Reseñas
Garantías de felicidad. Estudio sobre los libros de autoayuda (Vanina Papalini)
Garantías de felicidad. Estudio sobre los libros de autoayuda (Vanina Papalini)
Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación, núm. 133, pp. 412-415, 2016
Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina
. 2015. Buenos Aires, Argentina. Adriana Hidalgo Editora. 376pp.. 978-987-3793-28-8 |
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Vanina PAPALINI
Vanina Papalini es Investigadora de CONICET y docente de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina. En los agradecimientos con los cuales inicia el libro refiere a los profesores Armand Mattelart y Leonor Arfuch, a los afectos existentes e inaugurados durante su estadía en Francia, a los miembros del CIECS-CONICET −instituto donde trabaja−, a las autoridades, los colegas y los estudiantes con quienes comparte sus reflexiones en el marco del Programa de Estudios sobre Transformaciones Culturales Contemporáneas, a sus hijos y a su nieto. Pero este libro comienza con otro homenaje: Garantías de Felicidad está dedicado a su madre, ya que hace tres décadas encontró Tus zonas erróneas en la mesa de luz, lo tomó y comenzó a leerlo. Un libro que no era para ella ¿no lo era?
Ciertos encuentros pueden ser interpretados como un cruce entre azar y necesidad, en el sentido nietzscheano. Una especie de interpelación susurrada cuyo sentido empieza a ser precisado a partir del dis-currir del tiempo y, en este caso, se materializa en discurso. Garantías de Felicidad es el resultado de un riguroso trabajo de investigación luego de examinar unos 100 exponentes del género autoayuda en formato libro, los cuales quizás podemos apuntar como inicio de aquel cruce azaroso y necesario con Tus zonas erróneas, de Wayne Dyer.
Desde el lugar de interpretación que construye Papalini los libros de autoayuda son considerados como “dispositivos” que cada sujeto se aplica; en primer lugar para auto-diagnosticarse sobre aquello que le genera malestar y posteriormente tratarlo en vistas a alcanzar nada menos que la felicidad. El género de autoayuda funciona en la discursividad social contemporánea junto a otras producciones culturales con las cuales dialoga o polemiza, pero también opera en heterogéneos escenarios con diversas prácticas sociales: aquellas de la industria farmacológica hegemónica −con pastillas que desvanecen de manera efímera y recurrente las sensaciones de angustia o ansiedad−, y las de terapias alternativas actuales o ancestrales (“originarias”, “orientales”, etc.).
Por esto la estrategia epistémica y metodológica que elabora la investigadora expone la complejidad de interrogar tanto discursos como prácticas: “Para ir al fondo de la cuestión, hay que practicar también estas terapias y estudiarlas, entenderlas, como hace cualquier antropólogo cuando se interna en un territorio nuevo”, afirma en el marco de una entrevista que realiza Rogelio Demarchi (2005). Por lo dicho, este territorio nuevo remite a la materia de los libros que conforman el corpus, también a los datos sobre el crecimiento del consumo de psicofármacos en el mercado de la depresión y a las terapias asociadas a hacer soportable el malestar; pero además hay referencias a otras investigaciones −como la de Pablo Semán con relación al lector modelo de los libros de Pablo Coehlo− para de esta manera conformar una especie de constelación de sentidos que hace posible tematizar sobre lo que configura el tema del Programa de Estudios que dirige Papalini en Córdoba: las transformaciones subjetivas contemporáneas. Nos centremos entonces en la indagación sobre las formas subjetivas asociadas a la lectura de los libros de autoayuda.
Tal como afirma Rogelio Demarchi, estos productos culturales surgieron en la década de 1930, se convirtieron en un boom del mercado editorial 60 años después −durante los ‘90− cuando varios de ellos alcanzaron la categoría de best sellers internacionales, y así continúan hasta el presente. Nuevamente, no debe ser solo un producto del azar la emergencia de este género a la par de El malestar en la Cultura de Sigmund Freud. En esta obra, señala el fundador del psicoanálisis:
Tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado pesada, nos depara excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles. Para soportarla, no podemos pasarnos sin lenitivos («No se puede prescindir de las muletas», nos ha dicho Theodor Fontane). Los hay quizá de tres especies: distracciones poderosas que nos hacen parecer pequeña nuestra miseria; satisfacciones sustitutivas que la reducen; narcóticos que nos tornan insensibles a ella. (Freud, 2004, p. 19)
Veinte años más tarde, en el marco de los sucesivos intentos por vincular marxismo y psicoanálisis, Herbert Marcuse escribe Eros y civilización (1953) proponiendo la noción de “represión sobrante” para indicar este plus de represión como característico de las sociedades configuradas desde la dominación social. Y a partir la pasada década del 90 hasta nuestro presente el género no se detiene en el reconocimiento que adquiere por parte de los lectores, en este espacio/tiempo del capitalismo actuante a escala planetaria.
Volviendo a Freud ¿Se puede considerar a los libros de autoayuda como un tipo particular de “muletas”, tanto para hacer soportable el malestar como para producir un tipo de subjetividad que se busca asociada al adjetivo “exitosa”? Papalini señala las continuidades del género autoayuda con el publicitario, materializado en la retórica persuasiva y justificando su eficacia −por ejemplo− a través del testimonio. “Tú puedes ser exitoso” es a la vez un mandato: “Tú debes ser exitoso”, mientras el capitalismo ha devenido religión −sensu W. Benjamin− y no parece encontrar ateos. En la misma dirección, pero ya no indagando el momento del consumo sino la instancia de la producción social, R. Sennett (2000) ha dado cuenta de “la corrosión del carácter” como expresión de la dinámica de reconfiguración de las subjetividades en el nuevo capitalismo: ¡Sea flexible, disfrútelo, usted está cambiando permanentemente!
De este modo el libro de autoayuda como muleta ayuda a adaptarse. Una solución que interpela a que el sujeto como individuo se arregle solo y tenga la solución o la guía al alcance de la mano. Desde el boom editorial de la década del 90 hasta hoy, el mandato/consejo/guía que distingue a los libros de autoayuda sigue presente y se dirige nada menos que a alcanzar la felicidad; felicidad cuyo significado dominante se asocia a ser exitoso y/o a ser popular. Lo anterior se expresa en algunos de los títulos de “los 25 libros de autoayuda que tienes que leer antes de morir”, tal como se propone en una página de internet: ¿Existe la suerte? El papel oculto de la suerte en la vida y en los negocios; Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva. La guía de exploración psicodélica. Piense y hágase rico. La nueva ciencia de la transformación personal; .ómo ganar amigos e influir en las personas. Sentirse bien. La nueva terapia del humor. Guía de un astronauta para vivir en la tierra. Lo que viajar al espacio me enseño sobre el ingenio; la determinación y cómo estar preparado para todo. Los hombres son de Marte las mujeres son de Venus; entre otros.
Entre estos títulos, Garantías de Felicidad puede ser leído como una especie de señuelo construido reflexivamente para atraer a un lector poco atento y confundirlo en su búsqueda sobre los libros del género que lee asiduamente. Pero quizás además de un señuelo es un particular y elaborado chiste, orientado a promover la reflexión a partir de un rápido ejercicio de mirada: si hay algo que no existe es la garantía o las garantías de la felicidad. La felicidad no se compra ni tiene certificado. El estudio crítico es lo que potencia el ejercicio de empezar a re-pensar y actuar con otros en esa búsqueda colectiva por instantes felices, des-apresados del consumo y de la lógica de la individualización.
Otra de las dimensiones que fundan la significación del estudio crítico de los libros de autoayuda es que la obra expresa la fuerza de un interés epistémico y político sobre objetos/productos culturales de carácter comercial y masivo. En la perspectiva teórica y metodológica que la académica argentina trama, la necesidad de ayudarnos a nosotros mismos se inscribe como uno de los rasgos de la sensibilidad social contemporánea. De este modo, si se retoma la noción de “estructuras de sentimiento” de R. Williams −como hipótesis cultural de largo alcance que expresa la modelización de la experiencia de los actores− y se ubica a estas producciones culturales como una variación significativa en el vasto campo de los estudios sobre lo popular, el género autoayuda se puede interpretar como una extraña modificación en el objeto de los libros sobre vidas ejemplares: en las formaciones sociales donde el capitalismo ha devenido religión hay una particular impronta de estos libros, donde el antiguo consejo o vida ejemplar presente en los textos populares se desplazan y transforman en el mandato publicitario a emular.
Por lo dicho, Garantías de Felicidad problematiza esta tecnología del yo mediante la cual se apresa, reduce y construye ideológicamente una creencia sobre la felicidad asociada/taponada por el consumo, y que por su misma lógica cada vez más separa a cada uno del resto, cada vez más aumenta la auto-responsabilización de los actores en la búsqueda de la felicidad. Cuando −tal como indica Freud− de lo que se trata es aumentar la fuerza erótica que reúne en nuevas y mayores unidades a los sujetos, mediante lazos que intentan tramarse sobre la figura y el fondo tanático que distingue al espacio/tiempo de nuestro presente.
Afirma Papalini:
En nuestras sociedades, no está claro qué tipo de beneficio colectivo a expensas de las vidas singulares. El sacrificio contemporáneo, a diferencia del de Filípides, no tiene otro resultado que la expansión del capitalismo, la ganancia de la empresa. La virtud de los mitos griegos estriba en que permiten el distanciamiento: ni héroes ni dioses, los sujetos necesitamos apoyos para sostenernos […] La soberanía del sujeto no parte de la presunción de que puede dejar de serlo, de que se volverá un ser libre sin ataduras, sino de que, siendo sujeto, interactuando con los otros y en condiciones de dependencia reciprocas, podrá establecer relaciones que no sean de dominio (p. 346).
El libro expone de manera categórica el feliz encuentro −tres décadas atrás− de la autora con aquel otro libro en la mesa de luz de su madre, y responde a la pregunta inicial de esta reseña: se trataba del libro que estaba esperándola.
Referencias
Freud, S. (2004) El malestar en la cultura. Madrid: Alianza Editorial.
Sennet, R. (2000) La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el nuevo capitalismo. Barcelona: Anagrama.
Demarchi, R. (2015, 26 de octubre) Leyendo y haciendo. Entrevista de a Vanina Papalini. La Voz del Interior. Disponible en hᴀp://bit.ly/2hi9Eyb.