Editorial
¿Sin tesis hay paraíso? Hacia un buen propósito
¿Sin tesis hay paraíso? Hacia un buen propósito
CIENCIA ergo-sum, Revista Científica Multidisciplinaria de Prospectiva, vol. 26, núm. 3, 2019
Universidad Autónoma del Estado de México

Es
triste morir sin haber amado, pero es más triste no acabar la @$?! tesis[1]
Como se ha repetido, la investigación, el avance del conocimiento y su correcta aplicación con políticas públicas adecuadas es la única forma en la cual una sociedad y una economía pueden avanzar de manera firme en la solución de sus problemas.
Las universidades públicas amalgaman estos factores y cumplen con este propósito, ya que tienen como objetivos sustanciales impartir docencia, generar investigación y extender el conocimiento y la cultura con la más alta calidad. Al hacerlo, cumplen su función de formar mejores seres humanos y profesionistas comprometidos y competitivos capaces de resolver problemas, pero sobre todo de ofrecer soluciones eficaces ante los desafíos de la realidad.
Para tal fin, la eficiencia terminal es un medio indispensable. De acuerdo con algunas cifras consultadas, la titulación por medio de la elaboración de una tesis ha perdido importancia, y se han abierto otras opciones para conseguir que los estudiantes terminen en tiempo y forma su ciclo educativo a nivel superior. Así, estas alternativas se han convertido en la opción que han tomado decididamente las universidades particulares para no afectar sus indicadores y métricas. Sin embargo, cabe preguntarse si esta alternativa contribuye a los propósitos centrales que definen el quehacer de la universidad.
Veamos algunos datos duros. En la UNAM (DGP, 2019), durante 2005, 65% de los titulados optó por la tesis como la vía para obtener el título y en 2018 cayó a 26%, al tiempo que otras opciones (especialidad, maestría y exámenes colegiados) pasaron de 33 a 74%, que, si bien cumple con un propósito numérico de desarrollo institucional, afecta crucialmente el propósito de generar y difundir el conocimiento.
Una tesis bien hecha enriquece de manera significativa el aprendizaje del alumno y también los conocimientos de su director aun si no se dedican a la investigación, ya que durante el proceso de elaboración del documento los egresados adquieren habilidades que les permiten aprender a presentar proyectos y a redactar reportes escritos adecuadamente para su vida profesional, a la vez que el director –que no es asesor–[2] también se actualiza con ideas, preguntas y descubrimientos frescos de los alumnos. Muchas veces preguntas bisoñas y aparentemente inocuas –y hasta aparentemente inicuas– resultan verdaderos desafíos para los directores y los “obligan” a encontrar desarrollos intelectuales.
Por otro lado, esta actividad “escolar última” permite vincular de modo virtuoso docencia-investigación-generación de conocimientos en la medida que, idealmente, la elaboración de una tesis debe estar vinculada con el avance de proyectos profesionales e institucionales, profesionalizantes en el caso de los estudiantes y de investigación en el de los directores.
La elaboración de una tesis permite a los estudiantes acceder a conocimientos que no necesariamente aprendieron en su momento en las materias curriculares,[3] y les brinda la oportunidad de involucrarse en actividades laborales y de investigación institucionales que se desarrollan en diversos centros de trabajo y en universidades en todo el país. Al hacerlo, se da una importante vinculación de esfuerzos escolares “últimos” con la práctica profesional y con la investigación que tendrá efectos positivos relevantes en todos los sectores de la sociedad y de la economía. Por otro lado, el profesional y el investigador recibirán retroalimentación importante por el acopio de datos e ideas y por la curiosidad inquieta y las aportaciones frescas –o hasta incluso erróneas– de sus dirigidos. Dichas aportaciones pueden incluso abrir nuevas líneas de investigación y proyectos derivados de las ideas innovadoras de los alumnos.
En mi trayectoria como profesor de Licenciatura y de Posgrado he notado que por lo general los alumnos ingresan a la universidad con la intensión de incorporarse al mercado laboral en los sectores público y privado y relegan el académico al final de sus opciones. Elaborar una tesis, en mi experiencia, es una buena oportunidad de mostrarle a los alumnos cómo es el ámbito académico y de investigación y presentarles una opción más para su desarrollo profesional que podría haberse descartado erróneamente sin siquiera conocerla.
La tesis es útil, entonces, tanto para quienes decidan seguir una carrera académica como para quienes escojan otros derroteros al tener una mejor formación para plantear proyectos y realizar informes de trabajo en cualquier sector donde se desempeñen, convirtiéndose en mejores profesionales, ya sea para generar nuevos conocimientos en una institución educativa o para desenvolverse en el ámbito gubernamental, privado o de consultoría.
De hecho, una gran parte de los alumnos, tanto de Licenciatura como de Posgrado, presentan graves deficiencias de escritura, redacción y ortografía cuando llega el momento de hacer la tesis. La tesis es, en ese sentido, la última oportunidad que tienen para adquirir estas habilidades indispensables antes de ingresar al mercado laboral.
A pesar de las virtudes anteriores, que deberían permear todo este proceso, es común ver “golpes de realidad” donde ocurre exactamente lo opuesto, con lo cual se derivan efectos altamente perniciosos para alumnos e investigadores; para los primeros, porque las malas prácticas de los directores les dificultan la obtención del grado y, para los segundos, porque cuando el alumno no cumple su trabajo dejan de ganar en conocimientos y experiencias sacrificando buenos resultados de investigación.
Para los alumnos, la elaboración de la tesis resulta accidentado, frustrante y doloroso. Prueba de ello es que en Facebook proliferan sitios eminentemente catárticos coordinados por grupos estudiantiles que la refieren con insistencia como un proceso eterno y tortuoso que sería mejor evitar o sortear de la manera menos dolorosa. Los ejemplos abundan. A continuación, enumero algunos que sorprenden por sus narrativas:[4]
Quiero empezar mi tesis, ¿quién me ayuda?
Diferentes maneras de convertirse en zombie: por infección, por radiación, por virus y “por hacer tesis”.
José es tesista.
José se la pasa casi todo el día frente a la compu, aunque no avanza mucho en su tesis.
José se deprime a veces porque hace mucho que pospone la culminación de su tesis, pero siempre procrastina.
José dice que no acaba su tesis porque es un genio incomprendido.
¡No jodas, no seas como José! ¡Acaba de una buena vez tu ch@$?! tesis!
Porque no importa que quieras trabajar, enamorarte, casarte y tener hijos. No puedes hacer nada sin haber terminado la maldita tesis.
A veces quisiera tener novia, luego me acuerdo de la tesis y se me pasa.
–¿Qué haremos esta noche, Cerebro?
–Lo mismo que todas las noches: tratar de terminar la tesis, Pinky.
No es que tu hipótesis (tesis) sea mala, pero podría comerme una sopa de letras y vomitar mejores argumentos…
Por todo lo expuesto, queda claro que es necesario rescatar la importancia de la titulación vía tesis en el entendimiento de que este proceso debe considerarse como constructivo, en donde tanto el alumno como el director pueden enriquecerse y no verlo como un gran y molesto obstáculo a sortear. Además, se debe entender que con la elaboración de una tesis se logra el objetivo de generar conocimiento que incide positivamente en el desarrollo de la sociedad.
Agradecimientos
Agradezco los comentarios y anotaciones de Patricia Magaña, Miroslava Ramírez, Jorge Ramírez, Carolina Ramírez, Estefany Licona y Javier Valdez. Sin embargo, la responsabilidad de lo que digo u omito es exclusivamente mía.
Referencias
Agis, K. (2016). 23 memes demasiado trágicos para los que están haciendo la tesis. Consultado el 4 de octubre de 2019. Disponible en https://www.buzzfeed.com/mx/karlaagis/di-no-a-la-tesis
(DGP) Dirección General de Planeación (2019). Numeralia. Consultado el 3 de septiembre de 2019. Disponible en http://www.estadistica.unam.mx/numeralia/
Notas