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LA MIGRACIÓN EN ANTOFAGASTA1: EL HABITAR EN FRONTERA POROSA COMO ESTRATEGIA DE RESISTENCIA.

MIGRATION IN ANTOFAGASTA: LIVING ON A POROUS BORDER AS A STRATEGY OF RESISTANCE.

Carolina Andrea Arriagada Sickinger
Universidad de La Serena, Chile
Yasna Contreras Gatica
Universidad de Chile, Chile

LA MIGRACIÓN EN ANTOFAGASTA1: EL HABITAR EN FRONTERA POROSA COMO ESTRATEGIA DE RESISTENCIA.

Urbano, vol. 26, núm. 47, pp. 46-57, 2023

Universidad del Bío-Bío. Departamento de Planificación y Diseño Urbano

Recepción: 17 Diciembre 2022

Aprobación: 28 Marzo 2023

RESUMEN: Durante los últimos 20 años, el constante aumento en la llegada de migrantes latinoamericanos a Antofagasta ha implicado la ocupación del espacio marginal de la ciudad. Ante ello, observamos los espacios que mayormente ellos habitan y nos cuestionamos cómo han logrado permanecer y habitar en estos espacios marginales. La aproximación metodológica es comparativa y se estructura desde la narrativa de los propios migrantes, analizando las configuraciones urbanas y los procesos de ocupación territorial. Los principales hallazgos indican que el habitar transforma los espacios marginales en lugares migrantes ya que, por un lado, conforman fronteras entre las prácticas divergentes del Estado y del habitar migrante y, por otro lado, definen una condición de porosidad, entendida como un proceso de articulación, recuperación identitaria y demanda por el derecho de habitar la ciudad. Consecuentemente, el habitar en frontera porosa se transforma en una estrategia de resistencia.

Palabras clave: Espacios marginales, lugares migrantes, frontera porosa.

ABSTRACT: Over the last 20 years, the constant increase in the influx of Latin American migrants to Antofagasta has entailed occupying the marginal spaces of the city. In view of this, this article looks at the spaces that they mainly inhabit, asking how they have managed to remain and live in these marginal spaces. The methodological approach is comparative and is structured from the narrative of the migrants themselves, analyzing urban configurations and territorial occupation processes. The main findings indicate that their living transforms marginal spaces into migrant places since, on one hand, they form boundaries between the divergent practices of the State and migrant living and, on the other, they define a condition of porosity, understood as a process of articulation, identity recovery, and demand for the right to inhabit the city. Consequently, living on a porous border is transformed into a strategy of resistance.

Keywords: Marginal spaces, migrant places, porous border.

INTRODUCCIÓN

La creciente internacionalización del capital y la reorganización de la producción han favorecido un incremento de la población migrante a nivel mundial (Sassen, 2003). Ante esta tendencia “el Estado como organismo a cargo de las políticas migratorias ha sido vulnerado por el crecimiento del sistema económico global y otros procesos transnacionales, afectando su capacidad y rol regulatorio” (Sassen,2003, p.37), lo que ha provocado una creciente estigmatización hacia migrantes de ciertos países y temores infundados en la población residente.

En Chile, los recientes procesos migratorios han ocupado diversos debates académicos y mediáticos. Uno de los factores claves que ha incidido en ello ha sido el aumento de la población migrante, debido a que los tradicionales centros de atracción migratoria como Estados Unidos y Europa han comenzado a cerrar sus fronteras (Stefoni, 2005). En lo específico, la cantidad de migrantes con respecto a la población total residente era de 1,3% según el Censo 20022, mientras que según el Censo 20173 la población migrante aumenta al 4,4% con respecto al total de la población (INE, 2018).

Desde el punto de vista teórico, en un principio, el estudio de las migraciones puso énfasis en los análisis demográficos dándole un carácter eminentemente descriptivo al fenómeno, lo que ayudó a alimentar una política pública desde el dato estadístico (Stefoni & Stang, 2017). Luego, con el tiempo, comenzaron a tomar importancia las narrativas de los propios migrantes. Concretamente en Chile, desde hace unos veinte años el sostenido incremento de la producción científica respecto de la inmigración ha involucrado distintos ámbitos de estudio como el feminismo, el racismo, la política, la frontera y, desde el urbanismo, la relación del migrante con la ciudad (Stefoni & Stang, 2017). En este último contexto, es posible distinguir trabajos que se han centrado, por ejemplo, en el concepto de la centralidad migratoria, entendida como la articulación diversa entre las distintas prácticas y el espacio urbano (Garcés, 2011), o el caso de la migración peruana en Chile, donde el espacio se transforma en un lugar de diferenciación por procedencia, género o clase (Stefoni, 2015). No obstante, pareciera ser que, desde el urbanismo, la relación entre las prácticas sociales y el espacio urbano en un contexto capitalista aún ha sido poco explorada, de ahí la importancia de vincular estos análisis en contextos locales con las migraciones a las cuales asistimos (Stefoni & Stang, 2017).

En consecuencia, se propone reflexionar sobre este vacío disciplinar y se trata de responder la siguiente pregunta de investigación ¿Por qué y cómo los migrantes han logrado permanecer y habitar en los espacios marginales de la ciudad de Antofagasta? Asimismo, se propone la siguiente hipótesis:

“los migrantes latinoamericanos logran transformar los espacios marginales de la ciudad de Antofagasta en lugares migrantes como fronteras porosas consiguiendo permanecer y habitar en ellos” y se definen los siguientes objetivos: (1) estudiar los espacios marginales en los cuales se localizan los migrantes; (2) analizar las relaciones que van estableciendo los migrantes con los lugares migrantes.

La presente investigación consta de siete partes. La primera, la actual introducción. La segunda parte propone el marco teórico que articula los conceptos de espacio marginal, lugares migrantes y frontera porosa. Luego, en la tercera parte se identifica el caso de estudio y en la cuarta parte se explica la metodología comparativa entre los espacios marginales que habitan los migrantes. En la quinta parte se presentan los principales hallazgos para cada uno de los casos estudiados. En sexto lugar se discuten los hallazgos obtenidos con los enfoques y conceptos abordados. Finalmente, en la última parte se exponen las conclusiones, alcances del estudio y futuras líneas de investigación.

MARCO TEÓRICO

CONSTRUCCIÓN DE LA FRONTERA POROSA

El actual contexto migratorio mundial surge a partir de la crisis del Estado de Bienestar de Posguerra y de la instauración del capitalismo como modelo socioeconómico mundial (Polanyi, 2007). Este sistema ha propiciado no sólo la capitalización de trabajo y, como consecuencia, la migración, sino que también la rentabilización territorial que ha puesto en peligro el medioambiente y ha consolidado las ciudades globales y extractivistas (Polanyi, 2007). Al respecto, Harvey (2013) argumenta que estas ciudades “desde siempre han brotado de la concentración geográfica y social de un excedente en la producción” (p.21), por lo tanto, han generado una serie de problemas vinculados con la creación de fragmentos territoriales que no se relacionan entre sí y que acumulan tanto riqueza, como pobreza, provocando a su vez marginalidad y segregación en las ciudades (Vergara-Perucich, 2018).

Ya en los años 80 el geógrafo Wacquant (2007b) empezó a estudiar esta marginalidad, dejando de pensar en esta no sólo como una condición de pobreza al borde de la ciudad, sino como una situación estructural de una parte de la sociedad y que lleva implícito el ámbito político, que se caracteriza por el sistema capitalista y la ausencia del Estado; económico, que se define por la informalidad laboral; social, que queda determinado por las carencias económicas; y espacial, que se caracteriza por la concentración espacial y la estigmatización territorial (Wacquant, 2007b). No obstante, la marginalidad también puede ser considerada como una frontera que divide lugares y contextos.

Paasi (2005) indica que las fronteras pueden considerarse como “conjuntos divergentes de las prácticas institucionales basadas en lo político, cultural, económico y gubernamental […] y las prácticas sociales y culturales basadas en la memoria social” (p.669). En otras palabras, se revelan las diferencias y conflictos entre la institucionalidad y la comunidad.

Ahora bien, desde la perspectiva del urbanismo, interesa estudiar la variable espacial como condición de la marginalidad urbana. En un principio, el espacio tiene una marcada diferencia entre el continente y el contenido como entidad abstracta (Norberg-Schulz, 1980), pero al incorporarle luego la variable tiempo, se relaciona el espacio con el ser humano. Bollnow (1969) indica que “sólo hay espacio en la medida en que el hombre es un ser espacial” (p.29-30). En otras palabras, el espacio es donde el hombre comienza a habitar y a relacionarse con su entorno.

Al respecto, Heidegger (1956) indica que el concepto de habitar toma relevancia debido a que es la forma en la cual el hombre se integra con el mundo. Diversos teóricos han argumentado que la importancia del habitar se encuentra relacionada con la cualificación del espacio (Lefebvre, 2013; Harvey, 1998). Conceptualmente, esta dialéctica entre hombre y espacio cuenta como mediador a la noción de lugar. Augé (2000) indica que los lugares son relacionales, tienen historia y pueden ser identificados. Desde la geografía humanista se observa que tienen una perspectiva experiencial (Tuan, 2001), y desde la arquitectura se los relaciona con las experiencias personales de los individuos (Zumthor, 2004). Por lo tanto, es posible definir “lugar migrante” a partir de: (a) las relaciones espaciales que corresponden a los aspectos morfológicos y medioambientales; (b) las relaciones experienciales que conciernen a las actividades y rutinas; y (c) las relaciones simbólicas que atañen a las representaciones y recuerdos (Augé,2000; Lefebvre,2013; Rapoport, 1978).

Una mirada reciente invita a pensar los lugares no solo como áreas espaciales, experienciales y simbólicamente delimitados, sino también como redes de relaciones sociales abiertas y porosas (Massey, 2001). Los arquitectos Chermayeff y Alexander (1968) van más allá y plantean que pensar los lugares desde sus porosidades exige un esfuerzo por resituar la mirada y volcarla a las dinámicas y prácticas socioespaciales de la ciudad. Aquí la arquitectura es confrontada con sus propios límites y es conducida a acoger los procesos identitarios que se establecen como una forma de recuperar el derecho de habitar la ciudad (Stavrides, 2006).

ESTUDIO DE CASO

ANTOFAGASTA CAPITAL MINERA Y PUERTO DEL MUNDO

Antofagasta es una ciudad emplazada al norte de Chile (Figura 1), cuya economía históricamente se ha sustentado en la producción platera, salitrera y cuprífera, razón por la cual su crecimiento se ha desarrollado en función de un modelo extractivista de recursos minerales (Silva & Lufin, 2013). En el año 2019 aportó un 28% de la producción mundial de cobre, lo que la ha convertido en una pieza fundamental para el desarrollo económico del país, pasando a ser denominada la capital mundial de la minería (Ardiles, 2013), es decir, se trata de una ciudad-puerto global en el mundo económico. Debido a esto se presenta, por un lado, como un centro atrayente de migrantes, pero por otro, como una ciudad desligada del desarrollo socioambiental nacional que ha favorecido el enriquecimiento de grandes empresas nacionales e internacionales y ha provocado la creciente marginalidad urbana existente en la ciudad (Vergara-Perucich, 2018).

Plano de Ubicación de Antofagasta.
Figura 1:
Plano de Ubicación de Antofagasta.
Fuente: Elaboración de las autoras.

METODOLOGÍA

La metodología de investigación combina el método hipotético, el cual propone una pregunta y una hipótesis que derivan del marco teórico (Hurtado, 2000), y el método fenomenológico, que no presupone nada antes de hacer el trabajo de campo (Husserl, 1982). El propósito de la metodología es acercarse a la problemática urbana desde la interpretación que hacen los migrantes de su realidad, entrelazando la discusión teórica con el trabajo de campo realizado.

Luego de identificar los espacios marginales, a través de los datos catastrales del Censo 2017, INE4 y el Catastro Campamento MINVU5, en los que se emplazan los migrantes mayormente, se procede al mapeo por medio del programa Redatam + SP. Luego para contestar el objetivo uno se analizan los aspectos políticos y espaciales propuestos por Wacquant. Para el ámbito político se analiza el modelo capitalista y la ausencia del Estado, mientras que para la variable espacial se analiza la concentración espacial y la estigmatización territorial. En concreto, se estudian cinco entrevistas en profundidad realizadas a actores claves bajo el proyecto Fondecyt6, y se analizan diez entrevistas en profundidad realizadas a migrantes bajo el mismo proyecto, las cuales son aleatorias y no son representativas en términos muestrales, y con quienes se realiza un recorrido y observación participativa. A su vez, para la estigmatización territorial se analizan las noticias migratorias en un diario local durante el mes de septiembre del año 2020.

Para el segundo objetivo que plantea el análisis de las dimensiones espaciales, experienciales y simbólicas de los espacios marginales identificados, se propone la revisión de cinco entrevistas en profundidad realizadas a actores claves y diez entrevistas en profundidad realizadas a migrantes bajo el mismo proyecto. A su vez, con los mismos migrantes se realiza un recorrido y observación participativa (Figura 2).

Estructura metodológica-conceptual.
Figura 2:
Estructura metodológica-conceptual.
Fuente: Elaboración de las autoras.

RESULTADOS

MARGINALIDAD URBANA

En la ciudad de Antofagasta se confirma la aseveración más recurrente de los estudios migratorios, la cual señala que los migrantes van ocupando las áreas desvalorizadas y deterioradas del espacio urbano. Así se identifica el Centro Histórico con un promedio de 100 migrantes por manzana viviendo en situación de subarriendo de piezas o conventillo. Por otro lado, hacia el norte en la periferia se reconoce el macrocampamento Balmaceda con una mayor cantidad de migrantes, superando en promedio los 300 habitantes por manzana (Figura 3). Estos espacios marginales (en adelante, EM) han sido denominados respectivamente: EM por Deterioro Espacial y EM por Riesgo Medioambiental que serán visualizadas según las variables políticas y espaciales propuesta por Wacquant.

Espacios marginales por deterioro espacial y riesgo medioambiental.
Figura 3:
Espacios marginales por deterioro espacial y riesgo medioambiental.
Fuente: Elaboración de las autoras, sobre datos Censos 2017, INE y Catastro Campamento MINVU.

Ámbito político. En los espacios marginales estudiados, la instauración del modelo capitalista ha provocado la rentabilización del espacio urbano como un bien económico. En el caso del EM por Deterioro Espacial, la poca flexibilidad en la altura de las edificaciones ha provocado que sea poco atractivo para los inversionistas. Uno de los actores claves indica: “en algún momento complejo de Antofagasta podríamos subirlo a ocho pisos, tampoco llegar al infinito, pero mantener ocho pisos de manera continua, ahora parece que no es negocio” (NS, Arquitecto, Director Diplar, comunicación personal, 17 de agosto 2018). En el caso del EM por Riesgo Medioambiental, en la misma entrevista se indica: “Por el precio del suelo la principal meta es recaudar fondos a través de la venta o arriendo, no generar inversión en suelos”. Por lo tanto, pareciese que el Estado también ha entrado en la política de rentabilización del suelo, debido a que es el único propietario de los suelos borde cerro de la ciudad.

Asimismo, la ausencia del Estado ha generado falta de inversiones públicas, escasa mantención y falta de regulación normativa en el EM por Deterioro Espacial, lo que ha precarizado este sector. Uno de los actores claves indica: “uno no lleva a los hijos al centro porque ve… las fotos de las niñas en poca ropa y todo eso. Entonces se ha ido precarizando el tipo de comercio que se está brindando, las noches acá… son muy peligrosas en el centro de Antofagasta” (NS, Arquitecto, Director Diplar, comunicación personal, 17 de agosto 2017). Situación parecida ha habido en el EM por Riesgo Medioambiental, en la misma entrevista se indica: “Hoy día tenemos como gobierno regional la oportunidad regional debido a que el 65% del suelo de la región sea fiscal, pero al final la problemática es un problema de gestión pública, no hay capacidad de venta”. En otras palabras, la lenta gestión del Estado no ha propiciado una solución a la actual demanda migratoria.

Ámbito espacial. La variable espacial tiene especial importancia desde la disciplina del urbanismo, en la cual se analizan las características físicas de la concentración espacial y la estigmatización territorial.

Con respecto a la concentración espacial en el EM por Deterioro Espacial, es importante observar cómo el comercio tradicional se ha trasladado hacia la costanera, sector que se ha convertido en el nuevo centro de compras y recreación de la ciudad. Al respecto, uno de los actores claves indica que el centro de Antofagasta: “ha quedado deprimido luego del desplazamiento de la actividad comercial a las grandes multitiendas ubicadas en la periferia de la ciudad” (AM, Coordinador ONG Fractal, comunicación personal Antofagasta). A su vez, las clases acomodadas han abandonado el sector, lo que ha incidido en un gradual deterioro físico y funcional de los activos inmobiliarios. En cambio, el EM por Riesgo Medioambiental se caracteriza por encontrarse en zona de remoción en masa indicada como Zona E10- No Edificable del PRC7 de Antofagasta-, es decir, un área bajo susceptibilidad de la caída de rocas y, en menor proporción, a deslizamientos. Una de las entrevistadas indica: “Este era el único terreno que había disponible, […] tuvimos que usar la creatividad porque era un cerro, y pues al final, ocupamos toda la tierra y fuimos construyendo de a poco” (Fe, mujer boliviana de 22 años, comunicación personal). A su vez, desde el punto de vista antrópico, este espacio marginal se encuentra ubicado bajo las áreas de servidumbre de las torres de alta tensión eléctrica y la zona de la nueva vía de circunvalación de la ciudad.

Con respecto a la estigmatización territorial, se analizan las referencias sobre migración en un diario local durante el mes de septiembre del año 2020, en el cual hubo ocho menciones, y donde quedó reflejado la contingencia sanitaria que afectó al país y al mundo. Una mención se refirió al centro de la ciudad (Av. Prat), es decir un 12,5% y cuatro a los campamentos emplazados en la periferia de la ciudad, por lo tanto, un 50% (Tabla 1). Cabe indicar que sólo una de las noticias le otorga un valor positivo a la migración. A su vez, la estigmatización también es padecida por los migrantes en los espacios personales. Una de las entrevistadas señala: “Me sentí discriminada porque decían que les quitábamos los maridos, muchas cosas. Pues que, en realidad, muchas cosas” (Ma, mujer colombiana de 23 años, comunicación personal).

Tabla 1:
Noticias sobre migración en un diario local año 2020.
Noticias sobre migración en un diario local año 2020.
Fuente: Elaboración de las autoras a partir de El Mercurio mes septiembre, año 2020.

Los resultados de los ámbitos políticos y espaciales se resumen en la siguiente tabla 2, en la cual se observa como el sistema capitalista y la ausencia del Estado ha propiciado una condición de marginalidad que se estigmatiza mayormente en el EM por Riesgo Medioambiental.

Tabla 2:
Análisis ámbitos políticos y espaciales en los espacios marginales.
Análisis ámbitos políticos y espaciales en los espacios marginales.
Fuente: Elaboración de las autoras a partir del trabajo de campo y el estudio de las entrevistas.

LUGARES MIGRANTES EN EL ESPACIO MARGINAL POR DETERIORO ESPACIAL

Desde las entrevistas en profundidad realizadas y del trabajo de campo se analiza cómo la residencia y el comercio migrante se van entremezclando en este deteriorado sector. Con respecto a las relaciones espaciales, se observa un predominio de viviendas pareadas, las cuales en un 100% de los casos analizados han sido ampliadas en estructura de madera tanto en un primer (horizontalmente) como en un segundo piso (verticalmente). Una migrante indica: “tenían la casa al lado y como decir en tren, así eran las piezas” (In, mujer colombiana de 52 años, comunicación personal). En relación con el medio ambiente, la fuerte radiación solar ha obligado a que un 50% de los espacios comunes analizados cuenten con soluciones que permitan una ventilación cruzada entre recintos (Figura 4).

Características espaciales del Lugar Migrante en el espacio marginal por Deterioro Espacial.
Figura 4:
Características espaciales del Lugar Migrante en el espacio marginal por Deterioro Espacial.
Fuente: Elaboración de las autoras a partir del trabajo de campo.

Desde de las relaciones experienciales, el 100% de los migrantes entrevistados indican que usan las piezas de arriendo sólo para pernoctar. Uno de los testimonios señala: “Sí, pero si solamente yo como le digo ahí puro dormir, pues salíamos a las 5 de la mañana, llegábamos como las ocho, nueve de la noche” (Alf, hombre peruano de Tacna, comunicación personal). Con respecto a las rutinas que van desarrollando, el 100% indica que se desarrollan entorno a los horarios de trabajo y descanso en la noche. Un entrevistado señala: “casi nadie compartía porque todos trabajaban y solamente llegaban a puro dormir no más” (Alf, hombre peruano de Tacna, comunicación personal). En el sector se ha ido albergando, a su vez, un incipiente comercio migrante, lo que ha generado un nuevo nicho de negocio al comercializar productos de origen y visibilizar barberías, cocinerías y restaurantes. Uno de los actores claves indica:

con la llegada de justamente de migrantes de otros países hay una reactivación del centro. Por lo mismo de repente uno ve calles donde justamente casi la totalidad de los locales que hay son de migrantes no cierto, particularmente aquí ocurre con calle Sucre y calle Bolívar (Andrés Music, Coordinador ONG Fractal Antofagasta, comunicación personal, 31 de Octubre 2017).

Por último, en cuanto a las relaciones simbólicas se analizan las representaciones culturales. Sólo un 20% de los entrevistados indica que ha traído algún símbolo o recuerdo de su lugar de origen. Una de las entrevistadas explica que: “¡Ah sí! La bandera de Colombia. La teníamos colgada en la pieza […] yo hice una mándala porque a mí me gustan mucho las manualidades, pero después me fui con mi pareja” (An, mujer colombiana de 23 años, comunicación personal).

LUGARES MIGRANTES EN EL ESPACIO MARGINAL POR RIESGO AMBIENTAL

Se advierte cómo los migrantes empiezan a manejar variables como la pendiente y la radiación solar. En el recorrido participativo se observa cómo un 60% de las viviendas de los migrantes entrevistados maneja la pendiente en distintos desniveles, y un 80% de las viviendas maneja la radiación solar mediante espacios intermedios. Con respecto al espacio público, se analiza cómo la pendiente es absorbida por muretes de piedra, neumáticos o doca, y la alta radiación solar es controlada por toldos de malla raschel8 (Figura 5).

Características espaciales del Lugar Migrante en el espacio marginal por Riesgo Medioambiental.
Figura 5:
Características espaciales del Lugar Migrante en el espacio marginal por Riesgo Medioambiental.
Fuente: Elaboración de las autoras sobre el trabajo de campo y Proyecto de Grado: Antofagasta Informal: Estudio socio ambiental del espacio público en campamentos. Planificar lo Informal, Paloma Pérez, UPM.

Con respecto a las relaciones experienciales, se observa que el 100% de los migrantes entrevistados organiza su rutina en torno a las actividades laborales, lo que provoca que el campamento esté desocupado durante el día. De los entrevistados, el 30% ha adaptado espacios de la propia vivienda para el desarrollo de comercio como barberías, negocios y cocinerías. Estas incipientes actividades han hecho que el campamento empiece a tener actividad en los horarios diurnos.

Finalmente, con respecto a las relaciones simbólicas, en el 80% de las viviendas visitadas es posible encontrar aspectos identitarios como colores o signos que recuerdan sus orígenes. Una de las entrevistadas indica: “mi hermano siempre trae las banderas, la bandera de Bolivia, la de Santa Cruz [...] Como las cortinas son verde y blanco” (Fe, mujer boliviana de 22 años, comunicación personal). Así mismo, el 100% de los migrantes entrevistados se identifican como indígenas, tanto quechuas del Perú, Bolivia y Ecuador, como aimaras del Perú y Bolivia, condición que ha promovido una serie de festividades tendientes a generar arraigo como patrimonio inmaterial tales como: las ramadas interculturales, el carnaval andino en febrero y la Celebración de la Pachamama en el día de Todos los Santos.

Las variables de análisis de los lugares migrantes se resumen en la siguiente tabla 3, en la cual se analiza cómo los habitantes establecen relaciones espaciales y experienciales con estos lugares, no así la relación simbólica en el EM por deterioro espacial. Aquí los migrantes entienden que están sólo de paso y que, por lo tanto, no establecen relaciones simbólicas con los lugares en los cuales habitan.

Tabla 3:
Análisis relaciones espaciales, experienciales y simbólicas de los lugares migrantes.
Análisis relaciones espaciales, experienciales y simbólicas de los lugares migrantes.
Fuente: Elaboración de las autoras a partir del trabajo de campo y el estudio de las entrevistas.

DISCUSIONES

En ambos espacios marginales analizados, desde un ámbito político, queda reflejado cómo, por una parte, el sistema capitalista ha rentabilizado el uso del suelo y, por otra, la ausencia del Estado ha provocado falta de inversión, regulación y gestión pública, provocando un sistemático deterioro y abandono de estos sectores. Al respecto, Wacquant (2007a) plantea que la ausencia del Estado ha fomentado un espiral de degradación a tal punto que “lejos de acrecentar las posibilidades de vida y favorecer la integración de sus habitantes en la vida nacional, agravan su estigmatización y afirman su exclusión” (p.259). Por otro lado, la variable espacial según Wacquant, Slater y Pereira (2014) debe ser tomada seriamente, ya que se transforma en un modo de lucha entre las clases dominantes y las clases trabajadoras.

Consecuentemente, al analizar la concentración espacial en el EM por deterioro espacial se observa el abandono del comercio tradicional y de la residencia de las familias acomodadas, mientras que en el EM por riesgo medioambiental se advierte no solo los riesgos por remoción en masa y otros riesgos antrópicos sino que igualmente la poca flexibilidad del PRC de Antofagasta para acoger el uso habitacional. Estas condiciones han fomentado la creciente estigmatización, especialmente en el macrocampamento, donde un 50% de las menciones migratorias en ese sector fueron negativas. En ambos espacios analizados se observa cómo, a pesar de las diferencias contextuales, es posible encontrar similitudes que hacen pensar en una condición general para cada uno de estos espacios marginales. Avanzando en este mismo razonamiento, la marginalidad también puede ser comprendida como una condición de frontera, debido a que empieza a actuar como un “marcador de identidad y diferenciación social” (Paasi, 2005, p. 666).

En cambio, los lugares migrantes se van construyendo desde las relaciones que los propios migrantes van desarrollando. Al respecto, Löw (2008) indica que la relación dialéctica entre individuo y espacio puede llegar a construir un lugar, lo que se evidencia en el trabajo de campo. Si se observa la tabla 3 con respecto a las relaciones espaciales, en ambos casos los migrantes se van adaptando mediante la morfología al medio ambiente urbano de la ciudad, ya sea por el uso de la madera, manejo de la pendiente y/o el uso de espacios intermedios. Con respecto a las relaciones experienciales, un 100% de los migrantes en ambos casos se acomodan a las rutinas laborales. La gran diferencia se da en las relaciones simbólicas en el EM por deterioro, pues solo un 20% de los migrantes mantienen o han traído algún símbolo o recuerdo de sus lugares de origen. Por lo tanto, van incorporando una forma de no relacionarse con los espacios, ya que saben que son transitorios hasta que puedan obtener un mejor ingreso o puedan traer a sus familias y trasladarse a algún otro campamento. Desarrollando más allá la idea de relación que establecen los migrantes con sus espacios de llegada, Stavrides (2006) indica que son lugares que: “conectan y establecen oportunidades para el intercambio y la comunicación, eliminando así los privilegios del espacio” (p.32).

Por consiguiente, estas reflexiones proponen un nuevo prisma de integración y análisis entre la migración y las variables espaciales de la ciudad actual, consolidando el hallazgo de una doble condición que ha sido denominado como frontera porosa.

Yendo aún más allá en la caracterización conceptual de este hallazgo, en el caso de las fronteras es posible observar cómo las prácticas productoras de límites se vuelven parte de un proceso más amplio que involucra no sólo a los individuos sino también a las instituciones y al Estado. En ese sentido, Paasi (2005) indica que las fronteras pueden considerarse como un conjunto de prácticas divergentes entre la institucionalidad y los individuos sociales. En cambio, con respecto a la porosidad urbana, Stavrides (2006) indica que “puede proporcionar los medios para adquirir una conciencia de identidad colectiva” y (p.32), por lo tanto, responder a la demanda del derecho a vivir en la ciudad.

Finalmente, siguiendo a la arquitecta argentina Cravino (2014), el habitar migrante en el espacio lo transforma en un lugar de lucha ante un sistema que pretende configurar espacios iguales, definidos y organizados a fin de de reproducir lógicas hegemónicas que permiten clasificar y definir exhaustivamente a los individuos en cuanto a su procedencia, raza o género y, con ello, normalizar sus modos de vida.

CONCLUSIONES

En los espacios marginales que acogen a los migrantes en Antofagasta se construyen nuevas formas de organización espacial que interactúan con las ya existentes en la ciudad. Los migrantes se apropian del espacio al cual llegan y lo van transformando desde las relaciones espaciales, experienciales y simbólicas, construyendo un lugar migrante que les permite habitar, pero sin dejar de coexistir junto a la marginalidad.

Consecuentemente, se confirma la hipótesis planteada debido a que los migrantes logran habitar en estos espacios marginales, a pesar de ser constantemente expulsados debido a las divergentes prácticas de las instituciones estatales que proponen rentabilizar el suelo urbano y las prácticas migrantes con las cuales los individuos acogen su diversidad identitaria y demanda por el derecho a habitar la ciudad. Esta nueva forma de permanecer y habitar en frontera porosa, se configura como una estrategia de resistencia migratoria.

A partir de una perspectiva micropolítica, esta frontera porosa es el reflejo de la consolidación del modelo neoliberal que favorece a unos pocos, pero que también se caracteriza por el aumento de una población marginada y despojada de sus derechos a habitar dignamente y de sus legítimas aspiraciones para un vivir mejor.

Desde la disciplina del urbanismo, este nuevo concepto de frontera porosa pretende ser un aporte a la poca explorada relación entre migración y ciudad en un contexto capitalista, construyendo un ámbito teórico que pueda ser usado en otros casos de estudio.

Finalmente, la marginalidad urbana deja en evidencia la ausencia del Estado en las políticas migratorias y urbanas, revelando la urgencia de proponer otras formas de planificar el territorio que involucren las especificidades de cada lugar y también el derecho de los actores sociales a ser parte de la construcción de su destino.

AGRADECIMIENTOS

El presente artículo es parte de la tesis doctoral “Una aproximación a la Transformación y Construcción de los Espacios que acogen al Migrante Latinoamericano en Frontera Porosa de la ciudad de Antofagasta” desarrollada en el programa de Doctorado en Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño de la Universidad del Bío- Bío. Las entrevistas realizadas tanto a los migrantes como a los actores claves son parte del proyecto Fondecyt N°1171722: “Geografías de acceso a la vivienda para inmigrantes latinoamericanos y del Caribe: Explorando nuevos fenómenos socioespaciales en ciudades del norte chileno”.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Notas

1 Proyecto de Investigación N°1171722: “Geografías de acceso a la vivienda para inmigrantes latinoamericanos y del Caribe: Explorando nuevos fenómenos socio-espaciales en ciudades del norte chileno” Fondecyt. Tesis Doctoral: "Una Aproximación a la Transformación y Construcción de los Espacios que acogen al Migrante Latinoamericano en Frontera Porosa de la ciudad de Antofagasta" desarrollada en la Universidad del Bío-Bío.
2 XVIII Censo Nacional de Población y VIII de Vivienda del 2002.
3 XVIII Censo Nacional de Población y VIII de Vivienda del 2017.
4 Instituto Nacional de Estadísticas, 2018
5 Ministerio de Vivienda y Urbanismo
6 Fondecyt N°1171722 “Geografías de acceso a la vivienda para inmigrantes latinoamericanos y del Caribe: Explorando nuevos fenómenos socio-espaciales en ciudades del norte chileno
7 Plan Regulador Comunal
8 Tipo de malla fabricada con polietileno de alta densidad
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