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TRAS LOS PASOS DE BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS. UNA LECTURA CONJUNTA AL SUR DEL SUR
TRAS LOS PASOS DE BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS. UNA LECTURA CONJUNTA AL SUR DEL SUR
Scripta Ethnologica, vol. XLIII, pp. 57-74, 2021
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Resumen: Acercarse a la obra de Boaventura de Sousa Santos implica reflexionar sobre la propuesta teórico-metodológica de una de las figuras más destacadas de la teoría poscolonial, e igualmente requiere comenzar a reconstruir la notable trayectoria, empírico-político que acompaña su pensamiento. Este articulo considera la conjunción de ambas dimensiones como el fundamento esencial para comprender la dinámica de la transformación social en la actualidad, a través del análisis de los procesos políticos, socioeconómicos y culturales, desde la perspectiva poscolonial que el autor propone.
Palabras clave: Decolonialidad, perspectiva decolonial, estudios subalternos.
Abstract: Approaching the work of Boaventura de Sousa Santos implies reflecting on the theoretical-methodological proposal of one of the most prominent figures of postcolonial theory, while at the same time it requires beginning to reconstruct the remarkable empirical-political trajectory that accompanies his thought. This article considers the conjunction of both dimensions as the essential foundation for understanding the dynamics of social transformation today, through the analysis of political, socio-economic and cultural processes, from the postcolonial perspective that the author presents.
Keywords: Decoloniality, post-colonial perspective, subaltern studies.
TRAS LOS PASOS DE BOAVENTURA DE SOUSA SANTOS. UNA LECTURA CONJUNTA AL SUR DEL SUR.
Introducción
“Historia… la historia no es más que garabatos que escriben los hombres y mujeres en el suelo del tiempo. El Poder escribe su garabato, lo alaba como escritura sublime y lo adora como verdad única. El mediocre se limita a leer los garabatos. El luchador se la pasa emborronando cuartillas. Los excluidos no saben escribir… todavía.”
Subcomandante Insurgente Marcos,
México, 18 de mayo de 1996
Una mirada “al Sur del Sur” de la obra de Boaventura de Sousa Santos supone no sólo la reflexión de los aportes más significativos de su trabajo, sino la comprensión de la relevancia teórico-metodológica que incluye un notable activismo político-social. De ahí que la pertinencia histórica de su obra se inscriba en el proyecto colectivo de pensamiento conocido como “pensamiento decolonial”, que involucra a varios autores y miradas orientadas a subvertir los criterios epistemológicos ligados al eurocentrismo y las asimetrías de poder encarnadas por las lógicas de la colonialidad. En este sentido, el articulo recorre los conceptos nodales del trabajo académico del autor y con ello su aporte a la construcción de Otras formas de pensar/hacer/generar conocimiento como una labor urgente en nuestro presente.
Doctor en Sociología del Derecho, nacido en 1940 en Coímbra, Portugal, acumula numerosas publicaciones y una brillante trayectoria como catedrático e investigador. En la actualidad desempeña sus actividades en la Facultad de Economía de la Universidad de Coímbra, donde dirige el proyecto ALICE (1), además es Director del Centro de Estudios Sociales de dicha casa, y Coordinador Científico del Observatorio Permanente de la Justicia Portuguesa. Es profesor visitante de la Universidad de Wisconsin-Madison de Estados Unidos, de la Universidad Federal de San Pablo en Brasil, Universidad de Los Andes en Colombia y en la London School of Economics en Inglaterra, entre otras.
Para llevar a cabo un raudo recorrido a lo largo del despliegue crítico que el autor propone, nos detendremos puntualmente en dos fases o momentos complementarios. Por un lado, la fase del intelectual, el científico y el pensador; y por otro, su propia biografía proyectada sobre el terreno, la preponderante valoración de la experiencia social y la acción participativa.
Se puede afirmar que su obra, al igual que la de otros intelectuales en la misma línea (Maturana, Casanova, Quijano, etc.) se encuentra en sintonía con la propuesta de Wallerstein (1996), el cual analiza las limitaciones de las ciencias sociales para abordar el estudio de la realidad social del mundo contemporáneo, dado que se encuentran cerradas a la comprensión (2). Dicho autor enuncia la necesidad de abrirse a nuevas posibilidades, desarrollar nuevos fundamentos epistemológicos, e “impensar” las ciencias sociales. Dejando al descubierto que el problema radica entonces en las categorías y axiomas con las cuales se construye el conocimiento social, y que constituyen un llamado al surgimiento necesariamente creativo de un nuevo paradigma a largo plazo (Wallerstein, 1996).
Siguiendo esta línea, la obra se posiciona en lo que él mismo define como un momento de “transición paradigmática” es decir, una propuesta que trasciende los límites clásicos de la teoría y los estándares metodológicos con miras al desarrollo de una investigación social emergente: “Conocer desde el Sur” (de Sousa Santos, 2008); cuya inquietud viene desarrollando desde la publicación de “Um discurso sobre as Ciências na trasformação para uma ciência pós-moderna” (1987) marcando el punto de partida para las bases reflexivas que construyen su propuesta epistemológica.
Así, la posmodernidad nos encuentra entonces frente a una crisis en las bases del conocimiento científico, social y filosófico en América Latina y la necesidad de replantear la propia subalternidad, impulsando la crítica a la “colonialidad del poder” (Quijano, 1997) . construyendo las bases del pensamiento decolonial, frente al agotamiento de la llamada modernidad europea, cuyos fundamentos epistemológicos “universalizados” se desmoronan desde el siglo XVI.
Colonialidad, modernidad y capitalismo
Siguiendo a Martinez Andrade “la colonialidad, la modernidad y el capitalismo son fenómenos entralazados que han configurado diferentes relaciones de dominación, diversos mecanismos de control y múltiples patrones de explotación a favor de los intereses de las élite” (2011, p. 4). Por lo que desandar este camino demanda la necesidad de generar un reencuentro entre las ciencias sociales y otras formas del saber, aportando a la transformación del conocimiento nuevos aires de emancipación. En síntesis, un entrecruzamiento teórico, metodológico y político, que revalorice todo aquello que, en el marco de la consolidación del modelo científico hegemónico, se excluye y etiqueta como no científico, por ejemplo, el sentido común y las llamadas humanidades.
La crítica a la forma de producir conocimiento, intenta repensar los presupuestos teóricos relacionados a la validación del conocimiento científico tradicionalmente definido, así como el énfasis en aspectos tales como la clasificación de la complejidad, el ordenamiento del caos y la sistematización, que hacen parte de una forma de ver el mundo en particular. Estas premisas se trasladan a la sociedad en términos del auge del determinismo mecanicista, privilegiando el dominio y la transformación de la realidad, antes que la comprensión profunda de ella. Generando un tipo de conocimiento con carácter utilitario, universalista y funcional, afín a un horizonte cognitivo más adecuado a los intereses de la burguesía ascendente. En ese sentido: .Pautada por las condiciones teóricas y sociales a las que me he referido, la crisis del paradigma de la ciencia moderna no constituye un pantano ceniciento de escepticismo o de irracionalismo. Es, mejor, el retrato de una familia intelectual numerosa e inestable, pero también creativa y fascinante, en el momento de despedirse, con algo de dolor, de los lugares conceptuales, teóricos y epistemológicos, ancestrales e íntimos, pero ya no convincentes o seguros una despedida en busca de una vida mejor en camino hacia otros parajes donde el optimismo esté más fundado y la racionalidad sea más plural, y donde, finalmente, el conocimiento vuelva a ser una aventura encantada. La caracterización de la crisis del paradigma dominante trae consigo el perfil del paradigma emergente. (de Sousa Santos, 2003, p.81)
El perfil del paradigma emergente al que de Sousa Santos invita, implica transitar nuevas vías cognitivas -no por ello menos eficaces o rigurosas científicamente- que se direccionan hacia un ejercicio especulativo donde la propuesta es el diseño de algo alternativo, creativo e imaginativo en términos sociológicos. Es decir que lo emergente debe incluir no sólo un cambio en las ciencias, sino también una transformación a nivel social, en términos del autor: “un paradigma de conocimiento prudente para una vida decente” (Ibid, p.82).
La crisis se encuentra entonces fundamentada en las lógicas que permitieron que, desde mediados del siglo XIX con la convergencia entre modernidad y capitalismo, el equilibrio entre regulación y emancipación ingrese en un histórico proceso de degradación. Donde dicha regulación, pronunció un despliegue excesivo del principio de mercado en detrimento de los principios de Estado y de comunidad. De modo que la teoría política consiguió concentrar bajo las nociones de ciudadanía y democracia participativa, dimensiones constitutivas del principio de comunidad tales como la participación y la solidaridad. Siendo esta última diluida en las políticas sociales competencia única del Estado, por cierto, un mecanismo por demás “eficiente” en los países desarrollados y capitalistas.
Promesas Incumplidas
Para el autor la emancipación puede ser definida y representada según tres lógicas distintivas: la lógica estético-expresiva del arte y de la literatura, la lógica ético-práctica de la moral y el derecho, y la lógica cognitivo-instrumental de la ciencia y la tecnología.
Respecto del análisis de la realidad a través de dichas lógicas, se observan grandes “promesas incumplidas” con sus respectivas consecuencias aparejadas, por ejemplo, la promesa del dominio de la naturaleza y de su uso para el beneficio común de la humanidad, condujo a una explotación excesiva y despreocupada de los recursos naturales y a la catástrofe ecológica. La promesa de una paz perpetua, basada en el libre comercio y en la racionalización científica de los procesos de decisión y de las instituciones, condujo al desarrollo tecnológico de la guerra y al aumento sin precedentes de su poder destructivo. Y, por último, respecto a la lógica ética-moral la promesa de una sociedad más justa y libre, sustentada en la creación de riqueza, que conduce a la expoliación del llamado “Tercer Mundo” y a un abismo cada vez mayor entre el Norte y el Sur (de Sousa Santos, 2003, pp.13-14).
Atribuyendo a la racionalidad estético-expresiva, la representación de una mayor resistencia a la modernidad: .A mi entender, el carácter inacabado de la racionalidad estético-expresiva reside en los conceptos de placer, de autoría y de artefactualidad discursiva. La colonización del placer en la modernidad occidental se dio a través de la industrialización del ocio y de los tiempos libres, de las industrias culturales y de la ideología y práctica del consumismo. Con todo, fuera del alcance de la colonización, se mantuvo la irreductible individualidad intersubjetiva del homo ludens, capaz de aquello a lo que Barthes denominó jouissance, el placer que resiste al enclaustramiento y difunde el juego entre los seres humanos. Ha sido en el campo de la racionalidad estético-expresiva donde el placer, a pesar de su semi-enclaustramiento, se puede imaginar, desde una perspectiva utópica, como algo más que semi-liberado.”(Ibid, p.84).
Dejando entonces la comunidad y la racionalidad estético-expresiva como las señales a seguir en el diseño de una propuesta epistemológica que potencie sus características emancipadoras en pos de reestablecer un equilibrio entre ésta última y la regulación, y que de a la primera una mayor preponderancia.
Crítica al Pensamiento Occidental Moderno, indolencias y sociologías.
Como puntapié inicial de esta crítica, de Sousa Santos (2010) rastrea en la modernidad occidental, lógicas y marcas coloniales que aún persisten; sustentando la definición de un particular tipo de pensamiento, el cual debe ser entendido como un paradigma sociopolítico, aplicable en la arena de las sociedades metropolitanas, fundado sobre la tensión entre regulación y emancipación social. Deja en claro que, en los territorios coloniales, lo que opera es una dicotomía de otro orden, básicamente violencia y apropiación; cuestionando así el universalismo eurocéntrico en las posibles construcciones acerca del cambio social.
El desmoronamiento del Pensamiento Occidental Moderno en tanto paradigma dominante y universal, nos permite observar la frecuente yuxtaposición de lógicas diferentes, a la hora de querer comprender hechos y fenómenos sociales con categorías, teorías y metodologías, que no han sido diseñadas para tal efecto: .La modernidad occidental, más allá de significar el abandono del estado de naturaleza y el paso a la sociedad civil, significa la coexistencia de ambos, sociedad civil y estado de naturaleza, separados por una línea abismal donde el ojo hegemónico, localizado en la sociedad civil, cesa de mirar y de hecho, declara como no existente el estado de naturaleza.” (de Sousa Santos, 2010, p.34).
La negación de una parte de la humanidad es el sacrificio en el que se basa la afirmación de esa otra parte hegemónica que se considera a sí misma universal. De Sousa Santos, considera la existencia de una cartografía abismal, que divide al mundo en Norte y Sur, abandonando el plano geográfico yendo al metafórico, caracterizando al Sur como el plano/lugar/momento/situación donde descansa el sufrimiento común de la humanidad y por ende coloca a todos los que sufren por causa de la dominación y la violencia en todas sus formas: .Como en el periodo colonial, el pensamiento moderno occidental avanza operando sobre líneas abismales que dividen lo humano de lo subhumano, de tal modo que los principios humanos no quedan comprometidos por prácticas inhumanas. El colonialismo proveyó un modelo de exclusión que prevalece en el pensamiento y práctica occidental moderna.. (de Sousa Santos, 2010, p.36).
Por tanto, el conocimiento moderno occidental es para de Sousa Santos una razón indolente que debe transformarse en emancipadora (de Sousa Santos, 2009, pp.98-132). La crítica que él realiza se centra fundamentalmente en las ansias de totalidad que propugna una única cultura contenida bajo un conocimiento localizado, lo occidental como un todo, como el único conocimiento existente, englobante y definitivo: .Su visibilidad se erige sobre la invisibilidad de formas de conocimiento que no pueden ser adaptadas a ninguna de esas formas de conocimiento. Me refiero a conocimientos populares, laicos, plebeyos, campesinos o indígenas al otro lado de la línea. Desaparecen como conocimientos relevantes o conmensurables porque se encuentran más allá de la verdad y de la falsedad.” (de Sousa Santos, 2006a, p.33).
La “indolencia” de esta razón radica en que no tiene la necesidad de ejercitarse demasiado, es “perezosa” ya que no se detiene a contemplar la diversidad epistemológica inagotable del mundo, tornándose más que reduccionista, incluso llegando en algunos casos puntuales a ejercer una suerte de epistemicidio, tras no ejercer otra cosa más que el desperdicio de la propia experiencia. En este sentido, se plantea una contracción de la realidad, una negación para nada casual de un cúmulo determinado de experiencias y formas de vida que son decididamente invisibilizadas. Se trata de una producción de ausencias o inexistencias sobre las cuales se hace urgente su comprensión y visibilización a través de la sociología de las ausencias. Surgiendo entonces, en franca batalla contra la visión hegemónica del mundo occidental que hasta aquí se nos presenta como válida y única bajo la forma de cinco monoculturas sobre las cuales vale la pena profundizar.
Realiza una clasificación que ejemplifica aún mejor la orientación de su pensamiento y nos acerca en lo cotidiano a una mayor comprensión de la construcción teórica/empírica: La primera dimensión a tener en cuenta es la del saber y del rigor, la segunda es la del tiempo lineal, la tercera es la naturalización de las diferencias que ocultan jerarquías (de las cuales la clasificación racial, la étnica, la sexual y la de castas en India son hoy las más persistentes). La cuarta monocultura de producción de ausencia es la de escala dominante y la última es la monocultura del productivismo capitalista: .En la tradición occidental, esta escala dominante ha tenido, históricamente dos nombres: universalismo y, ahora, globalización. ¿Qué es el universalismo? Sencillamente, es toda idea o entidad que es válida independientemente del contexto en el que ocurre. Por su parte la globalización es una identidad que se expande en el mundo y, al expandirse, adquiere la prerrogativa de nombrar como locales a las entidades o realidades rivales. Es decir, no hay globalización sin localización.. (Ibid, p.25).
La razón indolente se manifiesta de diferentes formas, de las cuales el autor retoma dos con particular atención: la razón metonímica y la razón proléptica.
La contracción restrictiva del presente, no es más que el producto por excelencia de la razón metonímica, la cual destruye conocimientos, reduce el tiempo a la lógica lineal, naturaliza diferencias, globaliza y justifica las prácticas y representaciones propias de la productividad capitalista. Básicamente, plantea el principio de exclusión dado que todo aquello que se encuentra por fuera de su totalidad homogénea es considerado inexistente.
Hay cinco formas de ausencias que crea esta razón metonímica: el ignorante, el residual, el inferior, el local o particular y el improductivo. Que, si bien les es propia, por oposición obtenemos el beneficio de desarrollar una Sociología de las ausencias, tendiente a considerar la multiplicidad de experiencias, permitiéndonos expandir aquel presente pormenorizado y precarizado del que venimos hablando.
Respecto de la otra forma de indolencia enumerada, la razón proléptica, podemos decir que expande infinitamente el futuro bajo la certeza que nos brinda el progreso; una suerte de conocimiento anticipado del final de una historia que no es más que la proyección del tiempo individual finito, sobre la progresión del tiempo social infinito. Pronunciándose así aún más aquel abismo del que habla el autor, generando en la contrapartida una Sociología de las emergencias, la cual nos permitiría contraer el futuro homogéneo y vacío tal cual lo conocemos, para pensar en un futuro concreto real y con utopías que desafíen la realidad: por ejemplo, la ampliación simbólica de prácticas de resistencias alternativas de un pequeño movimiento social local, proyectada sobre una propuesta contrahegemónica global (de Sousa Santos, 2006b, p.30).
Para de Sousa Santos la sociología en general no cuenta con las herramientas metodológicas y analíticas para estudiar objetos ausentes y mucho menos para entender como “alternativa creíble” las nuevas experiencias que se deben abordar. Esta herencia del positivismo, hace que las prácticas científicas avanzadas, superiores, globales, universales y productivas, con las que las ciencias sociales aspiran abordar el mundo, procuren una sustracción del presente, dejando por fuera como no existente, invisible y “descredibilizada”, a mucho de la experiencia social.
Si lo que se desea es revertir esta situación, hay que hacer un ejercicio dialéctico donde lo que está ausente se haga presente, y estén disponibles las experiencias que ya existen, pero son invisibles o no creíbles. La propuesta es entonces, una sociología insurgente donde la razón metonímica es confrontada por la Sociología de las ausencias y la razón proléptica lo es por la Sociología de las emergencias:.Lo que estoy proponiendo es un doble procedimiento: ampliar el presente y contraer el futuro, a través de procedimientos y herramientas que estamos discutiendo. El último problema es que la Sociología de las Ausencias y la Sociología de las Emergencias, van a producir una enorme cantidad de realidad que no existía antes. Vamos a confrontar con una realidad mucho más rica, todavía mucho más fragmentada, más caótica.” (Ibid, p.31).
La definición de estas sociologías con prometedoras perspectivas de analizar una realidad cada vez más compleja, nos permite de cierta forma convertir el abismo (del que venimos hablando) en un charco pequeño, de fácil superación; constituyendo una ecología de saberes cuyo factor común es la diversidad en todas sus formas, la pluralidad y la heterogeneidad en tanto tal. Donde el conocimiento no es percibido como un simple compartimiento estanco, sino como una red de interconexiones dinámicas donde confluye tanto la ciencia moderna como otros tipos de saberes no hegemónicos.Mediante esta propuesta, se impulsa el surgimiento de sujetos y visiones políticas del mundo, invisibilizadas hasta ahora y que permiten la creación de redes de resistencia global también contrahegemónicas.
La resistencia pos abismal
El cosmopolitismo en términos del autor es una forma de resistencia pos abismal, e integra muchas de las lógicas que compone su propuesta emancipadora. Es decir, una forma cultural y política contrahegemónica globalizada, que reúne a sujetos y proyectos cuyas demandas superan los horizontes del capitalismo global. Este nuevo sujeto histórico debe entenderse a través de una nueva epistemología, la cual nos permita pensar al mundo en términos de cartografías que no diferencian lo metropolitano y lo colonial, sino que reflejen las lógicas de la sociedad contemporánea. Existe un Sur en el Norte y un Norte en el Sur. Nos encontramos en un mundo políticamente democrático y socialmente fascista (de Sousa Santos, 2003, pp.25-27).
Es el retorno de lo colonial y del colonizador que el autor observa desde la década de los setenta y ochenta, mediante una lógica de apropiación/violencia que va ganando fuerza. Las líneas antes abismales, ahora son difusas y cercanas, restringiendo derechos democráticos en pos de la seguridad, por ejemplo. De modo que la modernidad occidental se expande globalmente en la medida que viola todos los principios sobre los cuales fue históricamente fundamentada: soberanías nacionales vulneradas en nombre de la democracia, Derechos Humanos violados para ser defendidos y la vida destruida para ser preservada.
Este retorno de lo colonial dibuja un nuevo paisaje entre zonas salvajes y civilizadas coexistentes muchas veces, en la misma ciudad; al tiempo que es la creadora por excelencia de falsas conciencias: los oprimidos se disputan entre sí las migajas que son arrojadas por una minoría poderosa que los oprime, de modo que el obrero empobrecido de Estados Unidos, ve en el obrero empobrecido latino a su enemigo eligiendo a su opresor democráticamente para que construya muros que lo protejan.
De Sousa Santos propone en este punto, un uso contra hegemónico de la ciencia hegemónica. En términos geopolíticos impulsa el surgimiento de la periferia del sistema mundo moderno, donde la creencia en la ciencia moderna presenta grises, y la confluencia de conocimientos no científicos y no occidentales llega a prevalecer en las prácticas diarias.
Llegar a estas afirmaciones no es producto sólo de una reflexión teórica, sino que revela un corpus de aprendizaje basado en la propia experiencia del investigador en el campo. Su paso por numerosos países, en principio siguiendo las huellas coloniales portuguesas, para luego abrirse a otros territorios periféricos, llevándolo a formular un ambicioso proyecto orientado a: “la reinvención de la emancipación”. El acompañamiento a heterogéneos movimientos sociales, prestando especial atención a su experiencia en Mozambique, Sudáfrica, India, Colombia, Brasil y Portugal; lo llevan a la identificación de iniciativas, estrategias y demandas, producto de la multiplicidad de experiencias orientadas siempre a la búsqueda de lo alternativo.
Retomando la propuesta de transitar tanto el desarrollo teórico como el trabajo empírico del autor, cabe destacar su activa participación en el Foro Social Mundial (3) definido como un nuevo fenómeno político, al cual de Sousa Santos caracteriza como “un máximo exponente del cosmopolitismo subalterno”. En él pudo observar de primera mano las redes solidarias, el diálogo transcultural y la riqueza en la heterogeneidad de conocimientos tradicionales y comunitarios, de los que dan cuenta los movimientos y organizaciones sociales presentes en dicho encuentro.
Como resultado de este Foro, también se pueden destacar una serie de inquietudes y propuestas teóricas resumidas en los siguientes tópicos: democratización de la democracia, formas de producción alternativa, multiculturalismo, emancipación y justicia, defensa de la biodiversidad, medio ambiente y nuevo internacionalismo obrero, entre otras.
En el marco de esta actividad, se han generado un gran cúmulo de reflexiones, las cuales pueden encontrase en un trabajo publicado en 2008, titulado: “Reinventando la emancipación social (EMANCIPA)”. Así como también las actividades y publicaciones, producto de la creación del centro de investigaciones llamado ALICE, cuyo objetivo es teorizar y dar visibilidad (hacer emerger) tales experiencias alternativas. Este proyecto que comenzó en julio de 2011, cuenta con el apoyo financiero del European Research Council (ERC), una de las instituciones de financiación internacional más prestigiosas y competitivas para la investigación científica, y tiene como base el Centre de Estudios Sociales (CES), Laboratorio Asociado de la Universidad de Coímbra.
Encontramos en ambas iniciativas, la expresión de un proyecto multidisciplinario que evidencia las diversas formas de construcción contrahegemónica propias de los movimientos sociales periféricos, así como los principales focos de interés que de ellas se desprenden: el reclamo por los territorios indígenas, el racismo, los desplazamientos y demandas contra el patriarcado, entre otras.
Sin duda, estos modos de enfrentar las desiguales relaciones de poder que motivan el surgimiento y demandas de estos grupos, son de gran utilidad para de Sousa Santos en la búsqueda de construir una teoría crítica en tiempos de globalización hegemónica; propuesta que desarrolla principalmente en su libro “Conocer desde el Sur” (2008).
En este trabajo, además de recopilar sus experiencias en los países mencionados para aprender desde el Sur y reinventar una emancipación social, hace justicia a aquellos saberes invisibilizados. La propuesta del autor es entonces planteada en clave epistemológica y presenta la dificultad que tienen las ciencias sociales para abordar los desafíos teóricos de la posmodernidad. En este sentido, encara la búsqueda de un nuevo paradigma crítico, una nueva teoría política y una democracia de alta densidad que incluya a esos otros saberes y agentes ausentes hasta ahora, pero emergentes en su experiencia investigativa.
Conocer implica entonces reconocer en el Otro a un sujeto productor de conocimiento, creando una nueva relación simétrica y recíproca regida por un concepto ampliado de solidaridad. Este nuevo paradigma implica además de dicho reconocimiento, la aceptación del Otro y a su producto como creación activa y normativa; con lo cual se hace necesario construir una teoría de la traducción de modo que una cultura pueda hacerse entendible para otra. Aprender de las experiencias sociales periféricas nos lleva a pensar más allá de lo que se ha considerado como realidad social en la tradición científica europea: salir del eurocentrismo es el desafío; y con esta premisa encara entonces su propuesta critica al conocimiento mismo: las Epistemologías del Sur.
Epistemologías del Sur
Como hilo conductor en su crítica al saber occidental, el autor introduce el concepto de Epistemologías del Sur, proponiendo abandonar la mirada singular que caracteriza a dicho saber, el cual resalta como válida a una sola epistemología. Una propuesta tendiente a contemplar el fenómeno en plural, es decir considerar las diversas, incontables, heterogéneas y dinámicas epistemologías existentes. La novedad disruptiva en este planteo, radica en que ellas parten desde el Sur, aquel lugar que el mismo de Sousa Santos define en varios de sus escritos y conferencias, como el Sur anti imperial, la metáfora del sufrimiento sistemático producto del capitalismo, el colonialismo y el patriarcado: .Las Epistemología del Sur son el reclamo de nuevos procesos de producción, de valorización de conocimientos válidos, científicos y no científicos, y de nuevas relaciones entre diferentes tipos de conocimiento, a partir de las prácticas de las clases y grupos sociales que han sufrido, de manera sistemática, destrucción, opresión y discriminación causadas por el capitalismo, el colonialismo y todas las naturalizaciones de la desigualdad en las que se han desdoblado; el valor de cambio, la propiedad individual de la tierra, el sacrificio de la madre tierra, el racismo, al sexismo, el individualismo, lo material por encima de lo espiritual y todos los demás monocultivos de la mente y de la sociedad –económicos, políticos y culturales– que intentan bloquear la imaginación emancipadora y sacrificar las alternativas.” (de Sousa Santos, 2011, p.16); “Su propuesta es entonces, una reflexión creativa acerca de la realidad, cuyo objetivo es el diagnóstico crítico del presente y la posibilidad de reconstruir, formular y legitimar alternativas para una sociedad más justa y libre.” (de Sousa Santos, 2009).
El empeño por complementar las propuestas teóricas con un plan de acción concreto, resulta disruptivo frente a las enquistadas lógicas acuñadas durante siglos y advierte sobre ciertas situaciones que se desean cambiar, así como los pormenores de una transformación que no se resuelve rápidamente. Sin considerar sólo la dimensión material, agrega otras en el orden de las mentalidades, de las sociabilidades, de las maneras de vivir / convivir, que permean la cotidianidad de millones de personas: .No se trata de igualar todas las formas del saber al conocimiento científico, sino de ser flexibles en las formas de validez de éstos. Quizá para ciertos espacios-tiempos muy concretos sea más relevante un tipo de conocimiento enraizado en lo local, en lo histórico e incluso en lo moral; por tanto, su mecanismo de validación no tiene que responder necesariamente a los de la ciencia dominante. Lo importante para de Sousa Santos, entonces, a partir de estas nuevas formas de concebir y hacer operativo el conocimiento, es asediar de diversas formas a la totalidad. Dicha totalidad no se ha totalizado y nunca lo hará. Siempre será una totalidad abierta y la intención del conocimiento será asediarla sabiendo sus propios límites.” (Ortega Reyna, 2009, p.368).
Comenzar por descolonizar nuestro propio aprendizaje y la forma como se accede a la producción de las ciencias sociales es la raíz de esta nueva reflexión. Afirmar que el conocimiento clásico en occidente no se originó exclusivamente en Grecia y reconocer que existieron otros polos filosóficos, sociológicos y teológicos más allá de lo que consideramos “la cuna de la civilización”.
Es necesario rechazar todo planteo que conduzca al trazado de una teoría general y entender que vivir y estudiar la vida social implica valorar la diversidad de la misma; incluso a sabiendas que el desarrollo de una teoría descolonial tampoco es la solución mágica que lo explica todo, ni mucho menos pretender que encierre en sí misma todos los saberes y cosmovisiones de este “Sur” cada vez más visible a la luz de esta lectura conjunta.
Aceptar esta imposibilidad, a la vez que se plantea un modelo de producción de conocimiento abierto y dinámico, es el primer paso para evitar la comprensión monolítica de la modernidad occidental. En el marco de dicha lógica selectiva, se han dejado atrás algunos planteos críticos provenientes no sólo desde el “nuevo mundo”, sino también desde otros lugares: África e India, por ejemplo. Esta lógica también empobreció el mismo pensamiento del colonizador, ya que, en esta empresa violenta de imposición y apropiación, siempre se descartaron las críticas desde el interior mismo de occidente. Entonces, de eso se tratan las Epistemologías del Sur, de cuatro procedimientos que sirven como vías de acceso a la crítica del pensamiento occidental: la ecología de saberes, la sociología de las ausencias, la sociología de las emergencias y como corolario el ejercicio de traducción intercultural.
Así, la propuesta requiere del estudio riguroso de cada una de las dimensiones enunciadas y sobre todo de un fuerte compromiso por parte del investigador. Lo cual le permitirá transitar por los límites que emergen de las diferentes concepciones acerca de la realidad social, y a su vez experimentar que todo conocimiento que se desprende de ellas es incompleto. Mirar, analizar, estudiar, producir e intervenir desde estas alternativas complejas.
Transitar las Epistemologías del Sur, supera los conflictos dicotómicos de las aproximaciones teórico-metodológicas occidentales: individuo/sociedad, naturaleza/cultura y tradición/modernidad, por citar algunos de los más frecuentes y relevante; y en un sentido práctico, esto no es más que incorporar la diversidad interpretativa como motor de la descolonización, la descapitalización y la despatriarcalización, como principales objetivos.
Crónica de una resistencia anunciada: El conocimiento nacido en la lucha
Resulta prácticamente imposible realizar un recorrido total del pensamiento y la obra de Boaventura de Sousa Santos, sin tocar al menos tangencialmente el tema de la justicia cognitiva; un recurso utilizado y desarrollado por el autor en diferentes publicaciones, entrevistas y conferencias.
Optar por las Epistemologías del Sur, como ya se ha anticipado, implica repensar la historia sobre la base de una subalternidad multisituada y multidireccional. Existe un problema epistemológico de base, una injusticia cognitiva, un proceso de destrucción simbólica, sin el/los cual/es el conocimiento hegemónico no puede ser pensado como tal. El gran hallazgo científico de este tiempo – remarca el autor también en diferentes oportunidades- está cimentado sobre la base de un epistemicidio, es decir, la muerte intencional y objetivada de otros tipos de conocimiento. Los cuales se deben “rescatar” si para poder contemplar al mundo con otros ojos, o al menos con otras lentes interpretativas.
En sintonía con las ideas que se han destacado hasta acá, en este apartado, se retoma el trabajo de García Chueca (2014) sobre el autor. Como resultado de este análisis, y a modo de conclusión, la autora enuncia que, en la actual etapa histórica de transición paradigmática, hay síntomas de alternativas y varias luces débiles en el mundo, que, a pesar de su fragilidad, son capaces de iluminar el camino hacia estas nuevas formas de sentir, hacer y pensar. Y en esta metáfora que a veces aparecen como micro reflejos, logran direccionarse a nuevas formas de emancipación social, contribuyendo a hacer un poco reales “esos mundos posibles” a los que no hay que renunciar.
En este sentido, de Sousa Santos realiza una crítica sobre el rol de la Universidad en el siglo XX, y coincidentemente con todo lo enunciado hasta ahora acerca de su metodología de trabajo, dicha exposición no sólo descansa en la realización de una crítica per sé, sino que también se orienta hacia la recomendación de una serie de pautas a tener en cuenta para repensar y reformular los modelos de construcción y transmisión de conocimiento; para lograr que la Universidad (pública) ofrezca respuestas a los “desafíos sociales” de este tiempo: .La universidad se concentra históricamente en el conocimiento después de la lucha, es decir, el conocimiento del vencedor de las luchas. Por el contrario, el conocimiento nacido de las luchas es el conocimiento abierto, de disputa entre los que pueden ser vencedores y los que pueden ser vencidos. Si bien es difícil incorporar este tipo de conocimiento en el interior de las universidades, es un paso importante darnos cuenta de que nos falta. Tenemos que, sin dejar de analizar críticamente la validez de la ciencia, que es muy importante, conocer sus límites externos, pensando que esos límites son hoy más visibles que nunca.” (4) .
En el año 2007 con el apoyo y la cooperación financiera de la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional (ASDI), se publica en Bolivia la cuarta edición (en castellano) del libro “La Universidad en el siglo XXI: Para una reforma democrática y emancipatoria de la Universidad”. Sin lugar a dudas, una obra fundamental para la reflexión acerca de una de las instituciones con mayor peso simbólico de la modernidad, que cobra importancia y pertinencia a la hora de sentar las bases para el debate respecto del rol que debe ocupar, frente a las profundas transformaciones políticas y sociales que en ese momento (y hasta ahora) enfrenta dicho país sudamericano.
A grandes rasgos la Universidad como institución “moderna”, se debate entre la necesidad de una Reforma Universitaria, que llame a su transformación en pos de responder creativamente a los desafíos de la sociedad que la contiene y habita; y un proceso actual de Contra reforma que la convierten sólo en un aparato funcional a las necesidades del mercado, destruyendo su carácter público y mercantilizando su quehacer (5). Donde el conocimiento se convierte en mercancía medida con criterios meramente cuantificables, en términos de productividad, eficacia y aplicabilidad al mercado, estableciendo entonces un valor de intercambio que a través de instrumentos como la enseñanza y la investigación, debe generar ganancias para entonces estar bien calificados en rankings internacionales, y convertir al conocimiento en un bien intercambiable: .En la última década comenzaron a alterarse significativamente las relaciones entre conocimiento y sociedad y las alteraciones prometen ser profundas hasta el punto de transformar las concepciones que tenemos de conocimiento y de sociedad. Como dije, la comercialización del conocimiento científico es el lado más visible de estas alteraciones. Pienso, sin embargo, que a pesar de su gran espectro, ellas son la punta del iceberg y que las transformaciones en curso tienen un sentido contradictorio y las implicaciones son múltiples y son, inclusive, de naturaleza epistemológica.” (de Sousa Santos, 2007, p.43).
Efectivamente, lo que subyace a esta “punta del iceberg” no es otra cosa que el proyecto neoliberal, que para de Sousa Santos, se viene expandiendo en el continente desde hace más de treinta años; y cuyo objetivo primordial, es la sumisión del Estado Nacional a las imposiciones económicas en función de la expansión del capitalismo global. Contexto en el cual las políticas económicas y sociales - donde la educación venía siendo prioritaria desde la misma fundación de los Estados nacionales latinoamericanos - pasaron a un segundo plano dejando para su gestión a entidades privadas constituidas para tal fin desarticulador.
Para la Universidad Pública, las consecuencias de la implementación de las lógicas de este modelo político-económico, incluyen no sólo una crisis de financiamiento, sino también constituyen una pesada influencia en términos de la definición de prioridades de investigación, de curricula y de oferta académica, ya sea en el campo de las ciencias sociales y humanísticas, como en las ciencias naturales, más aún si las últimas se encuentran vinculadas con proyectos de desarrollo tecnológico.
En otras palabras, la propuesta de De Sousa Santos pretende dar respuestas a las demandas sociales que atañen a la democratización del conocimiento, a través de la inclusión de grupos sociales y saberes hasta ahora excluidos e invisibilizados por la educación superior. Eso que el autor denomina sociología de las ausencias, en la que incluso las ciencias sociales tienden a ocupar planos marginales bajo la lógica economicista del conocimiento.
Se trata de enfrentar la relación unilateral universidad-sociedad por un nuevo vínculo de interacción en la producción de conocimiento. No es la universidad quien interpela a la sociedad unilateralmente, sino que se trata de un tipo de vinculo dialéctico donde es la sociedad quien interpela a la universidad, esperando y produciendo a la vez respuestas. La idea es pensar en términos de una globalización contrahegemónica universitaria que revalorice a la universidad como bien público, donde se forman seres humanos y no capital humano, y donde lo que se produzca sea conocimiento independiente y creativo en dialogo constante con la comunidad. La pregunta se orienta ahora a caracterizar ¿quién debe movilizar esta reforma y cuáles serán las herramientas para llevarla a cabo?
En primer lugar, la universidad misma debe liderar este proceso a través de una autoevaluación en cooperación con pares internacionales, que ayuden a delimitar objetivamente los limites internos (lo que conoce sobre la realidad) y externos (los que conocen otros aspectos de la realidad y están excluidos). La realidad es plural como el conocimiento es plural, afirma de Sousa Santos en la mayoría de sus intervenciones, y para el caso que analizamos aquí toma forma redefiniendo el rol social de la ciencia, reconociendo otros conocimientos no científicos, lo que llama ecología de los saberes. Siguiendo esta línea, el autor caracteriza de evidente, al hecho de que vivimos en un contexto donde la universidad ya no ocupa el lugar privilegiado como única institución productora de conocimiento de alto valor y se ve obligada a competir con otras instituciones, centros y organismos que pelean su hegemonía como tal. De este modo, una vez que la universidad perdió su rol hegemónico científico a nivel global, se enfrenta además a una crisis de legitimidad social que propone ser saneada a través del fortalecimiento de la accesibilidad al conocimiento por parte de las clases medias y populares.
Punto sobre el cual se apoya para llamar la atención acerca de la importancia y necesaria creación de puentes con la educación popular, a través de capacitación, secundarios vinculados a las instituciones superiores, cursos libres y la gran propuesta que de Sousa Santos formuló en el marco del citado Foro Social Mundial de 2003, y que dio a luz a la Universidad Popular de los Movimientos Sociales en vínculo con las universidades convencionales.
Además de la crisis de hegemonía y legitimidad de la universidad sobre la cual ella debe dar respuestas, aparece el Estado Nacional como un segundo actor en la carrera por garantizar el sostenimiento financiero a las instituciones, donde se vincule solidariamente la institución misma con aquellos saberes que aun no siendo eficientes en términos economicistas, representan un inigualable valor social y comunitario, como elemento de contención y vehiculización de conflictividades sociales. Además de remarcar la importancia de ser el actor principal que genere las condiciones necesarias para la incorporación de una mayor numero de personas a la universidad pública.
Y finalmente es a los ciudadanos individualmente o colectivamente organizados a quienes decide hacer un llamado para impulsar vinculaciones cooperativas a pesar de tener históricamente una relación distante y en algunos casos hostil con las universidades, consecuencia del elitismo endogámico que marcó la distancia entre la institución y ciertos sectores considerados “no cultos” de la sociedad, que se convierten en actores destacados del campo científico como lo fueron en su momento las mujeres y ahora las comunidades afrodescendientes en países como Brasil (de Sousa Santos, 2007, pp. 52-58).
Consideraciones finales
En “Democracia y transformación social” (2016) de Sousa Santos recopila parte importante de su propuesta teórica para poner en cuestión los fenómenos políticos y sociales que definen nuestro tiempo. Y como se enunció hasta acá, hace énfasis en una actualidad de sociedades políticamente democráticas, pero socialmente fascistas, resultado de las profundas desigualdades y de la subordinación estatal a grupos económicos poderosos, a las finanzas internacionales y a las empresas que rozan con lo criminal. Da cuenta que por primera vez el capitalismo y la economía amenazan explícitamente con destruir la naturaleza, y que a pesar del impacto de dicho proceso y de ser una “verdad comprobable científicamente”, existen debates de opiniones donde los colectivos políticos, la publicidad y los medios de comunicación en general, manipulan el sentido común de los ciudadanos y apelan a las emociones para imponer opiniones viciadas con sus propios intereses.
Lo mismo sucede con la situación de los refugiados en Europa y las campañas políticas que están configurando la prevalencia de ideologías de derecha en los gobiernos de la comunidad internacional, reflejando definitivamente la crisis del modelo democrático.
Para de Sousa Santos, la democracia no es sólo un sistema de elección y representatividad política, sino que trata de un proceso a través del cual se transforman relaciones desiguales de poder en relaciones de otredad compartida, por todos los ámbitos de la vida social (la familia, las fábricas, el Estado, las universidades etc.). La lectura y puesta en perspectiva de este trabajo, representa para los científicos sociales un valioso aporte para pensar la realidad actual, en términos de Posverdad.
En sus últimas conferencias, de Sousa Santos llama la atención sobre cómo el término Posverdad ha sido elegido por el Oxford English Dictionary (OED) como palabra del año 2016. Esta categoría, puesta en discusión en el texto al que hacemos referencia, remite al proceso a través del cual se moldea a la opinión pública, y los hechos objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones, las opiniones y las creencias personales. Esto parece indicar que la búsqueda de la verdad y la objetividad pasó a ser sólo una obsesión excéntrica de pocos, para dar rienda suelta a la instalación de especulaciones, exponiendo a grupos de personas, presentándolos como enemigos y culpables de todos los males de la sociedad, es decir que se pone en marcha el ejercicio del fascismo social en democracia.
Notas
1. Se encuentra información adicional acerca del Proyecto Alice, en el enlace oficial de dicho proyecto: http://alice.ces.uc.pt/en/
2. Nota bibliográfica extendida disponible en el sitio oficial de Boaventura de Sousa Santos: http://www.boaventuradesousasantos.pt/pages/pt/cv-e-nota-biografica.php
3. Foro Social mundial. < https://fsm2016.org/es/> [Consulta: 3 enero 2017]
4. Encuentro “Universidad, Movimientos sociales y nuevos horizontes del Pensamiento Crítico”. UNRC, Rio Cuarto, Córdoba, Argentina, mayo 2012.
5. Cfr. Conferencia inaugural de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica. “La universidad pública en el siglo XXI” Agosto 2010.
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