Reseñas

Avatares del comunicador complejo y fluido. Del perftl del comunicador social y otros devenires Sandra MASSONI

Mariana MASCOTTI
Universidad Nacional de Rosario , Argentina

Avatares del comunicador complejo y fluido. Del perftl del comunicador social y otros devenires Sandra MASSONI

Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación, núm. 131, pp. 434-436, 2016

Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para América Latina

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MASCOTTI Mariana. 2016. Quito, Ecuador. Ediciones CIESPAL. Quito, Ecuador. 212pp.. 978-9978-55-141-7

Los avatares cobran sentido en el libro de Sandra. Su acepción de vicisitud, fase, cambio, y la otra, más reciente en el tiempo, que nombra las múltiples mutaciones que experimentan nuestros cuerpos en las redes, se combinan en lo que están llamados a ser estos comunicadores −complejos y fluidos−, habitantes de la tierra que piensan y pisan, y que se anticipa ya en la dedicatoria: “A los colegas comunicadores de Latinoamérica, por una comunicación del sur de todos los mundos”.

Asumirnos situados, enraizados en suelo y cuerpo, es la primera condición de la travesía. Sí, para viajar con ella hay que llevarnos puestos. Y, si nos disponemos al desafío, los avatares se irán produciendo al tiempo que nos producimos a nosotros mismos como humanos, cientistas y profesionales de la comunicación, sin demarcaciones inoportunas.

Las otras coordenadas son las de la multidimensionalidad y el devenir −complejos y fluidos−, una reubicación que conlleva el permanente trabajo en torno al abandono de los dualismos −con su insistente y siempre provocadora vocación de retorno en estas latitudes− para poder abordar el espesor de lo comunicacional, los mundos otros.

Barbero lo prologa hermosamente, rescatando el nuevo campo que abre el libro “en el ruido del mundo que hoy se cuece y adensa en las redes”. Campo que viene siendo fecundado desde la metaperspectiva de la Comunicación Estratégica y que se nos presenta esta vez en el pliegue del comunicador.

El pasaje se anuncia desde el mundo encorsetado, previsible y lineal del encargado de producir y transmitir mensajes, al estratégico y expansivo que emerge para quien se apreste a la indagación de las dinámicas de su territorio con la intención de reconocer allí –en el tejido– las texturas, los hilos sueltos, los ritmos que la danza conversacional entre las matrices socioculturales marcan, conteniendo su potencial de renuevo y reconfiguración posible.

Este comunicador huye de la condición de intermediario −el que cree que sabe y habla desde afuera− para abrazar las mediaciones −escucha, está adentro, habita. Se mueve en los bordes, las articulaciones, las interfaces, porque es ahí donde el encuentro afecta y acechan los sentidos.

Avatares es un guía para ir en busca de estos nuevos horizontes paradójicos −más densos, intensos y livianos a la vez− que nos habilitan los nuevos paradigmas de la ciencia de los que la autora se nutre. Y qué mejor invitación para nosotros, los comunicadores, que la de ir al encuentro del encuentro. Para hacerlo solo necesitamos −como diría el maestro− un buen “mapa nocturno”. Fluido −agregaría Sandra y corearíamos nosotros, los comunicadores de la Escuela de Comunicación Estratégica de Rosario−, capaz de ir alumbrando la potencia transformadora que ya anida en los territorios. Con metodologías propias, especie de faros que, sin renunciar a la instrumentalidad, la desbordan, al tiempo que vamos aprendiendo a dibujarnos nuevas cartografías e identidades, a manera de estrategias comunicacionales.

Como sus otros libros, también él es un mapa. Los artículos que conforman cada eje se constituyen en un rosario presto a acompañar la conversión.

El camino comienza con la propuesta de pensar(nos) y sentir(nos) comunicadores, distinguiendo la especificidad de este saber en las cooperaciones con otros –disciplinas y actores– y sus derivaciones en los múltiples ámbitos de acción profesional (Del perfil del comunicador y otros avatares). Prosigue señalándonos cómo incorporar la vitalidad del fenómeno; una propuesta en sintonía ambiental, integradora de la naturaleza al encuentro sociocultural, sin escisiones (De lo semiótico a lo simbiótico). Avanza ofreciendo una batería de herramientas para identificar los espacios más propicios para alimentar la autoorganización en situación (El recorte comunicacional y los autodispositivos colectivos) y, a modo de final provisorio, condensa la plenitud de la que trata el desafío en el desplazamiento multifacético y potente desde lo comunicativo a lo comunicacional (Habitar la multidimensionalidad de la comunicación desde lo fluido).

Si sus ejes son convergentes, divergentes son los estilos en los que se va componiendo el itinerario. Alternancia y convivencia de crónicas periodísticas, ensayos, investigaciones de campo y análisis de productos comunicacionales generan registros diversos de encuentro con los comunicadores-lectores. La autora interpela, desde su linaje de comunicadora, su singular forma de vivir la comunicación. Crece y se nos ofrece con mirada estratégica, tanto en el diseño o análisis de un afiche como en la construcción de un modelo de abordaje de lo comunicacional en organizaciones y proyectos. No importa dónde, ni cuándo, lo que acontece es una forma de acercamiento único y múltiple a la vez, una matriz operativa de trato con la complejidad de lo comunicacional, a cualquier escala y en cualquier dominio.

Avatares es una buena compañía, una valiosa ayuda (sin auto, puesto que este recorrido es desde el vamos y para siempre con el otro) para hacernos más conscientes del valor de nuestra profesión, de sus potencialidades, zonas de exploración posibles, límites autoimpuestos. En tiempos de misiones y visiones, de planificaciones tecnocráticas, búsqueda de eficacias, discursos únicos que nos dificultan la capacidad de apreciar los engendramientos múltiples que la diversidad de la vida genera permanentemente a nuestro alrededor, Sandra nos aguarda con otro plan: el del buen vivir la comunicación. No es del orden del confort, sino de la aventura. Incluye incomodidades, dudas, cuidado de las raíces, respeto por lo que crece, capacidad de sorpresa, consideración del azar y un lugar especial para la alegría genuina que producen los avatares del viaje cuando el cambio colectivo interacciona al encontrarnos. Comunicadores, bienvenidos a bordo.

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