CICLOS DE ESTABILIDAD, CAMBIOS Y VARIABLES LENTAS-RÁPIDAS EN EL PAISAJE DEL ÁREA METROPOLITANA DE CONCEPCIÓN¹ A PARTIR DE ESTUDIOS DE SISTEMAS SOCIO ECOLOGICOS: UN ANÁLISIS EXPLORATORIO

STABILITY CYCLES, AND FAST-SLOW CHANGES AND VARIABLES IN LANDSCAPES OF THE CONCEPCION METROPOLITAN AREA

Carolina Grace Ojeda Leal ccojeda@uc.cl

Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile

Kay Bergamini Ladrón De Guevara kay@uc.cl

Pontificia Universidad Católica de Chile, Chile

El Área Metropolitana de Concepción (AMC) (72ºW - 36ºS) se compone por varias comunas adyacentes, al igual que otras áreas metropolitanas chilenas (Orellana y Gilbert, 2013), y constituye una de las que registra mayor cantidad de población en el país. En efecto, ha sufrido una transición demográfica con un aumento sostenido de 507.870 hab. en 1970 a 985.034 hab. en 2017 (Instituto Nacional de Estadísticas [INE], 2017). Posee, además, una sostenida expansión urbana (Rojas, Pino y Jaque, 2013) la que ha fragmentado sus ecosistemas naturales litorales, humedales y de áreas protegidas (Romero Aravena y Smith, 2009; Rojas et al., 2006), generando un efecto de encierro presionando a sus bienes comunes contra las áreas urbanas (Jaque, Ojeda y Almendra, 2020). Asimismo, se le ha considerado en la literatura especializada como una zona que posee múltiples amenazas (Araya, Metzger, Stuart, Wilson y Carvajal, 2017; Garreaud et al., 2020; Mardones y Vidal, 2001) tanto por su clima mediterráneo (Sarricolea, Herrera y Meseguer- Ruíz, 2016) como por estar inserta entre dos grandes unidades geomorfológicas que son las planicies litorales y la cordillera de la costa.

En cuanto a su economía, ésta se ha basado en la importación- exportación de recursos naturales cimentándose en la explotación o aprovechamiento de recursos naturales, en los servicios que ofrece -centros comerciales, clínicas, hospitales, universidades, oficinas gubernamentales- y en el sector turístico basado en sus amplias playas (Rojas Quezada, Muñiz Olivera y García-López, 2009). Esto ha ocurrido en perjuicio de su tradicional economía agrícola y campesina que ha decaído en beneficio de dichas áreas (Torres, Azócar, Rojas, Montecinos y Paredes, 2015; Hernández, 1983).

El AMC se enfrenta a los desafíos del cambio climático (Sarricolea et al., 2016; Garreaud et al., 2020; Gallardo Klenner, 2016), lo que añade un marco de incertidumbre a su análisis, considerando la insostenibilidad del crecimiento urbano planificado hasta ahora (Rojas, Pino y Jaque, 2013) y el abuso de los recursos en sus sistemas naturales (Torres et al., 2015; Hernández, 1983). Dichos sistemas han conseguido alterar sus propiedades acumulativamente de forma negativa, sin embargo, hasta ahora han evitado una transformabilidad forzada, es decir, la creación de “un sistema fundamentalmente nuevo a medida que las condiciones ecológicas, económicas o sociales -incluidas las políticas- hagan que el sistema existente sea insostenible” (Walker et al., 2006, p. 3).

A partir del contexto descrito, el objetivo de este artículo es identificar y analizar de forma exploratoria los ciclos de estabilidad - cambios, así como las variables lentas-rápidas en el paisaje del AMC, utilizando como base teórica los Sistemas Socio Ecológicos o SSE (Hertz, García y Schlüter, 2020). Así también, se propone identificar elementos clave que configuren al AMC como un SSE porque solo se le ha reconocido como área metropolitana desde el urbanismo, y desde la geografía como parte de la cuenca del Biobío y una de las últimas zonas de clima mediterráneo del país. Para ello, se analizó a través de una revisión literaria de 150 artículos de revistas indexadas, en español e inglés, con dos términos clave: “Concepción” y “Área Metropolitana de Concepción”. La hipótesis de trabajo es que los SSE en el AMC están sometidos a rápidos cambios, seguidos de largos ciclos de estabilidad, cuyos conductores lentos son mayormente de origen antrópico y sus conductores rápidos son, en su mayoría, de origen natural; es decir, los paisajes del AMC evolucionarán rápidamente sin una perspectiva SSE que incorpore los conceptos clave de forma sostenible, creando paisajes inestables en sus sistemas naturales y humanos.

La importancia de este trabajo es que permite, a partir de la evidencia bibliográfica disponible, identificar y relacionar variables del paisaje con el crecimiento del AMC, lo que constituiría evidencia necesaria para avanzar hacia un desarrollo urbano sostenible y resiliente. A continuación, se presenta el marco teórico, cuyo foco radica en los SSE, para luego dar paso a la metodología utilizada en la revisión bibliográfica y los resultados, los que finalmente se discuten y concluyen.

Los estudios de los SSE se sitúan en la interacción entre las ciencias naturales y las ciencias sociales (Berkes Colding y Folke, 2011) e intentan responder ante los requerimientos de un planeta que se sumerge en la incertidumbre lidiando con fenómenos que la especie humana no dimensiona (Intergubernamental Panel on Climate Change [IPCC], 2007; Foley et al., 2005; Kirksey, 2021). Los SSE se definen como:

complejos sistemas adaptativos en los que los humanos y la naturaleza están profundamente entrelazados, y que consisten en una compleja red de relaciones ecológico- sociales en una constante evolución, y necesitan ser concebidos como un sistema integrado, en vez de dos sistemas que existen independientemente (Hertz et al., 2020, p. 2)

Se sustentan en conceptos clave de la Teoría General de Sistemas como procesos, eventos, estabilidad, resiliencia, transformación, cambios continuos, dinamismo (Mancilla García, Hertz, Schlüter, Preiser y Woermann, 2020; Holling, 2001), multi-actores, multi-agencias/agentes y multiescalas (Elsawah, Guillaume, Filatova, Rook y Jakeman, 2015) (Figura 1). Esta concepción se diferencia de otros modelos interdisciplinares como el FES-sistema (FES, 2021), en donde se entiende a los sistemas como organismos entrelazados. Asimismo, se diferencia de los sistemas acoplados (coupled human-landscape systems) que se basan en el modelamiento matemático para entender cómo las dinámicas físicas de los paisajes influencian a los sistemas humanos (Werner y McNamara, 2007). También, se distingue del concepto de paisaje, el cual corresponde al conjunto de elementos físicos - humanos en permanente tránsito (Ingold, 1993; Nogué, 2014).

Figura 1:
Esquema resumen que comprende el funcionamiento de los bucles de retroalimentación y las etapas que viven los SSE.
Fuente: Elaboración propia en base a Holling y Gunderson (2002, p. 34); CNID-CREDEN (2016); Bohensky y Leitch (2014); Woodgate y Reclift (1998); Urquiza Gómez y Cadenas (2015).

En ese sentido, todos los modelos recién citados sostienen que los sistemas naturales y humanos interactúan fuertemente entre sí estableciendo bucles de retroalimentación positiva o negativa (Schoon y van der Leeuw, 2015), es decir, poseen ciclos que permiten su permanencia de forma positiva a través del aprendizaje, la resiliencia y la adaptabilidad, o bien, por el contrario, poseen ciclos negativos que generan colapsos en las sociedades complejas (Tainter, 1988; Diamond, 2010) que pueden conducir a la transformabilidad (Figura 1). En consecuencia, los SSE se mueven entre ciclos de estabilidad y de cambio (Hertz et al., 2020), los cuales se describen a continuación:

• Ciclos de estabilidad: etapas de largo aliento pobladas de variables lentas, es decir, aquellos fenómenos que se agrupan, según su naturaleza, en políticos, económicos y ambientales, que explican cambios a largo plazo y procesos complejos y donde los componentes de los sistemas naturales y humanos poseen características que los hacen reconocibles el suficiente tiempo como para ser estudiados. Por ejemplo, en el caso de sistemas humanos estos ciclos de estabilidad corresponden a períodos históricos y en el de sistemas naturales a los ecosistemas. En ellos es posible encontrar también la idea de biostasia u homeostasis, que tiene que ver con la capacidad -aplicable a los SSE- para autorregularse una vez ocurrido un cambio dentro de los mismos límites que el sistema permite (Arnold y Osorio, 2008), es decir, la estabilidad es lo que define la identidad propia de un sistema (Rubio, 1996).

• Ciclos de cambios: son aquellos períodos caracterizados por variables rápidas compuestas por eventos disruptivos que rompen con la estabilidad previa que presentan desafíos a los SSE, ya que les ofrecen espacios de posibilidad para: adaptarse, aprender lecciones, ser resilientes, prepararse, colapsar o transformarse definitivamente. Un ejemplo concreto de ciclo de cambios se da con en los terremotos que, de forma intempestiva, revelan si los SSE poseen bucles de retroalimentación positivos o negativos. Si son positivos, serán capaces de ser resilientes o adaptarse pasando a un nuevo ciclo de estabilidad y manteniendo sus componentes principales en sus sistemas naturales y humanos. En el caso del terremoto, se iniciarán rápidamente las labores de reconstrucción. Si los ciclos de cambio son negativos, albergarán colapsos en ambos sistemas demostrando que no fueron capaces de aprender lecciones y se transformarán en nuevos SSE, cuyos componentes no humanos y humanos no estarán adecuadamente preparados. En el caso del terremoto, la inestabilidad política y social que se exacerba tras el desastre, conducirá a problemas de violencia urbana, contaminación y migración.

Con todo, el concepto de estabilidad constituye un tema de discusión que no está zanjado. Una de las posturas que se destaca es que los sistemas naturales y humanos no serían estables, sino que “meta-estables” (Winder, 2007), y crearían una biósfera dinámica en donde los seres vivos se interconectarían en una compleja red de relaciones (alimentarias, sociales, etc.) (Capra, 1998). A diferencia de lo anterior, Grimm, Schmidt y Wissel (1992), Ludwig, Walker y Holling (1997), Cumming (2011) y Iannucci y Munafò (2012) siguen una posición más tradicional al considerar la estabilidad como un concepto que tiene su símil en un pozo estático en el que los sistemas se esfuerzan por permanecer a pesar de los cambios constantes. En este artículo exploratorio se opta por la postura de Cote y Nightingale (2012) que consideran la estabilidad como una línea de base móvil compuesta por múltiples estados, lo que teóricamente permitiría que todos los SSE transiten por etapas o ciclos de estabilidad que pueden ser estudiados en diferentes momentos (Figura 2).

Figura 2:
Esquema resumen que identifica los ciclos de estabilidad y cambio en los SSE tomando como ejemplo de evento disruptivo en ciclo de cambio, en este caso un incendio forestal.
Fuente: Elaboración propia.

En este estudio cualitativo se realizó una revisión de literatura (Arksey y O’Malley, 2005; Arts et al., 2017; Pullin y Stewart, 2006) que contempló tres etapas desarrolladas durante 2020 - 2021:

• Etapa 1: Selección pregunta de revisión - término de búsqueda: En las bases de datos de Web of Science (WOS), SCOPUS y Google Scholar se buscó la palabra clave “Concepción”, la que se complementó con términos similares como: “Área Metropolitana de Concepción”, “Metropolitan Area of Concepcion” y “Concepción Metropolitan Area”. Términos relacionados como “cambios”, “ciclos” o “SSE” fueron considerados de forma complementaria, si los primeros no daban frutos. Más de 300 artículos seleccionados se revisaron completamente tomando en cuenta las palabras claves de cada artículo, resumen, título y desarrollo. A estos se accedió virtualmente desde la Biblioteca de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

• Etapa 2: Criterios de selección o filtros: Una vez identificados los artículos que poseían las palabras clave, estos se sometieron a nuevos filtros de exclusión y se ordenaron en una hoja Excel©, proceso del que se obtuvo 150 artículos seleccionados. Los criterios empleados fueron los siguientes:

¤ debe ser un artículo revisado por por pares (no tesis, no libro, no artículo de revista universitaria o magazine, no nota de prensa, no resumen de conferencia, no editorial);

¤ debe estar disponible en Internet (no papel físico o archivos);

¤ debe contener los términos completos de búsqueda definidos en la etapa 2;

¤ debe estar basado en el AMC chileno y no en otras ciudades con el mismo nombre (ej. Concepción del Uruguay).

• Etapa 3: Análisis y comunicación de resultados: En este ejercicio se identificaron los agentes, los ciclos de estabilidad - cambio y variables rápidas - lentas estudiados siguiendo el modelo de Quiñones et al. (2017) y el de Gutiérrez, Suárez y Vidal-Abarca (2015) (Figura 3). Se comunicaron los resultados a través de una línea de tiempo (Figura 4) y una tabla resumen (Tabla 1), con los principales hallazgos como leyes, actividades socioeconómicas, agentes, y/o desastres naturales relevantes:

¤ Para los sistemas humanos se consideraron los ciclos de estabilidad y cambio datándolos de acuerdo con la literatura disponible. Por ejemplo, dentro de los artículos que abordan el AMC en el ámbito político, se destaca que entre 1603-1687 se produce un ciclo de estabilidad asociado a la fortificación de la zona costera del Biobío, luego interviene un ciclo de cambios protagonizados por alzamientos indígenas, para dar paso a un ciclo de estabilidad con la creación de ciudades fronterizas.

¤ En cuanto a los sistemas naturales, sus ciclos de estabilidad y cambio poseen escalas temporales muy diferentes a las humanas que han sido estudiadas en las diferentes ciencias naturales por separado y, por ello, se escogió como representativos para los ciclos de cambios de estos sistemas a los desastres socio- naturales. Por ejemplo, en el área de los desastres naturales, se observa un período de estabilidad asociado al Plan Regulador de Concepción de Emilio Duhart, el cual es removido por los terremotos y tsunami de 1960-1962, para dar paso a un período de estabilidad en base a la reconstrucción con el Plan Regulador Intercomunal de 1963.

¤ Para ambos sistemas se consideraron variables lentas - rápidas las cuales se identificaron considerando palabras clave en los textos (screening) que las se categorizaron y ordenaron cronológicamente en Excel© (Figura 4). Por ejemplo, para el texto de Leonel Pérez Bustamante y Edison Salinas Varela (2007), “Crecimiento urbano y globalización: transformaciones del Área Metropolitana de Concepción, Chile, 1992-2002”, se identificaron palabras clave (en rojo) asociadas a una variable lenta que abarca, en el área económica, desde 1950 hasta la actualidad:

* “…En Concepción… la dimensión metropolitana comienza claramente con la instalación de la Compañía de Aceros del Pacífico (CAP) en Huachipato, alrededor del año 1950...”

¤ Los agentes son aquellos/as elementos antrópicos asociados a personas, organizaciones o instituciones que pueden llevar a ciclos de estabilidad o a nuevos cambios en los sistemas naturales y humanos.

Figura 3:
Extractos de los resultados del modelo de análisis utilizados para analizar SSE en Chile, según Quiñones et al. (2017) y, en España, según Gutiérrez et al. (2015).
Fuente: Imágenes de Scott Zona - Araucaria araucana 1, CC BY 2.0 (https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=17346247) y José García, CC BY-SA 3.0 (https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=31821325).

Figura 4:
Línea de tiempo que señala las variables lentas y rápidas en los SSE del AMC en base a la revisión de literatura.
Fuente: Elaboración propia en base a revisión de literatura.

Tabla 1:
Resumen de los ciclos y evento de estabilidad - cambio obtenidos de la revisión bibliográfica.

Fuente: Elaboración propia en base a revisión de literatura. Nota 1: Las variables rápidas presentan cambios en años o meses y las variables lentas presentan cambios en décadas o siglos. Nota 2: Los actores humanos pueden ser individuos o instituciones.

Las variables lentas - rápidas han sido estudiadas desde la perspectiva SSE, mayoritariamente, a través de modelaciones matemáticas, lo que dificulta el acceso a modelos cualitativos o centrados en la comprensión de los fenómenos completos (Hertz et al., 2020; Walker, Holling, Carpenter y Kinzig, 2004). El modelo de Quiñones et al. (2017) hace algo diferente con la cuenca de Cayucupil en Chile al complementar los estudios de imágenes satelitales con una revisión literaria profunda para explicar el SSE propuesto. De igual forma, en Estados Unidos se muestra cómo los incendios forestales (eventos disruptivos que generan cambios) pueden ser entendidos desde la perspectiva SSE (Steelman, 2016). Otro ejemplo se da en España, donde los ciclos de estabilidad y cambio en los SSE se han abordado usando servicios ecosistémicos y una revisión bibliográfica de períodos que abarcan los 2.000 años (Gutiérrez et al., 2015) permitiendo un análisis más completo de los ciclos, ya que se tiene mayor información disponible de crónicas y archivos que narran la historia desde la perspectiva antropocéntrica de ambos sistemas.

Por otro lado, las variables asociadas a los sistemas naturales o no humanos son más difíciles de establecer sin la ayuda de las disciplinas asociadas a la ecología del paisaje y a la Teoría General de Sistemas, las cuales presentan una mirada enfocada en comprender las dinámicas de los diferentes procesos ecosistémicos (Holling, 2001) incorporando la economía, la resiliencia y la gobernanza (Berkes et al., 2003). Se han propuesto soluciones con las nuevas intersecciones multidisciplinares, multi-escalares y multi- espaciales (Goldman, Nadasdy y Turner, 2011), donde los/as investigadores/as trabajan con otras ontologías: “Seguirán toda la materia, a través de cada material, y entenderán los sistemas terrestres de nuestro colectivo ahora sin dividirlos en las categorías irrelevantes y obsoletas de ‘sociedad’ y ‘naturaleza’. Sabrán que las cercas no detienen los flujos terrestres…” (Green, 2021, p.1).

Algunos ejemplos de ese deseo de cruzar marcos se han dado en el Proyecto de Cambio Agrario que integra metodologías de los SSE en paisajes multifuncionales de África (Sunderland et al., 2017). Asimismo, en Pakistán se han aplicado métodos interdisciplinarios para evaluar los Social-Ecological Landscape Systems (SELS) en aspectos de movilidad y grado de urbanización (Abbas, Shirazi y Qureshi, 2018). A los anteriores se suma el de Wadden Sea que es un área protegida compartida entre Holanda, Alemania y Dinamarca (Sijtsma, Mehnen y Angelstam, 2019).

En este estudio exploratorio se discute sobre los ciclos de estabilidad, de cambios, las variables lentas y rápidas en los SSE del AMC, a partir de la revisión de la producción académica nacional e internacional enfocada tal área en sus numerosas fuentes. En ese sentido, se observa que la historia ambiental y los trabajos historiográficos de estudio de caso han aportado al entendimiento de la zona, a través de un enfoque cualitativo que permite combinar fuentes científicas de naturaleza diversa, para originar un análisis de características interdisciplinarias. Esto abre posibilidades de aplicar modelos conceptuales que establezcan escenarios y pronósticos de lo que podría ocurrir ahí en el futuro, además, de promover mejoras en la ordenación territorial, las políticas de desarrollo, los incentivos económicos y apuntar a modos de vida en los sistemas humanos con menos bucles de retroalimentación negativa. Lo anterior significa abrirse a la idea de que los sistemas poseen ciclos de estabilidad y de cambio que son posibles de aprovechar para avanzar hacia SSE adaptables, resilientes, que incluyan una perspectiva posthumanista no especista y que sean capaces de manejar aprendizajes significativos. En ese sentido, se destacan, por ejemplo, las legislaciones que han exigido mayores niveles de sismo-resistencia en las edificaciones (NCh 433 y NCh2369) y la determinación de zonas de no construcción que se incluyen en los planes reguladores. Ambas han permitido salvar incontables vidas humanas y no humanas, disminuir los costes de reconstrucción post-desastre y fomentar ciclos de cambios con variables rápidas que permitan transitar a ciclos de estabilidad de forma fluida.

A partir del trabajo realizado se puede señalar que se cumple la hipótesis de trabajo, es decir, que los SSE en el AMC están sometidos a rápidos cambios seguidos de largos ciclos de estabilidad cuyos conductores lentos son, en su mayoría, de origen antrópico y sus conductores rápidos son, en su mayoría también, de origen natural. Dentro de los hallazgos del estudio, se destaca que, en los sistemas humanos, los catalizadores de cambios se pueden agrupar en leyes, agentes y actividades socioeconómicas y, en los sistemas naturales, los catalizadores son únicamente los desastres naturales. Las variables rápidas se apreciaron en los desastres naturales para los sistemas naturales y los cambios en el urbanismo. Las variables lentas para los sistemas humanos se agruparon en variables políticas, económicas y ambientales. Conforme a lo anterior, se identificaron ciclos de estabilidad y de cambios y variables lentas y rápidas que influyen en dichos ciclos para el AMC en Chile. Estos resultados constituyen un aporte en la medida en que apuntan a la disponibilidad de los conceptos analizados desde la perspectiva de los SSE y a su integración a la literatura disponible sobre el AMC, la que posee temporalidades distintas. Las limitaciones de este estudio están dadas por los ámbitos que se han estudiado en este territorio.

A modo de reflexión, se debe mencionar que se vuelve ardua la integración interdisciplinar para relevar el conocimiento de la SSE desde un punto de vista que no sea puramente antrópico, matemático o ecológico, ya que los artículos revisados hacen referencia a sus propias disciplinas, conceptos, ontologías y epistemologías. Ello hace difícil un tratamiento multiescalar y/o multidisciplinar y, aún más difícil, incorporar la perspectiva SSE para el público general y los/as tomadores/as de decisiones en el AMC. En tal sentido, este trabajo busca abrir la puerta para que se repliquen en el AMC investigaciones como las de Winder (2007), Iannucci y Munafò, y Cote y Nightingale (2007), quienes trabajan transdisciplinariamente las teorías de sistemas, los SSE y la historiografía para entender cómo se comportan los sistemas, hecho que queda demostrado en este artículo.

En relación con una mirada desde las políticas públicas, este artículo revela la importancia de los desastres naturales como elemento clave en las fases de cambio que se evidenciaron en el AMC. En dicho contexto, en los últimos años, en Chile, se vislumbran esfuerzos coordinados para integrar los conceptos y procesos que otorgan los SSE a través de la formación, en 2016, de la Comisión Nacional para la Resiliencia frente a Desastres de Origen Natural (CREDEN), al alero del Consejo Nacional de Innovación para el Desarrollo (CNID); de la creación, en 2019, del Instituto para la Resiliencia ante Desastres (ITREND); y mediante la conformación del Comité Interministerial de Transición Socio Ecológica Justa (TSEJ), en 2022. Así, vale la pena quedarse con las palabras de la Ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas:

Transición Socio Ecológica Justa es un concepto que hemos acuñado para una serie de transiciones que Chile tiene que recorrer y así pasar de una situación de degradación ambiental, de crisis climática y de destrucción de biodiversidad -con afectación a la población, hacia un modelo en que le demos un mayor bienestar a las chilenas y chilenos. (Ministerio del Medio Ambiente [MMA], 2022)