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Etnia y ruralidad como ejes de la desigualdad social en la Araucanía (Chile) actual
Ethnicity and rurality as axes of social inequality in current Araucanía (Chile)
Papeles de población, vol. 29, no. 118, pp. 177-207, 2023
Universidad Autónoma del Estado de México, Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población

Artículos


Received: 21 April 2023

Accepted: 23 April 2024

DOI: https://doi.org/10.22185/24487147.2023.118.32

Resumen: El presente articulo analiza la desigualdad de la Región de la Araucanía a través variables socioeconómicas relevantes para la región como son la pobreza, la ruralidad, y la etnia, entre otras. Para ello se realizó un estudio cuantitativo a partir de información secundaria, el cual se desarrolló en base a la Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN). Los resultados dan cuenta de las desventajas comparativas que presenta el territorio en relación con otras regiones y el país, además se muestra a una región golpeada por la pobreza y la desigualdad, la que se ve sustancialmente acentuada en el espacio rural, y más aún en los individuos pertenecientes al pueblo mapuche. La discusión se centra en que la pobreza y las condiciones de menoscabo social en general son producidos por la desigualdad (y no al revés), ya que esta no es solo una diferencia inocua, sino que un detrimento histórico generado consciente e intencionalmente, lo que trae consigo consecuencias negativas en los sujetos. La conclusión es que el racismo y la exclusión, sumado a la falta de solidaridad actual, hacen que se reproduzcan las condiciones desfavorables para el pueblo mapuche, especialmente los que residen en las zonas rurales.

Palabras clave: Pobreza, mapuches, Araucanía, desigualdad social, ruralidad.

Abstract: This paper analyzes inequality in the Araucanía Region through relevant socioeconomic variables for the region such as poverty, rurality, and ethnicity, among others. For this, a quantitative study was carried out based on secondary information, which was developed based on the (CASEN) National Socioeconomic Characterization Survey. The results account for the comparative disadvantages that the territory presents in relation to other regions and the country, in addition to showing a region hit by poverty and inequality, which is substantially accentuated in rural areas, and even more so in individuals belonging to the Mapuche people. The discussion focuses on the fact that poverty and conditions of social impairment in general are produced by inequality (and not the other way around), since this is not only an innocuous difference, but a consciously and intentionally generated historical detriment, which brings with it negative consequences in the subjects. The conclusion is that racism and exclusion, added to the current lack of solidarity, lead to the reproduction of unfavorable conditions for the Mapuche people, especially those who live in rural areas.

Keywords: Poverty, mapuches, Araucanía, social inequality, rurality.

Introducción

Chile arrastra desde hace algunos años grandes problemas de desigualdad que aún no ha podido resolver, si bien se podría describir como un país estable a nivel macroeconómico debido a su dependencia casi única del cobre, el panorama a nivel social y político no corren la misma suerte. La expresión más clara de esto fue el estallido social ocurrido en octubre de 2019, donde se expuso una variada gama de demandas que se podrían agrupar en justicia social, económica, cultural y política (Jiménez-Yañez, 2020; Morales Quiroga, 2020). En gran medida, estas demandas tienen que ver con una profunda desigualdad que se fue gestando a lo largo de los años. En relación con el tema de la desigualdad social, Chile ocupa el séptimo lugar en el mundo, medido a través del índice de Gini,1 con 0.5 para el año 2013, solo por debajo de Sudáfrica (1), Haití (2), Honduras (3), Colombia (4), Brasil (5) y Panamá (6) (World Bank, 2016).

El informe “Desiguales” del PNUD (2017), muestra datos sobre la concentración de la riqueza en el país, la que se centra en el gran empresariado. Según datos de Impuestos Internos dados a conocer en el informe señalado, indican que 0.1 por ciento de la población más rica del país recibe 19.5 por ciento de todos los ingresos. El 0.9 por ciento siguiente recibe 13.5 por ciento de los ingresos de todo el país. El cuatro por ciento siguiente, recibe 18.5 por ciento de los ingresos del país. En resumen, uno por ciento de la población nacional, recibe 33 por ciento de todos los ingresos del país, mientras que cinco por ciento más rico recibe 51.5 por ciento de todos los ingresos de Chile (PNUD, 2017: 22).

Por su parte, Barozet, et al. (2013) describen la estructura social y la desigualdad en Chile a partir del proceso de reducción de las funciones del Estado y ampliación del mercado, señalando que este proceso se inició en los años 70’ reduciendo los alcances del Estado y dejando al mercado actuar libremente. Esto es desarrollado a través de un proceso político y económico con apertura de mercados y desarrollo de la economía a costa de las desigualdades sociales, dando cuenta de un crecimiento muy disímil, con dos polos extremos marcados. De aquí, los autores hablan de una estructura social poco fluida, donde no hay gran movilidad social en las clases más populares que en algunos casos pasan sólo a superar la línea de la pobreza. En cuanto a la clase media en Chile se presenta móvil, es decir, existe cierto grado de ascenso social a partir de la educación, pero eso no es muy significativo en la estructura social, porque sigue habiendo gran polarización y tendencia a las desigualdades socioeconómicas en el país (Barozet et al., 2013).

Dentro de este nuevo panorama en el cual se encuentra Chile después de la dictadura militar, las desigualdades no se detienen y continúan al alza, uno de los componentes fundamentales que fundan dicha desigualdad, es el desempleo, como lo describe Carlos Ruiz; “La creación de empleos cede ante su destrucción bajo una alta rotación que los hace cortos e inestables” (Ruiz, 2013: 39). Sumado a esto, comienzan a proliferar los trabajos no calificados, principalmente ligados al sector terciario, esto en proporción inversa a la pérdida de peso estratégico de la clase obrera, pero de esta tercerización deviene otra que se establece como espuria, por ser servicios de baja calificación y productividad, donde se recluta a la marginalidad urbana (Ruiz, 2013). Con estas características se puede dibujar un panorama general de la estructura socio-ocupacional chilena de estos últimos años, una extrema desigualdad, desempleo y trabajos precarios que se preciaban de buenos, por estar ligados a procesos de producción modernos, esto tiene un sentido en la contraparte del nuevo empresariado de Chile, donde sus ganancias y la gran concentración de la riqueza se construyen a partir de estas condiciones laborales.

Es casi imposible omitir que Chile tiene un problema estructural de desigualdad socioeconómica, que, si bien ha reducido la pobreza, las diferencias se han acrecentado los últimos años, estabilizándose en niveles muy elevados. Los problemas estructurales tienen que ver con una forma de organización y ordenamiento, en este caso económico y social, un modelo de desarrollo. Aravena (2020) hace referencia al sistema neoliberal y atribuye dicha desigualdad a elementos relacionados con el mercado del trabajo, como la flexibilidad precarización y bajos salarios, siendo más específicos, se hace referencia a un sindicalismo débil, lo que trae debilidad también en la huelga y la negociación colectiva, esto se traduce que hay una desigualdad que se encuentra institucionalizada en relación con la diferencia existente entre el capital y el trabajo. Además, existen factores como el “disciplinamiento de la fuerza de trabajo, la acción policial en contextos de conflicto laboral, el endeudamiento, el acceso a servicios sociales básicos o las características flexibles del mercado laboral” (Aravena, 2020: 22).

La Araucanía por su parte, es una región en el sur de Chile, su capital regional, Temuco se encuentra a 650 kilómetros de Santiago, la capital nacional. Se divide en dos provincias, Malleco y Cautín con 11 y 21 comunas respectivamente, las que hacen un total de 32. La población de la región alcanza los 957,224 habitantes según el CENSO 2017 (INE, 2018). Actualmente la Araucanía es la región con mayores niveles de pobreza del país; con una tasa de 17.2 por ciento según ingresos y 28.5 de pobreza multidimensional (CASEN, 2017). Sin embargo, este dato no es algo nuevo, ya que la región ha mantenido esa posición durante las últimas décadas (CASEN, 1996, 1998, 2000, 2003, 2009, 2011, 2013, 2015, 2017). Además, es la segunda región más desigual del país luego de la Metropolitana., este puesto es compartido con la Región de Aysén y Los Ríos (Pérez y Sandoval, 2020).

En la Araucanía 34.3 por ciento de la población de la región se reconoce de algún pueblo indígena, según el CENSO 2017, siendo la segunda región con más población que se auto reconoce como indígena, luego de la región de Arica y Parinacota con 35.7 por ciento (INE, 2018). Otra característica relevante de la región es que posee una población rural de 29.1 por ciento según el CENSO 2017, siendo solo superada por la nueva Región del Ñuble, con 30.6 por ciento de ruralidad (INE, 2018).

Otro indicador socioeconómico es el índice de competitividad regional. Un ranking que compara a las regiones mediante tres aspectos generales que son la productividad, la calidad de vida y la sustentabilidad. La Región de la Araucanía ha sido históricamente la región menos competitiva durante todo el tiempo que se ha realizado este ranking, es decir, desde 2014 hasta 2018 se ha posicionado en el último lugar (SUBDERE, 2018).

Este territorio fue el último eminentemente mapuche, y por lo tanto también el último en ser anexado al país, plan que se llevó a cabo por el Estado de Chile a través de una violenta ocupación del ejército, que consistió en asesinatos y despojos de tierras a los mapuches, la mal llamada “pacificación de la Araucanía” (Bengoa, 2002b). La historia del territorio, lo convierten en símbolo de conflicto y resistencia indígena, desde la ocupación española, pasando por la conformación de la república hasta estos días (Bengoa, 2002a; Pinto, 2015). El pueblo mapuche, los habitantes originarios de dicha tierra, se encuentran en una constante lucha por su emancipación.

Algunos historiadores atribuyen esta precariedad a su historia de frontera, ya que los mapuches resistieron por muchos años invasiones españolas y chilenas, hasta que fueron sometidos y despojados de sus tierras por el Estado chileno, obligados a campesinizarse para sobrevivir en un sistema político y económico que no conocían y del cual no formaban parte, lo que los relegó históricamente a la pobreza (Saavedra, 2002).

Los mapuches hoy en día se encuentran en una situación de desventaja social con respecto a los chilenos no mapuche, lo que se traduce en una desigualdad entre pertenecientes a una etnia y no pertenecientes. En Chile, se ha demostrado que la pobreza y la exclusión social, las sufre con mayor intensidad el pueblo mapuche (Cantero y Wiliamson, 2009). Por otro lado, se ha establecido que en el país y en la región de la Araucanía existen desigualdades de ingreso, salud, educación con respecto a las etnias y los no pertenecientes a ellas (Cantero y Wiliamson, 2009), y obviamente esto se manifiesta principalmente en el pueblo mapuche por ser la etnia mayoritaria de la región y el país.

Las características antes mencionadas se pueden observar más claramente en los mapuches que viven en las zonas rurales. Un estudio de Celis, Modrego y Berdegué (2008) realizado en las regiones del Bío-Bío, La Araucanía y los Ríos afirma que “…los hogares rurales mapuches en las antiguas regiones VIII, IX y X se caracterizan por estar significativamente peor que los hogares no indígenas, en prácticamente cualquier dimensión del bienestar” (p.30). Además, señalan que la desigualdad étnica se da principalmente en las comunas más prósperas. Esta investigación concluye que los hogares mapuches no estaban siendo parte del crecimiento económico del país.

Por el otro lado, en otra variable socioeconómica, los “no mapuche” presentan índices más altos de movilidad social, luego en orden descendente viene el grupo “mestizo” y por último se encuentra el grupo “mapuche puro” quienes son los que poseen menor movilidad social, problema relacionado con los logros educacionales, (Cantero y Wiliamson, 2009).

La realidad de los mapuches ha estado marcada por su relación con la tierra, y lo que ahora se construye social y económicamente como espacio rural. Además, su historia está ligada al colonialismo español que llegó a América en el siglo XVI e intentó hacerse de sus tierras, luego por el colonialismo chileno que los despojó violentamente de su territorio, y ahora por la globalización y el capitalismo a través del Estado nación de Chile.

Esta investigación tiene por objeto, por un lado, dar cuenta de las condiciones sociales y económicas del espacio rural de la Región de la Araucanía y, por otro lado, mostrar como esa condición es muy desigual en relación a los mapuches que viven en estas zonas. Si bien esta investigación no puede explicar todo el fenómeno, si puede dar cuenta de una parte de la situación socioeconómica actual de los mapuches rurales en la región y como este escenario, sumado a una historia de despojo y resistencia dan luces de algunas relaciones de desigualdad.

Para la realización del presente estudio se analizaron variables económicas y sociodemográficas de la Encuesta de Caracterización Socio Económica Nacional (CASEN) correspondientes al año 2017. Dichas variables están relacionadas con la etnia, que en la región de la Araucanía es principalmente mapuche, además se relacionan con la pobreza, y la ruralidad porque son características que desatacan en la región. Se utilizó esta base de datos (CASEN 2017) debido a que es la última disponible antes de la pandemia, ya que luego de ésta, los problemas sociales se modificaron en relación justamente a la contingencia sanitaria.

Metodología

El estudio presenta un enfoque cuantitativo, con un diseño no experimental de tipo correlacional. Esto debido a que se buscó relacionar las variables etnia y zona con variables socioeconómicas como son la escolaridad, ingreso, pobreza, género. Y espaciales, en este caso, regiones, comunas. Lo anterior fue realizado en función de analizar las ventajas y desventajas comparativas que se presentan con relación a estas variables en el contexto de la región de la Araucanía que se caracteriza por su ruralidad, población mapuche y los altos niveles de pobreza.

El estudio se desarrolló a partir de información secundaria, en este caso se utilizó la base de datos de la Encuesta Nacional de Caracterización Socioeconómica, CASEN, específicamente de la Encuesta CASEN 2017. Esta decisión se tomó debido a que es la última encuesta CASEN antes de la pandemia de Covid-19, por lo tanto, la más actual sin el sobresalto social que conllevó la emergencia sanitaria, por ello la de CASEN 2020 no fue considerada. Y la siguiente aún no había sido publicada cuando se realizó el presente estudio.

Para realizar los análisis, se utilizó el paquete estadístico SPSS 21, ya que es uno de los formatos en los cuales se encuentra disponible la encuesta CASEN desde la página del Observatorio social del Ministerio de Desarrollo Social de Chile. La base de datos de la encuesta CASEN es una base nacional, por lo que se realizó una depuración, la cual se expresa en una selección de casos regionales,2 para poder trabajar solo con los datos de la Araucanía. La muestra en la encuesta CASEN es realizada a partir del ordenamiento territorial de “manzanas” y viviendas. En la Araucanía la población es de 1,027,876 habitantes, de ellos 329,847 es rural y 699,029 es urbano. Y el marco muestral correspondió a 269,653 viviendas y con una muestra objetivo de 5,136, de ellos 3,622 es urbano y 1,514 es rural (Observatorio Social, 2018)

Las variables utilizadas para esta investigación fueron: 1) Zona 2) Situación de pobreza multidimensional con entorno y redes (cinco dimensiones) 3) Pueblos indígenas, ¿pertenece usted o es descendiente de alguno de ellos?: variable que identifica a las personas que pertenecen a pueblos indígenas y a que pueblo pertenecen. 4) Quintil autónomo regional 5) Ingreso total per cápita del hogar corregido 6) Escolaridad 7) Sexo 8) Edad. Algunas de las variables fueron recodificadas para poder obtener variables dummy (o dicotómicas) las que facilitan el análisis y la presentación de los datos especialmente para reali zar la regresión logística binaria. En la siguiente Tabla se presentan cada una de las variables y su definición:


Variables utilizadas en los análisis de tablas de contingencia y gráficos de dispersión

Fuente: Manual del Investigador. Guía práctica para el uso y análisis de información CASEN 2017 (Observatorio Social, 2018)

Para el análisis de regresión logística binaria se recodificaron algunas de estas variables y se agregaron otras recodificadas como: Edad, se transformó y recodificó en joven/adulto. En su trabajo o negocio principal, ¿usted trabaja como? que, en su versión recodificada, determina si los individuos trabajan como empleado/cuenta propia o empleador. Además, se agregó la variable ordinal de Nivel educacional que si bien, originalmente tiene diversos indicadores, en su versión recodificada solo se diferenció a las personas que tenían educación formal de las que no.

En lo que respecta a los análisis, se realizó cruce de variables a partir de tablas de contingencia o cruzadas (Cea D’Ancona, 2001), estas se utilizan para observar relaciones de dos o más variables categóricas ya que se distribuyen por frecuencias. Además, se realizó un análisis de dispersión (Cea D’Ancona, 2001), expresado en gráficos, para poder relacionar variables escalares con variables categóricas y analizar su relación a partir de donde se concentren los puntos en este caso. Y también se realizó un análisis de regresión logística binaria (Cea D’Ancona, 2002), que se traduce en análisis del modelo, y relación de variable dependiente con variables independientes, lo que sirve para relacionar una variable dependiente con un grupo de variables independientes. “Mediante la regresión logística se quiere predecir la probabilidad de ocurrencia de un determinado evento…” (Cea D’Ancona, 2002: 129). En este caso se relacionan variables del tipo probabilidad de encontrarse en situación de pobreza multidimensional si se vive en las zonas rurales, por ejemplo. A partir de estos análisis bivariados y multivariados, se pudieron establecer algunas correlaciones que destacan, teniendo siempre como base que la pertenencia al pueblo indígena (mapuche) y el vivir en la zona rural, las que fueron las variables ejes para dar cuenta de las desigualdades en los diferentes ámbitos como ingresos, escolaridad, etcétera.

Acercamiento teórico

Es necesario comprender que la desigualdad social no es una consecuencia, más bien una necesidad del capitalismo, el cuál tiende siempre a la concentración en los diferentes ámbitos. (dinero, recursos, población, etc.). La relación entre capitalismo y desigualdad social es estrecha, de hecho, existe todo un bagaje teórico que busca legitimarla:

La desigualdad social es así una idea inconscientemente desarrollada por la que las sociedades aseguran que las posiciones más importantes están conscientemente ocupadas por las personas más cualificadas. De aquí que cada sociedad, no importa que sea simple o compleja, deba diferenciar a las personas en términos de prestigio y estimación y deba por esto poseer una cierta cantidad de desigualdad institucionalizada (Davis y Moore en Bendix y Lipset 1975: 157).

La cita anterior se sustenta en la proposición que la desigualdad es necesaria para el capitalismo porque fomenta la competencia. Asumiendo como verdadera la premisa que al nacer existen las mismas oportunidades para todos y “los mejores” llegan a las posiciones sociales y económicas más altas. Pero esta lógica muchas veces no se cumple ya que las personas no comienzan su vida en igualdad de condiciones sociales.

François Dubet (2011) rompe con el mito de la igualdad de oportunidades, y la perspectiva liberal funcionalista, señalando que la igualdad de oportunidades reposa sobre un mito estadístico, el mito consistiría en que en cada generación, los individuos se repartirían proporcionalmente en la estructura social, independiente su origen y su condición inicial, asumiendo que el mérito produciría por sí solo, desigualdades justas o necesarias, claro que para ello habría que omitir las condiciones de herencia y educación que pesan sobre los hombros. Desde esta perspectiva comenzaría la ponderación de las clases sociales en la dinámica de comprender e interpretar no solo aspectos objetivos de la desigualdad, sino que también aspectos subjetivos.

Un aspecto humano obviado por los teóricos hasta ahora en relación con la desigualdad es el concepto de solidaridad. Dubet (2015) apela que en muchas ocasiones elegimos la desigualdad, en contraposición a la solidaridad humana, en este sentido señala que la lucha contra las desigualdades debe asumir un lazo de fraternidad por un sentido de vida eminentemente social. La tesis principal de Dubet es que la intensificación de la desigualdad deviene de una crisis de solidaridad previa, este punto es interesante en el entendido que apela justamente a la mencionada relación dialéctica agencia-estructura, ya que Dubet (2015) plantea que al sentirnos menos solidarios aceptamos las desigualdades que no se encuentran ligadas directamente con nuestro individuo e incluso estas desigualdades son deseadas porque nos protegen del otro que puede ser una amenaza.

Lo anterior se describe como las causas de la desigualdad, pero lo importante es que esto trae consecuencias negativas, y no solo se establece como una diferenciación ya que “La desigualdad es una violación a la dignidad humana porque deniega la posibilidad de que todos los seres humanos desarrollen sus capacidades” (Therborn, 2016: 9). Esta cita del sociólogo Goran Therborn representa una crítica a la desigualdad, no simplemente por el hecho de marcar una diferencia, más bien, se apela a que la desigualdad trae consigo consecuencias negativas para el ser humano, es por ello que la crítica no apunta a la diferenciación precisamente, sino que a las desventajas forzadas que genera esta situación, que van en prejuicio directo de los individuos:

Muerte prematura, mala salud, humillación, sujeción, discriminación, exclusión del conocimiento o de la vida social predominante, pobreza, impotencia, estrés, inseguridad, angustia, falta de orgullo propio y de confianza en uno mismo, sustracción de oportunidades y chances vitales (Therborn, 2016: 9).

Chile no es una situación diferente en la región latinoamericana en cuanto a desigualdades, ya que es de los continentes más desiguales del mundo, de hecho, en el Ranking de desigualdad mencionado con anterioridad, seis de los primeros siete países se ubican en Latinoamérica (World Bank, 2016). Si analizamos las condiciones generales de este subcontinente, se puede señalar que las sociedades no industrializadas, basan su economía en la extracción de materias primas, por lo que su economía posee un sustento importante en las zonas rurales. Esta no industrialización entendida como subdesarrollo, produciría desigualdad, dependencia y explotación (Stavenhagen, 1971). Dentro de estos países las zonas rurales se encontrarían en desventaja, debido a la pobreza (Kay, 2007; OXFAM, 2016), la concentración de la tierra (OXFAM, 2016) y el extractivismo (Gudynas, 2017).

Por su parte, el espacio rural en términos de Lefebvre (2013), sería un espacio social, económico y político producido para la acumulación, y en el contexto latinoamericano para la acumulación por desposesión (Harvey, 2016), ya que se ha despojado a los habitantes originales de su tierra. En el caso de Chile hay una historia de desposesión y violencia contra el pueblo mapuche, en primera instancia la justificación era la colonización (Bengoa, 2002a; Bengoa, 2002b) y actualmente para producir mercancías, como ocurre con las forestales, empresas extractivistas que utilizan el monocultivo como forma de acumulación (Julián Vejar, 2017).

Hay diferentes perspectivas y conceptos para analizar el espacio rural, pero unos de los más estudiados es el de “nueva ruralidad”. Concepto acuñado desde mediados de los años noventa para describir los cambios al espacio rural que trajo consigo la globalización neoliberal (Kay, 2009). Según Kay (2009), esta concepción no fue desarrollada de forma sistemática y total, además añade que a medida que se fue generalizando, se le fueron agregando nuevos usos. A pesar de lo anterior, hay ciertos consensos en relación con los aportes de la “nueva ruralidad”, estos consensos tienen que ver con la ruptura de la visión dicotómica de lo rural como contraposición de lo urbano, además del cambio en las realidades productivas y sociales y la inserción de la tecnología en las zonas rurales, lo que ha generado que se difuminen las fronteras que separan lo rural de lo urbano (Rojas, 2008; Grajales y Concheiro, 2009; Ginés Sánchez y Querol Vicente, 2019).

La nueva ruralidad tiene otra faceta relacionada con el desarrollo rural, que pone énfasis en las condiciones sociales y su progreso, como en la reducción de la pobreza, la equidad de género, la sustentabilidad del medio ambiente, aportar a la descentralización, etc. (Kay, 2009).

El concepto de etnia por su parte es complejo y teóricamente siempre ha estado unido al de raza. Esto tiene que ver con lo que señala Quijano (2014b) , dónde explica que las nociones de “raza” y “Etnia” fueron separados formalmente en el siglo XIX para realizar la diferencia entre biología y cultura respectivamente. Para Hall (2019) por otro lado, la etnia corresponde a “Las lenguas, tradiciones, creencias religiosas, ideas culturales, costumbres y rituales compartidos unen a grupos particulares”. Esto nos sirve para entender el concepto más elemental de etnia, ya que Hall critica la construcción social del concepto de etnia comparándolo con el de raza, señalando que puede ser igual de controvertido en el sentido de construcción discursiva, como un “significante resbaladizo”.

Hoy en día el debate es llevado al colonialismo, esto debido a que “el racismo y el etnicismo fueron producidos en América y reproducidos después en el resto del mundo colonizado” (Quijano, 2014b: 757) como una diferenciación jerárquica construida por los colonizadores para la dominación. La colonización actuó a partir de relaciones de poder que se manifestaron en estos elementos raciales. En este caso los europeos establecieron estas diferencias para poder colonizar a los pueblos indígenas y legitimar su poder y dominación sobre ellos (Quijano, 2014a).

El colonialismo europeo subyugó América Latina desde el siglo XVI, esta dominación se reprodujo a través de generaciones, por lo que las clases dominantes de los países colonizados tomaron el lugar de los colonizadores en un continuum, ejerciendo así su poder contra los pueblos indígenas, construyendo nuevas formas racialización y de despojo de sus tierras, como se observa en la actualidad.

En este caso los pueblos originarios fueron obligados a pertenecer a Estados-nación con un estatus más bajo que el ciudadano común, generando nuevas formas de colonialismo dentro del mismo país: un colonialismo interno (González Casanova, 2003), el cual se define como: “aquel concepto que capta la estructura compleja de desigualdades políticas, económicas y culturales, entre grupos y regiones dentro de un Estado-nación” (Dey en Torres Guillén, 2017: 2).

Hoy en día los pueblos indígenas se encuentran luchando por sus tierras en diferentes partes de Latinoamérica, como una forma de resistencia al actual colonialismo interno. Esto ocurre en Chile dónde el espacio rural en general y la tierra en particular se ha establecido como el foco de una nueva colonización, pero que ha derivado en nuevas formas de resistencia, como está ocurriendo en Chile, específicamente en la Araucanía (Pareja, 2021). En este contexto ha habido represión directa contra los mapuches por parte del Estado de Chile, pero también hay formas de colonialismo que se expresan a nivel económico, social y cultural, a través de la generación consciente de diferencias y precariedad en estos pueblos.

Canales (2018) señala que hay dos elementos que la sociedad chilena heredó del latifundio: La desigualdad y el autoritarismo. En los campos de la Araucanía aún se pueden ver expresiones de las características antes descritas, pero esa desigualdad cualitativa del latifundio que señala Canales, hoy en día deriva también en una desigualdad cuantitativa que es la que pesa sobre los hombros de las clases subalternas de las zonas rurales, y esto también tiene su propia historia:

“La base es entonces la misma y emerge como ideología racista articulada con la estructura de clases. ¿somo o sema?: racismo igual…

Resuelve así la necesidad de la unidad con el imperio de la clase; se forma una sociedad en dos, según el matiz, el europeo (nativizado, criollo) y el mestizo (español/mapuche)” (Canales, 2018: 199).

Resultados

A continuación, se presentarán los análisis realizados con variables como la etnia y la ruralidad, a partir de la Encuesta CASEN 2017. Primero se mostrará como se ha comportado el índice de Gini en la Araucanía, con respecto al país y a la región Metropolitana, dónde se encuentra la capital de Chile. Luego se realizará una comparación regional de la pobreza en la distinción urbano/rural y también se mostrará los índices de pobreza multidimensional de la región de la Araucanía también dividido por zona. A esto se le agregará una comparación de los quintiles por zona presentes en la región. Posteriormente se expondrá una georreferenciación por comunas a través de mapas de la pobreza multidimensional y de la pobreza rural. Y se cruzarán las variables de zona, por la pertenencia a pueblo indígena.

Finalmente se presentarán gráficos de dispersión de zona, y pertenencia a un pueblo indígena cruzados con otras variables socioeconómicas. Lo mismo para el análisis de regresión logística binaria, donde se buscará una relación entre las variables mencionadas y algunas características de la región.

En la Figura I se puede apreciar los niveles de desigualdad a través del Gini histórico de La región de la Araucanía, La región Metropolitana y a nivel país. En la mayoría de las mediciones la Araucanía se encuentra por sobre el promedio país, y en algunas ocasiones sobre la Región Metropolitana. En los últimos años a o pesar de que ha disminuido la desigualdad, sigue siendo la región más pobre del país.


Figura 1
Gini histórico (Araucanía, Metropolitana y nacional)
Fuente: elaboración propia con información de: Arredondo, 2010; Ministerio de Desarrollo Social; 2017; Mieres, 2020; Pérez y Sandoval, 2020. Todos los autores trabajaron con las bases de datos de las encuestas CASEN.

Según la encuesta CASEN 2017, al dividir la pobreza multidimensional por zonas en todas las regiones, el espacio rural de la Región de la Araucanía obtiene el mayor porcentaje en Chile como se puede ver en la Figura 2, eso quiere decir que si se divide la pobreza en: 1) zona urbana y 2) zona rural, la Araucanía es la que tiene un mayor porcentaje de pobreza rural del país: 60.7 por ciento de la población que se encuentra en situación de pobreza multidimensional vive en las zonas rurales, mientras que 39.3 por ciento en la zona urbana.


Figura 2
Situación de pobreza multidimensional según región x zona
Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta CASEN 2017

En la Figura 3 por su parte, se puede observar que en la Región de la Araucanía la situación de pobreza de las zonas rurales (54.2 por ciento) es mayor que de no pobreza (45.8 por ciento). A diferencia de lo que ocurre con la zona urbana, dónde la no pobreza (83.6 por ciento) es mucho mayor a la pobreza (16.4 por ciento).


Figura 3
Zona y Situación de pobreza multidimensional
Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta CASEN 2017

Los quintiles son una estratificación generada a partir de la encuesta CASEN para poder observar las diferencias sociales, a través del ingreso per cápita. Y como su nombre lo indica, se divide en 5 estratos, desde la I que es el estrato con mayores recursos, hasta la V que es el estrato de menores recursos. En la Figura 4 se observa la situación de la Región de la Araucanía, lo interesante es que en la zona rural la estratificación es directamente proporcional a la población: Mientras más bajo el quintil, más población hay y viceversa. Es decir, la cantidad de individuos de las zonas rurales son directamente proporcional a los quintiles de menores recursos.


Figura 4
Zona y Quintil autónomo regional
Fuente: elaboración propia con datos de la Encuesta CASEN 2017

Por su parte en las Figuras 5 y 6 se observan dos mapas, uno que da cuenta de la pobreza multidimensional por comuna (Figura 5) y otro que muestra la tasa de pobreza multidimensional rural por comuna (Figura 6). La mayoría de las comunas con altas tasas de pobreza en general, también tienen altas tasas de pobreza rural. Lo que muestra como la pobreza de la Araucanía se encuentra estrechamente relacionada a la pobreza rural. O más bien que la pobreza de la Araucanía es mayoritariamente pobreza rural. La pobreza rural determina la situación de las comunas y por ende de la región.


Figura 5
Mapa tasa de pobreza multidimensional comunal en la región de la Araucanía
Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017.


Figura 6
Mapa tasa de pobreza multidimensional rural en la región de la Araucanía
Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017

Hasta aquí se han observado algunas desigualdades en la región de la Araucanía. Lo más notorio es que la pobreza se concentra en las zonas rurales, o más bien las características de pobreza de la región se puede adjudicar en gran parte a la pobreza rural. A su vez, como se ve en la Figura 7 la ruralidad está directamente relacionada con pertenecer a un pueblo indígena. Del 100 por ciento de los que pertenece a un pueblo indígena, 63.8 por ciento vive en zonas rurales, y de los que no pertenece a un pueblo indígena solo 36.2 por ciento vive en zonas rurales.


Figura 7
Zona por pertenencia a un pueblo indígena
Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017

Siguiendo con el análisis de la variable pertenencia a un pueblo indígena en la Figura 7 se puede observar la importancia de esta variable, ya que en el caso de la Araucanía se traduce mayoritariamente en la pertenencia al pueblo mapuche. En este caso (Figura 8), los ingresos per cápita y los años de escolaridad disminuyen al pertenecer a la zona rural, pero se reducen aún más en la población que pertenece a una etnia indígena. Lo que muestra una desventaja concreta en relación a características sociales.


Figura 8
Pueblo indígena x zona x Ingreso per cápita del hogar corregido
Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017.

En la Figura 9 se integra otra variable más que es la de sexo la que, si bien cambia algo la situación desventaja, no es muy influyente. En este caso efectivamente las mujeres tienen menos años de escolaridad y menores ingresos per cápita, pero esta variable no es tan significativa como vivir en las zonas rurales y fundamentalmente pertenecer a un pueblo indígena. Es decir, la variable de desventaja más preponderante con relación a ingresos per cápita y años de escolaridad, es la etnia.


Figura 9
Pueblo indígena x zona x Ingreso per cápita del hogar corregido x sexo
Fuente: elaboración propia con datos de la encuesta CASEN 2017

Por otro lado, en el ejercicio estadístico de la regresión logística binaria simple que se observa a continuación, se confirma lo mencionado en los gráficos anteriores. Esto quiere decir que la relación entre vivir en una zona rural y pertenecer a un pueblo indígena, en este caso mapuche, es una relación muy fuerte, incluso mayor a vivir en una zona rural y encontrarse en situación de pobreza. Aunque está última también es una relación muy relevante. Estas variables se convierten en articuladores centrales de la estructura social en las zonas rurales de la Araucanía.

Como se señaló anteriormente todas las variables fueron recodificadas en variables dummy o dicotómicas de 0 y 1 (presencia y ausencia), incluso las variables escalares. Las variables utilizadas son las siguientes: SexoRec = Sexo recodificada (mujer/hombre). Indígena = Pertenencia a un pueblo Indígena recodificada (pertenece/no pertenece). pobreza_multi_5d. = Pobreza multidimensional. EdadR = edad recodificada (joven/adulto). EducaR = Nivel educacional recodificada (educación formal/sin educación formal). TrabajoR = En su trabajo o negocio principal, ¿usted trabaja como? (empleado o cuenta propia/empleador) IngresoPP_R = Ingreso per cápita recodificado (ingreso bajo/ ingreso alto). QuintR = Quintil recodificado (quintiles bajos: primeros tres/quintiles altos: últimos dos). zonaRec = Zona recodificada (rural/urbano).

Se realizó una regresión logística binaria, con la variable dependiente ruralidad. En la Tabla 1 se observan dos R cuadrado, el R cuadrado de Cox y Snell que y el R cuadrado de Nagalekerke. Estos elementos corresponden al porcentaje de varianza que explican el modelo, esto hace referencia a lo bien que se puede ajustar un modelo a un conjunto de observaciones y esto indica que mientras más alto el estadístico es mejor, o sea, se ajusta de mejor forma al modelo. En este caso los resultados son aceptables teniendo en consideración que van de 0 a 1. Las variables independientes explicaron 23.4 por ciento (R cuadrado de Cox y Snell) de la variable dependiente (Ruralidad).

Tabla 1
Resumen del modelo

a. La estimación ha finalizado en el número de iteración cinco porque las estimaciones de los parámetros han cambiado en menos de 0,001.

Dentro de la Tabla 2 se puede observar en primer lugar que todas las variables del modelo son significativas (Sig. o P valor menor que 0.05). Además, revisando Exp(b) u odds ratio,3 se puede observar que pertenecer a una etnia indígena entrega 480 por ciento más posibilidades de vivir en una zona rural que no siendo indígena, o también se puede decir que al ser indígena se tiene 5.8 odds más de probabilidad de vivir en zona rural, que no siendo indígena.4 Estar en situación de pobreza entrega 284 por ciento más posibilidades de vivir en una zona rural. No teniendo educación formal se tienen 62 por ciento más posibilidades de pertenecer a una zona rural. Siendo empleado o cuenta propia se tiene 52 por ciento más posibilidades de vivir en el campo que el empleador o jefe. Y siendo de los tres primeros quintiles (ingresos per cápita más bajos), se tiene 40 por ciento más posibilidades de pertenecer a la zona rural.

Tabla 2
Variables en la ecuación (paso 1a)

a. Variable(s) introducida(s) en el paso 1: SexoRec, Indígena, pobreza_multi_5d, EdadR, EducaR, TrabajoR, IngresoPP_R, QuintR.

Se realizó una regresión logística binaria, con la variable dependiente pobreza multidimensional (cinco dimensiones), y el modelo (las variables independientes) explicaron 20 por ciento de la variable dependiente (Tabla 3). Según la Tabla 4 se puede decir que, al ser indígena, se tiene 71 por ciento más posibilidades de encontrarse en situación de pobreza. También se puede decir que, al ser joven, se tiene 13 por ciento más posibilidades de ser pobre. Además, al tener no tener educación formal, se tiene 57 por ciento más probabilidades de ser pobre. Asimismo, se puede señalar que siendo empleado o cuenta propia se tiene 32 por ciento más posibilidades de encontrarse en situación de pobreza que siendo empleador. Asimismo, viviendo en zonas rurales se tienen 285 por ciento más posibilidades de estar en situación de pobreza. O también se puede decir de otra forma, y es que al vivir en zonas rurales se tiene 3.8 odds más de probabilidades de encontrarse en situación de pobreza.

Tabla 3
Resumen del modelo

a. La estimación ha finalizado en el número de iteración cinco porque las estimaciones de los parámetros han cambiado en menos de 0,001.

Tabla 4
Variables en la ecuación (paso 1a)

a. Variable(s) introducida(s) en el paso 1: Indígena, EdadR, EducaR, TrabajoR, IngresoPP_R, QuintR, zonaRec, SexoRec.

Se realizó una regresión logística binaria, con la variable dependiente perteneciente a una etnia indígena, y el modelo (las variables independientes) explicaron 19.8 por ciento de la variable dependiente (Tabla 5). Según la Tabla 6 se podría decir que perteneciendo a los tres quintiles más bajos se tiene 57 por ciento más posibilidades de ser indígena. También se puede decir que, viviendo en la zona rural, se tiene 481 por ciento más posibilidades de pertenecer a una etnia indígena. Y teniendo ingresos per cápita bajo el promedio, se tiene 34 por ciento más de posibilidades de pertenecer a una etnia indígena.

Tabla 5
Resumen del modelo

a. La estimación ha finalizado en el número de iteración cinco porque las estimaciones de los parámetros han cambiado en menos de 0,001.

Tabla 6
Variables en la ecuación (paso 1a)

a. Variable(s) introducida(s) en el paso 1: EdadR, TrabajoR, QuintR, zonaRec, pobreza_multi_5d, SexoRec, IngresoPP_R.

Discusión

La Araucanía es una región eminentemente rural, a esa condición se le suma ser la región más pobre del país en los últimos más de 20 años, una de las más desiguales socialmente y una de las que tiene mayor población indígena, pero ¿Qué hay detrás de esto? Según lo desarrollado en el presente artículo, en la Araucanía, la pobreza se encuentra estrechamente ligada a las zonas rurales y también al hecho de pertenecer una etnia indígena, que en la región se traduce en pertenecer al pueblo mapuche. Pero también hay una relación directa entre la población mapuche y las zonas rurales como se ve claramente en la Figura 7. Esto da cuenta de una triada en la región que se repite en muchos lugares de Latinoamérica: Pobreza-población indígena-ruralidad.

Pero no solo la pobreza se encuentra relacionada con la ruralidad y el pueblo mapuche, sino que también variables como el ingreso monetario per cápita y la escolaridad, esto describe una clara situación de desigualdad social al inicio de la vida por nacer en determinado lugar. El pertenecer a una zona rural y a una etnia indígena genera una brecha importante en la región, lo que hace tener mayores posibilidades de caer bajo línea de la pobreza, o condenado a tener menos ingresos y menos educación formal.

La historia de Latinoamérica es similar en muchos sentidos, pero las relaciones de poder que se ligan a los pueblos originarios tienen que ver con el proceso de colonización, dicho periodo marcó a las posteriores generaciones. En Chile y en la Araucanía particularmente les obligó a los mapuches a tomar un rol dentro del modelo productivo, dicho rol fue el de campesino, es decir, luego de que el Estado chileno le arrebatara sus tierras, quedaron relegados a reducciones donde debían cumplir el rol de campesinos para poder sobrevivir (Saavedra, 2002). Aquí se comenzó a construir, a partir de la violencia, la primera diferenciación forzada centrada en la desigualdad, el despojo, enmarcado en el proceso de colonialismo interno (González Casanova, 2003). Este camino continuó con ejercicios institucionalizados de discriminación y racismo contra los mapuches, la que fue otra forma de desigualdad forzada. En este caso, el proceso histórico de diferenciación forzada se contrasta con las actuales cifras de precariedad que sufren los mapuches principalmente en las zonas rurales como lo muestran los datos: menos ingresos, menos educación, mayor pobreza. Los mapuches que se mantuvieron en las zonas que les fueron asignadas (zonas rurales) y con el rol económico que les fue impuesto (trabajar la tierra) fueron los más afectados.

Esto en el entendido que, las desigualdades no se convierten en un problema solo por establecer una diferencia, sino más bien porque estas diferencias generan consecuencias materiales, carencias, una vida con mayores dificultades y, por ende, repercuten directamente en el individuo. Como señalaba Goran Therborn “La desigualdad es una violación a la dignidad humana porque deniega la posibilidad de que todos los seres humanos desarrollen sus capacidades” (Therborn, 2016: 9). Y esto es lo que ha ocurrido históricamente con el pueblo mapuche, todos los procesos de diferenciación y desigualdad forzada e institucionalizada han generado consecuencias a lo largo de los años que se pueden expresar en las cifras que se dan cuenta en este estudio.

En la Araucanía se observa claramente que el mito de la igualdad de oportunidades no existe como lo señalaba Dubet (2011) , ya que pertenecer a un pueblo indígena y vivir en una zona rural se convierte en un peso importante a la hora de buscar oportunidades de educación, mayores ingresos, ascenso social o incluso, solo salir de la pobreza. Ya lo señalaba Cantero y Wiliamson (2009), dando cuenta que la movilidad social ascendente es más difícil mientras “más indígena” era el individuo. En la práctica, eso significa que las carencias se traspasan de generación en generación.

La respuesta de Dubet (2015) a la desigualdad puede caber perfectamente en el caso de Chile y en especial en el de la Araucanía, ya que probablemente se ha elegido la desigualdad de forma intencional y consciente. Esto deviene de una crisis de solidaridad previa, especialmente del pueblo chileno con el pueblo mapuche. Pero principalmente con las elites y oligarquías coloniales chilenas, ya que las relaciones de poder y dominación que estableció el Estado chileno con los mapuches, luego de ocupar la Araucanía, se han reproducido con los años, lo que ha mantenido esta diferencia en el marco del colonialismo interno (González Casanova, 2003), una nueva forma de dominación y opresión. La otra diferenciación forzada, la racial (Quijano, 2014a), aún se mantiene y es una forma que pesa en las relaciones de dominación, el racismo aún no se ha erradicado de esta zona y en parte explica las desigualdades materiales.

El modelo de desarrollo basado en la acumulación por desposesión (Harvey, 2016) y la condición de país subdesarrollado ha convertido a estas naciones en territorios con muchas desventajas en relación con las naciones industrializadas, y como el mismo Stavenhagen (1971) señala, este subdesarrollo produce desigualdad, dependencia y explotación. El subdesarrollo también hace que la matriz productiva de los países periféricos sean las materias primas y por ende, al espacio rural. Y a su vez, los países centrales tienen la necesidad de materias primas para su industria, la cual es satisfecha con los recursos de los países de la periferia. Estas materias primas vienen directamente de las zonas más rurales, por lo que la explotación del campo es mucho mayor que en las zonas urbanas.

En el caso de la Araucanía, el modelo de desarrollo del país genera consciente e intencionadamente pobreza y desigualdad en las zonas rurales, produce espacio rural (Lefebvre, 2013) para el capitalismo global en su cadena de producción y despoja a sus habitantes de sus tierras, para la acumulación de unos pocos (Harvey, 2016). El modelo de desarrollo que intentó modernizarse pero que en el espacio rural se ancló en las premisas del latifundio: desigualdad y autoritarismo (Canales, 2018). Los resabios de éste aún permanecen y junto con las empresas forestales extractivistas y el Estado, actúan como parte de un proceso de colonialismo interno (González Casanova, 2003). Las condiciones actuales de precariedad de mapuches en el espacio rural son la continuación de una exclusión consciente e intencionada que comenzó el proceso de ocupación y despojo, para luego consolidado el Estado, pasar a la ley y la economía como formas de dominación. El Estado actual ha buscado revertir esta situación, pero las políticas públicas no han podido subsanar un problema estructural.

Conclusiones

Los antecedentes dieron cuenta de un país desigual socioeconómicamente, y una región de la Araucanía con los mayores índices de pobreza del país y altos niveles de desigualdad, algunos años, incluso más altos que el promedio nacional y la Región Metropolitana (1994, 1998, 2000, 2009). Los resultados muestran como la pobreza de la Araucanía se concentra en el espacio rural y especialmente en los sujetos que pertenecen al pueblo mapuche. Además, los mapuches, que viven zonas rurales, en general tienen menos ingresos per cápita del hogar y menos escolaridad que los que no pertenecen al pueblo mapuche y viven en zonas urbanas. A nivel de comunas, se puede afirmar que las que tienen una mayor tasa de pobreza, también tienen mayor tasa de pobreza rural, lo que da cuenta que la pobreza de la región está ligada a las zonas rurales. Finalmente se puede señalar según los datos que, en la Región de la Araucanía ser mapuche está estrechamente relacionado con vivir en las zonas rurales, y a su vez ser mapuche y vivir en zonas rurales puede condicionar tu futuro ya que se tienen más posibilidades de estar en situación de pobreza, no tener educación formal y bajos ingresos familiares.

En este sentido, las desigualdades entre mapuches y no mapuches en la Araucanía son importantes, pero si a esto se le suma la variable de vivir en zonas rurales, esta se acrecienta aún más. Hoy en día se puede transformar en una desventaja que puede definir su futuro, el ser mapuche y vivir en una zona rural. La reflexión indica que el modelo económico que opera en esta parte del mundo construye intencionalmente esta diferencia, ya que se ha heredado una historia de violencia discriminación y racismo que sigue operando a través del despojo y otros elementos. que generan consecuencias sociales y políticas, lo que puede ser parte de ese nuevo colonialismo o colonialismo interno (González Casanova, 2003). A esto se le suma la falta de solidaridad (Dubet, 2011) y la elección política de marcar una diferencia, es decir, la elección intencional de la desigualdad (Dubet, 2015).

Por lo tanto, no sería la pobreza la que genere desigualdad, sino más bien, la desigualdad intencionada genera pobreza. La desigualdad que se estableció en esta región desde un principio fomentó la diferencia racial, el racismo, lo que limitó las oportunidades. En esta región no todos comenzaron o comienzan del mismo piso, los individuos que viven en las zonas rurales han tenido una desventaja histórica, pero la mayor desventaja ha sido y sigue siendo, pertenecer al pueblo mapuche. El relegar a los mapuches a pequeñas porciones de tierra y aislarlos en las zonas rurales son ejercicios de diferenciación forzada, desigualdad y racismo que tuvo consecuencias materiales. Por lo tanto se puede afirmar que la falta de solidaridad posterior con el pueblo mapuche, es lo que los mantiene hasta estos días en una posición de desventaja social en las zonas rurales de la Araucanía.

Si bien los datos no entregaron elementos significativos con relación a las variables de sexo y edad, sería importante ahondar en estos elementos con otros datos estadísticos, o bien con algunas investigaciones cualitativas que profundicen sobre este tema, ya que las desigualdades por edad, sexo, género pueden entregar mucha información y nuevas líneas de investigación.

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Notes

1 Índice que mide la desigualdad y que va de 0 a 1, siendo 0 ninguna desigualdad y 1 el máximo de desigualdad.
2 La depuración de casos se realizó en relación con el territorio estudiado. La base de datos CASEN es una encuesta nacional con una representatividad estadística comunal, regional y nacional. Por lo tanto, se seleccionaron solo los casos de la Región de la Araucanía ponderados a la población total de la región.
3 Odds Ratio (OR) es una medida de efecto (…) Matemáticamente un OR corresponde a un cociente entre dos odds, siendo un odds una forma alternativa de expresar la posibilidad de ocurrencia de un evento de interés o de presencia de una exposición (Cerda et al., 2013).
4 Es otra forma de plantear los resultados.

Author notes

Nicolás Pareja Arellano Sociólogo por la Universidad de la Frontera. Diplomado en Investigación Cualitativa-Pontificia Universidad Católica de Chile. Magíster en Ciencias Sociales m/Sociología de la modernización-Universidad de Chile. Doctor en Ciencias Sociales Universidad de la Frontera. Académico Universidad Arturo Prat, Sede Victoria, Región de la Araucanía, Chile. Dirección electrónica: nipareja@unap.cl Registro ORCID: https://orcid.org/0000-0001-8039-6081
Eduardo Sandoval Obando Psicólogo, Magíster en Educación; Doctor en Ciencias Humanas y Postdoctorado en Desarrollo Evolutivo. Investigador adscrito al Doctorado en Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Chile (Temuco, Chile). Dirección electrónica: Eduardo.sandoval@uautonoma.cl Registro ORCID: https://orcid.org/0000-0001-7471-6536
Hernán Riquelme Brevis Sociólogo. Máster en Dinámicas de Cambio en las Sociedades Modernas Avanzadas. Doctor en Ciencias Sociales. Investigador adscrito al Doctorado en Ciencias Sociales, Universidad Autónoma de Chile (Temuco, Chile). Dirección electrónica: Hernán.riquelme@uautonoma.cl Registro ORCID: https://orcid.org/0000-0002-9686-6284


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