ANALISIS DE RENTABILIDAD ECONÓMICA DEL USO DE ZINC EN LA PRODUCCIÓN Y CALIDAD DE MAÍZ FORRAJERO EN LA COMARCA LAGUNERA

Martha Vianey Perales García
UAAAN-UL, México
Luis Felipe Alvarado Martínez
UAAAN-UL, México
Luis Javier Hermosillo Salazar
UAAAN-UL, México
J. Isabel Márquez Mendoza
UAAAN-UL, México
Federico Vega Sotelo
UAAAN-UL, México

ANALISIS DE RENTABILIDAD ECONÓMICA DEL USO DE ZINC EN LA PRODUCCIÓN Y CALIDAD DE MAÍZ FORRAJERO EN LA COMARCA LAGUNERA

Revista Mexicana de Agronegocios, vol. 45, pp. 371-382, 2019

Sociedad Mexicana de Administración Agropecuaria A.C.

Recepción: 07 Julio 2019

Aprobación: 16 Noviembre 2019

Resumen: La alimentación es un derecho humano registrado desde hace sesenta años e incorporado como tal en el artículo 25 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la cual representa el mayor reto que la agricultura enfrentará para asegurar el abasto de alimentos para la población, sin embargo, su magnitud estará en función de la tasa de crecimiento poblacional, economía, infraestructura agrícola y recursos naturales de cada país. Entre los micronutrientes, la deficiencia de zinc parece ser el problema nutricional más generalizado y frecuente en los cultivos y forrajes del mundo, dando como resultado pérdidas en los rendimientos y calidad nutricional. Por lo anterior en el presente estudio se evaluó la rentabilidad económica del uso de zinc como fertilizante en la producción y calidad de maíz forrajero. Como indicador para la evaluación de rentabilidad se utilizó la expresión algebraica: Rentabilidad = Ingresos Totales (IT) – Costos Totales (CT). En base a lo señalado se obtuvo en el tratamiento uno (T1) que se fertilizó con nitrógeno, fósforo y potasio con un costo de producción total $31,650.00, con un rendimiento de 46,000 kg/ha, lo cual se vendió a 0.8 pesos kg dando un ingreso total de $36,800.00, obteniendo una rentabilidad de $5,150.00. En el caso del tratamiento dos (T2), en el que se fertilizó con nitrógeno, fósforo, potasio y zinc con un costo de producción total $32,250.00, se obtuvo un rendimiento de 60,000 kg/ha, lo cual se vendió a 0.8 pesos/ kg dando un ingreso total de $48,000.00, obteniendo una rentabilidad de $15,750.00. Al incluir el nitrógeno y el zinc en cantidades suficientes durante el ciclo del desarrollo del cultivo son fundamentales dentro de las estructuras de un amplio número de enzimas y proteínas, lo cual repercute en el rendimiento y calidad de los cultivos.

Palabras clave: Rentabilidad económica, producción, zinc, calidad, maíz forrajero.

Abstract: Feeding is a human right registered in the 25th article from Universal Declaration of Human Rights which it represents the major challenge that Agricultures faces to ensure the supply of food to the population, however, its magnitude it will be in function of population growth rate, economy, agricultural infrastructure and natural resources of every country. Between micronutrients, zinc deficiency seems to be the nutritional widespread problem and frequent in the crops and forages of the world, as a result of losses in yields and nutrient quality. For the above in the present study the economic profitability was evaluated for using zinc as a fertilizer in the production and quality of forage maize. As an indicator in the evaluation of the economic profitability it was used the algebraic expression: Profitability = Total Income (TI)-Total Cost (TC). Based on what was stated, one was obtained in the treatment (T1) that was fertilized with nitrogen, phosphorus and potassium with a total production cost of $31,650.00, with a yield of 46,000 kg/ha, which was sold at 0.8 pesos/ kg giving a total income of $36,800.00, obtaining a return of $ 5,150.00. In the case of treatment two (T2), in which it was fertilized with nitrogen, phosphorus, potassium and zinc with a total production cost of $32,250.00, a yield of 60,000 kg/ha was obtained, which was sold at 0.8 pesos/ kg giving a total income of $48,000.00, obtaining a return of $15,750.00. By including nitrogen and zinc in sufficient quantities during the crop development cycle, they are essential within the structures of a large number of enzymes and proteins, which affects the yield and quality of the crops.

Keywords: Economic profitability, production, zinc, quality, fodder corn.

INTRODUCCIÓN

En las últimas décadas ha sido ampliamente citado, el término seguridad alimentaria, la cual ha suscitado la mayor preocupación en todo el mundo, entre los científicos, investigadores, agrónomos y responsables políticos. Debido a los cambios previstos en las condiciones climáticas y las actividades antropogénicas que se avecinan constantemente, en los últimos años se ha prestado mucha atención a la seguridad alimentaria y ahora, los países de todo el mundo prestan cada vez más interés a la seguridad de los alimentos y, por lo tanto, trabajan bajo la misión común de seguridad alimentaria mundial (FAOUNS, 2000; Devereux y Maxwell, 2001; CFS, 2005; Clay, 2002; Fresco, 2009; Floros et al. 2010).

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), desde la Cumbre Mundial de la Alimentación (CMA) de 1996, “existe seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico y económico a suficientes alimentos, inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana”. Esta definición le otorga una mayor fuerza a la índole multidimensional de la seguridad alimentaria e incluye “la disponibilidad de alimentos, el acceso a los alimentos, la utilización biológica de los alimentos y la estabilidad [de los otros tres elementos a lo largo del tiempo]” (FAO, 2006).

Atendiendo el objetivo “hambre cero” de desarrollo sustentable de las Naciones Unidas, en el que se recomienda asegurar la sostenibilidad de los sistemas de producción de alimentos y aplicar prácticas agrícolas resilientes que aumenten la productividad y la producción, contribuyan al mantenimiento de los ecosistemas, fortalezcan la capacidad de adaptación al cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos, las sequías, las inundaciones y otros desastres, y mejoren progresivamente la calidad del suelo y la tierra.

El asegurar el abasto de alimentos para los próximos años en México será un gran reto ya que aun cuando el área cultivable actual es 27.8 millones ha (INEGI-SAGARPA, 2015) se estima que esta superficie podría disminuir por el cambio de uso de suelo para construir viviendas. Considerando esta situación, para aumentar la producción agrícola, más que abrir nuevas tierras al cultivo, los productores se deben enfocar a mejorar el rendimiento por unidad de superficie. Para lograr esto, se necesita incorporar a la agricultura todas las prácticas agronómicas que ayudan a incrementar el rendimiento dentro de las que se incluye el uso de: (1) cultivares mejorados; (2) fertilizantes; (3) irrigación, (4) pesticidas para controlar malezas, plagas y enfermedades; (5) rotación de cultivos; y (6) sistemas de labranza. Además, debe emplearse la hidroponía (Resh, 1992) y la agricultura protegida como técnicas que permitan intensificar el uso de la tierra cultivable (Turrent y Moreno 1998).

Las plantas necesitan de varios nutrientes para crecer llamados esenciales. La carencia de alguno de ellos produce alteraciones estructurales y fisiológicas similares en las diferentes especies vegetales. Estos nutrientes se clasifican según su concentración en la planta como macronutrientes; nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K), calcio (Ca), azufre (S), magnesio (Mg)) o micronutrientes; boro (B), zinc (Zn), cobre (Cu), cloro (Cl), hierro (Fe), manganeso (Mn), molibdeno (Mo) y níquel (Ni) (Miretti et. al., 2012; Durgesh et al., 2015).

El objetivo de la presente investigación fue evaluar la rentabilidad económica de la aplicación zinc en la producción y calidad de maíz forrajero.

REVISIÓN DE LITERATURA

El maíz y su importancia en la alimentación

Anualmente en México se establecen 8,0 millones de hectáreas para grano y cerca de 500 000 de maíz forrajero, con un rendimiento promedio de 26,0 t/ha de materia verde (SIAP 2010). El maíz es un cultivo clave para México, con un consumo promedio diario per cápita de 343 gramos, 72 % del total de cereales consumidos en el país (FAOSTAT, 2010).

El empleo del maíz en la alimentación animal tiene una gran versatilidad, ya que puede ser consumido en verde, ensilado, seco, o como grano (Reta et al., 2004). Siendo caracterizado este cultivo por su alta producción de materia seca, índice de cosecha, estabilidad, contenidos de carbohidratos, proteínas y digestibilidad (Pinter, 1986).

Las condiciones que predisponen los síntomas de deficiencia de Zinc en plantas de maíz parecen ser los siguientes: siembras tempranas en suelos fríos, siembra directa con elevada cobertura de residuos y fertilización con cantidades altas de P colocado en banda cerca de la semilla, lo cual induce la deficiencia de Zn inducida por una elevada disponibilidad de P (Ratto y Giuffre, 1997).

En la Comarca Lagunera, el maíz forrajero ocupa un lugar importante dentro del patrón de cultivos por un alto rendimiento energético que aporta a las reacciones para ganado bovino lechero y productor de carne. Actualmente la producción promedio de forraje de maíz por hectárea es de 45 toneladas de forraje fresco y 15 toneladas de forraje seco (Reta et al., 2002).

Nutrimentos en las plantas

El zinc (Zn), cobre (Cu), hierro (Fe) y manganeso (Mn) son los micronutrientes más estudiados por su relación con el crecimiento, desarrollo y rendimiento de los cultivos (Ratto, 2006). La carencia de alguno de ellos produce alteraciones estructurales y fisiológicas similares en las diferentes especies vegetales.

La disponibilidad de los micronutrientes está condicionada fuertemente por las propiedades físico-químicas de los suelos, dado que éstas regulan la distribución de los mismos entre las distintas fracciones. Entre estas propiedades se encuentran la reacción del suelo, concentración de carbonato de calcio, capacidad de intercambio catiónico, concentración de otros nutrientes en la solución del suelo, contenido de materia orgánica y textura (Álvarez et al., 2006).

El zinc es un elemento esencial para el crecimiento y desarrollo de las plantas. La cantidad de zinc que éstas necesitan para crecer y desarrollarse adecuadamente es muy pequeña: oscila entre 15 y 20 miligramos por kilogramo de tejido seco; estos valores representan menos de 0.1% del peso seco total del tejido. Por tal razón, el zinc clasifica como un micronutriente. Pero a pesar de que se requiere en cantidades pequeñas, este elemento es indispensable para que las plantas completen su ciclo de vida, ya que participa directamente en el metabolismo de las células y, en particular, porque ningún otro elemento puede desempeñar las mismas funciones (Amezcua y Lara, 2017).

Interviene en la síntesis del triptófano, un percusor de las fitohormonas (auxinas). Las auxinas son las responsables del crecimiento de raíces, por lo que asegura un buen desarrollo de raíces ocasionando así un buen crecimiento de la planta. Un buen aporte de zinc estimula un buen desarrollo de las anteras y granos de polen lo que lleva por consecuencia un rendimiento y desarrollo de mazorcas con buen grano y peso (Castellanos y Santiago, 2014).

El zinc

En el mundo, el zinc es considerado el micronutriente más deficiente y necesario en los suelos y cultivos. Puede reducir los rendimientos en un 20% sin manifestar síntomas (deficiencia oculta de zinc). El maíz es el cultivo más sensible a las deficiencias de zinc. Es constituyente estructural y funcional de muchas enzimas. Participa en la síntesis y acción de proteínas (alrededor de 2,800 proteínas son dependientes del zinc). Se requiere para la síntesis de carbohidratos durante la fotosíntesis y en la transformación de los azúcares en almidón (una deficiencia de zinc reduce en un 50 – 70 % la fotosíntesis neta dependiendo del cultivo). Regula el nivel de auxinas a través de la síntesis del aminoácido triptófano (precursor de las auxinas). Juega un papel fundamental en la maduración y producción de semillas, a través de la formación y fertilidad del polen, por ello la deficiencia de zinc tiene mayor efecto en el rendimiento del grano que en el desarrollo vegetativo (Castellanos y Santiago, 2014).

La disponibilidad de Zn se reduce al incrementar el pH, esto es muy notorio después de un pH >7.4, debido a un incremento en la capacidad de adsorción, presencia de formas hidrolizadas de zinc y una posible adsorción por el carbonato de calcio coprecipitación de óxidos de hierro. Por lo tanto, los suelos alcalinos, calcáreos y con alto contenido de calcio, tienden a ser más deficientes en zinc que los suelos neutros o ligeramente ácidos. La mineralización de la materia orgánica aumenta su disponibilidad al formar complejos orgánicos móviles que la planta puede absorber. Su disponibilidad disminuye con altos niveles de fósforo (P) y cobre (Cu). Más recientemente, el uso de fertilizantes más puros, los mayores potenciales de rendimiento de los cultivos y la ausencia de fertilización con este microelemento, han incrementado las deficiencias de zinc en los suelos.

Por otro lado, los excesos de fósforo reducen la infección de las micorrizas, lo que afecta significativamente la absorción de zinc. El hierro (Fe) y manganeso (Mn) en altas concentraciones también inhiben la absorción de zinc, posiblemente por la competencia en el sistema de transporte al interior de la planta. El uso de fertilizantes nitrogenados amoniacales provoca el efecto contrario, ya que favorece la disponibilidad de zinc al acidificar el suelo, resultando en una des adsorción de este. Otros factores que también reducen la disponibilidad del zinc es la remoción de la capa arable del suelo por la nivelación, o por la erosión. En los suelos fríos también suele ocurrir una reducción en la disponibilidad de este micronutrimento (Cakmak, 2015).

Independientemente de la estrategia a seguir para corregir una deficiencia de zinc, el análisis de suelo es fundamental para determinar cuándo y en qué forma se debe realizar una aplicación de fertilizantes con zinc y asegurar que no ocurra una deficiencia en el cultivo, ni se acumule en el suelo a niveles excesivos. El método más eficiente y que se emplea para la extracción de zinc es donde el ácido dietilentriaminopentacetico-trietanolamina (DTPA-TEA) es el agente quelatante y la determinación de la concentración de zinc se mide por Espectrofotometría de Absorción Atómica (AES) (Cakmak, 2015).

Castellanos y Santiago (2014), establecen que las principales fuentes de fertilizantes con zinc incluyen compuestos inorgánicos y quelatos sintéticos. Entre las fuentes inorgánicas, el sulfato de zinc es la más utilizada y también la más recomendada. El óxido de zinc es una buena opción para suelos de PH acido. Normalmente los quelatos son de 2-5 veces más disponibles que el sulfato de zinc cuando se aplican al suelo, pero suelen ser muy caros, sin embargo, en aplicaciones foliares la mejor alternativa es el uso de sulfato de zinc grado soluble y el nitrato de zinc.

MATERIAL Y MÉTODOS

La Comarca Lagunera, está entre 24° 59' y 26° 53' N y 101° 41' y 104° 61' O, tiene una superficie de 47 887 km2 con una altitud media de 1100 m, con una extensión montañosa y una superficie plana donde se localiza el área agrícola. Su clima es seco desértico, con lluvias en verano e invierno fresco, la precipitación pluvial media anual es 258 mm y la evaporación media anual es 2000 mm, por lo cual la relación precipitación-evaporación es 1:10; la temperatura media anual es 21 °C con máxima de 33.7 °C y mínima 7.5 °C. El periodo de temperaturas bajas o heladas se presentan de noviembre a marzo, aunque en algunas ocasiones se presentan tempranamente en octubre y tardíamente en abril (García, 1973).

El estudio se realizó en el campo experimental Rincón del Buitre de la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro Unidad Laguna (UAAAN UL), en el municipio de San Pedro de Las Colonias, Coahuila que forma parte de la región conocida como Comarca Lagunera, la cual se ubica geográficamente entre 25°49' 52'' N y 103°06' 59'' O, a 1120 msnm.

Fotografía satelital de la zona de estudio.
Figura 1
Fotografía satelital de la zona de estudio.
Elaboración propia

Se consideraron dos tratamientos, el tamaño de cada tratamiento fue una parcela de 10 m x120 m en un total de 1,200 m2, y el total de la parcela experimental es de 2,400 m2; previo al establecimiento de los tratamientos se realizó un diagnóstico del suelo para lo cual se tomaron muestras que posteriormente se mandaron analizar y cuyos resultados se tomaron como base para establecer las dosis de nutrientes a aplicar en los tratamientos.

La preparación del suelo consistió en un barbecho, rastreo, bordeo y nivelación, se aplicó un riego de pre siembra y se sembró el 3 de agosto 2018, con una sembradora de precisión marca John Deere, en una superficie de 2400 m2, con una distancia entre surcos de 0.75 metros, con una población de 105,000 plantas por hectárea. El híbrido utilizado fue el AN 447, el cultivo tiene un ciclo de 120 días y es de porte homogéneo. En lo referente a los riegos se aplicó un riego de pre siembra con una lámina de (20 cm) y cuatro riegos de auxilio de (15 cm) de lámina cada uno, utilizando un sistema de multi-compuertas.

Los tratamientos por estudiar fueron dos fórmulas de fertilización, las cuales se establecieron con base al análisis de suelo y fueron; T1 (321 kg ha de nitrógeno, 70 kg ha de fósforo y 80 kg ha de potasio) y T2 (321 kg/ ha de nitrógeno, 70 kg /ha de fósforo, 80 kg/ ha de potasio y 80 kg/ ha de zinc). En la siembra se aplicó el 33% del nitrógeno, el 50% de potasio, todo el fósforo y zinc, a los 30 días después de la siembra se aplicó otro 33% de nitrógeno y el 50% restante del potasio, el resto del nitrógeno se aplicó a los 50 días después de la siembra en ambos tratamientos.

Las fuentes del nitrógeno fueron el sulfato de amonio y MAP (11 52 00), del fósforo el MAP (11 52 00), del potasio fue el cloruro de potasio y del zinc el sulfato de zinc granular. Para el control del gusano cogollero se utilizó el manejo agroecológico, para lo cual se instalaron cuatro trampas con feromonas por hectárea realizándose un conteo de palomillas y reposición de agua dos veces por semana, teniéndose un buen control. Para el control de las malezas se realizó una escarda y una aplicación de Hierbamina, en dosis de 1 lt/ha.

Costos de producción

Se consideró como costos de operación la preparación del área a cultivar como; barbecho, rastreo, nivelación y bordeo. En siembra, se tomaron en cuenta los costos de; material de siembra, semilla, fertilizantes aplicados durante el ciclo de producción, aplicación de agroquímicos y costos del riego. En cosecha, se registró el costo de mano de obra.

Rentabilidad económica

Bajo el enfoque de evaluación de proyectos, la rentabilidad de un proyecto se puede medir de formas muy variadas; en unidades monetarias, en porcentaje o en el tiempo que tarda o que se requiere para la recuperación de la inversión, entre otras. Todas ellas se basan en el concepto del valor tiempo del dinero, que considera que siempre existe un costo asociado a los recursos que se utilizan en el proyecto, ya sea de oportunidad, si hay otras posibilidades de uso del dinero, ya sea financiero, si se debe recurrir a un préstamo.

Estimación de rentabilidad

Se realizó una estimación del cálculo de la rentabilidad correspondiente al ciclo verano-otoño 2018 en el cultivo de maíz forrajero, la cual se calculó al estimar el costo total de producción desembolsado durante el proceso y el ingreso total del cultivo. Los costos fueron divididos en dos partes: directos e indirectos. Dentro de los directos se incluyeron insumos y medios de producción (semilla, fertilizantes, renta de maquinaria, mano de obra y el costo de oportunidad de la inversión). En los indirectos se incluyó el costo anualizado del mantenimiento de la inversión en capital (costo de la tierra y agua).

Para determinar la rentabilidad se utilizaron las expresiones algebraicas siguientes, basados en la teoría económica (Krugman y Wells, 2006; Samuelson y Nordhaus, 2009):

Ecuación (1)

Donde

CT=Costo total de la producción

Px=Precio del insumo o actividad X

X=Actividad o insumo.

El ingreso total por hectárea se obtiene de multiplicar el rendimiento del cultivo por su precio del mercado en el momento de la investigación. La expresión algebraica es:

Ecuación (2)

Donde:

IT=Ingreso total ($ ha-1)

Py=Precio de mercado del cultivo Y ($ t-1)

Y=Rendimiento del cultivo (t ha-1).

La rentabilidad finalmente es igual a:

Ecuación (3)

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El análisis de suelo es fundamental para determinar cuándo y en qué forma se debe realizar la aplicación de fertilización con zinc y asegurar que no ocurra una deficiencia en el cultivo, ni se acumule en el suelo a niveles excesivos (Cakmak, 2015). En base a los datos del análisis de suelo, descrito en el Cuadro 1, se formularon los tratamientos T1 y T2.

Cuadro 1
Fertilidad del suelo
Fertilidad del suelo
Elaboración propia.

En el Cuadro 2, se observa que en el inicio del ciclo la concentración de nitratos (NO-3) es de 6.95 ppm, posteriormente se realizó la aplicación de 300 k de nitrógeno, quedando al final del ciclo en el T1 32.5 ppm, lo que representa el 33% de lo que se aplicó. Esto pudo deberse a que en este tratamiento no se aplicó zinc, lo cual influyo posiblemente en un desarrollo deficiente de su sistema radicular y a su vez en una baja eficiencia de absorción de NO-3. Tal como se puede observar en la Figura 1 en donde la absorción de Nitrógeno Total (NT) es de 1.50% en el tejido vegetal, el cual fue muy bajo.

En el caso del T2, al que se le aplico nitrógeno y zinc, se tuvo una mayor eficiencia en la absorción de NO-3 y Zn+2 en el tejido vegetal con 3.02% de NT y 420 ppm de zinc como se muestra en la Figura 2.

Cuadro 2
Concentración de nitrógeno y zinc en suelo al inicio y final del ciclo de producción
Concentración de nitrógeno y zinc en suelo al inicio y final del ciclo de producción
Elaboración propia. Mod.= Moderadamente.

Los valores anteriores de nitrógeno y zinc en el tejido vegetal fueron clasificados como suficiente y muy alto, lo que explica el rendimiento de 60 mil kg/ ha de forraje verde obtenidos con el T2, el cual fue mayor al T1 con un rendimiento de 46 mil kg/ ha. Una deficiencia de zinc en el suelo puede reducir los rendimientos en un 20%. El zinc interviene en la síntesis del triptófano un percusor de las fitohormonas (auxinas) las cuales a su vez son responsables del desarrollo radicular lo cual a su vez impactan el rendimiento del cultivo (Castellanos y Santiago, 2014).

Resultados de análisis nutrimental del tejido vegetal del tratamiento uno (T1).
Figura 1.
Resultados de análisis nutrimental del tejido vegetal del tratamiento uno (T1).

Resultados de análisis nutrimental del tejido vegetal del tratamiento dos (T2).
Figura 2.
Resultados de análisis nutrimental del tejido vegetal del tratamiento dos (T2).
Laboratorio Fertilab.

En lo referente a la calidad basada en el contenido de NT en el tejido vegetal, se observó que en el T2 se estimó un valor de 18.87% a partir de 3.02% de NT y utilizando la expresión (% PC = % NT x 6.25), resultando el doble de lo estimado en el T1. Por lo que es importante la aplicación de nitrógeno y zinc en las dosis requeridas para lograr el rendimiento de forraje verde y un buen contenido de proteína, esto concuerda con (Amezcua y Lara, 2017), que establecen que el zinc es necesario para llevar a cabo el metabolismo de los ácidos nucleicos, ya que están involucradas en la síntesis y expresión del ADN.

Evaluación de rentabilidad en los sistemas de producción.

En el Cuadro 3 se muestran los costos de producción para ambos tratamientos, en los que se incluyeron; preparación del área a cultivar, tierra y agua, semilla, siembra, fertilizantes, riego, agroquímicos y su aplicación.

Cuadro 3
Comparativo de los costos de producción del cultivo de maíz forrajero por tratamiento
Comparativo de los costos de producción del cultivo de maíz forrajero por tratamiento
Elaboración propia.

En el Cuadro 4 se puede analizar que el T2 es el que obtiene mayor rentabilidad económica, ya que el único costo extra en comparación con el T1 en el costo de la fertilización con zinc, y como se mencionó anteriormente el incluir al zinc y el nitrógeno en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades nutricionales del cultivo contribuye al incremento del rendimiento.

Cuadro 4
Indicadores para calcular la rentabilidad
Indicadores para calcular la rentabilidad
Para la integración del cuadro 4, se utilizaron las ec.1, 2 y 3 mencionadas en la metodología.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Al adoptar sistemas de producción más sustentables en el manejo del suelo, agua y el uso de fertilizantes inorgánicos podría ayudar a mitigar la desertificación de tierras. Con base al análisis de suelo se pudo determinar, que además de aplicar nitrógeno, fósforo y potasio fue necesario aportar zinc al suelo, que ayudaría a tener una alta respuesta positiva en incrementar la producción de maíz forrajero en comparación con la dosis de fertilización convencional que solo aplica nitrógeno, fósforo y potasio.

Es de suma importancia buscar métodos efectivos y rápidos para eliminar el problema de la deficiencia de zinc, así como el conocimiento básico de la dinámica del zinc en la tierra, la comprensión de la absorción y transporte del zinc en la planta y la caracterización de la deficiencia de zinc en las plantas son pasos esenciales para lograr incrementos sostenibles en la producción y calidad del maíz. Los resultados muestran que la rentabilidad económica con el uso de zinc como fertilizante, ayudó de manera significativa en aumentar el rendimiento y calidad del forraje, además de ser un procedimiento rentable en comparación con el tratamiento en el que se fertilizó sin la adición del zinc.

El tratamiento NPK+Zn mitiga en mayor medida el daño al medio ambiente, al tener una mayor eficiencia en la absorción del nitrógeno aplicado al suelo, por la planta y de esa manera pudiera contribuir a evitar la contaminación de los acuíferos por la lixiviación de NO3- y la emisión de óxido nitroso a la atmósfera. En base a los resultados se recomienda repetir el experimento en el mismo lugar y en otros sitios.

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