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Sentidos subjetivos en una víctima del conflicto armado colombiano1
Subjective senses in a victim of the Colombian armed conflict.
Reflexión Política, vol.. 21, núm. 43, , 2019
Universidad Autónoma de Bucaramanga

Derechos humanos y conflicto


Recepción: 04 Marzo 2019

Aprobación: 15 Octubre 2019

DOI: 10.29375/01240781.3533

Resumen: La presente investigación se realizó con un enfoque cualitativo y cohorte interpretativa, lo que permitió asumir el testimonio narrativo de una víctima del conflicto armado colombiano en el corregimiento de Santa Isabel, César; para indagar y construir a partir de él los sentidos subjetivos que le son propios. Se desarrolló una entrevista profunda con uno de los líderes comunitarios del corregimiento de Santa Isabel, él asumió este rol en un escenario de resistencia y en un periodo de altas olas de violencia social dirigidas hacia la población civil por parte de actores armados. Se evidencian cuatro configuraciones subjetivas con sus respectivos sentidos subjetivos: la muerte (asesinato de vecinos y miembros de la comunidad, muerte del padre), la desconfianza y temor (hacia las instituciones), las prácticas sociales (familia, liderazgo en la Junta de Acción Comunal), y la zozobra (en el territorio). Se reconoce cómo en condiciones adversas el sujeto se yergue para ser, para hacerse.

Palabras Clave: Sentidos subjetivos, configuración subjetiva, subjetividad, víctima, conflicto armado.

Abstract: The present research is of qualitative approach of interpretive cohort that allowed to assume the narrative testimony of a victim of the Colombian armed conflict in the corregimiento de Santa Isabel, César; to dig in and build from him, the subjective senses that are his own. For this, an in-depth interview was developed with one of the community leaders of the San Isabel corregimiento, he assumed this role in a scenario of resistance and in a period of high waves of social violence directed towards the civilian population of part of armed actors. Four subjective configurations are evident with their respective subjective senses: death (murder of neighbors and community members, death of the father), distrust and fear (towards institutions), social practices (family, leadership in the Communal Action Board) zozobra (in the territory). It is recognized as in adverse conditions, the subject stands to be, to be made.

Keywords: subjective senses, subjective configuration, subjectivity, victim, armed conflict.

Introducción

A lo largo de su historia, Colombia ha sufrido guerras que han dejado consecuencias no solo económicas y políticas, sino también humanas, sociales y culturales, tanto para los sectores combatientes como para los no combatientes (Macías, Mendoza, León, Riveros, Vera, Bernal, & Reyes, 2018). Estos últimos, que son expresión de la sociedad civil, sufren las consecuencias psicosociales del desplazamiento, el despojo de sus tierras, la pérdida de sus vidas, la estigmatización social por parte de los sectores armados, quienes los señalan de ser auxiliadores del bando contario (Correa y Rueda, 2000; Bello, 2017; Sacipa, 2003).

En Colombia se conformaron diversos grupos al margen de la ley, entre los que se encuentran el Ejército Popular de Liberación (EPL), el Movimiento diez y nueve de abril (M-19), el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC); estos tres últimos tuvieron una mayor incidencia en el conflicto armado colombiano, lo que evidenció un incremento de su presencia y la violencia en diversas zonas estratégicas de la geografía colombiana.

A raíz de esta violencia, se encuentran registradas como víctimas del conflicto armado colombiano 8.910.526 personas (Registro Único de Victimas, 2019) de las cuales 343.427 se encuentran registradas en el Departamento del Cesar. Sin embargo, pese a la cifra de víctimas del conflicto armado colombiano, son pocos los trabajos que se han realizado con el objetivo de conocer las implicaciones a nivel de la subjetividad, la configuración subjetiva y el sentido subjetivo (Meertens, 2000; Demera, 2007; Bello, 2017), de allí la importancia de la presente investigación que pretende conocer los sentidos subjetivos que emergen en una víctima del conflicto armado.

Ahora bien, el corregimiento de Santa Isabel pertenece al municipio de Curumaní, el cual limita por el norte con el municipio de Chiriguaná, por el oriente con el departamento de Norte de Santander y la República de Venezuela, y por el sur con el municipio de Pailitas (Alcaldía de Curumaní, 2008). Debido a su ubicación geográfica, el municipio de Curumaní presentó una alta presencia de actores armados, como el frente 41 de las FARC, el frente Camilo Torres del ELN y las Autodefensas Campesinas del Sur del Cesar (AUC). Lo anterior generó hechos victimizantes como homicidios, desplazamiento forzado, y ataques contra la población civil, esto ubicó a Curumaní entre 1997 y 2001 como uno de los municipios con un nivel de homicidios por encima del promedio nacional y departamental (Arias, 2009)

Hablar de los costos psicosociales de la guerra (Correa y Rueda, 2000; Bello, 2017; Sacipa, 2003) implica reconocer el homicidio y el desplazamiento como estrategias de los grupos guerreros, a través de los cuales la población civil abandona su condición de sujetos de poder y de derechos, incrementando su influencia hasta la eliminación de cualquier tipo de organización social, lo que trae consigo y como consecuencia para estos, reacciones emocionales de miedo, angustia, tristeza, incertidumbre, desesperanza, sentimientos de pérdida con relación a la muerte de seres queridos, que, en cuanto a cargas afectivas, se expresan en somatizaciones corporales tales como dolores de cabeza, dificultades para dormir y alimentarse.

Correa y Rueda (2000) sugieren que en las víctimas del conflicto armado suelen ser frecuentes las manifestaciones de ira, por lo que su tolerancia es disminuida en situaciones difíciles, siendo visible un daño en el tejido familiar y social. Lo anterior se instaura en sujetos concretos (subjetividad individual) y se expresa con reacciones de diverso orden a nivel colectivo (subjetividad social).

Gonzáles Rey (2008) propone el concepto de subjetividad social como un sistema de producciones subjetivas que se instauran en los sistemas de relaciones entre los sujetos que comparten un mismo contexto2.

Esa producción subjetiva es producto de las dinámicas que se organizaron en el curso del tiempo, esto generó sentidos subjetivos que se configuran en torno a códigos, valores dominantes y relaciones de poder, que a su vez configuran de diferentes formas otros espacios y sistemas de relaciones, donde lo que ocurre en cada uno de ellos -la escuela, el grupo informal y la familia- está alimentado por producciones subjetivas de otros espacios sociales. Los sentidos subjetivos y las configuraciones subjetivas son producciones que tienen lugar en el curso de la vida social y cultural, pero que no son un reflejo de esos procesos, no están determinadas entre sí.

Las configuraciones subjetivas son una producción que cada cual realiza sobre una experiencia vivida, en la cual el sistema, el contexto y los desdoblamientos de la acción de la persona son inseparables. Cualquier momento de la historia del sujeto puede aparecer como un elemento de sentido de su configuración subjetiva, por lo que la experiencia vivida, sea esta directa o indirecta, incidirá en la forma en que se van integrando nuevas configuraciones de sentido.

Cuando se introdujo la categoría de sentido subjetivo (González Rey, 1995), nos propusimos superar la reducción del sentido subjetivo a la palabra, y se definió como la expresión simbólico emocional de la realidad en sus múltiples efectos, directos y colaterales, sobre la organización subjetiva actual del sujeto y de los espacios sociales en que aquel actúa. (Gonzáles Rey, 2010, p.12)

Al hablar de sentidos subjetivos se plantea estos como "la relación inseparable entre lo simbólico y lo emocional, donde uno evoca al otro sin ser su causa" (Gonzáles Rey, 2010, p. 246). Y se adiciona "El concepto de sentido subjetivo está en la base de una propuesta sobre la subjetividad en una perspectiva histórico-cultural" (Gonzáles Rey; 2008, 2011), por lo que en su caracterización se asumen así: a) ser entendidos como una unidad subjetiva cuyo foco, en lugar de estar situado en la relación entre la palabra y los elementos psicológicos de la conciencia, como en su momento afirmó Vygotsky, está en relación (es una unidad) con los procesos simbólicos y emocionales; b) reconocer que todo el material simbólico emocional que los constituyen son producidos con base en la experiencia de vida de las personas; c) no ser operaciones que se interiorizan tal cual ocurren, por el contrario, emergen como producciones que resultan de la interrelación entre las configuraciones subjetivas en un campo social y los sentidos subjetivos que emergen de las acciones y procesos vividos por el sujeto en ese espacio. d) asumir que la emergencia de uno de ellos evoca al otro sin convertirse en su causa; e) formar infinitas cadenas con diversas formas de expresión según lo histórico y contextual en que el sujeto se encuentre; f) expresar la inmersión del sujeto en el mundo mediante un proceso de permanente desarrollo con múltiples desdoblamientos e independencias de los elementos que le dieron origen; g) no son contenidos idénticos, factibles de repetirse en diferentes acciones de la persona; h) ser únicos, representan aquella unidad que emerge en contexto y que es resultado de la unión entre varias configuraciones de la personalidad en un momento concreto; i) presentar una tensa integración entre las configuraciones subjetivas ya constituidas y las que se encuentran en desarrollo en el curso de su acción; j) generar una multiplicidad de efectos colaterales que se asocian a nuevas producciones de sentido subjetivo

Quienes viven experiencias victimizantes y con ello desplazamiento interno, entran en juego sentidos subjetivos diferenciados a partir de las configuraciones subjetivas que se desarrollan en historias de vida particulares. No podría decirse que en las 8.910.526 víctimas de desplazamiento forzado (Registro Único de Victimas; 2019) se desarrollan las mismas producciones subjetivas. Por el contrario, en cada una de ellas entran en juego procesos simbólico-emocionales en relación con condiciones étnicas, raciales, de género o clase social particulares. Por ello la necesidad de investigar fenómenos como el conflicto armado desde las singularidades de quienes hayan sufrido los hechos victimizantes.

1. Método

La presente investigación se enmarcó en un enfoque cualitativo dada la naturaleza del fenómeno social y el tipo de pregunta/problema que se abordó, lo que permitió asumirlo desde una perspectiva narrativa e interpretativa, donde la importancia no radica en el número de historias o testimonios recolectados, sino en la densidad de la narrativa y el sentido teórico que se derive de ello (Creswell, 2007).

Las narrativas se pueden abordar de diferentes maneras, pero todas ellas privilegian el discurso mediante el cual el sujeto se enuncia y con ello explicita su subjetividad. Así, tenemos la correspondencia, los diarios íntimos, las memorias, que según Laclau (2005) corresponden a maneras de escritura de la modernidad, donde se asumía la existencia de un sujeto autónomo, autocentrado y estable que le daba anclaje a la realidad. También se cuenta con los relatos de vida, las historias de vida, las autobiografías y las entrevistas. Estas, en cuanto formas autobiográficas son una expresión de la postmodernidad. Se caracterizan porque el sujeto se asume descentrado, constituido desde diversas estrategias discursivas de autorepresentación a partir de su otredad, donde la enmarcación del diálogo le da sentido a su discurso, por lo que el sujeto se constituye a través de este, (Arfuch, 2005)

Este enfoque cualitativo considera la producción del conocimiento de manera constructiva y dialógica, donde lo singular es un referente para la producción de modelos teóricos (Gonzáles Rey, 1997; Díaz, González Rey, y Arias, 2017)

La pregunta de conocimiento que orientó la investigación - y por ende el argumento central del presente artículo- fue la siguiente - ¿Qué sentidos subjetivos emergen en una víctima del conflicto armado colombiano en el corregimiento de Santa Isabel, Cesar? Esta se desdobla en unos objetivos que la direccionan así: conocer los sentidos subjetivos que emergen en una víctima del conflicto armado colombiano en el corregimiento de Santa Isabel, Cesar; interpretar3 cómo se configuran los sentidos subjetivos que emergen en una víctima del conflicto armado en el corregimiento de Santa Isabel, Cesar.

1.1. Procedimiento

La andadura investigativa mediante la cual se desplegó el enfoque asumido se logró gracias a la empatía general que se estableció desde la vivencia cotidiana que vivió uno de los investigadores durante seis meses en el marco de un proyecto de intervención comunitaria que se implementó en el corregimiento donde habita el participante. Tal andadura se expresa en las siguientes seis fases.

1.1.1. Selección del participante y socialización de la propuesta

El participante de la presente investigación se selecciona por conveniencia a partir de los siguientes criterios: a) ser víctima del conflicto armado colombiano; b) haber residido en el corregimiento de Santa Isabel, César entre 1990 y 2006, periodo en el que ocurrieron gran parte de los hechos victimizantes; c) participación y liderazgo comunitario; d) disponibilidad. A partir de ello se selecciona un hombre de treinta y dos años, miembro activo de la Junta de Acción Comunal, quien además la lideró como presidente entre el 2004 y el 2012. Posteriormente, se le presenta el respectivo protocolo con objetivos, esbozo metodológico, criterios éticos, uso y devolución de la información y consentimiento informado.

1.1.2. Selección de técnicas para la recolección de la información

Como en la indagación de la subjetividad interesa que el sujeto se narre (Arfuch, 2005; Sautu, 2004) se eligieron dos técnicas; la primera corresponde a la línea del tiempo, en la que se representan de manera gráfica o simbólica recuerdos que se asocian a hechos significativos de la vida de acuerdo con una idea generadora, registrándolos sobre una línea en la que se demarcan los hitos temporales propuestos por el participante. La segunda corresponde a la entrevista a profundidad, mediante la cual se busca conocer los acontecimientos más significativos de la vida del entrevistado y las expresiones subjetivas derivadas de estas experiencias

1.1.3. Construcción de instrumentos

1.1.3.1. Línea de tiempo y Guion conversacional

Para el desarrollo de la línea del tiempo se hizo la siguiente pregunta orientadora ¿Qué acontecimientos positivos o negativos han sido importantes en su vida durante el periodo 1990- 2006? A partir de este dispositivo se empieza a conversar con el habitante para ampliar los hitos que allí ha consignado, resultando al final cuarenta y cuatro preguntas que han emergido de dicho diálogo. Es de precisar que, por la condición misma de la Técnica, las preguntas no se formulan a priori, sino que estas surgen en la procesualidad de la interacción narrativa profundizando en aspectos relacionados con las configuraciones subjetivas que se constituyen en el contexto del conflicto armado colombiano.

1.1.3.2. Guion para la entrevista a profundidad

A partir de la anterior narrativa se realizó la construcción de un guion para la entrevista a profundidad orientada por las siguientes preguntas, ¿Cómo se vinculó a la junta de acción comunal?, ¿Cómo se vinculó a lucha por los derechos de la comunidad?, ¿Cómo se vinculó a la lucha por los derechos de las víctimas? De éstas, se desprendieron ocho nuevas ideas generadoras que permitieron una mayor información sobre las vivencias subjetivas constitutivas de la vida del sujeto.

1.1.4. Recolección de la información

En el desarrollo de esta fase se realizaron encuentros breves de entre cinco y diez minutos con el fin de generar condiciones para el desarrollo de los procesos conversacionales, se acordó el lugar (su casa/lugar de trabajo) y los tiempos (35 y 55 minutos) para la ampliación de la entrevista. Estas fueron grabadas y luego transcritas para contar con el texto narrativo que permitiera su análisis.

1.1.5. Categorización de las narrativas

La producción de conocimiento no es un acto mecánico, ni el desarrollo de una receta. Es, sobre todo, un proceso de pensamiento, el despliegue del pensar, donde el investigador creativa y novedosamente cruza sus referentes teóricos con los hallazgos empíricos (las narrativas lo son si las asumimos no como la verdad objetiva, el número, sino como el dato a trabajar), esto coincide con el planteamiento respecto de que "la información la producimos, por eso, no es solo recolección de datos como dice la investigación empírica, sino que es proceso de producción de significados" (Díaz, González Rey, & Arias, 2017, p.134). Por eso, el texto narrativo es leído varias veces, reconociendo su tono, su contenido y nominando cuatro ideas gruesas (configuraciones subjetivas), la muerte, la desconfianza y el temor, las prácticas sociales y el territorio, estas se expresan en perspectiva, personal, familiar, y social. ¿De dónde sale tal clasificación?, en principio de la lógica misma de la narrativa obtenida mediante la línea de tiempo y la entrevista a profundidad, esto se acompaña del trabajo intelectual que realiza quien categoriza y logra ver las densidades y opacidades que allí se presentan para destacar aquello que surge como novedad.

Por ello en las acciones investigativas no hay conocimiento a priori, este surge desde el trabajo intelectual del investigador quien da cuenta de la particularidad de su andadura, es decir, de la reconstrucción de su método. En tal sentido encontramos que "en él estamos nosotros, están nuestros prejuicios, está todo; la ciencia es un fragmento de vida humana, no se puede ser aséptico en relación con ella. Esto es lo que se ha intentado y en lo que nos han formado históricamente. (Díaz, González Rey, & Arias, 2017, p.134)

Dado lo anterior, en la presente experiencia, así como se construyeron los instrumentos para la recolección de la información, se hizo con respecto a la categorización de las narrativas obtenidas. Teniendo las configuraciones subjetivas se seleccionan, y en una lectura de segundo y tercer orden de profundidad se reconocen ideas finas que son clasificadas en seis sentidos subjetivos así: asesinato de vecinos y miembros de la comunidad; muerte del padre; desconfianza y temor hacia las instituciones; prácticas sociales y familiares; liderazgo en la Junta de Acción Comunal; Zozobra en el territorio.

Teniendo estos referentes se elaboró una matriz de análisis, en el eje horizontal se incluyeron las nominaciones de las configuraciones subjetivas, y en el eje vertical las correspondientes a los sentidos subjetivos. Esto sirvió como "marco" para consignar de manera más amplia, la narrativa que daba cuenta de ellos como expresión de la subjetividad.

1.1.6. Análisis de la información

Es necesario tener en cuenta que en la entrevista a profundidad quien narra lo hace

(...) desde su subjetividad, pero es incapaz de interpretarla porque para eso tienen que existir el conocimiento científico; un encuadre desde la ciencia; los recursos de significación que permitan acompañar en su continuidad las brechas que el sujeto en primera persona no ve; que inclusive el investigador no ve de forma transparente. Esto también desdogmatiza la ciencia porque no sacraliza el lugar del investigador, quien también está preso de aquello que Freud llamaba mecanicistamente cotransferencia, pero que hoy vemos como la producción que hago del otro a través de mi subjetividad. De no ser así, lo único que existiría sería la objetividad. (Díaz, González Rey, & Arias, 2017, p. 136)

Por ello, una vez significadas las configuraciones subjetivas y los sentidos subjetivos, se procedió a interpretarlos y dotarlos de sentido teórico, lo que "le permite al investigador configurar la intención discursiva más potente que cualquier fenómeno estudiado puede otorgar: la interpretación" (Bermúdez, 2017) en cuanto ejercicio de pensamiento propio de los procesos investigativos.

2. Resultados

A continuación, se presentan los sentidos subjetivos configurados desde la investigación dado que "yo no deduzco tu subjetividad, la tengo que construir en espacios que no están explícitos dentro de la narrativa... No es describir lo que dices, sino construir a partir de cómo lo dices" (Díaz, y González Rey, 2005) por lo que se presenta un despliegue interpretativo de la narrativa presentada por el habitante que participa del proceso de indagación y que se expresa - como se ha planteado previamente-en seis sentidos subjetivos.

2.1 Primer sentido subjetivo: asesinato de vecinos y miembros de la comunidad

La interacción es una forma por excelencia mediante la cual se construyen relaciones de comunidad y vecindad en espacios geográficos como la vereda o el corregimiento. Quienes en ellas habitan, constantemente se encuentran, intercambian y comercializan sus productos y espacios simbólico/ emocionales. Por lo tanto, el asesinato de uno de los vecinos es sentido, no solo en el plano individual por sus familiares cercanos, sino que es un acontecimiento comunal que afecta la subjetividad social y los sentidos subjetivos de sus integrantes, dadas las acciones de violencia protagonizada por actores armados.

"(...) la violencia no paró, la violencia no tuvo pare aquí. Claro que no íbamos a decir que todos los días había un muerto y enfrentamientos, pero entonces eran cortos los tiempos en que no, porque te estoy hablando de los acontecimientos más resaltables, porque si hablamos de muerte, hubo muertes selectivas, casos donde se mataba una persona, se mataban dos tres personas, que de esos no estamos hablando, había desaparición, que de eso no estamos hablando (...) la violencia no paró, la violencia no paró, hasta el año 2005 que es donde ya se da la desmovilización de las autodefensas". E1

Como se aprecia, la violencia no se reduce a su expresión más radical de asesinato del otro, sino que de manera rizomática y como procesualidad, se materializa en enfrentamientos entre los actores armados, lo que afecta a la población civil; desapariciones de pobladores señalados por los bandos contrincantes de enemigos; desplazamientos productos de las anteriores acciones, que si bien no son prácticas diarias, sí son frecuentes, volviéndose significativas y características de las dinámicas del corregimiento, por lo que se "generan consecuencias de carácter no sólo económico y político, sino también psicosocial y cultural en la vida de las personas, las familias y las comunidades, a causa del maltrato psicológico al que son expuestas" (Sacipa, 2003, p. 51).

2.2 Segundo sentido subjetivo: muerte del padre

Según Camaño, Vergara & Montes (2013) al presentarse hechos victimizantes que afectan la estructura familiar, al reducirlas, dividirlas o descompensarlas, suele presentarse deterioro de las redes afectivas y comunitarias. En el presente caso, el asesinato del padre convierte la familia del sujeto en monoparental, generando sentidos subjetivos relacionados con la unidad familiar, los cuales se presentan de la siguiente manera:

"Claro, nosotros éramos más unidos, estábamos juntos los 6 hermanos, mi papá y mi mamá, eso nos desintegró (...) a medida del tiempo fueron creciendo y cada quien fue agarrando su camino (...) cuando pasan estos casos la familia, ehh cambian, cambian los pensamientos, porque de pronto mis hermanos a temprana edad comenzaron a desprenderse, a irse, ya querían, querían depender como de sí mismos, entonces comenzaron a trabajar desde muy joven, entonces eso hizo que toda nuestra proyección, por lo menos, mi papá, en ese momento que mi papá fallece él tenía proyecciones y eso, nos cortó todo". E1

Las producciones subjetivas -dado el asesinato del padre- se reformulan. Emerge en los miembros de la familia la necesidad de independencia y emancipación, por lo que la unidad familiar se va desvaneciendo, las metas y proyecciones que se tenían a nivel familiar pasan a un segundo plano.

Al respecto, autores como Jiménez y Parra (2010) plantean que a raíz del conflicto armado se generan alteraciones, transformaciones y resignificaciones sobre los referentes con los cuales se construyen identidades a nivel individual, familiar y social. De esa manera, el rol de hijo, hermano, niño o adolescente se va transformando y reconfigurando hacia una nueva dinámica de vida.

Por otro lado, en la subjetividad humana constantemente ocurren desdoblamientos e independencias de los sentidos y configuraciones subjetivas propios de la historicidad de la vivencia de cada individuo, por lo que se reconfiguran constantemente las producciones subjetivas.

"La muerte de mi papá se da por mala información de otras personas, quienes lo acusaban que era colaborador de las autoridades, de las leyes en ese momento, y eso llegó, o sea esa mala información fue dada al grupo, a la organización de los Elenos y ellos fueron los que le dieron muerte, pero nosotros hasta el día de hoy creemos que nuestro padre fue inocente, inocente de todo lo que lo acusaron".E14

Como se aprecia, se configura la imagen del padre como un sujeto inocente que encontró la muerte de manera injustificada en un contexto en el cual la violencia no discrimina. Por lo tanto, nadie se encuentra a salvo. De esa manera, en cuanto el padre es asesinado aun siendo ajeno a grupos y organizaciones al margen de la ley, se van configurando sentidos subjetivos asociados al temor y a la zozobra dadas las condiciones de violencia que se viven.

2.3 Tercer sentido subjetivo: desconfianza y temor hacia las instituciones

Gonzales Rey (1993) hace alusión al concepto de subjetividad social como aquel sistema de configuraciones subjetivas que se producen en las distintas instancias de la vida social mediante instituciones, grupos sociales y familiares, los cuales constituyen la red de lo social.

"(...) No solamente con miembros de la comunidad, sino con las mismas autoridades, por lo que vieron nuestros ojos, por lo que nosotros pudimos presenciar, no se contaba con la autoridad (...) nosotros llegamos un momento en que ni contábamos con policía, ni contábamos con ejército, porque estando el ejército aquí y con apoyo del mismo ejército, fue que ocurrió la masacre en la vereda lamas verdes (...) eso nos llevó a nosotros a no tener confianza, a no tener confianza, o sea nosotros perdimos la confianza en el ejército y la misma policía". E1

Teniendo en cuenta que la subjetividad humana se encuentra configurada por producciones simbólico-emocionales que surgen de acciones y acontecimientos, estas actuaciones de la fuerza pública fueron significativas para los habitantes de este corregimiento. El ejército y la policía simbolizan la presencia armada y la fuerza legítima del Estado para velar por la seguridad de la comunidad, pero desde sus actuaciones contra la población civil, la figura del Estado como ente encargado de la satisfacción de derechos pierde legitimidad.

"(...) Cuando uno ve que se le niega el apoyo a la comunidad, se le niega el apoyo a un pueblo, cómo podemos tener confianza en las instituciones, cuando uno se está dando cuenta, uno es testigo presencial de lo que están haciendo (...) había temor, o sea no se hacían denuncias (...) había temor, todos esos años fue un silencio". E1

Gonzáles Rey (2008) plantea que producciones subjetivas hacia espacios sociales como la familia, la comunidad y los grupos informales se entrelazan entre sí, constituyendo la red de la subjetividad social. De esa manera, sentidos subjetivos asociados al temor y a la desconfianza no se dirigen solo hacia la fuerza pública, también trascienden a instituciones del estado encargadas de recibir denuncias sobre vulneraciones contra la población civil.

2.4 Cuarto sentido subjetivo: prácticas sociales y familiares

Los sentidos subjetivos que se configuran producto del conflicto armado evidencian, además de afectaciones físicas, consecuencias psicológicas como los sentimientos de pérdida y desarraigo de tradiciones familiares cargadas de expresiones simbólicas y emocionales; por ejemplo, las fiestas decembrinas, las vacaciones de mitad de año, o el desarrollo de prácticas deportivas y culturales. La violencia partió en dos las dinámicas de la comunidad, veamos:

"En cualquier tiempo se hacían los paseos en familia y con amigos, se salía a las quebradas, donde había buenos sitios para uno recrearse y hacer comida, todo eso se perdió, las prácticas deportivas, igual, se trata de hacerlas, pero no como antes, qué podemos decir, que la violencia partió ese tipo de cosas buenas que se veían en la comunidad". E1

Al respecto, Téllez (2010) plantea que los espacios y escenarios comunitarios se llenan de sentido a partir de las relaciones que ocurren en ellos, los cuales, a su vez, permiten la construcción de experiencias cotidianas, en las cuales existen prácticas colectivas que nutren y afianzan las relaciones humanas y comunitarias. De esa manera, espacios anteriormente utilizados como lugares de encuentro socio familiar, como ríos o quebradas, cargados de producciones subjetivas de pertenencia e identidad hacia el territorio, son resignificadas en medio de la violencia. Pasan a considerarse como lugares y prácticas riesgosas para amigos o familiares. Una vez cesa la violencia vuelven a realizar estas prácticas; sin embargo, ya no tienen la incidencia y significado que tenían anteriormente, evidenciando rupturas a nivel del tejido social comunitario.

2.5 Quinto sentido: liderazgo en la Junta de Acción Comunal

Autores como Correa y Rueda (2000), sostienen que una de las estrategias de los guerreros es lograr que la población civil abandone su condición de sujetos de poder y sujetos de derecho, incrementando así su influencia. Pero frente a esto siempre se presenta la opción de la resistencia y la participación social. En el presente caso, a raíz de las intimidaciones contra aquellos que ejercían el liderazgo en la comunidad, se generan procesos de respaldo hacia la junta de acción comunal como la única instancia organizativa capaz de oponerse a los atropellos del Estado y los grupos armados ilegales, así lo dice el entrevistado.

"Después de la soledad que vivíamos del desplazamiento, que éramos pocas personas, sentíamos el impulso dentro de sí por no dejar caer la junta, una junta de muchos años, se temía que la junta desapareciera y en esa momento nadie se le querían meter a liderar desde la junta y representar desde la comunidad porque había temor, los líderes en ese momento trabajan pero lo hacían con mucho temor a la presión de los grupos violentos, inclusive muchos líderes comunales perdieron la vida a raíz de su liderazgo y la defensa que hacían por su territorio". E1

Gonzáles Rey (2016) plantea al sujeto como un agente activo, generador de alternativas subjetivas frente a lo que vive. Desde allí se reconoce que - en este caso- las víctimas trascienden el ser simples receptores de prácticas y estructuras sociales, configurando nuevos sentidos subjetivos que constituyen los momentos procesuales de sus historias de vida, permitiendo la emergencia de potencialidades individuales (ejercicio del liderazgo) y su puesta en común en escenarios sociales (Junta de Acción Comunal) como se aprecia en la siguiente narrativa del entrevistado

"Nosotros viendo la necesidad y que nadie recién quería medírsele a representar a la comunidad desde la junta de acción comunal, nosotros nos le medimos en medio del conflicto (...) nosotros por lo menos desde la JAC, era un medio de decirle a la comunidad que guardáramos la esperanza, que Santa Isabel tendría su momento de volver a levantarse, de poder surgir". E1

2.6 Sexto sentido subjetivo: zozobra en el territorio.

El territorio es un espacio que se valora simbólicamente como zona de refugio, medio de subsistencia y de recursos económicos. El territorio representa un sitio de apego afectivo, símbolo de pertenencia integrado a los sistemas culturales (Giménez 1996). Durante el conflicto armado, el despojo del territorio se convierte en una estrategia de guerra de los grupos armados, esto con el fin de aumentar su control territorial, desarticular las bases sociales e intimidar a la población civil.

"Seguía el conflicto, nos fuimos a la ciudad de Valledupar, de donde es mi esposa, pero muy difícil para mí porque como te decía no adaptado al ambiente de la ciudad (...) porque fue muy difícil, no nos pudimos adaptar (...) siempre hemos sido una familia de vivir este ambiente, familia de pueblo, del campo, no hemos sido personas de vivir el ambiente de ciudad (...) eso hizo que nos devolviéramos y entonces enfrentar esa situación porque la zona todavía estaba muy, entonces ehh uno como que se adaptó a esa situación, ese ambiente de violencia, en medio del miedo y todo normal, nos adaptamos a ese ambiente". E1

Los sentidos subjetivos construidos respecto del territorio se revisten de una carga simbólica emocional, al constituirse como un espacio que representa para la familia un medio de trabajo y subsistencia. De esa manera, la ciudad es algo extraña, ajena, cargada de una emocionalidad de desadaptación, contrariedad y malestar. Jiménez y Parra (2010) han evidenciado en poblaciones víctimas del conflicto una división en la historia de los territorios a partir de dos momentos: el primero, antes de la guerra; asociado a paz, tranquilidad, producción, unión familiar y solidaridad. El segundo, después de la guerra; significado como extraño, ajeno, que es tachado, marginado y rechazado.

Aun así, y aunque continúa la condición de violencia, dados los procesos de subjetivación y de despliegue de nuevas configuraciones y sentidos subjetivos se realizan procesos de adaptación para vivir en medio de estas prácticas.

En investigaciones como las realizadas por Sacipa (2003) con poblaciones víctimas del conflicto armado se encuentran -a nivel emocional-reacciones como angustia, tristeza, incertidumbre y desesperanza. En este mismo sentido, Camaño, Vergara & Montes (2013) reportan respuestas como miedo, dificultades para dormir, ansiedad y depresión. Por su parte, Ibáñez & Velásquez (2006) han encontrado en poblaciones víctimas del conflicto, la aparición de reacciones emocionales de temor e inseguridad frente a la integridad física y psicológica, la desestructuración brusca de la vida cotidiana, debido a la ausencia de referentes habituales como el trabajo, el hábitat, las relaciones sociales y familiares, por lo que las producciones subjetivas emergentes se expresan desde producciones simbólico- emocionales como el temor y la angustia. En la presente investigación se reconocen como efecto de la violencia, sentidos subjetivos de zozobra como proceso integrador de las anteriores expresiones emocionales.

"La zozobra, si claro, nosotros todos los días que amanecía uno siempre estaba pensando en eso, porque nosotros eeh había presencia de autodefensas y había presencia en la zona de guerrilla, entonces era un conflicto muy vibrante (...) momentos donde uno tenía que agarrar a las niñas de la mano porque ellas querían salir corriendo (...) en muchas veces nos tocó salir a dormir a sitios, fincas, a escondernos, porque o sea el miedo nos llevó a todo eso, desde muy temprana edad mis hijos comenzaron a saber lo que es sentir miedo, el temor a la violencia". E1

La Zozobra, como estado de ánimo generalizado, se vive cotidianamente ante lo impredecible de las acciones de los protagonistas directos del conflicto armado, y lleva a asumir comportamientos espontáneos de protección, huida, escondite o camuflaje, junto con los integrantes más indefensos de su núcleo familiar. Estos acontecimientos violentos arrasan consigo a la población civil sin ninguna diferenciación, tornándose en hechos significativos que generan sentidos subjetivos característicos de la subjetividad en el curso de esas acciones.

"Bueno, la afectación a las familias de Santa Isabel yo diría que tiene, que tuvo una gran dimensión porque, de estar tranquilo, de vivir en familia, de gozar, de aquellos bienes que poseía en ese momento cada familia, sus parcelas, sus propiedades, gozar de todo eso, gozar de la tranquilidad a pasar a vivir en zozobra, yo pienso que la afectación fue extrema". E1

Ibáñez & Velásquez (2006) han encontrado que los juegos, el lenguaje, las relaciones de poder, y la forma de percibir el mundo, están ligados a expresiones simbólicas propios del contexto de guerra. De ahí que, en muchos casos, como efecto psicosocial se valide la violencia - por encima del diálogo y la negociación- como medio de resolución de los conflictos.

Conclusiones

A la hora de estudiar los efectos del conflicto armado, es importante leerlo más allá de sus cifras, ahondar en sus cualidades, en la procesualidad constitutiva de la subjetividad. Para reconocer - como en el presente caso- producciones subjetivas derivadas de estos contextos, que se tornan en potenciales generadores de violencia o en esperanza de paz, según despliegues particulares de la subjetividad, en cuanto los sujetos tienen, desde la subjetividad, la posibilidad de optar por una u otra alternativa, mediante lo que Flórez (2015) denomina "tácticas de des-sujeción" y que entiende como un continuo acercamiento y alejamiento del poder.

Cada vez se reconoce más la importancia de las emociones en el despliegue de la política (Latorre, 2005; Nussbaum, 2014; Gómez, 2017). Las personas que viven en medio del conflicto armado van constituyendo su subjetividad a partir de producciones emocionales como la tristeza, la desesperanza, el miedo, el temor y la angustia, que en cuanto sentido subjetivo de zozobra se instaura como producción subjetiva característica de su respectiva historia de vida, "las emociones dan sentido a las acciones de los sujetos, vehiculizan los procesos de solidaridad y también de conflictos" Arias (2017).

La subjetividad se configura no por la influencia directa de eventos y situaciones, sino por producciones subjetivas que de ellos se elaboran. Por eso, ante una misma situación de violencia se generan sentidos y configuraciones subjetivas diferenciadas, las cuales hacen necesaria la generación de espacios y mecanismos mediante los cuales las victimas puedan manifestar lo que ha sido el conflicto armado a partir de sus subjetividades.

Como el despliegue de la subjetividad no se da en el vacío, adquiere importancia el vínculo que los sujetos construyen hacia el territorio, este más que un lugar físico, es un espacio simbólico emocional que se vive como refugio, medio de subsistencia, consecución de recursos económicos y de encuentros familiares (Muñoz, 2017; Reyes, 2017). Por lo que, cuando ocurren procesos de desplazamiento, se genera desestructuración de la vida cotidiana, lo que emerge producciones subjetivas de frustración, malestar, y desesperanza.

Por último, una vez los mecanismos e instituciones del estado pierden legitimidad, se reconoce la importancia que adquieren las formas organizativas comunitarias como las Juntas De Acción Comunal (JAC) que permiten el despliegue de prácticas como el liderazgo y la emergencia y reconfiguración de producciones subjetivas hacia ellas, como espacios de encuentro, esperanza y medio de resistencia.

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Notas

1 El presente texto se deriva de las Investigaciones: Sentidos subjetivos emergentes en una víctima del conflicto armado colombiano; y, El laboratorio de paz educativo como propuesta para la formación de sujetos políticos. Código: 1- 19- 3 Inscrito ante la vicerrectoría de investigaciones, innovación y extensión de la Universidad Tecnológica de Pereira.
2 El presente artículo se enmarca en esta perspectiva denominada histórico cultural compleja. Lo anterior, dado que asume que el sujeto se constituye apopléticamente, no es estático, y se desdobla en las dimensiones simbólico afectiva.
3 Desde el enfoque cualitativo no existe - para el caso de lo social- lo objetivo, sino un proceso de construcción intersubjetivo de la realidad, por lo que en el proceso de interpretación no se da la relación sujeto -objeto. De esta manera, la investigación narrativa -de forma particular como ocurre en el presente caso- en la que se hace uso de la entrevista a profundidad, no tiene una acción instrumental y aséptica, la lectura del texto genera identidad y emoción con lo que allí está escrito, que es expresión de una vida en horizonte colectivo. Pero se debe tomar distancia reflexiva para conocer las novedades, las líneas de fuga que la entrevista nos ofrece.
4 Apelativo utilizado para referirse al Ejército de Liberación Nacional (ELN). E1Entrevlstado
Cómo citar este artículo: Pavas, J. G. & Diaz G., A. (2019). Sentidos subjetivos en una víctima del conflicto armado colombiano. Reflexión Política 21(43), pp. 51-61. doi: 10.29375/01240781.3533


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