Reseñas

The Boundaries of Ancient Trade. Kings, Commoners, and the Aksumite Salt Trade of Ethiopia. Por Helina S. Woldekiros. Denver: University Press of Colorado, 2023, 211 p.

Eduardo Williams
El Colegio de Michoacán, México

The Boundaries of Ancient Trade. Kings, Commoners, and the Aksumite Salt Trade of Ethiopia. Por Helina S. Woldekiros. Denver: University Press of Colorado, 2023, 211 p.

Relaciones. Estudios de Historia y Sociedad, vol. 46, núm. 182, pp. 299-302, 2025

El Colegio de Michoacán, A.C

Actualmente, la mayoría de la gente en todo el mundo tiene fácil acceso a la sal común (cloruro de sodio), por lo que pocos se dan cuenta de la gran importancia de ese compuesto químico en la historia mundial. Aparte de su papel indispensable en la dieta, se necesitaron enormes cantidades de este producto en el mundo antiguo (y moderno) para la preservación de alimentos, para la cría de ganado y para teñir textiles, entre muchos otros usos (Williams, 2015).

Según Batterson y Boddie (1972), en las remotas tierras altas de Etiopía y las áreas cercanas en el noroeste de África, la situación es similar a lo discutido arriba, pues aquí también la sal se considera como un tesoro que literalmente vale su precio en oro. Las bestias de carga viajan por caminos ancestrales desde las tierras altas hasta la depresión de Danakil (Etiopía). El camino tiene unos 400 km, y aproximadamente 5,000 personas se ganan la vida en este comercio, extrayendo sal de mesa de las reservas inextinguibles de Danakil y llevándola a los consumidores en las tierras altas y más allá. Este comercio ya estaba bien establecido en la época del primer imperio etíope, Aksum (desde el primer siglo de nuestra era). Las expediciones de comerciantes aksumitas cambiaban sal por oro, esclavos y marfil, con las tribus que habitaban las fronteras sur y occidental del imperio. Estas mercancías se convirtieron a su vez en las principales exportaciones de Aksum, cuyas redes de comercio llegaban hasta Roma, Egipto, Siria, Arabia e India (Batterson y Boddie, 1972). Todavía en la actualidad, en las regiones remotas de Etiopía, la sal es tan valiosa como el oro y mucho mejor que el dinero. Los bloques de sal del Danakil, ya sea enteros o cortados en pedazos para servir como “monedas” de baja denominación, pasan fácilmente de mano en mano en todos los mercados, y de hecho siguen siendo una forma de “divisas duras” que no se ve afectada por modificaciones en su tipo de cambio (Batterson y Boddie, 1972).

En el libro aquí reseñado, Helina S. Woldekiros discute varias fuentes de información -arqueológicas, históricas y etnográficas- que arrojan luz sobre procesos de larga duración del comercio entre extensas regiones del continente africano, relacionados con las caravanas que transportan sal. Las preguntas rectoras de la investigación de Woldekiros tienen que ver con la generación de riqueza a través del comercio salinero en el Cuerno de África (la región del noreste africano actualmente ocupada por Somalia, Etiopía, y Kenia). Otro tema relevante para este libro es el papel de las estructuras de poder centralizado y jerárquico versus otras de poder difuso en el comercio de la antigüedad. Woldekiros nos dice que durante el periodo inmediato anterior a la creación del Estado de Aksum (ca. 800-450 a.C.) y el periodo Aksumita (ca. 450 a.C.- 900 d.C.), se desarrollaron sistemas agrícolas mixtos que dependían de ganado domesticado y varios cultivos. Antes de la formación del Estado de Aksum, vemos procesos de gestación de sociedades complejas en el Cuerno de África, con diferentes estilos regionales de cerámica y lítica, así como explotación de cobre, arquitectura monumental y un sistema complejo de escritura.

El periodo aksumita debe su nombre al establecimiento del Estado de Aksum. Durante su época de esplendor los aksumitas tuvieron extensas rutas de comercio a larga distancia, llegando hasta el Mar Rojo y el Océano Índico y controlaron territorios que abarcaban hasta Yemen y el Sudán. También gozaron de contactos económicos y políticos con los romanos y otros estados e imperios del Mediterráneo, incluyendo el valle del Río Nilo y el sur de Arabia.

Las investigaciones de Woldekiros descubrieron que la riqueza de los reyes y las élites de Aksum, así como el desarrollo y expansión de ese Estado, estuvieron relacionados con el comercio de diferentes bienes estratégicos, incluyendo oro y marfil, aparte de la ya mencionada sal. Todavía en la actualidad, en las tierras altas aksumitas se encuentran las únicas fuentes de sal en la región (Bovill, 1995).

Woldekiros arroja luz sobre la organización social y política de los aksumitas del norte de Etiopía y de las tierras altas de Eritrea, para explicar la manera en que funcionó este Estado, y a la vez explora los conceptos de “comercio salinero” y “arqueología de caravanas”. De acuerdo con nuestra autora, una de las razones por las que el comercio de la antigüedad tuvo el poder de transformar a las sociedades fue que vinculaba distintos grupos humanos en diversas regiones. El comercio antiguo (y el intercambio al que dio lugar) impactó profundamente a distintos grupos étnicos en la región bajo discusión, y actualmente lo categorizamos con el nombre de la gente que lo llevó a cabo, considerando principalmente su organización y su infraestructura. Este es el caso del comercio salinero de Afar, que lleva el nombre del grupo étnico que lo llevó a cabo en esa región de Etiopía.

Woldekiros menciona que en su región de estudio la sal tuvo valor económico, político y simbólico desde la antigüedad, ya que el abasto de este producto es limitado y las fuentes están dispersas. La facilidad de transportar sal y sus cualidades como elemento indispensable para la fisiología humana han generado una alta demanda entre los consumidores. Como resultado de esto, el cloruro de sodio influyó directamente en la distribución de patrones de asentamiento y en la organización socioeconómica en muchas regiones, incluyendo el área bajo discusión.

El cloruro de sodio fue y sigue siendo un bien estratégico en muchas partes del mundo incluyendo África, por lo que su elaboración, distribución y comercio a larga distancia tuvieron considerable impacto social, político y económico en el pasado. De hecho, el control del comercio salinero contribuyó al ascenso y poderío político de varios estados en Ghana, Mali y Sudán (en el oeste de África) durante los últimos mil años. Según Woldekiros, el comercio salinero facilitó el crecimiento económico y el poderío político de las sociedades complejas antiguas del desierto del Sahara, pues conectaba entre sí a muchas comunidades distantes y les proporcionaba bienes de intercambio que hubieran sido imposibles de conseguir sin el consabido papel de la sal como recurso indispensable de comercio.

Una ruta salinera bien conocida en la historia de África fue la que seguían las caravanas entre los siglos XIII (y tal vez antes) y XIX, que recorría unos 720 km transportando sal de roca hacia tierra adentro y a lo largo del Río Níger. En el Sahara, la sal se utilizaba para varios fines, incluyendo la compra de esclavos para trabajar en la agricultura (a partir del siglo XIII). La ciudad de Tombuctú (Mali) fue un centro de distribución de primera importancia para la ruta del Sahara gracias a su proximidad al Río Níger. De hecho, la riqueza de Tombuctú se derivaba en gran parte del comercio salinero, actividad que tuvo un papel fundamental para el establecimiento de esa gran ciudad.

En África, la transportación de sal a grandes distancias dependía de camellos, asnos y embarcaciones, mientras que los cargadores humanos se utilizaron para viajes a distancias cortas. En la mayor parte de África, el comercio salinero era más abundante durante la época de secas, facilitando la protección del producto de las inclemencias del tiempo. Woldekiros realizó viajes acompañando a los comerciantes de sal en sus caravanas, descubriendo que este tipo de intercambio requiere de una destreza especial para organizar las caravanas, así como resistencia ante las inclemencias del clima y las condiciones inhóspitas del desierto, al igual que redes sociales extensas, distintos recursos y, finalmente, capital económico y humano. Aunque las caravanas están en peligro de extinción, todavía se pueden ver en distintas regiones del continente africano. Según Woldekiros, la organización de una caravana requiere decisiones de logística, como conseguir camellos y gente que los cuide, y llevar agua y comida para los animales y las personas. No menos importantes son los recursos económicos y materiales necesarios, los preparativos para el viaje, la ruta a seguir, las relaciones sociales a lo largo de la ruta, los bienes transportados, las áreas de descanso, los puestos de intercambio y de almacenamiento y, finalmente, la protección brindada por fuerzas armadas o fortificaciones.

La evidencia etnográfica y arqueológica discutida en la presente obra indica que las bestias de carga como camellos, asnos, mulas, caballos y llamas (estas últimas en la región de los Andes) fueron indispensables para los sistemas de caravanas de la antigüedad, y lo siguen siendo hasta el día de hoy en varias partes del mundo.

El libro reseñado aquí presenta un modelo teórico de la economía política del Estado de Aksum, a la vez que discute cómo la economía informal y la participación local de diversos grupos étnicos y sociales jugaron un papel crítico en el comercio regional y eventualmente en el mantenimiento del poder de ese Estado antiguo. La obra de Woldekiros representa una contribución fundamental para las discusiones teóricas sobre la jerarquía sociopolítica y las estructuras de poder en las sociedades del pasado. En conclusión, recomiendo este libro no sólo a los arqueólogos, historiadores, antropólogos y otros académicos, sino también al público en general interesado en el comercio antiguo, en la producción de bienes estratégicos, y en el papel de la analogía etnográfica y la etnohistoria para la interpretación arqueológica.

Bibliografía

BATTERSON, M. y BODDIE W. (1972). Salt: The Mysterious Necessity. The Dow Chemical Company.

BOVILL, E. W. (1995). The Golden Trade of the Moors: West African Kingdoms in the Fourteenth Century. Markus Wiener Publisher.

WILLIAMS, E. (2015). The Salt of the Earth: Ethnoarchaeology of Salt Production in Michoacán, Western Mexico. Archaeopress.

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