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Limitaciones y oportunidades para el escalamiento de cuatro empresas forestales comunitarias del centro de México
Limitations and opportunities for scaling up in four forest community enterprises of central México
Limitaciones y oportunidades para el escalamiento de cuatro empresas forestales comunitarias del centro de México
Economía, sociedad y territorio, vol. XXIII, núm. 71, pp. 89-130, 2023
El Colegio Mexiquense A.C.
Recepción: 27 Agosto 2021
Recibido del documento revisado: 01 Febrero 2022
Aprobación: 05 Abril 2022
Resumen: Las empresas forestales comunitarias (EFC) requieren habilidades de planificación comercial regional para establecer y mantener asociaciones comerciales a mayor escala. El objetivo de este estudio es identificar la percepción de cuatro EFC contrastantes sobre las limitaciones y oportunidades de escalamiento en el centro de México, con base en el nivel de desarrollo de aprovechamiento silvícola y organización social, aplicando entrevistas a diferentes actores. El análisis cualitativo de obstáculos y oportunidades sugiere que las estrategias de escalamiento deben fomentar capacitación técnica y administrativa, desarrollar infraestructura y gobernanza interna sólida, que favorezca la diversificación económica, y mayores ingresos derivados del manejo forestal.
Palabras clave: bosques templados, empresas forestales comunitarias, escalamiento, diversificación económica.
Abstract: Community forestry enterprises (CFEs) require regional business planning skills to establish and maintain business associations at large-scale. The aim of this study was to identify the perception of four CFEs on the limitations and opportunities for scaling up in CFEs in Central Mexico. We selected four contrasting CFEs of development and social organization level to assess barriers and opportunities for scaling up, applying interviews to different stakeholders. The analysis of obstacles and opportunities suggests that scaling strategies should foster technical and administrative training, develop infrastructure and strengthen internal governance that promote economic diversification and increased income from forest management.
Keywords: Temperate forests, Community forestry enterprises, scaling up, economic diversification.
Introducción
Las empresas forestales comunitarias (EFC) son una alternativa a los modelos tradicionales de empresa privada relacionadas con el manejo de los recursos naturales; tienen áreas de oportunidad inherentes para integrar metas sociales, ambientales y económicas (Kozak, 2007).
El escalamiento se refiere a la expansión de las actividades o productos de una organización, el aumento de la producción y alcance del mercado, la ampliación del control sobre las cadenas de valor y su participación en procesos políticos (Uvin y Miller, 1996). Sin embargo, el escalamiento de las EFC no es sencillo debido a la pluralidad de objetivos que persiguen (Hajjar et al., 2011) y a sus recursos limitados, que impiden su capacidad para desarrollar estrategias efectivas para fomentar y facilitar su ampliación (Kozak, 2007).
A pesar de esto, las estructuras de gobernanza de las EFC permiten empoderarlas a través de principios de gestión colectiva y participativa, que pueden hacerlas económicamente viables y rentables (Torres-Rojo et al., 2005). Además, tienen el potencial de reducir la pobreza y mejorar los medios de vida en las comunidades rurales (Scherr et al., 2004; Ribot et al., 2006) y, al mismo tiempo, contribuyen con los objetivos de conservación de los bosques (Porter-Bolland et al., 2012).
No obstante, la evidencia de éxito ha sido escasa y limitada a pocos estudios de caso. A nivel mundial se han identificado los elementos que limitan la capacidad de escalar las EFC (Measham y Lumbasi, 2013; Baynes et al., 2015), que incluyen temas de gobernanza, capacidades financieras, administrativas, comerciales y contextos legales y económicos desventajosos. Estos desafíos explican por qué la mayoría de las EFC que operan a escala pequeña han tenido un desempeño inferior y lento crecimiento (Molnar et al., 2007).
México es un país insignia del manejo forestal comunitario y de las EFC, debido a que aproximadamente 51.2% de los bosques es propiedad colectiva (ejidos y comunidades) (Madrid et al., 2009); sin embargo, el éxito en el manejo forestal comunitario no es omnipresente en el país. La investigación sobre las condiciones específicas, externas o internas, de las EFC que puedan conducir a una gestión comunitaria exitosa y catalizar su desarrollo y ampliación es escasa. En México, los estudios al respecto se han concentrado en los estados del sur (Oaxaca, Quintana Roo); en contraste, las EFC del centro, pese a su contribución a la producción nacional de bienes y servicios derivados de los bosques, han recibido menos atención (Guerra-De la Cruz et al. 2007; Sánchez Vidaña et al., 2018; Rodríguez-Zúñiga et al., 2019), por lo que el conocimiento sobre los esquemas y formas de organización social y los desafíos que enfrentan las EFC en esta región es escaso.
Por lo anterior, es imperativo un diagnóstico de los aspectos socioeconómicos y políticos que limitan el escalamiento que permita crear un marco estratégico que lleve a las EFC a una economía forestal competitiva a nivel nacional e internacional. El objetivo de esta investigación fue evaluar las barreras y oportunidades que enfrentan cuatro EFC del centro de México para implementar el escalamiento y la competitividad a partir del marco de análisis propuesto por Sanchez Badini et al. (2018), el cual evalúa doce criterios.
1. Métodos
1.1. Sitio y modelo de estudio
La región central de México incluye las áreas forestales de Tlaxco, Chignahuapan, Zacatlán y Nanacamilpa, en Puebla y Tlaxcala; es una de las siete regiones de aprovechamiento forestal con un alto potencial productivo. En esta región se ubican 20 de las 33 EFC del centro del país (Conafor, 2018); además, se caracteriza por una fuerte interacción con el área metropolitana de la Ciudad de México, resultado de la presencia del sector industrial, que propicia una alta demanda de madera (37.5% de la madera aserrada) y hace que su mercado sea dinámico.
Este trabajo analiza las comunidades Santa María de las Cuevas (N1), Las Minillas (N2), Llano Grande (N3) y Piedra Canteada (N4), localizadas en Puebla y Tlaxcala. Las EFC seleccionadas presentan modelos organizativos contrastantes (en el nivel de integración de cada EFC y el grado de autonomía) y distintos niveles de diversificación e integración vertical de las actividades económicas (Tabla 1). Estas EFC se pueden homologar a la clasificación del Proyecto de Conservación y Manejo Sustentable de Recursos Forestales (Procymaf), que distingue cuatro tipos de productores en función de su grado de integración vertical (Conafor, 2013) (Tabla 1), lo que permitirá analizar cualitativa y comparativamente los criterios que limitan y fomentan el desarrollo exitoso de las EFC estudiadas en la región y entender cómo podrían escalar su economía a nivel regional.

1.2. Generación de información
La capacidad de escalamiento se evalúo a partir de 12 factores para un entorno empresarial propicio para las EFC, con base en el marco teórico de Sanchez Badini et al. (2018), a los que se agregó el criterio contextual “seguridad e ilegalidad”, debido a que recurrentemente fue abordado por los informantes (Tabla 2). La identificación de oportunidades y obstáculos de las EFC para el escalamiento regional se realizó con criterios cualitativos (Eisendhardt, 1989; Yin, 2003; Ritchie et al., 2013), a partir de entrevistas y talleres con actores clave (líderes de las comunidades que desempeñan labores directas en el EFC y que participan de la toma de decisiones; académicos y funcionarios gubernamentales especialistas en el sector de la región), seleccionados por medio del método bola de nieve (Ritchie et al., 2013). Las entrevistas semiestructuradas a líderes locales permitieron explorar la historia de la conformación de cada EFC, la percepción sobre limitaciones y oportunidades para lograr el escalamiento y el autorreconocimiento de sus capacidades de organización, a través de los siguientes temas: historia del ejido, organización interna, capacidades de agrupación, empresa forestal, capacidad de gestión, mercado, capital natural y financiero y capacidades de manejo forestal.

Asimismo, se entrevistaron actores externos (académicos, industriales y ONG) para explorar su percepción sobre los criterios externos que limitan o potencian el escalamiento de las EFC de la región (entorno macroeconómico y marcos regulatorios) y la influencia de criterios internos, como la capacidad de agrupación local (Tabla 2).
El trabajo de campo se llevó a cabo entre septiembre y octubre de 2019. Las entrevistas se grabaron y transcribieron en su totalidad. El número de entrevistas por comunidad fue el siguiente: N1: 6; N2: 5; N3: 8; N4: 7. Además, se llevó a cabo la revisión de literatura para caracterizar y contextualizar la implementación de programas, instrumentos e incentivos gubernamentales forestales en la región de estudio. Los talleres se hicieron con las autoridades y ejidatarios de las cuatro EFC. El objetivo fue conocer la percepción de sus aspiraciones para ser una EFC, señalar aspectos relevantes sobre producción, organización, conflictos e interacciones con otros actores, y reconocer sus limitaciones y necesidades para identificar elementos que permitan el fortalecimiento comercial de la producción maderable.
1.3. Análisis de datos
La información de las entrevistas se codificó y sistematizó en 13 criterios y 26 subcriterios, con base en Sanchez Badini et al. (2018; tabla 2); para ello, se usó el software Microsoft Excel. Los criterios y subcriterios se organizaron en columnas y los actores entrevistados (líderes de la comunidad y externos) en filas. En las casillas se incluyeron los testimonios de los entrevistados que referían puntualmente a la temática. La información recabada se analizó con el software N-VIVO (versión 11) (QSR, 2020), para elaborar cuadros con información sobre las percepciones de los actores para cada criterio y subcriterio, a partir de la definición de las categorías oportunidades, retos y limitaciones para el escalamiento de las EFC.
2. Resultados
2.1. Factores externos
2.1.1. Factores macroeconómicos
Los sectores entrevistados -que abarcan técnicos forestales, industriales, académicos y gobierno- en esta investigación consideran que las políticas monetarias y fiscales a nivel nacional son una limitante para los procesos de comercialización, transformación y competitividad de los productos forestales de las EFC (Tabla 3). El régimen fiscal para la comercialización, la falta de un régimen simplificado de cobro de impuestos por los productos comercializados y los procesos burocráticos poco accesibles son limitantes para el escalamiento y la competencia nacional e internacional (Tabla 3). Académicos e industriales señalan que el régimen de exportación representa un reto porque no existe una demanda clara de los productos nacionales y no hay un proceso industrializado de transformación de la madera, debido a la falta de tecnologías e industrias que permitan la transformación en productos de alta calidad.

La industria forestal de la región está poco diversificada; sólo obtienen productos comerciales de escuadría, que se vende como materia prima (tablas, vigas y polines) y para la fabricación de tarimas y embalajes, debido a la escasa inversión para la modernización industrial, subutilizando el potencial que tienen en términos comerciales (Tabla 3). De este modo, por ejemplo, se limitan las posibilidades de incursionar en el mercado de exportación, donde la demanda se centra en madera secada en estufas, pero pocas empresas cuentan con estufas de secado. La Conafor ha tratado de incentivar la utilización de estufas solares de secado, sin embargo, este objetivo no se ha logrado. Este aspecto tecnológico sigue siendo un reto importante para el escalamiento de las EFC, porque demanda fuertes inversiones (Tabla 3).
Los entrevistados sugieren que el Régimen monetario para la importación de productos forestales maderables es una limitante para el escalamiento. El sector industrial indica que los precios de la madera nacional e importada tienen ciertas diferencias y, para la región centro, tiende a ser una desventaja, considerando que tiene los mayores costos de producción de madera a nivel nacional, pero también mayores precios de venta (Tabla 3). Aunque se reconoce que la calidad de la madera regional puede ser una oportunidad para el escalamiento, la información de precios dentro del régimen de comercialización y las pocas asociaciones entre actores involucrados en la economía forestal local y regional limitan el potencial de exportación y de escalamiento de las EFC (Tabla 3).
2.1.2. Marcos regulatorios
Los entrevistados indican que los marcos regulatorios en México han limitado la consolidación del manejo forestal como una actividad económica en las comunidades forestales. Pese a que en los bosques, en los últimos 20 años, el gobierno federal ha implementado diversos programas de fomento del desarrollo forestal en comunidades y ejidos, con la finalidad de generar más y mejor infraestructura que contribuya una mejor gestión de los bosques, éstos han sido poco exitosos (Tabla 3).
2.1.3. Cumplimiento de la legislación
Las EFC consideran que las regulaciones no han significado una limitante debido a que cumplir con las legislaciones es el primer requisito para poder cultivar y comercializar recursos forestales (Tabla 4). Durante el tiempo que han realizado el manejo de sus recursos no han recibido sanciones por incumplimiento de la legislación ―con excepción de la comunidad N4―, pues entre sus objetivos principales está cumplir de manera oportuna con el marco legal (Tabla 4). El cumplimiento de la legislación puede ser una carga legal y administrativa difícil de llevar, especialmente cuando el incentivo económico es mínimo. Por ejemplo, N1, cuyo aprovechamiento del piñón no ha sido redituable para elaborar y tramitar la autorización de un estudio técnico para su aprovechamiento legal, situación que, a su vez, significa más limitaciones para el acceso a otros programas de apoyo que permitan la transformación y comercialización del piñón. En contraste, para N3 y N4 el cumplimiento del marco regulatorio ha significado una gran ventaja, incrementando sus beneficios económicos de los programas de apoyo oficiales para el fomento del cultivo al bosque y, en algunos casos, para la inversión en la EFC (Tabla 4).

En el contexto de la legislación se integraron los aspectos de la inseguridad y la tala ilegal como pendientes para su control desde las instituciones ambientales. Las EFC N3 y N4 han presentado casos de robo de madera. En palabras del presidente de N4, el mayor problema se presentó al inicio de la consolidación de la EFC, sin embargo, las acciones de respuesta emprendidas, como cercar el monte y brigadas de vigilancia, han sido eficientes para acabar con el problema. En N3, la mitad de los entrevistados dicen que las brigadas de vigilancia han sido eficientes y el resto dijo no tener inseguridad (Tabla 4). En los casos de N1 y N2 este factor es una limitante y un reto para los actores entrevistados (Tabla 4). En N1, los actores coinciden en que las actividades de vigilancia ―brigadas con algunos integrantes del ejido acordadas fuera de las asambleas― han sido insuficientes para atender al problema de seguridad. Además, el aprovechamiento del bosque es una actividad secundaria (aprovechamiento de piñón), que no se encuentra regulada por un plan de manejo de la comunidad, ni tampoco por los marcos regulatorios. En el caso de N2, los ejidatarios mencionan que la inseguridad es un problema aún vigente (Tabla 4). Esto es resultado del escaso seguimiento del gobierno y la presencia de la delincuencia organizada en algunas regiones; de hecho, mencionan que las actividades de vigilancia oficial son prácticamente nulas, por lo que la tala ilegal impera en la mayor parte del municipio. En consecuencia, las EFC tienen que competir con los precios de madera provenientes de la tala ilegal de la región.
2.1.4. Derechos y títulos legales de la tierra
Las EFC N1, N2 y N3 tienen propiedad colectiva (ejidos), por lo que la toma de decisiones respecto al manejo de sus recursos naturales se realiza bajo un sistema participativo, a través de asambleas ejidales, de acuerdo con la Ley Agraria. Sin embargo, en el caso de N3 han separado la producción de materia prima y la transformación, en donde la administración del aserradero tiene otra figura legal y laboral (Tabla 4). Los casos en los que el tipo de propiedad es privada o, al menos, separada de la asamblea ejidal parecen ser más idóneos para propiciar un proceso de valor agregado a la producción forestal, dado que la toma de decisiones se simplifica mucho y existe la obligación de rendir cuentas al ejido cada año. Sin embargo, es indispensable un acompañamiento continuo de los técnicos forestales y de las autoridades para mantener el sentido de pertenencia, de acuerdo con el tipo de propiedad (Tabla 4).
Las cuatro EFC reconocen el derecho de propiedad con el que cuentan, por tanto, esto es un potencial para el escalamiento forestal en la región (Tabla 4). Sin embargo, la historia de cada una ha llevado a una gestión colectiva de la producción forestal diferenciada en cuanto a los procesos de organización que limitan o potencian el valor agregado a sus recursos. En N1, el aprovechamiento de la palma (Yuca carnerosana) se gestiona en la asamblea, pero la comercialización y el aprovechamiento de otros recursos del bosque queda fuera de esta instancia; en N2, los planes de manejo son con la guía del técnico forestal y lo acordado en la asamblea son los mecanismos para establecer los precios y volúmenes de extracción anuales (Tabla 4). En N3, la producción se decide en la asamblea ejidal, pero la producción del aserradero y las artesanías se gestionan a través de los encargados, rindiendo informes a las asambleas al menos una vez al año (Tabla 4). En N4, la gestión de las actividades económicas se hace en las asambleas de socios, que no rebasan cuatro por año. A pesar de estas diferencias en la gestión de las actividades productivas, ante la legislación mexicana las EFC tienen que cumplir las mismas obligaciones fiscales y administrativas si desean diversificar la producción forestal actual.
2.1.5. Planeación y manejo del territorio
El territorio ejidal se divide en áreas parceladas con derechos y usufructo individual (agricultura y ganadería) y las áreas de uso común, que corresponden a los terrenos forestales y agostaderos. En las EFC encontramos que los derechos de gestión del territorio de uso común están descentralizados (organización ejidal colectiva) y las comunidades cuentan con la autoridad y autonomía para tomar decisiones sobre su territorio (Tabla 4). Sin embargo, no todas las EFC tienen una planificación y ordenamiento del territorio que permita el uso y manejo sustentable de los recursos. Por ejemplo, N1 no cuenta con un plan de manejo para el piñón (Pinus cembroides), debido a la falta de comunicación y cooperación entre el comisariado y la comunidad. Asimismo, la gestión del bosque y el vivero ha fracasado debido a la falta de acuerdos (Tabla 4). La N2 cuenta con mapas y documentos del ejido, pero sólo en la asamblea se deciden los volúmenes de venta; a pesar de que se cuenta con un plan de ordenamiento territorial, los ejidatarios no se reconocen como partícipes (no identifican su creación, ni utilidad) en este proceso de planificación territorial (Tabla 4). En N4 indican que el territorio que compraron es de todos y el técnico los asesoró sobre cuál era el área donde deben hacer el manejo forestal, el vivero y el destinado para las cabañas turísticas. En este caso, se tiene conocimiento y claridad sobre sus actividades en el territorio, pero el técnico forestal es una figura clave en el proceso de planificación.
En N2, la distribución territorial de la agricultura, el ganado y el bosque dan lo suficiente para cubrir las necesidades más básicas para vivir, es decir, la distribución de actividades económicas produce beneficios económicos (Tabla 4). Asimismo, decidir qué actividades realizar fue un proceso muy largo: hace 22 años se implementó el aprovechamiento del bosque regulado, pero el pastoreo y la cacería quedaron prohibidas en las áreas forestales de uso común. Los retos de la planificación territorial de las áreas de uso común en N1 y N2 son limitantes que aún dificultan llegar a consensos colectivos (Tabla 4). En N3, los ejidatarios exteriorizan que pagaron el estudio de planeación territorial con un apoyo de la Conafor, lo cual les ha permitido diversificar sus actividades. La planificación representa un reto, pues a pesar de contar con el apoyo y guía de los técnicos forestales, la asamblea no tiene conocimiento, participación y apropiación en la determinación de las áreas de uso común.
2.1.6. Mercados
Los mercados a nivel regional son fundamentales para el escalamiento de las empresas forestales. Para las EFC N2, N3 y N4 con aprovechamiento de madera, las épocas de comercialización se restringen a un par de meses al final de cada año y su venta depende de factores regionales, lo cual las hace vulnerables a criterios imprevistos que limitan la comercialización (Tabla 4). En N2, el aislamiento territorial desempeña un papel fundamental, restringiendo el acceso al mercado de madera en rollo; la lejanía y la falta de caminos adecuados aumentan sus costos de transporte y, al enfrentar precios de madera establecidos, sus ganancias disminuyen (Tabla 4). N3, desde el inicio de los aprovechamientos forestales, ha sido un referente a nivel regional, consecuencia de su alto volumen de producción anual y de la buena calidad de la madera, así como del acceso y localización central, que permite movilizar la madera con costos menores, en comparación con las otras EFC (Tabla 4). En N4 el precio de la madera es un proceso altamente fortalecido, puesto que existe experiencia, conocimiento y, además, la diversificación de actividades les permite la incidencia en nuevos mercados, sin poner en riesgo la inversión que proviene de la madera en rollo. Adicionalmente, la accesibilidad y la ubicación geográfica de la empresa facilitan la comercialización de sus productos.
En N1 sólo aprovechan el piñón, actividad participativa en la que el ejidatario o sus familiares acuden a la cosecha, realizan el beneficio y comercio del producto (Tabla 4). El aprovechamiento de la palma es autorizado en la asamblea, pero el técnico determina los volúmenes y áreas de producción anual, en tanto que el precio está determinado por la única empresa industrializadora de la región, por lo que están en un mercado cautivo. Sin embargo, no tienen estrategias de comercialización o incidencia al mercado de manera colectiva, por lo que es un reto importante para esta EFC.
2.1.7. Capital natural
El capital natural se analizó a través de los recursos aprovechados y los beneficios identificados por la comunidad en el aprovechamiento. En N1 se aprovecha el piñón en años semilleros; la palma tiene su propio programa de manejo y se aprovecha anualmente, pero con escaso retorno económico. La baja productividad de los bosques del ejido no permite el aprovechamiento de la madera en rollo (Tabla 5). Para N2, N3 y N4, el tipo de bosque predominante es adecuado para el aprovechamiento de madera en rollo (Tabla 5). A pesar de que en N2 tienen identificado su capital natural, no visualizan alternativas de aprovechamiento y diversificación (de madera o productos forestales no maderables) debido a la baja accesibilidad a los mercados más inmediatos. Sin embargo, identifican lugares potenciales para el ecoturismo, como manantiales y miradores. A pesar de la diversidad de los bosques, sólo hay un aprovechamiento de la madera en rollo (se extraen anualmente un volumen estimado de 2078 m3), pero en N3 la producción anual es casi 10 veces mayor a N2 (Tabla 5).

En el caso de N3, los bosques de pino-encino permiten un aprovechamiento de madera en rollo proveniente en su mayoría de Pinus patula (64% de la producción), que es una de las especies mexicanas de mayor valor comercial. En N4, la preservación de la naturaleza y la biodiversidad han sido una prioridad, por lo que se han establecido todas las reglas con las operadoras turísticas para que conserven el bosque, pues, como bosque sustentable, está prohibida la caza y la extracción de cualquier planta medicinal (Tabla 4). Además del aprovechamiento de madera, los recursos no maderables han permitido la diversificación de aprovechamiento del bosque a través de un plan de manejo.
2.2. Factores internos
2.2.1. Capital financiero
El capital financiero de las comunidades se interpretó como el capital invertido en las actividades de gestión colectiva para la empresa forestal. En N1, los ejidatarios indican la posesión de un vivero que funcionó un tiempo, pero con el cambio del comisariado se abandonó (Tabla 5). El capital financiero representa una limitante, a pesar de haber recibido apoyos gubernamentales para inversión en equipo; sin embargo, este incentivo no ha funcionado (Tabla 5). Asimismo, no se intenta invertir porque la gente no participa en este proceso debido a temas de desconfianza. En N2, los ejidatarios tienen el material necesario para instalar el vivero, pero no se ha realizado debido a la escasa continuidad por parte del comisariado, por lo que las capacidades de gestión e implementación representan un reto para el ejido. El acceso a apoyos financieros gubernamentales o privados son retos para N1 y N2, debido a una alta dependencia de personas externas, como el técnico forestal para acceder y gestionar los apoyos solicitados por el ejido (Tabla 5).
El capital financiero en N3 y N4 permite la transformación de la madera y reduce los costos de reforestación al contar con su propio vivero (Tabla 5). En N3, los ejidatarios reconocen que el aserradero se inició con un apoyo de inversión por parte de la Conafor, el cual les permite garantizar la reforestación a bajo costo. Además, a través de un apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo se logró la capacitación de las mujeres para la producción de artesanías, sugiriendo que los apoyos gubernamentales han sido fundamentales en la inversión de capital financiero en esta comunidad (Tabla 5). De hecho, de las cuatro EFC analizadas, N3 es la EFC con mayor número de apoyos oficiales y montos más altos recibidos en los últimos años. Sin embargo, la alta dependencia de apoyos externos puede ser una limitante, dado que no se fomenta la reinversión después de la cosecha anual (Tabla 5).
En N4, los socios de la empresa cuentan con cabañas para el ecoturismo, restaurante, vivero y aprovechamiento forestal como resultado de inversión en arreglar caminos, hacer brechas cortafuegos, siembra de plántulas y diversas actividades para mantener el bosque. N3 y N4 han fortalecido su capital financiero a partir de procesos de reinversión, que propician el cuidado del bosque. No obstante que N4 ha recibido apoyos gubernamentales, la dependencia de apoyos financieros externos no es fundamental para que la EFC se mantenga (Tabla 5).
2.2.2. Capacidades de manejo forestal
Las capacidades de manejo forestal influyen en el impacto de la cosecha y en los procesos de certificación. N1 no cuenta con un programa de manejo para el aprovechamiento del piñón, por tanto, no hay acuerdos o conocimiento colectivo de la gestión sostenible en el largo plazo, a pesar de que llevan muchos años con esta actividad. La socialización y apropiación del conocimiento y la identificación de impactos de manejo, tanto del piñón como de la palma, las conocen sólo algunas personas de la comunidad, pero no es una capacidad a nivel de EFC (Tabla 4).
En las EFC N2 y N3 existe una evidente apropiación y conocimiento de las prácticas relacionadas al aprovechamiento de madera, pero no es generalizado para todos los miembros de la EFC (Tablas 4 y 5). En N4 cuentan con personal capacitado en cada actividad (extracción, aserradero, ecoturismo); para esta EFC, la división de las actividades económicas ha permitido la capacitación y fortalecimiento en diversas áreas, incluida el aprovechamiento forestal. Además, las capacidades del manejo forestal se fortalecen de manera colectiva y tienen habilidades desde la implementación de vivero hasta el proceso de transformación de la madera en el aserradero. La infraestructura, el historial ante las instituciones financieras y su alto grado de tecnificación refuerzan el mantenimiento y perfeccionamiento de las estrategias de manejo.
2.3.3. Capacidades de gestión empresarial
La capacidad de gestión empresarial en N1 es muy baja; los ejidatarios no tienen una cultura de reinversión, porque no tienen un mercado de piñón; es decir, las capacidades de gestión referentes a la comercialización son nulas y las diversas problemáticas de organización social no han permitido el desarrollo de estas capacidades (Tabla 5). En N2, la madera que se vende se negocia con un sólo cliente, por lo que sus capacidades de venta de productos o incidencia de nuevos mercados no es una prioridad para la EFC. Además, las capacidades de gestión empresarial no se han desarrollado y existe una dependencia directa de personas externas que realizan este trabajo administrativo. En contraste, en N4 el conocimiento y capacidades administrativas y legales del funcionamiento de una empresa es una fortaleza, consecuencia de su organización como Sociedad de Solidaridad Social (SSS). En cuanto a los procesos de contabilidad y gestión financiera, N3 y N4 cuentan con una organización y asesoría robustas y con mayor experiencia, debido a que desde hace varios años cuentan con personas capacitadas para la ejecución de estas tareas (Tabla 5).
2.2.4. Capacidades organizativas
Las empresas tienen diferentes grados de organización interna para movilizar a los miembros de su comunidad y establecer iniciativas que orienten el escalamiento. En N1, la escasa regularidad de las asambleas y la dificultad de llegar a acuerdos propicia una baja capacidad organizativa (Tabla 5); además, no hay repartición equitativa del aprovechamiento del piñón ni de sus ganancias, debido a que las cosechas se hacen de manera individual, lo que se traduce en un bajo nivel de participación social. En N2 existe una sólida capacidad de convocatoria a la asamblea y existen procesos recurrentes en los cuales la toma de decisiones en la asamblea es inmediata. No obstante, procesos como la incidencia en nuevos mercados y la búsqueda de iniciativas locales para emprender nuevas alternativas de aprovechamiento no han sido consensuadas. En contraste, en N3 y N4 el proceso histórico les ha brindado una mayor experiencia en cuanto a las capacidades organizativas de la comunidad (Tabla 5). Por ejemplo, en N3 ha habido un proceso de organización de las mujeres para realizar artesanías, y puede ser un indicador de la capacidad organizativa de esta comunidad. Este modelo podría ofrecer una oportunidad de agrupamiento con mujeres con otras comunidades e incrementar las capacidades de negocio; es decir, involucrar mujeres en el manejo de dinero podría hacer a las EFC más exitosas.
2.2.5. Capacidad de agrupación
La agrupación entre las empresas forestales, a partir de la asociación actual y en perspectiva con otras o con ejidos de la misma naturaleza, es escasa. En N1, los ejidatarios perciben la falta de unión y confianza en la comunidad, por tanto, no hay perspectivas de asociación a corto plazo. En N2, los ejidatarios mencionan que sólo pertenecen a la organización de ejidos de Chignahuapan (Asociación Regional de Silvicultores) a través de los ingenieros que trabajan en lo forestal, pero no existe una claridad de los beneficios de esta asociación (Tabla 5). En N3, la mitad de los entrevistados no sabe por qué deben agruparse y el resto mencionó que no están asociados debido a que no hay acuerdo interno y muchos ejidatarios quieren seguir de forma independiente. En N4 sólo están asociados con las empresas turísticas (Integradora de Empresas Turísticas) de la región (Tabla 5).
3. Discusión
3.1. Mercados, diversificación económica e infraestructura
Lograr el escalamiento de economías forestales pequeñas y medianas, para conseguir una gestión comercial más eficiente y prácticas de producción más sólidas, requiere de esfuerzos colectivos de procesamiento, comercialización y certificación para el desarrollo y diversificación de las EFC (Donovan et al., 2006; García-López, 2013). La oportunidad más notable para el escalamiento en la región del centro de México es la creciente demanda (contra una baja oferta) de madera y servicios turísticos en la región que, aún con el entorno macroeconómico desfavorable, han logrado mantener precios de venta relativamente altos. El acceso a mercados está determinado por la presencia de grandes centros de población y de consumo de bienes y servicios que ofrecen las EFC en la región central de México, con la ventaja adicional de bajos costos de transporte por la accesibilidad desde las áreas de producción, lo cual ha sido sugerido como un detonante de las economías regionales de las EFC.
Esto es similar a las EFC en Brasil que tienen acceso a mercados regionales, debido a que los principales compradores de madera están en centros urbanos, así como a su capacidad organizativa, a pesar de que los sitios de producción de la madera son remotos (Pacheco, 2012). En las EFC de Puebla y Tlaxcala, la reciente apertura de más áreas forestales para el avistamiento de luciérnagas ha visto crecer la demanda de servicios turísticos en la región, lo cual ha propiciado la creación de más empresas forestales privadas y comunitarias que buscan ofrecer servicios turísticos, por lo que es el ejemplo más claro de un proceso de escalamiento y competitividad en el mercado de servicios turísticos de la región.
Las oportunidades de mercado de las EFC de la región están condicionadas por sus habilidades limitadas de planificación comercial estratégica y de comunicación, que les impide establecer y mantener asociaciones comerciales mutuamente beneficiosas con otros actores a lo largo de las cadenas de suministro a las industrias regionales. La dinámica del mercado de la madera en la región es una oportunidad para el escalamiento de las EFC analizadas; el alto precio de la madera en rollo motiva que muchas industrias locales prefieran comprarla de otros estados del sur de la república y, en algunas ocasiones, de otros países, como Chile (Morales, 2015), limitando la capacidad competitiva de la madera de esta región. Pacheco (2012) ha sugerido que los principales obstáculos para el escalamiento son la capacidad de organización interna, la incidencia en los mercados de madera y las condiciones bajo las cuales llevan sus operaciones forestales, como en las EFC del centro de México.
Además de los precios de madera, el mercado de las EFC está determinado por la escasa infraestructura y capacidad instalada, que constituyen la capacidad de una comunidad para participar en mercados madereros (Pacheco, 2012). Las limitadas capacidades de diversificación económica e infraestructura de las EFC hacen que la industria enfrente desventajas importantes, dado que los precios de productos elaborados no crecen al mismo ritmo que los de la materia prima (Morales, 2015); es decir, las cuatro EFC no pueden mantener un flujo constante de producción, lo cual propicia la compra de materia prima de otras regiones o la madera ilegal. Una situación similar ocurre con EFC para los recursos forestales no maderables. El piñón tiene un alto precio de mercado final y un importante mercado potencial en la región (Hernández Moreno et al., 2011), pero enfrenta grandes problemas de comercialización.
La ubicación geográfica es el factor externo que limita la posibilidad de escalamiento, la lejanía de los grandes centros de población y la escasa infraestructura industrial y de comunicación no incentivan la búsqueda de más alternativas de producción y diversificación (Adam et al., 2013; Hernández Moreno et al., 2011). Las EFC del centro de México requieren vender sus productos en mercados más competitivos que los que existen actualmente, lo que depende de la mejora de las habilidades organizativas y empresariales comunitarias que les permitan obtener mayores beneficios en el mercado de los recursos forestales maderables y no maderables.
3.2. Capacidad organizativa y capacidad de gestión empresarial
La acción colectiva enfrenta dilemas y costos significativos para llevar a cabo la acción; entre otros, se pueden citar la confianza, el compromiso y la cooperación. Los casos analizados demuestran una relativa fortaleza organizativa e institucional para la puesta en marcha y mantenimiento de las EFC a lo largo del tiempo. Por ejemplo, la legitimidad y el liderazgo de las autoridades está reflejada en la transparencia y rendición de cuentas en el manejo de los recursos forestales maderables y no maderables de las autoridades locales. Estos elementos de la gobernanza interna son clave para la capacidad organizativa y tienen que ver con la existencia de un capital social sólido (Baynes et al., 2015; Pagdee et al., 2006), que se traduce en la posibilidad de llegar a acuerdos en beneficio de la comunidad.
Uno de los desafíos para el escalamiento ha sido la construcción de las capacidades organizativas y gerenciales de las comunidades, que les permitan competir en diferentes tipos de mercados (Salazar y Gretzinger, 2005). Las capacidades de gestión empresarial interna de las comunidades analizadas enfrentan más limitantes que oportunidades, por ejemplo, las insuficientes habilidades en la gestión de recursos y el acceso limitado a los mercados es característico de muchas EFC en México (Merino y Martínez, 2014). En términos de capacidad de gestión empresarial, existen evidencias de que la mejora de capacidades técnicas, comerciales, financieras y los arreglos institucionales optimizan la gestión de las EFC, lo que se refleja en un mayor valor agregado en la comercialización de la madera y los productos forestales no maderables, así como en la reducción de costos de producción y administración (Antinori y Bray, 2005; Donovan et al., 2006). Por ello, es clave desarrollar la capacidad organizativa y empresarial que propicie los procesos de toma de decisiones que permitan la diversificación económica (Delgado-Serrano, et al., 2015).
Las EFC necesitan capacitar a personal local, ya que no siempre es posible contratar a externos que realicen actividades administrativas. Esto requiere invertir tiempo, dinero y esfuerzo y, muchas veces, la curva de aprendizaje tiene costos que se traducen en poca efectividad en la comunicación y gestión empresarial con otros socios (Macqueen, 2008; Rainforest Alliance, 2007). En este contexto, toman relevancia las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales en su papel como impulsores no sólo en la implementación de proyectos, sino de una visión nueva para el sector forestal, que propicie la organización y participación de todos los actores clave. No basta con otorgar financiamientos económicos, sino que deben ir acompañados de los conocimientos y la generación de capacidades necesarias para que sean utilizados de forma eficiente, con el objetivo de propiciar inversiones redituables a largo plazo en sistemas autogestivos.
3.3. Capacidades para el manejo forestal y formación de asociaciones regionales
Las cuatro EFC manifestaron la necesidad de recibir capacitación técnica y administrativa para realizar una mejor administración que potencie el escalamiento. En Bangladesh, la capacitación intensiva y las actividades de educación empoderaron a la comunidad, que obtuvo nuevas ideas y conocimientos prácticos sobre actividades de medios de vida alternativos con productos forestales no maderables e incluyeron prácticas agroforestales en sus actividades cotidianas (Kabir et al., 2018). Por lo tanto, es necesario mejorar la capacitación ecológica-científica del manejo forestal y las capacidades administrativas de las EFC, para fomentar una perspectiva empresarial de las comunidades rurales (Salazar y Gretzinger, 2005). Lo anterior permitirá mayor usufructo a los dueños de los bosques, a través de mejor planeación económica y productiva, inversión, integración a los mercados y asistencia técnica.
La agrupación con otros actores fuera de las comunidades juega un papel importante en el logro de múltiples objetivos sociales y ecológicos de las empresas forestales (Friedman et al., 2020), lo cual no parece viable en las comunidades estudiadas. La limitante para la agrupación en la región es la asimetría en cantidad y calidad de recursos naturales y humanos disponibles en cada EFC, dificultando el consenso en metas y objetivos grupales. Entonces, es indispensable contar con apoyos gubernamentales a nivel regional y local que respalden la agrupación de EFC para fomentar la competitividad económica. Por ejemplo, en los bosques de Australia, la cooperación y las alianzas entre partes interesadas genera una capacidad más amplia de iniciativas locales, debido a que se fortalece el capital social a escala local y regional (Suškevičs et al., 2018). Por lo anterior, se sugiere que las estrategias de agrupación integren iniciativas de vinculación y cohesión social entre ejidos a nivel región (Ordóñez et al., 2020) y se dejen de lado las formas de organización y capacidades organizativas tradicionales; por ejemplo, fomentando asociaciones con otras empresas y estructurando cadenas productivas con alto valor agregado.
Conclusiones
No hay una perspectiva simple sobre los factores que limitan y potencian el proceso de escalamiento de las EFC analizadas de los bosques templados del centro de México. Existe una combinación compleja de factores internos y externos locales (tenencia de la tierra, capacidad organizativa y gobernanza interna), regionales (mercados, agrupamiento) y nacionales (institucionales) que potencian y limitan el proceso de escalamiento de esas comunidades en la región de estudio. Este trabajo sugiere que las capacidades internas de organización y la eficacia para lograr acuerdos legítimos dentro de las EFC son imperativos para superar problemas de ilegalidad, acceso a mercados, inversión y, en general, para acceder a niveles superiores de desarrollo. Sería deseable que las comunidades estudiadas exploren nuevas oportunidades comerciales y desarrollen algunas capacidades que les permitan iniciar modelos y asociaciones comerciales mutuamente beneficiosas con otras empresas y EFC a lo largo de la cadena de suministro, para lograr mayor eficiencia en el procesamiento y la comercialización de productos forestales maderables y no maderables con principios de gerencia administrativa.
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Notas de autor