Dossier "Trabajo, ocio y violencia en las organizaciones juveniles e infantiles de las fronteras"
Infantes que fueron víctimas de la violencia en el Valle de Juárez: docencia, trabajo de campo y empatía
Infantes que fueron víctimas de la violencia en el Valle de Juárez: docencia, trabajo de campo y empatía
Theomai, núm. 40, pp. 139-153, 2019
Red Internacional de Estudios sobre Sociedad, Naturaleza y Desarrollo
Introducción
Las experiencias de violencia en Ciudad Juárez, en el norte de México dejaron como consecuencia daños muy severos e irreparables en familias y jóvenes, pero también en los niños y niñas tanto de la localidad como de localidades vecinas Y aunque luego de los años 2008-2010; los hechos violentos han disminuido considerablemente, aún siguen presentes de manera esporádica. En la actualidad hemos observados en las instituciones educativas principalmente de educación básica problemáticas de carácter social, emocional, psicosocial, personal, pero sobre todo académico y de un enorme descuido que enfrenta nuestra población infantil En el presente texto exponemos la experiencia de trabajo de una maestra frente a grupo en la región del Valle de Juárez, cercana a Ciudad Juárez, en la entidad Chihuahua, específicamente en la Escuela Primaria Lucas Balderas del poblado de Praxedis G. Guerrero, lo que nos permitió reflexionar juntas sobre el quehacer docente, sobre los retos que enfrenta la escuela como medio de socialización y los grandes retos que enfrentan los niños y niñas víctimas de la violencia.
La relevancia de esa experiencia reside en que implicó atender a una población infantil sumamente vulnerable en estado de indefensión, pobreza y violencia. El Valle de Juárez es una gran extensión de terreno desértico en el sureste de Ciudad Juárez, Chihuahua y colinda con los Estados Unidos de Norteamérica. Esta región a mediados del siglo pasado se vio beneficiada con obras de irrigación, lo que permitió convertirla en un territorio agrícola donde se sembraba principalmente algodón. Sin embargo, a partir de la década de los 90s este producto fue en declive, y siendo abandonada paulatinamente esta actividad.
Comprende en su geografía, el municipio de Guadalupe, Praxedis Guerrero, San Isidro, Loma Blanca, Porfirio Parra, Barreales, San Agustín y el Porvenir. Estas localidades están comunicadas por una única vía que es la carretera federal 2, más conocida como la carretera Juárez Porvenir. Este dato es relevante porque la presencia de esta única vía permite a los grupos delincuenciales de la zona controlar el tránsito de personal, a los profesores y trabajadores escolares de la zona les implica un gran esfuerzo y tensión llegar a sus lugares de trabajo.
El Valle de Juárez
La región desértica del Valle de Juárez durante el siglo pasado fue beneficiada con la irrigación proveniente de las aguas del Río Bravo, lo que promovió el cultivo del algodón, incluso se dice que era de una muy alta calidad. Sin embargo, a finales de la década de los 80s y principios de los noventas, el producto decayó y dejo de sembrarse, lo que dio paso a un incremento paulatino pero sostenido de una gran cantidad de actividades delictivas en la zona.
La región del Valle de Juárez se hizo tristemente famosa porque en sus terrenos se encontraron una enorme cantidad de cuerpos de mujeres, víctimas de feminicidio. A partir de 2008 el “Cartel de Sinaloa”, le declaró la guerra al “Cartel de Juárez”, para lograr el control de ese corredor. En 2009 la región contaba con una población de 20 mil habitantes, en 2010 se agudizo la violencia y “…un buen número de residentes del valle fueron apuñalados en la cara con picahielos, y un sujeto que estaba alineado con el cártel de Juárez fue empalado con una barra de acero, acribillado a balazos y rostizado en una fogata. Los periodistas de Ciudad Juárez comenzaron a llamar a la otrora zona agrícola "El valle de la muerte" (Diario Zócalo-Saltillo, 2012). Sabemos de sobra que la descripción que este reportero hace de lo que paso en esta zona, es sumamente cruel, pero es importante mencionarla para dimensionar la cantidad y calidad de la violencia de la que fueron tanto espectadores como participes los niños y niñas de la zona.
El arribo de la violencia estaba asociada a los grupos delincuenciales, principalmente por narcotráfico. También, en 2010 por ejemplo, se reportaba que el Valle de Juárez3 “ardía”, ya que se reportaron amenazas de integrantes de grupos del crimen organizado a los habitantes de varias de las poblaciones.
Los pobladores de la región viven bajo la amenaza de estos grupos, los que los obligan a irse de la zona abandonando sus propiedades. Ante la resistencia de los pobladores los grupos cumplen sus amenazas acribillando a los jefes de familia, otras versiones de los hechos violentos apuntan que son ajustes de cuentas para lograr el control de la plaza, por su posición estratégica frente a los Estados Unidos, ya que es un territorio conveniente para el trasiego de drogas. En estas peleas, han quemado iglesias como en el Porvenir, donde ya se les había amenazado hasta que en abril de 2010 le prendieron fuego.
En ese momento, se envió un fuerte mensaje a la población civil por parte de los delincuentes donde se decía “Abandonen el Valle de Juárez antes del 4 de abril o gente inocente va a ser asesinada”4. Así, de difícil y grave era la situación de los pobladores del lugar en esos momentos.
Debido a ello ocurrió un enorme éxodo de los pobladores del Valle hacia Ciudad Juárez, escapando de la violencia.
Por supuesto, a partir de 2008 hubo varias incursiones del ejército mexicano, para desmantelar los más variados negocios de los grupos delictivos. Eventos frecuentes en la localidad a la que llegamos a trabajar: Praxedis Guerrero. Incluso en 2015 todavía se reportan enfrentamientos entre el ejército y los grupos delictivos de la zona. Un ejemplo fue una balacera en el poblado de El Millón dejando personas heridas y choques de alto impacto en varios puntos del valle, lo que detonó un fuerte operativo de las corporaciones del gobierno5.
Estos hechos provocaron que mucha población humilde se desplazara con familiares a Ciudad Juárez, Chihuahua y Casas Grandes. De igual forma los trabajadores de hospitales, oficinas de gobierno y escuelas abandonaron sus trabajos (referencia).
A la par, en 2014, con la reforma educativa implementada a nivel nacional, se ofrecieron una gran cantidad de plazas para la educación básica y especial en todo el estado. Muchos de los egresados de las diferentes carreras de educación concursaron por ellas, particularmente a los profesores que no eran egresados de escuelas normales se les enviaba a la Sierra Tarahumara (donde la situación de violencia es igual o peor) o al Valle de Juárez (referencia). En este contexto llego la maestra que junto conmigo escribe este texto y de la que analizamos sus experiencias.
La población infantil del Valle de Juárez y el trabajo docente
Sobre la población del Valle de Juárez, sabemos muy poco, recordemos que en el censo de 2010 y el conteo de 2015 los encuestadores del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) fueron amenazados por los grupos delincuenciales, por lo que no tenemos registros sociodemográficos de buena calidad y mucho menos confiables, por lo tanto, ignoramos mucho de la población, cuántos son en la actualidad, en qué condiciones viven y como están las actividades económicas, escolares, etc.
Gracias a la colaboración de la directora, el supervisor de zona y los profesores de la Escuela Primaria Lucas Balderas, logramos obtener algunos números por lo menos de la escuela. La población de la primaria que había en 2015 incluye a 12 profesores, una directora encargada y un trabajador manual. Los datos de los alumnos fueron proporcionados por la directora del plantel en una conversación con ella durante una visita a la escuela en el año 2014. Donde comento de la enorme cantidad de problemas que tiene el plantel: económicos, de falta de materiales, de maestros, de personal de apoyo y de trabajadores. Además, es muy limitada la participación de los 169 padres de familia vinculados al plantel y de la enorme fluctuación en la asistencia cotidiana de los alumnos al plantel; sin embargo, al observar sus datos oficiales vemos que nos hay en absoluto cambio en la asistencia de los niños.
Una razón es porque a las autoridades “se les pide” que reporten la asistencia continua de los niños, para que les sigan llegando los pocos apoyos económicos con que cuenta cada escuela.
Si bien la población aparentemente no es tan grande, como se esperaría, es una de las pocas escuelas que se mantiene abierta y trabajando regularmente en la zona. Además, es reconocida por el supervisor de la zona como una de las mejores a pesar del bajo nivel educativo de sus alumnos.
Estas situaciones observadas por docentes en las aulas repercuten principalmente en la autoestima, motivación y rendimiento académico de cada uno de los estudiantes. En el interés de estas experiencias, este trabajo se realizará bajo la observación de un docente en un grupo de quinto grado de primaria del ciclo escolar 2014-2015 en el Valle de Juárez y cómo la intervención de estrategias lúdicas impactó en el grupo de manera positiva para la mejora en el rendimiento escolar y la interacción social entre iguales. Así mismo las vivencias particulares de algunos infantes que experimentaron la violencia ante sus ojos.
Experiencia docente
La intención de comunicar la experiencia de una profesora que además se permite llevar a cabo un proceso de reflexión, va más allá de solo documentar lo ocurrido, centrándose precisamente en cómo es que la intervención educativa impacta o no en la población, para comprender como estas experiencias construyen reflexiones pedagógicas en los individuos que nos invitan a buscar medios alternativos para atender algo más que el currículo oficial.
Con estas reflexiones que nos hacemos los profesionales de la educación en estos contextos difíciles se puede lograr el planteamiento de modificar los espacios; analizar si es congruente o no la intervención con metodologías alternativas y que haya bibliografía que otros puedan consultar para idear y/o crear proyectos de intervención educativa pero sobre todo para conocer las vivencias de otras personas que hacen el mismo trabajo que nosotros o tienen el interés de mejorarlo, de esta manera saber cómo es que la formación profesional académica y las experiencias impactan o están detrás de estas prácticas. Que no nacen solas, es decir no solo salen de una ocurrencia o idea sino que se necesita mucho más que el interés, se necesita conocer acerca de las estrategias pedagógicas, técnicas, metodologías de intervención y documentar el trabajo que se realiza, esto sólo como base para posteriormente poder reflexionar sobre él.
Una pregunta clave para pensar e idear la intervención educativa fue ¿cómo se trabaja con estudiantes en contextos violentos para crear un ambiente positivo y motivador? El enfoque que la maestra en cuestión decidió para el trabajo de intervención en el contexto del Valle de Juárez fue a través de estrategias lúdicas en el aula para propiciar un ambiente motivacional y positivo en los estudiantes.
En el año 2014 se inició con la apertura de espacios para plazas federales y estatales en el estado de Chihuahua mediante el concurso de oposición donde muchos aspirantes que no estudiaron en “Escuelas Normales” tuvieron acceso a participar y lograr un espacio para trabajar frente a grupo en educación básica. De esta manera hubo participantes que lograron obtener un resultado “idóneo” y se ofertaron plazas en ambos subsistemas. De todas las plazas ofertadas hubo un número considerable para el Valle de Juárez (referencia). Los docentes que ingresaron al subsistema Estatal y que eligieron la opción de trabajar en esta área fueron alrededor de veinte tan solo para educación primaria.
Justo es en esta etapa donde los docentes de nuevo ingreso se integran a los centros educativos y comienzan su labor de intervención pedagógica. Las escuelas primarias públicas en las que se integraron pertenecían al programa de horario extendido por lo cual el horario era de 8:00 am a 2:30 pm. Una jornada bastante amplia para poder observar y trabajar e intervenir. Praxedis G. Guerrero del Valle de Juárez, a una distancia de una hora o una hora y media desde la ciudad al poblado. Ésta escuela constaba en ese momento de once grupos, es decir, dos grupos de cada grado hasta quinto y un sexto, por lo cual había un docente frente a grupo para atender cada uno de ellos, una directora comisionada y un trabajador manual, la escuela contaba con un comedor, un salón de actos, una cancha, sanitarios para cada turno y atendía a una población infantil de aproximadamente doscientos sesenta alumnos y alumnas. La mayoría de los padres y madres trabajadores de maquiladora en ciudad Juárez.
Diagnóstico
En esta escuela es donde la profesora en cuestión fue enviada para poder ingresar al subsistema estatal durante el ciclo 2014-2015 como docente frente a grupo del quinto grado “A”. El grupo que ésta atendía era de niños y niñas entre los nueve y diez años. En la primera fase de diagnóstico inicial del grupo es cuando los docentes elaboran el perfil del grupo e indagamos acerca de las historias de vida y escolares de nuestros estudiantes y es donde la profesora se pudo percatar de algunas vivencias de los alumnos y alumnas relacionadas con la violencia que estaba muy presente en el poblado. Desde este momento la maestra se percató que sería una situación de cuidado para trabajar con ellos y ellas. Sin embargo las historias de vida no solo fueron los hechos que mostraban estragos de violencia sino que a los docentes que durante ese ciclo escolar viajábamos de la ciudad al poblado nos tocó experimentar periodos de estrés, ansiedad y miedo ya que éramos seguidos desde el poblado de Guadalupe hasta nuestro centro de trabajo por los primeros dos bimestres, así mismo presenciamos dos actos violentos donde se presentaron balaceras de una hora cerca de la escuela primaria así cómo muertes en la carretera hacia nuestro destino. Algunos docentes de otras escuelas pidieron su cambio de emergencia a otros lugares ya que fueron amenazados.
En lo que concierne al grupo en el que se realizó el trabajo estaba constituido por veinte alumnos once niñas y nueve niños. En su mayoría los estudiantes de familias de muy bajos recursos. De los cuales las historias de vida muy particulares arrojaron lo siguiente:
1.- Una niña a la que llamaremos Alondra perdió a su madre acribillada antes de tomar el especial (es un autobús) para ir al trabajo, quedó huérfana de madre junto con su hermano de seis años.
2.- Otro infante al que llamaremos Manuel primo de la niña anterior con su madre en la cárcel por colaborar con el crimen organizado, éste era un niño que presentaba un retraso en el aprendizaje con un nivel de primer grado y en etapa silábica, ambos niños conflictuados con su figura materna, malhumorados la mayoría del tiempo, muy descuidados en higiene, alimentación y atención, disgusto para la realización de actividades escolares.
3.- Otro alumno al que llamaremos Orlando sufrió de violencia doméstica, física y emocional de su padre biológico hacia él, a sus hermanas y a su madre. Presentaba un retraso en el aprendizaje con un nivel de primer grado en etapa silábica, violento y agresivo con sus compañeros y compañeras y conmigo misma.
4.- Otra alumna a la que llamaremos Areli adoptada por su tía materna ya que su madre biológica no la mandaba a la escuela y la descuidaba de la misma forma que a sus hermanos, ella con una actitud inadecuada de desvestirse en público ante la música porque quería ser bailarina en centros nocturnos para adultos y basaba su vida en mentira tras mentira, incluso se inventaba enfermedades.
5.- Una niña más a la que llamaremos Airam huérfana de padre, y que vivo la persecución y asesinato de su padre junto a su madre y hermanos en su propia casa. Ella mostraba falta de interés a las actividades escolares, inasistencia y sensibilidad ante cualquier evento de vulnerabilidad.
6.- Otro caso muy especial es el del niño al que llamaremos Leonardo que a simple vista no presenció o fue víctima de un suceso violento en el poblado, pero si presentaba una socialización escasa, dependencia de sus padres y un retraso en el aprendizaje significativo.
De todo el grupo esos casos fueron los más graves y con situaciones de violencia muy específicas, pero en general todo el grupo mostraba actitudes retadoras, violentas, agresiones verbales a los demás, ausencia de relaciones afectivas o dañadas; ante esto Terré y Santos (2009) nos mencionan lo importante que es el desarrollo afectivo en los primeros años de vida en el infante y cómo esto es como un ensayo para establecer relaciones afectivas en edades futuras, por tanto afectadas estas relaciones por la ausencia de vínculos con algunos de sus padres o madres fallecidos mostraban actitudes de ansiedad, falta de autoestima y de motivación. Sobre todo, su desempeño académico era de un nivel muy bajo para el grado que cursaban y dificultad para realizar las actividades de aprendizaje.
En las escuelas primarias se trabaja con comités de padres, profesores y estudiantes para fortalecer diferentes áreas de la comunidad educativa. En el caso de la profesora que suscribe estas letras, le asignaron el CEPS (Consejos Escolares de Participación Social) “Prácticas para no generar violencia” y mi primera intervención fue de dar una conferencia a toda la escuela sobre los tipos de violencia, como se manifiesta y qué podemos hacer para evitarlo. La sorpresa fue muy grande ya que muchos de los estudiantes de la escuela en general empezaron a reconocer que habían sido víctimas de violencia en el pasado y en la actualidad. Ese fue el punto de partida para informar a la escuela en general, pero en especial al grupo de quinto, sobre todo para que por sí mismos/as identificaran situaciones en riesgo en sus propias vidas y de cómo se puede actuar ante tal realidad. Así mismo se les pidió a los niños y niñas que realizaran un escrito o dibujo donde expresaran lo aprendido y con esa estrategia se pudo observar que en los estudiantes era muy importante trabajar de manera inmediata.
A partir de este momento fue cuando se pensó en un plan alternativo para favorecer a los infantes y trabajar de una manera en que ellos y ellas pudieran aprender, reflexionar, liberar su ansiedad y sus problemáticas de una manera divertida y sin presión, así mismo reforzar su aprendizaje y sobre todo ayudarlos a elevar su autoestima y motivación antes estas situaciones vulnerables.
Analizando el contexto y las situaciones de vida de mis estudiantes, pensé en readaptar las estrategias lúdicas que planifiqué en mi trabajo de tesis para obtener el grado de Maestra en Educación Especial dónde trabajé las estrategias lúdicas en intervención psicopedagógica para favorecer a niños con necesidades educativas especiales. Entonces realicé una planificación didáctica de intervención no solo pedagógica sino psicopedagógica realizando así actividades lúdicas para favorecer los rezagos en el aprendizaje como para trabajar el autoestima y motivación de mis estudiantes para el tiempo de horario extendido que era en un horario de 1:00 a 2:30 pm, con la finalidad de atender las necesidades que presentaban mi grupo en general pero para apoyar especialmente a mis alumnos y alumnas con situaciones específicas a causa de la violencia vivida en el poblado. De esta manera adapté las estrategias lúdicas para favorecer a mis estudiantes de quinto grado de primaria pública en el Valle de Juárez.
Estrategias lúdicas
Para comprender el proceso de la intervención lúdica es necesario describir el juego y sus principales características, para atender las aportaciones a la intervención educativa específicamente como estrategia, luego plantea su relación con las estrategias lúdicas en la intervención psicopedagógica y de esta manera hacer una integración de cómo opera para la mejora en los y las niñas en la mejora del desarrollo de los aprendizajes y del trabajo a las consecuencias de la violencia . Según Huizinga (1968): el juego es una acción libre, que se desarrolla dentro de unos límites temporales y espaciales determinados, según reglas absolutamente obligatorias, aunque libremente aceptadas, acción que tiene fin en sí misma y va acompañada de un sentimiento de tensión y alegría y de la conciencia de -ser de otro modo- que en la vida cotidiana.
Por otra parte Cagigal, J.M (1996) en Posada (2014): nos dice que es la acción libre, espontánea, desinteresada e intrascendente que se efectúa en una limitación temporal y espacial de la vida habitual, conforme a determinadas reglas, establecidas o improvisadas y cuyo elemento informativo es la tensión.
Antes de que una actividad pueda ser considerada como juego es importante saber que debe presentar cinco características fundamentales: motivación, participación voluntaria, ser placentero, de imaginación y acción (Rubin, Fein y Vandenberg, 1983 en Fergus, 2006).
La primera característica del juego indica que se encuentra motivado de manera intrínseca, es iniciado por la satisfacción plena que genera. La segunda cuestión refiere a que debe ser elegido libremente por los participantes, ya que, si se les presiona para la actividad, no la verán como un juego en absoluto. La tercera característica fundamental del juego es que debe ser placentero, las y los niñas/os deben de disfrutar la experiencia si no, no será juego (a pesar de que implique reglas). La cuarta característica es su naturaleza, involucra un cierto elemento de imaginación, una distorsión de la realidad que se adapta a los intereses del jugador, particularmente del juego simbólico propio de los años preescolares, cuando los niños y niñas pasan tanto tiempo experimentando. Y quinto, el jugador participa de manera activa, es decir, se involucra físicamente, psicológicamente o de ambas formas; no permanece de manera pasiva o indiferente.
Fergus (2006) enfatiza que el juego se distingue de aquello que generalmente se considera como trabajo. Y nos comparte que, aunque el trabajo puede ser placentero, su motivación es extrínseca. Los psicólogos y educadores concuerdan que el juego espontáneo, libre de objetivos, facilita el desarrollo del niño y niña y sus aprendizajes. Algunos sugerirían que todo el aprendizaje ocurre durante el juego espontáneo, mientras que los maestros asumen sólo funciones menores o pasivas en su realización. Quizá nadie afirme que el juego se encuentra completamente desconectado del aprendizaje.
El juego y su importancia pedagógica es considerado fundamental en este trabajo de investigación, ya que funge como una estrategia que opera como el principal motivador para aprender, por esa razón es utilizado como estrategias lúdicas y estas como apoyo en la intervención psicopedagógica. Se pretende que los sujetos jueguen y disfruten lo que hacen y al mismo tiempo fortalecer y desarrollar habilidades y destrezas, para que, así se logre la mejora en el desarrollo de los aprendizajes, así como optimizar la relación entre pares (referencia).
Ahora bien, estrategia según Canizales, et. al. (2008: 1) es el mecanismo de influencia, modo de intervención o forma de organizar la enseñanza, es aquello que realizan los docentes para enseñar., por tanto, estrategia lúdica es definida como:
… como la metodología de enseñanza participativa y dialógica impulsada por el uso creativo y pedagógicamente consistente, de técnicas, ejercicios y juegos didácticos, creados específicamente para generar aprendizajes significativos, tanto en términos de conocimientos, de habilidades o competencias sociales, como incorporación de valores…
Estas autoras nos brindan una aportación muy valiosa para esta investigación, las estrategias lúdicas tienen un objetivo particular “generar aprendizajes significativos”. Entiéndase que esto será parte fundamental para la realización de este trabajo.
La situación de aprendizaje planificada consistió en estrategias lúdicas favoreciendo el aprendizaje significativo en los contenidos del currículo pero principalmente fortalecer el aprendizaje, la socialización, autoestima y motivación, elementos que estaban muy ausentes en los niños y niñas.
María Ángeles y Miguel García (2000) en su artículo “Actividades lúdicas en la enseñanza de LFE (Lengua para fines específicos): el juego didáctico” sugieren que los juegos requieren de la comunicación como estrategia educativa, pero sobre todo que provocan y activan capacidades del infante además de mecanismos de aprendizaje, a la vez que la clase se impregna de un ambiente lúdico. Subrayan que las actividades lúdicas permiten a cada estudiante desarrollar sus propias estrategias de aprendizaje y con el juego se “modifican” las relaciones áulicas pues los docentes dejan de ser “el centro” de la clase, para pasar a ser facilitadores-conductores del proceso de enseñanza-aprendizaje, además de potenciar con su uso el trabajo en pequeños grupos o parejas.
De esta manera la opción de estrategias lúdicas era lo más conveniente para trabajar con éstos infantes, de tal manera que no se sintieran presionados, pero se vieran reflejados resultados tangibles.
Las actividades fueron las siguientes: Para el trabajo de la autoestima y motivación se realizaron actividades del reconocimiento de sus cualidades y aspectos positivos propios y de sus mismos compañeros/as, también brindando buenos deseos a los otros, así mismo para propiciar la socialización se trabajaron aspectos donde se respetaran turnos, reglas, opiniones, creencias y también donde pudieran externar sentimientos, inquietudes, pensamientos, experiencias de alegría y de tristeza así como también vivencias que los hiciera enojar o los hiciera mejorar su estado de ánimo; fue necesario tomar en cuenta el reconocimiento de las emociones e identificar cuando las sentían y por qué. Para el fortalecimiento de los aprendizajes se trabajó específicamente en las asignaturas de español y matemáticas en los aprendizajes básicos tales como el fortalecimiento y acceso a la lectura, escritura, desarrollo del conteo, clasificación, seriación, organización de la información, operaciones básicas matemáticas y la comunicación oral.
Todos estos temas se trabajaron mediante juegos y consignas, propiciando el aprendizaje cooperativo. Ante eso Winebrenner (2007) nos dice que éste es diseñado para erradicar las dificultades que los niños y las niñas experimentan antes de que se les enseñe a trabajar juntos, es decir que propicia la cooperación, entonces cada día se dividía al grupo en equipos de aproximadamente cuatro integrantes y se daba a elegir cinco diferentes juegos, entonces en equipos se ponían de acuerdo y decidían cual jugar, entonces solo se guiaba a los niños y niñas sobre las instrucciones del juego y el contenido a trabajar, los juegos que se eligieron para todas las actividades son: una ruleta, el jenga, twister, memoramas, rompecabezas, adivina quién, serpientes y escaleras, dominó, adivina la canción o la película, el avión, competencias, dilo con mímica y rallys.
Impresiones desde el trabajo de campo: la experiencia docente
En este apartado se relatará la experiencia docente de una de las autoras del presente artículo, la cual tuvo la fortuna de compartirla. La maestra Cristina Villa es docente en escuela pública en México y es ella quien nos comparte estas vivencias.
Era agosto del año 2014. Y fue el inicio a lo desconocido. En mi experiencia desde que supe que ingresaría a un subsistema público, implicaba un trabajo diferente a lo que venía realizando en años anteriores. A esta oportunidad se le sumó un extra que fue la comunidad rural a la que fui enviada a laborar mi primer año de servicio como docente de nivel primaria del Estado de Chihuahua. Así que me tocó iniciar en una Escuela primaria Estatal llamada General Lucas Balderas, zona 36, ubicada en el Valle de Juárez, en el poblado de Praxedis G. Guerrero.
Para llegar a mi centro educativo tenía que recorrer una hora y media cada día de ida y regreso. Por tanto, tenía que salir de la ciudad aproximadamente a las 6:00 de la mañana para regresar a las 4:00 pm ya que la escuela contaba con programa de horario extendido. Esta experiencia implicaba un reto más. El primer día que acudí fue una experiencia desconocida, llena de incertidumbre ya que el camino fue más largo de lo que yo imaginaba. Seguía y seguía, parecía no tener fin, por teléfono me iba guiando una maestra de nuevo ingreso igual que yo que ya se encontraba en la escuela, yo la llamaba cada diez minutos y siempre decía todavía te falta, sigue avanzando. Para mí era una nueva experiencia y mi mente no alcanzaba a imaginar cuanto tiempo era. Por fin después de recorrer un camino en carretera de aproximadamente una ahora y media, al llegar a la institución educativa me encontré con una escuela muy linda a pesar de ser rural, cuidada, grande, con muchos árboles, con diez aulas, y personal interino molesto porque decían, ¡Ya llegaron las nuevas! Y son bases, es decir que teníamos un lugar por concurso de oposición y otorgada una plaza por el estado. En esta institución pública la mayoría del personal docente era interino, sin un lugar permanente en el subsistema de educación pública, entonces no fuimos bien recibidas, no hubo presentación con el personal ni con los padres de familia, solo nos asignaron un grupo con que trabajar, desde el inicio violentadas por el colectivo docente y la autoridad académica de la escuela “la directora”. Lo primero que nos exigieron fue la carta de presentación con el nombramiento de docente frente a grupo, este es un documento oficial que brinda el estado a los docentes de nuevo ingreso donde especifica la función y a que escuela se hace la asignación mencionando a que municipio pertenece.
Inmediatamente no asignaron un grupo, ¡El que fuera! Decía la directora, una maestra comisionada a dirección. Así fue nos asignaron un grupo a cada una y los profesores/as interinos se trasladaron a ciudad Juárez para averiguar quién sería reasignado a otra institución y quien seguía en la escuela con su interinato. De esta manera ya instalada en mi aula y comencé a conocer a mi grupo, el que me dio la bienvenida en el sistema público. Era un salón grande y tenía veintitantos alumnos/as no recuerdo la cantidad exacta, pero ahí comenzó mi grata y a la vez difícil experiencia. Aún recuerdo lo emocionada que me sentía de trabajar en lo que siempre quise ser “maestra”.
Esta escuela, en la que iniciamos como docente en el subsistema Estatal tenía población muy dañada por la ola de violencia que padecíamos desde 2008. Esto fue saliendo poco a poco al conocer las vidas de mis alumnos/as, fue muy triste conocer la vida de las familias y de la comunidad en general. Ya que como el pueblo colinda con el bordo de la frontera entre Estados Unidos y México la conexión entre bandos, cárteles y peleas entre ellos era muy evidentes que hasta las mismas familias tenían relación o conocían quien estaba o no relacionados. Varios de mis alumnos/as perdieron a sus padres en esas peleas, a otros los encarcelaron, otros se habían quedado en situación de abandono, y esta situación no solo era de mi grupo sino en general de la comunidad educativa y de los poblados cercanos.
Al mismo tiempo de ir conociendo las historias de mis alumnos/as yo viví situaciones de riesgo en el trayecto de la ciudad al poblado. Fuimos perseguidas por halcones, estos eran hombres armados y con radios que vigilaban el único camino hacia los poblados que de cierta manera estaban pendientes nuestra entrada desde el municipio de Guadalupe hasta Praxedis, esto fue cada día por los primeros tres o cuatro meses. Algunas veces llegaron a detenernos en el camino en retenes por soldados y por otras personas que no eran precisamente trabajadores de seguridad pública. Nos detenían, revisaban nuestro auto, nos hacían preguntas. Alguna vez un par de amigas que trabajaron allá, pero en subsistema federal ya me habían platicado y me advirtieron cuando se enteraron de que me tocó trabajar allá. Que no me alarmara que eso era muy normal. Pero, así como fuimos víctimas del poblado lo fuimos de directora de plantel que nos violentaba constantemente de manera emocional y psicológica. Así como de abuso de autoridad.
Al inicio de la intervención utilizando estrategias lúdicas con los infantes pareciera no asegurar éxito ya que en el centro de trabajo les perecía sin sentido e inadecuada la propuesta que yo planteaba, ésta les resultaba una pérdida de tiempo y su propuesta era trabajar los aprendizajes de manera tradicional (es decir, por repetición, memorización y repitiendo ejercicios en el cuaderno), sin embargo, yo estaba segura de que funcionaría y continúe con la planificación.
En un primer momento se motivó a los estudiantes a trabajar diferentes juegos, asegurando que se divertirán mucho, de ésta manera comenzaron a explorar los diferentes materiales, tocarlos, sentirlos, entre ellos/as mismas se preguntaban cómo se jugaban, para qué servirían, algunos de los alumnos ya los conocían o habían tenido la oportunidad de jugar en otro lugar y compartieron con los demás su experiencia, este acercamiento con la intención de darles la oportunidad de relacionarse y familiarizarse con ellos. Al aula se llevaron diferentes materiales y juegos que aportarían gran apoyo para el desarrollo de las estrategias lúdicas. Cuando los niños y las niñas vieron toda clase de materiales se emocionaron mucho y mostraron gran alegría de que fueran a estar en su salón de clases y aún más que ellos y ellas los podían utilizar para trabajar en clase. De tal modo que sugirieron que debíamos de acomodarlos y ponerlos en un lugar del salón de clases para cuando los usáramos. Y así comenzó nuestra aventura lúdica.
A pesar de que la emoción de los niños y niñas era mucha al comenzar la primera actividad iniciaron los conflictos, así que les sugerí que debíamos realizar un contrato de convivencia antes de iniciar “nuestros juegos” como ellos le decían a ese momento. Así que fueron ellos mismos quienes comenzaron a decir cuales era las reglas que debíamos tener y respetar para poder realizar las actividades. Una niña se ofreció a ir escribiéndolas en el pizarrón mientras se ponían de acuerdo cuales serías esas normas de convivencia, y ya esta iniciativa por parte del grupo ya era un gran avance que quisieran dialogar y poner orden para poder disfrutar de las actividades, afortunadamente lograron comprometerse. Algunas de esas normas era escuchar con respeto las instrucciones de la maestra, después rifarse el número de elección del juego y aceptarlo sin enojos y sin peleas antes de iniciar la actividad ya que todos y todas tendrían la oportunidad de jugar los diferentes juegos y no siempre les tocaría el mismo.
Primeras reflexiones
Dentro de los resultados obtenidos con esta intervención a lo largo del ciclo escolar 2014-2015 se pudieron observar algunos muy significativos tales como que el grupo comenzó a tener una interacción social más sana, y en caso de que existieran conflictos intentaban resolverlos de manera pacífica, con argumentos, respetando la opinión del otro, pero sobre todo sin gritos y ofensas verbales. Se logró el respeto de reglas y turnos para cualquier actividad, empatía por el otro, una actitud positiva. Puedo decir que del inicio del ciclo escolar al finalizar el grupo era otro y se comportaba de manera diferente. Incluso dialogaban acerca de lo que les gustaba y lo que no.
Otro indicador que resulto de esta intervención fue el avance significativo en los niños de rezago en el aprendizaje ya que dos de ellos no leían al inicio y lo lograron al finalizar el ciclo escolar, así como que los demás alumnos/as empezaron a mejorar sus notas de la escuela, llegaban a tiempo a clases, no faltaban y les gustaba estar ahí. Así mismo, también los casos muy específicos de los niños y niñas que fueron mencionados al inicio del trabajo mejoraron su conducta en el aula y la manera de como relacionarse entre pares al ahora del recreo, algunas de las niñas pedían consejos para saber cómo actuar antes una situación, empezó a ver rostros de niños y niñas más alegres y felices, ya no eran esos rostros de angustia y de enojo que al inicio se mostraban.
Desde mi perspectiva puedo decir que ésta iniciativa por trabajar con mis alumnos algo más que el contenido curricular, me permitió reconocerme como humana y profesional que le importan las vidas de sus estudiantes y que sin duda me dejó una enseñanza personal al atender estos casos de estragos de la violencia. También me motivo a seguir creando y planeando alternativas para favorecer a mis estudiantes presentes y futuros, así como darme cuenta el papel que desempeñamos los docentes en la escuela y en el aula impactan en la vida de nuestros alumnos y alumnas de manera positiva o negativa. Está en nuestras manos hacer la diferencia en la intervención pedagógica.
En el trabajo diario ya cuando inicie las clases pues los niños/as fueron externando experiencias propias, de familiares y/o vecinos que me fueron dando un panorama más real de lo sucedido. Esto me hizo entender tantas conductas de ellos mismos/as. Porque la violencia no solo se vivió en el poblado sino en las propias familias. Niños/as abusados, abuso de autoridad, miedo, pobreza y hambre.
Otras experiencias en el campo
Cuando daríamos inicio al programa de horario extendido se nos pidió que trabajáramos las áreas de reforzamiento académico en español y matemáticas, así mismo estrategias de arte y/o culturales, trabajáramos elementos que estaban muy ausentes en los niños y niñas.
Por lo cual decidí iniciar con técnicas y estrategias sencillas de autoconocimiento, motivación y autoestima aspectos que mis alumnos/as necesitaban tanto. Para que me apoyaran en el desarrollo de ellos mismos/as durante la jornada escolar.
Así fue como inicie en preparar actividades lúdicas, ya que recientemente yo había realizado mi proyecto de investigación para obtener el grado de Master en Educación Especial el cual desarrolle con estrategias lúdicas para favorecer problemas de aprendizaje y/o lenguaje en alumnos con Necesidades Educativas Especiales, esto me dio la pauta para modificar las estrategias de juego para mis alumnos/as de primaria. Y así reforzar los aprendizajes en ellos, pero de manera lúdica.
Y en aquel momento inicié, la organización de equipos de 5 alumnos/as de preferencia que se les dificultara relacionarse, así mismos rotaban cada semana. Estos equipos al inicio se les daba una consigna de juego, podían elegir entre varias opciones se les explicaba las reglas, ellos la explicaban al equipo e iniciábamos la actividad. Al inicio hubo mucha dificultad, no querían compartir, peleaban por todo, había problemas de conducta, agresividad, salía a flor de piel la violencia vivida, la reproducían sus mismas vidas cotidianas, había alumnos/as que lloraban, otros que ya no querían realizar la actividad. Fue un proceso de inicio complicado, pero no perdí la confianza de que mejoraría el ambiente. Lo que si empecé a notar de una semana a otra es que mis alumnos/as acudían con regularidad a clases, empezaban a ser puntuales, aspecto que llamó mi atención, ya que al inicio del ciclo se presentaba con regularidad las inasistencias, llegadas tarde por tanto y no entraban porque la puerta se cerraba con puntualidad a las ocho de la mañana. Entonces de esa manera comencé a notar avances.
Mis estudiantes comenzaban a acudir a clases porque sabían que en el horario extendido teníamos oportunidad de jugar mis juegos como ellos decían. Cada semana se cambiaba los integrantes de equipo, luego consideré darles una consigna con el juego a trabajar, de esta manera empecé a incluir aprendizajes esperados del contenido curricular. Aspectos como habilidades comunicativas, expresión de sus propias ideas, lectura, escritura, descripción, adjetivos, operaciones, desenvolvimiento ante el público, entre otros más. Así mismo como autoestima y motivación. Al cabo del primer bimestre ya tenía consolidada una mejora actitud grupal, se cuidaban unos a otros en el recreo, empezaban a aceptar las diferencias, intentaban solucionar sus conflictos hablando y no gritando. En algunos casos protegían a sus mismos compañeros, ya que había algunos sin padre o madre, otros sin saber leer ni escribir y era quinto grado, entonces empezaron a crear tutorías para esos compañeros, y apoyaban en el desarrollo del aprendizaje durante la jornada para que pudiéramos jugar todos y no se quedara alguien sin participar a la hora del juego.
En el transcurso de los primeros bimestres no se acercó ningún padre o madre a realizar algún comentario o intervención, fue hasta el mes de diciembre que algunos de ellos se acercaron a realizarme observaciones, y/o comentarios sobre ¿Por qué sus hijos habían cambiado? Ahora si querían ir a la escuela y no querían faltar. El clima era muy extraño y aun así en días nevados o con lluvia era muy bajo el porcentaje de ausencia. Otras madres me dijeron que nunca habían visto tan interesados a sus hijos en hacer las tareas en casa, así como las del hogar. Y era justo porque también en cal escuela se fomentó la limpieza y a diario la realizábamos antes de jugar, todo el grupo cooperaba con una parte. Y justo para ese mes ocurrió un evento desagradable en pleno horario de clases, tuvo lugar una balacera a 3 minutos de nuestra escuela. Mis niños/s nos se dieron cuenta, solo se nos avisó desde dirección y mi opción fue realizar en ese momento una actividad de relajación, así que les pedí que dejaran su actividad de aprendizaje que haríamos una técnica para relajarnos y poder seguir con mejor ánimo nuestras actividades. Les pedí que nos fuéramos todos al piso, ya que quedaba el centro libre. Repartí hojas y colores y comenzamos a elaborar líneas de colores, recostados boca abajo estuvimos pintando, creando y platicando, después de una hora los padres comenzaron a llegar por ellos/as fue hasta cuando se dieron cuenta de lo sucedido. Ese día fue un ambiente lleno de emociones encontradas, a los mismos tiempos felices y contentos y por otro lado yo temerosa de lo que pudiera suceder.
Ese suceso implicó que saliéramos de vacaciones una semana antes de vacaciones de navidad, no tuvieron posada ni fiesta ni convivencia. Todos se pospuso hasta enero. Después de eso al regresar en enero, no queríamos volver, teníamos miedo, eso provocó en mí migraña por una semana, viajar cada día tensa y angustiada. Mi familia me pedía no regresar, pero ¿Cómo podía dejar a mis estudiantes? Yo tenía un compromiso con ellos y ellas. Pues así regresé y continué con mi trabajo. Curar los estragos de la violencia en medida de lo posible y desde mi rol como docente. Yo quería recuperarles la vida, darles alimento, ropa, todo lo que faltara y no podía hacer todo, pero hubo personas que me ayudaron donando o apadrinando a cada uno de mis alumnos/as, ese enero que regresamos les realicé su fiesta navideña a destiempo, mis padres fueron hasta aquel pueblo a hacerles una rica comida a ellos y llevé dos regalos para cada uno dados con mucho cariño por mis amigos, familiares y mis estudiantes universitarios. Ahí se notó lo agradecida que yo estaba por conocerlos y ellos por lo que yo hacía por cada uno.
Después de esto los padres y madres mostraban agradecimiento hacia mí, llevándome lo mucho o poco que tenían, desde comida hecha por ellos hasta presente de mucho valor sentimental. Mis alumnos/as empezaron a subir sus notas, a cumplir con tareas, me platicaban acerca de sus sueños y metas, que querían lograr hacer una carrera universitaria, otras que quería ser maestra como yo para ayudar así a los niños.
Y así hasta concluir el ciclo escolar con la convicción de haber tomado una de las mejores decisiones. Así como creo que cambie vidas, ellos/as me dieron a mi uno de los mejores aprendizajes y experiencias. Para mí el Valle de Juárez siempre será una de las mejores experiencias de aprendizaje en mí caminar por el sendero de la docencia. Ver como se transformaron los rostros y las vidas de mis estudiantes, unos en mayor forma que otros, pero siempre pesando que mi pequeña contribución por este medio pueda ser algo grande para cambiar sus vidas.
Reflexiones finales: violencia y empatía en el trabajo de campo
El revisar los testimonios que genera una práctica profesional que requiere tanta vocación como la de ser maestro de educación básica, nos permite reflexionar en la forma en que transformamos la realidad de niños y niñas en contextos de violencia.
La violencia que relata la profesora es estructural, no es un hecho aislado, no es de un momento, no se da por una equivocación (estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado), es producto de años y años de abandono por parte del estado, de peleas entre familiar, por tierras por actividades productivas y hasta por causas personales, tantas y tan variadas son las causas que llega a verse como algo “normal”, en este sentido la normalización de la violencia juega en nuestra contra ya que nos quita el sentido de supervivencia, no veos la salida y así perdemos la esperanza.
La profesora Cristina con la que tuve el honor de escribir estas reflexiones, nos muestra lo importante que es la vocación, el amor por ser profesor, aún cuando tenemos muchos factores en contra. El primero de ellos es la dificultad de acceso que algunas universidades tiene de insertar a sus egresados en este caso, licenciados en educación al sistema federal, es decir tradicionalmente los maestros egresados de las Escuelas Normales y de la Universidad Pedagógica Nacional ha tenido el privilegio de obtener las plazas para ser profesor, pero las Universidades han fortalecido sus curriculums y también están formando profesores de alta calidad, este muro debemos romperlo, para contratar al profesor mas capacitado y comprometido, sin importar el origen de su formación.
Un profesor comprometido siempre estará atento observando detenidamente a sus estudiantes y buscando como ella lo hizo, las mejores estrategias para que no sólo aprenda “sus niños”, sino para cambiarles la vida mostrándoles que si hay futuro. Las estrategias lúdicas en este ejercicio fueron un pretexto solamente, porque el objetivo era mayor, era trabajar las relaciones interpersonales entre alumnos, enfrentar el conflicto (este es un elemento que usualmente los profesores frente a grupo preferimos ni siquiera mencionar, muchos menos atenderlo de manera eficaz), establecer los límites que en casa no se les han enseñado (seguir reglas, respetar turnos, respetar a sus compañeros, dialogar, antes de pelar, etc.).
Al conversar sobre todas estas experiencias, sin duda coincidimos en que lo más difícil de lograr es la empatía, precisamente porque la violencia impacta tan profundamente la vida de estos niños y niñas, que logra des-sensibilizarlos, sin embargo, seguimos creyendo que el ser maestro es una actividad profundamente transformadora, no solo del mismo maestro, sino de todos los implicados. Los niños se sienten escuchados, atendidos y que son importantes para alguien (tristemente quizá por primera vez), los compañeros maestros preocupados por sus estudiantes podrán tomar estas actividades como referencia y crear sus propias salidas. Los padres de familia se involucran a partir del compromiso que observan en el profesor, quizá no se logra con todos y no todos tienen las herramientas sociales para demostrarlo, pero también a elles se le impacta. Finalmente, las autoridades al principio reacias y tan acostumbradas a hacer las cosas de manera tradicional sólo para mostrar a las autoridades que “cumplen”, también se transforman al ver que con estas actividades creadas por una profesora comprometida se logra el objetivo mayor: el abatimiento del rezago.
Referencias bibliográficas
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Notas