Resumen: La relación de pareja es una dimensión central de la vida de las personas que repercute en su felicidad y bienestar. Este tema es de interés para diversas disciplinas, teniendo un amplio recorrido en investigación, y ha sido abordado desde diferentes paradigmas y perspectivas de estudio. Con el objetivo de analizar las investigaciones llevadas a cabo sobre relaciones de pareja desde el año 2000 al 2018, se revisan 83 publicaciones localizadas tras una búsqueda exhaustiva en las principales bases de datos. Los resultados apuntan a que la mayoría de las investigaciones optan por una metodología exclusivamente cuantitativa, tienden a emplear instrumentos ya validados, cuentan con muestras de hasta 250 participantes y abordan temas clásicos como la satisfacción, la sexualidad o la comunicación en pareja. La información aportada permite obtener una visión global del tema de estudio y está encaminada a poder replicar, proponer nuevas o ampliar las investigaciones ya realizadas.
Palabras clave: revisión sistemática, relación de pareja, satisfacción, comunicación, conflicto.
Abstract: Couple relationships, as the fundamental basis of family relationships, is a crucial dimension within the lives of people that also impacts on their happiness and well-being. These relationships are underpinned by mutual caring and attachment bonds, which, properly developed, entail a source of emotional and social support. This support also contributes to build the identity, improve the social competence, and, ultimately, strengthen own and family well-being. This topic is likely to arouse the interest at a social and scientific level and is addressed from several disciplines such as Psychology, Sociology, Pedagogy, or Social Work. This interest has provided this topic with a broad overview in the related research, being addressed from different paradigms and study prospects. This study is aimed at analyzing the research conducted on couple relationships from 2000 to 2018 in Spanish-speaking countries. Therefore, we present a systematic review of 83 scientific publications retrieved after an extensive search in the main databases (WOS, SCOPUS, Dialnet Plus, Redalyc, and ISOC) and the search engine Google Scholar. Specifically, the study specifies the dimensions and variables that have been the subject of study among these relationships, their objectives and methods (with particular emphasis on the instruments used), and the sample type and size the authors deemed necessary. In addition to the year of publication and the geographical delimitation, it was also included as criteria the publication format (only scientific papers) and papers with a Social Sciences content with topics not related to violence. Results suggest that most researchers follow an entirely quantitative methodology, tend to use validated instruments, have samples up to 250 participants, and address traditional topics such as satisfaction, sexuality, and communication in couples. Also, the predominant trend is to focus on a single thematic content, being lower the presence of studies addressing the interaction between two topics (e.g., satisfaction and communication), and even least common those studies that extend the dimensions analyzed to three or more. Regarding the content, the papers reviewed confirm the thinking that the couple’s well-being and their satisfaction has a multicausal nature, which goes beyond the couple, since it includes the influence of the couple’s social and cultural context. In this regard, specific socio-demographic characteristics such as having children, gender, and relationship duration seem to have a greater impact and arouse more interest than others. To complement this work, it is also included other topics usually related to how the couples are shaped and the satisfaction perceived, such as, for example, the fear of intimacy and anxiety, the sense of humor, the psychological well-being, and living with a positive family context. Furthermore, the publications addressed allow to locate emerging topics, such as the use of technology and its impact on the couple relationships, and also reveal the absence of studies integrating new structures of couple relationships, like polyamory. In conclusion, this review helps to get a general overview of the topic studied in order to suggest further research or expand the research already conducted. Similarly, the information provided encourages researchers to replicate the studies analyzed with different samples (location, age, sample size, etc.) and with more ambitious methodological design given that, though exceptionally, there are results which buck against the current predominant trends, and to complement this study focused on Spanish-speaking research with English, French and Portuguese publications.
Keywords: systematic review, couple relationship, satisfaction, communication, conflict.
Artículos
Revisión de la investigación sobre relaciones de pareja en países hispanohablantes (2000-2018)
Review of the literature on couple relationships in Spanish-speaking countries (2000-2018)

Recepción: 08 Enero 2020
Aprobación: 03 Mayo 2021
La relación de pareja, como eje fundamental de las relaciones familiares (Davies, Sturge-Apple, Woitach, y Cummings, 2009), supone una dimensión central de la vida de las personas, pues se le atribuye una gran importancia para la felicidad personal. Esta idea se ha reiterado a lo largo de los años en la investigación sobre este tema, que parece despertar cada vez más interés a nivel científico y social (Torres, 2001; Torres, 2004).
De entre las relaciones humanas, la relación de pareja tiene características únicas, pues los procesos, sentimientos y expectativas que se desarrollan en ella son diferentes a los que tienen lugar en otro tipo de interacciones sociales. Actualmente los elementos culturales que definen una relación de pareja parecen desdibujarse ante otras formas de estar en pareja, que generan cada vez mayor interés científico, como el poliamor (Jordan, Grogan, Muruthi y Bermúdez, 2017; Klesse, 2018), pero todavía se considera que una relación de pareja se caracteriza por la exclusividad romántica y emocional entre dos personas. Esta relación se sustenta en un vínculo de apego y cuidado mutuo que, si se desarrolla de forma positiva, supone una fuente de apoyo emocional y social que, además, facilita la construcción de la identidad, la mejora de la competencia social y en definitiva, el bienestar personal (Martínez-Álvarez, Fuertes-Martín, Orgaz-Baz, Vicario-Molina y González-Ortega, 2014; Vidal González, Rivera Aragón, Díaz-Loving y Méndez Ramírez, 2012).
Diversas investigaciones ponen de manifiesto que la calidad de la relación en el subsistema de pareja influye notablemente en el resto del sistema familiar, especialmente cuando esta tiene hijos (Froyen, Skibbe, Bowles, Blow y Gerde, 2013; Knopp et al., 2016; Korja et al., 2016; Madigan, Plamondon y Jenkins, 2016). Por ello, investigar e intervenir en este tipo de relaciones puede suponer un gran beneficio para todo el sistema familiar, además de para el propio subsistema de pareja, cuya calidad de relación acaba reportando una mejora directa del entorno comunitario e, incluso, social.
La importancia y el interés de las relaciones de pareja a nivel personal, como grupo y sociedad, han generado investigaciones en las últimas décadas desde disciplinas muy diversas. Ante la producción científica generada, la diversidad de campos interesados y la necesidad de continuar generando investigaciones sobre las relaciones de pareja, especialmente desde campos interdisciplinares, y desde la prevención con una perspectiva de funcionalidad (Fuertes Martín, 2000), este artículo busca contribuir al análisis y síntesis de dichas investigaciones. Por ello, su objetivo es ofrecer a los actuales y futuros investigadores un marco de referencia que facilite la toma de decisiones a la hora de replicar estudios, plantear nuevas investigaciones o complementar las ya existentes.
A diferencia de otras temáticas de investigación, el abordaje de las relaciones de pareja conlleva contemplar diversas dimensiones de estudio, entre las que es posible destacar la satisfacción con la propia relación, la sexualidad, la comunicación o la resolución de conflictos. Estos suelen ser aspectos clave a la hora de determinar la calidad de una relación y, por ello, suelen formar parte de las investigaciones vinculadas a las relaciones de pareja (Iglesias-García, Urbano-Contreras y Martínez-González, 2019; Urbano Contreras, 2018; Urbano-Contreras, Iglesias-García y Martínez-González, 2017, 2019a; Urbano-Contreras, Martínez-González y Iglesias-García, 2018a).
Ante la premisa de que mantener una relación de pareja estable y con proyección de futuro favorece la satisfacción y seguridad personal (García et al., 2017), la satisfacción con la propia relación supone un aspecto central en gran número de las investigaciones llevadas a cabo. La satisfacción con la relación de pareja, entendida como un estado emocional en el que uno se siente complacido con las interacciones, experiencias y expectativas que tienen lugar en dicha relación, o como el grado en que ambos miembros de la pareja muestran intimidad, afecto y apoyo mutuo (Collins, Welsh y Furman, 2009; Ward, Lundberg, Zabriskie y Berrett, 2009), conlleva una gran relevancia al vincularse fuertemente con el propio bienestar físico y psicológico. Por otro lado, estar insatisfecho con la relación se vincula con aspectos como la farmacodependencia o el divorcio, lo que también parece repercutir en el comportamiento de los hijos, en la relación que estos mantienen con sus progenitores e, incluso, en la satisfacción con el trabajo (Arias-Galicia, 2003).
Otro elemento que suele abordarse en el estudio de las relaciones de pareja, y que tiende a vincularse con la satisfacción, es la sexualidad, destacando que estar satisfecho sexualmente se asocia positivamente, tanto en hombres como en mujeres, con la satisfacción vital, además de contribuir a predecir la propia estabilidad y calidad de la relación (Dogan, Tugut y Golbasi, 2013; Yeh, Lorenz, Wickrama, Conger y Elder, 2006). Respecto a la sexualidad, Ayuso Sánchez y García Faroldi (2014) señalan que, a pesar de no ser una cuestión primordial para la mayoría de personas, el 52.8 % de los hombres y el 39.4 % de las mujeres consideran que sin una vida sexual activa no es posible ser feliz.
La comunicación es otro factor que condiciona las relaciones de pareja, ya sea interfiriendo o, por el contrario, favoreciendo la intimidad entre ambos miembros. Una comunicación positiva se asocia con altos niveles de intimidad, mientras que si se limitan los procesos comunicativos se desarrollan dificultades en cuestiones como la intimidad emocional entre la pareja o la propia satisfacción sexual (Yoo, Bartle-Haring, Day y Gangamma, 2014). De forma general, también se asocia la satisfacción con la relación con el empleo de estilos comunicativos positivos o la prevención de los conflictos (Armenta Hurtarte y Díaz-Loving, 2008; Flores Galaz, 2011). Este último elemento, el conflicto en las relaciones de pareja, es otro tema que tiende a centrar las investigaciones en este ámbito o, al menos, incorporarse como factor relevante si se busca describir las dinámicas de interacción entre la pareja. En este sentido, cabe señalar que, más allá de la frecuencia e intensidad de los conflictos, es fundamental estudiar la forma en que estos son abordados y resueltos pues, si se superan de forma positiva para ambos miembros, pueden ser oportunidades de desarrollo personal y como pareja (Arranz Freijo, 2002; Capafóns y Sosa, 2015).
Independientemente de las dimensiones en las que se centren las investigaciones, las relaciones de pareja cambian y evolucionan progresivamente con el transcurso del tiempo. Los cambios dependen de diversos factores, y pueden conllevar niveles de intensidad que varíen desde lo trivial hasta cambiar por completo la dinámica de la relación, lo que hace que cuestiones como la estabilidad sean relativas en función del momento en el que se encuentre la pareja (Martín Padilla y Echevarría De Uribe, 2017). Desde los inicios de la relación, ambos miembros tendrán expectativas y valoraciones acerca de sus relaciones que pueden o no coincidir, especialmente si se tienen en cuenta variables como la edad, el género, la convivencia, tener hijos o la duración de la relación, a las que habría que sumar otras como las experiencias que vivieron y los aprendizajes que adquirieron en sus familias de origen (Garrido Garduño, Reyes Luna, Torres Velázquez y Ortega Silva, 2007; Nieri, 2017; Urbano-Contreras, Iglesias-García y Martínez-González, 2019b).
Entre los factores o cambios que pueden conllevar cierta desestabilización o una mayor atención en las relaciones de pareja destacan los propios del ciclo evolutivo o vital en el que se desarrolla la relación y, en especial, la paternidad. Las investigaciones desarrolladas en las últimas décadas parecen coincidir en asociar, por ejemplo, una mayor insatisfacción sexual, e incluso general, con la llegada de los hijos, así como con el incremento en el número de estos (Doss y Rhoades, 2017; Doss, Rhoades, Stanley y Markman, 2009; Lawrence, Nylen y Cobb, 2007; Twenge, Campbell y Foster, 2003; Urbano-Contreras, Martínez-González y Iglesias-García, 2018b). Esto parece tener mayor incidencia en aquellas parejas que no comparten las tareas de cuidados que implica la paternidad, ya que aquellas que sí lo hacen de forma igualitaria presentan mejores índices de satisfacción con sus relaciones (Carlson, Hanson y Fitzroy, 2016).
Ante la diversidad de dimensiones y variables que configuran y condicionan las relaciones de pareja, ya sea por el momento evolutivo en el que se encuentren o lo experimentado con anterioridad a su constitución, este trabajo busca analizar las investigaciones llevadas a cabo sobre relaciones de pareja en las dos últimas décadas, de forma que sea de utilidad para aquellos investigadores que se planteen desarrollar nuevas investigaciones o replicar alguna de las que ya se han desarrollado. Concretamente, se busca identificar qué dimensiones y variables han centrado el estudio de estas relaciones, con qué objetivos, qué metodología han utilizado (con especial énfasis en los instrumentos empleados) y qué muestras han participado.
Se presenta una revisión sistematizada siguiendo los principios establecidos por Grant y Booth (2009) y, por consiguiente, se describe la recopilación de datos y el proceso de búsqueda (por ejemplo, las fuentes de información, los criterios utilizados, la selección de estudios), pero sin especificar el riesgo de sesgo en los estudios seleccionados.
Con el fin de acotar las posibles investigaciones que formarían parte de este estudio se establecieron los siguientes criterios de selección: 1) que fueran investigaciones publicadas entre el año 2000 y 2018; 2) que estuvieran publicadas en español y contaran con muestra hispana; 3) que el formato de publicación fuese de artículo científico, descartando actas de congreso u otras de carácter de opinión, y asegurando que habían pasado por una revisión por pares; 4) que el contenido fuese afín a Ciencias Sociales y no abordaba temas vinculados a situaciones de violencia.
Para compilar el corpus de textos que componen esta revisión se optó por realizar búsquedas en diferentes bases de datos con el objetivo de asegurar el mayor número de investigaciones, procurando perder el mínimo de información posible por las limitaciones o restricciones que pueden presentar unas bases de datos sobre otras. Las bases utilizadas fueron: WOS, SCOPUS, Dialnet Plus, Redalyc e ISOC. Además de estas bases, se utilizó el buscador Google Académico. En todas las bases de datos, y con el fin de garantizar los requisitos establecidos, se optó por la búsqueda avanzada y el uso de operadores booleanos, lo que permitió limitar el rango de años de búsqueda o la inclusión de determinados términos (“violencia de género” o “terapia”) y ampliar el número de resultados combinando expresiones (“relaciones de pareja OR relaciones maritales”; “satisfacción pareja OR satisfacción marital”) y truncando palabras (“relación* pareja*”; “sexual*”; “conflicto*”).
Según las especificaciones comentadas, se seleccionaron 83 publicaciones científicas de habla hispana que abordaban aspectos relacionados con las relaciones de pareja. Debido al idioma empleado, Dialnet y Google Académico fueron las fuentes que reportaron un mayor número de resultados y, como era esperable, la mayoría fueron localizados simultáneamente en varios de los recursos de búsqueda utilizados.
En los Anexos 1 y 2 es posible consultar el título del trabajo en el que se presenta la investigación, el año de publicación, el país en el que se llevó a cabo la recogida de información, los instrumentos utilizados para ello y el número de participantes que componen la muestra. Además, en el apartado de resultados se incluyen como dimensiones de análisis el diseño de investigación, el contenido temático y las conclusiones generales obtenidas.
Para el análisis de las diversas investigaciones recogidas se han dividido los resultados en dos dimensiones. Por un lado, se contemplan las principales categorías o temas que abordan los diferentes estudios y, por otro, se busca sintetizar los elementos clave que han determinado el diseño de la investigación, destacando los instrumentos utilizados y las características de la muestra.
Se incluyen resultados cuantitativos (totales y porcentajes) e información cualitativa (análisis de contenido, temáticas analizadas, etcétera), utilizando para la clasificación y gestión de la información la aplicación Microsoft Excel 16.0.
En cuanto a las características generales de año de publicación y país de referencia (Anexo 1), las publicaciones se distribuyen como sigue: 8.4 % entre el año 2000 y 2004; 14.5 % entre 2005 y 2009; 44.6 % entre 2010 y 2014; 32.5 % entre 2015 y 2018. Atendiendo al país, se destaca México (43.4 %), seguido de España (27.7 %) y, con menos representación, Chile (10.8 %) y Colombia (6 %).
Respecto al total de investigaciones, la tendencia mayoritaria (53 %) es centrarse en un único contenido temático (González Colín, Valdez Medina, González Arratia López Fuentes y González Escobar, 2014; Pérez-Solís, Dávalos-Romo y Rentería-Conseción, 2016; Segura Baracaldo, 2017), mientras que resulta menor la incidencia de estudios que contemplan la interacción entre varios (36.2 %), como por ejemplo la satisfacción y la comunicación (Armenta Hurtarte y Díaz-Loving, 2008), la experiencia sexual y los estilos de apego (Gómez-Zapiain, Ortiz y Gómez-Lope, 2011) o conflicto e infidelidad (Arias y Polizzi, 2011). Aún menos frecuentes (10.8 %) son las que amplían las dimensiones de estudio a más de dos (Becerra Flores, Roldan y Flores, 2012; Castillo Ayuso, Vanega Romero y Sosa Correa, 2018).
Dentro de las diferentes temáticas abordadas, la satisfacción con la relación de pareja es la que despierta mayor interés, y se ha trabajado en el 41 % de los estudios analizados (Armenta Hurtarte, Sánchez Aragón y Díaz Loving, 2014a; Sánchez Bravo y Hernández Silva, 2018). Como se adelantaba en la introducción, son numerosos los aspectos que afectan a las relaciones de pareja, por lo que el resto de los temas abordados es diverso. Entre ellos se encuentran el bienestar psicológico (13.3 %), que incluye variables como el autoconcepto, la empatía y la autoeficacia (Guzmán y Trabucco, 2014; Mohand y Herrera Torres, 2014), la comunicación (12.1 %) (Bustos Solorio, Téllez Girón Sicars, Obregon Velasco y Pádros Blázquez, 2016; Villanueva Orozco, Rivera Aragón, Díaz Loving y Reyes-Lagunes, 2012) y la satisfacción sexual (10.8 %) (Ahumada, Lüttges, Molina y Torres, 2014; Eguiluz, Calvo y de la Orta, 2012).
Con algo menos de representación se encuentran el apego (9.6 %) (Medina, Rivera y Aguasvivas, 2016), el conflicto (8.4 %) (Álvarez-Ramírez, García-Méndez y Rivera-Aragón, 2015), las etapas evolutivas del ciclo vital (8.4 %) (Loza López, 2017), el mantenimiento de la relación (7.2 %) (García Meraz y Romero Palencia, 2012) y la infidelidad (3.6 %) (Espinoza Romo, Correa Romero y García Barragán, 2014). Otros temas, como el concepto del amor, el contexto familiar o la interferencia de la tecnología, se observan en el 26.5 % de las investigaciones, ya sea como elementos centrales o complementarios (González Rivera, Hernández Gato, Martínez Núñez, Matos López, Galindo Tirado y García Rivera, 2018).
La perspectiva metodológica seguida en el 75.9 % de las investigaciones es cuantitativa; solo el 9.6 % utiliza un enfoque cualitativo (Agirre Miguélez, 2016) y el 8.4 % combina ambas (Capafóns y Sosa, 2015). Un 8.4 % son publicaciones teóricas (Callejón-Chinchilla y Gila-Ordóñez, 2018).
De los estudios que han aplicado instrumentos de recogida de información (70), el 18.6 % los emplea de elaboración propia (García Rivera y Enciso Arámbula, 2014), y solo un único trabajo (Rodríguez Jiménez, 2010) combina propios y validados previamente. Por otro lado, respecto al número de instrumentos empleados, el 34.2 % de las investigaciones aplicaron uno (Pozos Gutiérrez, Rivera Aragón, Reidl Martínez, Vargas Núñez y López Parra, 2013), el 21.4 %, dos (Núñez Cohello, 2018), el 25.7 %, tres (Bastida-González, Valdez-Medina, Valor-Segura, González Arratia-López Fuentes y Rivera-Aragón, 2017), el 10 %, cuatro (Martínez-Álvarez et al., 2014) y el 8.6 % utilizó cinco o más (García et al., 2017).
Respecto a los instrumentos empleados (Anexo 2), lo más destacable es su diversidad, aunque algunos se han utilizado en varias investigaciones, como la Experiences in Close Relationships (siete estudios) (Guzmán, Santelices y Trabucco, 2015), el Inventario Multifacético de la Satisfacción Marital (también siete estudios) (Álvarez Ramírez y García Méndez, 2017), la Escala de Ajuste Diádico (cinco) (Jiménez-Picón, Lima-Rodríguez y Lima-Serrano, 2018), el Inventario de Estilos de Comunicación de la Pareja (cuatro) (Flores Galaz, 2011) y la Escala de Conflicto de Rivera-Aragón, Cruz del Castillo, Arnaldo y Díaz-Loving (2004) (tres) (Rivera Aragón, Díaz Loving, Villanueva Orozco y Montero Santamaria, 2011).
Con referencia a la muestra (Anexo 2), se analizan dos aspectos, el número de participantes y las características sociodemográficas incluidas. Profundizando en ambos aspectos en función del método de investigación desarrollado, los estudios de metodología mixta incluyen entre 85 y 200 personas, y solo uno incluye a ambos miembros de la pareja (Hidalgo y Menéndez, 2003). Los trabajos de corte cualitativo incluyen desde dos sujetos (una pareja) hasta 100 y la mitad de ellos (4 de 8) incorporan a los dos miembros de la pareja (Garrido Garduño et al., 2007; Nina, 2017; Vera Regina, 2013). En el Gráfico 1, referente a investigaciones cuantitativas, se observa que la mayoría (37) cuentan con 250 o menos sujetos, y son escasas (10) las que superan la cifra de 500 personas. Concretamente, si se atiende a la inclusión de ambos miembros de la pareja, hay una mayor tendencia (46) a no incluirlos que a hacerlo (19).

Profundizando en su configuración, 49 de las 78 (62.8 %) investigaciones que incluyen muestra optan por recoger datos de la población general (tienden a incorporar hombres y mujeres, casados y no casados, con y sin hijos y con rangos de edad que suelen oscilar entre los 18 y los 60 años). Entre el resto se destacan las que se centran en jóvenes (16 en total; 20.5 %): 10 (12.8 %) con población universitaria (Vélez Báez, Rosas Ferrusca y García Lirios, 2018), 5 (6.4 %) que combinan rangos de edad entre los 14 y 35 años (Hernando-Gómez, Maraver-López y Pazos-Gómez, 2016; Rivera, Cruz y Muñoz, 2011) y una (1.3 %) que incorpora menores de edad (entre 12 y 18 años) (Wals, Romera-Félix y Viejo, 2015). Además, cinco (6.4 %) toman como requisito que las personas estén casadas o cohabitando (Ripoll-Núñez, 2011), tres (3.8 %) se centran en sujetos de mediana edad (47-58 años) (Loza López, 2017) o tercera edad (entre 65 y 85 años) (Arias y Polizzi, 2011) y siete (9 %) reflejan un requisito único como ser hombres o mujeres, ser profesor o convivir durante al menos 5 años (Cuervo Rodríguez, 2013; Herrero, 2011).
Aunque es evidente la pluralidad de temas que componen el estudio de las relaciones de pareja, así como los aspectos que pueden vincularse a él, las disciplinas desde las que se lo ha abordado y las metodologías para desarrollarlo, es posible destacar algunos resultados en los que las investigaciones suelen incidir o que les dan especial relevancia.
En primer lugar, el análisis global de los trabajos consultados ratifica la idea de que el bienestar de la pareja y su satisfacción tienen un origen multicausal que va más allá de la propia pareja al verse influida por su contexto sociocultural (Wals et al., 2015). En general, las parejas suelen estar satisfechas con su relación, aunque algunos estudios indican que la mitad de ellas no se muestran ni satisfechas ni insatisfechas (Becerra Flores et al., 2012). Dentro de esta dimensión, hay ciertas características sociodemográficas que parecen influir y despertar mayor interés que otras: el tener hijos, el género y la duración de la relación.
Respecto a la llegada de los hijos, las principales conclusiones a las que se ha llegado son que el tener hijos reduce la satisfacción general con la relación (Arias-Galicia, 2003), que a mayor número de hijos se experimenta un mayor descenso de la satisfacción con la relación, sobre todo en los hombres (García Toca y Nader Carreta, 2009; Vera Noriega, Laborín Álvarez y Domínguez Plata, 2000), y que, al ser padres, se ven condicionadas las dinámicas sexuales de la pareja, tendiendo a verse reducida la satisfacción sexual (Fuertes Martín, 2000; Pozos Gutiérrez et al., 2013; Valor-Segura, Expósito y Moya, 2010). En cuanto al género, los hombres suelen reportar mayores índices de satisfacción con la relación (García Rivera y Enciso Arámbula, 2014; Villar, Villamizar y López-Chivrall, 2005), aunque cabe destacar que, a la hora de intentar predecirla, se obtienen modelos predictivos diferentes para hombres y mujeres (Martín Murcia y Ferro García, 2015). Atendiendo a la duración de la relación, parece estar claro que las relacionas cambian con la edad, llegando algunos autores (Arias y Polizzi, 2011; Guzmán y Contreras, 2012) a señalar que cuanto más tiempo pasa, menor es la satisfacción con la relación y la frecuencia de las relaciones sexuales, aunque otros mantienen que sí hay un descenso de la actividad sexual, pero no de la satisfacción (Ripoll-Núñez, 2011), mejorando incluso otros aspectos como la comunicación entre la pareja (Guzmán y Contreras, 2012).
Además de los descritos, aspectos como el plano económico, el tiempo dedicado a trabajar, el lugar donde se vive o el estrés del ambiente influyen notablemente en cómo se vive y percibe la relación (Herrero, 2011). Se destaca que las parejas se mantienen unidas con base en la comunicación, el cuidado de los hijos, la estabilidad económica, la confianza, el apoyo, la aceptación, la protección y la seguridad que se brindan los miembros de la pareja (González Colín et al., 2014).
Complementarios a las cuestiones más sociodemográficas, las investigaciones analizadas incluyen otros temas que parecen guardar relación con la configuración de la pareja y la satisfacción que se percibe en ella. Entre ellos, aparecen el miedo a la intimidad y la ansiedad, los cuales reducen la satisfacción (Otero Rejón y Flores Galaz, 2016; Rivera et al., 2011), mientras que el sentido del humor (Bastida-González et al., 2017), el bienestar psicológico (Castillo Ayuso et al., 2018) y un contexto familiar positivo (Zicavo y Vera, 2015) la aumentarían.
En esta misma línea, merecen especial atención dos temáticas, el apego y la comunicación. Con relación al apego, las investigaciones dan importancia a diferentes momentos evolutivos, y destacan la influencia del apego con los padres en la relación de pareja (Ahumada et al., 2014; Ortiz Barón, Gómez Zapiain y Apodaca, 2002) y los beneficios de mantener un apego seguro con la pareja, el cual contribuye a incrementar la satisfacción sexual (Rivera Aragón et al., 2011; Vidal González et al., 2012). En lo que respecta a la comunicación, una forma positiva de comunicarse, alejada del conflicto y que contribuya a aceptar las diferencias, aumenta la satisfacción con la relación (Armenta Hurtarte y Díaz-Loving, 2008; García et al., 2017; Moral de la Rubia, 2011). Directamente relacionado con la comunicación, el conflicto también es un tema recurrente en la literatura científica, relacionado con otros tan relevantes como el bienestar de los hijos (Cabrera García, Guevara Marín y Barrera Currea, 2006), la infidelidad (Gómez-Zapiain et al., 2011) o las repercusiones positivas que tiene optar por un estilo negociador al abordar los conflictos en pareja (Armenta Hurtarte et al., 2014a).
Por último, y a pesar de las múltiples conclusiones coincidentes, las investigaciones estudiadas dejan ver temas emergentes como el uso de la tecnología y su influencia en las relaciones de pareja (Armenta Hurtarte, Sánchez Aragón y Díaz Loving, 2014b; Cuenca Montesino, 2013; Sánchez Bravo y Hernández Silva, 2018) y evidencian la ausencia de estudios que integren nuevas estructuras de estar o ser una pareja, como puede ser el poliamor. Igualmente, invitan a continuar replicando las investigaciones presentadas en muestras diferentes (lugar, edad, tamaño de muestra, etcétera) y con diseños metodológicos más ambiciosos pues, si bien se da excepcionalmente, se encuentran algunos resultados que no siguen las tendencias generales planteadas hasta el momento.
A pesar de la diversidad que presentan las investigaciones analizadas, a la hora de buscar algunas coincidencias entre ellas puede concluirse que la mayoría se centran en una única dimensión de estudio, y escasean aquellas que contemplan la interacción entre ambas, como por ejemplo la satisfacción y la comunicación (Armenta Hurtarte y Díaz-Loving, 2008), la experiencia sexual y los estilos de apego (Gómez-Zapiain et al., 2011) o el conflicto y la infidelidad (Arias y Polizzi, 2011). Dentro de las diferentes temáticas abordadas, parece que la satisfacción con la relación de pareja es el tema que despierta mayor interés (Armenta-Hurtarte, Sánchez-Aragón y Díaz-Loving, 2012; Martínez León, 2004; Mora Torres, Gómez Cortés y Rivera Heredia, 2013; Vera Noriega et al., 2000), seguido de otros como la satisfacción sexual (Moral de la Rubia, 2011; Rodríguez Jiménez, 2010; Sánchez-Fuentes y Sierra, 2015), la comunicación (Sánchez Aragón y Díaz Loving, 2003) y los conflictos (Rivera Aragón et al., 2011; Valor-Segura et al., 2010).
Además, a la hora de profundizar en el estudio de estas dimensiones, los investigadores tienden a centrar su atención en variables sociodemográficas como el género, que es la que mayor interés despierta (Arias y Polizzi, 2011; Ferrer, Bosch, Navarro, Ramis y García, 2008; Gómez-Jacinto, Canto-Ortiz y García-Leiva, 2001; Martínez León, 2004; Maté y Acarín, 2011; Valor-Segura et al., 2010), la duración de la relación (García Meraz y Romero Palencia, 2012; Miranda Hernández y Ávila Santibáñez, 2008; Villar et al., 2005) y el tener hijos (Ávila Santibáñez, Miranda Hernández y Juárez Segurapara, 2009; Hidalgo y Menéndez, 2003; Mora Torres et al., 2013).
Por último, en cuanto al diseño de la investigación, una minoría incluye procedimientos que permitan obtener información cualitativa, y aún menos común es la utilización de instrumentos de elaboración propia (Garrido Garduño et al., 2007; Maté y Acarín, 2011; Rodríguez Jiménez, 2010). Respecto a la muestra, predominan las investigaciones que cuentan con 250 o menos participantes frente a las que manejan entre 251 y 500 o las que disponen de una muestra superior a 500 sujetos.
En cuanto al contenido, se pone de relieve la satisfacción con la relación de pareja y la amplitud de variables que la condicionan, entre las que destacan, como ya se ha comentado, el tener hijos y el género, seguidas de otras como el número de hijos, la duración de la relación, convivir o el apego con los progenitores. Atendiendo al resto de las dimensiones que configuran las dinámicas de pareja, también despiertan interés: la comunicación, y concretamente sus patrones y estilos; los conflictos, vinculados a aspectos como la satisfacción u otros tan diversos como la infidelidad; y la sexualidad, relacionada con cuestiones tan relevantes como el bienestar psicológico, la felicidad o la negociación entre la pareja.
Para finalizar, como limitaciones de este trabajo es posible indicar la selección de publicaciones únicamente de ámbito hispano y que no se contemplen investigaciones previas al año 2000. No obstante, estas dos concreciones son las que han permitido establecer un volumen de trabajos amplio a la vez que abarcable.
Como principal aportación, cabe señalar la utilidad de este trabajo para la comunidad científica que esté interesada en iniciar o desarrollar investigaciones sobre relaciones de pareja, ya sea de cara a seleccionar la muestra, los instrumentos, el diseño de la investigación o los propios temas a abordar, pues la información recogida permite identificar posibles carencias (como combinar dimensiones) o replicar estudios en otras muestras, ampliar las ya existentes o comparar los resultados ya obtenidos. Como futuras líneas de investigación, sería de interés ampliar este estudio con investigaciones de otros contextos como el inglés, el francés o el portugués, en los que existe una elevada producción científica.


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