Lectura en preescolar desde la biblioteca escolar: importancia de su orientación a la familia cubana

Preschool reading at the school library: importance of its orientation to the Cuban family

Odaimi de la Caridad Castro-Tapia
Universidad de Camagüey, Cuba
Rosalva Beatriz Aguilera-Gómez
Universidad de Camagüey, Cuba
Jonney de la Caridad Ubeda-Medina
Universidad de Camagüey, Cuba

Lectura en preescolar desde la biblioteca escolar: importancia de su orientación a la familia cubana

EduSol, vol. 18, núm. 63, 2018

Centro Universitario de Guantánamo

Recepción: 12 Junio 2017

Aprobación: 20 Noviembre 2017

Resumen: El artículo se relaciona con la lectura en preescolar, lo cual ha sido abordado en Cuba por su importancia para el logro del máximo desarrollo infantil con el apoyo de la familia, asesorada desde la escuela en contenidos como el análisis fónico. El estudio documental realizado aportó potencialidades y limitaciones para desarrollarla con estos niños y sus familias desde la biblioteca escolar. Es su propósito revelar el valor mediado por la orientación con la intervención del bibliotecario, según lo propicie el ambiente de casa o la comunidad en el contexto cubano.

Palabras clave: Lectura, Educación Preescolar, Orientación a la Familia, Biblioteca Escolar.

Abstract: The article is related to preschool reading, which has been vastly addressed in Cuba due to its importance for the achievement of a maximum child development with the support of the family; its content has been guided by the school in such matters as phonetic analysis. The documentary study carried out showed potentialities and limitations to develop it with children and their families at the school library. The paper aims at revealing the value of the intervention of the librarian orientation, propitiated at home or at the community in the Cuban context.

Keywords: Reading, Preschool Education, Family Orientation, School library.

Introducción

La lectura ha evolucionado junto al desarrollo de la humanidad. En cada período transcurrido se aprecian diferencias significativas en los formatos o soportes materiales presentados y en la posición de un lector formado desde la escuela, con la finalidad de ser cada vez más crítico, interactivo y competente con respeto al texto. La misma, ha sido definida desde diferentes posiciones, por lo que han emitido criterios sociólogos, psicólogos, pedagogos y lingüistas; en particular, especialistas en semiótica, entre los que se encuentran (Bernard, 2004; Venguer, 2001; Zalazar, 2002 y Eco, 2000). De forma general, demuestran la variedad de aristas en las que la lectura ha sido abordada y su complejidad. Otros criterios la conciben en su relación con la escritura mediada por la combinación de los órganos del oído y la visión, su interpretación en correspondencia con el estilo del lector y los conocimientos, adquiridos por el sujeto, para la satisfacción de un fin determinado.

Otras posiciones, entre las que se destacan las de Portales (2005) y Fowler (2004) la consideran un proceso social que pone al lector en relación con su entorno, por lo que desde estos puntos de vistas los autores consideran la escritura y los símbolos lingüísticos esenciales para leer o como forma de su concreción. Sitúan al libro como epicentro de la cultura por el saber, con la intervención de la escuela. (Montejo, 2010)

Autores como Lotman (2000) y Peirce (1974), reconocen la lectura, desde la semiótica con una amplia concepción de texto y su valor en la comunicación, al concebirla en las figuras, pinturas, esculturas y otras, lo que indica la existencia de variantes para su acceso y demuestra su avance, relación con la cultura y la sociedad. Del mismo modo Echeverría (2005) y Eco (2000), refieren los cambios de soportes en los que se lee, dado por el incremento de la digitalización. Lo que conlleva al surgimiento de nuevos textos y lectores desde edades tempranas. (Zamora, 2000)

Los criterios expuestos han sido considerados por investigadores de la educación Preescolar en Cuba como (Cuenca, Moreno, Sampayo, Núñez, Rodríguez, Del Risco, et. al, 2015), para fundamentar la necesidad de capacitar a los agentes comunicativos desde la comunicación, a favor del desarrollo de la niñez durante la primera infancia. En esta dirección se transforma el currículo escolar actual y se profundiza en orientaciones para el trabajo con la familia, según los momentos del desarrollo infantil a partir de socializar resultados científicos recientes, que así lo manifiestan.

Sin embargo, los autores referidos revelan que la lectura ha sido menos atendida en Preescolar, que prevalece su tratamiento con enfoque cognitivo y su enseñanza estructuralista a partir del desarrollo de contenidos como el análisis fónico. De igual manera, la biblioteca escolar no es incluida suficientemente para orientar a la familia cubana en momentos que lo propicie el proceso educativo en este primer subsistema educacional.

En este sentido, el objetivo del artículo es revelar la importancia del desarrollo de la lectura en Preescolar desde la biblioteca escolar y la necesidad de su orientación a la familia cubana.

Desarrollo

La diversidad de textos para la lectura, debido al desarrollo científico y tecnológico alcanzado en la sociedad cubana, implica que la familia se relacione con varios soportes de información en la televisión, la radio y en los dispositivos electrónicos, lo que influye en la presencia de los textos que comúnmente se abordan con los niños en ellos, es decir, un cuento de la obra martiana se aprecia en forma de audiovisual, en láminas, libros de diferentes formatos; otros cuentos se encuentran en textos que no necesariamente están en papel como en las sabanitas para los niños, toallas, jabitas ropas o en las bajillas. Es por ello que desde la biblioteca escolar se deben aprovechar estas oportunidades para orientar a la familia con recursos pedagógicos que posibiliten la lectura a favor del máximo desarrollo infantil, mediado por las diversas formas de lectura que se pueden desarrollar en Preescolar.

Lo anteriormente expresado está dado, según Landow (1995), por la hipertextualidad, siguiendo el término de Theodor H. Nelson en los años 60 del siglo pasado; al decir que:

… hipertexto es entendido como un tipo de escritura no secuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector elija y que se lea mejor en una pantalla interactiva. De acuerdo con la noción popular, se trata de una serie de bloque conectados entre sí por nexos, que forman diferentes itinerarios para el usuario. (p.18)

Estas oportunidades para leer que se les ofrecen a los niños no deben ser desaprovechadas por las instituciones educativas, debido a que es significativo el incremento de las familias que se ponen en contacto con las tecnologías de la información y la comunicación, lo que implica que los más pequeños estén cada vez más cerca al mundo digital con respecto a los propios adultos, asunto esta debe ser vista de otra parte como otra de las vías que incluyen a estimular su desarrollo desde las edades tempranas. Las transformaciones existentes en la sociedad obligan a los adultos a cambiar los esquemas tradicionales y a incorporar los nuevos conocimientos a su acervo cultural.

En esta dirección los miembros del hogar deberán estar atentos a lo que se dice del tema en la escuela, qué se debe leer delante del niño o con él, comprender qué tiempo pueden dedicarle a la lectura digital e influir directamente en la necesidad de interactuar con otras vías y soportes, sin poner la tecnología a competir con el libro o de imponer la lectura, sino de acompañarlos, orientarlos a seleccionar dónde está la información que necesitan y a que obtengan de ella un conocimiento para la vida.

Es importante entonces, señalar la necesidad de descubrir otra mirada a la lectura con niños de Preescolar, más allá de la codificación de la letras, antes de que reciban contenidos como el análisis fónico, de forma tal que les sirva de condición previa a este elemento del conocimiento en correspondencia con los intereses de la edad y su promoción de forma coherente con el aula mediante el apoyo de las instituciones culturales como las bibliotecas escolares.

Al respecto, se coinciden con Picouch (1986), cuando expresa que “…la lectura es factor de la personalidad infantil por la influencia que ejerce en su rendimiento escolar y en el desarrollo intelectual del niño, lo que es importante para la formación de cualidades morales” (p.56).

De manera que se hace necesario que los agentes educativos que intervienen en la iniciación del niño en el proceso de lectura, tengan en cuenta la necesidad de incorporar la mayor cantidad de representaciones visuales en relación con las emociones infantiles propias de la edad a favor de su desarrollo.

Es por ello, que la comunicación con el menor y la representación de los textos con los que se dialoga es importante para la mejor comprensión del niño en Preescolar, debido a la prevalencia de su pensamiento representativo, de ahí que la guía del adulto hasta en los momentos del descanso, en actividades que así lo propicien desde la casa es esencial en su preparación para la vida. (Fons, 2006)

Leer un texto adecuado al momento del desarrollo infantil con la ayuda del adulto favorece la capacidad del niño para resolver sus problemas, contribuye al dominio de su lenguaje, al desarrollo de la inteligencia y al equilibrio psicológico cuando se relaciona con el mundo en que vive, desde las edades tempranas.

Al respecto Vigostky y Luria (2007) aseveran que “…el niño debe sentirse motivado por la belleza o la fantasía en los textos y disfrutar el mensaje inspirado en el ejemplo de la familia” (p.45).

En correspondencia con esta concepción, Cuenca, et al. (2015), reconoce que el adulto debe desarrollar el niño el sentido crítico a t4ravés de la comunicación para que exprese lo que piense del texto, encuentre la relación de lo que lee con sus expectativas y utilice convenientemente la imaginación. En consecuencia, González (2009), enfatiza en la necesidad del apoyo del adulto a partir de su experiencia, para estimularlo para aprender con la mayor autonomía, según con los intereses y las necesidades.

La familia debe comprender el valor de acompañarlo en la lectura en las primeras edades, estar a la expectativa de sus reacciones ante el texto, lograr que se sienta seguro de lo que ha aprendido, en la necesidad de utilizarla para ampliar su vocabulario. De igual manera que le sirva de mediadora para el logro de su máximo desarrollo. Los elementos corroboran el valor terapéutico de la lectura con el uso adecuado de la información contentiva en las fuentes que utilizan sin restringirla en la simple traducción de un código.

Es importante que se cree un ambiente adecuado en la familia para el desarrollo de la lectura, de manera que el niño tenga acceso a la información desde temprana edad y vea su utilidad en cada proceso por el que transita durante el día. El trabajo educativo del adulto en la estimulación del gusto por leer depende de factores como la sección de los temas en correspondencia con la edad, los intereses, necesidades, ilustraciones en los textos, su colorido, tamaño de las letras, como los insita en el tiempo adecuado a conoce el mundo en que vive, a soñar o imaginar a través de los variados textos disponibles. Para ello el clima debe ser favorable, lúdico. Desprovistos de tensiones o distracciones ajenas a este fin.

De igual modo es importante que se realicen actividades de animación de lectura en diferentes espacios, ya sea en la casa, en el aula, en la biblioteca escolar o en las públicas, entre otras. Este proceso no debe ser impuesto, sino que el medio provoque alegría sin que prevalezca el autoritarismo. Es necesario enamorar a los niños para que lean con placer y no como castigo. En correspondencia, el adulto debe conseguir que el texto sea bienvenido por el niño, del éxito con que realice su intervención dependerá su actitud ante este proceso, lo cual se revertirá en los futuros aprendizajes escolares.

Se considera necesario enfatizar en el criterio de González (2009), quien plantea que: “…la importancia de que las maestras de Preescolar influyan en la lectura mediante el diálogo con los niños, que contribuyan al establecimiento de analogías entre el medio circundante y la situaciones que se presenten en las historias” (p.24). En este sentido, la comunicación de la familia con la escuela, es esencial para el logro de la unidad en las influencias educativas y el cultivo del amor por la lectura.

Otros refieren que la familia debe conocer que la presencia de ilustraciones en los libros de cuentos infantiles, es ideal para estimular la lectura, aspecto que, sin dudas, beneficia al proceso lector. Las imágenes acompañadas de un texto provocan efectos diferentes en los lectores en la medida que crecen e interactúan con el mismo material, es por ello que desde la escuela sería conveniente enseñar a leer con imágenes y a familiarizarlos con otros textos diferentes a los libros.

Es fundamental para los niños de Preescolar, la lectura de imágenes en correspondencia con la palabras que las representan. Desde el punto de vista pedagógico es un apoyo para la comprensión de los diferentes conceptos con los que interactúan los infantes, desde los más sencillos como una princesa o una flor hasta los más complejos como los volcanes. Desde el punto de vista artístico las ilustraciones contribuyen al complemento de la belleza de esos conceptos y a la aplicación de sus conocimientos. Los referidos elementos son premisas indispensables para la selección del libro en correspondencia con las edades de los niños.

Experiencias expresadas por los bibliotecarios escolares de la Educación Primaria obtenidas en la práctica profesional corroboran que el factor económico influye en la selección de los textos infantiles expuestos en ferias o librerías, ejemplares como el álbum ilustrado, de bolsillo o troquelados son los más buscados. Elementos como el dibujo, el color, y la combinación de la variedad de formatos en los que se presentan, resulta para la familia una inercia social para su selección por el adulto que es quien lo adquiere para el niño.

Lo expresado no debe ser una limitación para que los niños lean. Hay que orientar a la familia desde la escuela esencialmente desde las bibliotecas escolares a favor de propiciarles herramientas que contribuyan a la selección de textos según el momento del desarrollo infantil, de manera que haya mayor interacción con los órganos sensoriales y que los conceptos abordados sean representados o acompañados de sus correspondientes imágenes para su comprensión. En este sentido las posibilidades de lectura serían amplias, pueden emplearse variantes a partir del empleo de la imaginación y la creatividad que caracterizan al trabajador de la Educación Preescolar cubano; lo que favorece una vía de orientación a la familia desde la biblioteca escolar.

Existen otros tipos de textos que no se presentan al niño, necesariamente en papel o cartoné. Es importante orientar a la familia en la lectura con nuevos formatos cercanos a su entorno y que contribuyen al estímulo de este proceso desde la casa. Variantes como las fotos de la familia, los cuadros colgados en la pared, o en las cenefas de las cortinas, favorecen la lectura con los niños. Otros ejemplos que pueden aprovecharse son los paisajes naturales, los símbolos, los íconos o los indicios que pueden aprovecharse por la familia y la escuela para ampliar la concepción de lectura mediante la comunicación.

Hasta aquí se evidencia que, la escuela, la familia y la biblioteca escolar tienen una gran

Implicación en el apoyo que les deben ofrecer a los niños de Preescolar para motivarlos, orientarlos y aumentar el entusiasmo por leer, pues el niño desde estas edades está preparado para hacerlo solo familiar y escolar. El adulto debe propiciar que el texto sea un buen pretexto para dialogar en cualquier momento con el menor. (González, 2009)

Las transformaciones educacionales que han tenido lugar en Cuba, incluyen a la lectura en Preescolar asociada a textos como las pinturas, esculturas, de la naturaleza, entre otras, lo que implica su concepción más allá de la codificación y decodificación de los signos lingüísticos. Un aspecto importante, es la orientación a la familia para acompañar al niño en las primeras enseñanzas.

Sin embargo, es notorio que en Preescolar la orientación asociada a los agentes educativos, es liderada por la figura del docente (la maestra), con la participación de las organizaciones sociales pero no tienen presente en el proceso lector a la biblioteca escolar donde de desarrolla el gusto por la lectura y se sirve a la comunidad educativa en correspondencia con los intereses educacionales a favor del niño y su familia, de los que se evidencia inopias acerca de su funcionamiento.

Aunque se intencionen cambios para la lectura, aún las actividades pedagógicos en Preescolar están encaminadas a la codificación de las letras y al establecimiento de la correspondencia con el sonido que las representan. Las transformaciones curriculares actuales apuntan a otras formas de lecturas con enfoque semiótico donde se potencie la mayor representatividad de imágenes antes de iniciar la lectura del alfabeto. Esta posibilidad permite al niño predisponerse con mayor seguridad al proceso de lectura en primer grado y la adquisición de habilidades en la articulación de os sonidos y mejor colocación de los órganos fonatorios motores que intervienen en la proyección de la voz.

Sin embargo, en la escuela, los diagnósticos atienden las particularidades individuales de cada niño pero en relación con lo que manifiestan los programas, connotan la atención a los símbolos lingüísticos, esencialmente de las vocales y algunas consonantes afines con las experiencia de los niños en la casa, tales como la m, l , s y otras como la r. Estas letras se combinan para formar sílabas y palabras sencillas, con la conducción de la maestra de Preescolar y u aprendizaje mecánico. No obstante en los argumentos no se aprecian acciones que involucren a la bibliotecaria escolar para contribuir con este proceso básicamente a través del juego, la recreación y en condiciones diferentes al contexto del aula a favor de la cultura. Autores como Cuenca, Moreno y Guerra, (2014), expresan desde la comunicación, la relación de la lectura con lo componentes verbales. Enfatizan en la construcción y comprensión de mensajes para regular el comportamiento de los niños con el apoyo del adulto, por lo que se infiere su valor en la formación y desarrollo de la personalidad infantil. Investigadoras como Vega y Núñez, (2014), conciben su aplicación a través de la comprensión de los códigos de algunas señales de mayor complejidad como las señales del tránsito con respecto a las recibidas como el cruce peatonal, semáforo o los centros culturales entre otras.

Las autoras otorgan importancia a la construcción oral de mensajes contenidos en los textos y a la relación de los contenidos que portan, con otras áreas del conocimiento lo que favorece el trabajo integrador durante el proceso educativo con los niños y la orientación a la familia. Así es que la maestra se ocupa de dirigir el proceso de lectoescritura, a través de la codificación y descodificación de los signos lingüísticos, mientras que a la biblioteca escolar le corresponde el proceso psicológico de la lectura (motivación, interés, gusto, etc.) y desde esa mirada puede orientar convenientemente a la familia para que conduzca este proceso desde la casa de forma coherente con la escuela.

Conclusiones

Los presupuestos teóricos señalados describen el desarrollo de la lectura y su importancia en Preescolar, de los que emerge la necesidad de intervención de la biblioteca escolar para orientar a la familia cubana en este proceso.

La implementación de los programas y planes de estudio en perfeccionamiento, no incluyen a la biblioteca escolar, ni ofrecen orientaciones para apoyar la lectura en Preescolar.

Referencias

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Cuenca, M.; Moreno, V. y Guerra, L. (2014). Consideraciones teórico-metodológicas sobre la función reguladora de la comunicación en la infancia preescolar. Camagüey, Cuba: Universidad de Camagüey.

Cuenca, M.; Moreno, V.; Sampayo, I.; Núñez, A.; Rodríguez, A.; Del Risco, et al. (2015). Proyecto capacitación de los agentes educativos en la “Dimensión Comunicación y Educación para el Desarrollo, Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”, Universidad de Camagüey, Cuba.

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