Artículos
ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS URBANAS EN UN COMPANY TOWN1. INICIO, DESARROLLO Y DECLIVE DEL CASO “CAMPAMENTO NUEVO”, CHUQUICAMATA
ANALYSIS OF URBAN STRUCTURES IN A COMPANY TOWN2BEGINNING, DEVELOPMENT, AND DECLINE OF THE “NEW CAMP” CASE, CHUQUICAMATA
ANÁLISIS DE ESTRUCTURAS URBANAS EN UN COMPANY TOWN1. INICIO, DESARROLLO Y DECLIVE DEL CASO “CAMPAMENTO NUEVO”, CHUQUICAMATA
Urbano, vol. 25, núm. 45, pp. 92-111, 2022
Universidad del Bío-Bío. Departamento de Planificación y Diseño Urbano
Recepción: 16 Noviembre 2021
Aprobación: 04 Mayo 2022
RESUMEN: La presente investigación aborda el análisis de los distintos periodos históricos del Campamento Nuevo Chuquicamata, de la Región de Antofagasta, profundizando en la evolución de su estructura urbana, es decir, en el inicio, desarrollo y declive del campamento cuprífero. Su objetivo es examinar las mutaciones del espacio urbano construido, caracterizando las interacciones y lugares de encuentro de las personas residentes en el Company Town. Para ello, se realiza un barrido bibliográfico y se desarrolla un levantamiento de material planimétrico correspondiente a las distintas etapas históricas. Entre las principales conclusiones, se ilustra el proceso de declive, comparando las mutaciones del espacio urbano en las distintas etapas históricas del campamento cuprífero y enfocándose en el fenómeno de priorización de un sistema de producción y de crecimiento económico a costa del bienestar residencial y de las condiciones de habitabilidad.
Palabras clave: estructura urbana, asentamientos industriales, obsolescencia, patrimonio industrial.
Abstract: This research addresses the analysis of the different historical periods of Chuquicamata’s “New Camp”, in the Region of Antofagasta, looking closely at the evolution of its urban structure from the inception, development, and decline of the copper camp. Its purpose is to analyze the mutations of the built urban space, characterizing the interactions and meeting places of the Company Town residents , with the characterization of the different historical periods of Chuquicamata. For this, a literature review is carried out, and urban planimetric material is developed and collected from the different historical stages. Among the main conclusions, the process of decline is illustrated by comparing the mutations of the urban space in the different historical stages of the copper camp, analyzing the prioritization phenomenon of a production system, and the economic growth at the expense of residential well-being and living conditions.
Palabras clave: estructura urbana, asentamientos industriales, obsolescencia, patrimonio industrial.
Keywords: urban structure, company town, obsolescence, industrial heritage
INTRODUCCIÓN
En el siglo XX, Chile creció industrialmente a partir de la llegada de empresas extranjeras, principalmente inversores, como los hermanos Guggenheim, orientadas a la explotación de materias primas, dada la riqueza del territorio en ese sentido (Méndez, Prieto y Galaz- Mandakovic, 2020). A través de varios asentamientos a nivel nacional, estos poblados quedaron como testimonios de poblados mineros de las industrias del carbón, salitre y, actualmente, cobre. Estos espacios estuvieron dotados de equipamientos destinados a satisfacer las necesidades de los trabajadores, llegando a conformar poblados autónomos (Cerda y Puentes, 2019). Constituyeron asentamientos ex novo en territorios mineros para atender funciones productivas, residenciales y de equipamiento bajo el control de la industria, con el propósito de alcanzar una producción eficiente (Garcés, 2003).
Estos poblados se conocen como Company Towns, los cuales fueron centros construidos por empresas en espacios cercanos a los lugares de producción (Gutiérrez-Viñuales, 2008). Las compañías actuaron no sólo como empresarios, sino también como propietarios, asegurando la armonía social y proveyendo servicios y bienes de consumo (Cisternas, 2015). En la actualidad, el contexto de los Company Towns es distinto, puesto que sus funciones iniciales han mutado y en Chile varias de estas instalaciones han sido despobladas. El hecho de que los habitantes de estos asentamientos migren ocasiona un descuido inevitable en las instalaciones (Layuno, 2012), las cuales quedan como vestigios vivos de una cultura, de una población y de un funcionamiento urbano. Tales vestigios patrimoniales contribuyen a un legado o herencia, que opera como un testimonio de la existencia de nuestros antepasados (Consejo de Monumentos Nacionales de Chile [CMN], 2000). Por esto, resulta de gran interés plantear el análisis de las mutaciones del espacio urbano construido, a partir del caso de Chuquicamata, caracterizando las interacciones y lugares de encuentro de las personas residentes en este Company Town. Con ese fin, se lleva a cabo un análisis histórico del Campamento, comparando las distintas etapas del mismo y sus manifestaciones (aumento demográfico, expansión urbana, instalación de edificios públicos). Ello se acompaña de un levantamiento planimétrico de grano urbano, trama urbana y estratificación social, que se complementa con la información obtenida como fruto de la realización de tres focus group a ex habitantes del Campamento.
MARCO TEÓRICO
LOS COMPANY TOWNS Y SU VALOR PATRIMONIAL
En el siglo XX, con la expansión de las empresas multinacionales y las inversiones extranjeras, llegaron a Chile algunas compañías mineras, principalmente anglosajonas. Un resultado de este fenómeno fue la creación de los llamados “campamentos2”, los cuales sirvieron para expandir las economías nacionales hacia espacios poco poblados y ampliar las fronteras del capitalismo industrial, en la medida en que tierras, recursos y personas quedaban bajo el control de dichas empresas (Dinius y Vergara, 2011). Estos espacios presentaron unas dinámicas particulares desde su fundación, ligada a la presencia de un recurso o mineral, hasta su abandono, transitando en algunos casos por etapas de crecimiento u obsolescencia (Fernández, 1982; García Blanco y Gutiérrez, 1988; Beatty y Fothergill, 1996, Prada-Trigo, 2011), lo que se entiende como la inviabilidad de habitar óptimamente en un espacio construido (Layuno, 2012).
Estos asentamientos tienen una configuración tradicional: un centro con equipamientos o servicios alrededor de este. De esta manera, mantenían su jerarquía, trazando en los alrededores las viviendas de los obreros y familiares, lo que favorecía la disminución de tiempo de transporte entre la vivienda y la industria (Garcés, O’Brien y Cooper, 2010). Los Company Towns se reflejan urbanísticamente como una manufactura social orientada a una sola actividad productiva, con lo cual se generaba un grupo social limitado a cualquier otra diversificación urbana. Se trata de un fenómeno que se manifiesta en diferentes países pero que se relaciona también con el territorio donde se ubica, lo que constituye un gran interés para su estudio desde la Arquitectura y el Urbanismo (Garcés, 2005).
Así, se ha entendido a estos espacios como ciudades fraccionadas, cuyo doble componente productivo y de habitabilidad se proyectaba, además, en la diferenciación social que se originaba al interior de los campamentos (Garcés, 2003; Silva, 2013). Frecuentemente, el tejido productivo es el que articulaba, soportaba y modificaba la estructura urbana, siendo el componente fundamental de la vida en estos espacios (Sánchez-Montañez y Castilla, 2020). Como consecuencia de lo anterior, aparecían paisajes muy vinculados a las etapas del propio espacio productivo, así como al devenir político y económico del territorio que, en ocasiones, marcaban hitos o etapas fundamentales en su evolución (Sánchez-Moral, Méndez y Prada-Trigo, 2015; Cano, 2012). Por esto, la vida y dinámica de estos espacios se articulaba en torno al sector productivo de referencia, ligando su suerte a la evolución de este.
Los vestigios patrimoniales de estos campamentos contribuyen a una herencia que opera como un testimonio de la existencia de nuestros antepasados, de sus prácticas y formas de vida (CMN, 2000). Dentro de esta categoría se encuentra el patrimonio industrial, que posee un valor histórico, tecnológico, social, arquitectónico y científico, vinculado a edificaciones, maquinarias, minas y sitios para procesar y refinar las materias primas. En estos sitios se desarrollaban las actividades sociales relacionadas con la industria, tales como la vivienda, el culto religioso y la educación (ICOMOS, 2003). Para comprender este tejido, se debe primero visualizar más allá de los vestigios físicos, comprendiendo su entorno contextual según la época en la que esta se desarrolló. Este enfoque busca evitar la invisibilización y desaparición de sus significados, apegos y contenidos originales, asociados a la condición de una ruina, cuyo tratamiento conduce, habitualmente, a la demolición, transformación total o una reconstrucción difícil de articular (Layuno, 2012). El valor de estas construcciones trasciende, en efecto, el carácter de meros contendores, puesto que constituyen la expresión del trabajo y del lugar en una época determinada (Sánchez-Montañés y Castilla, 2020).
ESTUDIO DE CASO
CHUQUICAMATA EN EL CONTEXTO DEL COBRE CHILENO
Chuquicamata es un Company Town a 16 kilómetros de Calama, en la región de Antofagasta, al norte de Chile. Este asentamiento nace por el interés de explotar la materia cuprífera, función que se mantiene hasta la actualidad. A inicios del siglo XX, la Chile Exploration Company inicia la confección del asentamiento, atrayendo nueva población a un sector geográfico poco accesible. El asentamiento se plantea con tres macrozonas cercanas entre sí: el Campamento Nuevo, donde habitarían obreros chilenos, el Campamento Americano, donde habitarían extranjeros, mayormente norteamericanos, y el sector productivo (Garcés, 2003). A partir de 1917, comienza la construcción de los edificios de carácter público y residencial, aunque cada campamento tendrá sus propios servicios, lo que denota un claro límite en cuanto a la estratificación social.
Este asentamiento presenta un carácter fortuito, que muta y cambia según el contexto lo requiera (Vilches, 2018, p. 12). En el Campamento Nuevo, desde un principio, las condiciones habitacionales y los espacios públicos no fueron las más idóneas. A pesar de ello, la vida comunitaria era recurrente, los espacios que quedaban entre viviendas eran utilizados como patios y entre vecinos existía una comunicación permanente. En 1923, el asentamiento pasa a ser parte de la empresa Anaconda Copper (Gutiérrez-Viñuales, 2008) y la materia cuprífera comienza a posicionarse dentro del mercado internacional, lo cual da inicio a una conexión de la minería del cobre con la economía chilena, donde adquiere mayor importancia el modelo de trabajadores asalariados y sindicalizados (Lavandero, Frei y Núñez, s.f.). El rol del obrero comienza a mutar dentro del asentamiento, dando pie a las negociaciones y las exigencias de mejora de las condiciones de vida dentro del campamento. En consecuencia, la estructura pública avanzará paulatinamente (Garrido, 2018; Zapata, 1975).
En 1966 se produce la chilenización del cobre y su posterior nacionalización, en 1971, desarrollándose entonces la gestión del campamento estatal. En 1973, tras el golpe de Estado, Chile pasa de poseer el 100% del control cuprífero nacional, a solo el 30%, provocando que el 70% de la producción vuelva a propiedad privada (Caputo y Galarce, 2008). Tres años más tarde, se crea la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), que toma dominio de Chuquicamata; situación que perdura hasta hoy. En 1984, se pone fin al Campamento Americano por el avance de desechos sobre este, quedando solo el Campamento Nuevo en funcionamiento. En 1992, se declara a Chuquicamata zona saturada de material particulado respirable y el crecimiento de la mina obliga a extender los botaderos de desechos industriales hacia la zona urbana, lo que ocasiona la necesidad de desmantelar el campamento (Astorga, 2011). Frente a esto, Codelco, en 1996, gestiona el “Proyecto Traslado”, que consiste en la migración de toda la población a la ciudad de Calama, la cual se completa en 2007. Desde entonces, la ciudad permaneció funcionando solo desde el punto de vista industrial, dejando literalmente enterrada una porción importante del poblado (Mayorga, 2004).
METODOLOGÍA
Este trabajo comprende un análisis histórico que se propone valorar las distintas etapas del Company Town y lograr un entendimiento más integral del fenómeno de obsolescencia. En ese marco, se optó por un diseño metodológico de tipo cualitativo que se inicia con un análisis histórico, el que se lleva a cabo mediante un levantamiento general de información proveniente de fuentes secundarias, a fin de comparar las distintas etapas del Company Town. En este, se cartografía el crecimiento del campamento y la instalación de espacios productivos y de servicios. Se realiza, luego, una comparación de planos de grano urbano, trama urbana y estratificación social en relación a lo que indica Solá-Morales (1997) respecto a que, para comprender el desarrollo, ocupación y crecimiento de un sistema urbano, se deben identificar tres operaciones materiales y físicas: parcelamiento, urbanización y edificación.
En paralelo a este uso de fuentes secundarias, se ha mantenido una comunicación con foros de ex pobladores para recolectar datos primarios en relación al crecimiento y declive del campamento de Chuquicamata. Aquello permitió desenterrar una información más subjetiva, que no se encontraba en documentos oficiales y que hacía referencia a la identificación, el sentido de pertenencia y el apego de las personas a un lugar (Lyon, 2014). Así, junto con una participación en grupos de discusión de ex pobladores, se realizaron tres focus group con antiguos habitantes del Campamento de Chuquicamata durante el mes de marzo de 2021, en los que se contó con un total de 12 participantes. Cada uno de estos grupos se vinculó con un perfil diferente de antiguo habitante del Campamento: trabajador, niño/joven en el momento del cierre, y mujeres que vivieron en el campamento. Esto permitió recabar información complementaria a la referida a la propia evolución física de Chuquicamata, que contribuyó a enriquecer el análisis de la evolución del Campamento. Por tratarse de información accesoria al objetivo de este artículo, y por limitaciones de espacio, esta se presenta de manera integrada al texto, sin destacar citas individualizadas u opiniones concretas provenientes de las entrevistas realizadas en los focus group.
RESULTADOS
La historia de Chuquicamata se puede dividir en tres etapas de desarrollo urbano y otras dos etapas posteriores al traslado. La lógica que explica estos cortes temporales se basa en la administración que estaba a cargo del Company Town (Figura 1) en determinados periodos. La primera etapa, “El inicio” (1912-1922), tuvo una duración de 10 años y coincide con la adquisición del territorio por parte de “Chile Exploration Company”. La segunda, “El desarrollo”, (1923-1975), tuvo una duración de 52 años y corresponde a la compra del territorio por “Anaconda Company” y su posterior nacionalización. La tercera, “El declive” (1976-2004), se extendió por 31 años y surge con la creación de Codelco tras el golpe militar. La etapa de “La Obsolescencia” (2005-2015), los siguientes 10 años, estuvo marcada por la sepultura parcial del campamento. En la actualidad (2016-2021), se estaría desarrollando la última etapa, donde se ejecutan mesas técnicas para tomar una decisión respecto al campamento. Cada etapa tuvo un enfoque de construcción y estructuración distinto, respondiendo a contextos distintos, pero bajo una misma lógica productiva.
ETAPA UNO. INICIO: TRAZADO DEL CAMPAMENTO
En sus comienzos, Chuquicamata se compone básicamente por dos macro agrupaciones de viviendas, conectadas mediante una línea férrea, que transportaba a la zona industrial el Campamento Americano y el Campamento Nuevo. El primero alberga a ejecutivos de los Estados Unidos (Mayorga, 2004) con cargos jerárquicos de supervisión y jefatura. Mientras que el segundo lo habitaban obreros con menor ingreso, con su propio orden y estratificación socio espacial.
En el Campamento Nuevo las edificaciones se ordenaban alrededor de un vacío central (espacio plaza). En torno a él, se ubican los equipamientos de uso comunitario. Entre estos se encuentra la parroquia (Figura 2, letra f ), el Teatro Variedades (Figura 2, letra s), la escuela de mujeres número cuatro, (Figura 2, letra k) y la pulpería número tres (Figura 2, letra c). La compañía instaló una serie de servicios básicos para satisfacer las necesidades de los trabajadores y sus familias. Estas políticas respondieron a un axioma económico: la inversión en la calidad de vida de los trabajadores resultaba en un aumento de la productividad e intensificación en las relaciones laborales, creando comunidades “armoniosas” (Cisternas, 2015).
ETAPA UNO. INICIO: ESTRUCTURA URBANA
La urbanización estuvo condicionada por el pensamiento efímero propio de la noción de campamento, con construcciones desmontables según fuera necesario. Asimismo, el parcelamiento fue visto de manera macro, construyéndose mayormente viviendas de bajas dimensiones, con equipamientos básicos e instalaciones comunes como baños y lavaderos (Astorga, 2011), lo que provocó hacinamiento, y estableciéndose un centro jerárquico, que a la postre sería inamovible, donde se instalaron los equipamientos. La edificación correspondió fundamentalmente a construcciones ortogonales de bajo dimensionamiento, por su carácter desmontable y hermetismo, lo que refleja una negación del entorno (Sánchez-Montañés y Castilla, 2020). En esta época las actividades comunitarias eran escasas, puesto que la población estaba inserta en un nuevo territorio con la única función de laborar para la empresa y el uso de las instalaciones estaba destinado principalmente a las familias y no al trabajador.
La estructura urbana estaba dada por un ordenamiento ortogonal monocéntrico, que ubicaba en el centro a la Plaza Los Héroes (Figura 3). Las únicas calles establecidas eran aquellas que bordean el campamento, mientras las interiores eran de tierra y se entendían más como espacio residual entre instalaciones. Existía una dificultad para establecerlas, puesto que el campamento estaba sujeto a cambios. En esta fase se emplazaron cuatro barrios: el primero se denominó “Las latas”, cuyas viviendas, construidas en 1916, poseían dimensiones reducidas, sin patios ni servicios higiénicos. El barrio “Los adobes” (1917) presentaba tipología de pabellón, con acceso por delante y por detrás, y conformaba dos pasajes uno vecinal y uno de servicios. Las llamadas “Tipo C” (1920) correspondían igualmente a viviendas tipo pabellón, pero destinadas a capataces, por lo que disponían de mejor dimensionamiento, electricidad y servicios higiénicos. Y, por último, el sector “Los hundidos”, construido en 1921, poseía viviendas con pequeños patios que también conformaban un pasaje de acceso y otro de servicios. Estas se hallaban destinadas a obreros con familias numerosas (Figura 4). Aquí las calles no establecidas conformaban un rol importante dentro del habitar, pues se daban las actividades colectivas y de vida vecinal en ellas (Vilches, 2018, p. 34).
ETAPA UNO. INICIO: ESTRATIFICACIÓN SOCIAL
A pesar de que el Campamento Nuevo era para empleados y obreros, existía también una estratificación, puesto que progresar en la empresa suponía obtener mejores viviendas. Los empleados tenían una escala más elevada que los obreros, de modo que tenían incidencia en la forma de designar viviendas a los trabajadores. En esta etapa, las viviendas “Tipo C” eran las que habitaban los empleados. Además de lo mencionado más arriba, estas contaban con patio y quedaban al mismo nivel del centro establecido, así es que poseían conectividad directa entre el centro de servicios, vivienda y ferrocarril para su desplazamiento cotidiano.
ETAPA DOS. DESARROLLO: CONSOLIDACIÓN DEL CAMPAMENTO
En esta etapa existió un incremento del cobre en el mercado internacional, lo que provocó mayor necesidad de mano de obra y un incremento poblacional. Con este avance se produjeron nuevos desafíos urbanos para el asentamiento, como la necesidad de construir más viviendas provocando la consolidación. Comienza la sindicalización, la demanda de mayores beneficios y estabilidad para los trabajadores y sus familias: en un principio solicitud de aumentos de sueldos, pero paulatinamente el reclamo por más espacio, tanto habitacional como público. Ya en 1930, Chuquicamata se había consolidado como asentamiento, contando con servicios públicos y mayor infraestructura urbana.
La requerida expansión se dio mayormente hacia el lado oeste, expresando una clara ruptura con la trama ortogonal inicial: las nuevas viviendas incorporadas se relacionan de mejor forma con la geografía, respetando desniveles y adaptándose a las cotas. Existe un gran avance en la calidad de los espacios públicos y de viviendas; se establecen las primeras viviendas unifamiliares y surge la creación de infraestructuras más complejas, por ende, las actividades comunitarias se traspasan a los equipamientos colectivos. Se crean parques y se consolida la plaza.
Estos cambios significativos dentro del asentamiento se van dando principalmente por la bonanza económica del cobre y la necesidad de incrementar la mano de obra, un factor importante para aumentar la calidad de vida dentro del Campamento, puesto que ya habían comenzado las sindicalizaciones y de simples trabajadores que hacían una prestación de servicio, estos se transformaron en habitantes que empiezan a apropiarse de su espacio físico.
Los edificios públicos más emblemáticos fueron los siguientes: El Club Chuqui (Figura 5, letras ak), construido en 1925, que poseía un gimnasio techado en el cual se hacían deportes varios y congregaciones de actividades. El Teatro Chile (Figura 5, letras al), edificado en 1943, donde se representaban funciones y películas; en su primer piso que daba la calle existían varias tiendas. El Auditórium sindical (Figura 5, la letra p), de 1957, se utilizaba para ceremonias emblemáticas. Y el hospital Roy H. Glover (Figura 5, letra a), que se inauguró en 1960 y contaba con las mejores tecnologías de la época, que lo posicionaron como el mejor hospital a nivel sudamericano.
ETAPA DOS. DESARROLLO: PLANO ESTRUCTURA URBANA
Existe, en esta fase, un esfuerzo por urbanizar Chuquicamata: se consolida una trama que aún está sujeta a cambios, pero, encaminada a un asentamiento permanente (Figura 6). Se libera el centro de viviendas, las cuales se retraen perimetralmente y se ubican al sector oriente, creando un borde y liberando la plaza, en la cual se generan distintas tradiciones. Las nuevas viviendas rompen con la trama ortogonal, adaptándose de mejor manera al terreno (Figura 7). A pesar de este nuevo criterio constructivo, el Campamento sigue la lógica de ciudad monocéntrica, concentrando los servicios en el espacio central. Paralelamente, las calles aledañas adquieren un rol distintivo dentro de la comunidad, al asociárseles tradiciones en determinadas celebraciones, en el marco de la memoria colectiva. Una de ellas se vincula a la creación de “ramadas” para Fiestas Patrias. Todos los años se decoraba la plaza con banderas chilenas y las calles aledañas se convertían en una hilera de puestos de compra y venta. Lo propio ocurría en las navidades: en la plaza se creaba un pesebre con animales vivos típicos de la zona y se adornaba con luces. La atmósfera de cada celebración se extrapolaba, de esta forma, a los alrededores. Cerca de Año Nuevo, cada vecindario se organizaba para seguir la tradición de “quemar monos”: la construcción de figuras con ropas viejas, astilladas al suelo, para prenderles fuego. La Fiesta de la Primavera era otro gran evento, donde preparaban carros alegóricos que recorrerían el Campamento. Cabe añadir que, en este periodo, también se llevó a cabo la construcción de parques infantiles.
ETAPA DOS. DESARROLLO: ESTRATIFICACIÓN SOCIAL DEL CAMPAMENTO
Esta fase fue la que mostró mayor diversidad en tipologías de viviendas, puesto que vio incluida una nueva clasificación: viviendas de departamentos para los obreros solteros, que contaban con menores dimensionamientos espaciales. Estas edificaciones conformaron a Los Buques, Los Staff y Los Departamentos César Aguilar. Al mismo tiempo, se nota un incremento de la población de obreros y capataces dada la necesidad de mano de obra, que comienza con el reto de proveer viviendas. Por ello se ponen en marcha proyectos de construcción de diversas viviendas, con mejores dimensionamientos, servicios higiénicos y con espacios de distensión en las cercanías. A pesar de que dichos vecindarios estaban mezclados en cuanto a su disposición, se mantuvieron las diferencias sociales al continuar existiendo barrios para capataces, obreros y solteros.
ETAPA TRES: DECLIVE DEL CAMPAMENTO
A nivel nacional, se intentó la adquisición de esta industria por parte del Estado. Varios proyectos de ley y mociones quedaron congelados, pero también brotaron normas legales como la ley del “Nuevo Trato”, en 1955; la “chilenización” y la “nacionalización pactada” (1964- 1970), con la que Chile alcanzó el control de 51% de su cobre en 1969. Ya en 1971, se logra la nacionalización del cobre, sin que el Estado haya tenido que indemnizar a las compañías extranjeras. Posterior a este suceso, los norteamericanos abandonaron por completo el Campamento, generando un distanciamiento social interno (Vilches, 2018, p. 174). Tras el golpe de Estado, la polarización social se potencia y la vida comunitaria de Chuquicamata se va desvaneciendo (Vilches, 2018, p. 175).
Muchos lugares residenciales se convierten en espacios administrativos, a lo cual se sumó la llegada de nueva población. Con el déficit habitacional que ya existía en la etapa anterior, se necesita construir nuevos barrios en los terrenos aledaños (Figura 8). En paralelo, se comienzan a demoler los vestigios de las viviendas más precarias de la primera etapa: Las Latas, Los 600 (antiguos), Los 2.000, Los 3.000, parte de Los Hundidos y Los Adobes (Vilches, 2018, p. 176). Las nuevas viviendas impulsadas son de gran dimensionamiento, unifamiliares y de buena calidad, algunas son denominadas villas. Mientras, el límite industrial se acerca más al Campamento, encapsulándolo entre desechos productivos.
Con todo el avance industrial y el sostenimiento del material cuprífero en el mercado mundial, cada vez la zona industrial necesita más espacio para desarrollarse, y después de aproximadamente 80 años, en 1992, se declara Chuquicamata como zona saturada de material particulado respirable. En esas circunstancias, Codelco gestiona el “proyecto traslado”, el cual consistía en la migración de toda la población chuquicamatina a la ciudad de Calama (Mayorga, 2004; Juricic, 2011). Un hecho relevante dentro de este periodo que marcó un verdadero hito para la población fue el enterramiento del Hospital Roy H. Glover, en 2004 (Figura 9).
ETAPA TRES: ESTRUCTURA URBANA “DECLINACIÓN DEL CAMPAMENTO”
A pesar del crecimiento perimetral, la estructura monocéntrica se conservó. La expansión perimetral solo fue asignada con funcionamiento residencial. Estos nuevos sectores siguieron la lógica adaptativa a la geografía. Las calles se iban, así, adaptando a las cotas quedando en formas serpenteantes y en pendientes. En los inicios de este periodo, continuó el proceso de construcción en el asentamiento; un ejemplo de ello lo constituye el “Parque Año Internacional del Niño”, conocido popularmente como “Parque del Robot” e inaugurado en 1979. Sin embargo, los desechos continuarían avanzando hacia el Campamento y, con la sepultura del primer recinto al lado norte, Chuquicamata se ve constreñida entre dos cerros artificiales.
ETAPA TRES: ESTRATIFICACIÓN SOCIAL “DECLINACIÓN DEL CAMPAMENTO”
En esta etapa se desarrolla la estratificación según roles, en la cual se refuerza la jerarquía (Figura 10). Con el Rol A se identifica a los trabajadores con supervisiones o jefaturas de secciones y áreas; con el Rol B, a capataces, maestros mayores y maestros de primera; y con el Rol C, a los trabajadores nuevos, sin oficios que entran a la empresa para adquirir experiencia (Astorga, 2011). A media que se construían nuevos conjuntos residenciales, de mejor calidad y dimensionamiento, los trabajadores de mayor rol iban optando por estas nuevas viviendas; y las que dejaban se les otorgaba, según escala, a los trabajadores que seguían.
Paulatinamente, empieza a despoblarse el Campamento Nuevo, cuyas familias migran a la ciudad vecina de Calama, en la cual Codelco se encargó de construir villas para los trabajadores (Mayorga, 2004). El Campamento terminó de despoblarse en 2008, cuando la zona industrial creció aún más y los desechos se rodearon al Campamento hasta encapsularlo. Después de este proceso de abandono, la empresa optó por verter estos desechos sobre las construcciones del Campamento, llegando a un punto de no retorno, donde los valores identitarios ligados a este asentamiento se vieron ignorados por operaciones de borrado de la memoria de los lugares y de las personas, que forzaron a limpiar todos aquellos aspectos fuera del ámbito de lo productivo (Daviet 2005; Daumas, 2006).
DISCUSIONES
Para que una ciudad pueda tener un desarrollo adecuado, se deben considerar las dimensiones urbana, social y económica (Camagni, 2005). Mientras estos tres factores se desarrollen paralelamente y de una forma directamente proporcional, la ciudad y sus habitantes podrán tener un contexto idóneo para consolidarse y conformar un espacio adecuado para el habitar colectivo. Chuquicamata presenta, en el plano de urbano, un espacio tangible en el cual se formaliza la habitabilidad; en el de lo social, el desarrollo de las actividades comunitarias y la relación entre los pobladores; y, en el de lo productivo, el funcionamiento de la mina, que impulsa y rige el Company Town. Aunque en algún momento pudo haberse estado cerca de un equilibrio, el crecimiento constante de las tortas de ripio, la mala planificación del espacio y la fuerte contaminación hicieron que lo económico acabara colapsando a las otras dos dimensiones.
Desde el punto de vista urbano, el trazado inicial del Campamento permite otorgar una jerarquía al espacio central, conformado por la plaza y rodeado de servicios como mercado, escuelas, iglesia y edificios de carácter público, entendiéndose como un asentamiento gestado con una autonomía funcional vinculada a sus horizontes productivos (Garcés et al., 2010). Sin embargo, el crecimiento urbano dependiente de las decisiones internas de la empresa, va ordenando y distribuyendo a los grupos sociales, de forma que los estratifica según su jerarquía laboral y distingue barrios por poder adquisitivo. En el ámbito físico, según se da la expansión del Campamento, la trama va adaptándose al territorio, generando espacios intermedios entre la propiedad privada y la propiedad pública, además de espacios comunes como parques, estructuras recreativas, etc. Por lo tanto, su valor ya no solo consiste en ser meros contenedores en un espacio geográfico difícil de habitar (Sánchez-Montañés y Castilla, 2020), sino que clarifica una adaptación a la topografía del territorio, a partir de la cual se integran y conectan el espacio privado con el espacio público.
Desde la perspectiva social, el Campamento refleja la mencionada estratificación en la calidad, disposición o dimensionamiento de las viviendas, siendo un reflejo de los avances o estancamientos laborales de cada trabajador para el resto de la población (Vilches, 2018), lo que incluso podría interpretarse como una forma de disciplinamiento social. Chuquicamata muta y se identifica con una ciudad fraccionada, donde destaca su creciente segmentación socio-espacial interna (Méndez, 2012), que evidencia la organización urbana ligada fuertemente a la escala laboral de cada trabajador y familia. La sindicalización ayuda a la construcción de viviendas con mejor calidad y a una mejor provisión de servicios, contribuyendo a que el rol del obrero mute al de un rol ciudadano (Camagni, 2005). Ahora bien, a partir de los años 90 se vive nuevamente una involución y un retorno a un rol puramente productivo.
Finalmente, en cuanto al ámbito económico, desde su origen todo el Campamento se orienta a una sola actividad, buscándose la eficiencia económica y la disciplina laboral (Garcés, 2003), lo que cerró el paso a cualquier alternativa en los momentos de mayor auge en lo residencial. Conforme la actividad económica toma mayor impulso, las funciones iniciales de muchos recintos residenciales van cediendo su funcionalidad a roles administrativos para la empresa, siendo el primer indicio de ello el traslado de la función residencial fuera del campamento minero. Se constata así un crecimiento industrial que niega el factor de habitabilidad, posicionando lo productivo sobre lo social y lo urbano. El resultado es una rápida obsolescencia del habitar similar a otros casos (Fernández, 1982; García Blanco y Gutiérrez, 1988), y que lleva a cabo una operación de borrado de memoria tras el abandono del campamento en el sentido que indica Daviet (2005), lo que supone enterrar parte de la memoria colectiva tangible y arquitectónica del poblado. De esta manera, la erradicación se ha reconocido para los chuquicamatinos como un proceso doloroso y traumático, no solo por el traslado en concreto, sino más bien por lo dejado atrás, todo lo perdido, que progresivamente se ha convertido en tan solo recuerdos (Rodríguez, Miranda y Medina, 2012).
CONCLUSIONES
Los casos de los campamentos salitreros o carboníferos podrían hacer pensar que el declive de estos espacios está ligado siempre a la devaluación dentro del mercado internacional de la materia explotada, puesto que el poblado industrial es dependiente únicamente a esta actividad productiva. Pero, en el caso del campamento de Chuquicamata ocurre lo contrario, puesto que el alza en el cobre llevó a una mayor extracción y esta, a un avance industrial y un mayor impacto ambiental. La dimensión productiva se sobrepone así a la urbana y la social. Este proceso decanta en la obsolescencia de habitar, el traslado de los pobladores y el enterramiento parcial del Campamento, reduciendo la percepción del ex habitante solo a recuerdos, que progresivamente serán menos potentes, ocasionando el olvido de una forma distinta de entender la actividad minero-industrial.
Este pasado industrial se rigió por una alta estratificación social desde sus orígenes hasta su declive, a pesar de lo cual la vida comunitaria logró consolidarse a través de festividades y tradiciones en las que la población chuquicamatina se reunía, subvirtiendo los roles jerárquicos establecidos por la empresa. En estos momentos se daba un fenómeno denominado como “iguales diferenciados”, que se advierte en el sentido de pertenencia y memoria colectiva de los chuquicamatinos que se mantiene hasta la actualidad. Chuquicamata es un ejemplo distintivo dentro de la materia de Company Towns, no sólo por el contexto de su cierre, sino por la amplia movilización sindical que la caracterizó y que consiguió mejoras en cuanto a calidad de espacios públicos y privados, subrayando el rol obrero-habitante, como también por la creación de tradiciones y costumbres que allí se dio y que perduran hasta hoy. Con todo, la operación del desmantelamiento significó un “punto de no retorno” respecto a las pertenencias tangibles del poblado chuquicamatino; las intangibles lograron permanecer gracias a la canalización de su población.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a las comunidades chuquicamatinas su disposición, apoyo, ayuda e interés en esta investigación, así como su labor activa y continuada para preservar la memoria de la historia del Campamento de Chuquicamata. Los autores agradecen también su labor a los tres revisores anónimos.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Astorga, P. (2011). Representación social de Codelco Chuquicamata y la definición de un discurso hegemónico en torno a su actuar: mirada laboral y comunitaria. Universidad de Chile. Recuperado de https://repositorio.uchile.cl/handle/2250/144818
Beatty, C. y Fothergill, S. (1996). Labour market adjustment in a reas of chronic industrial decline: the case of the UK coalfields. Regional Studies, 30(7), 627-640.
Camagni, R. (2005). Economía Urbana. Barcelona: Antoni Bosh.
Cano, J. M. (2012). Babel en la mina. El campamento minero como modelo de asentamiento en el mundo industrializado: Cerro Muriano (Córdoba). Munibe Antropologia-Arkeologia, (63), 321-343.
Caputo, O. y Galarce, G. (2008). La nacionalización del cobre por Salvador Allende y la desnacionalización del cobre en dictadura y en gobiernos de la Concertación. CEME, 16. Recuperado de http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/caputoo/caputolo0065.pdf
Cerda, G. y Puentes, Y. (2019). Industrial heritage: The residential complex of the crav sugar factory in Penco, 1941-1975. Revista INVI, 34(96), 153-181. DOI: 10.4067/s0718-83582019000200153
Cisternas, L. (2015). Habitar un Company Town. Los campamentos de Coya, Caletones y Sewell entre 1922 y 1944. Santiago: Universidad de Chile.
Consejo de Monumentos Nacionales de Chile (2000). Definición de categorías de monumentos. CMN-Chile. Recuperado de https://www.monumentos.gob.cl/monumentos/definicion#:~:text=El%20patrimonio%20cultural%20se%20entiende,practicas%20y%20formas%20de%20vida.&text=Monumentos%20Hist%C3%B3ricos
Daumas, J.C. (2006). L’usine, la mémoire et l’histoire. En Daumas, J.C. (Dir.), La mémoire de l’industrie (pp. 9-20). Besançon: Presses universitaires de Franche-Comté.
Daviet, S. 2005. Industrie, culture, territoire. París: L’Harmattan.
Dinius, O. y Vergara, A. (2011). Company Towns in the Americas. Landscape, Power, and Working-Class Communities. Athens: University of Georgia Press.
Fernández, A. (1982). Langreo: industria, población y desarrollo urbano. Langreo: Ayuntamiento de Langreo.
Garcés, E. (2003). Las ciudades del cobre. Del campamento de montaña al hotel minero como variaciones de la Company Town. Eure, 29(88), 131-148. DOI: 10.4067/s0250-71612003008800006
Garcés, E. (2005). Las ciudades del cobre y las variaciones de la Company Town. Identidades: territorio, cultura, patrimonio, 1886-6840. DOI:10.4067/S0250-71612003008800006
Garcés, E., O’Brien, J. y Cooper, M. (2010). Del asentamiento minero al espacio continental Chuquicamata (Chile) y la contribución de la minería a la configuración del territorio y el desarrollo social y económico de la región de Antofagasta durante el siglo XX. Eure, 36(107), 93-108. DOI: 10.4067/s0250-71612010000100005
García Blanco, J.M. y Gutiérrez, R. (1988). El declive industrial en las cuencas mineras asturianas: una aproximación sociológica. Ábaco. Revista de Ciencias Sociales, 4 (29 época), 51-62.
Garrido, S. (2018). Evolución de la huelga en la Gran Minería del Cobre 1911-1991. Revista Perfiles Económicos, (2), 131-162. DOI: 10.22370/rpe.2016.2.1207
Gutiérrez-Viñuales, A. (2008). Chuquicamata: patrimonio industrial de la minería del cobre en Chile. Apuntes: Revista de Estudios Sobre Patrimonio Cultural, 21(1), 74-91.
ICOMOS (2003). Carta de Nizhny Tagil sobre el patrimonio industrial. Asamblea Nacional del TICCIH. Recuperado de http://www.international.icomos.org/18thapril/2006/nizhny-tagil-charter-sp.pdf
Juricic, B. (2011). Historia Hospital “Roy H. Glover” de Chuquicamata. Biblioteca Ministerio de Salud. Recuperado de http://www.bibliotecaminsal.cl/wp/wp-content/uploads/2011/09/Historia-Hospital-Roy-H-Glover-de-Chuquicamata.pdf
Lavandero, J., Frei, C. y Núñez, R. (s.f.). Historia política y tributaria del cobre en Chile (Anexos). Biblioteca del Congreso Nacional. Chile, https://www.bcn.cl/Books/Historia_Politica_y_tributaria_del_cobre/index.html#p=1.
Layuno, M. (2012). La problemática de la valoración y recuperación del patrimonio y el paisaje industrial rural. El caso de las minas de plata de Hiendelaencina (Guadalajara, España). Apuntes: Revista de Estudios Sobre Patrimonio Cultural, 25(2), 304-321.
Lyon, C. (2014). Place systems and social resilience: a framework for understanding place in social adaptation, resilience, and transformation. Society & Natural Resources, 27(10), 1009-1023.
Mayorga, E. (2004). Sueño de una integración patrimonial o el traslado de Chuquicamata a Calama. Urbano, 7(10), 4-8. Recuperado de http://revistas.ubiobio.cl/index.php/RU/article/view/518. DOI: 10.1080/08941920.2014.918228
Méndez, M., Prieto, M. y Galaz-Mandakovic, D. (2020). Tele-production of miningscapes in the open-pit era: The case of low-grade copper, Bingham Canyon, US and Chuquicamata, Chile (1903-1923). The Extractive Industries and Society, 8(4), 1-12. DOI: 10.1016/j.exis.2020.10.013
Méndez, R. (2012). Ciudades y metáforas: sobre el concepto de resiliencia urbana. Ciudad y Territorio. Estudios Territoriales, 44(172), 215-232. Recuperado de http://www.fomento.gob.es/NR/rdonlyres/FF63AECF-CF4B-4A59-968B-D9B701ACA03B/113205/CyTET172.pdf
Prada-Trigo, J. (2011). Desarrollo, patrimonio y políticas de revitalización en ciudades intermedias de especialización minero-industrial. Oviedo: Consejo Económico y social de Asturias.
Rodríguez, J., Miranda, P. y Medina, P. (2012). Culturas mineras y proyectos vitales en ciudades del carbón, del nitrato y del cobre en Chile. Chungará (Arica), 44(1), 145-162. DOI: 10.4067/S0717-73562012000100011
Sánchez-Moral, S., Méndez, R. y Prada-Trigo, J. (2015). Resurgent cities: local strategies and institutional networks to counteract shrinkage in Avilés (Spain). European Planning Studies, 23(1), 33-52.
Sánchez-Montañés, B. y Castilla, M. V. (2020). Fábricas de resiliencia: una oportunidad para el patrimonio industrial: el caso de La Trinidad. ACE: Architecture, City and Environment, 15(43), 9192. DOI: 10.1080/09654313.2013.820084
Silva, N. J. (2013). Patrimonio industrial en tierra cruda: la salitrera de María Elena, un modelo constructivo mixto. DigitAR-Revista Digital de Arqueologia, Arquitectura e Artes, (1), 22-31.
Solá-Morales, M. (1997). Formas de crecimiento urbano. Barcelona: Ediciones UPC.
Vilches, V. (2018). Chuquicamata. Evolución de la vivienda en el campamento nuevo. Concepción: Viviana Vilches Wolf.
Zapata, F. (1975). Los mineros de Chuquicamata: ¿productores o proletarios? Cuadernos del Centro de Estudios Sociológicos. Ciudad de México: Colegio de México.
Notas