Artículos
“Esposa rusa” como un producto del mercado matrimonial internacional y su papel en procesos migratorios en Chile
“Russian wife” as a product of the international marriage market and its role in migration processes in Chile
“Esposa rusa” como un producto del mercado matrimonial internacional y su papel en procesos migratorios en Chile
Papeles de población, vol. 29, no. 117, pp. 33-56, 2023
Universidad Autónoma del Estado de México, Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población
Received: 24 October 2022
Accepted: 25 January 2023
Funding
Funding source: Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID)
Contract number: CHILE/2023 - 21222064
Funding statement: Este trabajo fue financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID)/DOCTORADO BECAS CHILE/2023 - 21222064
Resumen: Este artículo examina la migración matrimonial internacional y el mercado matrimonial. Se presta especial atención a las mujeres migrantes de habla rusa en Chile, a quienes se define como “esposas rusas”. Se presentan los datos de un estudio etnográfico sobre la migración femenina de tres países de la ex Unión Soviética (Bielorrusia, Ucrania y Rusia): las etapas históricas de la migración Rusa a Chile; la influencia de los medios de la comunicación y las principales razones del surgimiento de un fenómeno como las “esposas rusas”, los aspectos de adaptación de las mujeres migrantes en Chile.**
Palabras clave: Migración matrimonial transnacional, mercado matrimonial internacional, migración femenina, Chile, Rusia, esposas rusas.
Abstract: This article examines international marriage migration and the marriage market. Special attention is paid to Russian-speaking immigrant women in Chile, who are defined as “Russian wives.” The data presented here is based on ethnographic research of female migration from three countries of the former Soviet Union (Belarus, Ukraine and Russia): focusing on historical stages of migration from Russia to Chile; the influence of the media and the main reasons for the emergence of a phenomenon such as “Russian wives”, the adaptation characteristics of migrant women in Chile.***
Keywords: Transnational marriage migration, international marriage market, feminine migration, Chile, Russia, Russian wives.
Introduccción
En el mundo actual, los procesos de movilidad y migración de la población son parte integral de la globalización. Chile no solo es uno de los participantes significativos en los procesos migratorios y un centro de atracción de trabajadores migrantes en la industria minera en el continente latinoamericano, sino que también juega un papel en el sistema mundial interconectado global (Coderre-Proulx, Campbel, Mandé, 2016).
Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Servicio Nacional de Migraciones (SERMIG), en colaboración con la Policía de Investigaciones (PDI), el Ministerio de Relaciones Exteriores (MINREL) y el Servicio de Registro Civil e Identificación (SRCeI), se realizó una estimación del número de extranjeros con residencia permanente en Chile al 31 de diciembre de 2021 a nivel nacional, regional y básico del país. En esta estimación se define como extranjero residente a la persona nacida en el extranjero o de nacionalidad extranjera que reside permanentemente en Chile o que ha solicitado permiso de residencia en el país.
Al 31 de diciembre de 2021, a nivel nacional, se estima que Chile tiene una población total de extranjeros de 1,482,390 personas, lo que representa un aumento absoluto de 22,343 personas y un aumento relativo de 1.5 por ciento, respecto al año anterior, con una estimación actualizada de 1,460,047 extranjeros para 2020. Asimismo, frente a la estimación actualizada de 2018 de 1,299,432, hubo un aumento absoluto de 182,958, equivalente a un aumento relativo acumulado de 14.1 por ciento. Del total de extranjeros residentes en el país al 31 de diciembre de 2021, 744,213 eran hombres y 738,177, mujeres mientras que 47.6 por ciento de estas personas tenían entre 25 y 39 años. Junto a lo anterior, se destacó que los cinco principales países de origen de los extranjeros residentes en el país en 2021 mantuvieron la misma dinámica que en estimaciones anteriores: Venezuela (30 por ciento), Perú (16.6 por ciento), Haití (12.2 por ciento), Colombia (11.7 por ciento) y Bolivia (8.9 por ciento), que en conjunto sumaron poco más de 79 por ciento.
En 2021, a nivel regional, en la región de la capital se concentra la mayoría de la población extranjera que vive en el país: 61.3 por ciento. Antofagasta es la segunda región con mayor número de extranjeros, ya que concentra 7.2 por ciento de la población extranjera, ligeramente por delante de Valparaíso con 6.5 por ciento.
Regiones con mayor incremento absoluto en el mismo periodo: Región Metropolitana (96,464 personas), Antofagasta (14,451 personas) y Valparaíso (11,543 personas)Según los datos del Registro Civil de Chile del año 2021 -hasta el mes de noviembre- se han efectuado en el país 4,473 matrimonios en que la mujer o el hombre son chilenos y sus contrayentes de otra nacionalidad.
De ese total, 52.78 por ciento (2,361 uniones) corresponde a chilenos que se casaron con extranjeras; mientras que 47.22 por ciento (2,112 uniones) fueron mujeres chilenas que contrajeron matrimonio con varones de otras nacionalidades. En el caso de los hombres chilenos que se unieron con extranjeras, casi un tercio (31.4 por ciento) fue con una mujer de nacionalidad venezolana (742 uniones); luego colombiana (460 uniones) y en tercer lugar peruana (282 uniones). También es significativo el número de matrimonios entre chilenos y mujeres procedentes de Bolivia (183), Argentina (112), Ecuador (79), Haití (71), Brasil (68) y República Dominicana (58)1. De acuerdo con los datos de Registro Civil los matrimonios con las rusas son 19 y con las ucranianas dos.
Como resultado del análisis de los datos estadísticos, vemos que la presencia de inmigrantes de Rusia en el contexto de las estadísticas generales de la migración internacional de Chile tiende a cero. Este grupo de inmigrantes es prácticamente invisible en las grandes bases de datos.
En la Figura 1 y en la Figura 2 vemos las fluctuaciones en la emisión de visas temporales y definitivas según el año. Las estadísticas confirman que la diáspora rusa es predominantemente femenina.2
En la actualidad, las mujeres desempeñan el papel más activo en los procesos de formación de relaciones íntimas, adquieren mayor movilidad, se incluyen en los procesos migratorios, superan los estereotipos de género y, según Kathryn Robinson (2007), se convierten en sujetos activos del nuevo espacio de lazos internacionales, lo que permite superar las reglas de poder establecidas en las relaciones familiares.
Rusia ha participado activamente en los procesos migratorios desde principios de los años noventa. Varios factores contribuyeron al aumento de la migración desde los territorios de la ex Unión Soviética. En primer lugar, con la desaparición del Estado de la Unión se abrieron las fronteras y apareció la libertad de circulación. En segundo lugar, como resultado de las reformas económicas, el nivel de vida descendió y esto se convirtió en la principal razón del aumento del flujo migratorio desde Rusia y las ex repúblicas soviéticas. En tercer lugar, los “cataclismos” políticos y las acciones militares también obligaron a la gente a marcharse al extranjero.
El volumen total de la migración exterior de Rusia (llegadas y salidas) a principios de la década de 1990 superaba 1.5 millones de personas al año, con una proporción de emigrantes que ascendía a 40-49 por ciento. Ahora la escala de la migración ha disminuido. Al mismo tiempo, las mujeres rusas participan activamente en la migración. Según las estadísticas oficiales, durante 20 años (de 1997 a 2016), alrededor de 1.2 millones de mujeres abandonaron el país para residir permanentemente en el extranjero, lo que representa 42.5 por ciento del flujo migratorio total (Ryazantsev, Sivoplyasova, 2020). Las mujeres participan en todos los tipos de la migración: educativa, laboral, de reunificación familiar y migración matrimonial. Una característica de la migración matrimonial es que un significativo sesgo de género a favor de las mujeres. Esto lo vemos en las estadísticas sobre matrimonios entre hombres chilenos y esposas rusas y mujeres chilenas y hombres rusos.3
Rusia y las repúblicas de la antigua Unión Soviética se están convirtiendo en “proveedores” internacionales de novias. Surge el fenómeno de la “esposa rusa”, una “marca” en el mercado matrimonial internacional, donde lo “ruso” no es sólo y no tanto contenido étnico. Las “esposas rusas” a menudo se llaman mujeres de las repúblicas de la ex URSS (con mayor frecuencia Rusia, Ucrania, Bielorrusia y Moldavia). Este concepto sociocultural se formó sobre la base de percepciones estereotipadas, así como un mayor interés de los medios de comunicación por este fenómeno (Canal 13, Chilevisión).
El tema se vuelve popular. ¿Por qué está pasando esto? ¿Cuáles son las razones del surgimiento y consolidación de este término? Este artículo examina las características generales del funcionamiento del mercado internacional del matrimonio y los rasgos de la migración matrimonial desde Rusia, tomando en cuenta sus participantes, las características y cómo se presenta la imagen de la “esposa rusa” en Chile, las razones de su surgimiento en general. Cómo las relaciones personales se convierten en una mercancía y cuál es el papel de la nacionalidad en ello. Además, se presenta brevemente la historia de las relaciones entre ambos países y cómo los acontecimientos políticos influyeron en la migración de Rusia a Chile.
Mercado matrimonial internacional
El concepto “mercado matrimonial” entró en la circulación científica en la década de 1970 de la mano de Becker (1974), quien lo propuso como categoría económica. Él explicó las características del comportamiento matrimonial basándose en la conveniencia y los beneficios del matrimonio, considerando el mercado del matrimonio como la búsqueda de la mejor pareja, sujeta a las restricciones del mercado. En un contexto económico similar, Bergstrom (1997) desarrolló una interpretación más general del concepto, considerándolo un espacio donde las parejas potenciales, hombres por un lado y mujeres por otro, establecen una correspondencia (es decir, el matrimonio). El autor se centró en explicar el comportamiento de apareamiento en términos del costo de encontrar una pareja y los beneficios de formar una familia. Otros investigadores han estudiado los aspectos sociodemográficos del mercado matrimonial (Banerjee, 1999; Poston y Glover, 2004; Goldman, Westoff y Hammerslough, 1984).
Es decir, el término mercado matrimonial se ha apoyado en la literatura sociológica y demográfica para caracterizar todo el conjunto de posibles novios/novias en la población, así como todo el sistema de sus demandas y exigencias mutuas a los cónyuges potenciales. Para el mercado en general, y concretamente para el mercado matrimonial que nos ocupa, los principios de oferta y demanda son fundamentales. Hay categorías de novias y novios que son negociables con mayor o menor demanda, dependiendo de varios factores (situación demográfica, estatus social, estereotipos predominantes en la sociedad, valores básicos).
El mercado matrimonial incluye la celebración (o el intento de celebración) de matrimonios a través de la publicación de anuncios matrimoniales en periódicos, contactos con agencias matrimoniales, sitios web. En este sentido, este tipo de mercado matrimonial se puede denominarse organizado. Los hombres y mujeres que se conocen por casualidad, o al menos sin la ayuda de intermediarios que cobran por su trabajo, también forman parte del mercado matrimonial. Pero este es un mercado matrimonial espontáneo. En este caso, utilizamos el término “mercado” sobre la base de que, como se demostrará en adelante, las relaciones en la sociedad contemporánea se están mercantilizando rápidamente y los términos económicos que describen las relaciones personales entre géneros se están volviendo algo habitual (Giddens, 1992).
El proceso de formación de una familia es un área compleja y controvertida de la vida personal, ya que está directamente relacionada con la elección del cónyuge. La elección de pareja por matrimonio es históricamente específica, tiene un carácter personal e individual, está influida por criterios sociales, económicos, demográficos, culturales, psicológicos, entre otros. En muchos sentidos, la estabilidad del matrimonio depende de la elección consciente del cónyuge. Actualmente, el proceso de búsqueda de pareja con el propósito de contraer matrimonio está experimentando ciertas dificultades en el mercado matrimonial tanto en Chile como en Rusia, lo que se debe a los siguientes factores: 1) crisis de los valores familiares; 2) cambio de roles de hombre y mujer en la familia; 3) inestabilidad económica; 4) desproporción entre la población masculina y femenina, y especialmente en los grupos de mayor edad (Koludarova, 2012).
Además, el desarrollo de los medios de comunicación, los traductores y la libre circulación por el mundo también contribuyen a difuminar los límites del mercado matrimonial. Todo esto lleva a que la búsqueda de pareja ya no se limite a las fronteras del propio país, y al mercado matrimonial local, al no satisfacer las necesidades de ambas partes, se expanda hasta los límites del mercado matrimonial internacional.
El mercado matrimonial es en su conjunto un fenómeno complejo, ya que puede considerarse una categoría económica, sociocultural, demográfica y jurídica. Puede dividirse en mercado nacional, cuando los contrayentes son ciudadanos del mismo país, y mercado internacional, cuando los contrayentes son ciudadanos de Estados diferentes (Iontsev, 2001). El mercado matrimonial internacional es un conjunto de contrayentes potenciales dentro de los límites del espacio mundial, que incluye los Estados de todos los continentes.
Los elementos estructurales del funcionamiento del mercado matrimonial internacional son las agencias matrimoniales y los sitios web de citas internacionales. Las características socio-antropológicas de estos elementos involucran criterios como la nacionalidad de la pareja, el idioma, la cultura y la religión. Las agencias matrimoniales internacionales son organizaciones que prestan servicios para encontrar un cónyuge en varios países del mundo, proporcionando servicios tales como información y apoyo jurídico a la hora de conocer a posibles novios, consultoría de asistencia en el registro de las relaciones matrimoniales teniendo en cuenta las peculiaridades de la legislación matrimonial del país de la pareja extranjera (Koludarova, 2012).
Por otra parte, los sitios web de citas internacionales permiten a las personas buscar un cónyuge en el extranjero por su propia cuenta, en su mayoría ofrecen registro gratuito de mujeres que desean conocer a extranjeros. Otra opción para encontrar pareja es a través de las redes sociales, como Facebook e Instagram. Y también a través de conocidos personales o de amigos cercanos y familiares.
El mercado internacional del matrimonio se caracteriza por la presencia de oferta y demanda, que tienen rasgos estereotipados4 especiales. En este sentido, podemos identificar ciertos estereotipos específicos que se han desarrollado en relación con las mujeres rusas, es decir, aquellas imágenes con las que se presentan a los extranjeros. Por ejemplo, se asume que “las mujeres rusas son famosas por el hecho de que la familia y los niños son importantes para ellas”, además, “todas las mujeres rusas son hermosas”, “son esposas amables, fieles y maravillosas” (Koludarova, 2012). Es por ello, siguiendo estos constructos valorativos y prejuiciosos, que se puede detectar que muchos hombres extranjeros prefieren conocer y casarse con una mujer de Rusia.
Migración matrimonial y aspectos específicos de la investigación antropológica
El fenómeno de la migración matrimonial es bastante nuevo. De hecho, no empezó a observarse hasta la década de 1990, cuando aparecieron estadísticas que indicaban un aumento constante de la migración femenina, por un lado, y de los matrimonios internacionales, por otro. Este crecimiento estuvo asociado a las nuevas tendencias. En este sentido, ha habido un fuerte aumento de la demanda de trabajadoras domésticas, así como un incremento del comercio sexual internacional en el que las mujeres son tratadas como mercancías (Robinson, 2007). Históricamente, sin embargo, el concepto de migración matrimonial inicialmente tenía un componente de género, mientras que los estudios de migración laboral no incluían ningún aspecto de género o realizaban un análisis comparativo de los roles de hombres y mujeres.
La migración por matrimonio es un fenómeno bastante específico: su característica distintiva es, en primer lugar, el desequilibrio de género. Según los expertos, además de las estadísticas extranjeras, la gran mayoría de los migrantes por matrimonio (hasta 98por ciento) son mujeres (Ryazantsev, 2020). Este tipo de migración no es un fenómeno nuevo. Si nos remontamos a la historia del matrimonio, encontraremos que el traslado de una mujer de una tribu a otra con el fin de casarse era una parte integral de la interacción social en muchas sociedades tradicionales (Fox, 1983). Sin embargo, cabe señalar que tal particularidad de la migración por matrimonio en la sociedad contemporánea es de carácter específico. Este tipo de interacción marital se distingue por la magnitud de los flujos migratorios y la diversidad de lo países, así como por una diversa gama de razones y factores que influyen en la elección de pareja y la decisión a migrar. Estos procesos afectan aspectos importantes de la vida social de ambos países (emisor y receptor), al incluir individuos que inciden en la formación de una familia, la crianza de los hijos y la comunicación interpersonal.
Para un análisis más detallado del fenómeno de la migración matrimonial, en primer lugar, es necesario aclarar qué entendemos por matrimonio como tal y qué representa entonces el matrimonio internacional. El concepto de matrimonio fue fundamental en la teoría clásica de la antropología social y cultural. Aunque el fenómeno de las relaciones maritales estuvo presente en todas las sociedades estudiadas, durante mucho tiempo la definición de estas relaciones se basó en el hecho de que existía un matrimonio europeo. Así, una definición frecuente del matrimonio en términos antropológicos ha sido: “se entiende por matrimonio la unión legal entre un hombre y una mujer en la que sus hijos son reconocidos como descendientes legítimos de sus padres” (Gómez Pellón, s/f: 3). En nuestro estudio, utilizaremos esta definición, que es similar al concepto jurídico de matrimonio. Esto se debe a que la regulación política de la migración en Chile se basa en la autorización de un contrato formal de matrimonio o de trabajo. Y en el caso de la inmigración matrimonial femenina, el matrimonio es la base para poder emigrar a Chile. Los matrimonios pueden contraerse entre personas que viven tanto en la misma localidad como en diferentes localidades, regiones y países. Los matrimonios internacionales involucran la unión de dos ciudadanos de diferentes países y generalmente, se basa en la migración de un miembro de la pareja. Sin embargo, la relación causal entre matrimonio y migración no es unidireccional. De hecho, la migración puede ser el resultado del matrimonio, o el matrimonio puede surgir como consecuencia de la migración emprendida por otro motivo, por ejemplo, si una persona migra en busca de trabajo o por estudios, luego conoce a su pareja, se casa y se establece en el país de destino (Bélanger y Flynn, 2018). La relación entre el matrimonio internacional y la migración es compleja: adopta diferentes formas y está impulsado por diferentes motivaciones. De hecho, las causas, características y consecuencias de la migración matrimonial no pueden generalizarse fácilmente o incluirse claramente en una tipología, lo que plantea retos evidentes para la investigación sobre la migración matrimonial internacional.
La migración fue originalmente el objeto de estudio de la economía, la historia, la demografía y la sociología, y sólo recientemente, en la década de 1990, los antropólogos sociales y culturales dirigieron su atención a ella. Por un lado, los procesos globales han afectado a todas las esferas de la vida, tanto a nivel local como a nivel macro de interacciones. Por otro lado, algunos fenómenos no son visibles cuando se estudian con métodos estadísticos que operan con grandes cantidades de datos. Este es el caso de la diáspora rusa, que es tan pequeña que no se incluye en los informes estadísticos sobre migración internacional. Pero al mismo tiempo, este fenómeno sí existe en la sociedad chilena, es resonante y no se puede negar su influencia tanto en los individuos como en la sociedad chilena en su conjunto, así como en las mujeres inmigrantes que emigran a Chile y se enfrentan a ciertas dificultades en el proceso de inclusión en la sociedad aceptada.
Buscando “Esposa Rusa”: objeto y métodos de investigación
Los resultados presentados en este artículo se derivaron de un estudio realizado entre 2020 y 2022. Esta investigación constituyó la base de la tesis doctoral “Migración y nuevas construcciones familiares: el caso del matrimonio entre mujeres rusas y hombres chilenos en la ciudad de Antofagasta”.
El objeto de estudio se formó de modo natural. Dado que la investigadora estuvo inicialmente incluida en el círculo social de mujeres de habla rusa que vivían en Antofagasta, el círculo de informantes estaba formado por conocidas y amigas cercanas. La investigadora es una mujer, emigrante rusa. Llegó a Chile junto con su familia: marido e hija rusos. Para evitar problemas éticos, todas las mujeres fueron informadas de que se estaba realizando un estudio científico. Los datos utilizados se obtuvieron a través de entrevistas personales y sólo con el pleno consentimiento de las propias informantes, sus nombres han sido cambiados. De las 15 mujeres que vivían en Antofagasta al momento del estudio, diez aceptaron participar. Además, el estudio no se limitó a recolectar información de mujeres, sino que también se realizaron entrevistas semiestructuradas con sus maridos chilenos (ocho entrevistas). También se realizó una encuesta online a través de Facebook, en la que participaron 27 mujeres de otras regiones de Chile. Se respondieron 28 preguntas. En particular, se preguntó cómo conocieron las mujeres a sus maridos, su nivel de educación, la presencia de hijos, el nivel de idioma al momento de llegar a Chile, los años de permanencia en Chile, el estatus social de sus maridos, etcétera.
Este trabajo es una combinación de diferentes enfoques analíticos: teórico (bibliografía y fuentes documentales), etnográfico (observación participante y entrevistas en profundidad), autoetnográfico (uso de diarios personales) y estructural (análisis estadístico y cuantitativo). La metodología utilizada en el estudio es fundamentalmente cualitativa y orientada al trabajo en el campo de la antropología, priorizando siempre la información de primera mano.
La observación participante
Es una herramienta metodológica importante en la investigación. En primer lugar la observación se incluyó en el estudio porque la investigadora participó directamente en la interacción de un grupo de mujeres rusas en Antofagasta. Vivió en Antofagasta durante 11 años y las relaciones con mujeres inmigrantes de habla rusa se basaron en la amistad con ellas y sus familias. Los contactos se establecieron por primera vez en 2011 y continuaron fortaleciéndose y creciendo hasta 2022. La investigación se basó en las relaciones personales.
En segundo lugar, el uso de este método es relevante, ya que este estudio también tuvo como objetivo conocer el proceso de formación de la interacción interpersonal en una pequeña comunidad, un grupo de esposas rusas en Antofagasta: roles, conflictos, características de comunicación, ayuda mutua.
La observación participante, en la que la investigadora se incluye en el objeto de investigación y está en contacto directo con los observados, participando en sus actividades, es uno de los métodos clave de la investigación socioantropológica. Una herramienta complementaria fueron las notas de campo o diario de investigación, que es la principal fuente de información de la observación participativa.
Método autoetnográfico
La investigación autoetnográfica como investigación independiente tiene su propio lugar. En el caso de este estudio, las fuentes autoetnográficas se convirtieron en un recurso adicional para el análisis general, sino más bien para la autorreflexión sobre los procesos vividos por el migrante que llegó a Chile. A primera vista, este enfoque puede parecer un rechazo al enfoque canónico de la investigación antropológica. Quizás la hipersubjetividad, hasta cierto punto, pueda impedir que el investigador adopte una posición más distante y así no perder ni por un instante las metas y objetivos que se propone al inicio de su camino investigativo. Pero, en mi opinión, en este estudio fue precisamente esta subjetividad la que ayudó a entrar en el grupo de mujeres de habla rusa estudiadas, ayudó a crear este grupo en el momento del estudio, participando allí no tanto como observadora participante, sino también como catalizadora activa y conmovedora de las relaciones, viviendo en tiempo real todas las dificultades y momentos positivos de la vida de una mujer ruso parlante en Chile.
La vida personal como clave para comprender lo social, tocar lo común a través de la experiencia íntima, registrar la experiencia y compararse con el mundo de los demás. En este caso, el investigador, por voluntad del destino, se introduce en un “campo” o situación de vital y “sale” de él con una carga de datos obtenidos como resultado de la investigación.
Entrevistas biográficas
El principal método de investigación es la entrevista en profundidad semiestructurada, que permite reconstruir historias de vida biográficas. Se trata de una conversación estructurada, durante la cual se recopiló información detallada sobre las trayectorias de vida de las mujeres de habla rusa en Chile, desde su infancia, descripciones importantes de los principales acontecimientos de la vida, las relaciones de las mujeres con personas significativas o acontecimientos claves. Se identificaron acontecimientos significativos y decisivos, revelando los principales motivos e intereses de las informantes. Al comenzar mi entrevista, les pedí a las mujeres que nos contaran sobre su infancia y su familia. Sobre qué acontecimientos llegaron a ser significativos en sus vidas.
Encuesta de opinión
Además, el 15 de noviembre de 2022, lancé una encuesta en dos grupos de Facebook “Ayuda en Chile” y “Chicas rusas en Chile” con un cuestionario de 28 preguntas. La muestra estuvo compuesta por mujeres de habla rusa que viven en Chile. 27 personas participaron en la encuesta.
La edad promedio de las encuestadas fue de 35 a 45 años. El 80por ciento de las mujeres tienen educación superior. Además, 70 por ciento tiene ingresos propios. Al mismo tiempo, todas las mujeres mantienen una relación, aunque solo 75 por ciento están oficialmente casadas y 65 por ciento tienen hijos. Al llegar a Chile, solo la mitad hablaban español. Y por el momento, menos de la mitad (40 por ciento) creen que están incluidas en el discurso chileno y se han adaptado casi por completo.
Historia de la migración rusa en Chile
América Latina en general y Chile en particular no han sido un destino popular para la migración rusa durante mucho tiempo. Esto se debe, en primer lugar, a la distancia entre los países y a las diferencias socioeconómicas, culturales, lingüísticas y climáticas.
Se pueden distinguir varias etapas de la migración a América Latina desde Rusia. La primera etapa es la migración prerrevolucionaria (1870-1917). Esto fue facilitado por las políticas de muchos países, que estimularon la afluencia de población. Otro factor es la inestabilidad política de Rusia a principios del siglo XX.
La segunda etapa es posterior a 1917. La mayoría de los rusos llegaron como refugiados de Rusia y los países de la región de los Balcanes. Esta fue la migración de los estratos cultos de la población, la élite de la sociedad.
La tercera etapa es la migración de posguerra (1945 - 1950). La composición de los emigrantes fue diversa, por ejemplo, los prisioneros de guerra soviéticos liberados de los campos de concentración nazi en Europa.
La cuarta etapa (1950-1973) fue la época en que los matrimonios internacionales se convirtieron en el único canal posible de migración. Las mujeres rusas se casaban con estudiantes chilenos que estudiaban en la URSS y luego regresaban con sus maridos a su tierra natal (Ryazantsev y Pismennaya, 2014).
Durante algún tiempo (desde 1947 hasta mediados de la década de 1950) tales matrimonios estuvieron prohibidos. Pero incluso después de que se levantara oficialmente la prohibición, las represiones contra esos cónyuges continuaron durante varios años más. Los propios matrimonios eran considerados desleales, condenados en la prensa soviética y en “reuniones públicas” en los lugares de trabajo. Una informante, hija de un chileno y una rusa nacida en 1978 en la Unión Soviética, contó la historia de su vida. Sus padres se conocieron en los años setenta:
M: Mi madre, cuando se casó con mi padre... fue invitada a KGB, allí conversaron con ella: ¡Entiendes que estás traicionando a tu patria, te estás casando con un extranjero! (…) Sí, mi mamá me dijo que se llamaba….
K: Sí, dijiste que tu mamá fue rechazada por sus amigas...
M: Sí.
K: ¿Llegó aquí (a Chile) antes de 1991?
M: No, inmediatamente lo agarrarían y se acabó… 5
Recién en 1969 se revisó el código de familia y los ciudadanos soviéticos recibieron permiso para crear una familia con un extranjero, pero sólo formalmente. En realidad, esos matrimonios no eran bien recibidos; quienes deseaban casarse con extranjeros debían presentar cientos de documentos, tantos que era casi imposible reunirlos (Ulianova & Norambuena, 2009).
La quinta etapa es una nueva ola de migración desde principios de los años noventa. Tras la caída de la dictadura en 1990, se restablecieron las relaciones entre Rusia y Chile, lo que permitió el regreso de chilenos con sus familias que no podían venir al país por razones políticas, además de abrir oportunidades para la migración de otros segmentos de la población. La intensificación de la migración rusa también se debió a que tras el colapso de la URSS, las fronteras comenzaron a abrirse. Además, el país había entrado en una etapa de crisis social, económica y existencial. Por el contrario, Chile adoptó leyes que favorecían la afluencia de nuevos migrantes (Jarufe Bader, 2018).
El surgimiento del discurso sobre la “esposa rusa” en la sociedad chilena
En 2006 tuvo lugar un acontecimiento que afectó significativamente no sólo a la opinión pública, sino también a las tendencias de migración matrimonial de la ex URSS a Chile.
El canal chileno TVN emitió el programa “Desde Rusia sin amor”. Trataba de cómo un hombre de Antofagasta fue a buscar novia a Rusia y la encontró, solo en Bielorrusia. Era alta, esbelta y rubia. La joven fue a visitar al hombre y luego se casó con él. Pero lo principal a lo que se aferró la prensa fue la cantidad de dinero que supuestamente pagó el propio hombre por la búsqueda de su esposa. Como resultado, el suceso, cada vez con más detalles, se convirtió en una sensación: “un chileno se compró una bella esposa en Rusia”.
Lamentablemente, el mensaje principal de los medios de comunicación fue negativo, creando una imagen de amor interesado. Vemos aquí una división entre la esfera emocional y la económica. Y la condena del hecho mismo de mezclar la cuestión del dinero, el amor y las relaciones. Posteriormente, esta imagen cambió, y las esposas rusas se presentaron como madres potenciales y esposas hogareñas, amorosas, orientadas a la familia. Pero lo principal en la presentación de la imagen de una esposa rusa durante varios años en los medios de comunicación fue la imagen de un hombre chileno que se convirtió, por así decirlo, en el centro de gravedad, atractivo y deseable como cónyuge.
Este evento resultó clave para abrir el discurso sobre los matrimonios interétnicos entre chilenos y rusas, influyendo en mayor o menor medida en la actitud hacia todas las mujeres rusas que llegaban a Chile y despertando en general el interés público por este tema.
Posteriormente, los artículos sobre esta pareja empezaron a aparecer periódicamente cada dos o tres años. El último se transmitió en 2021 por Canal 13 “Buscó novia por agencia: antofagastino y bielorrusa llevan 15 años de matrimonio”.6
Para no ser insustanciales, presentaremos una parte de la entrevista en profundidad con la mujer de Bielorrusia, Aksana. La forma en que ella percibe este evento de su vida:
A: […] Y al mismo tiempo, ¿cómo surgió en primer lugar toda esta historia? Como resultado, resulta que A., como él dice, estaba buscando a alguien, y conoció a una joven rusa en Santiago. Y le pidió ayuda, si podía presentarle a alguien, porque él mismo no encontraba a nadie.
K: ¿No había entonces Internet? Bueno, ¿existían algunos sitios de citas?
A: Había sitios de citas, pero él dice que es mucho dinero, que ya gastó, ya gastó en todo: ¡10 mil dólares! ¡Sería mejor si me diera esa cantidad de dinero de inmediato! ¡Y ahorramos dinero y tiempo! (risas) En general, en aquel período estaba pagando por todo. Porque había que hacer traducciones, y por todo esto hay que pagar...
K: Bueno, para los pasajes a Moscú, ¿no?
A: No, no. ¡No fue a ninguna parte!
K: ¡Ah! ¿O sea, sólo aquí en Chile?
A: ¡Sí, sí! Antes de viajar, conocía (a las mujeres) a través de agencias, así que pagaba.
K: Entonces, ¿realmente tenía un objetivo: encontrar una esposa rusa?
A: ¡Sí, sí!
K: ¿Exactamente rusa?
A: Sí.
K: ¿Por qué rusa?
A: No lo sé, pero quería una mujer eslava. Bueno, cada uno tiene sus peculiaridades. Ahora pregúntale, ¡te dirá que fue el error de toda su vida! (risas) Bueno, como resultado, más tarde conoció a esta joven para que le ayudara. Bueno, finalmente dijo que lo investigaría. Y entonces ella lo llamó y le dijo que se estaba haciendo un programa (en televisión), y él tenía la oportunidad de ir a Rusia con un traductor para conocer a alguien y esto... Entonces le pregunté: “¿Por qué aceptaste?” Y me dijo que esa era la única oportunidad de ir a Rusia, sobre todo con un traductor. Eso. Y como dicen que pagó si no pagó nada. El traductor fue pagado por este programa, “Informe Especial”. Es decir, fue contratado como traductor. Y las señoritas que estaban allí eran sus conocidas (del traductor). Y resulta que yo estaba incluida en la lista de estas conocidas [...].7
El caso de Aksana se convirtió en clave para analizar un nuevo fenómeno migratorio: la búsqueda de “esposas rusas”.
Debate
Este estudio es importante para llenar un vacío en la investigación sobre la migración matrimonial internacional. Mediante el estudio de mujeres procedentes de las repúblicas de la ex Unión Soviética se intentó encontrar respuestas a las siguientes preguntas: ¿cómo se desarrolla la imagen de una “esposa rusa”, qué métodos utilizan las parejas para conocerse y encontrar pareja? ¿Qué características de su trayectoria vital llevaron a la decisión de emigrar y casarse con un representante de otra cultura y nacionalidad, cómo son sus relaciones en la familia? Las respuestas a nuestras preguntas de investigación nos permitieron obtener una comprensión más profunda de los motivos que impulsaron a las mujeres a emigrar de Rusia? Además en este estudio, buscamos descubrir cómo las mujeres inmigrantes rusas dieron sentido a sus experiencias de vida.
Motivos de la migración de las mujeres rusas
Las razones de la migración femenina desde Rusia son las siguientes: la crisis económica de los 1990, desequilibrio demográfico de géneros, cambios estructurales en la imagen de la masculinidad en la cultura de los territorios de la ex Unión Soviética y razones sociales. Analizamos con detención cada una de las razones. Y la más importante es la crisis económica que surgió como resultado del colapso de la URSS, que sacudió la percepción de la “masculinidad” de un hombre ruso. De hecho, casi todas las informantes hablaron de la imagen del chileno como una persona confiable, fuerte y responsable, en contraste con la imagen del hombre ruso. Este fue un factor clave en la decisión de casarse con un hombre chileno y emigrar a Chile:
N.: Me fui en un momento. Y ni siquiera pensé que era muy lejos. Ni siquiera pensé a dónde iba, ¿por qué? Me fui no más. Me fui porque la persona me dio total confianza de que todo estaría bien.
K: ¿Entonces estabas segura de él?
N: ¡No tenía ninguna duda! Estaba segura de él, no dudaba de él. Me dijo: “Pues mira, tengo esto, esto y esto. No tienes que trabajar, yo nos proveeré de comer. Si quieres trabajar, ve a trabajar, si no quieres trabajar, no trabajes. Pero tengo una casa y un trabajo”. ¡Y yo me fui!8
En opinión de muchas mujeres que decidieron emigrar para casarse, les resultó imposible encontrar un “hombre normal” (Patico, 2009):
S.: Es que en comparación con mi ex Jorge tuvo éxito conmigo, pues me siento segura con él. Es muy tranquilo. No dramatiza nada. No va a ocultarme nada. Podemos hablar normalmente, con sinceridad. Y con el ex podía conversar un par de horas sobre nuestra relación, terminar y hacerme la pregunta: ¿Y qué? ¿De que estuvimos hablando?9
La facilidad de comunicarse a grandes distancias geográficas a través de canales de comunicación electrónicos, combinada con la capacidad de las personas de viajar por del mundo, significa que las personas pueden conectarse desde lugares remotos alrededor del mundo y pueden desplazarse geográficamente, lo que era casi imposible antes de este período (Constable, 2005).
Las nuevas formas de comunicación están ayudando a hacer nuevos conocidos tanto a través de los medios sociales como en persona, por ejemplo mientras se hace turismo:
L: Nos conocimos en el avión el 9 de febrero. ¡Solo recuerdo la fecha! Así nos conocimos, nos vimos por primera vez. Volamos durante dos o tres horas (a Egipto). Bueno, ¿cuánto tiempo hablamos durante dos o tres horas? No nos comunicamos durante la primera hora. Y después de eso no empezamos a mantener correspondencia de inmediato. A finales de febrero empezamos a mantener correspondencia. (...) seis meses. Y luego nos reunimos en septiembre (en la Ciudad de México). Quedamos en irnos juntos de vacaciones. Y después de la Ciudad de México fuimos a visitar Chile.10
Cabe destacar que el papel de las agencias matrimoniales como intermediarias en el proceso de emparejamiento está prescrito en el discurso de los medios de comunicación y en los trabajos académicos sobre el tema. Sin embargo, esto no se confirma en el estudio.
En primer lugar, en entrevistas personales: ninguna mujer conoció a un chileno a través de una agencia matrimonial. En segundo lugar, se obtuvieron los mismos resultados en la encuesta realizada en Facebook (Figura 3).

Trayectorias de las vidas de las mujeres rusas migrantes
El estudio de procesos globales como la migración implica el uso de grandes conjuntos de datos, la investigación interdisciplinar por parte de diversos grupos de investigación y colaboraciones, y la aplicación de análisis estadísticos de datos. Pero, ¿es posible ver una trayectoria vital individual en un macroproceso? Somos parte integrante de procesos globales, y cualquier fenómeno repercute de un modo u otro en la vida concreta de un individuo. Para ver este impacto, utilizamos el análisis cualitativo de datos en pequeñas muestras. Pero inevitablemente llegamos a la conclusión de que la experiencia de vida individual no se puede clasificar, de lo contrario no sería única.
En sus relatos, las mujeres migrantes rusoparlantes dividen su vida en dos etapas: “antes” y “después” de la migración. Esto sucede de forma natural. No existe ningún principio específico, ninguna razón universal que empuje a una mujer a dar este paso. Puede ser un sentimiento fuerte, una pasión. Esto podría ser un frío cálculo. Pero todas ellas se convirtieron en participantes de la migración matrimonial internacional, en la que la imagen emergente de una “esposa rusa” influyó tanto en ellas como en sus cónyuges.
Toda mujer emigrante pasa por determinadas etapas de adaptación. La primera etapa es el choque cultural, cierto aislamiento, aprender el idioma y acostumbrarse a la nueva familia. La segunda etapa es la búsqueda de otros emigrantes rusoparlantes,, amigas, reuniones, comunicación a través de las redes sociales, acercamiento a alguien del grupo ruso. La tercera etapa surge bajo la presión de circunstancias externas: el aislamiento de las mujeres, sus individualización, búsqueda de pautas internas, concentración en la familia, el trabajo, los hijos. Al mismo tiempo, su identidad étnica sigue siendo la misma, no se esfuerzan por convertirse en chilenas, conservan una profunda conexión con parientes, amigos en su tierra natal. Sus opiniones influyen en gran medida en la opinión de sus maridos sobre, por ejemplo, los acontecimientos en Rusia y en el mundo. A su alrededor se configuran espacios especiales de la reproducción de la cultura y tradiciones rusas que, aunque en pequeña medida, también influyen en los niños que son más chilenos que rusos.
De las diez mujeres que llegaron a Antofagasta entre 2006 y 2019, solo una pareja regresó a Rusia, donde viven desde hace cuatro años. De todas las informantes entrevistadas en el estudio, sólo dos pasaron por un proceso de divorcio, pero al momento de la entrevista ambas se habían vuelto a casar. Los datos de la encuesta también muestran una cierta tendencia: todas las participantes en la encuesta están en relaciones y 74 por ciento lo están oficialmente. Esto demuestra una vez más que el matrimonio es un componente importante de la vida de las mujeres inmigrantes rusas.
Conclusión
Nuestro mundo está cambiando rápidamente. Surgen nuevos fenómenos y procesos.
Mientras que en la segunda mitad del siglo XX el crecimiento de la migración internacional se limitaba a determinadas regiones y países con una población predominantemente masculina, a principios del siglo XXI la migración internacional se está extendiendo por todo el mundo, y las mujeres están empezando a desempeñar un papel importante en estos procesos.
Esto, a su vez, ha influido en la formación de áreas de investigación social como la migración de género y la migración matrimonial internacional. Los antropólogos sociales se han interesado por estos temas y, utilizando metodología cualitativa, están identificando fenómenos que no son visibles a nivel macro.
Al mismo tiempo, se ha ampliado la geografía de países entre los que existen flujos migratorios constantes. Es posible que estos países no compartan fronteras comunes o lazos históricos profundos. Como vemos, Chile y Rusia son un buen ejemplo de este tipo de relaciones. Los lazos históricos entre los dos países no han sido estables ni se han extendido mucho. A pesar de no tener fronteras físicas, estos países mantienen una interacción transfronteriza a través de los matrimonios internacionales.
Por supuesto, las relaciones entre los dos países a nivel político y económico afectan tanto a los flujos migratorios laborales como al porcentaje de matrimonios internacionales. Sin embargo, ésta no es la razón principal de la constante afluencia de mujeres rusas a Chile para casarse y formar una familia. La crisis económica y política, la búsqueda de una vida mejor, el aumento del estatus social y los cambios sociales en la sociedad son factores importantes que influyen en la actividad de los flujos migratorios.
No se puede subestimar el papel de los medios de comunicación, que crean y reproducen estereotipos e influyen en la opinión pública. Encontrar pareja y casarse solía ser un ámbito íntimo de las relaciones personales, pero ahora se ha convertido en una sensación, un acontecimiento que permite abrirse más a nuevas culturas e ir más allá de lo habitual.
Incluso con los desafíos planteados por la pandemia y la disminución de los flujos migratorios en todo el mundo, la migración matrimonial internacional continúa uniendo a hombres y mujeres en busca de sus parejas, cruzando todas las fronteras imaginables.
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Notes
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