estadísticos y estimaciones sobre algún aspecto vinculado con el desarrollo de los niños y niñas en el ámbito educativo, con el trabajo infantil, con la migración o con las condiciones de vida en los campos agrícolas (De Marco, 2008; González, 2004; Nemecio & Domínguez, 2002; Ramírez, 2000; Ramírez, 2002; Reyes, 2007; Salinas, 2004; Vera, 2009). A partir de lo anterior, se puede señalar que si bien estas aportaciones al conocimiento son relevantes e importantes, también se puede identificar que existe escasa exploración desde una perspectiva integral, en la que se evalúen de manera conjunta los contextos de desarrollo, que permitan entender no sólo las causas sino también las consecuencias, a corto y mediano plazo, que genera la vida en los campos agrícolas, y cómo repercute de manera directa e indirecta en el desarrollo de estos niños y niñas.

Al respecto, Casullo (2009) y Martorell y Gómez (2010) señalaron que, en los procesos de evaluación, además de contemplar elementos verbales, no verbales y de observación, también se debe considerar el ambiente de desarrollo así como los hábitats cotidianos de las personas. Adicionalmente, Ampudia y Jiménez (2006) y Ampudia, Santaella y Equía (2009) remarcaron la importancia de considerar los usos y costumbres, con la finalidad de entender el comportamiento de una persona desde una perspectiva integral, lo cual puede lograrse a través de instrumentos válidos y confiables, que puedan ser replicados en poblaciones similares (López, Reyes, & Uribe, 2011).

En este sentido, una de las aproximaciones integrales de desarrollo humano es la Teoría Ecológica de Bronfenbrenner (1987, 1990), mediante el planteamiento del Modelo Ecológico, que constituye el sustento de la presente investigación. En él se destaca la participación bidireccional entre el menor en desarrollo y los diferentes subsistemas en los que éste se desenvuelve, tanto de manera directa como indirecta, considerando aspectos como la cultura y el ambiente (Bronfenbrenner & Ceci, 1994; Flores, Cortés, & Góngora, 2009).

Esta perspectiva concibe al ambiente como un conjunto de estructuras seriadas y organizadas en diferentes niveles, donde cada uno contiene al otro (Aduna, 2010; Creswell, & Plano, 2007; Hong, & Keegan, 2009; Kostelnik, Phipps, Soderman, & Gregory, 2009; León & Montero, 2004); estas estructuras o niveles permiten, por un lado, determinar aquellas circunstancias y/o ambientes que, en términos generales, se observan en todos los niños(as), pero al mismo tiempo toma en cuenta todos y cada uno de aquellos aspectos particulares que se encuentran involucrados en el proceso de desarrollo infantil, incluyendo aspectos personales, familiares y culturales.

Conocer y reconocer tales aspectos permite identificar aquellas variables que pudieran ser clasificadas como factores de riesgo o de protección. Un factor de riesgo es aquél que conlleva el peligro de que ocurra algún suceso que atente contra la integridad física y/o psicológica de una persona. Un factor de protección incluye aspectos que, ante la existencia de factores de riesgo, contribuyen a disminuir la probabilidad de que tenga lugar un desajuste personal.

El objetivo del estudio fue generar un instrumento para analizar las condiciones de desarrollo de los hijos de los jornaleros agrícolas mexicanos, desde el Modelo Ecológico. Se pretendió obtener la confiabilidad y validación psicométrica del instrumento, para identificar de manera integral los factores asociados al desarrollo infantil y definir la existencia de factores de riesgo y de protección. Esto fue realizado a partir de características específicas de la población, tales como: su ubicación geográfica, el tipo de familia jornalera a la que pertenecen, su integración en el ámbito educativo y laboral, así como su proceso migratorio. Dicha información permitirá generar estrategias específicas, de apoyo directo e indirecto, de acuerdo con las necesidades de esta población.

Método

La encuesta fue diseñada para niños, niñas y adolescentes pertenecientes a familias jornaleras. Por tal motivo, se consideró indispensable que en el levantamiento se incluyeran comunidades de atracción, de expulsión y mixtas. Se incluyeron 19 municipios pertenecientes a tres entidades federativas de tradición agrícola, en Sinaloa, Oaxaca y Veracruz. La investigación se centró en la construcción del instrumento y en obtener su confiabilidad y validación psicométrica, para que la Encuesta para Niños y Niñas, Hijos de Jornaleros Agrícolas pueda utilizarse en cualquier otro ámbito, comunidad, municipio o estado vinculado con el sector jornalero agrícola mexicano.

Participantes

Participaron 558 niños, niñas y jóvenes, seleccionados a partir de los siguientes criterios de inclusión: 1) tener entre 5 y 17 años de edad, 2) pertenecer a una familia con, al menos, un familiar adulto jornalero agrícola, y 3) tener una residencia temporal o permanente en comunidades relacionadas con el sector agrícola en los estados de Sinaloa, Veracruz y Oaxaca.

Para establecer el número participantes, se utilizaron distintos procedimientos de muestreo. Para los estados de Sinaloa (donde se ubican comunidades consideradas de atracción) y Veracruz (donde se ubican comunidades mixtas), se utilizó una muestra aleatoria obtenida por muestreos proporcionales simples, sustentados en estimaciones de la ENJO (2009). Para el Estado de Oaxaca (con comunidades de expulsión), se llevó a cabo un muestreo simple de varianza máxima, a partir de los datos de ENJO (2009), además de considerar los Mapas de Pobreza y Rezago Social elaborados por el Consejo Nacional de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL, 2005). La cantidad total de aplicaciones del instrumento para las distintas comunidades y estados se estableció en 578, distribuidas de la manera siguiente:

Muestreo para el Estado de Sinaloa. La región de trabajo se ubicó en los municipios de Culiacán, Guasave, Ahome y el Fuerte. Para el cálculo de la muestra se estimó una población de 112.405 menores con las edades estipuladas; el muestreo proporcional simple dio como resultado 186 aplicaciones y, para aumentar la solidez de los resultados, se incrementó un 10%, lo que dio un total de 215 aplicaciones. Los datos de seis participantes fueron descartados, porque ponían en riesgo la validez de la información, quedando 209 aplicaciones utilizables.

Muestreo para el Estado de Veracruz. La región de trabajo se ubicó en los municipios Teocelo, Coatepec, Cosautlán, Xico, Úrsulo Galván, La Antigua y Ayahualulco. Para el cálculo de la muestra se estimó una población de 45.500 menores con las edades estipuladas; el muestreo proporcional simple arrojó 125 aplicaciones y con el incremento del 10% se obtuvo un total de 160 aplicaciones. Un participante fue descartado, quedando 159 aplicaciones utilizables.

Muestreo para el Estado de Oaxaca. En este estado, conformado por comunidades consideradas de expulsión, la determinación del tamaño de la muestra se basó en el periodo de migración de la zona, que va de los meses de noviembre a enero en los municipios de Coatecas Altas, Ejutla de Crespo, La Pe, Miahuatlán, Ocotlán, San Miguel Tilquiapam y Sta. Lucía. Se consideró que la población tendría mayor dispersión, por lo que la muestra se calculó mediante un muestreo simple de varianza máxima. La población definida fue de 18.417 menores en las edades estipuladas; el cálculo arrojó 185 aplicaciones, y con el incremento de 10% se estimaron 203 aplicaciones. Se descartaron 13 participantes y quedaron 190 aplicaciones útiles.

Instrumento

Encuesta para niñas y niños, hijos de jornaleros agrícolas. Evalúa factores asociados a condiciones sociodemográficas, contextuales y de desarrollo integral de niñas y niños con edades entre 5 y 17 años. El instrumento está conformado por 77 reactivos divididos en seis dimensiones de análisis:

1. Sociodemográfica: integrada por 6 reactivos; incluye la edad, sexo, actividad principal, lengua materna y descripción del lugar de residencia.

2. Familia: integrada por 16 reactivos, evalúa la cantidad de integrantes de la familia, el tipo de relación entre los miembros de la familia, la toma de decisiones así como actividades no remuneradas dentro del hogar y cuidado de los hermanos.

3. Escuela: integrada por 11 reactivos, evalúa la escolaridad, la asistencia y permanencia en la escuela así como la infraestructura con la que cuenta.

4. Trabajo Infantil: integrada por 20 reactivos, evalúa las actividades agrícolas remuneradas, el tiempo de trabajo, la cantidad de dinero que recibe y la percepción respecto a las labores agrícolas.

5. Socioemocional: integrada por 10 reactivos, evalúa la expresión de sentimientos, el proyecto de vida así como el juego y las actividades recreativas.

6. Salud: integrada por 14 reactivos, evalúa el peso, la talla, enfermedades recientes así como el tipo de atención médica y la infraestructura con la que cuentan los centros de salud.

Procedimiento

El procedimiento seguido en este estudio tuvo varias etapas:

1. Se solicitó a los responsables del proyecto IPEC México la autorización para la participación de los invetigadores, a través del desarrollo del instrumento, así como en el levantamiento de la información y el acceso a la base de datos que se generó, bajo el compromiso de la confidencialidad de los datos y su uso adecuado.

2. Se procedió a la conformación de una primera versión del instrumento. Los criterios para determinar los reactivos y sus valores se sustentaron en artículos científicos y otra literatura existente respecto al tema (Craig, & Baucum, 2009; Fernández-Ballesteros, 2004; Papalia, Wendkos, & Duskin, 2009; SEDESOL, 2009; Vera, 2007). Por ello, el instrumento fue diseñado con características lúdicas que permitieran establecer empatía con la población infantil y adolescente. Siempre que fue posible, se utilizaron dibujos que el niño debía marcar para contestar preguntas, por ejemplo, de los muebles, bienes y servicios que hay en su hogar, su escuela y su comunidad, o del tipo y variedad de alimentos que ingiere. También se ajustó la escala para que los puntajes obtenidos indicaran: a menor calificación, más factores de riesgo, y por el contrario, a mayor calificación mayores factores de protección.

3. Se seleccionaron las 19 comunidades de los municipios señalados, bajo los criterios establecidos por el propio IPEC.

4. Se realizaron enlaces con autoridades de los municipios y comunidades seleccionadas con la finalidad de que brindaran información acerca de actores clave que prestaron apoyo en el proceso de levantamiento de datos. Estos actores fueron: maestros, contratistas, familiares de jornaleros y trabajadores sociales, entre otros.

5. De forma paralela al proceso de enlace con las autoridades, se contactó a ocho expertos en distintos campos, para que fungieran como jueces en el proceso de validación del instrumento. Los expertos tenían las siguientes profesiones: agrónomos relacionados con el tema de jornaleros agrícolas, especialistas en desarrollo infantil, en derechos humanos y laborales, así como en la construcción de instrumentos. Este grupo de profesionales revisó la redacción y la pertinencia de los reactivos propuestos. Al final de esta etapa se realizaron los ajustes de acuerdo a las observaciones aportadas por los expertos.

6. Se establecieron los lineamientos para el levantamiento aleatorio:

a) Obtención del croquis de la comunidad, que contenía el total de manzanas o distribución de los hogares (casas, cuartos, galeras).

Numeración consecutiva de las unidades primarias de muestreo (casas/hogares, cuartos, galeras).

b) Selección de las unidades primarias de muestreo mediante un listado de números aleatorios.

c) Selección del participante a entrevistar, a partir de una relación ordenada alfabéticamente de los menores a 18 años a través de la utilización de números aleatorios.

7. Una vez que se identificó el menor a encuestar, se entrevistó al padre de familia para explicarle el proyecto así como asegurarle la confidencialidad de los datos y solicitar la autorización para la aplicación del instrumento a su hijo(a), mediante la firma de un consentimiento informado.

8. Finalmente, se estableció contacto con el niño(a) seleccionado y se aplicó la Encuesta para Niñas y Niños, Hijos de Jornaleros Agrícolas (OIT-IPEC, 2014) de manera individual y cerca de la vista de los padres.

Análisis de Datos

Para establecer la validez y confiabilidad de la encuesta, inicialmente se realizó un análisis de distribución de frecuencias y de cruces sobre los rasgos sociodemográficos poblacionales. Posteriormente se determinó la confiabilidad y validación psicométrica mediante el coeficiente de Correlación Alpha y el Método de Componentes Principales.

Resultados

La Tabla 1 muestra la distribución de la muestra estudiada, por estado de la República Mexicana.

Tabla 1.
Distribución de la muestra total, por estado de la República
Distribución de la muestra total, por estado de la República

Datos Sociodemográficos

La edad de los participantes osciló entre los 5 y los 17 años de edad, con una media de 11,84, y una desviación estándar de 3,54 años. Considerando la muestra total, la moda en la variable edad fue de 14 años (12.7%); al analizar los datos por Estado, se encontró que la moda en relación con la edad varió significativamente en las tres entidades: para Sinaloa fue de 9 años (14.4%), para Oaxaca de 14 años (16.8%), y para Veracruz de 17 años (20.8%). La diferencia en las proporciones de las edades por Estado se relacionó de manera directa con las condiciones ambientales. En el caso de Sinaloa, se ubicaron familias que habían salido de otros estados, llevándose a los hijos varones que podían trabajar (que contaban con 8 años de edad o más), y dejando en sus comunidades de origen a las adolescentes mujeres para que se hicieran cargo de hermanos menores y de los quehaceres del hogar. Entre tales comunidades de expulsión se encontraron municipios de Oaxaca. En el caso de Veracruz, la edad se relacionó con el tipo de cultivo, ya que para el corte de caña de azúcar con frecuencia se recurre a la contratación de adolescentes varones.

Tabla 2.
Distribución de la muestra estudiada, en relación con la variable Género, por estado de la República
Distribución de la muestra estudiada, en relación con la variable
Género, 

por estado de la República

Con respecto al género, el 46,8% fueron mujeres y el 53,2% varones, pero aparecieron diferencias por región, relacionadas nuevamente con las condiciones medioambientales de desarrollo. En Sinaloa, prácticamente se encontró la misma cantidad de varones y mujeres (49.3 y 50.7 respectivamente), en Veracruz hubo mayor presencia de varones (67.9%) y en Oaxaca la mayoría eran mujeres (54.7%). La Tabla 2 muestra la distribución de la muestra estudiada, por estado de la República, en relación con la variable Género.

En cuanto a la tipología familiar de los participantes, en la Tabla 3 puede observarse que la mayoría pertenecían a familias nucleares (59.8%) y extensas (34.8%). En el 14.5% de los casos, las familias nucleares se separaban en algún periodo del año, cuando algunos de sus miembros salían a trabajar como jornaleros a una comunidad en particular, mientras que otros viajaban a otra comunidad, o permanecían en la de origen. Este proceso de separación tuvo mayor ocurrencia en el estado de Oaxaca.

En directa relación con lo anterior, se encontró que, del universo total, el 52.5% de las familias eran migrantes, el 38.5% locales y el 9.0% asentadas, como se muestra en la Tabla 4.

Al hacer el análisis por estado, en Sinaloa y Veracruz aparece un mayor porcentaje de familias locales en comparación con las migrantes, situación que en Oaxaca se presenta de manera inversa.

Del total de la muestra estudiada, el 36.7% de los participantes pertenecían a algún grupo étnico, cifra que rebasa el 18% estimado por la ENJO en el 2009. Las principales etnias identificadas fueron: Náhuatl, Mixteca y Zapoteca; el mayor porcentaje de niños y jóvenes de origen indígena se encontró en el Estado de Oaxaca (25.3%). La condición étnica es una de las características que se consideran de mayor vulnerabilidad en la población jornalera agrícola mexicana, porque gran parte de la exclusión social se relaciona con la falta de comunicación adecuada, debido a su lengua materna indígena.

Tabla 3.
Distribución de la muestra estudiada, en relación con la Tipología Familiar, por estado de la República
Distribución de la muestra estudiada, en relación con la Tipología
Familiar, 

por estado de la República

Tabla 4
Distribución de la muestra estudiada, en relación con la Tipología Migratoria, por estado de la República
Distribución de la muestra estudiada, en relación con la Tipología
Migratoria, 

por estado de la República

En los resultados respecto a la asistencia escolar, el 75,6% de los participantes se encontraba estudiando, aunque el 54,8% ellos se ubicó con un rezago educativo de uno a cinco ciclos escolares, y el 24.4% de los participantes ya no estudiaba o nunca había cursado algún ciclo escolar. De acuerdo a la legislación mexicana, los niños, niñas y adolescentes participantes tendrían que estar cursando algún grado educativo, desde Preescolar hasta Bachillerato.

En directa relación con lo anterior, los resultados relacionados con la principal actividad que realizaban los participantes en el momento de la aplicación, se presentan en la Tabla 5. Trabajar fue la principal (67,4%), aunque el 53,2% de ellos combinaba esta actividad con el estudio. El resto realizaba exclusivamente labores vinculadas al sector agrícola. El 2,6% no estudiaba ni trabajaba, la mayoría de éstos eran adolescentes mujeres que habían abandonado la educación formal debido a que realizaban labores domésticas y de cuidado infantil dentro de sus hogares.

Confiabilidad y Validez

Se realizó el análisis de confiabilidad, según el coeficiente Alpha de Cronbach, como primera medida de consistencia de los 77 reactivos que incluye el instrumento, obteniéndose un valor de 0,82. Posteriormente, se realizó un análisis estadístico de componentes principales para explorar cómo se agrupaban tales reactivos del instrumento. Se obtuvieron seis componentes que explicaban en conjunto el 50,3% de la varianza total explicada.

A partir de esos análisis, se eliminaron aquellos reactivos con valores de comunalidad menores a 0,30. El total de reactivos eliminados, debido a que no resultaron discriminativos, fueron14 (2 de la dimensión de análisis familia, 6 de salud, 1 de sociodemográfica, 2 de escuela y 3 de socioemocional).

Posteriormente, con los 63 reactivos seleccionados se calculó nuevamente el Coeficiente Alpha que arrojó un valor de confiabilidad estandarizada de 0,83 cuyas correlaciones oscilaron entre 0,21 y 0,94 (Tabla 6).

Con ese listado de reactivos filtrados, se aplicó nuevamente el método de componentes principales donde se volvieron a obtener seis componentes que, en conjunto, explicaron el 56,1% de la varianza total explicada. Los 63 reactivos filtrados presentaron comunalidades mayores a 0,30 (Tabla 7).

Tabla 5.
Distribución de la muestra estudiada, en relación con la Actividad Principal, por estado de la República
Distribución de la muestra estudiada, en relación con la Actividad
Principal, 

por estado de la República

Tabla 6.
Resultados del análisis de confiabilidad del instrumento, según el coeficiente Alpha de Cronbach
Resultados del análisis de
confiabilidad del instrumento, según el coeficiente Alpha de Cronbach

A partir de este reagrupamiento de reactivos, se redefinieron los componentes y se obtuvo el coeficiente de correlación Alpha para cada uno de ellos. Los valores de correlación oscilaron entre 0.98 y 0.40 (Tabla 8).

Tabla 7.
Total de la Varianza Explicada, para cada componente del instrumento
Total de la Varianza Explicada,
para cada 

componente
del instrumento

La redefinición de los componentes, derivada del análisis estadístico quedó conformada de la siguiente manera:

1. Trabajo Infantil Agrícola: Integrado por 20 reactivos, evalúa el tipo de trabajo (remunerado-no remunerado) que se desempeña en los campos agrícolas, las condiciones laborales, el sueldo percibido y el uso del dinero.

2. Salud: Integrado por 20 reactivos, evalúa el tipo de alimentación, las enfermedades que han padecido recientemente y la atención médica recibida.

3. Educación y Aspiración Vocacional: Integrado por 10 reactivos, evalúa el grado académico cursado, el rezago educativo, el gusto por la escuela, el tiempo de asistencia y las aspiraciones para la vida adulta.

4. Interacción Familiar y Socioemocional: Integrado por 8 reactivos, evalúa la relación familiar, la comunicación, el establecimiento de reglas y límites, la toma de decisiones y la expresión de sentimientos básicos.

5. Hogar y Actividades No Remuneradas: Integrado por 9 reactivos, evalúa las actividades dentro del hogar, el tiempo dedicado a ellas y el cuidado de hermanos menores.

6. Juego: Integrado por 7 reactivos, evalúa las actividades lúdicas que se realizan, el tiempo que se les dedica, el tipo de juego y la percepción del niño(a) o adolescente hacia dicha actividad.

A partir del nuevo listado de reactivos, se reestructuró la calificación por componente y del instrumento total. La Tabla 9 muestra los Rangos de calificación del Instrumento, y de cada componente, ubicados como indicadores de Factores de Riesgo, Factores Esperados y Factores de Protección. La estructura de la prueba se mantuvo para que una calificación mayor permita ubicar mayor cantidad de factores de protección, mientras que una menor calificación corresponde a mayores factores de riesgo.

Tabla 8.
Componentes del Instrumento y su coeficiente Alpha correspondiente
Componentes del Instrumento y su
coeficiente Alpha correspondiente

Tabla 9.
Rangos de calificación del Instrumento, y de cada componente, ubicados como indicadores de Factores de Riesgo, Factores Esperados y Factores de Protección
Rangos de
calificación del Instrumento, y de cada componente, ubicados como indicadores
de Factores de Riesgo, Factores Esperados y Factores de Protección

Discusión

El procedimiento seguido para obtener la confiabilidad y validación psicométrica de la Encuesta para Niñas y Niños, Hijos de Jornaleros Agrícolas permite concluir que es un instrumento que cumple con las propiedades psicométricas para ser utilizado en la caracterización de las condiciones en que se presenta el desarrollo psicológico de esta población.

Estudiar las condiciones de vida y trabajo infantil de hijos e hijas de jornaleros agrícolas mexicanos, a través de un instrumento sustentado en el Modelo Ecológico (Bronfenbrenner, 1987,1990; Bronfenbrenner & Ceci, 1994), y diseñado desde una perspectiva lúdica y empática, permitió obtener información de las condiciones de desarrollo de estos grupos poblacionales. Con ello, se cumplen objetivos fundamentales de la evaluación psicológica integral que, según Fernández-Ballesteros (2004), se relacionan principalmente con el estudio de variables individuales que se presentan en un determinado contexto, complementadas con la ubicación de los ambientes significativos que influyen directa e indirectamente en el niño.

En el presente estudio se encontró que las condiciones de vida y el comportamiento de los niños y jóvenes son variables que dependen de las características de su microsistema individual y familiar, pero también de otros subsistemas como factores socioeconómicos y culturales, susceptibles de ser estudiados y evaluados a través de instrumentos. Por ello, seleccionar diversas comunidades vinculadas al sector agrícola de los tres estados participantes, y bajo un levantamiento

aleatorio, permitió obtener un panorama amplio respecto a su desarrollo, así como particularidades de aspectos laborales en regiones de origen, de destino y mixtas, que estudios previos no abarcaron.

Los componentes derivados del procesamiento estadístico permitieron establecer un análisis más preciso en el que se separó la información relacionada con la familia en dos componentes: Interacción familiar y socioemocional y Actividades no remuneradas, que de manera inicial pertenecían a uno solo. De igual forma, se hizo evidente el componente Juego que permitió obtener información sobre las actividades lúdico-recreativas que realizan los hijos e hijas de jornaleros agrícolas mexicanos.

La información que el instrumento genera, a partir de la evaluación de sus seis componentes, permite el establecimiento de factores de riesgo y de protección, en cada comunidad específica, factores que guardan una importante relación con el desarrollo integral de niños y jóvenes. Por ello, proporciona información cuantitativa y cualitativa que hace posible detectar áreas de oportunidad que son fundamentales en el momento de elaborar, establecer o fortalecer programas cuya finalidad sea disminuir los factores de riesgo y aumentar los de protección, en poblaciones de niños y adolescentes que viven en esta condición o en otros similares.

El estudio permitió demostrar que, desde el enfoque del Modelo Ecológico, se puede obtener un diagnóstico integral que genera información amplia para comprender el desarrollo y las condiciones laborales de hijos e hijas de jornaleros agrícolas mexicanos, que se transforman de acuerdo a las condiciones medioambientales presentes en cada espacio de levantamiento de información. Esta característica lo hace diferente a estudios previos, encaminados a identificar las condiciones de vida y trabajo de niños y niñas pertenecientes a familias jornaleras agrícolas mexicanas, porque en ellos se han utilizado materiales, encuestas, cuestionarios y entrevistas diseñados para la obtención de datos crudos, dejando de lado dos variables esenciales de la población objetivo: su edad y escolaridad.

Por lo anterior, una de las características del instrumento, que resultó de gran utilidad, fue el uso de dibujos, lo que dio como resultado no sólo una aplicación amigable sino también poco invasiva. Mientras que una característica que dificultó la evaluación fue el hecho de utilizar preguntas abiertas en los componentes 4 Interacción Familiar y Socioemocional y 5 Hogar y Actividades No remuneradas, lo cual probablemente influyó en un bajo coeficiente de correlación Alpha de tales componentes. Quizá para futuras investigaciones se puedan modificar las preguntas, para convertirlas en reactivos de opción múltiple o cerrada.

Además de la información estadística que el instrumento genera, también arroja información de corte cualitativo que permite detectar aquellas áreas de oportunidad que son fundamentales para elaborar, establecer o fortalecer programas o proyectos cuya finalidad sea disminuir los factores de riesgo cotidianos que afectan a los niños y niñas pertenecientes a familias jornaleras agrícolas mexicanas.

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