Reseñas

Reseña: Questa, Alessandro. Montañas que danzan: Laboratorios maseual para el mantenimiento del mundo

Review: Questa, Alessandro. Dancing mountains: Indigenous laboratories for the sustenance of the world

Alonso Rodrigo Zamora Corona *
Universidad Nacional Autónoma de México, México

Reseña: Questa, Alessandro. Montañas que danzan: Laboratorios maseual para el mantenimiento del mundo

Iberoforum. Revista de Ciencias Sociales, vol. 4, núm. 1, pp. 1-7, 2024

Universidad Iberoamericana, Ciudad de México

Questa Alessandro. Montañas que danzan: Laboratorios maseual para el mantenimiento del mundo.. 2023. SB. Paradigma Inicial. Serie Antropología Sociocultural.. 210pp.

Recepción: 06 Noviembre 2023

Aprobación: 07 Marzo 2024

Publicación: 24 Mayo 2024

Palabras clave: Antropología ambiental, pueblos indígenas de México, cosmopolítica, danzas indígenas

Keywords: Enviromental anthropology, Indigenous peoples of Mexico, cosmopolitics, Indigenous dances

La renovación conceptual de la antropología de los pueblos indígenas de México es una labor que ha sido anunciada demasiadas veces, pero emprendida muchas menos de las necesarias; al grado que ha llegado al punto en el que ya no son suficientes los llamamientos teóricos para introducir en nuestra tradición antropológica paradigmas como la antropología de las ontologías y la cosmopolítica, ni tampoco basta la elaboración de artículos en los que dichas ideas jueguen un papel, sino que resulta indispensable la elaboración, desde cero, de monografías etnográficas que den sustento real a dichos llamados y pongan bastamente en escena dichas ideas, ya sea para sustentarlas, transformarlas o cuestionarlas a través de la experiencia de campo, fundamento inevitable de toda antropología seria.

Dentro de la antropología ambiental —una rama de la disciplina que tendrá cada vez más relevancia por motivos más bien desafortunados, a saber, nuestra presente crisis climática y ecológica—, la obra de Alessandro Questa Rebolledo, Montañas que danzan: Laboratorios maseual para el mantenimiento del mundo, se presenta como un referente importante y pionero para el estudio de las consecuencias del llamado Antropoceno en la vida de los pueblos indígenas de México, si bien es cierto que no debe pasarse por alto como antecedente de gran relevancia la obra de Carlos Mondragón (2014), de orientación similar y de innegable mérito, pero perteneciente a la antropología melanesista.

Las orientaciones y preferencias teóricas de Questa ocupan un lugar prominente en el libro y lo informan de manera íntegra y coherente; sin embargo, antes de pasar a las implicaciones de éstas, quisiera comentar más el material y el contenido etnográfico de este volumen. El primer capítulo, “Enredos de vida”, de carácter más bien “programático”, nos presenta tanto el contexto de la comunidad nahua hablante de Santa María Tepetzintla como a sus habitantes, los maseual, haciendo fuerte énfasis en el uso de dicho etnónimo por encima de “nahuas”, elección que tiene un fundamento teórico en el que insistiré más tarde en esta reseña. También es un rápido repaso de algunos de los fundamentos teóricos del volumen, en especial el concepto “Antropoceno”, surgido en las ciencias medioambientales, pero que ha resonado cada vez más y más en la antropología. La variada cohorte teórica incluida por Questa —entre la que destaca el nombre de su maestro, Roy Wagner, y en la que figuran nombres como Bruno Latour, Eduardo Viveiros de Castro y la bióloga Lynn Margulis— no es invocada como un capricho posmoderno o como simple name-dropping: aparecen para dar a entender al lector que el tema central del libro, las danzas, no son meras expresiones folclóricas o ensamblajes de simbolismos que manifiestan una “visión del mundo” —es decir, lo que propone la cosmovisión de nuestra ya avejentada antropología local—, sino dispositivos epistemológicos y ecológicos que realizan funciones que nosotros atribuimos a dominios que separamos —a saber, la cultura y la ciencia—, y que lo hacen de manera más bien vanguardista que “tradicional”.

El capítulo 2, “La expansión maseual”, explora las redes relacionales del conocimiento indígena en Tepetzintla; conocimiento que se manifiesta no tanto en listas clasificatorias y minutas sobre elementos pertenecientes a la “visión del mundo”, sino en hechos como las danzas, el compadrazgo, las mayordomías, la migración; es decir, Questa propone que el conocimiento maseual es una expansión de la red relacional de la comunidad. Por lo tanto, el autor cuestiona la pertinencia de las nociones de “categorías” y “clasificaciones” para acercarse más a planteamientos como la teoría del actor-red de Latour y las nociones de contacto y shock cultural en Bateson y Wagner. Lo que las redes relacionales maseual revelan es una especie de cosmos en expansión y fisión, eternamente diferenciable, como lo evidencia la multiplicidad del parentesco por alianza efectuada gracias a esa gran anomalía antropológica y etnohistórica: el compadrazgo, un parentesco virtual y potencialmente infinito.

El capítulo 3, “Personas múltiples”, está dedicado al cuerpo maseual. Es uno de los capítulos más interesantes en tanto que constituye una crítica y una ruptura con los modelos de “entidades anímicas” o “almas” que caracterizaron a la antropología de la cosmovisión que dominó el panorama mexicano durante finales del siglo XX. Questa resume las principales objeciones contra el modelo: el hecho de que el término cristiano “alma” —o su equivalente antropológicamente sanitizado, “entidad anímica”— no es una traducción real de las concepciones indígenas, y que la pretensión por estandarizar dichas “entidades” está basada en un modelo jerárquico en el que la historia y la “etnografía” del siglo XVI siempre están por encima de las experiencias indígenas contemporáneas. Questa afirma que no es su fin validar o cuestionar dichos modelos, sino desestabilizarlos etnográficamente; para ello, explica que estas supuestas almas son más bien “cuerpos fuera del cuerpo” que, además, no pueden entenderse sin las relaciones que las conforman y sin concepciones como chikawak, “fuerza” —ya etnografiada por Eliana Acosta entre los nahuas de Pahuatlán—, o tikitl, “trabajo”, concepto muy particular que se aplica a humanos y no humanos y cuyo opuesto no es la inacción, sino el concepto más amplio tlatsiwak, “tristeza”. Lo que Questa llama “ensamble del cuerpo” va más allá de uno y sus “co-esencias” (en términos de John Monaghan) y comprende relaciones de alimentación, trabajo, sociabilidad y, por supuesto, la motilidad en las danzas y otros contextos de la vida.

El capítulo 4, “Incepción ceremonial y la invención de la mortalidad”, es un análisis de la ceremonia de kalwewetsin, un ritual dedicado a los muertos en tanto “dueños” de una casa o chanchiwanej. Dichos dueños pueden provocar enfermedades y desgracias cuando las personas no se comportan de manera respetuosa y armoniosa dentro de sus casas; la ceremonia está fuertemente marcada por el tema de la comensalidad. Amén de las formas ceremoniales involucradas, los protagonistas principales de la ceremonia son una pareja de representantes rituales llamados pollomej o “pollos”, nombre paradójico porque alude a uno de sus papeles contradictorios: el de ser una especie de ofrenda viviente, por un lado, y el de representar a los ancestros que la devoran, por otro. En el ritual, la casa maseual se convierte en un espacio donde la interdependencia entre humanos y espíritus es puesta en juego y, más aún, ecologizada.

Los capítulos siguientes, “Danzas: una antropología maseual” y “Montañas en resistencia”, puede decirse que constituyen el centro real del trabajo. Questa propone que las danzas son un reverso conceptual de la adivinación o el “don” (ilwalalis), la cual es chamánica, perspectivista, centrada en la depredación y basada en el kixpatla o “cambio de rostro”. Como reverso simétrico y hasta “contra-invención” de la adivinación, las danzas son públicas, no se basan en el don ni en el cambio de vista y, en el caso de la danza de los “Negritos” o Tipekayomej, se basan en la reciprocidad y la socialidad con la “gente del cerro”, así como en la identificación de los danzantes con el tipekayotl o “cuerpo del cerro” de estos seres. La otra danza, Wewentiyo (“Abuelos”) o “Tejoneros”, es una representación espectacular y directa del mundo de la sierra a través de una maquinaria prodigiosa caracterizada por un gran lienzo pintado (“manteado”) que, suponemos, está parcialmente reproducido en la portada del libro. Esta danza en particular es la que sustenta la tesis de Questa, en el sentido de que, siguiendo a Wagner y a Strathern, el autor no concibe a las danzas como meras proyecciones, sino como “holografías”, patrones tridimensionales que registran “campos” enteros de relaciones —el interior del cerro es el más prominente— y no sólo imágenes planas, y cuyo fin es ofrecer una nueva percepción del mundo natural para mejorar las relaciones de la sociedad con el mismo.

Finalmente, el último capítulo etnográfico, “Montañas en resistencia”, elabora los dilemas cosmopolíticos de los maseual, enfrentados, como el resto de la humanidad, a una creciente cantidad de desastres naturales y perturbaciones provocadas principalmente por el cambio climático. Paradójicamente, han sido estos desastres los que han determinado la necesidad de los maseual por recuperar y reactivar rituales que habían sido reprimidos por la Iglesia católica en años muy recientes, como las visitas y ofrendas rituales a los dueños de los cerros; asimismo, ha marcado la creación de asociaciones y grupos de resistencia política a los megaproyectos que han intentado destruir la ecología de la zona. Questa plantea aquí uno de sus cuestionamientos más importantes: el de la idea convencional de ritual como mera “representación” o “puesta en escena simbólica” de la llamada “visión del mundo”. Protestando decididamente contra dicha idea, que llegó a dominar el discurso antropológico en México, Questa demuestra que los “ritos” (danzas, visitas, ofrendas) son un verdadero laboratorio en el que los maseual intentan reconstruir y reparar la relación entre el hombre y la naturaleza, laboratorio que no excluye una cierta dimensión afectiva resumida bajo la fórmula nativa que describe la finalidad de estos rituales: kinamitl, “recordar”.

Las conclusiones de Questa, tema del último capítulo del libro, pueden elaborarse junto con las de esta reseña. La mayor virtud de la obra de Questa Rebolledo consiste, paradójicamente, en no limitar sus alcances teóricos a su tema central, es decir, las danzas entre los indígenas maseual de Santa María Tepetzintla en la Sierra Norte de Puebla, sino en establecer un diálogo crítico y necesario con toda la antropología regional y nacional; diálogo en el que las intervenciones del autor resultan perspicaces, agudas, y necesarias. En efecto, los nahuas están en el centro de lo que podríamos llamar el canon etnográfico mexicano; un canon que hunde sus raíces en la obra de los “misioneros etnógrafos” del siglo XVI, pasa por las obsesiones del estructural-funcionalismo de mediados del siglo XX y desemboca en el modelo dominante de la antropología de fines de dicho siglo: el modelo lópezaustiniano de cosmovisión. En lugar de presentarse de manera complaciente como un elemento continuista de dicha tradición, el libro de Questa se plantea abiertamente la labor de desestabilizar el canon Sahagún-funcionalismo-López Austin y releerlo de manera crítica. El resultado de estos deslindes y precisiones es una depuración teórica muy necesaria: el libro pasa la página, reivindica a la etnografía sobre la historia y podría decirse que saca a los maseual y a otros pueblos nahuas de la pesada sombra de un pasado que hoy en día se revela como más imaginado por Occidente que por ellos.

El otro resultado importante de este volumen —que es el tema explícitamente tratado en sus propias conclusiones— es la reconceptualización de los mundos de pensamiento y acción indígenas, haciendo que dejen de ser rígidas “cosmovisiones tradicionales” inevitablemente “inferiores” al pensamiento científico, para proponerlas como poderosas y provocativas maquinarias teóricas que logran realizar intervenciones pertinentes y efectivas sobre la realidad: intervenciones que resultan necesarias para hacer frente a la crisis ecológica del Antropoceno, ensamblajes de conocimiento y acción o, justamente, “laboratorios para el mantenimiento del mundo”. Resulta característico de la consumada formación antropológica de Questa, de la pertinencia de su voz teórica y de la agilidad de su escritura, que contribuciones tan importantes parezcan fáciles de formular para él a lo largo del volumen, pero, como he mencionado ya, también es importantísimo y crucial haberlo hecho desde la etnografía de los nahuas, precisamente las víctimas más claras de la jaula teórica del canon.

Por supuesto, al margen de sus innegables virtudes y su robusta propuesta, es inevitable en una reseña de este tipo presentar críticas sobre cualquier trabajo académico. En el caso de Montañas que danzan, sólo debo señalar que, habiendo leído la tesis doctoral en la que esta etnografía se sustenta (Questa, 2017), se echan de menos algunos materiales y aspectos que se tocaron en la misma, aunque fuera puramente al pasar, como la existencia en Tepetzintla de formas dancísticas más asociadas al mundo mestizo (los llamados simplemente “bailes”) y de otras formas nativas (mijtotia), cuyo propósito no es tan cosmopolítico, sino suscitar alegría (pakilistl), enfatizar los lazos de solidaridad social y ayudar en la curación de enfermedades —este último aspecto sin duda “chamánico” y relacionado con las divinidades de montañas de los maseual—; danzas muy asociadas al simbolismo clásico de las flores en el mundo nahua, pues son muy visibles en las mismas. Aunque sea entendible dejar dicho material más bien secundario de lado debido a que su tema es, digamos, social y no (tan) “cosmopolítico”, un cierto escrúpulo “estructuralista” en mí no deja de sentir la necesidad de concebir o contrastar dichos materiales “en sistema”, aunque sea brevemente, para dejar testimonio de la amplitud del mundo dancístico de Tepetzintla y sus entramados intra y extracomunitarios.

En la misma vena, también se extrañan algunos excelentes materiales etnográficos de la versión original; después de todo, es en la etnografía, más que en la teoría, donde encontramos la verdadera vida de los libros de antropología; por último, suponemos que ciertas inevitables limitaciones editoriales impiden reproducir los materiales fotográficos del libro a color, lo que nos ayudaría a ver con todas sus dimensiones el mundo dancístico de Tepetzintla. Fuera de dichas ausencias, algunas de las cuales el lector del presente volumen realmente no echará mucho de menos, no se me ocurren más objeciones importantes al libro en su forma presente.

En conclusión, el trabajo de Questa, que, como he querido enfatizar, se relaciona tanto con el pasado como con el futuro de la disciplina, debe considerarse hoy como un referente provocador, fecundo y renovador; un “laboratorio para el mantenimiento” y renovación de una antropología mexicana que ya no marchaba a la par, no digamos de la antropología mundial, sino de una potencia teórica indígena que, libre de los dañinos prejuicios de Occidente, se ha revelado como una voz cada vez más clara y pertinente en los últimos años.

Bibliografía

Mondragón, C. (2014). Un entramado de islas. Persona, medio ambiente y cambio climático en el Pacífico Occidental. El Colegio de México.

Questa Rebolledo, A. (2017). Dancing spirits. Towards a Masewal ecology of interdependence in the northern highlands of Puebla, Mexico [tesis doctoral]. Universidad de Virginia. https://libraetd.lib.virginia.edu/public_view/q811kj959

Notas de autor

* Es doctor en Antropología Social por la University College London, Reino Unido; se tituló con una tesis sobre la relación entre cosmovisión y vida social entre los mayas k'ich'e de Momostenango, Totonicapán. Ha publicado artículos sobre cosmología y ontología entre los mayas k'iche' en el Journal de la Société des américanistes y en el Journal of Material Culture, así como un artículo sobre escritura náhuatl en la revista Signata: Annales des sémiotiques. Actualmente es investigador postdoctoral en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus líneas de investigación son cosmologías indígenas, antropología de las ontologías y gramatología.
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