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Sodoma. Poder y escándalo en el Vaticano
Reflexión Política, vol. 25, núm. 51, pp. 94-96, 2023
Universidad Autónoma de Bucaramanga

Reseña

Martel F.. Sodoma. Poder y escándalo en el Vaticano. 2019. Bogotá. Roca editorial. Libro:

DOI: https://doi.org/10.29375/01240781.4700

Durante las dos últimas décadas, Frédéric Martel (1967, sociólogo y periodista francés) ha investigado la cuestión homosexual tanto en Francia (The Pink and the Black, Homosexuals in France since 1968, 1996) como a nivel internacional (Global gay. Cómo la revolución gay está cambiando el mundo, 2013). Su nuevo libro. Sodoma. Poder y escándalo en el Vaticano, es el resultado de una extensa y profunda investigación sobre la iglesia católica, centrada en la homosexualidad, muy extendida y casi generalizada, al punto de ser calificada por él como la más grande comunidad gay del planeta. Martel ha analizado la homosexualidad en el Vaticano y en las comunidades religiosas de la mayoría de países en donde el catolicismo es mayoritario o una de las religiones más importantes. Estudia sus dimensiones, sus prácticas, sus lenguajes, las jerarquías, las relaciones de poder, las disputas, las confrontaciones ideológicas, las facciones y la influencia en otras esferas de la sociedad.

Es una investigación transnacional de gran alcance cuyo resultado fue un relato extenso y muy complejo, fundamentado en numerosas fuentes bibliográficas, hemerográficas y visuales, entrevistas a expertos vaticanólogos, a periodistas, a cronistas y a más de 1500 curas, obispos, cardenales y nuncios realizadas en Roma, Francia, Suiza, Alemania, Polonia, casi toda América Latina, la península Indochina, Palestina y Jordania. Pese a su extensión (635 páginas), el libro sólo contiene seis citas a pie de página. Habituados a los trabajos académicos con un pesado corpus teórico y numerosas citas, cuando se lee este trabajo sorprende esta ausencia. La sorpresa persiste y se aclara al final del libro. Martel explica que optó por escribir un libro muy fluido que une relatos en sus diversos capítulos con sorprendentes hallazgos, profundos análisis, testimonios, hipótesis y evidencias, y para quienes deseen adentrarse en los aparatos conceptuales y en las fuentes, el autor dispuso de una página en internet1 en la que hay un documento de 300 páginas que contiene más de mil referencias bibliográficas y todas las fuentes consultadas.

El autor presenta sus argumentos de una forma muy original: avanza, describe, despliega evidencias, analiza y explica mediante una serie de 14 enunciados que denomina “reglas de Sodoma”. Estas reglas se articulan con un enunciado general que aparece en varias partes del libro y que es el aporte central, un hallazgo ampliamente argumentado y que hay que resaltar:

La presencia de curas, obispos, arzobispos, nuncios, cardenales y algunos papas homosexuales en la iglesia católica (que según las cuentas de esta investigación es mayoritaria, superior al 80 por ciento) no obedece a la perversidad, a patologías mentales, o desviaciones de algunos casos aislados, tampoco a la historia de unos cuantos hombres religiosos. Se trata, por el contrario, de todo un sistema, de una matriz de comportamientos recurrentes y predominantes. La iglesia se vuelve atractiva para los homosexuales que se refugian en ella pues encuentran allí un medio en donde no se cuestiona su soltería, se relacionan con iguales, no hay mujeres (excepto en pocos casos de servidoras monjas), ejercen autoridad sobre los feligreses (hay un abundante coto de caza por la confianza con que cuentan en muchas comunidades) y sacan ventaja de ello (cuanto más arriba más ventajas y capacidad de chantaje, de presión y de distribución de incentivos). Además, impera el secretismo y la impunidad en los casos de pedofilia y violaciones (hay inmunidad diplomática en el territorio del Vaticano y en todas sus sedes, por ello no pueden ser judicializados).

Primera regla: “Durante mucho tiempo el sacerdocio ha sido la escapatoria ideal para los jóvenes homosexuales. La homosexualidad es una de las claves de su vocación” (Martel, 2019, p. 27). Gran parte de quienes se vinculan a la iglesia católica encuentran en ella un modo de ocultar su homosexualidad. Hacerse cura es una vía de escape mediante un oficio respetado y con cierto estatus social revestido de autoridad. Algunos aceptan la castidad y ocultan y controlan su homosexualidad, pero la mayoría no, y muchos actúan de forma abusiva y criminal.

Segunda regla: “La homosexualidad se extiende a medida que se acerca al sancta sanctórum; conforme se asciende en la jerarquía católica la proporción de homosexuales aumenta. En el colegio cardenalicio y en el Vaticano culmina el proceso de selección: la homosexualidad es la regla y la heterosexualidad la excepción” (p. 29). La mayoría de los cardenales en todos los países son homosexuales.

Tercera regla: “Cuanto más vehemente es un prelado contra los gais, cuanto más fuerte es su obsesión homófoba, más posibilidades existe de que su vehemencia nos oculte algo” (p. 56). Esta comunidad se basa en el secretismo, por ello intenta mantener la clandestinidad y piensan que expresando públicamente su homofobia se protegen y ocultan su secreto.

Cuarta regla: “Cuanto más pro gay es un prelado, es menos susceptible de ser gay; cuanto más homófobo es, hay más probabilidad de que sea homosexual” (p. 64). Son frecuentes los casos de sacerdotes, obispos y cardenales que son, a la vez, homófobos y homosexuales. En algunos se trata de una lucha interna en su conciencia, en otros es un doble juego político.

Quinta regla: “en la santa sede los rumores, las difamaciones, los arreglos de cuentas, la venganza y el acoso sexual son frecuentes. La cuestión gay es uno de los principales motores de esas intrigas” (p. 85). Todo el entorno de los papas Juan XXIII (1958-1963), Pablo VI (1963- 1978), Juan Pablo II (1978-2005), Benedicto XVI (2005-2013) y Francisco (actual) ha sido y es mayoritariamente “de la parroquia”, por ello todo lo que en el Vaticano se discute, se publica, se propone, se hace, está atravesado por rivalidades entre facciones, disputas y odios personales.

Sexta regla: en la mayoría de abusos sexuales aparecen sacerdotes u obispos que protegen a los agresores debido a su propia homosexualidad y por miedo a que esta saliera a relucir si estallaba el escándalo. La cultura del secreto, que era necesaria para guardar silencio sobre la fuerte prevalencia de la homosexualidad en la iglesia, ha propiciado el ocultamiento de los abusos sexuales y la actuación de los depredadores, (p. 117).

Esta es una de las cuestiones centrales del libro que da luces sobre las actitudes de las autoridades de la iglesia sobre los abusos sexuales. Prefieren los acuerdos e indemnizaciones a los escándalos.

Séptima regla: “Los cardenales, los obispos y los curas más gay-friendly, y los que hablan poco de la cuestión homosexual, generalmente son heterosexuales” (p. 151). Hay una estrategia de ocultamiento de la condición homosexual.

Octava regla: “En la prostitución romana entre los curas y los scorts árabes se acoplan dos miserias: la frustración sexual de los curas católicos hace eco con la restricción del islam que pone traba a los actos heterosexuales de los jóvenes árabes fuera del matrimonio” (p. 157). Hay una extendida prostitución en Roma cuyos clientes son los curas que recurren a inmigrantes que se prostituyen.

Novena regla: “Por lo general los homófilos del Vaticano evolucionan desde la castidad hacia la homosexualidad; los homosexuales nunca hacen el camino inverso”, (p. 202). Son muy pocos los sacerdotes asexuados o los homosexuales no activos.

Décima regla: “Los sacerdotes y teólogos homosexuales son mucho más propensos a imponer el celibato que sus correligionarios heterosexuales. Se obstinan en hacer cumplir esta consigna de castidad, pese a que es intrínsecamente antinatural” (p. 210). Hay, en muchos casos, una fuerte tensión interna entre sacerdotes homosexuales que luchan contra esa condición y piensan que la institución del celibato les ayuda en esta lucha.

Undécima regla: “La mayoría de los nuncios son homosexuales, pero su diplomacia es esencialmente homófoba. Denuncian lo que son. En cuanto a cardenales, obispos y sacerdotes cuanto más viajeros más sospechosos resultan siendo” (p. 358). Los seminaristas, los frailes jóvenes y los diáconos, constituyen su zona de cacería.

Duodécima regla: “Quienes propagan rumores sobre la homosexualidad de un cardenal suelen ser homosexuales disimulados que atacan a sus adversarios liberales” (p. 451). Hay en el Vaticano fuertes rencillas, odios, polémicas y enfrentamientos entre los sectores conservadores y los más liberales.

Decimotercera regla: “No busquéis quiénes son los compañeros de los cardenales y de los obispos; preguntad a sus secretarios, a sus asistentes o a sus protegidos y por su reacción conoceréis la verdad” (p. 613). Con frecuencia los prelados establecen relaciones duraderas y lo hacen con los hombres más cercanos.

El autor describe la comunidad gay del catolicismo y sus jerarquías, y profundiza en algunos casos especialmente críticos que derivaron en escándalos internacionales como el de Marcial Maciel y sus Legionarios de Cristo, verdadera red criminal instaurada en México y después trasladad a Roma; las extendidas prácticas de pedofilia imperantes en América Latina y en Estados Unidos; el respaldo de la curia católica homosexual a las dictaduras en Argentina y Chile; los curas homosexuales en Cuba; el caso del cardenal colombiano Alfonso López Trujillo, un depredador sexual que aspiró al papado; el acoso permanente de los cardenales y obispos a los guardias suizos; los círculos de lujuria en torno a los papas; el lujo de la alta curia y sus pagos a prostitutos inmigrantes. También se analiza la teología de la liberación, su contexto y las posiciones en su contra de los sectores de la iglesia más ultraconservadores que la veían como un peligro de izquierda para la iglesia.

El cardenal Marc Ouellet le respondió al autor en una de sus entrevistas lo que podría ser una síntesis de esta institución en la actualidad: “todas las parroquias del mundo, todas las conferencias episcopales, todas las diócesis están mancilladas” (p. 116). Mancillada y derruida por dentro, la iglesia católica estaría a punto de hundirse sin que el Vaticano se esfuerce en evitarlo. Si bien Martel reconoce que el actual papa Francisco ha enfrentado el poder de las diferentes facciones homosexuales y ha denunciado y condenado la pedofilia, es una cruzada en marcha que cuenta con poderosos opositores que influyó en la sorprendente decisión de Joseph Alois Ratzinger (Benedicto XIV) de renunciar al papado (también habría incidido su propia condición de homosexual no activo y las tensiones internas que ello le había generado).

El autor no emite juicios morales, no descalifica a los seres humanos que estudia por su condición de homosexuales (él mismo se reconoce integrante de este colectivo), describe sus conductas y la forma en que estas hacen parte de un sistema y avanza en hipótesis explicativas. La jerarquía católica es descrita de forma cruda y ambiciosa, que goza de privilegios excepcionales y vive en medio de lujos, que fomenta el secreto, la opacidad y el encubrimiento, que recurre a prostitutos inmigrantes pobres que son tratados como mercancía que vende placer y que, en muchos casos, comete delitos de pedofilia y violación de menores y adultos.

Es un libro importante, una investigación que involucró a más de 80 personas, con un equipo riguroso de revisores y de Fact-checking que movilizó grandes recursos y puso a disposición del público una descarnada radiografía del Vaticano y de la iglesia católica. Una obra poco habitual en las ciencias sociales actuales, más inmediatista, con escasos recursos, sometida a la premura del tiempo y el predominio de los artículos sobre los libros.

Traducido a muchos idiomas, Sodoma. Poder y escándalo en el Vaticano ha generado muchos debates. Se lee como un conjunto de relatos, y a la vez como un libro de investigación. Tal vez se excede en lo minucioso de algunas descripciones, y algunos asuntos ocupan más páginas de las que parecerían necesarias, pero mantiene siempre la atención del lector. Es una obra de gran alcance que se perfila como un referente o un clásico inmediato sobre una poderosa institución cuya vida interna se devela cada vez más con resultados que, incluso, ponen en duda su pervivencia en las próximas décadas.

Referencias

Martel, F. (2019). Sodoma. Poder y escandallo en el Vaticano. Bogotá: Roca editorial.

Martel, F. (2013). Global gay. Cómo la revolución gay está cambiando el mundo. Madrid: Madrid.

Martel, F. (1996). The Pink and the Black, Homosexuals in France since 1968. París: Le Seuil.

Notas



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