COLABORACIÓN ESPECIAL

Concepto y contenidos actuales de Salud Pública y Política Sanitaria veterinarias

Current concepts and contents of Veterinary Public Health and Veterinary Health Policy

Víctor Briones Dieste *
Universidad Complutense de Madrid, Spain
Javier Bezos Garrido
Universidad Complutense de Madrid, Spain
Julio Álvarez Sánchez
Universidad Complutense de Madrid, Spain

Concepto y contenidos actuales de Salud Pública y Política Sanitaria veterinarias

Revista Española de Salud Pública, vol. 92, e201810077, 2018

Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar social

Recepción: 06 Julio 2018

Aprobación: 29 Agosto 2018

RESUMEN: Los conceptos compartidos entre medicina humana y veterinaria son obviamente numerosos. Sin embargo, los contenidos académicos y científicos, así como la práctica diaria de muchas disciplinas varían notablemente. Pese a ello, la difusión y conocimiento de la vertiente veterinaria de algunas áreas de conocimiento es escasa entre las otras profesiones sanitarias, y entre el público general. El presente trabajo tuvo como objetivo aportar una actualización contextualizada y un intento de definición de lo que actualmente se entiende y practica bajo los términos de Salud Pública y Política Sanitaria veterinarias.

Palabras clave: Salud Pública Veterinaria, Política Sanitaria Veterinaria, Educación en Veterinaria, Zoonosis.

ABSTRACT: Human and veterinary medicine obviously share most concepts and contents. However, both academic and scientific issues and the daily practice of many health disciplines can differ largely between human and veterinary medicine. Such differences can easily go unnoticed among other healthcare collectives or the general public. The aim of the present work was to provide an update, as well as some definitions of what we understand under the terms Veterinary Public Health and Veterinary Health Policy.

Key words: Veterinary Public Health, Veterinary Health Policy, Veterinary Medicine Education, Zoonoses.

INTRODUCCIÓN

El concepto “Una salud” (One Health) es bien conocido y supone una toma de conciencia del vínculo existente entre las enfermedades animales y la salud pública, sustentada sobre el hecho de que un 60% de las enfermedades infecciosas humanas conocidas son de origen animal, al igual que un 75% de las enfermedades humanas emergentes y un 80% de los agentes patógenos que pueden ser utilizados por el bioterrorismo1. Es decir, que las zoonosis, su epidemiología, los factores que favorecen su transmisión y los microorganismos que las causan son un elemento sustancial del conocimiento de las enfermedades transmisibles humanas. Desde esa base, se promueve la colaboración interdisciplinar en el mantenimiento de la salud de las personas, los animales y el medio ambiente, favoreciendo los avances y conocimientos científicos, la mejora de la salud “única”, y mejorando la formación de los profesionales sanitarios.

Paradójicamente, la interdisciplinaridad de la sanidad entendida en su conjunto, se basa en la cooperación activa desde la extrema especialización. Por esa razón, términos similares pueden, en distintos contextos profesionales, hacer referencia a contenidos relacionados, pero no necesariamente idénticos, lo que genera a veces disfunciones y apriorismos que confunden y dificultan la colaboración entre distintas profesiones. De otra parte, el público general asocia ciertos cometidos con algunos términos, limitando su visión a estereotipos que no se corresponden con toda la realidad. El término Salud pública se asocia frecuentemente, por ejemplo, a medidas de atención primaria, a dotación de hospitales, o a hábitos de consumo saludable, lo que es lógico, pero no a la producción sostenible de alimentos de origen animal, a la prevención de zoonosis, a la sanidad ambiental o al bienestar de los animales de granja, conceptos todos ellos aplicables desde la perspectiva veterinaria.

Pretendemos aquí aportar una visión actualizada de lo que se entiende por Salud Pública y Política Sanitaria veterinarias.

CONCEPTOS, TÉRMINOS Y CONTENIDOS

Los objetivos de la Salud Pública Veterinaria son conocer las enfermedades animales transmisibles al hombre, las medidas de lucha y prevención así como la legislación aplicable a las mismas y conocer las aportaciones de las Ciencias Veterinarias a la salud humana, particularmente, pero no solo, en relación a la seguridad alimentaria2.

La inclusión de materias de Salud Pública en los curriculos de Veterinaria ha sido irregular pero constante. Sin embargo, es raro encontrar asignaturas bajo este nombre. Calvin B. Schwabe3 en su libro clásico Medicina Veterinaria y Salud Pública establecía que: …durante un largo periodo, los veterinarios han hecho aportes a la Salud Pública, pero es un fenómeno relativamente reciente que el veterinario haga carrera en esta disciplina...

Esto ya no es así, pero hay todavía un marcado salto entre las aportaciones veterinarias a la Salud Pública general por una parte, y la percepción social e incluso profesional entre otros colectivos sanitarios de las mismas por otra, pese a ser estas abundantes e interesantes ya desde el siglo XVII. En realidad, las actividades de la Salud Pública son forzosamente multisectoriales y requieren de una acción interdisciplinaria, existiendo situaciones específicas en las que una determinada profesión puede y debe asumir liderazgos2. La contribución de lo que se conoce como Salud Pública Veterinaria se define por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como “la suma de todos los aportes al bienestar físico, mental y social del ser humano por medio de una comprensión y aplicación de la ciencia veterinaria”4.

Sin embargo, es necesario añadir algunos conceptos más a esta aproximación. Así, se entiende por seguridad alimentaria la garantía de que los alimentos no causarán daño al consumidor cuando se preparen y/o consuman de acuerdo con el uso al que se destinan. Ambos conceptos están íntimamente ligados, como lo está el de zoonosis. De esta asociación se desprende que no puede existir seguridad alimentaria si los alimentos de origen animal a los cuales la población tiene acceso no satisfacen los requerimientos de sanidad animal (entre otros)5. Pero no solo se trata de seguridad alimentaria cuando se relacionan Ciencias Veterinarias y Salud Pública6,7. Las grandes áreas en las cuales la Salud Pública Veterinaria actúa podrían resumirse como sigue:

Como consecuencia, la Salud Pública Veterinaria quedaría mejor definida como “la parte de la Salud Pública dedicada a la aplicación del conocimiento aportado por las Ciencias Veterinarias en cuanto a la protección de la salud humana mediante la sanidad, la producción y el bienestar animal, la biotecnología aplicada, la seguridad alimentaria, la protección medioambiental y la sostenibilidad”.

Sin duda, esta es la razón por la que la OMS, la Organización Mundial de la Salud Animal (OIE) o la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) consideran a las actividades de la Salud Pública Veterinaria un “bien público mundial”, debido a su papel crucial en la salud humana, la seguridad alimentaria, la reducción de la pobreza y el hambre, así como la sostenibilidad ambiental4.

Por su parte, la Política Sanitaria busca establecer las normas en la prevención, el control y la erradicación de las enfermedades transmisibles animales, las bases técnico-científicas disponibles en las que se apoyan, y la eficacia económica, social y sanitaria de su aplicación. Clásicamente, la Política Sanitaria veterinaria se centraba en las “grandes” enfermedades infecciosas (Tuberculosis, Brucelosis, Fiebre Aftosa), por su elevada contagiosidad, la gravedad en términos clínicos o epidemiológicos (agudas, enzoóticas, epizoóticas), las implicaciones respecto al comercio, o la necesidad de medidas de lucha especialmente drásticas (declaración obligatoria, cierre de mercados, sacrificios masivos…) y por poder aparecer súbitamente asociadas al comercio de animales y sus productos (enfermedades exóticas y emergentes). Con el tiempo, algunas enfermedades parasitarias cobraron mayor relevancia, y son hoy ejemplos claros de enfermedades transmisibles sometidas a regulaciones legales, particularmente en relación a la seguridad alimentaria (equinococosis/hidatidosis, triquinelosis, anisakiosis). Por último, las enfermedades vectoriales han ido recibiendo mayor atención que en el pasado para la adopción de medidas de control y lucha contra vectores (mosquitos, garrapatas…) como coadyuvantes necesarios en la prevención de enfermedades de los animales; por ejemplo, mediante desinsectaciones como parte de la lucha frente a enfermedades víricas o a través de la vigilancia entomológica8.

Es también frecuente el empleo del término Policía Sanitaria Veterinaria, que hace referencia, precisamente a las normas y vigilancia que deben llevarse a cabo para evitar la adquisición de enfermedades por la población. Sin embargo, parece admitirse que el concepto perseguido, más amplio, queda mejor expresado como Política Sanitaria Veterinaria, ya que esta incluye acepciones de ordenamiento normativo y legal que van más allá de la mera evitación del contagio, y que, de nuevo, nos conducen a contemplar aspectos medioambientales (gestión de residuos), seguridad y trazabilidad alimentaria, manejo sanitario, etc.

Las bases científico-técnicas en las que se asienta la Política Sanitaria Veterinaria proceden de la investigación aplicada en materia no solo de Sanidad Animal sino de otras ciencias (Química, Bioquímica, Biología, Ciencias medioambientales, Climatología, Matemáticas, Estadística, Epidemiología) y de otras ramas de las Ciencias veterinarias (Producción animal, Bromatología, Nutrición…) lo que, de nuevo, y justificadamente, nos sitúa ante un abordaje transversal, sirviéndose de múltiples aportaciones, hacia el logro de normativas que garanticen la idoneidad tanto de la actividad ganadera y la producción de alimentos, como de la tenencia de mascotas y el mantenimiento de animales de otros usos.

La Política Sanitaria Veterinaria se basaba inicialmente en conocer la prevalencia de enfermedades presentes y definir las enfermedades exóticas con mayor probabilidad de ser importadas. La segunda acción lógica era la de establecer sistemas de lucha frente a las infecciones de mayor impacto, monitorizando las prevalencias para comprobar la eficacia de estas medidas9. En este punto aparecen los conceptos de lucha, control y erradicación de la enfermedad y sus herramientas asociadas, cuya descripción sería muy prolija: zonificación y compartimentación, control de movimientos, restricciones de la importación y exportación, identificación animal, vigilancia activa y pasiva, cuarentena, sacrificio, desarrollo de nuevas vacunas y estrategias vacunales, quimioprofilaxis, sueroterapia, uso adecuado de antimicrobianos y antiparasitarios, control de vectores, pastoreos selectivos, vacíos sanitarios, desinfección y desinsectación, animales centinela, acreditación de granjas, gestión de productos animales originados en zona sospechosa o confirmada, vigilancia de reservorios salvajes, análisis de riesgo, etc.10

Actualmente, la Política Sanitaria Veterinaria se articula en programas integrales de control de enfermedades. La epidemiología de la enfermedad, incluyendo su potencial zoonósico, junto con la disponibilidad de herramientas técnicas, sin olvidar las consideraciones de Salud Pública, sociales, ambientales y económicas, determinan las medidas de lucha. En algunos casos puede bastar con reducir las consecuencias sanitarias y económicas de la enfermedad. Entre los requisitos de carácter técnico que un plan de lucha debe contemplar, la OIE establece al menos11:

En función de todos ellos se pondrán en marcha aquellas herramientas antes descritas más ajustadas a la situación, mediante la adopción de las medidas legales necesarias. En todo caso la adopción de medidas de Política Sanitaria Veterinaria debería tener siempre en consideración no solo las cuestiones técnicas señaladas, sino también, y muy especialmente, algunas otras de índole socioeconómico: la relación coste/beneficios de la intervención, la disponibilidad de recursos, la estructura y organización de los sistemas ganaderos y de sanidad animal, las posibles implicaciones para la Salud Pública, la logística y capacidad de ejecución, el grado de compromiso de las partes interesadas, el impacto ambiental de todo cuanto rodea una operación a veces masiva (cadáveres, productos animales que deben ser eliminados o higienizados, otros residuos, emisiones a la atmósfera, posible contaminación de acuíferos…), incentivos y compensación a los afectados (y rapidez en las indemnizaciones en su caso), aceptación social (implicaciones para el bienestar de los animales) y garantía de la seguridad alimentaria, entre otros12.

BIBLIOGRAFÍA

1. Taylor LH, Latham SM, Mark EJ. Risk factors for human disease emergence. Philos. Trans. Royal Soc. B: Biological Sciences, 2001; 356:983-989.

2. Álvarez, E. Salud Pública Veterinaria en el siglo XXI. Biomedicina. 2006; 2:180-185.

3. Schwabe CB. Veterinary medicine and Human health. Williams & Wilkins. 1969

4. Organización Mundial de la Salud. Future Trends in Veterinary Public Health. Technical Report Series 907, 2002.

5. Cartín-Rojas A. Perspectivas sobre salud pública veterinaria, seguridad alimentaria y la iniciativa conjunta "Una Salud". Rev Panam de Salud Pública. 2014;36:193-196.

6. Ortega Rodríguez C, De Meneghi D, De Balogh K, De Rosa M, Estol L, Laguia G, et al. El veterinario en la salud pública: el proyecto SAPUVET. Med Vet. 2003;20: 33-40.

7. Rivera D., Rojas H., Urcelay S., Hamilton-West C. Sanidad animal y comercio internacional. Avances en Ciencias Veterinarias. 2012; 27:48-63.

8. Zepeda C., Salman M., Ruppanner, R. International trade, animal health and veterinary epidemiology: challenges and opportunities. Prev Vet Med. 2001;48: 261-271.

9. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Desarrollo de la producción y sanidad animal. 1991

10. Nabarro D. One Health: Towards safeguarding the health, food security and economic welfare of communities. Onderstepoort J Vet. 2012; 9:450-452.

11. Organización Mundial de la Salud Animal. Directrices para el control de las enfermedades animales. 2014.

12. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Estrategia de la FAO para un suministro de alimentos inocuos y nutritivos. 2005.

Notas

Cita sugerida: Briones Dieste V, Bezos Garrido J, Álvarez Sánchez J. Concepto y contenidos actuales de Salud Pública y Política Sanitaria veterinarias. Rev Esp Salud Pública. 2018;92:24 de octubre e201810077.

Notas de autor

*Correspondencia: Víctor Briones Dieste Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET)/ Departamento de Sanidad Animal Facultad de Veterinaria Universidad Complutense de Madrid 28040 Madrid, España vbriones@vet.ucm.es

Declaración de intereses

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