Revisiones
Recepción: 21 Agosto 2022
Aprobación: 14 Febrero 2023
DOI: https://doi.org/10.18566/medupb.v42n2.a06
Resumen: La etiología de la esquizofrenia no está totalmente dilucidada. Se conocen más de 100 diferentes loci de genes relacionados con esquizofrenia, la mayoría de los cuales codifican moléculas asociados a los sistemas de neurotransmisores o al neurodesarrollo. Las primeras abarcan receptores de los neurotransmisores como dopamina, GABA o glutamato y de otros neurotransmisores con menor relación, como la serotonina y la acetilcolina. También están implicadas diversas enzimas relacionadas con el metabolismo, cotransportadores y algunas proteínas intracelulares involucradas en la degradación o síntesis de dichos neurotransmisores. Entre las moléculas que intervienen en el neurodesarrollo están los factores neurotróficos (BDNF, DISC1, NRG1) y las proteínas del complemento C3 y C4, que median la respuesta inflamatoria y la poda sináptica durante el desarrollo temprano. Los productos de la producción genética involucrados en la etiología de la esquizofrenia aportan a la vulnerabilidad selectiva o al proceso de lesión que se instaura o progresa en el paciente, por tanto, su estudio es de relevancia para la comprensión de los fenómenos clínicos propios de la enfermedad.
Palabras clave: esquizofrenia, genes, neurodesarrollo, neurotransmisores, mecanismos moleculares.
Abstract: The etiology of schizophrenia is not fully elucidated. More than 100 different gene loci related to schizophrenia are known, most of which encode molecules associated with neurotransmitter systems or neurodevelopment. These include receptors for neurotransmitters such as dopamine, GABA, or glutamate, as well as other neurotransmitters with less direct relevance, such as serotonin and acetylcholine. Various enzymes involved in metabolism, cotransporters, and intracellular proteins involved in the degradation or synthesis of said neurotransmitters are also implicated. Among the molecules involved in neurodevelopment are neurotrophic factors (BDNF, DISC1, NRG1) and complement proteins C3 and C4, which mediate the inflammatory response and synaptic pruning during early development. The genetic products involved in the etiology of schizophrenia contribute to selective vulnerability or the process of injury that is established or progresses in the patient. Therefore, their study is relevant to the understanding of the clinical phenomena associated with the disease.
Keywords: schizophrenia, genes, neurodevelopment, neurotransmitters, molecular mechanisms.
Resumo: A etiologia da esquizofrenia não está totalmente elucidada. Mais de 100 diferentes loci de genes relacionados à esquizofrenia são conhecidos, a maioria dos quais codifica moléculas associadas a sistemas de neurotransmissores ou neurodesenvolvimento. O primeiro inclui receptores para neurotransmissores como dopamina, GABA ou glutamato e outros neurotransmissores menos relacionados, como serotonina e acetilcolina. Também estão envolvidas várias enzimas relacionadas com o metabolismo, cotransportadores e algumas proteínas intracelulares envolvidas na degradação ou síntese dos referidos neurotransmissores. Entre as moléculas envolvidas no neurodesenvolvimento estão os fatores neurotróficos (BDNF, DISC1, NRG1) e as proteínas do complemento C3 e C4, que medeiam a resposta inflamatória e a poda sináptica durante o desenvolvimento inicial. Os produtos da produção genética envolvidos na etiologia da esquizofrenia contribuem para a vulnerabilidade seletiva ou para o processo de lesão que se instala ou progride no paciente, portanto, seu estudo é relevante para a compreensão dos fenômenos clínicos da esquizofrenia.
Palavras-chave: esquizofrenia, genes, neurodesenvolvimento, neurotransmissores, mecanismos moleculares.
INTRODUCCIÓN
La esquizofrenia es una enfermedad psiquiátrica que se caracteriza por síntomas positivos, como alucinaciones, delirios y discurso desorganizado; síntomas negativos, como apatía o introversión; y síntomas de disfunción cognitiva, como las alteraciones ejecutivas. El diagnóstico de la esquizofrenia se basa en la evaluación clínica. Las descripciones narrativas tempranas del trastorno fueron reemplazadas por criterios diagnósticos codificados en el DSM-51.
A menudo, los síntomas positivos son los motivos de consulta del paciente o de las personas que lo rodean. Sin embargo, son los síntomas negativos (la desmotivación y el retraimiento social) y los síntomas cognitivos (incluido los déficits en memoria de trabajo, función ejecutiva y velocidad de procesamiento) los que generan el deterioro más marcado y la mayor discapacidad producida por el trastorno. La esquizofrenia suele manifestarse clínicamente antes de los 25 años, sus síntomas se prolongan durante toda la vida y afectan todas las esferas sociales. Los signos y síntomas son variados, hoy en día se habla más de un grupo de trastornos con presentaciones diversas2.
Esta enfermedad constituye un problema de salud pública, con una prevalencia global de alrededor del 1 %, razón por la cual ha habido gran interés en dilucidar los mecanismos biológicos de su origen y progresión. Existe evidencia alrededor de la heredabilidad genética, los factores de riesgo ambientales (infecciones, complicaciones perinatales, sustancias psicoactivas como el cannabis), las alteraciones en la cantidad y distribución de algunos neurotransmisores, la alteración de circuitos neuronales, la disminución del número de neuronas en etapas tempranas del desarrollo y el aumento de la actividad del sistema inmune3.
La presente revisión tiene como objetivo realizar una síntesis de los genes implicados y ampliar aspectos relacionados con los neurotransmisores y las moléculas del neurodesarrollo en el contexto de la esquizofrenia. Esto con el fin de resaltar el aporte de la biología y la genética en el campo de los trastornos mentales. El reconocimiento de las alteraciones neuroquímicas y del desarrollo en la esquizofrenia facilitan su comprensión y abordaje clínico, así como el diseño de tratamientos mediados por la elección de blancos moleculares potenciales. Esos conceptos también constituyen un punto de justificación y partida para el fomento de la promoción de la salud y la prevención de la entidad. En el caso de los neurotransmisores, porque su producción, regulación y degradación está en relación con factores ambientales y, en el caso del neurodesarrollo, porque sus últimos períodos (críticos para la esquizofrenia) implican las podas sinápticas durante la adolescencia.
TEMA CENTRAL
El papel de los neurotransmisores
Los estudios en gemelos han reportado que la heredabilidad de la esquizofrenia es del 79 %-81 %4. Se han descrito variantes en el número de copias, polimorfismos de nucleótidos sencillos y mutaciones presentes en los individuos afectados y se han encontrado más de 100 loci que llevan al individuo a ser vulnerable a desarrollar la enfermedad. Dentro de estos genes, el 75 % codifican para proteínas específicas (de estos, 40 % mutaciones de gen único), un 8 % presenta alteración en segmentos de 20 kb de un cromosoma y el resto incluye otros tipos de cambios. Se debe tener en cuenta que la vulnerabilidad selectiva, con bases genéticas, está en constante interacción con factores exógenos disparadores de las alteraciones asociadas a la esquizofrenia, es una interacción genes-ambiente, característica de este espectro patológico5.
Los genes (Tabla 1) más notables y estudiados en primer lugar, son los que codifican para el receptor de dopamina tipo 2 (DRD2) y para la enzima catecol-O-metiltransferasa (COMT), directamente relacionada con la degradación de la dopamina. El papel de estos elementos dopaminérgicos se relaciona con la esquizofrenia como una patología con una saliencia aberrante, donde se presta atención a estímulos inadecuados, que se proyectan en delirios y alucinaciones. De hecho, los antipsicóticos típicos, como el haloperidol, son antagonistas de los receptores de dopamina tipo 2 y ejercen un efecto neuroléptico o disociador de los síntomas.. La hipótesis dopaminérgica, por lo tanto, adjudica los síntomas positivos presentes en estos pacientes a un aumento significativo de la dopamina en las vías nigroestriatal y mesolímbica, lo cual afecta los sectores corticales prefrontales y sus funciones relacionadas de forma transitoria en el marco de “tormentas dopaminérgicas”7.
Se han reportado alteraciones en otros genes que codifican para receptores de neurotransmisores, como los 5HT2A de serotonina, el receptor nicotínico CHRNA7 para acetilcolina, el receptor para el péptido intestinal vasoactivo o genes implicados en la activación y regulación de receptores de glutamato, en especial de los receptores ionotrópicos tipo NMDA9. Todo esto ha contribuido a una comprensión más amplia de la esquizofrenia como una entidad con desbalance neuroquímico en varios sistemas de neurotransmisión y a la aparición de formas alternativas de manejo farmacológico de la entidad, tal es el caso de los antipsicóticos atípicos, con menos efectos adversos o aplicables a perfiles específicos de pacientes según sus síntomas.. Se ha descrito un papel neuroprotector para los receptores nicotínicos CHRNA7, a través de señalización intracelular que influye sobre vías de crecimiento, desarrollo y en supervivencia celular, como Wnt/β catenina y PI3K/ AKT/ mTOR. Este papel se ha observado consistente en grupos neuronales dopaminérgicos del complejo sustancia negra que cuentan con una densidad alta de estos receptores, lo cual podría explicar que las alteraciones en los mismos tengan implicaciones en el desarrollo de distintas patologías del sistema dopaminérgico10,11.
En cuanto al papel del glutamato, hay bastante evidencia de la hipofunción de los receptores de tipo NMDA y su relación con el desarrollo de la esquizofrenia, debido a que dicha reducción en la función puede contribuir a la pérdida de acción inhibitoria de las interneuronas sobre las neuronas piramidales corticales. El papel excitotóxico del glutamato ha sido estudiado de forma amplia e incluso contribuye con la muerte celular a través de la elevación drástica de niveles de calcio intracelular y la activación subsecuente de calpaínas y caspasas. Así mismo, se ha considerado que la disfunción glutamatérgica afecta la liberación de dopamina desde los sectores del tallo cerebral que reciben aferencias corticales para su regulación7,12.
Tambien se cuenta con evidencia de la interacción serotonina-dopamina, importante en el caso de la sintomatología negativa y la disfunción cognitiva. Se postula que, aunque los síntomas positivos se relacionan con incrementos de dopamina en etapas y momentos del cuadro clínico, la disfunción “entre crisis” de los pacientes corresponde a una disminución de la señalización dopaminérgica en la corteza prefrontal, donde la acción “inhibitoria” de la serotonina sobre el sistema dopaminérgico empeoraría los síntomas negativos13. De hecho, así como la señalización dopaminérgica favorece el predominio de la actividad de la red neuronal de saliencia, que juega un papel durante los síntomas positivos, la señalización serotoninérgica, por el contrario, favorece el predominio de la actividad de la red neuronal por defecto. La activación de esta última disminuiría las posibilidades de paso a estados de tareas ejecutivas durante los períodos de síntomas negativos y explicaría parcialmente la alteración cognitiva a largo plazo en los pacientes14. El conocimiento de estas complejas interacciones da paso al uso de los llamados antipsicóticos atípicos, con una constante más rápida de disociación del receptor D2 y una marcada ocupación de receptores de serotonina 5HT2A, lo que contribuye a un balance entre estos neurotransmisores15,16,17.
De igual modo, múltiples estudios han documentado cambios significativos en la expresión de transcritos característicos del sistema GABA. Como la expresión alterada de las enzimas descarboxilasas de ácido glutámico 1 y 2 (GAD1 y GAD2) que median la síntesis del neurotransmisor, de proteínas y de neuropéptidos expresados por las interneuronas gabaérgicas corticales (como la parvalbúmina, la colecistoquinina y el neuropéptido Y), algunas subunidades de receptores GABA (GABRA1-2, GABRA4–6 y GABRD) y los cotransportadores para el establecimiento de los gradientes de cloro y la maduración del sistema gabaérgico durante el neurodesarrollo (como el cotransportador de sodio-cloruro-potasio 1 NKCC1 y el cotransportador de cloro-potasio 2 KCC2)18,19,20.
También se han descrito mutaciones en genes que codifican para proteínas intracelulares, como la calcineurina, algunas fosfatasas o proteínas como la DARPP-32, involucradas en cascadas de señalización en varios contextos, principalmente en las neuronas GABA espinosas medianas del estriado. De esta manera, se refuerza la idea de que los núcleos de la base y los circuitos cortico-estriatales son aspectos neurobiológicos implicados en la esquizofrenia21,22.
Moléculas asociadas al neurodesarrollo
El sistema nervioso central experimenta un incremento drástico en la formación de sinapsis en las primeras etapas posnatales, seguido de un período de poda sináptica fisiológica. La poda de las sinapsis redundantes en esta etapa temprana es fundamental para mantener las conexiones más fuertes, mientras se eliminan las más débiles, de forma que se asegura una adecuada propagación de la información23. Aquellos sectores cerebrales que participan en el procesamiento más primario de la información sensorial, como el tálamo y las cortezas auditiva y visual, maduran antes que los que tienen que ver con el procesamiento asociativo o de tercer orden, como la corteza prefrontal. Como resultado, las regiones prefrontales terminan su maduración hacia el principio de la edad adulta, ya que la eliminación sináptica solo supera las tasas de sinaptogénesis desde la pubertad en adelante24,25. Esto se ha relacionado con la aparición de las manifestaciones clínicas de la esquizofrenia, lo que permite pensar en ella como un trastorno del neurodesarrollo que compromete moléculas propias de sinaptogénesis, diferenciación, señalización celular, neuritogénesis, poda, entre otras26. Al respecto, se han descrito alteraciones en genes cuyos productos están relacionados con el desarrollo, entre ellas: “disrupted-in-schizophrenia” 1 (DISC1), disbindina (DTNBP1) neuregulina (NRG1), el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF) y los factores del complemento C4A y C4B27,28.
En 1987, Irwin Feinberg propuso el mecanismo de una poda sináptica incrementada como base neurobiológica de la esquizofrenia, hipótesis sustentada en un inicio con estudios de neuroimagen y análisis posmortem de tejidos pertenecientes a personas con esquizofrenia. En ellas la densidad de las dendritas y de la materia gris estaban drásticamente disminuidas29,30. Estudios más recientes han logrado ampliar el panorama molecular de la poda sináptica y su rol en la fisiopatología de la esquizofrenia. Un ejemplo es el estudio de Sellgrenet al., donde se identificó que la microglía de pacientes esquizofrénicos fagocita de forma exacerbada las sinapsis establecidas por las dendritas de las neuronas cultivadas in vitro. Además, se descubrió que la disfunción en la poda neuronal está influenciada por las neuronas mismas, que tienen alteraciones en su arquitectura celular secundarias a los polimorfismos y mutaciones en los genes DISC1, DTNBP1 y NRG1, entre otros31,32,33.
También se determinó que el sistema inmunológico tiene un papel elemental en el proceso de poda, y que existen loci de riesgo para esquizofrenia relacionados con productos del sistema del complemento, como es el caso de uno localizado en el cromosoma 6 que codifica para el complemento C4. De esta forma, esta variante del gen aumenta el número de copias e incrementa los depósitos de C4a y de C3 específicamente en la sinapsis nerviosa, lo que favorece el incremento de la fagocitosis en la sinapsis por parte de las microglias y el sinaptosoma34,35. Al identificar este mecanismo, se propuso que el fármaco minociclina, una tetraciclina de amplio espectro, podría disminuir la poda sináptica por su efecto antiinflamatorio, regulador tanto del complemento como de las microglías asociadas. Los ensayos realizados tienen resultados ambiguos, en algunos si hay disminución de la poda neuronal y disminución significativa de episodios psicóticos, mientras que en otros no se reportaron cambios significativos36.
Por otro lado, está el neuropéptido BDNF, distribuido en el sistema nervioso central, que hace parte de la familia de las neurotrofinas, moléculas reguladoras de la proliferación, diferenciación y supervivencia de las neuronas y de las células gliales. La relación del BDNF con la plasticidad sináptica y el neurodesarrollo se basó inicialmente en los estudios electrofisiológicos, los cuales mostraron que el tratamiento de cortes de hipocampo con BDNF facilita la fase temprana del proceso de potenciación a largo plazo (LTP) y en estudios donde la inhibición de la actividad de BDNF redujo la LTP37,38. Desde entonces, se han publicado múltiples estudios sobre la influencia del BDNF sobre el aprendizaje, la memoria, la orientación espacial en contextos de alta plasticidad sináptica. En relación con la esquizofrenia, se ha descrito que la señalización de BDNF está relacionada con el funcionamiento de circuitos neurales, la modulación de varios neurotransmisores y la poda neuronal en periodos críticos para la patología, en especial durante la infancia temprana y la adolescencia. La expresión de esta neurotrofina es afín con el ambiente de la vida temprana del individuo y con hipoxia perinatal, asociados en la literatura con la aparición de esquizofrenia39,40.
El polimorfismo de un nucleótido que da origen a la variante humana rs6265 es la evidencia más estrecha de la relación entre el BDNF y la esquizofrenia. Aquí, un cambio de citosina por timina en el ADN genera un cambio de una valina por una metionina en la secuencia de aminoácidos del producto proteico41,42,43. Dicho producto no es funcional, se ha asociado a la disfunción cognitiva de los pacientes y se ha relacionado con la gravedad de los síntomas de la esquizofrenia44. Además, se ha encontrado que existe un estrecho equilibrio entre el BDNF y su forma precursora, el proBDNF.
Este coeficiente proBDNF/BDNF regula el crecimiento de axones y la formación de dendritas y sinapsis, así como la apoptosis y la supresión de algunas conexiones. Se hipotetiza que el proBDNF conduce a apoptosis, depresión a largo plazo (LTD), poda y retracción sináptica e inhibición de procesos migratorios, a través de su acción sobre el receptor p75NTR. En cambio, el BDNF maduro impacta sobre la supervivencia celular y la LTP por medio de su acción sobre el receptor TrkB45,46.
De esta manera, el clivaje de las proneurotrofinas por las proteasas extracelulares se convierte en un factor crítico para la regulación bidireccional de esta neurotrofina, que tiene implicaciones en el desarrollo neuronal, la plasticidad sináptica y en la esquizofrenia. Además, se ha visto que el gen del receptor TrkB, el NTRK2 implica un riesgo significativo para desarrollar esquizofrenia si la persona tiene algún polimorfismo simple de nucleótidos47,48,49,50.
CONCLUSIONES
Los mecanismos moleculares que tienen que ver con la etiología y la progresión de la esquizofrenia no están totalmente dilucidados. Los estudios en modelos de animales y los de correlación de alteraciones genéticas en humanos con la enfermedad constituyen una base importante para la comprensión y la investigación futura de estos mecanismos.
La aparición de la condición clínica no se explica por un solo aspecto. Por el contrario, la esquizofrenia conlleva alteraciones durante periodos críticos del desarrollo, tanto prenatales como posnatales tempranos y tardíos, donde se ve involucrada la interacción entre los genes y el ambiente en individuos con vulnerabilidad selectiva. Por lo tanto, en este texto se propone la idea fundamentada de que la red de interacciones entre los mecanismos neuroquímicos y asociados al desarrollo, a la luz del conocimiento aportado desde la genética, deben considerarse en los planteamientos conceptuales alrededor de la esquizofrenia.
Así, en este escrito se considera que los factores psicosociales y ambientales hacen parte fundamental de la etiopatogenia de la esquizofrenia, aunque no hayan sido profundizados en esta revisión, y estarían en interacción con los mecanismos epigenéticos de las moléculas revisadas en este texto.
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Notas de autor
nicolaslaverdesudupe@javerianacali.edu.co
Información adicional
CONFLICTOS DE INTERÉS: Los autores declaran no tener conflictos de intereses.