RESUMEN: Las lipoproteínas de alta densidad (HDL) tienen como función transportar el exceso de colesterol desde los tejidos hacia el hígado, para ser excretado; y de este modo contribuyen al control de las enfermedades cardiovasculares. Además, las HDL pueden modular la respuesta inmune, por sus propiedades anti-inflamatorias, antioxidantes y anti-apoptóticas, entre otras. A nivel celular, las HDL pueden modificar las balsas lipídicas, las cuales son determinantes en la activación de la respuesta inmune frente a patógenos o agentes extraños. En algunas patologías como la sepsis, las HDL participan mediando la eliminación del lipopolisacárido (LPS) a través de su captura y posterior eliminación en el hígado; esto conlleva a una modulación negativa de la expresión del TLR4, principal receptor del LPS. También se ha reportado que las HDL modulan la respuesta inflamatoria a través de la regulación de la activación de la cascada del complemento y la expresión de pentraxina 3. Finalmente, la función y los niveles de las HDL se han encontrado particularmente alterados en algunas patologías infecciosas, ateroesclerosis y sepsis, lo que se ha asociado con el progreso o la severidad de la enfermedad.
PALABRAS CLAVE: ColesterolColesterol,HDLHDL,InmunomodulaciónInmunomodulación,Respuesta InmuneRespuesta Inmune.
SUMMARY: The main function of high-density lipoproteins (HDL) is to transport the excess of cholesterol from tissues to the liver, where it is excreted, thus decreasing the risk of atherosclerotic plaques development and cardiovascular diseases establishment. Besides, HDL participates in different processes of the immune response, as its components have anti-inflammatory, anti-oxidative and antiapoptotic activities, among others. At cellular level, these lipoproteins have the ability to modify lipid rafts, critical micro-domains that participate in signaling pathways in response to pathogens. Likewise, it has been reported that HDL have a great impact in sepsis, as they eliminate the excess of LPS in blood and transport it to the liver for its elimination, and downregulate the expression of TLR4, main receptor of this molecule. Also, HDL can modulate humoral innate immune responses through regulating the activation of the complement pathway and the expression of pentraxin 3, resulting in the modulation of inflammatory processes. In fact, it has been reported that in several infectious diseases, atherosclerosis and sepsis, the level and function of HDL are altered, which associates with the progress of the diseases.
KEY WORDS: Cholesterol, HDL, Immunomodulation, Immune Response.
RESUMO: As lipoproteínas de alta densidade (HDL) têm a fun- ção de transportar o excesso de colesterol desde os tecidos até ofígado para aqui ser excretado e dessa forma contribuem no controlo das doenças cardiovasculares. Além disso, as HDL podemmodular a resposta imune devido as suas propriedades anti-inflamatórias, antioxidantes e antiapopticas, entreoutras. Anívelcelular, asHDLpodemmodificar os rafts lipídicos, que são essências para a ativa- ção da resposta imune contra patógenos ouagentes estranhos. Nalgumas patologias como a septicemia, as HDL participam mediando a eliminação do lipopolissacarídeo (LPS) através da sua captura e posterior eliminação no fígado. Isto leva a uma modulação negativa da expressão de TLR4, orecetor principal do LPS. Também foi reportado que as HDL modulam a resposta inflamatória através da regulação da ativaçãoda cascata do sistema do complemento e a expressão de pentraxina 3. Por último, a função e os níveis das HDL têm sido especialmente encontrados alterados nalgumas doenças infeciosas, em aterosclerose e em septicemia, o qual esta associado aevolução ou a gravidade da doença.
PALAVRAS CHAVE: Colesterol, HDL, Imunomodulação, Resposta Imune.
Artículos de revisión
Inflamación y respuesta inmune innata: participación de las lipoproteínas de alta densidad*
Inflammation and innate immune response: role of high-density lipoprotein
Inflamação e resposta imune inata: participação das lipoproteínas de altadensidade
Recepción: 03 Octubre 2016
Aprobación: 04 Mayo 2017
Las lipoproteínas de alta densidad (HDL), comúnmente denominadas “colesterol bueno”, son complejos macromoleculares heterogéneos encargados del transporte reverso de lípidos, desde los diferentes tejidos periféricos hacia el hígado, para remover el exceso de colesterol libre. Para llevar a cabo estas funciones, los diferentes tipos de lipoproteínas interactúan entre sí1. Las HDL tienen además efectos pleiotrópicos en procesos como la vasodilatación2 y la reducción de la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad (LDL)3, la inflamación, la apoptosis y la trombosis4)(5. Igualmente, las HDL modulan los niveles de colesterol en células del sistema inmune como los macrófagos. Esto permite a su vez la regulación de la composición de los microdominios en la membrana plasmática6)(7, denominados balsas lipídicas, en los cuales se expresan receptores necesarios para la señalización celular, y por lo tanto, para la respuesta inmune8. Además se ha descrito que durante el desarrollo de diversas patologías infecciosas, no solo hay un cambio en los niveles de las HDL, sino también en la composición y metabolismo de las lipoproteínas, lo que empeora su curso clínico9. El objetivo de este trabajo fue revisar los principales efectos pleiotrópicos reportados para las HDL en la respuesta inmune innata y su implicación en algunas patologías humanas.
El principal componente estructural proteico de las HDL es la apoproteína A-I (ApoA-I), y en menor medida, ApoA-II, ApoA-IV, ApoC, ApoE, ApoJ y ApoM (Figura 1); adicionalmente posee enzimas como la lecitina colesterol acil-transferasa (LCAT), paraoxonasa-1 (PON-1), el factor activador de plaquetas acetilhidrolasa, y las proteínas de transferencia de ésteres de colesterol (CETP) y de fosfolípidos (PLTP)10. También se ha descrito que diferentes miRNAs están asociados con las HDL11 y que éstas pueden ser usadas como sistema de transporte para la entrega de miRNAs a células específicas12. La fracción lipídica está compuesta por ésteres de colesterol, colesterol libre, triglicéridos y fosfolípidos. Las HDL pueden clasificarse según su tamaño, forma y contenido durante su biosíntesis, en partículas pequeñas discoidales (pre-β1 y pre-β2), esféricas intermedias (HDL3) y esféricas maduras (HDL2)13. Éstas últimas interactúan con receptores scavenger en el hígado (SR-B1) para descargar el colesterol e iniciar su proceso de excreción14.
Las HDL participan en un proceso denominado transporte reverso, el cual hace parte de la maduración de la macromolécula e implica la transferencia de apoproteínas y lípidos desde y hacia otras lipoproteínas (Tabla 1), y la toma de colesterol de membranas, revertiendo la acumulación en los tejidos. Para la formación de las HDL, la Apo-AI es secretada principalmente por el hígado y el intestino delgado en forma libre, (Figura 2) y rápidamente obtiene pequeñas cantidades de fosfolípidos a través de la proteína transportadora dependiente de ATP 1 (ABCA1), incrementando el contenido lipídico y formando lo que se conoce como HDL pre-β migrante o HDL naciente15. En este proceso participan además diferentes enzimas como la LCAT, que cataliza la esterificación de los ácidos grasos mediante la transferencia de un grupo acil proveniente de la lecitina al colesterol libre, generando ésteres de colesterol hidrofóbicos, los cuales se desplazan hacia el interior de la lipoproteína16)(17. Igualmente, la CEPT permite que ésteres de colesterol sean transferidos desde las HDL a lipoproteínas ricas en triglicéridos como LDL, y VLDL (very low density lipoproteins).
Las HDL maduras se unen al receptor SR-B1, que se encuentra principalmente en las balsas lipídicas y capta los ésteres de colesterol contenidos en las lipoproteínas, determinando los niveles de HDL en plasma y promoviendo el flujo de colesterol14. Existen dos mecanismos por los cuales se da el transporte reverso de colesterol. El primero consiste en la unión de las HDL al receptor SR-B1, liberando el contenido de colesterol en el hígado18; el segundo es a través de la transferencia de ésteres de colesterol a las VLDL y LDL19, lo cual permite que las LDL se unan a su receptor específico y se dé la endocitosis de estas lipoproteínas.
Los niveles y la composición de las HDL se ven afectados por la acción de algunas citoquinas y moléculas liberadas durante los procesos inflamatorios. En este sentido, citoquinas pro-inflamatorias como TNF-α e IL-6 disminuyen la expresión de ApoA-I e inducen la expresión de la proteína amiloide A sérica (SAA), la cual cambia la composición de las HDL20, afectando su capacidad antiinflamatoria y antioxidante21. Se ha reportado que durante esta fase hay un incremento en la actividad de PLTP y una disminución en la actividad de LCAT, lo que lleva a una disminución de las HDL maduras22. Otras alteraciones que se han evidenciado en la composición de las HDL durante la respuesta inflamatoria son el incremento de los niveles de triglicéridos, colesterol libre, ceramidas y glucosilceramidas, así como la disminución en los niveles de ésteres de colesterol y fosfolípidos, lo que en consecuencia modifica sus funciones23.
Aunque durante la respuesta inflamatoria aguda se da un cambio en la composición de las HDL que disminuye su capacidad antiinflamatoria, se ha encontrado que algunos componentes inflamatorios pueden ser regulados por esta lipoproteína, como ocurre con los inflamasomas, que son complejos multiproteicos ensamblados en el citosol que favorecen la maduración de las citoquinas proinflamatorias de la familia de la IL-1β24. Estos complejos pueden ser activados por cristales de colesterol, los cuales al ser fagocitados por los macrófagos, inducen una respuesta inflamatoria con la liberación de IL-1β e IL-1825)(26. Recientemente se ha demostrado que las HDL tienen la capacidad de disminuir la secreción de IL-1 en repuesta al estímulo con cristales de colesterol en macrófagos derivados de monocitos y la línea celular TPH-1; esta reducción podría asociarse con la capacidad de las HDL de modular negativamente la expresión transcripcional de NLRP3 e IL-1β, así como de inducir una mayor estabilidad de la membrana lisosomal reduciendo la activación de la caspasa-1 y el daño mitocondrial27. Por otra parte, dado el papel que tienen las HDL en el trasporte del colesterol, se han realizado diversos estudios para determinar su efecto en las lesiones ateroescleróticas. En ese sentido, ratones deficientes en ApoE, propensos a desarrollar procesos aterogénicos graves, en los que se silenció la expresión de NLRP3, presentan menor desarrollo de placas ateroescleróticas y mayor expresión transcripcional de los receptores ABCA1 y ABCG1, sugiriendo que hay un mayor flujo de colesterol en los macrófagos28. En contraste, la administración de IL-18 en esos ratones, incrementa el tamaño de las lesiones ateroescleróticas29, comprobando el vínculo que existe entre estas dos moléculas. Adicionalmente, la formación de cristales de colesterol en macrófagos alveolares es revertida por la adición de ApoA1 y ApoE30, sugiriendo que las HDL podrían disminuir la activación del inflamasoma, y de esta manera, reducir la aparición de lesiones ateroscleróticas. Adicionalmente, nuestros estudios preliminares sugieren que las HDL promueven la degradación de los cristales de colesterol y contrarrestan su actividad pro-inflamatoria (Datos sin publicar).
Igualmente, se ha reportado que las HDL podrían modular el curso de algunas enfermedades con un componente inflamatorio, como el síndrome coronario agudo, en el cual se presentan bajos niveles de HDL, en comparación con los controles sanos31. Dado que uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades ateroscleróticas son los bajos niveles de HDL32, y que estas enfermedades están asociadas con la activación de la respuesta inflamatoria, se sugiere que las HDL podrían participar en la protección de enfermedades cardiovasculares que están mediadas por la activación de moléculas pro-inflamatorias.
Las HDL juegan un papel importante en la inhibición de la oxidación de las LDL, ya que contienen apoproteínas y enzimas con actividad antioxidante, incluyendo PON-1, enzima que dirige la degradación de los ácidos grasos oxidados de las LDL, evitando que se desencadene la producción de citoquinas, mediadores inflamatorios y moléculas de adhesión celular, disminuyendo la respuesta inflamatoria33. Los estudios en este campo han mostrado que existe una correlación negativa entre la expresión de PON-1 y la progresión de algunas patologías como la ateroesclerosis34, enfermedades coronarias, diabetes mellitus y dislipidemias, en las cuales se presenta un incremento del estrés oxidativo35. Así mismo, en modelos murinos que no expresan PON-1, se ha observado una mayor progresión de las lesiones ateroescleró- ticas, así como menor actividad antioxidante de las HDL, en contraste con los ratones que sobre-expresan esta enzima36, lo que refuerza el papel de esta enzima, unida a las HDL, en la reducción del estrés oxidativo. De igual forma, las HDL tienen la capacidad de inhibir la apoptosis en células endoteliales mediante la activación de la vía Akt/eNOS, las cuales son activadas por apoA-I y la esfingosina 1- fosfato (S1P-1, sphingosine 1- phosphate) al unirse a sus receptores SR-BI y S1P-2, respectivamente. Esta vía inhibe la inducción de apoptosis por la vía intrínseca, ayudando a mantener la integridad endotelial5.
Una propiedad importante de las HDL, más específicamente de la ApoA-I, es la capacidad de unirse y neutralizar el lipopolisacárido (LPS)37, que es reconocido por el TLR4 para activar la respuesta inflamatoria caracterizada por la producción de TNF-α, IL-1β e IL-638. En modelos murinos transgénicos que expresan altos niveles de ApoA-I, se ha observado mayor sobrevida luego de que se induce endotoxemia por inyección peritoneal de LPS, respecto a los controles. Así mismo ratones deficientes en ApoA-I presentan mayor susceptibilidad al desarrollo de sepsis y una mayor producción de citoquinas proinflamatorias39. De igual forma, ratones pre-tratados con HDL y retados con LPS, presentan mayor tasa de sobrevida y expresión reducida de marcadores de inflamación comparados con el control sin tratamiento, sugiriendo un papel protector de las HDL frente a la endotoxemia40. Estos resultados concuerdan con los efectos observados en líneas celulares tratadas con HDL, en las cuales disminuye la secreción de citoquinas proinflamatorias en respuesta al LPS (Datos sin publicar).
Un factor importante en la respuesta inmune frente a las bacterias gram negativas es la proteína de unión al LPS (LBP), que media la activación del TLR4, aumentando la respuesta inflamatoria41. Sin embargo, se ha reportado que la proteína LBP puede tener un efecto dual en la respuesta al LPS41: transfiriendo el LPS a las HDL, y de ahí a las LDL42, o permitiendo su eliminación directa a través del hígado, disminuyendo la respuesta inflamatoria asociada al LPS43. Los niveles plasmáticos de LPS son particularmente importantes en algunas enfermedades como la sepsis, en las cuales se ha observado que el receptor para las HDL, SR-B1, controla la respuesta frente a la endotoxemia, reduciendo la activación de NF-κB44. De hecho, en ratones con deficiencia en el receptor SRB1, hay una menor sobrevida cuando se retan con LPS, sugiriendo un papel protector frente a la sepsis45. Por otra parte, la expresión del TLR4 se ve disminuida en monocitos activados por LPS y tratados con ApoA-I, en los cuales la integridad de las balsas lipídicas se ve afectada por la inducción de flujo de colesterol46, lo que sugiere que las HDL pueden estar induciendo un cambio funcional en estas células, disminuyendo la respuesta inflamatoria frente al LPS. Sin embargo, otros autores han reportado que el LPS puede contrarrestar los efectos de las HDL, reduciendo la expresión de ApoA-I y CETP, el transporte reverso y los efectos antiinflamatorios y antioxidantes de las HDL47.
Los macrófagos y las células dendríticas tienen un papel importante en la respuesta inmune. Para ello, en su membrana presentan balsas lipídicas que poseen microdominios ricos en colesterol, esfingolípidos y proteínas, involucradas en procesos de señalización celular, transporte de proteínas y adhesión celular8. La función de las balsas lipídicas depende de su composición, por lo que su alteración lleva a la modulación de muchas vías de señalización de la respuesta inmune48.
Se ha reportado que las HDL remueven el colesterol libre de las balsas lipídicas, principalmente a través de las proteínas transportadoras ABCA1 y ABCG149, proceso regulado por un heterodímero conformado por los receptores X de hígado y los receptores X retinoides. Este heterodímero induce la sobreexpresión de los genes que codifican para ApoA-I50, y las proteínas transportadoras de colesterol en respuesta a oxiesteroles provenientes de la oxidación de las LDL, permitiendo una estimulación del transporte reverso del colesterol51. Esta remoción de colesterol libre y de esfingomielina mediada por las HDL nacientes a través de ABCA1, lleva a un cambio de composición en las balsas lipídicas, lo que se ha asociado con una disminución de la expresión del marcador CD11b; induciendo alteraciones en la activación, la adhesión, y la dispersión y la migración de neutrófilos y otras células48)(49. Se ha encontrado que los macrófagos durante el desarrollo de procesos aterogénicos modulan el metabolismo de lípidos a través de la activación de mecanismos que remueven el exceso de colesterol, llevando a una regulación negativa de la expresión de mediadores inflamatorios como MCP-1 (monocyte chemoattractant protein 1) y CD11b52. Adicionalmente, la alteración en la composición de las balsas lipídicas de los macrófagos lleva a una reducción de la expresión del complejo mayor de histocompatibilidad clase II, el cual es necesario para la activación de linfocitos T53)(54)(55. De igual forma, las HDL aumentan la producción de prostaglandina E2 y de IL-10 por monocitos, lo que influye negativamente en su diferenciación hacia células dendríticas y de esta forma, se reduce la presentación antigénica56.
Otros componentes importantes en la respuesta innata son los TLR, los cuales están involucrados en la formación de lesiones ateroescleróticas57. Aunque estos receptores no se encuentran constitutivamente en las balsas lipídicas, una vez que son activados, se localizan en ellas para la señalización intracelular58. Sin embargo, la alteración de la composición de colesterol de las balsas lipídicas que ejerce la ApoA-I, lleva a una reducción de la expresión de algunos TLR, así como de los genes inducidos por estos59. Otra vía por la cual se ha encontrado que las HDL puede modular la función de los TLR, es la activación del regulador transcripcional ATF3, el cual está involucrado en diferentes vías de señalización y se ha asociado con la inhibición de la expresión de genes blanco60. Estos estudios sugieren que las HDL puede modular la función de los TLR mediante la alteración de los microdominios, evitando la migración de los TLR a las balsas lipídicas y posterior activación de las vías de señalización o modulando los reguladores negativos de su señalización, disminuyendo de esta forma el proceso inflamatorio.
Uno de los principales componentes de las balsas lipídicas son los esfingolípidos, a partir de los cuales se generan ceramidas y esfingosina, la cual puede ser fosforilada por una kinasa de esfingosina (SphK, sphingosine kinasa) generando esfingosina 1-fosfato (S1P)61. Específicamente, se ha encontrado que S1P potencia el crecimiento y la sobrevida de diversos tipos celulares, modulando el ciclo celular y el incremento de la síntesis de ADN62. De igual forma se asocia con la movilización de calcio intracelular independiente del inositol trifosfato (IP3)63 y con la disminución de la permeabilidad vascular64. De forma interesante, S1P podría intervenir en la modulación de las respuestas inflamatorias, tal como se evidenció en células T CD4+ de ratones deficientes en ShpK2, las cuales presentan un fenotipo hiperactivado, así como elevada capacidad proliferativa y de secreción de citoquinas en respuesta al estímulo con IL-265. Además, durante la infección por el virus influenza, S1P reduce la producción de citoquinas pro-inflamatorias y el reclutamiento de células innatas66. En contraste, S1P puede también contribuir a respuestas inflamatorias y alérgicas, induciendo la degranulación de mastocitos67. Además de inmunomodulador, S1P se ha encontrado correlacionado con los niveles de ApoA-I y apoAII68 y es transportado por las HDL unido a ApoM69. Aunque no se conoce el mecanismo por el cual las HDL remueven S1P de la membrana, se sabe que estas se unen, haciendo a S1P menos susceptible a la degradación y al unirse a su receptor, el receptor 3 de S1P, inhibe la migración de macrófagos70.
El reconocimiento de patógenos por medio de receptores de la inmunidad innata lleva a la activación de las vías del complemento, que inducen la lisis bacteriana, opsonización, quimiotaxis y señalización a través de los TLR. Existe una correlación negativa entre los niveles de HDL y algunos componentes de la cascada del complemento, como C5b-C971. De hecho, se ha descrito que las HDL inhiben la formación del complejo de ataque a membrana72. Asimismo, estudios de proteómica han mostrado que en individuos con enfermedad arterial coronaria, las HDL se unen a las proteínas del complemento C3 y C4, en mayor medida que en los controles sanos10. Cabe resaltar que el sistema del complemento ha sido asociado con aterogénesis, por lo que estos mecanismos pueden explicar dicha asociación73. Este mecanismo tiene un papel importante en enfermedades como la ateroesclerosis, donde los cristales de colesterol activan la cascada del complemento, contribuyendo al proceso inflamatorio y de esta forma, a la progresión de la enfermedad. En efecto, a partir de muestras humanas, se observó que los niveles altos de HDL disminuyen la activación del complemento inducida por cristales de colesterol. Estos estudios sugieren que las HDL tiene un papel directo en la inhibición de la activación de la cascada del complemento, así como también un efecto indirecto, al disminuir el colesterol por transporte reverso y evitar la formación de cristales que pueden activar el complemento e inducir inflamación74. En conclusión, estos hallazgos sugieren que las HDL y algunos componentes involucrados en su biosíntesis, puedan mediar los procesos de activación, diferenciación y función de las células de la inmunidad.
Tanto las funciones metabólicas como inmunomoduladoras de las HDL pueden participar en la dinámica y progresión de las patologías humanas. Se han reportado niveles reducidos de HDL en enfermedades autoinmunes como lupus eritematoso sistémico75, artritis reumatoide76, enfermedad de Crohn y artritis psoriática77, así como en otros tipos de patologías como ateroesclerosis78 y sepsis79. Las HDL con composición alterada, pueden desarrollarse en algunas patologías y contribuir con la severidad de la enfermedad. Tal es el caso de los pacientes con lupus eritematoso sistémico y artritis reumatoide80, quienes presentan HDL con funciones proinflamatorias, las cuales tiene menor capacidad de transportar colesterol, así como alteración de su actividad antioxidante, debido a su menor contenido de ApoA-I y al aumento de enzimas como SAA20. De igual forma, en pacientes con artritis reumatoide, existe una correlación negativa entre los anticuerpos generados contra las LDL oxidadas y los niveles de HDL, y una correlación positiva entre estos anticuerpos y el grado de inflamación81. Cabe resaltar que en pacientes con lupus eritematoso, los anticuerpos contra las LDL oxidadas están asociados con un aumento en la formación de placas ateroescleróticas82.
Otra enfermedad en la cual se ha reportado una alteración en las funciones anti-inflamatorias es la hiperhomocisteinemia. Los estudios señalan que el plasma de los pacientes con esta patología no tiene la capacidad de promover el flujo de colesterol desde los macrófagos cargados con lípidos y que la actividad de la PON1 (enzima contenida en las HDL) está disminuida, en comparación con controles sanos83. De otro lado, en mujeres con síndrome antifosfolípido hay alteraciones en las funciones antioxidantes y antinflamatorias de las HDL, debido a que tienen menor capacidad de regular la producción de especies reactivas del oxígeno y de moléculas de adhesión como ICAM-1 y VCAM-1, así como baja capacidad de inducir la producción de óxido nítrico y menor actividad de la PON-184.
En cuanto a enfermedades cardiovasculares, se han reportado dos polimorfismos en el gen que codifica para la PLTP, la cual que está involucrada en el proceso de maduración de las HDL, que se asocian con un aumento en el número de partículas de HDL de menor tamaño y con un menor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares85. En contraste, existen algunos desordenes genéticos que afectan directamente los niveles de HDL, tales como la enfermedad de Tangier, la cual es caracterizada por niveles muy bajos de HDL y el desarrollo de ateroesclerosis a temprana edad. Esta patología se debe a una deficiencia de la proteína ABCA186, la cual es crítica en la formación de las nuevas partículas de HDL. Finalmente, en la deficiencia de CETP, se presentan altos niveles de HDL, pero no se ha reportado su correlación en el control de la enfermedad87.
Finalmente, tenemos las enfermedades infecciosas con un componente inflamatorio en su patogénesis, como las infecciones por los virus Dengue y VIH, entre otros. En ambos casos, las HDL se encuentran disminuidas, especialmente en aquellos pacientes con evidencias de progresión, es decir pacientes con signos de alarma en el caso del dengue, o pacientes con altas cargas virales y bajos recuentos de linfocitos T CD4+, en el caso de VIH (datos sin publicar).
De esta forma, en las enfermedades donde se presenta alteración de las funciones antiinflamatorias de las HDL, se presenta exacerbación de la respuesta inflamatoria, lo que se relaciona directamente con una mayor severidad y progresión de estas enfermedades.
Estas evidencias sugieren que las HDL tiene un papel importante en la respuesta inmune innata y adaptativa, mediante la modulación de diferentes componentes del sistema inmune, lo que tiene un impacto importante en la respuesta frente a enfermedades como la ateroesclerosis y la endotoxemia. Este papel parece estar mediado por los componentes de las HDL, que pueden modular diferentes procesos como la migración de leucocitos, inflamación y presentación antigénica, además de la capacidad de transportar o eliminar mediadores como la S1P y el LPS, respectivamente. Por otra parte, la función de las HDL en el sistema inmune parece estar mediada por su función de promover el flujo de colesterol desde la célula, teniendo efecto en la expresión de algunos receptores importantes en la activación del sistema inmune adaptativo. En consecuencia, la alteración de estas funciones afecta el curso de diferentes enfermedades con un alto componente inflamatorio. Aunque aún se desconocen muchas vías y mecanismos que regulan la función de las HDL, su importancia en el control del desarrollo de diferentes enfermedades la señalan como un posible blanco terapéutico que debe continuar siendo objeto de investigación.
Los autores agradecen al Dr. Walter Cardona por la lectura crítica del manuscrito y sus aportes para el mejoramiento del mismo. Colciencias 141565741029, UdeA y UCC.
Los autores manifiestan no incurrir en ningún conflicto de intereses.
*Correspondencia: Juan Carlos Hernández; juankhernandez@gmail.com