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Comunicación, valoración y responsabilidad social en el deterioro del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso
Alan Muñoz; Camila Goecke
Alan Muñoz; Camila Goecke
Comunicación, valoración y responsabilidad social en el deterioro del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso
EURE, vol. 51, núm. 153, pp. 1-21, 2025
Pontificia Universidad Católica de Chile
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Resumen: A veinte años de la declaración del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso (SPMV), la condición actual de este patrimonio es compleja, por su evidente deterioro. El objetivo de este estudio es analizar si los actores sociales que interactúan con el Sitio logran identificar su ubicación física, e indagar sobre su valoración de dicho bien y su capacidad de establecer algún grado de responsabilidad, personal o colectiva, en el deterioro del Sitio a partir de sus actividades cotidianas. Mediante una encuesta digital y un enfoque exploratorio que toma en consideración las perspectivas y enfoques teóricos revisados, los resultados muestran una alta valoración social por parte de los actores sociales que interactúan en el Sitio. Sin embargo, no perciben que sus actividades cotidianas contribuyan a su deterioro, evidenciándose una falta de identificación con el patrimonio y de reconocimiento de este, además de la carencia de una comunicación efectiva y participativa para su divulgación.

Palabras clave: patrimonio, participación ciudadana, espacio público.

Abstract: Twenty years after the declaration of Valparaíso as a World Heritage Site (WHS), the current condition of this heritage is complex, given its evident deterioration. The aim of this study is to analyze whether the social actors interacting with the Site are able to identify its physical location, assess its value, and recognize their individual or collective responsibility in the deterioration of the site due to their daily activities. Through a digital survey and an exploratory approach that considers the reviewed perspectives and theoretical frameworks, the results show a high social appraisal from the social actors interacting at the Site. However, they do not perceive that their daily activities contribute to its deterioration, revealing a lack of identification with the heritage and recognition of it, as well as a lack of effective and participative communication for its dissemination.

Keywords: heritage, citizen participation, public space.

Carátula del artículo

Artículos

Comunicación, valoración y responsabilidad social en el deterioro del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso

Alan Muñoz
Universidad de Valparaíso, Chile
Camila Goecke
Universidad de Valparaíso, Chile
EURE, vol. 51, núm. 153, pp. 1-21, 2025
Pontificia Universidad Católica de Chile

Recepción: 19 Marzo 2024

Aprobación: 24 Abril 2024

Introducción

En el año 2003, UNESCO inscribió el “Área Histórica de la Ciudad-Puerto de Valparaíso”1 en la Lista del Patrimonio Mundial. Esta decisión se fundamentó en que el Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso (SPMV) cumple con uno de los criterios de Valor Universal Excepcional (VUE), concretamente el tercero, que establece que dicho bien “Aporta un testimonio único, o al menos excepcional, sobre una tradición cultural o una civilización viva o desaparecida”. Lo anterior respaldado en que “Valparaíso es un testimonio excepcional de la fase temprana de globalización de avanzado el siglo XIX, cuando se convirtió en el puerto comercial líder de las rutas navieras de la costa del Pacífico de Sudamérica”.2 Su VUE se expresa, a juicio de UNESCO, en seis atributos: arquitectura, espacios públicos, infraestructura de transportes tradicionales, patrimonio portuario y naval, trazado urbano y expresiones de patrimonio inmaterial.

Para esclarecer al lector la ubicación del SPMV, en la Figura 1 se puede apreciar su zona núcleo (en color verde en la imagen izquierda y en color rojo en la imagen derecha). Está conformada por cinco sectores: 1) Iglesia La Matriz y Plaza Santo Domingo; 2) Plaza Echaurren, Calle Serrano y Ascensor Cordillera; 3) Muelle Prat y Plazas Sotomayor y Justicia; 4) Calle Prat y Plazuela Turri; 5) Partes de los cerros Alegre y Concepción. Por otro lado, la línea azul que rodea la zona núcleo es la zona de amortiguación. En la imagen se puede apreciar el espacio que ocupa el Sitio dentro de la ciudad de Valparaíso.


figura 1
Mapa del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso
Corporación Municipal Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso y blog “Valparaíso Patrimonial” [https://barriopuertopatrimonial.blogspot.com/2007/11/].

Recientemente se han conmemorado veinte años desde que Valparaíso cuenta con un Sitio Patrimonio Mundial, lo que plantea la imperativa necesidad de comprender las razones tras su actual estado de conservación. Ello cobra relevancia debido a la preocupante condición en la que se encuentra, la cual, si no se revierte y mejora, podría significar la pérdida de tan importante designación. En lugar de ser motivo de celebración, la actual ocasión de aniversario resalta la urgencia de abordar la realidad de este bien patrimonial. Se trata de una situación que atañe no solo a la ciudad que lo alberga, sino que es un problema a nivel nacional. Según Adán (2008), “El estado de conservación que estos [bienes patrimoniales de Chile] exhiben y los beneficios económico-sociales que transmiten a la población están muy por debajo de las potencialidades y oportunidades que pueden llegar a ofrecer; en algunos casos, incluso, se encuentran sometidos a condiciones de franco deterioro” (p. 13).

En noviembre del año 2022, la UNESCO realizó una misión de asesoramiento técnico al SPMV. Los expertos encargados de este proceso dejaron al descubierto las principales problemáticas que lo afectan e indicaron que, si bien los atributos que sustentan el Valor Universal Excepcional de este bien aún se mantienen, al igual que su Autenticidad e Integridad, su estado de conservación requiere de acciones desarrolladas con una planificación adecuada en el corto, mediano y largo plazo. Las principales problemáticas encontradas están relacionadas con deficiencias infraestructurales. Existe una alta vulnerabilidad en los componentes arquitectónicos, en sus materiales y en las redes que proporcionan los servicios básicos de agua, gas y especialmente electricidad, además de una alta probabilidad de ser afectados por desastres naturales. Algunos inmuebles patrimoniales presentan deterioro y requieren restauraciones (para las que existen pocos subsidios), al igual que, por ejemplo, los ascensores, una infraestructura de transporte característica de la ciudad, de los cuales muy pocos están en funcionamiento. También se enfrentan problemas de vandalismo, grafitis no controlados, inseguridad, procesos de gentrificación y sustitución/pérdida del habitante original. Además, se evidencia una gran debilidad en la comunicación del valor patrimonial del Sitio a la población.

A modo de contextualizar, se podría decir que la inscripción del Sitio en la lista de Patrimonio Mundial trajo consigo un proceso de rentabilización económica del recurso patrimonial, llevado a cabo a través de –por ejemplo– impulsar el potencial turístico de la ciudad. “La promoción de lugares y su comercialización son prácticas fundamentales en los procesos de patrimonialización de las ciudades, que generan tanto dinámicas de inclusión como de exclusión social” (Berroeta et al., 2021, p. 95). Andueza (2010) indica que durante los primeros años tras la declaración del Sitio, las políticas de preservación del patrimonio de Valparaíso se centraron en un enfoque conocido como “reactivador”, que se centró en potenciar el valor económico de este bien, relegando su valor cultural y social. En ese entonces, los “éxitos” más destacados de las acciones públicas estuvieron estrechamente vinculados a la inversión privada en la remodelación de viviendas históricas con fines económicos o comerciales, fenómeno localizado mayoritariamente en los cerros Alegre y Concepción.

En la actualidad podemos ver los efectos de este proceso, el cual se llevó a cabo sin una planificación adecuada y trajo consigo fenómenos como la gentrificación y turistificación. El primero consiste en acciones de reestructuración urbana de ciertos sectores de la ciudad impulsadas desde la producción y consumo, tendencia que limita gradualmente la posibilidad que tienen grupos con ingresos más bajos de vivir en un barrio bien ubicado y apropiado (Cáceres, 2019). El segundo se refiere a la apropiación de un área por la actividad turística a lo largo del tiempo (Navarrete, 2017). Estos procesos se evidencian, por ejemplo, en la sustitución y pérdida del habitante original. Según Vergara-Constela y Casellas (2016), en el periodo comprendido entre 2001 y 2011 se observó una reducción del 15% en la ocupación residencial en los cerros Concepción y Alegre, la cual pasó del 87% al 72%. Cáceres (2019) menciona que, en estos mismos lugares, la “saturación del cerro” ha deteriorado la calidad de vida de sus habitantes, con ruidos nocturnos molestos y calles y estacionamientos saturados. La revalorización urbana y turística elevó el precio de las propiedades, llevando a muchas familias a vender y mudarse a otros barrios de Valparaíso, mientras que los residentes que se quedaron se molestan con los nuevos habitantes, quienes muestran distancia y desinterés respecto de sus intereses, afectando el tejido social de su vecindario. Además, los residentes históricos enfrentan dificultades para acceder a subsidios de restauración de viviendas.

Las acciones llevadas a cabo en beneficio del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso a lo largo de los años han sido aisladas y carecen de un enfoque continuo, lo que ha dificultado la conservación y desarrollo adecuado de este bien. Según Rosi y Gómez (2022), quienes redactaron el informe de la misión de asesoramiento técnico, “Aún no se perciben, en el entorno arquitectónico y en la estructura urbana, acciones contundentes realizadas durante este periodo que manifiesten el efecto positivo para la conservación y la corriente de desarrollo e inversión que generalmente va aparejada a los bienes que poseen una nominación de la UNESCO” (p. 44). Se pueden destacar al respecto algunos hitos de mayor magnitud, como el Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV), que se desarrolló entre los años 2006 y 2016 aproximadamente. Según la Minuta Ejecutiva3 relativa a su evaluación, este programa tuvo como objetivo contribuir a la revitalización de la ciudad de Valparaíso, definida por el Panel Evaluador como la instalación de actividades comerciales en el área patrimonial y típica de la ciudad.4 Su propósito fue poner en valor el patrimonio urbano de Valparaíso como fundamento para nuevas actividades económicas, culturales y sociales que beneficiaran a su población. Dicho proyecto dio origen a dos instrumentos enfocados en la gestión del SPMV: Plan Director de Gestión Patrimonial (PDGP) y Plan de Manejo (PM). Lamentablemente, a pesar de haberse trabajado en estos instrumentos por aproximadamente diez años, quedaron en un completo olvido, ya que no hubo la capacidad de aplicarlos y, por ende, no contribuyeron al Sitio. Según ICOMOS Chile (2016), el PDGP no cumplía con los criterios necesarios para ser considerado un sistema completo de manejo y gestión del bien. Se mencionan los principios que podrían guiar la creación de un instrumento similar, aunque estos requerirían una revisión y actualización exhaustiva para cumplir con los estándares internacionales aplicables a este tipo de bienes. La reciente creación de la entidad administradora (Corporación Municipal Sitio Patrimonio Mundial Valparaíso), emerge como una acción prometedora que podría representar una mejora significativa en este ámbito, ya que, en la actualidad, la Corporación se encuentra redactando un nuevo Plan de Gestión (PG). El objetivo de este instrumento es rehabilitar, dinamizar, repoblar y preservar el Sitio, conservando los atributos que construyen su Valor Universal Excepcional (VUE), y los alcances sociales y culturales que conciernen al buen vivir de la comunidad que lo habita.

Adentrándose en el foco de esta investigación, es importante centrarse en una de las problemáticas evidenciadas por los expertos de la UNESCO: la completa falta de comunicación que indique que el Área Histórica de Valparaíso es un Sitio del Patrimonio Mundial (SPM). Dicha carencia se refleja en la ausencia de señaléticas, mapas y/o cualquier otro producto comunicacional informativo y que, además, ayude en la educación de los habitantes y visitantes sobre los alcances de tal designación.

En vista de esta problemática, el presente trabajo tiene como objetivo explorar el nivel de conocimiento que los habitantes de la región poseen sobre la ubicación geográfica del Sitio Patrimonio Mundial Valparaíso (SPMV), así como su valoración de esta área. Además, se busca analizar la percepción que tienen en cuanto al impacto de sus actividades cotidianas respecto del deterioro actual del Sitio, con el propósito de detectar de alguna manera si logran asumir algún grado de responsabilidad respecto de su desmejorada condición actual.

Marco teórico
Comunicación, difusión, divulgación del patrimonio

Si bien las cuestiones relativas a la comunicación e información no son del todo fáciles de aclarar, sobre todo en materia de patrimonio (García-Jiménez, 2011), el libro verde5 para la gestión sostenible del patrimonio cultural establece que la comunicación del patrimonio debe ser clara, hecha con justicia y equidad, y hace hincapié en que dicha comunicación debe ser mediada por un canal apropiado, pero también participativa de la comunidad a través de redes sociales o entrevistas, para así apoyar la generación de una gobernanza social (Ministerio de Cultura, 2024). Walls (2020) establece la relación entre la información, la comunicación y el conocimiento, entendiéndose por ello un vínculo estrecho entre las tres instancias para así llegar a la comunidad de forma efectiva. A tal efecto se debe mencionar la divulgación como componente de dichas acciones, dado que viene a establecer la necesidad de dar a conocer a la comunidad los contenidos culturales del patrimonio, procurando un entendimiento entre lo que se entrega y lo que recibe la gente (Monge, 2017), para luego ser reforzado con una estrategia de difusión que apunte a crear una conexión entre las personas y los bienes patrimoniales.

En el caso de los sitios patrimonio de la humanidad, este ejercicio de comunicar, difundir y divulgar el patrimonio conlleva la aparición de otro concepto importante y que tiene que ver con el de la interpretación patrimonial, donde la perspectiva del individuo se hace presente. Tilden (1957) hacía mención a las actividades de las personas que deambulan por los lugares de interés o atractivos como una forma de olvidarse de sus rutinas diarias, acercando lo que sería más tarde una relación estrecha entre patrimonio y turismo. Se presenta entonces un proceso de participación entre las personas y el patrimonio, proceso que, junto con el conocimiento que logren en ello, podría funcionar –mediante estrategias y herramientas aplicadas– como una forma de salvaguardar los valores culturales de los bienes patrimoniales (Alemán, 2014). En este sentido, el libro verde menciona la creatividad como una herramienta central para la construcción de mensajes, planteando recursos como seminarios, gamificación, publicaciones, talleres y visitas, entre otros.

La Carta para Presentación de Sitios Patrimonio Cultural (ICOMOS, 2008) menciona –además de recursos similares a los mencionados por el libro verde para la gestión sostenible del patrimonio– las instalaciones sobre el Sitio como un recurso adecuado para “incrementar la concienciación pública y propiciar un mayor conocimiento del sitio de patrimonio cultural”. Menciona al respecto la “infraestructura interpretativa”,6 poniendo atención en la participación de profesionales, la comunidad y todos los actores involucrados. Se evidencia entonces una necesidad de incorporar a la comunidad en la protección del patrimonio, tomando como foco también la educación, donde se destaca el programa “World Heritage Education” de UNESCO, que apunta a vincular a la gente joven en dicha tarea. A nivel de enfoques educativos, Fontal (2016) plantea la educación “con el patrimonio”, “del patrimonio”, “para el patrimonio” y “desde y hacia el patrimonio”, poniendo atención en la finalidad que se persigue en materia patrimonial, lo que evidencia los múltiples enfoques que se pueden utilizar en materia de educación patrimonial.

Valoración, participación y responsabilidad social

Según Pírez (1995), “Los actores sociales, son las unidades reales de acción en la sociedad: tomadores y ejecutores de decisiones que inciden en la realidad local. Son parte de la base social, son definidos por ella, pero actúan como individuos o colectivos que, además, están sometidos a otras condiciones (culturales, étnico-culturales, políticas y territoriales)” (p. 3). El objetivo de la gestión patrimonial no se limita a conservar el patrimonio, sino que incluye incorporar a los actores sociales en su administración. Por ello, es esencial promover estrategias que involucren a la comunidad, dándole responsabilidades en diferentes niveles (Lucas, 2016). “En el ámbito urbano, los actores sociales se dividen en sectores: público, comunidad local, sector privado y turistas. Todos estos actores tienen como finalidad la apropiación simbólica con oportunidades de cambio social” (Pírez, 1995, como se citó en Loza, 2021, p. 119).

Cuando se aborda el papel de la planificación en la gestión del patrimonio cultural, es esencial la comunicación entre todos los actores comprometidos (instituciones públicas, privadas y agentes sociales) a través de un “espacio de concertación”, factor fundamental para la búsqueda de objetivos comunes y coordinación (Hayakawa, 2008). La sociedad desempeña un papel crucial al evaluar el estado de conservación de los bienes que conforman su identidad cultural y, mediante una participación activa en la toma de decisiones sobre su patrimonio, puede exigir a la administración la implementación de las medidas necesarias para su preservación (Ruiz & Marín, 2016). La participación, para ser efectiva, demanda tiempo, compromiso a largo plazo y cambios profundos en las conductas de los involucrados, no lográndose en una sola ocasión, sino a través de procesos de coaprendizaje y reflexión (Castillo, 2016). Según Cimadomo (2016), existen diversos casos que han demostrado cómo la población plantea ideas que muchas veces resultan en proyectos que la administración nunca se había planteado.

La participación es un proceso que a menudo puede llevar a diferencias de opiniones o conflictos entre los involucrados. Sánchez y Jiménez (2016) indican que el conflicto no debe ser evitado, ya que forma parte inherente de las relaciones humanas, y que más bien puede ser una herramienta con potencial transformador. Aquí es cuando el rol del especialista en patrimonio es preferencial, ya que, según Ruiz y Marín (2016), con su experiencia técnica servirá como mediador entre decisiones administrativas y opiniones ciudadanas, promoviendo la perdurabilidad y sostenibilidad del patrimonio a lo largo del tiempo. En la misma línea, como un organismo orientador internacional, UNESCO (2011, 2013) plantea el enfoque de Paisaje Urbano Histórico, asociando el espacio urbano a atributos históricos y valores que pueden trascender en un contexto urbano general y su entorno, y plantea este mismo espacio como un activo social, cultural y económico que puede ser empleado para el desarrollo local. El enfoque se torna participativo al promover no solo la participación ciudadana mediante consultas, sino al buscar, por una parte, capacitar a las comunidades involucradas, incorporándolas en la toma de decisiones y la elaboración de los instrumentos de gestión (Peña, 2014; y por otra parte, afianzarse como un enfoque que capacite a planificadores y administradores para abordar de manera más efectiva los desafíos y oportunidades que surgen con la urbanización (Pacheco, 2020).

Para poder hablar de valoración, debemos aquilatar la capacidad de identificación que tiene la sociedad respecto a sus bienes culturales, ya que se tiende a pensar que ella los reconoce por sí mismos (Noval Vilar, 2020), aunque en muchos casos no se da esta situación. Esa falta de identificación de los bienes, que puede terminar en su deterioro, puede tener múltiples aristas, similares al comportamiento y fracturas naturales de una sociedad que, por más valor extraordinario que pueda tener un bien patrimonial, no asegura su conservación por parte de la comunidad (García Canclini, 2010). Tal como lo señala Noval Vilar (2020), sería relevante pensar si se puede incidir en la identificación que hacen los actores sociales respecto a su patrimonio, o si los aspectos propios de una comunidad evidencian en algo su interés en conservar. Se hace necesario, entonces, reconocer las formas de relación que tienen los actores sociales con su patrimonio. Para Mendes Zancheti (2016), existen dos formas de reconocer o identificar el patrimonio: la primera, por expertos, como académicos o misiones de personas especializadas; y la segunda, por una comunidad que señala aquellos patrimonios que deberían identificarse, la cual constituye la forma con mayor posibilidad de conservar en el tiempo. Al respecto, tal como explicara Jokilehto (2010), la comunicación se hace clave entre los diferentes grupos sociales, dado que los valores de los bienes patrimoniales se van generando como procesos de aprendizaje continuos, donde pueden cambiar los significados a lo largo del tiempo.

Para el proceso de conservación se requiere una responsabilidad social compartida. Al respecto, si bien se entiende que existe una decisión individual, hay también una responsabilidad social con el grupo comunitario, y es en este sentido que el patrimonio se presenta como un objeto de responsabilidad social (Navajas & Fernández, 2019). A nivel mundial, la Convención Mundial del Patrimonio Cultural y Natural de 1972 establece el rol de los Estados firmantes como responsables del cuidado y protección de los bienes. Sin embargo, los Estados como organismos jurídicos, sociales, amparados en el derecho son constructos de las sociedades y, por tanto, también recae en cada persona un rol de participación en la protección del patrimonio, como parte de los derechos y deberes que tiene en el mismo Estado.

Metodología

La investigación tuvo un carácter exploratorio y un enfoque mixto, por cuanto se utilizaron aspectos cualitativos para describir algunas variables, como las segmentaciones y comportamientos de los actores (Hernández et al., 2014). Además, por medio del uso de gráficos y proporciones se buscó representar y comparar datos que facilitaran el análisis y la comprensión de los mismos.

La muestra

El foco de la investigación estaba puesto en explorar el nivel de conocimiento que los habitantes de la región de Valparaíso poseen sobre la ubicación geográfica del SPMV, y conocer si las personas son capaces de asumir algún grado de responsabilidad como actores dentro del mismo Sitio. Como instrumento de análisis se realizó una encuesta mediante Google Forms entre los meses de mayo y julio de 2023. Para el cálculo del tamaño de la muestra, se tomó como universo a los 1.916 habitantes permanentes de la zona núcleo, cifra que fue extraída del informe de la misión de asesoramiento de la UNESCO. Para el trabajo se definió una muestra de un mínimo de 173 personas, lográndose encuestar finalmente a 213 (Tabla 1).

tabla 1
Tamaño de la muestra

Elaboración propia.

Para explicar y caracterizar a los actores que se relacionan con el SPMV, los encuestados fueron segmentados según el tipo de actividad que realizan mayoritariamente. Tomando como base a Gehl (2006), las actividades exteriores realizadas en espacios públicos se pueden dividir en tres –necesarias, opcionales y sociales–, enfoque adoptado para el caso de Valparaíso. Sobre esa base, se presenta en la Tabla 2 la segmentación de actores para el SPMV.

tabla 2
Segmentación según el tipo de actividad que realizan mayoritariamente en el SPMV

Elaboración propia basada en Gehl (2006).

Encuesta: Conocimiento y valoración del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso (SPMV)

La encuesta consistió en 13 preguntas, tanto abiertas como cerradas. Las preguntas abiertas fueron analizadas agrupando conceptos similares en otros más generales, mientras que las preguntas cerradas se analizaron según las alternativas de respuesta. Cabe aclarar que la investigación estuvo dirigida exclusivamente a residentes en la Región de Valparaíso.

Las primeras tres preguntas se relacionan con información personal del encuestado: edad, comuna de residencia y, en caso de residir en la comuna de Valparaíso (donde se localiza el SPMV), indicar sector o cerro, para determinar quiénes habitan en el Sitio.

Antes de comenzar, se entrega un mensaje muy importante: “Por favor responda esta encuesta basándose únicamente en el conocimiento que ya posee y sin buscar información adicional. La investigación busca conocer su opinión genuina y lo que sabe sobre el Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso”.

Las siguientes preguntas buscan profundizar en el conocimiento que tienen los participantes sobre el Sitio, específicamente su localización. La primera es abierta y dice: “¿Qué entiende usted por el Patrimonio de la Humanidad de Valparaíso?”. La segunda es de opción dual (Sí o No) y plantea: “¿Tiene claridad de dónde se ubica el Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso?”. En caso de que el encuestado haya respondido que Sí, se le solicita que “indique tres sectores o lugares que sean parte del SPMV”. Si la respuesta es No, pasa a la siguiente sección.7

A continuación, se procede a una sección crucial de la encuesta, donde se presenta un apoyo visual: un afiche informativo con un plano del SPMV y sus sectores enumerados, acompañado del siguiente mensaje: “Por favor observe esta imagen para que conozca los sectores del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso (SPMV)”. Gracias a lo informado, en este punto de la encuesta todos los participantes comprenden las cinco áreas del Sitio y ya tienen la noción de que este no abarca la totalidad de Valparaíso. Por consiguiente, se realizan las siguientes preguntas con la finalidad de profundizar nuevamente en el conocimiento del lugar estudiado, específicamente de sus atributos, así como los niveles de valoración, preocupación e impacto a través de escalas Likert.

La siguiente pregunta está relacionada con la principal segmentación de la encuesta: “¿Qué tipo de actividades realiza usted mayoritariamente en el SPMV?”. Las opciones de respuesta incluyen si son actividades necesarias, opcionales o sociales.8 Hay una última alternativa para quienes nunca han visitado ninguno de los sectores del Sitio, en cuyo caso la encuesta termina en ese preciso momento. No participan de las últimas preguntas, ya que estas requieren haber estado en el Sitio.

En la sección final se les solicita: “Indique tres atributos/características que usted cree que fueron considerados para catalogar al sitio como Sitio Patrimonio Mundial”. Luego se les consulta: “¿En cuál de los cinco sectores del SPMV pasa usted más tiempo o visita con mayor frecuencia?”.

Por último, se realizan las siguientes preguntas, que buscan entender el aprecio que tienen los participantes por el Sitio: “¿Qué tan valioso considera usted el SPMV? ¿Qué tan importante es para usted que el SPMV se conserve para las generaciones futuras?”. Luego, se aborda su preocupación por la situación actual del mismo: “¿Qué tan preocupante es para usted el deterioro del SPMV?”. Para finalizar, se identifica el nivel de responsabilidad que son capaces de asumir respecto al deterioro actual de este bien patrimonial: “¿Cuánto cree que las actividades cotidianas que realiza usted en el SPMV impactan en su deterioro?”.

Resultados

De los 213 participantes, un 37,6% es habitante de la comuna de Valparaíso; el otro 62,4% habita en otras comunas de la Región de Valparaíso; por ejemplo, Quilpué, Viña del Mar, Villa Alemana, Quillota, San Felipe, Limache. Solo un 1,9% de los encuestados son habitantes del SPMV (específicamente, cerros Alegre y Cordillera).

Tras realizar la segmentación planteada con base en Gehl (2006), los resultados evidencian una participación mayoritaria de personas que realizan actividades sociales (43%), entendiendo estas como aquellas relacionadas con recreación, descanso y ocio (en compañía, como interacción social). Luego, en menor proporción, aquellos que realizan actividades opcionales (27%) y necesarias (23%). Además, un 7% nunca ha visitado el Sitio. Es importante aclarar que, en este punto, los participantes se redujeron a 198, ya que quienes nunca han visitado este bien patrimonial no pueden responder preguntas relacionadas con el conocimiento de sus atributos ni medir sus niveles de valoración, preocupación e impacto.

Conocimiento del Sitio

Al ser consultados sobre si conocían la ubicación específica del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso, un 53% de los encuestados declaró que no y un 47% declaró que sí. Para verificar si los encuestados que respondieron afirmativamente tenían claridad sobre la ubicación real, se les pidió que indicaran tres sectores o lugares que, según ellos, forman parte del Sitio. Tras esto, solo un 41% de quienes decían tener claridad pudieron demostrarlo.

En cifras generales, del total de la muestra, solo 41 personas conocen la ubicación geográfica del SPMV (19%) y 172 personas no la conocen (81%) (Figura 2).

Otro aspecto indagado fue cuáles consideran los encuestados que son los atributos más importantes que le otorgaron la categoría de Patrimonio de la Humanidad al Sitio. En este sentido, los atributos con mayor mención fueron el valor arquitectónico, el valor histórico y la antigüedad.

Es importante destacar que al analizar a los encuestados según las actividades que realizan en el Sitio, se observa que aquellos que mayoritariamente realizan actividades sociales son los que reportan un mayor conocimiento de su ubicación geográfica. Esto puede relacionarse con el hecho de que quienes participan en actividades sociales valoran significativamente la calidad del ambiente físico en el que llevan a cabo dichas actividades, lo que los motiva a investigar y conocer más sobre el lugar donde las realizan. En contraste, aquellos que mayoritariamente realizan actividades necesarias experimentan una menor influencia de la calidad del ambiente físico en sus actividades, ya que sí o sí deben realizarlas en dicho lugar (Figura 3).


figura 2
Nivel de conocimiento de la ubicación geográfica del SPMV de todos los consultados
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.


figura 3
Nivel de conocimiento demostrado sobre la ubicación geográfica del SPMV en quienes realizan actividades necesarias, opcionales y sociales (luego de nombrar tres sectores)
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.

Valoración del Sitio

En lo que respecta a la valoración, se observa que un 68% de los encuestados lo considera muy valioso y un 23% lo califica como bastante valioso, lo que revela que un 91% siente un alto nivel de valoración por el lugar (Figura 4). Este nivel de valoración se mantiene sin importar las actividades que realicen, y si habitan en la comuna de Valparaíso o en otras comunas de la región.


figura 4
Nivel de valoración por el SPMV de todos los consultados
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.

Preocupación por el deterioro del Sitio

Analizando la preocupación que sienten los actores sociales por el deterioro que presenta el SPMV, se evidencia que existe una alta preocupación por esta situación (Figura 5). Esto se condice con el alto valor que le atribuyen al mismo.

Responsabilidad social con la conservación del Sitio

En la percepción del impacto que generan sus actividades entre quienes realizan actividades necesarias, la categoría “Nada de impacto” lideró con un 31% (Figura 8). En el caso de quienes realizan actividades opcionales, esta categoría también fue predominante, con un 28% (Figura 7). Sin embargo, entre quienes realizan actividades sociales, predominó la opción “Poco impacto”, con un 33%, lo que podría sugerir que estos asumen un nivel de responsabilidad algo mayor (Figura 6).


figura 5
Nivel de preocupación por deterioro del SPMV de todos los consultados
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.


figura 6
Percepción del impacto que generan sus actividades en quienes realizan actividades sociales
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.


figura 7
Percepción del impacto que generan sus actividades en quienes realizan actividades opcionales
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.


figura 8
Percepción del impacto que generan sus actividades en quienes realizan actividades necesarias
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.

Al separar las opiniones de sus respectivos impactos según los segmentos de usuarios, las opiniones evidencian que todos perciben un escaso o nulo impacto de sus actividades cotidianas en el SPMV. En términos simples, no se percibe una mayor responsabilidad en el deterioro del Sitio por parte de quienes realizan actividades en él.

Discusión

Los titulares de los diarios regionales anunciaron que Valparaíso había sido declarado Patrimonio de la Humanidad, generando una confusión persistente desde entonces. Aunque el documento de postulación establece que “los valores patrimoniales de la ciudad están contenidos en ella como un todo, y no en un sector específico...” (Consejo de Monumentos Nacionales, 2004, p. 31), es crucial señalar que el bien declarado abarca únicamente una parte de esta extensa ciudad. Los resultados de la presente investigación revelan que esto ha tenido impacto en la población, dado que un 81% de los encuestados desconoce la ubicación geográfica del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso. Este alto desconocimiento se mantiene independientemente del tipo de actividades que los participantes realicen en ese lugar. Sin embargo, aquellos que generalmente realizan actividades sociales en el Sitio muestran un mayor conocimiento de su ubicación. Según Gehl (2006), la calidad del ambiente físico donde se llevan a cabo estas actividades sociales influye significativamente. Por lo tanto, se podría inferir que aquellos que efectúan dichas actividades se informan un poco más sobre este lugar antes de visitarlo.

Aunque el desconocimiento de los participantes sobre la ubicación geográfica no parece influir en la alta valoración que tienen de este espacio patrimonial, sí afecta la manera en que se apropian de él, lo cual podría estar directamente relacionado con su estado de conservación actual. Es interesante analizar las respuestas proporcionadas por los encuestados cuando se les solicitó indicar sobre tres atributos que, según ellos, hacen que este Sitio merezca este reconocimiento mundial. Conceptos relacionados con el valor arquitectónico, valor histórico y la antigüedad fueron los más mencionados, lo que podría tener relación con la comunicación que se hizo sobre la materia desde el año 2003 en adelante; sin embargo, en general no se sabe la ubicación exacta del Sitio porque no ha existido un proceso de comunicación efectiva, ni tampoco una medición entre el mensaje entregado y lo recibido por la comunidad en el proceso. Nos referimos a procesos de información, comunicación y conocimiento planteados por Walls (2020), que buscaran una relación entre las personas y el patrimonio (Monge, 2017).

Si bien las respuestas entregadas están relacionadas con los seis atributos con que puede caracterizarse el Sitio,9 es necesario profundizar más en la explicación de estos aspectos a la comunidad, ya que muchos asocian al Sitio únicamente con lo arquitectónico. Pasan por alto, por ejemplo, las expresiones del patrimonio inmaterial, algo relacionado con el valor social, lo que podría incidir en una poca identificación de las personas con el patrimonio, donde el hecho de que tenga un valor excepcional no asegura su conservación, tal como lo menciona García Canclini (2010).

Al indagar sobre el grado en que las actividades cotidianas de los participantes impactan en el deterioro del Sitio, la percepción del impacto es muy baja, lo que refleja poca pertenencia con el lugar que tanto valoran y respecto del cual opinan “desde fuera”, como meros espectadores. Sin embargo, esta respuesta es comprensible, ya que al no conocer los límites exactos de esta área, no son conscientes de cuándo transitan por ella e ignoran cómo sus actos habituales o el uso que le dan inciden en el mantenimiento de la condición de patrimonio mundial. Nuevamente viene a revelar una falta de divulgación del patrimonio mediante una estrategia efectiva conducente a la generación de un vínculo comunidad-patrimonio.

Los expertos de la misión de asesoramiento señalaron que la ausencia total de comunicación o información que indique que el área histórica de la ciudad está inscrita en la Lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO, podría explicar la falta de identificación del habitante con su entorno (Rosi & Gómez, 2022). Dicho desconocimiento ha persistido desde la postulación y declaración del Sitio, un proceso que posiblemente no haya involucrado significativamente a la comunidad, limitándose principalmente a los expertos del área. Recordando lo planteado por Mendes Zancheti (2016), el uso de expertos es una de las formas de reconocer e identificar al patrimonio, aunque no es la más efectiva para su conservación.

No se puede subestimar la urgente necesidad de llevar a cabo una campaña informativa que difunda los detalles de la designación a toda la población. Como ha señalado Peinado (2020), conocer el patrimonio es fundamental para fomentar una ciudadanía activa y participativa. Por ejemplo, una representación visual que muestre de manera clara la ubicación geográfica del Sitio podría despertar un sentido de responsabilidad y cuidado en las personas hacia el lugar donde residen, trabajan, transitan o visitan.

La Corporación Municipal SPMV declara estar guiándose por el enfoque de Paisaje Urbano Histórico y que su prioridad es el buen vivir de habitantes, trabajadores, visitantes y estudiantes del SPMV, respecto de lo cual ejerce como principios el vínculo con el territorio, la colaboración, la integridad y una visión de futuro. Después de dos décadas, se inicia una nueva etapa donde se coloca a las personas en una posición prioritaria, por encima de la monumentalidad, incentivando la articulación entre los distintos actores y buscando un equilibrio entre lo económico, social y cultural. Esto marca un cambio significativo con respecto a lo que sucedió en el pasado. Según la teoría de Hayakawa (2008), es crucial crear espacios donde se puedan comunicar entre sí los distintos actores comprometidos en la gestión del patrimonio. Recientemente, la Corporación Municipal SPMV ha llevado a cabo varios encuentros comunitarios para fortalecer el Plan de Gestión con habitantes, trabajadores y estudiantes de diferentes sectores. Tal como lo han indicado Ruiz y Marín (2016), la sociedad evalúa el estado de conservación de los bienes patrimoniales y exigen medidas necesarias para su cuidado a través de una participación activa. De acuerdo con lo planteado por Castillo (2016), la participación es un proceso que se ejecuta a largo plazo y requiere un compromiso por parte de todos los actores involucrados.

El estudio reveló que las personas no son capaces de reconocer algún grado de responsabilidad en el deterioro del Sitio; en esta línea, la mayoría de ellos no siente que sus actividades cotidianas lo afecten. Esto podría entenderse por una falta de responsabilidad social compartida, como lo señalan Navajas y Fernández (2019), lo que les permite atribuir la responsabilidad a un tercero institucional, como a los administradores del Sitio, o al Estado como el gran responsable de la conservación del patrimonio mundial reconocido.

Conclusiones

Existe una clara valoración del SPMV por parte de la comunidad, independientemente del tipo de actividad que realice en él. En el mundo de la gestión patrimonial, se mantiene la visión de que este bien patrimonial en concreto se encuentra en un mal estado de conservación, en gran parte porque las personas no lo valoran. Pues bien, los resultados evidencian lo contrario y los esfuerzos debieran volcarse ahora a generar una comunicación, información y conocimiento efectivos mediante una estrategia adecuada acerca de la ubicación del Sitio, y apuntar a medir la identificación y vínculo que se pueda generar entre las personas y su patrimonio. Existe desconocimiento de la ubicación específica del SPMV. Si bien muchas personas conocen algunos sectores que lo componen, así como algunos atributos que lo convierten en un patrimonio mundial, la mayoría no logra ubicarlo con claridad dentro de la ciudad. Parte de este desconocimiento se debe a la falta de elementos visuales, como señaléticas y demarcaciones que informen que se está dentro de un Sitio que es patrimonio de la humanidad, pero también se debe a aspectos comunicacionales que no han sido claros en el mensaje que se ha dado. Durante años se ha hablado de Valparaíso Patrimonio de la Humanidad, casco histórico, barrio fundacional, entre otras definiciones que a la larga han generado una confusión conceptual entre quienes conviven de diferentes maneras con el SPMV.

Como la definición del Patrimonio de la Humanidad de Valparaíso ha sido desde su gestación un proceso de definición de expertos institucionalizados en organismos internacionales y nacionales, no se ha dado una identificación desde la comunidad para establecer cuál es su patrimonio, sus zonas, formas o representaciones. Esto podría haberse dado mediante una estrategia comunicacional efectiva “justa” y “con equidad”, lo que permitiría generar una identificación y reconocimiento social que a la larga contribuyeran en la conservación del Sitio.

Que exista valoración social del patrimonio mundial no es suficiente para que este se salvaguarde. Cuando los actores sociales no son capaces de identificar su rol y responsabilidad en el deterioro de los bienes, se genera una distancia con los mismos y se transfiere esa responsabilidad a un tercero, en ocasiones visto como el Estado, el gobierno local, u otros que son entendidos como “culpables”, a veces porque ensucian, rayan o directamente destruyen, y en otros casos porque son organismos públicos que se espera realicen la tarea de cuidar. Esa falta de comprensión de la responsabilidad social compartida, en la medida de las actividades cotidianas que se realizan dentro del SPMV, es un factor que contribuye también al deterioro del patrimonio.

Material suplementario
Información adicional

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Notas
Notas
1 Este es el nombre oficial con el que fue inscrito, pero a lo largo de este artículo se le denominará “Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso”, porque es lo que oficialmente el actual ente gestor ha definido.
2 Criterio iii, denominación del área por UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Véase más en https://whc.unesco.org/uploads/nominations/959rev.pdf.
3 Minuta Ejecutiva Evaluación de Programas Gubernamentales (EPG) Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV). Véase en: https://www.dipres.gob.cl/597/articles-141122_r_ejecutivo_institucional.pdf
4 Lo que evidencia la tendencia a rentabilizar el recurso patrimonial durante ese periodo
5 En el Reino Unido, los países de la Commonwealth, Hong Kong, los Estados Unidos y la Unión Europea, un libro verde es un informe gubernamental tentativo y un documento de consulta de propuestas de políticas para debate y discusión. https://en.wikipedia.org/wiki/Green_paper
6 “Infraestructura interpretativa se refiere a las instalaciones físicas, los equipamientos y los espacios patrimoniales o relacionados con los mismos que se pueden utilizar específicamente para los propósitos de interpretación y presentación, incluyendo las nuevas estrategias de interpretación y las tecnologías existentes”. ICOMOS (2008), p. 1.
7 Al pasar a la siguiente sección, se refiere a que el encuestado avanza a la siguiente página en el formulario de Google Forms, lo que ayuda a evitar la modificación de respuestas.
8 En cada una de las alternativas se aclara a qué hace referencia cada una de las actividades.
9 Trazado urbano, patrimonio portuario y naval, arquitectura, espacios públicos, transportes tradicionales y expresiones de patrimonio inmaterial.

figura 1
Mapa del Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso
Corporación Municipal Sitio Patrimonio Mundial de Valparaíso y blog “Valparaíso Patrimonial” [https://barriopuertopatrimonial.blogspot.com/2007/11/].
tabla 1
Tamaño de la muestra

Elaboración propia.
tabla 2
Segmentación según el tipo de actividad que realizan mayoritariamente en el SPMV

Elaboración propia basada en Gehl (2006).

figura 2
Nivel de conocimiento de la ubicación geográfica del SPMV de todos los consultados
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.

figura 3
Nivel de conocimiento demostrado sobre la ubicación geográfica del SPMV en quienes realizan actividades necesarias, opcionales y sociales (luego de nombrar tres sectores)
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.

figura 4
Nivel de valoración por el SPMV de todos los consultados
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.

figura 5
Nivel de preocupación por deterioro del SPMV de todos los consultados
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.

figura 6
Percepción del impacto que generan sus actividades en quienes realizan actividades sociales
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.

figura 7
Percepción del impacto que generan sus actividades en quienes realizan actividades opcionales
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.

figura 8
Percepción del impacto que generan sus actividades en quienes realizan actividades necesarias
Encuesta Conocimiento y Valoración del SPMV.
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