Aforismos
Un poco más allá del sentido común
Un poco más allá del sentido común
Ciencia Ergo Sum, vol. 24, núm. 2, p. 189, 2017
Universidad Autónoma del Estado de México
Peor que la mentira sólo puede ser la verdad, la cual nadie quiere que se anuncie en público.
El hombre es un ser insatisfecho y lo testimonia su permanente deseo de revertir lo irrevertible para recuperar lo que está irremediablemente perdido.
Cualquier hombre es igual que los otros, mientras que no decida que le da lo mismo lo que los demás piensen de él.
La primera víctima de la fe es la razón.
Qué dura debe ser la vida si la muerte se percibe como liberación.
Las decisiones apresuradas pueden llevarnos al fracaso y, sin embargo, nos ayudan a abreviar los suplicios de la vacilación.
El sueño de cada mujer enamorada es convertirse en la mujer del sueño de su ser amado.
Los delitos surgen del deseo de apoderarse de lo ajeno, y las protestas de la imposibilidad de conservar lo suyo.
Para la libertad lo más importante es la posibilidad de elegir, y para la razón es la acción de prever: ¿cuáles son las consecuencias posibles que se desprenden de esta elección?
Cualquiera puede equivocarse, pero el problema es que no todos pueden entender en qué consistió su error.
La justicia rara vez triunfa. Más frecuentemente calla enojada por impotencia.
Si con la esclerosis olvidas lo que quisieres recordar, en la vivencia de la culpa recuerdas lo que quisieras olvidar.
Quien se considera insustituible, suele pensar que podría reemplazar a cualquier otro.
Existe la hermandad por la desdicha, y sólo el compañerismo por la felicidad.
Quien piensa lo que va a decir, suele no decir lo que piensa.
¡Evita la prisa! ¡No neurotises al tiempo!
Lo que no está amenazado por la sombra de la muerte es un fantasma que no tiene consistencia de lo real.
En las polémicas hay que vencer, y además apropiarse de los fuertes argumentos del vencido.
El diablo es más influyente que Dios, ya que el último no dispone de dos armas poderosas: seducción y tentación.