Editorial
ALEXITIMIA Y ESTILOS DE APEGO: RELACIÓN Y DIFERENCIAS POR GÉNERO Y CARRERAS UNIVERSITARIAS
CREATING AN INTEGRAL DEFINITION OF SEXUAL PLEASURE
ALEXITIMIA Y ESTILOS DE APEGO: RELACIÓN Y DIFERENCIAS POR GÉNERO Y CARRERAS UNIVERSITARIAS
Psicología Iberoamericana, vol. 25, núm. 2, pp. 26-34, 2017
Universidad Iberoamericana, Ciudad de México
Recepción: 15 Noviembre 2016
Aprobación: 30 Marzo 2017
Resumen: El presente estudio pretende elaborar una definición integral del placer sexual que —además del componente biofisiológico que suele considerarse para describirlo— considere los aspectos psicológicos individuales, sociales relacionales y comportamientos sexuales específicos que se llevan a cabo para experimentarlo. Participaron 67 mujeres y 77 hombres en edades entre 25 y 35 años, habitantes de la Ciudad de México. Se siguió el protocolo de las Redes Semánticas Naturales Modificadas (Reyes Lagunes, 1993) y con base en los resultados obtenidos se elaboró una definición que cumple con integrar las cuatro categorías definidoras encontradas: actividad sexual, respuesta sexual humana, afectividad y percepciones. Se encuentra una alta correlación entre la forma que hombres y mujeres significan el placer sexual pues en los núcleos de la red obtenidos para cada sexo se observa que, para ambos grupos, la “pareja”, el “amor” y el “orgasmo” son las principales definidoras del placer sexual.
Palabras clave: placer sexual, pareja, amor, orgasmo, redes semánticas.
Abstract: This study seeks to draw up an integral definition of sexual pleasure which, aside from the bio-physiological component that is usually used to describe it, might consider individual psychological aspects, social relations and specific sexual behaviors to experience it. The study involved the participation of 67 women and 77 men, aged between 25 and 35 years old, living in Mexico City. We applied the Modified Natural Semantic Networks protocol (Reyes Lagunes, 1993) and used the results to draw up a definition that successfully integrates the four defining categories found: sexual activity, human sexual response, emotional aspects, and perceptions. We found a high correlation between the way men and women signify sexual pleasure since the network nuclei obtained for both men and women shows that, for both groups, the “couple,” “love” and “orgasm” are the defining principles of sexual pleasure.
Keywords: sexual pleasure, couple, love, orgasm, semantic networks.
El creciente interés en el estudio y comprensión de la sexualidad ha permitido que la conceptualización del placer sexual trascienda las perspectivas médico-biológicas y se incorporen ópticas sociales, culturales y psicológicas (Hideroa, 2010). Sin embargo, al día de hoy existe poco acuerdo entre las definiciones de placer sexual proporcionadas por la investigación y literatura, al mismo tiempo que se pasan por alto muchos de sus componentes predominantes (Abramson & Pinkerton, 2002), lo cual ha llevado a que el estudio y abordaje del placer sexual permanezca en la ambigüedad y no se profundice sobre su relevancia dentro de la vida sexual humana. Aunado a ello, el placer no es reconocido ante el énfasis que se da a las consecuencias negativas que surgen del ejercicio de la sexualidad. La investigación tradicional sobre sexualidad muestra una clara tendencia en preocuparse por temas de salud pública como la prevención de embarazos no deseados, violencia y coerción sexual, transmisión de ITS/VIH y comercio sexual (DeFur, 2012).
Estos temas, aunque relevantes para el mantenimiento de la salud sexual, oscurecen el rol del placer sexual como materia de salud pública, pues la salud sexual no involucra solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o dolencia; la salud sexual también representa una aproximación positiva y respetuosa a la sexualidad y relaciones sexuales, así como la posibilidad de experimentar placer y seguridad sexual (Organización Mundial de la Salud, 2006).
La búsqueda de placer subyace marcadamente al comportamiento sexual y tiene un rol central como motivador de la actividad sexual humana (Abramson & Pinkerton, 2002; Randolph, Pinkerton, Bogart, Cecil & Abramson, 2007). La capacidad de experimentar placer sexual comprende un componente importante de la sexualidad humana (Wakeman, 2013), por lo que ignorar al placer sexual en los discursos sobre sexualidad puede tener serias implicaciones en la forma que estudiamos y entendemos la sexualidad. Biológicamente el placer sexual se manifiesta como las respuestas de los órganos ante las hormonas, sistema nervioso y flujo sanguíneo que interactúan con la actividad cerebral, con la imaginación y memoria, que en conjunto juegan un rol complejo e importante en la experiencia sexual (Hull, 2008). Es considerado como un elemento de la fase de excitación y de orgasmo manifestado por sensaciones especificas producido por activación psíquica o sistema neural cerebral que mueve al individuo a la búsqueda de la experiencia sexual. Se incluyen las sensaciones percibidas por los genitales que desembocan después en el orgasmo (Hideroa, 2010).
No obstante, aunque el funcionamiento genital y fisiológico se mantienen como componentes fundamentales del placer, es importante siempre incorporar sus dimensiones individual, psicológica, relacional y social que son igual de relevantes en la experiencia del placer, pues el placer no sólo es un evento biofisiológico, el placer sexual es también un estado afectivo positivo generado por la estimulación sexual; es subjetivo e individual y varía en función del estado físico y psíquico de la persona, del tipo de compañía, de las emociones y las sensaciones involucradas (Rodarte, 2010).
Pero el placer no termina ahí, incluso con la integración de las definiciones anteriores, queda pendiente abordar las prácticas y actividades específicas que se llevan a cabo para acceder al placer más allá del coito vaginal, el rol de la imagen corporal, el efecto de las normas, las creencias, los estereotipos, etcétera; todo aquello que entra en juego ante un fenómeno multidimensional como la sexualidad. Es cierto: el papel crucial fisiológico en la experiencia del placer sexual es innegable. Nuestro cuerpo está diseñado para experimentar placer. Durante y después de la estimulación de los genitales y zonas erógenas, las señales sensoriales se envían directamente al cerebro, pero éstas no son inherentemente agradables. Es hasta que se interpretan como sensaciones en efecto sexuales y placenteras que el cuerpo es capaz de experimentar plenamente el placer físico y la explosividad del orgasmo (De la Garza, 2008). Por lo tanto, los significados que se construyen en torno al placer sexual resultan indispensables para conectar dichas respuestas fisiológicas con interpretaciones positivas que permitan la evaluación subjetiva de disfrute. La forma en que las personas se comportan en determinadas situaciones está mediada por lo que dicha experiencia signifique para sí. Al tener los significados una función mediadora entre el objeto y las conductas (Osgood, Suci & Tannenbaum en Reyes Lagunes, 1993), el hecho de que no exista claramente una definición integral representa un aspecto crucial en cuanto a los conocimientos que se adquieren sobre el placer sexual, las experiencias que se tienen y las interpretaciones que se construyen en torno a dichas experiencias.
El estudio de los significados, al estar asociados a creencias, actitudes y comportamientos, hace posible contextualizar un fenómeno (Osgood et al. en Reyes Lagunes, 1993) y consecuentemente juega un papel importante en el campo de la medición del placer sexual que hasta el día de hoy se ha visto limitado. En el estudio de fenómenos relacionados con la satisfacción sexual pocos investigadores definen los términos que desean indagar (McClelland, 2011) y se apoyan de afirmaciones subjetivas generalizadas (Barnett & Melguin, 2016; Sánchez & Kiefer, 2007; Randolph et al., 2007; Watson, Séguin, Milhausen & Murray, 2016; Herbenick & Fortenberry, 2011; Herbenick et al., 2011) que aíslan elementos fundamentales de la experiencia del placer y no nos permiten conocer todos los aspectos que entran en juego cuando una persona hace una evaluación de su propio placer, asumiendo que hay un acuerdo entre las personas sobre lo que significa el placer sexual. Considerando que al responder las personas se guían por el significado denotativo de las palabras (Reyes Lagunes, 1993), es indispensable establecer una definición de placer sexual basada en los conocimientos y experiencias de las personas que más adelante actúe como base sobre la cual se pueda comprender cómo se vive, expresa e interpreta, homogeneizando su significado a partir de indagar directamente con los individuos los significados que atribuyen al concepto.
MÉTODO
Participantes
A través de un muestreo no probabilístico por cuotas se conformó una muestra de 144 participantes de los cuales 67 fueron mujeres y 77 hombres en edades entre 25 y 35 años con una media de edad de 29.4 años (d. s.=3.18). El rango de edad se determinó obedeciendo a la edad promedio de matrimonio de mujeres y hombres en la Ciudad de México, que corresponde para ellas los 27 años y para ellos los 29 años (INEFI, 2010) bajo el supuesto de que diversos aspectos de la sexualidad varían en función del estatus de pareja, como los patrones de comportamiento sexual, las motivaciones sexuales y la satisfacción sexual (García, 2007). El 65% reportó tener estudios de licenciatura o superiores mientras que un 19% reportaron estudios de bachillerato o menos; 51% se identificaron como católicos/cristianos, 17% como no creyentes, ateos agnósticos o ninguna religión y 23% no contestó la pregunta. El 51% de los participantes tenían pareja al momento de contestar el cuadernillo.
Instrumento
Para obtener el significado psicológico del placer sexual se utilizó la Técnica de Redes Semánticas Modificadas (Reyes Lagunes, 1993), basada en la premisa de que un concepto adquiere significado en función de otros conceptos que lo definen, a la vez que el concepto estudiado es definidor de otros conceptos (Brachman en Domínguez, Reyes Lagunes & Muzquiz, 2003), por lo tanto es utilizada para el estudio de la representación y utilización de la información en la memoria que permite determinar el significado denotativo y connotativo de un concepto (Figueroa, Gonzáles & Solís en Domínguez et al., 2003).
Se desarrolló un cuadernillo de cinco hojas tamaño esquela que en la portada explicaba el propósito de la investigación y aseguraba la confidencialidad y anonimato de los participantes. Las siguientes dos hojas contaban con otros dos estímulos que no se consideran para este reporte. En la cuarta hoja se encontraba el estímulo “placer sexual” seguido por la última hoja que contenía preguntas sobre información sociodemográfica y el instrumento de Orientación Sociosexual (Simpson & Gangestad, 1991) cuyos resultados no se incluyen en este reporte.
Procedimiento
Se recurrió a espacios públicos como parques, plazas comerciales y estaciones de transporte público para invitar a personas a participar de forma voluntaria indicándoles que formarían parte de un estudio sobre relaciones interpersonales realizado por estudiantes de la Facultad de Psicología de la UNAM. El cuadernillo fue autoaplicado empleando en promedio 10 minutos para responderlo. Se pidió a los participantes escribir 10 palabras sueltas (sin preposiciones ni artículos) que consideraran mejor describen la palabra estímulo. Posteriormente se les pidió jerarquizar la lista de acuerdo con el nivel de importancia que cada palabra tiene para definir dicho estímulo, siendo 1 la que mejor lo define y 10 para la que menos lo define.
RESULTADOS
Se siguió el protocolo de las Redes Semánticas Naturales Modificadas propuesto por Reyes Lagunes (1993 en Domínguez et al., 2003) por separado para hombres y mujeres, pues, aunque el sexo y género son categorías diferentes, el comportamiento sexual esperado que resulta en placer sexual para hombres y mujeres en un determinado grupo social se relaciona estrechamente con los sistemas de género particulares para ese contexto. Así, será posible identificar si, siendo el placer sexual una dimensión de la sexualidad, sus significados se ven también afectados por el género.
Una vez obtenido el valor TR (tabla 1) para las redes semánticas del placer sexual por separado para mujeres (TR=175) y para hombres (TR=188), se buscó el ICG donde se observó el porcentaje que representa el número de definidoras compartidas por hombres y mujeres obteniendo un porcentaje bajo (ICG=11.8%). Este porcentaje refleja por un lado la ambigüedad del concepto y por otro lado da pauta para futuras reflexiones sobre la función que el género podría tener en las variaciones en sus significaciones.
Con base en los valores PS obtenidos, se determinó el Núcleo de la Red utilizando el criterio (Reyes Lagunes, 1993 en Domínguez et al., 2003) que marca el punto de quiebre propuesto por Catell en 1952 que denota el comportamiento asintótico con respecto al eje de las X del Peso Semántico. Por lo tanto, el punto de quiebre que se tomó en cuenta para este estudio donde la diferencia entre uno y otro valor de PS era menos de dos valores. Más adelante, se muestran los NR obtenidos para cada uno de los sexos donde se observa que, tanto para mujeres como para hombres, la “pareja”, el “amor” y el “orgasmo” son las principales definidoras del placer sexual.
Significado psicológico del placer sexual para las mujeres participantes
De las 14 definidoras que se ubican en el NR (Gráfica 1), el “amor” y la “pareja” tienen el peso semántico más fuerte, posicionándose justo en el centro de la red, separados por una distancia semántica cuantitativa casi imperceptible, con valores PS que se separan por tan sólo un punto. Esto señala que ambos conceptos se encuentran estrechamente asociados. Los “besos”, las “caricias” y el “sexo” son actividades que también se asocian directamente con el placer sexual y, junto con la “excitación” y el “orgasmo”, forman parte de la construcción de experiencias subjetivas positivas definidas por la “diversión”, el “goce” y el “disfrute”. La afectividad también forma parte de las interpretaciones que se hacen sobre el placer sexual, pues se observa que la “intimidad”, el “cuidado” y la “confianza” son definidoras relevantes para las mujeres.


Significado psicológico del placer sexual para los hombres participantes
En el NR del grupo de hombres (figura 2) se observa que de las 15 definidoras que componen el núcleo, casi la mitad de las palabras que se consideran más importantes para definir el placer sexual son las mismas que para las participantes. Así, las “caricias”, los “besos” y el “sexo” son también las actividades asociadas al placer sexual, aunque ellos además mencionan la “penetración”, el “coito” y la “masturbación”. Al igual que las participantes, ellos mencionan el “disfrute” como la experiencia subjetiva positiva que acompaña el placer sexual, aunque ellos añaden el “deseo”, la “pasión” y la “satisfacción”. De nuevo el “orgasmo” y la “excitación” ocupan un lugar importante para definir el placer sexual y aunque también el “amor” y la “pareja” son las definidoras más importantes, a esta última se le atribuye una mayor importancia que al “amor” ubicándose en el núcleo de la red y con distancia semántica cuantitativa evidentemente más amplia entre ambos conceptos para los hombres en comparación con las participantes. Cabe destacar que, para ellos, definidoras relacionadas con la afectividad no forman parte de la esencia del significado del placer sexual.

Para afinar el estudio, se realizó un análisis de correlación bivariada para datos ordinales Spearman, entre las dos redes para conocer la correspondencia de las jerarquías que ocupan las definidoras de mujeres y hombres. A continuación, se muestra la tabla que contiene el valor de la correlación (ver tabla 2).
| Definidoras de placer sexual | Mujeres |
| Hombres | .810* |
El valor que se obtuvo en el análisis de correlación resultó ser alto para las definidoras que comparten los sujetos, por lo que se observa que los participantes de cada grupo efectivamente asocian dichas palabras de manera similar; por ejemplo, en la tabla 1, la palabra orgasmo ocupa el mismo lugar en la red de mujeres y de hombres respectivamente.
Adicionalmente, se llevó a cabo una Categorización por Áreas Teóricas CAT (Domínguez et al., 2003), cuyo propósito fue el de clasificar las definidoras de acuerdo con diferentes aproximaciones que suelen utilizarse para el estudio del placer sexual, de manera que fuera posible desarrollar una definición integral y actualizada, pero sobre todo culturalmente relevante, del constructo placer sexual. En la tabla 3 se presentan las categorías identificadas.

Con base en los resultados obtenidos se elaboró la siguiente definición que cumple con considerar cada categoría de definidoras proporcionadas por los participantes generando un constructo integral:
El placer sexual es la percepción de disfrute, diversión, goce o satisfacción a partir de la activación de respuestas fisiológicas como el deseo, la excitación y el orgasmo provocados por la estimulación directa del cuerpo y específicamente de los genitales predominantemente por medio de caricias, besos, masturbación o coito, compartidos en la mayoría de las ocasiones dentro del contexto de una relación de confianza, seguridad, amor e intimidad preferentemente con una pareja afectiva.
DISCUSIÓN
Los significados compartidos existen cuando un grupo de personas usa las mismas palabras para designar un concepto relacionado con una tarea particular. Éstos toman una estructura semántica para componer una representación cognitiva (Liberman & Olmedo, 2008) que permitirá el reconocimiento de las intenciones de otros (Cannon-Bowers, Salas & Converse, 1993) y proveerá a las personas de un código para el intercambio social para nombrar y clasificar sin ambigüedad los muchos aspectos de su mundo y de su historia individual y grupal (Moscovici, 1973 en Liberman & Olmedo, 2008).
Así, debido a que el modelo dominante de la sexualidad prescribe el ejercicio de ésta únicamente dentro del marco de la heterosexualidad, monogamia, matrimonio y reproducción (Lamas, 1997), es posible identificar esta estructura ideológica y de poder en los significados que mujeres y hombres participantes de este estudio atribuyen al placer sexual, donde ambos grupos lo definen con los conceptos de “amor” y “pareja”. La relevancia de la pareja en las concepciones que se tienen del placer sexual es una de las aportaciones más importantes de este estudio, a pesar de que las definiciones de placer sexual suelen limitarse a describir el rol que involucra la excitación sexual, la estimulación genital o el orgasmo (Rye & Meaney, 2007; Hull 2008; Beggs, Calhoun & Wolchik, 1987) o a descripciones psicológicas individuales (Braun, 2005; Rodarte, 2010), el presente estudio hace evidente lo que menciona Wakeman (2013), que a pesar de que una persona entienda lo que es el placer sexual y lo haya sentido, no es hasta que se comparte la experiencia dentro del marco de una relación íntima y de confianza que es posible darle sentido. El rol de la pareja, especialmente el componente emocional que provee, tiende a dominar las discusiones sobre sexualidad enmarcando el deseo en el amor, para que se ejerza una sexualidad desde el autocontrol, toda vez que la sexualidad se deba reservar para otro significativo en términos emocionales relacionándola con la intimidad y la experiencia de la conexión emocional (Wakeman, 2013).
A pesar de que el análisis de correlación realizado entre las dos redes muestra que la forma en que tanto hombres como mujeres entienden el placer sexual es muy similar, es en las definidoras con contenido afectivo como “intimidad”, “confianza” y “cuidado”, encontradas únicamente en el grupo de mujeres, y las definidoras centradas en el cuerpo como “masturbación”, “coito” y “penetración”, que manifiesta la doble moral que reproduce modelos y discursos tradicionales relacionados con la sexualidad y el placer caracterizada por la consideración asimétrica de las prohibiciones y recomendaciones morales con una normatividad más laxa para los hombres y más estricta para las mujeres (Hierro, 2001). En la misma línea, Bozon, Gayet y Barrientos (2009) describen que en las maneras en que los individuos interpretan sus experiencias sexuales hay una predominancia entre las mujeres del modelo denominado de la sexualidad conyugal, en la que diferentes aspectos de su sexualidad quedan al servicio de la construcción de pareja. Como Benavente y Vergara (2006) mencionan, las mujeres conciben su cuerpo para el otro mientras que los hombres lo hacen para sí mismos; además podemos observar que no sólo se trata de tener una pareja con quien vivir el placer sexual, sino que para ellas el placer sexual también cobra sentido desde la estrecha asociación que hacen del “amor” y la “pareja” dentro de un marco de “intimidad”, “confianza” y “cuidado”, viéndose reflejados los mandatos entorno al amor romántico que demandan a la mujer convertirse en sujeta para el amor dirigido al hombre y así alcanzar la felicidad por medio de éste, como cualidad de identidad y un medio de valoración personal y autoestima (Lagarde, 2005).
En contraste, Bozón (2004) resalta que para los hombres la sexualidad, deseo y placer tendrán una significación por sí mismos y no en función del otro, predominando un modelo de deseo individual en el que el placer se centra en el cuerpo y en sí mismo (Bozón, Gayet & Barrientos, 2009). Así, es importante observar a detalle los resultados obtenidos, pues, aunque se encontró que la pareja es definitoria en la forma que el grupo de hombres comprende el placer sexual y sus definidoras tengan que ver con el amor y la pareja, encontramos mayor variedad de palabras relacionadas con la gratificación individual como “satisfacción”, “deseo”, “pasión”, “penetración” y “masturbación”.
Si bien ambos grupos reportaron que asocian el placer sexual de manera importante con el orgasmo, son las mujeres quienes asignan un peso semántico mayor a esta definidora. Dichos resultados contradicen el discurso dominante del placer sexual que se basa en estereotipos entorno a una sexualidad pasiva y controlada por parte de las mujeres, centrada en la ternura más que en el orgasmo o el placer erótico y que para el hombre está reservado un deseo activo que reacciona fácilmente ante diversos estímulos (Benavente & Vergara, 2006). En este caso, sin duda, las mujeres reconocen que el placer físico y sus respuestas fisiológicas asociadas al acto sexual son importantes.
Al observar las categorías obtenidas resalta qué tan importante es recurrir directamente a las personas para recuperar sus interpretaciones del placer sexual, pues es en sus respuestas que resulta indiscutible que el placer sexual no es únicamente un fenómeno bio-evolutivo, también depende de las prácticas sexuales que se ejercen: está influido por las relaciones interpersonales establecidas de acuerdo a las categorías sociales del género, y afectado por las atribuciones individuales de quienes lo viven.
Finalmente, la definición propuesta en este estudio incluye las definidoras proporcionadas por el grupo de hombres y mujeres contenidas en todas las categorías identificadas. La construcción de esta definición culturalmente relevante del placer sexual es el primer paso para el desarrollo de investigaciones que cuenten con definiciones y medidas homogéneas que sirvan como base para construir nuevos estudios suficientemente amplios e integrales sobre el placer sexual.
REFERENCIAS
Abramson, P. R., & Pinkerton, S. D. (2002). With Pleasure: Thoughts on the Nature of Human Sexuality. New York: Oxford University Press.
Barnett, M.D. & Melguin, P.R. (2016). Reported Sexual Pleasure Among Heterosexual Men and Women: N Empirical Investigation. Personality and Individual Differences, 98, 62-68.
Cannon-Bowers, J.A., Salas, E. & Converse, S.A. (1993). Shared Mental Models in Team Decision Making. Individual and Group Decision Making. En Castellan, N.J.Jr., (Eds.), Individual and Group Decision Making. (pp. 221-246). Hillsdale, N.J.: Eribaum.
García, G. (2007). Conducta sexual: un modelo psicosocial. Tesis Doctoral. Facultad de Psicología. México: UNAM.
INEGI (2010.) Panorama de las religiones en México, 2010. México: Segob/INEGI.
Liberman, S., & Olmedo, R. L. (2008). Scientist’s Semantic Meaning of the Concept of Coauthorship. Trabajo presentado en la Fourth international conference on webometrics, infometrics and scientometrics and ninth Collnet meeting, Berlin. Alemania. Recuperado de http://www.collnet.de/Berlin-2008/Liberman-WIS2008ssm.pdf
Organización Mundial de la Salud (2006). El informe sobre la salud en el mundo. Recuperado del sitio de internet World Health Organization: http://www.who.int/whr/2006/whr06_es.pdf
Watson, E.D., Séguin, L.J., Milhausen, R.R. & Murray, S.H. (2016). The Impact of Couple’s Vibrator on Men’s Perceptions of Their Own and Their Partner’s Sexual Pleasure and Satisfaction. Men and Maculinities, 19(4), 370-383.