Entre tutelaje y emancipación: procesos de institucionalización y repertorios de resistencia comunal en Venezuela
Between tutelage and emancipation: institutionalization processes and communal resistance repertoires in Venezuela
Entre tutelaje y emancipación: procesos de institucionalización y repertorios de resistencia comunal en Venezuela
Espacio Abierto, vol. 31, núm. 2, pp. 22-38, 2022
Universidad del Zulia
Recepción: 11 Enero 2022
Aprobación: 16 Marzo 2022
Resumen: En el presente artículo se analiza el impacto de los procesos de institucionalización (entendida como sedimentación de interacciones estado-sociedad) en la capacidad de las comunas para resistir los intentos de cooptación gubernamental. Se esperaría que la evolución de los mecanismos de control del Estado-PSUV chavista hacia las comunas implique la concreción del tutelaje y la cooptación. Sin embargo, hay indicios de que las comunas resisten de algún modo a dichas prácticas, demostrando una variación que no es posible explicar apelando a marcos teóricos enfocados en esquemas cooptación-autonomía o en el presupuesto de un desarrollo emancipatorio en la participación comunal. En ese sentido, la tesis a defender es que las comunas muestran distintos repertorios de resistencia a las prácticas de restricción y control por parte del Estado venezolano en función de sus distintos procesos de institucionalización e intermediación. En este artículo, se profundiza sobre la dimensión de institucionalización.
Palabras clave: resistencia, comunas, Venezuela, neoinstitucionalismo, participación, encajes institucionales.
Abstract: This article analyzes the impact of institutionalization processes (sedimentation of state-society interactions) on the ability of communes to resist government cooptation attempts. It would be expected that the evolution of control mechanisms deployed by the Chavista State-PSUV towards communes implies effective cooptation and tutelage. However, there is evidence suggesting communes are resisting these practices in some way, demonstrating a variation that cannot be explained by appealing to theoretical frameworks focused on cooptation-autonomy schemes or on the assumption of emancipatory development in communal participation. In this sense, I argue that communes show different resistance repertoires to the practices of restriction and control by the Venezuelan State based on its different processes of institutionalization and intermediation. This article focusses on the institutionalization dimension.
Keywords: resistance, communes, Venezuela, neo-institutionalism, participation, institutional fits.
Introducción
La comuna está definida legalmente como:
Un espacio socialista que, como entidad local, es definida por la integración de comunidades vecinas con una memoria histórica compartida, rasgos culturales, usos y costumbres, que se reconocen en el territorio que ocupan y en las actividades productivas que le sirven de sustento, y sobre el cual ejercen los principios de soberanía y participación protagónica como expresión del Poder Popular, en concordancia con un régimen de producción social y el modelo de desarrollo endógeno y sustentable (LOC, 2010, p. 5).
Estos espacios deben entenderse como inscritos en una política de promoción de la participación ciudadana y comunitaria. Su objetivo es lograr la participación de las comunidades organizadas en decisiones, ejecución y control de políticas públicas focalizadas en las comunidades, en el marco del llamado Socialismo del Siglo XXI que encabezó el giro a la izquierda en la región.
Una comuna está conformada estructuralmente por: un consejo ejecutivo (o vocería ejecutiva), el parlamento comunal, un banco comunal, los comités de gestión y los consejos de planificación y economía comunal. En la práctica, las instancias más importantes son la vocería ejecutiva (de 2 a 3 voceros) y el parlamento (el número de voceros varía en función de los consejos comunales (CC) articulados y las empresas de producción social que se encuentren en el ámbito de la comuna). También en las comunas estudiadas, los consejos de planificación y economía comunal generalmente están conformados por la vocería ejecutiva más 7 o 10 parlamentarios, quienes terminan convirtiéndose en las personas que tienen más actividad y autoridad en la comuna.
Las comunas se constituyen como núcleo social, económico, geográfico, político y territorial del proyecto del llamado Estado Comunal1. Un proyecto que, además de tener una mayor promoción a partir de 2012, impulsa a que los estados y municipios descentralicen y transfieran a las comunidades organizadas la capacidad de gestión sobre sus asuntos2. Son nuevas experiencias participativas que desatan la pregunta acerca de si se trata de una profundización democrática o un encubrimiento de prácticas de cooptación, debido al protagonismo del partido en la conformación de las mismas.
Aunque no hay datos fidedignos que permitan conocer la magnitud de la situación comunal en el país, en entrevistas realizadas a voceros que pertenecen a instancias comunales a nivel nacional, se menciona que realmente un 30% de las comunas registradas se encuentran con actividad frecuente. Eso resulta en una estimación basada en la autopercepción comunera de 600 comunas y 6000 comuneros activos en el país para 20183. Evidentemente esta es una cifra distinta a la que podría defender el gobierno pero también los sectores que piensan que las comunas no existen.
El artículo se basa en un estudio comparativo de 4 comunas del centro-occidente venezolano (“El Maizal”, “El arañero”, “JL Chirino” y “Zamora Vive”) y de entrevistas con miembros de espacios de agregación como la Red Nacional de Comuneros, Bloques estadales y Parlamento Nacional Comunal4, a partir de un trabajo de campo realizado en 2018. Las 4 comunas fueron elegidas según la aproximación teórico-metodológica de casos más similares no confirmatorio (Ver Seawright y Gerring, 2008, Ragin 1987), y que consiste en identificar casos que sean lo más similares posible en variables independientes determinadas (X1, X2, X3…) y que difieran en sus resultados, es decir, en la variable dependiente (Y) resistencia (ver cuadro 1).
| Comuna | Región (X1) | Sector (X2) | Estructura (X3) | Territorio y cobertura (X4) | Conflicto con autoridad local (X5) | Resistencia (Y) |
| “El Maizal” | Occidente (Lara, Portuguesa) | Rural | Ejecutivo, parlamento y “unidad administrativa”. Todos los comités previstos en la ley están activos | 22 Consejos Comunales. 17000 familias. 22 Km2 | Sí | Manifiesta y contenciosa. Conformación mixta |
| “El Arañero” | Occidente (Portuguesa) | Rural | Ejecutivo y parlamento comunal. Todos los comités previstos en la ley están activos | 22 Consejos Comunales. 2100 Familias. | Sí | Manifiesta y contenciosa pero con menor frecuencia que “El Maizal”. Conformación mixta aunque prevaleció lógica de abajo hacia arriba |
| “JL Chirino” | Occidente (Sierra de Falcón) | Rural | Ejecutivo y parlamento comunal. Todos los comités previstos en la ley están activos | 17 Consejos Comunales. 1020 familias. 3200 habitantes. 90 km2 | Sí | Ausencia de resistencia manifiesta y contenciosa. Aunque su discurso presenta temas más desafiantes con el Estado que los casos anteriores. Conformación de abajo hacia arriba |
| “Zamora Vive” | Occidente (Cojedes) | Rural | Ejecutivo y parlamento comunal. Todos los comités previstos en la ley están activos | 11 Consejos Comunales. 32 Km2 | Sí | Discurso oculto. Conformación de arriba hacia abajo |
Es importante destacar que hay muchas dimensiones que influyen en el comportamiento de la variable de interés (resistencia), en ese sentido, se propuso controlar lo más rigurosamente posible aspectos como conflicto con autoridad local, región, sector, estructura organizativa y territorio y cobertura. No solamente se contemplaron variables independientes no controladas que explican el resultando en la dependiente -con efecto indeterminado a explorar- sino también en tanto que se permitió que los resultados diferentes en la variable resistencia hayan sido observados en dos dimensiones, a saber, tanto en el nivel de publicidad o no de su expresión como en la historia de la conformación de la comuna (que dio cuenta de su historial relacional con el Estado).
Ahora bien, la estructura del capítulo es la siguiente. En primer lugar, se repasan los mecanismos institucionales de coerción comunal desplegados por el Estado-PSUV para desmantelar la actividad comunal, junto con los repertorios que despliegan las comunas estudiades frente a esos mecanismos; y luego se reconstruyen sus configuraciones de encajes institucionales para analizar la relación de éstos con el repertorio de resistencia de cada comuna. Por último, se ofrecen conclusiones sobre la mencionada relación y se ofrecen pautas para leer eventos recientes en torno al impulso de ciudades comunales.
Mecanismos institucionales de coerción comunal y repertorios de resistencia
Existe un proceso de institucionalización y desinstitucionalización, de encajes y desencajes, en torno a las instancias participativas fomentadas en el chavismo. Esto radica en la yuxtaposición de organizaciones participativas que debilita y quita protagonismo a las figuras anteriores. En el caso concreto de las comunas, estas otras instancias son CLAP5, UBCH6 y FFM7 (con su papel en la conformación de Salas de Batalla Situacional). Más aún, el debilitamiento de aquellas es coadyuvado por lo que se decide llamar mecanismos institucionales de coerción comunal que se insertan en un proceso más general de institucionalización y desinstitucionalización de estas instancias, muchas veces de la mano del propio Ministerio de Comunas8.
En primer lugar, entre estos mecanismos se puede identificar el control en el registro, que hace referencia al poder que representa brindar estatus legal a las comunas. Se trata aquí de delimitar cuáles comunas son autorizadas por el Estado. Muchas veces el registro se bloqueó o se bloquea a comunas constituidas (discrecionalidad). Este mecanismo supone subordinación ante MinComunas debido a que la institución puede exigir comportamientos, sectorizaciones, participación previa del Frente Francisco de Miranda (FFM)9, ser sala de batalla situacional10 antes, etc.
En segundo lugar, se identifica a la burocratización y adecuación. Se trata del excesivo papeleo en la conformación de consejos y comunas; a las comunas siempre les falta un papel, siempre les falta un registro. Este mecanismo supone subordinación también ante MinComunas debido a que se opera selectivamente y en forma de castigo. Las comunas más disciplinadas tienden a tener rápidamente resuelto todo lo burocrático, las otras no. Esto desincentiva el impulso de proyectos.
Por otro lado, las sobreexigencias productivas también son un mecanismo de coerción en tanto que muchas comunas son obligadas a funcionar más como unidades de producción del Estado que como espacios de participación autogestiva. Este mecanismo representa subordinación ante MinComunas y el poder ejecutivo debido a que se imponen exigencias concretas de producción para solventar la crisis nacional y son pocos los casos en que las comunas retienen para sí su propio trabajo. Cuando lo que prima es una cifra productiva sin importar cómo se hizo, la comuna funciona más como una planta con trabajadores del Estado que como un espacio autogestivo.
En cuarto lugar, se propone pensar a la dependencia económica como otro de los mecanismos, dado que el Estado siempre se reserva algún momento del proceso productivo para sí (o el procesamiento, o la distribución o el almacenamiento). Este mecanismo representa subordinación ante MinComunas, el poder ejecutivo y las diversas instituciones de desarrollo agrícola. No hay comunas que tengan todo el ciclo productivo y esto es un designio intencional del Estado para que los comuneros le sigan pidiendo; lo anterior supondría comunas con más poder y autosuficiencia y, por esta razón, el Estado siempre restringe la acción comunal a uno, dos, tres o cuatro momentos del ciclo productivo.
En quinto lugar, se estipula como mecanismo la represión selectiva. El Estado obliga a las comunas a comprar insumos regulados en instituciones dedicadas a tal fin, sin embargo, los productos son desviados por medio de redes informales. Esto fomenta que las comunas (que tienen recursos) compren los insumos en mercados paralelos más costosos si quieren salvar su siembra, para luego estar en riesgo de ver a sus miembros encarcelados por acudir a dichos mercados. Comunas con menos recursos no pueden someterse a esta estructura informal y ven afectada su producción. La subordinación es en este caso frente a las fuerzas de seguridad del Estado y las instituciones de desarrollo agrícola. A su vez, la represión opera también contra aquellos comuneros que han decidido protestar ante cualquiera de estos mecanismos.
Igualmente, un mecanismo importante es la llamada sectorización. El estatus de sujeción o subordinación a MinComunas en este mecanismo viene dado porque las comunas no disciplinadas reciben presiones para dividirse. El Estado ofrece incentivos a comuneros específicos, como el hecho de que, si se dividen, sí se bajarán recursos para proyectos. Con esto, la institución disciplina, gana tiempo y ahorra recursos porque mientras se arman salas de batalla para formar nuevas comunas no se pueden promover proyectos. Es decir, se enlentece el proceso de formulación e implementación de proyectos pero también la ganancia es doble por dividir una comuna no disciplinada y asignar montos bajos a las mini comunas resultantes debido a que serían más pequeñas y también más potencialmente controlables. Este proceso de sectorización es el que puede estar operando con la promoción y conformación de Ciudades Comunales, es decir, dividir comunas para formar nuevas instancias con voceros no previamente articulados.
Por último, se define como mecanismo al cambio constante de promotores y funcionarios. Las comunas deben enfrentarse al constante cambio en la intermediación institucional, en otras palabras, justo cuando pueden haber encaminado un proyecto existe un cambio de promotor con el que hay que comenzar desde cero. La subordinación en este punto es a MinComunas porque mantiene a las comunas en una constante desestabilización y potencial desencaje en torno a cargos específicos.
A estos mecanismos habría que añadir el impulso de instancias como los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) y las Unidades de Batalla Bolívar Chávez (UBCH), las cuales son estructuras paralelas con vocerías impuestas desde arriba que disputan el poder a las comunas. Igualmente, no puede dejarse de lado el papel del Frente Francisco de Miranda (FFM) en el control comunal; institución de formación ideológica de cuadros políticos, clave en la conformación de comunas por orden del Ministerio.
En este punto, se realiza un aporte a la discusión neoinstitucionalista histórica centrada en los encajes institucionales debido a que está subteorizada la posibilidad de que pueda darse un proceso de desencaje institucional11, el cual no necesariamente es impulsado por movimientos, partidos o coaliciones políticas diferentes a los que inicialmente fomentaban encajes y ampliación de dominios de agencia (en el caso que nos compete este proceso es encajado y desencajado por el propio chavismo). Igualmente, esto no quiere decir que sean procesos mutuamente excluyentes, es decir, pueden ser simultáneos.
Ahora bien, se partió de lo que se decide llamar repertorios de resistencia, concepto que se nutre de la de repertorios socioestatales (Abers et al 2014: 330) y de la discusión sobre el concepto de resistencia en autores como Scott (2000), Ortner (2006), Gledhill (2012),Theodossopoulos (2014) y Baschet (2012). Se proponer entender a los repertorios de resistencia como recursos disponibles para un grupo de actores (en este caso, los comuneros) que son desplegados de forma no mecánica ni necesariamente reactiva para desafiar ejercicios de poder de forma, tanto oculta, como manifiesta. Son relacionales en tanto que no representan una posición de exterioridad con respecto al poder sino que son producto de la interacción con éste. El hecho de pensar la resistencia en clave de repertorios implica un carácter no necesariamente contencioso ni necesariamente subrepticio; lo contencioso con manifestación evidente y lo oculto y cotidiano son formas legítimas de resistencia. Más aún, la presencia de cooperación, alianzas y aceptación en algunos momentos, o sobre algunos temas, con los actores en el poder, no implica la imposibilidad de que se generen repertorios de resistencia.
Al acudir a los casos estudiados, los repertorios de resistencia desplegados frente a los mecanismos de coerción comunal mencionados en el apartado se sintetizan de la siguiente forma:
· El Maizal: explícito, público, evidente, contencioso, con temas concretos y profundos que realizan un énfasis en el autogobierno sin cuestionar el proyecto político nacional y con alianzas clave con otras comunas.
· El Arañero: explícito, público, evidente, contencioso, aunque menos frecuente que en “El Maizal”, con temas concretos y profundos que realizan un énfasis en la autonomía, al tiempo que muestra un compromiso más abiertamente condicionado con el proyecto político nacional. Las alianzas con otras comunas también es parte de su repertorio.
· JL Chirino: no contencioso pero con temas que otorgan signo negativo a la intervención institucional y un cuestionamiento más explícito al proyecto político nacional. Su discurso es radical en el contenido ecologista y en el cuestionamiento del propio modelo de desarrollo nacional. Además impulsan desarrollos socioproductivos con tecnologías alternativas.
· Zamora Vive: no contencioso, no manifiesto, de discurso oculto, con temas concretos. Existe un apoyo más explícito al proyecto político nacional. Ausencia de temas de autonomía y autogobierno.
A continuación, se reconstruyen las configuraciones de encajes institucionales de estas comunas para establecer relaciones explicativas sobre por qué despliegan su correspondiente repertorio de resistencia.
Configuraciones de encajes institucionales comunales
La perspectiva teórica que guía este artículo está centrada en los encajes institucionales y los dominios de agencia, categorías inspiradas por el neoinstitucionalismo histórico de Theda Skocpol y culmina en investigaciones más recientes que destacan la mutua constitución entre Estado y sociedad y que presentan correcciones relacionales importantes a la obra de la autora.
Los encajes institucionales son sedimentaciones de procesos de interacción socioestatal a través de los cuales actores sociales pueden maniobrar para que las instituciones políticas estén a su favor, esto es, ampliar su capacidad de agencia (Gurza Lavalle et al, 2018: 29). Estos encajes pueden ser cargos específicos, instrumentos, reglas, leyes, programas, consejos, instancias, órganos, etc. Y pueden variar en sentido horizontal (los diferentes tipos de encajes que pueden existir a un mismo nivel de influencia) y vertical (la distinta jerarquía política que alcanzar un encaje). Asimismo, la articulación entre diversos encajes posicionados en niveles distintos de jerarquía política es lo que se decide llamar configuraciones y es también lo que determina el dominio de agencia de algún actor social. Enseguida se repasan las configuraciones de cada una de las comunas estudiadas (es necesario tener en cuenta que estas configuraciones son reconstruidas a partir de un trabajo de campo realizado en 2018, como son fotografías de procesos, es esperable que se reporten cambios en tiempos más recientes):
Comuna “El Maizal”
La comuna “El Maizal” es una de las comunas más emblemáticas del país por su autogestión y producción. Está integrada por 22 consejos comunales de los municipios Simón Planas del estado Lara (12 CC) y Araure del estado Portuguesa (10 CC) y abarca 2200 hectáreas de un territorio que involucra alrededor de 8900 familias. Cuenta con 6 EPS, articula una red de UPF y, en términos estructurales, se organizan en la comuna 3 voceros ejecutivos, 52 parlamentarios y 200 trabajadores (que hacen labores en las EPS). A su vez, se relaciona con una instancia de agregación comunal denominada “Corredor Argimiro Gabaldón”, a través del cual realiza alianzas con otros corredores y comunas de la zona como la segunda a estudiar.
El diagrama que sintetiza su configuración de encajes (cuadro 2) establece cinco niveles de influencia, jerarquía o autoridad (dimensión vertical) y cada nivel agrupa la diversidad (dimensión horizontal) correspondiente de encajes. En un primer nivel, se encuentran aquellas instancias (además del marco legal) que al principio recibieron un impulso importante (con presencia incluso de Maduro en algunas sesiones) pero en tiempos más recientes dependen principalmente de la iniciativa comunera. En un segundo piso se encuentra el exministro aliado a la comuna, figura importante del chavismo–vale destacar que se coloca en este nivel porque ya no está en el cargo de ministro que le dio el carácter de encaje, aunque sigue trabajando para el Estado y por eso puede seguir siendo considerado un cargo-encaje aunque con menos alcance. Luego, los órganos con los que la comuna ha establecido vinculación frecuente para el desarrollo de proyectos. Por su parte, el Consejo Federal de Gobierno representa un encaje con mayor jerarquía en cuanto a que permite a los comuneros de “El Maizal” vincularse con alcaldes, gobernadores, vicepresidencia de la república y acceder a fondos de descentralización. Mientras que en el lugar más alto se encuentran los cargos específicos con un mayor grado de influencia.

a) Comuna “El Arañero”
La comuna “El Arañero Latinoamericano”, nombre que hace referencia al apodo de infancia de Chávez (sumado a un carácter latinoamericanista), se encuentra en Chabasquén, en el municipio Unda, estado Portuguesa (región occidental, como “El Maizal”, comuna de la que es aliada). En términos territoriales, “El Arañero” abarca 8 comunidades rurales y 16 urbanas, articula 22 CC, tiene 4 EPS, 3 UPF. Su rango de cobertura es de 2100 familias, involucra 28 parlamentarios principales más el consejo ejecutivo (3 voceros) y 13 voceros en el banco de la comuna (esta estructura es un punto débil en las comunas estudiadas, en realidad se trata de la administración de una cuenta bancaria).
Como puede observarse (cuadro 3), la configuración es menos extensa que en el caso de “El Maizal”, también menos potente en cuanto carece de un nivel de jerarquía entre MinComunas y por el cargo-encaje importante específico; en otras palabras, tiene menor variedad tanto en términos horizontales como verticales. Las instancias del primer y segundo nivel son las mismas que en el caso anterior, aunque en un tercer piso se encuentra el Ministerio de Comunas a nivel nacional, un encaje ausente en “El Maizal”. Mientras que en el lugar más alto se encuentra el ministro hasta 2018.

b) Comuna “JL Chirino”
La comuna “José Leonardo Chirino” está ubicada en la sierra de Falcón (región occidental como en los casos anteriores) y coincide en términos territoriales con la parroquia de Curimagua del municipio Pettit. La comuna se encuentra en una olla hidrográfica cerrada, la zona más alta de Falcón, parque de su territorio tiene la figura de parque nacional, así como también incluye zonas bajo de régimen de protección especial ambiental y articula 17 CC, con una cobertura de 1020 familias. El nombre es en honor al líder de la primera insurgencia venezolana contra la corona española en 1895. José Leonardo Chirino es el símbolo de la sierra y de resistencia. Además, la sierra falconiana fue escenario de la lucha guerrillera en los sesenta y setenta. “JL Chirino” no tiene EPS, su producción está basada en UPF, sin embargo, reportan un crecimiento en sus UPF de 100 a 600 en los últimos 3 años. Es una producción más micro, enfocada en hogares (en lo que se denomina el conuco) y su actividad se concentras en los rubros de café, naranja, cambur, caña, semillas y otros cítricos.
Su configuración de encajes institucionales (cuadro 4) permite constatar que la diversidad en el primer nivel de jerarquía se amplía con respecto a las dos comunas anteriores en tanto que MinComunas del estado y el consejo legislativo del municipio son reportados como puntos clave de interacción socioestatal. Sin embargo, se colocan en este primer nivel en tanto que no son instancias nacionales como en caso de “El Arañero” o “El Maizal”. En un segundo nivel está el cargo-encaje de Oswaldo M, quien es el personaje que cumple funciones y utilidades similares a las de Reinaldo I en los casos revisados anteriormente. Ahora bien, la principal diferencia de “JL Chirino” con respecto a las demás comunas es que solamente el Consejo Federal de Gobierno representa un encaje en los niveles más altos de jerarquía política. Se dejan en blanco los dos niveles superiores en los que la comuna carece de encajes para facilitar la comparación con las comunas anteriores. En ese sentido puede constatarse que el dominio de agencia de “JL Chirino” es menos potente.

c) Comuna “Zamora Vive”
La comuna “Zamora Vive en Tierras de Ricaurte” lleva su nombre en honor a Ezequiel Zamora, símbolo de la lucha por la tierra en Venezuela, junto con una referencia a la zona en que se encuentra. Está ubicada en el sector Zona de Riego, municipio Ricaurte, estado Cojedes, articula 11 CC, gestiona 12 EPS en el territorio, productivas en el área agrícola y pecuaria, y estructuralmente consta de 11 parlamentarios comunales y 3 voceros ejecutivos. De las comunas estudiadas, “Zamora Vive” y “El Maizal” opacan a las otras dos en términos de producción; son comunas que reciben apoyos importantes en comparación con “El Arañero” y “JL Chirino”. Su producción se centra en cereales (sobre todo maíz), leguminosas y lácteos. Su territorio abarca 3950 hectáreas y, además, involucra 220 conucos comunales (no bajo la figura de UPF) que representa 333 productores arrimando producción al Estado. A estos pequeños productores, se les brinda asistencia técnica para producir maíz, caraota, pero a escala pequeña. También hacen mercados campesinos, mercados comunales, en los que venden sus productos a precios solidarios.
La diferencia es que, en “Zamora Vive”, de los cinco encajes en los niveles de jerarquía más altos, cuatro son cargos-encaje –y muy importantes como ministro, gobernadora, viceministro, presidentes de instituciones, titulares o secretarias- mientras que de los siete de “El Maizal”, solo dos presentan esta cualidad. Aunque la configuración de encajes de “Zamora Vive” es muy potente en términos comparativos, y en relación al nivel de jerarquía política al que tiene acceso, “El Maizal” tiene más puertas a las que acudir si una se cierra y, por otro lado, puertas menos contingentes (no vinculadas a cargos específicos).

En síntesis, la información presentada permite constatar que comunas con un dominio de agencia más amplio, como “El Maizal”, tienden a hacer uso de repertorios de resistencia manifiestos y contenciosos. Al tiempo que comunas con un dominio de agencia más estrecho (como “Zamora Vive”) presentarán resistencias más subrepticias. Este dominio de agencia amplio significa gozar de una diversidad horizontal importante de encajes institucionales y que entre ellos se encuentren cargos o espacios estratégicos bien posicionados en términos de jerarquía institucional. De forma sintética esto quiere decir que las comunas más institucionalizadas tienen una oportunidad mayor de hacer explícita su resistencia.
En la constitución de un dominio de agencia juega un papel preponderante la trayectoria y conformación de la comuna en términos de un historial de relaciones con el Estado, independientemente de la trayectoria activista individual de los comuneros. Es decir, aunque en realidad los voceros ejecutivos de las comunas sí tienen un peso mayor, no se cumple el principio según el cual a mayor trayectoria individual activista mayor resistencia (como ilustra el caso de “JL Chirino”). Importa más esa conformación mixta a nivel comuna que brinda a los comuneros la posibilidad de contacto o intermediación con una serie de encajes institucionales diversos en términos horizontales y con niveles importantes de jerarquía. Comunas que no cuentan con esta conformación mixta, ya sea porque se desarrollaron a través de dinámicas en las que privó o una lógica de abajo hacia arriba o una de arriba hacia abajo (en otras palabras comunas más movimentistas o comunas más corporativistas) tienen dominios de agencia más estrechos y resistencias más ocultas.
Conclusiones
Principales hallazgos
Como se mencionó al principio, el objetivo de este artículo fue analizar el impacto de los procesos de institucionalización en la capacidad de las comunas para resistir los intentos de cooptación gubernamental. Dicho proceso fue estudiado a partir de la reconstrucción de las configuraciones de encajes institucionales de 4 comunas, es decir, aquellas sedimentaciones de procesos de interacción socioestatal (cargos específicos, instrumentos, reglas, leyes, programas, consejos, instancias, órganos, etc.) mediante las cuales los comuneros pueden ampliar su agencia.
En ese orden de ideas, el proceso de conformación de la comuna “El Maizal”, junto con las interacciones con el Estado que ha supuesto y la heterogeneidad de trayectorias individuales de sus comuneros, afirman el carácter híbrido de la comuna (conformación de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba). Como el repertorio de resistencia “El Maizal” es el más manifiesto y contencioso de las comunas estudiadas, puede establecerse una relación entre aquel y un proceso de conformación mixto.
Al factor de la conformación se le suma el hecho de que, de las comunas estudiadas, “El Maizal” es la que presenta una configuración de encajes más extensa tanto en niveles intermedios como altos de jerarquía. Igualmente, sus niveles altos son más estables al estar menos vinculados a cargos específicos (como en el caso de “Zamora Vive”). Por último, en los atributos de sus encajes, no están tan presente instancias como el Frente Francisco de Miranda. Por lo tanto, un proceso de conformación mixto junto con una configuración de encajes institucionales menos ligada a cargos específicos en los niveles altos de jerarquía, más variada en niveles intermedios y menos vinculada a entes de control y clausura partidista (es decir, un dominio de agencia amplio), resulta en un repertorio de resistencia más contencioso y manifiesto.
Por su parte, la historia relacional de “El Arañero” está marcada por dinámicas de institucionalización y desinstitucionalización en torno a MinComunas, los Bloques Estadales y el Consejo Presidencial. Su proceso de conformación interactiva con el Estado tiene acentos mixtos o híbridos, como el de la anterior comuna, aunque con más elementos de una lógica más de abajo hacia arriba. Como el repertorio de resistencia “El Arañero” es igual de manifiesto y contencioso al de “El Maizal”, pero menos extenso, se refuerza la relación, en términos comparativos, entre este tipo de repertorio y proceso relacional de conformación mixto. Aunque el acento más desde abajo de “El Arañero” tiene un correlato en una menor cantidad de encajes institucionales, es decir, en un dominio de agencia más estrecho que en el caso anterior. Este dominio de agencia más estrecho que “El Maizal” resulta en estar en menos condiciones de desplegar su repertorio de resistencia contencioso con mayor frecuencia.
En cuanto a “JL Chirino”, su conformación tiene un carácter más movimentista con organización y luchas previas importantes, vínculos con activismo institucional y procesos de desplazamientos por MinComunas. En tanto que el repertorio de resistencia de esta comuna es no contencioso y no manifiesto, se refuerza la relación, en términos comparativos, entre conformación mixta y repertorio contencioso y manifiesto, en otras palabras, la ausencia de dicha configuración híbrida repercute en un repertorio sin acción contenciosa. No obstante, el discurso, y los temas que propone la comuna, son más críticos con el chavismo institucional que en las comunas anteriores y esto tiene que ver con su proceso de conformación. Por lo tanto, un proceso de conformación de abajo hacia arriba con una configuración de encajes institucionales debilitada en los niveles altos e intermedios (es decir, un dominio de agencia menos potente) resulta en la ausencia de un repertorio de resistencia contencioso aunque con discurso más crítico. En otras palabras, tener menos encajes institucionales le dificulta a estos comuneros llevar a cabo repertorios afines a la fuerte crítica al gobierno expresada en su discurso.
Por último, en “Zamora Vive”, su conformación está marcada por el proceso tout court de una constitución de, primero un consejo comunal, y luego una comuna, según MinComunas. La configuración de encajes es similar a “El Maizal” en cuanto a número de éstos en general y, en particular, en relación al número de encajes en los tres niveles más altos de jerarquía, aunque difiere en aspectos importantes. Teniendo en cuenta que, de las comunas estudiadas, “Zamora Vive” es la que tiene un repertorio de resistencia basado principalmente en discurso oculto y un comportamiento más corporativo, se puede concluir que un proceso de conformación más verticalizado junto con una configuración de encajes institucionales más ligada a cargos específicos en los niveles altos de jerarquía, menos variada en los niveles intermedios y más vinculada a entes de control y clausura partidista (es decir, un dominio de agencia más estrecho), repercute en ese tipo de repertorio y comportamiento.
De lo anterior se desprende que una relación exclusiva y demasiado estrecha con el Estado, pero también una interacción socioestatal disminuida, pueden dejar con menos oportunidades a los comuneros de resistir su control. Lo anterior tiene implicaciones teóricas importantes para el debate entre la relación entre movimientos sociales y el Estado; un mayor nivel de agencia de actores sociales organizados para actuar frente al Estado cuando va contra ellos necesita de cierto nivel de relaciones con el mismo Estado (lo que demuestra su heterogeneidad y su estatus de ámbito en disputa).
Lo interesante es darse cuenta que aún en espacios tan controlados por un Estado-partido que se autodefine de izquierda puede haber oportunidad para desplegar resistencias. Pero también es importante analizar de qué forma operan esos casos cuasi corporativos que se acercan más a un control eficaz. No hay un destino fatal prescrito para todas las comunas, para todas las instancias participativas, es decir, puede haber casos cercanos a la cooptación y otros que estén más cerca de desarrollar potencial transformador emancipatorio pero esto no se deriva de la teoría ni de la caracterización del régimen político; depende, entre otros factores, de sus procesos de institucionalización o interacción socioestatal.
Queda claro que es posible hablar de resistencia para referirse a las relaciones entre movimientos u organizaciones populares de izquierda y gobiernos de la misma ideología política. Es más frecuente encontrar el marco analítico de resistencia en las descripciones de las acciones de los primeros frente a opresión de gobiernos de derecha, sin embargo, la idea fue mostrar que puede haber resistencia en casos como los abordados y así afinar un marco que permita comprenderlos y caracterizarlos.
Una perspectiva propiamente sociopolítica y relacional aporta pautas para comprender la heterogeneidad de las dinámicas socioestatales involucradas en las comunas. Es falso el dilema entre tutelaje y cooptación: no porque se afirme un marco de excesiva verticalidad quiere decir que se pierde totalmente la agencia. El concepto de resistencia fue un punto privilegiado para el análisis y observación de las mencionadas dinámicas. Su ventaja analítica es que permitió apreciar las capacidades de agencia y respuesta frente al Estado por parte de los comuneros, pero también posibilitó ilustrar las capacidades estatales enfocadas al control de la acción comunal.
El futuro de las comunas
Mientras se hace patente la acentuación autoritaria y represiva de Maduro cuando el objetivo son los adversarios políticos, el autoritarismo sobre lo que había sido su propia base popular también va en auge. Ejemplos de esto son: aumento de ataques a indígenas, pulverización del salario vía dolarización de facto, eliminación de contratos colectivos con gremios de empresas públicas, fortalecimiento del esquema extractivo, encarcelamiento de dirigentes sindicales, criminalización de la pobreza derivada de las acciones represivas de Fuerza de Acciones Especiales (FAES) en barrios populares y fraudes electorales y trabas a las candidaturas locales de líderes comunitarios emergentes dentro del propio partido chavista. Es una situación que generó protestas, entre las que es importante mencionar la realizada por el movimiento Plataforma Campesina en 2018, que demandó directamente, entre otras cosas, la destitución de los militares a cargo de las instituciones del Estado.
Se trata de un contexto de asfixia, desplazamiento y marginación del poder comunal. Por ejemplo, el encarcelamiento de 9 comuneros del estado Barinas generó mucha alarma en 2019, entre otros abusos que se mantienen invisibilizados. Los comuneros han protestado por estas acciones argumentando que están siendo atacados por la construcción del Estado Comunal, en este sentido, es claro que el proyecto está en disputa y quienes lo pretenden promover desde abajo comienzan a ser incómodos.
Es en las circunstancias descritas hasta ahora que se inscribe el debate en torno al Proyecto de Ciudades Comunales impulsado por Maduro en 2021. La discusión sobre este proyecto se centra en su ilegalidad o en cómo desafía el ordenamiento de la democracia liberal representativa en abstracto, asumiendo que se trata de una simple agregación de comunas ya establecidas, sin embargo, las Ciudades Comunales pueden ser una yuxtaposición más en el proceso de encajes y desencajes, de institucionalización y desinstitucionalización, de instancias participativas, que se sirve, por ejemplo, del mecanismo de sectorización.
De hecho, ya existen ciudades comunales conformadas desde hace años y hay denuncias acerca de que funcionan para desarticular y dividir comunas incómodas y para que los alcaldes chavistas obtengan poder imponiendo voceros con más jerarquía12. El mecanismo usado es, o bien crear nuevas comunas con nuevos voceros para luego articularse en una Ciudad Comunal, o bien sectorizar (dividir) comunas previamente articuladas, ofreciendo incentivos a voceros de una y otra para constituir nuevas comunas que se articulen en nuevas ciudades comunales. Con todo esto en cuenta, existe preocupación en los comuneros y activistas sobre el proyecto13, el cual más que representar la victoria última del Estado Comunal, quizás realmente resulte en su estocada final en la práctica (aunque el papel diga lo contrario) debido a que reforzaría el poder que ya tienen los alcaldes del PSUV en el territorio y restaría poder a los comuneros comprometidos con el proyecto.
Es fundamental el rol que juegan las alianzas comunales como una forma de contrarrestar el proceso de desinstitucionalización impulsado desde arriba y por el propio chavismo; se cierran las puertas institucionales y la alternativa es seguir teniendo voz a partir de la agregación en espacios que tengan alcance a nivel nacional. No hay ningún indicio que permita asegurar que este proceso de progresiva desinstitucionalización y coerción vaya a detenerse (de hecho, como se estableció arriba, el proyecto de Ciudades Comunales podría leerse en esos términos). El futuro de las comunas reside en las redes que hagan. Su existencia está amenazada tanto en chavismo como en un eventual gobierno de oposición. Solo les queda fortalecer instancias de agregación como corredores, frentes, parlamentos nacionales, bloques estadales, Red Nacional de Comuneros y, evidentemente, crear nuevos espacios de articulación (el impulso en 2022 de la Unión Comunera es un evento interesante en ese sentido). Ante esta situación, existir es resistir y resistir es relacionarse.
Referencias
ABERS R., SERAFIM L. y TATAGIBA, L. (2014). Repertórios de Interação Estado-Sociedade em um Estado Heterogêneo: A Experiência na Era Lula. DADOS Revista de Ciências Sociais, Rio de Janeiro, 57 (2).
BASCHET, J. (2012). Resistencia, Rebelión, Insurrección. Conceptos y fenómenos fundamentales de nuestro tiempo. México: Universidad Nacional Autónoma de. México, Instituto de Investigaciones Sociales.
GLEDHILL, J. (2012). Introduction: A Case for Rethinking Resistance. En Gledhill, J. New Approaches to Resistance in Brazil and Mexico, Durham: Duke University Press.
GURZA LAVALLE, A., & ZAREMBERG, G. (2014). Más allá de la representación y del clientelismo: hacia un lenguaje de la intermediación política. En Revista mexicana de ciencias políticas y sociales, 59(221), 19-49.
GURZA LAVALLE, A., CARLOS, E., DOWBOR, M., & SZWAKO, J. (2018). Movimentos sociais e institucionalização: políticas sociais, raça e gênero no Brasil pós-transição. EdUERJ.
LOC, (2010), Ley Orgánica de las Comunas Venezuela: Asamblea Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.
ORTNER, S. B. (2006). Resistance and the Problem of Ethnographic Refusal, en Sherry B. Ortner, Anthropology and Social Theory Culture, Power and the Acting Subject, Duke University Press, Durham/Londres.
RAGIN, C. (1987). The comparative method: Moving beyond qualitative and quantitative methods. Berkeley: University of California.
SCOTT, J. C. (2000). Los dominios y el arte de la resistencia: discursos ocultos, trad. Jorge Aguilar, México, Era.
SEAWRIGHT, J., & GERRING, J. (2008). Case selection techniques in case study research: A menu of qualitative and quantitative options en Political Research Quarterly, 61(2), 294-308.
THEODOSSOPOULOS, D. (2014). On De-Pathologizing Resistance. En History and Anthropology, 25(4).
TORREALBA, C. (2020). Si se cierra una puerta, abrimos otra”: intermediación comunal y repertorios de resistencia en Venezuela. Redes. Revista hispana para el análisis de redes sociales, 31(2), 137-156.
Notas