Resumen: La presente investigación da a conocer la percepción y valoración crítica del proceso de la práctica pedagógica en el nivel de educación superior, desde la mirada de diecinueve estudiantes, diez docentes de aula de centros educativos y seis tutores académicos universitarios. Este estudio de tipo cualitativo se basó en las técnicas de observación y Focus Group, la última organizada en cuatro grupos según su rol; la información obtenida en cada uno de los encuentros fue analizada, sistematizada y contrastada con los datos de la observación realizada durante el primer quimestre del año lectivo 2019-2020, en dos instituciones de la ciudad de Azogues, provincia del Cañar (Ecuador), realizada por estudiantes de último ciclo de la carrera de Educación Inicial de la Universidad Nacional de Educación (UNAE). Los resultados se presentan desde las diferentes perspectivas de los actores involucrados en este proceso, donde se evidencia la concepción de la práctica pedagógica, su valoración, interacciones, aprendizajes y aspectos tanto positivos como negativos. La investigación concluye que el proceso de práctica es una oportunidad para que el estudiante se involucre, conozca, prepare y experimente sobre la base de la reflexión y acción de las experiencias en el campo educativo, lo que le permite practicar la teoría mientras en las aulas de clase teoriza y planifica su práctica, de esta manera la formación académica se convierte en la base fundamental que germina y formula las ideas aplicables a una práctica que cumple con las expectativas de todos los actores de la comunidad educativa.
Palabras clave: Práctica pedagógica, estudiante, docente, educación inicial, formación académica.
Abstract: This research reveals the perception and critical assessment of the process of pedagogical practice at the higher education level, from the perspectives of night students, ten classroom teachers at educational centers, and six university academic tutors. This qualitative study was based on observation and focus group techniques, the last one organized into four groups according to their role. The information obtained in each of the meetings was analyzed, systematized and contrasted with the observation data carried out during the first semester of the 2019-2020 school year, in two institutions in the city of Azogues, province of Caar (Ecuador), carried out by final-cycle students of the Initial Education career of the National University of Education (UNAE). The results are presented from the different perspectives of the actors involved in this process, where the conception of pedagogical practice, its assessment, interactions, learning, and both positive and negative aspects are evident. The research concludes that the practice process is an opportunity for the student to get involved, know, prepare, and experiment on the basis of reflection and action from experiences in the educational field, which allows them to practice theory while in the classroom, the class theorizes and plans its practice. In this way, academic training becomes the fundamental basis that germinates and formulates the ideas applicable to a practice that meets the expectations of all actors in the educational community.
Keywords: Pedagogical practice, student, teacher, initial education, academic training.
Investigación
La práctica pedagógica en educación superior: una mirada desde los actores de la carrera de Educación Inicial (UNAE- Ecuador)
Higher education pedagogical practice: a look from the actors of the Initial Education Career (UNAE - Ecuador)
Recepción: 17 Marzo 2021
Recibido del documento revisado: 30 Abril 2021
Aprobación: 21 Junio 2021
El sistema de educación superior, al igual que los diferentes niveles de educación, cuenta con un reglamento de régimen académico, el cual, basado en la normativa legal del Ecuador, orienta las acciones de las instituciones de educación superior del país. En aquel documento, específicamente en el quinto título, se encuentra información sobre la vinculación con la sociedad, prácticas pre profesionales y redes académicas; este documento se centrará en el segundo enunciado.
Las prácticas pre profesionales y pasantías en las carreras de tercer nivel son actividades de aprendizaje orientadas a la aplicación de conocimientos y/o al desarrollo de competencias profesionales. Estas prácticas se realizarán en entornos organizacionales, institucionales, empresariales, comunitarios u otros relacionados al ámbito profesional de la carrera, públicos o privados, nacionales o internacionales.
(Consejo de Educación Superior, 2019, p. 17).
Un futuro docente debe desarrollar sus prácticas en condiciones y contextos reales. Pues, es necesario que vivan las experiencias, situaciones y contextos de la vida cotidiana del aula y de la escuela, siempre con la compañía, guía y asesoramiento de profesionales que estimulen el análisis y reflexión sobre la realidad de diferentes circunstancias, la aplicación de estrategias y los resultados obtenidos de tal aplicación (Pérez, 2012). El desarrollo de las prácticas desencadena varios procesos, uno de los más importantes en el ámbito académico es cuando la teoría se enlaza con la práctica y encuentra su sentido.
La percepción de los actores de la práctica no ha sido considerada en muchos estudios o solamente se evidencia el punto de vista de uno de ellos, este motivo ha sido el punto de partida o problemática que ha impulsado a esta investigación. Al hablar de prácticas pre profesionales o también llamadas prácticas pedagógicas, los autores nos preguntamos sobre: ¿deben ser consideradas como pilar fundamental en la formación académica de un estudiante universitario? ¿brindan insumos y experiencias basadas en la realidad? ¿permiten la aplicación práctica de la teoría o contenidos estudiados en clase? ¿el objetivo de esta práctica es preparar al estudiante para el momento en el que se enfrente a diferentes situaciones y contextos de su vida profesional? Por estos y varios cuestionamientos más, se considera a esta experiencia como un tema importante para la difusión en la academia, de la cual también puede surgir otros intereses investigativos.
El reglamento general a la Ley Orgánica de Educación Superior del Ecuador se caracteriza por brindar flexibilidad a las universidades, por lo que se puede desarrollar las prácticas pedagógicas a lo largo de la carrera, tanto de manera continua como fraccionada. La Universidad Nacional de Educación (UNAE) asigna un número de horas a cada ciclo académico para el desarrollo de las prácticas pedagógicas, así el aprender haciendo se sustenta en la aplicación del aprendizaje basado en problemas, casos y proyectos; es decir dando prioridad a la práctica más que limitarse a la enseñanza teórica (UNAE, 2017).
Las prácticas pedagógicas están centradas en el estudiante, el cual es considerado el actor principal del sistema educativo, por lo que las instituciones de educación superior deben gestionar espacios, organizaciones y planteles para el desarrollo de las mismas. “Las prácticas pre profesionales son un aporte medular para la inserción de los estudiantes al mercado laboral, teniendo como resultado una consolidación entre la academia y la práctica laboral real” (Guarnizo, 2018, p. 15), por lo tanto, esta actividad que cuenta con una asignación horaria incluida en la malla o mapa curricular de cada carrera de educación superior, es considerada trascendental para la inserción del estudiante en la dinámica económica del país. Además, se recalca otro aspecto importante, la interacción estrecha entre la teoría y su aplicación práctica, la cual se da mediante la ejecución de tareas o acciones que se realizan en el campo de acción de la práctica. Así, la práctica pedagógica es una interrelación personal que respeta al individuo y pretende alcanzar un desarrollo pleno de sus capacidades, aptitudes y actitudes relacionadas a la organización social y política de la educación a lo largo de la historia (Mendoza et al., 2020). Articula la teoría, la práctica, las potencialidades y el desarrollo humano integral.
Las instituciones de educación superior consideran a la práctica pedagógica como un campo de perfeccionamiento del estudiante y la oportunidad de aplicar la teoría; también, espera que se aproveche cada minuto y espacio de esta interacción para desarrollar múltiples habilidades y destrezas, que formen un profesional competente, orientado por un docente guía, que, con su experiencia, encamina a su formación. “Se necesitan profesionales expertos en sus respectivos ámbitos del conocimiento y, al mismo tiempo, comprometidos y competentes para provocar, acompañar, estimular y orientar el aprendizaje de todos y cada uno de los ciudadanos a lo largo de toda su vida” (Universidad Nacional de Educación, 2017, p. 21); por lo tanto, la práctica no solamente se relaciona con el desarrollo de contenidos, conceptos, aplicación de metodologías o interacción con individuos, sino también implica la adquisición de valores que formen a un estudiante eficiente, pero sobre todo con ética profesional, capaz de formar ciudadanos que contribuyan al desarrollo de una sociedad más justa, innovadora y solidaria.
Este estudio está centrado en la práctica pedagógica de la carrera de Educación Inicial de la Universidad Nacional de Educación del Ecuador, la cual se realiza en instituciones que brindan servicio de educación inicial a niños y niñas de 0 a 5 años. En esta actividad académica-práctica intervienen diversos actores, cada uno desempeña un rol importante que contribuye al proceso formativo de los estudiantes universitarios, los cuales se enlista a continuación:
- Estudiantes practicantes, son los alumnos de la universidad que se encuentran cursando la carrera de Educación Inicial.
- Tutor académico, es el docente que imparte clases en la universidad, pero también tiene asignado a su carga horaria el acompañamiento y supervisión de la práctica pedagógica en los centros educativos.
- Directivos, es el o los líderes de la institución educativa quienes representan al plantel en todos los ámbitos: pedagógico, administrativo y legal.
- Tutor profesional, es el docente de aula quien tiene a cargo un grupo de estudiantes, considerado como un experto en manejo del grupo, didáctica y procesos educativos. - Estudiantes, son los niños y niñas de 0 a 5 años que asisten a Educación Inicial (Portilla et al., 2017).
Todos los actores nombrados anteriormente son indispensables en la ejecución de la práctica pedagógica, cada uno aporta y fortalece esta actividad desde su rol y participación en la misma. Este trabajo se centra en la perspectiva y valoración crítica que tienen los estudiantes practicantes, tutores académicos y profesionales sobre la práctica, la cual es considerada como un espacio formativo, de reflexión, cuestionamiento y observación profunda, en el cual el conocimiento se desarrolla de manera colaborativa, donde existe una co-construcción de saberes, creación de comunidades profesionales de aprendizaje y procesos formativos entre expertos y aprendices (Tejada et al., 2017). Por lo que la mirada que tiene cada persona de la práctica aporta a la mejora continua de este proceso académico-formativo, fundamental en la preparación del futuro profesional en el campo de educación.
Para finalizar, se presenta un breve recorrido por investigaciones relacionadas al tema de estudio, las dos primeras publicaciones hacen referencia a la Universidad Nacional de Educación, la misma institución de la presente investigación. Jaramillo y Orovio (2020), en su artículo sobre la pareja pedagógica practicante, destacan el rol y accionar de los estudiantes que trabajan en par y de manera conjunta, indicando que esta organización aporta significativamente a su formación profesional docente; también, destacan como aspectos clave las funciones como la comunicación, organización, ejecución, investigación y evaluación entre los diferentes actores. Por otra parte, Barberi y Pantoja (2020), en su artículo sobre la tutoría de las prácticas preprofesionales, analizan el rol del tutor académico y su influencia sobre el proceso de la práctica pedagógica, indicando que este actor debe “garantizar a los estudiantes en formación el aprendizaje teórico práctico inherente a la aproximación a su campo laboral en atención a los problemas profesionales del ámbito educativo” (p. 46) por lo cual, su rol y función en este proceso es de suma importancia, no solamente al estar frente a un grupo de estudiantes, sino también al tener la responsabilidad de estar preparado en conocimientos teóricos y casos prácticos.
El estudio realizado por Guarnizo (2018) examina la práctica pre profesional de los estudiantes de la Universidad de Guayaquil y destaca que este proceso está orientado a lo que la institución de educación superior desea lograr en sus estudiantes y también destaca el rol del tutor académico, indicando que “de este actor depende mucho el hacer cumplir las obligaciones y responsabilidades tanto del empresario como el estudiante, buscando de esta manera obtener con efectividad la finalidad de las practicas pre profesionales” (p. 23). También hace énfasis en la motivación al estudiantado para que desarrolle sus actividades de la práctica de manera responsable y comprometida, mirando este espacio como una oportunidad para su inserción en el mercado laboral al cual en algún momento se enfrentará.
Por otra parte, Hidrobo y Villavicencio (2020) realizan un estudio comparativo sobre el número de horas de práctica pedagógica en la carrera de Educación Infantil de la Universidad de las Fuerzas Armadas y concluye que al destinar mayor tiempo para este proceso los conocimientos de los estudiantes son mayores, considerando a la experiencia adquirida in situ como un aprendizaje de alto impacto donde conocen la dinámica de la educación, la relacionan con las normativas o leyes nacionales y aprenden a tomar decisiones ante diversas situaciones.
Los estudios antes nombrados concuerdan con el presente documento al resaltar la importancia de las experiencias de la práctica pedagógica, las cuales permiten el desarrollo de autorreflexión como fundamento para la formación del futuro profesional. Además, el rol que desempeña cada uno de los participantes de la práctica es fundamental, así como también el escucharlos y ser parte de sus emociones, reflexiones y vivencias.
La presente investigación es de carácter cualitativo; pues, el objetivo principal del estudio fue conocer la percepción sobre las prácticas pedagógicas desde los diferentes actores de nivel superior que participan en la misma mediante la reflexión, en la cual se puede dilucidar características de tipo social, ético, político y personal mediante el autoanálisis crítico del investigador, registrando diariamente las vivencias y acciones del hecho investigado (Varela y Vives, 2016). La percepción de los principales actores involucrados se registró periódicamente durante la investigación, considerando sus comentarios, apreciaciones, percepción y experiencias vividas durante el periodo de la práctica; a través del método fenomenológico y apoyado en un estudio de campo efectuado en el nivel inicial de la Unidad Educativa Luis Cordero y la Escuela de Educación General Básica San Francisco de Peleusí, ubicadas en el sector urbano de la ciudad de Azogues, provincia del Cañar.
Este estudio se basa en las prácticas pedagógicas de diecinueve estudiantes practicantes de sexo femenino, con edad comprendida entre 20 y 25 años, que cursaban el noveno ciclo de la carrera de Educación Inicial en la Universidad Nacional de Educación, durante el primer quimestre del año lectivo 2019-2020, régimen sierra. Además, se contó con la participación de diez mujeres docentes de aula con amplia experiencia en el nivel y seis tutores académicos, de sexo femenino. Los 35 participantes del estudio constituyen el universo de la presente investigación, la cual se basó en las experiencias de los actores desde sus miradas individuales.
El método fundamentalmente se basa en la observación de la práctica docente y las percepciones de los actores desde su realidad; asimismo, el enfoque cualitativo permitió orientar el interés en el ambiente original donde ocurren los hechos para describir aspectos más destacados, desde la vivencia de los protagonistas en el desarrollo de la práctica pedagógica (Mendoza et al., 2020), cuando emiten sus criterios personales en torno a las vivencias y perspectivas propias, que fueron transcritas y procesadas en Microsoft Word.
Las técnicas utilizadas para la investigación fueron la Observación y el Focus Group. Según Zhang (2020), en la observación “el investigador se involucra con un grupo o colectivo de personas y participa con ellas en su forma de vida y en sus actividades cotidianas con mayor o menor grado de implicación (...) pretende descubrir las pautas de conducta y comportamiento” (p. 10); esta técnica se desarrolló durante la ejecución de la práctica pedagógica. Para recolectar la información se utilizó diarios de campo, en los cuales se registró la dinámica diaria, actividades realizadas, conductas y comentarios de los diferentes actores.
Como segunda técnica se utilizó el Focus Group, el cual es un proceso en el cual la comunicación oral es privilegiada y su finalidad es captar lo que los participantes del grupo sienten, piensan y viven (Zepeda et al., 2016); esta técnica permitió seleccionar a estudiantes, tutores académicos y profesionales para participar en grupos y generar intercambios sobre la temática establecida. Los instrumentos utilizados fueron una filmadora y un cuestionario con preguntas y temas para guiar la sesión, se realizaron cuatro encuentros, uno por cada grupo, los cuales fueron filmados para posteriormente ser analizados; el tema principal de las reuniones fue la práctica pedagógica, su percepción, valoración crítica y participación en ella, los aspectos positivos y negativos, la intervención de los actores y las interacciones entre ellos.
La investigación se desarrolló en la Universidad Nacional de Educación (UNAE), una institución de educación superior destinada solamente a formar profesionales en educación, es decir todas sus carreras corresponden a diferentes áreas de la pedagogía y dos centros educativos de sostenimiento fiscal; las tres instituciones se encuentran ubicadas en Ecuador, provincia del Cañar, específicamente en la ciudad de Azogues.
El estudio se realizó durante el periodo académico universitario septiembre-marzo en la carrera de Educación Inicial y el primer quimestre del año lectivo 2019-2020 en los centros educativos. Los participantes fueron 19 estudiantes del último año, 6 tutores académicos y 10 docentes de aula, los cuales participaron en la investigación y fueron agrupados en 4 grupos, tal como se muestra en la siguiente tabla:
Durante el periodo académico septiembre 2019 - marzo 2020 se desarrolló el proceso de observación a la práctica pedagógica y al finalizar, los actores antes mencionados fueron convocados para ser parte de reuniones por grupos, en cada sesión existió un moderador y una persona de apoyo, quien supervisaba la grabación y tomaba notas de las intervenciones e interacciones entre los participantes, esta acción es sumamente importante al momento de realizar estudios en el área de ciencias sociales. Es importante destacar que los investigadores contaron con el consentimiento informado sobre el uso de información de los actores involucrados en cada uno de los grupos.
En la investigación social o de cualquier otro tipo, la observación y fundamentalmente los registros escritos de lo observado, se constituyen en la técnica e instrumento básico para producir descripciones de calidad. (..) Vale la pena destacar que tanto la observación como el registro se matizan en el terreno, en el que la experiencia y la intencionalidad del investigador imperan sus cuestionamientos. (Martínez, 2007, p. 74).
Una vez finalizados los encuentros con los cuatro grupos se procedió a examinar las filmaciones y apuntes de las reuniones, para analizar la información obtenida, sistematizar, contrastar con la recolectada en la observación y socializarla con el grupo de trabajo. Los resultados obtenidos han sido dispuestos por actores, de tal manera que se identifique y conozca la percepción de cada uno de ellos, a pesar de la diversidad existente, se evidencian criterios y opiniones similares entre cada grupo, lo cual se expone posteriormente.
En este apartado se presentan los resultados obtenidos en el proceso investigativo sobre la práctica pedagógica, los cuales se obtuvieron de la relación entre el análisis de contenido del Focus Group y los registros escritos de los diarios de campo. La finalidad del estudio es recolectar información sobre dos grandes categorías contrapuestas, lo positivo y lo negativo de la práctica pre profesional desarrollada en los centros educativos, considerando como variables: las situaciones experimentadas, la percepción, influencia y función de cada actor, lo cual se expone a continuación junto con la discusión pertinente; lo cual permite conocer la percepción desde diferentes miradas, tanto de estudiantes, como docentes de aula y tutores académicos. Cada uno, desde su rol, aporta significativamente a la revisión, retrospección y retroalimentación del proceso educativo, formativo y experiencial que conlleva las prácticas pedagógicas.
Luego del análisis y sistematización de la información obtenida en el Focus Group, el grupo de 19 estudiantes convergen en que el aprendizaje dentro del campo de acción (aula de clases) contribuye a construir un modelo propio de ser y actuar como docente; pues, se observa, analiza y reflexiona acerca del accionar de los tutores profesionales, considerando lo positivo como ejemplo de imitación y erradicando lo negativo. Una variable que se obtuvo de la observación y se presenta posteriormente, es la convivencia en la escuela, la cual le permite al estudiante ser parte activa de la misma, compartir con los diferentes actores de la comunidad educativa y experimentar la dinámica escolar. Al ser las prácticas pedagógicas un requisito indispensable para la culminación de la formación académica del futuro docente, estas se encuentran dispuestas en la malla curricular de su carrera, es un “eje curricular de la formación inicial universitaria, considerando sus intencionalidades y alcances bajo esta concepción; así como también, las características y principios epistemológicos, ontológicos, axiológicos, teleológicos y praxiológicos” (Delgado, 2018, p. 11), la cual se apoya de la teoría concebida desde las diferentes asignaturas y procesos universitarios y al mismo tiempo se constituye como un campo práctico experimental fuera del espacio físico de la universidad, pero interrelacionada con esta.
E7: “las prácticas preprofesionales nos ofrecen la oportunidad de ser parte de una institución educativa, así como también conocer su dinámica, procesos, gestión y mucho más” E11: “cada centro educativo es diferente, pero de todos aprendemos mucho”.
Los estudiantes manifiestan que mediante las prácticas pueden observar la realidad según el contexto de cada institución educativa, así como también, conocer y discriminar la metodología aplicada por los docentes de aula. Tal como manifiesta Sayago (2006), las prácticas pedagógicas convergen conceptos de enseñanza, aprendizaje, teorías y costumbres de formación docente, circunstancias de gestión y administración de instituciones escolares y las diferentes particularidades del contexto; aspectos que brindan a los estudiantes una gama de opciones a seleccionar para su futuro profesional; simultáneo a ello aprovecha la oportunidad de discernir, comprobar e innovar la labor docente adjudicándose como su centro de investigación E5: “es muy importante que los niños desarrollen su propio aprendizaje, que experimenten, creen y exploren en todo momento”.
E9: “la primera infancia es una etapa muy susceptible e importante para el desarrollo del ser humano por lo que debe ser importante para todo docente”.
Con relación a las intervenciones observadas a lo largo de sus prácticas pedagógicas y en relación con su carrera de formación académica, los estudiantes consideran que la primera infancia es una etapa fundamental para un desarrollo armónico e integral de todo ser humano; por ello Pérez (2001) indica que se debe permitir que el estudiante desde la primera infancia sea quien experimente, cree y aprenda a su propio ritmo; por lo que el proceso de enseñanza aprendizaje en educación inicial implica estimular la creatividad en el ambiente del estudiante, sin restringir las vivencias, despertando su imaginación mediante el descubrimiento. Todo esto manifiestan, debido a que una de las preocupaciones generales que declaran los estudiantes es la limitación de la creatividad que se observa en las aulas de clase, donde se entrega modelos y patrones a seguir o se utiliza plantillas u hojas estructuradas, restringiendo la libertad de expresión e imaginación, tal como lo expresa una estudiante:
E18: “algo que no me ha gustado, es que en varios centros trabajan mucho con hojas, incluso todos los niños deben pintar con el mismo color o de la misma forma, lo cual corta con la creatividad de los niños”.
En el currículo de Educación Inicial, el Ministerio de Educación del Ecuador (2014) manifiesta que:
La intencionalidad de las experiencias de aprendizaje es formar, desde edades tempranas, a personas capaces de indagar, explorar, experimentar y hacer hipótesis, potenciando un pensamiento lógico que permita desarrollar la capacidad intuitiva y creativa, para que, de esta manera, construyan su conocimiento a partir de sus experiencias y vivencias. Para lograr vivencias y actividades desafiantes, el docente debe proporcionar un entorno organizado para el aprendizaje, donde el niño se sienta estimulado para explorar por sí mismo, usar sus conocimientos y habilidades en una variedad de situaciones, probar hipótesis que le ayuden a construir nuevas ideas y contar con el apoyo de pares y adultos que le estimulen a sentirse capaz y seguro frente al desafío (p. 44).
De esta manera, el fututo docente interioriza su función de mediador, que descubre las potencialidades e individuales del estudiante, como punto de partida para su labor, planteando actividades interesantes que generen desafíos acordes al desarrollo del niño, basándose en el juego trabajo, la exploración y experimentación, para que con la guía y asesoramiento del docente alcance nuevas destrezas.
E3: “creo que todos vemos a la práctica preprofesional como una gran oportunidad de aprendizaje (…) es muy bonito y gratificante poder trabajar con la primera infancia y sobre todo compartir con los niños sus primeros años en la escuela”.
El 80% de estudiantes destacan la importancia de la práctica pedagógica y la ven como una oportunidad, no solamente de aprendizaje sino para valorar y sobre dimensionar el proceso constructivo y evolutivo del desarrollo humano, sobre todo en sus primeros años de escolaridad. Souza y Ramallo (2015) consideran a esta etapa de la vida como un proceso único y esencial en el desarrollo de una persona, en el cual se experimenta múltiples cambios y se adquiere funciones complejas para el desarrollo del diario vivir y la convivencia social. Los estudiantes que intervinieron en el estudio demuestran un alto grado de sensibilidad y estimación a la primera infancia, debido a que su formación académica se relaciona con esta etapa de la vida. En las sesiones dialogan mucho sobre la importancia de la atención a la niñez, el desarrollo de la creatividad e imaginación, el respeto al tiempo de atención y la importancia de las vivencias y/o experiencias del aprendizaje real, contextualizado y significativo, “el hecho de ofrecer al alumno situaciones novedosas, donde sienta libertad para la interacción con los elementos que está conociendo, estimula el aprendizaje y el enriquecimiento por iniciativa propia” (Elizalde et al., 2010, p. 285). Por ello consideran que su presencia y percepción de la infancia aporta significativamente a los centros de educación, agregándoles un toque de innovación, actualización e incluso otra manera de ver la infancia.
Los estudiantes destacan la interrelación entre el currículo de Educación Inicial y las prácticas pre profesionales, al transformarse el aula en el laboratorio donde se pone de manifiesto la literatura que implica la preparación y conocimiento a lo largo de la carrera; pues, el currículo precisa que las experiencias de aprendizaje son el cúmulo de vivencias y acciones provocadoras, que diseña el docente como resultado de los intereses de los niños que a su vez debe provocar alegría que extasíe cada actividad realizada, con el único afán de implementar las destrezas de los diferentes ámbitos de aprendizaje y desarrollo (Ministerio de Educación, 2014).
La técnica de observación utilizada en esta investigación permitió vivenciar la relación, contacto y trabajo en equipo de practicantes y tutores profesionales, tanto dentro como fuera de las aulas, es decir, al compartir con los estudiantes en la jornada pedagógica y en las actividades que realizaban en conjunto en diferentes horarios como elaboración de material didáctico, revisión de documentos, apoyo en el diseño de actividades, etc. Por otra parte, el Focus Group permitió conocer la concepción que tiene el docente de aula sobre los practicantes, así como las fortalezas y debilidades de sus intervenciones.
Los tutores profesionales reciben constantemente grupos de estudiantes practicantes en sus instituciones, es una experiencia común desarrollada por varios años en el contexto educativo. Al consultar a este grupo de actores sobre su perspectiva con relación a la práctica pedagógica, manifiestan que, al desarrollar sus clases, los estudiantes universitarios tienen la posibilidad de ser parte del proceso de enseñanza aprendizaje que se realiza, del cual pueden discernir lo que verdaderamente aporta a un auténtico aprendizaje, mediante la observación y participación de la dinámica del contexto, rescatando prácticas exitosas para su futuro desarrollo profesional, tal como lo indican dos docentes que se citan a continuación:
D10: “los practicantes son parte de todos los procesos que se desarrollan, desde las clases con los niños hasta las reuniones con padres de familia o docentes de la escuela”.
D5: “también se les comunica siempre las decisiones o lineamientos de las autoridades, ya que al estar en el centro son parte del mismo”.
D8: “siempre les digo que aprendan de lo bueno que ven en nosotras (risas)”.
Bueno y Olivia (2011) enfatizan que la validez de las prácticas en las instituciones educativas radica en desarrollarlas con calidad, logrando que el practicante se familiarice con el rol del maestro basado en su inclinación vocacional para que alcance su propia individualización como profesional docente (Cuando los futuros docentes puedan escoger las estrategias adecuadas y tomarlas como un referente para formar su identidad como profesional, se puede decir que fue una práctica productiva y efectiva. D1: “frecuentemente los estudiantes nos piden las planificaciones de clase o las anuales, las cuales son elaboradas por nosotros los profesores y aprobadas por las autoridades, y siempre ponemos a disposición de ellos, ya que considero que deben estar al tanto de lo que ocurre en la clase y la planificación es nuestra guía”.
D8: “siempre uno como docente está compartiendo todo con los chicos, inclusive esos tips que uno adquiere con los años de experiencia”. Los tutores comparten con los estudiantes sus planificaciones, metodologías, técnicas, estrategias, material didáctico y más; también lo ponen a disposición de ellos, quienes mediante estos documentos y procesos se adentran en el contexto institucional, lo cual les permite conocer y analizar las costumbres y hábitos tanto del aula como de la institución educativa, quien los acoge como parte de ella y se convierte en un verdadero laboratorio de experimentación pedagógica con la opción a poner su propio toque innovador. Con relación a esto, García et al. (2016) manifiestan que antes de iniciar la práctica, los estudiantes ya están interesados en experimentar su rol de educador y relacionarse con los diferentes actores de ese centro educativo y que al finalizar todo el proceso se sienten satisfechos, al estar más preparados para su futuro desempeño profesional.
D6: “al estar en contacto diario con los niños es donde los chicos se ejercitan, van aprendiendo como ser docentes y los mismos niños los ven como otro profe y sobre todo nosotros los apoyamos a que así sea”.
D4: “es importante indicar que en ocasiones ellos son nuestro apoyo, pero también cambiamos de rol cuando ellos dan sus clases o realizan actividades, ahí nosotras somos su apoyo (…) ellos aprenden de nosotras y nosotras nos actualizamos con ellos”.
Los docentes precisan que el simple contacto y relación de los practicantes de educación inicial con los estudiantes aporte significativamente en el aprendizaje y conocimiento del desarrollo de los niños y niñas. El convivir diario y el rol que se brinda al estudiante como docente de apoyo, potencia el desarrollo de sus habilidades, actitudes y destrezas tanto comunicativas como prácticas. Otro aspecto fundamental, que recalcan los tutores, es la experiencia del trabajo en equipo dentro de una comunidad educativa, el cual difiere al vivido en la universidad. La figura del tutor profesional o docente de aula se concibe como guía y facilitador del proceso educativo, donde el protagonista es el niño y el contexto en el cual se desenvuelve a diario, tal como lo consideran Mendoza et al. (2020), quienes declaran que en la educación, los niños y niñas deben considerarse desde su integralidad y complejidad para desarrollar valores, habilidades, destrezas, conocimientos y actitudes, y es aquí donde el docente juega un papel fundamental. Debido a la edad con la que trabajan consideran que es imprescindible su actualización pedagógica con relación a estrategias, recursos, manejo de grupos, metodologías innovadoras, entre otras; lo cual se basa en la teoría, elementos sociales, didácticos y curriculares, que facilitan la comprensión del objetivo que contribuya al desarrollo del razonamiento lógico y crítico de los infantes (Moreno y Velázquez, 2017). El docente para garantizar el desarrollo y bienestar de sus estudiantes está en la obligación de aplicar habilidades, técnicas, estrategias y métodos didácticos innovadores, llamativos y atractivos que logren la calidad y calidez que se merece todo proceso de enseñanza aprendizaje.
En educación inicial, el principal objetivo es aportar al desarrollo integral y educación de los niños y niñas, para ello, maestros, autoridades, padres de familia o representantes legales y estudiantes practicantes deben articular su trabajo en beneficio del proceso de coneenseñanza aprendizaje de los infantes (González, 2014). El trabajo colaborativo se transforma en el instrumento esencial al momento de trabajar en desarrollo infantil y este es característico y necesario dentro de la práctica pedagógica.
La información obtenida de los instrumentos utilizados en la investigación permite conocer la percepción del docente universitario sobre la práctica pedagógica, de la cual se derivan las siguientes variables: su rol, la percepción de la práctica y su experiencia, en dos contextos diferentes pero complementarios, la escuela y la universidad.
Desde el proceso de observación, se puede evidenciar como el docente universitario, encargado de la práctica pedagógica es una de las aristas de este proceso, sin más ni menos mérito que el resto de actores; su función es coordinar y gestionar los espacios que servirán como laboratorios o campos de acción de la práctica, en este caso, las instituciones educativas donde los estudiantes practicantes desarrollan su observación e intervención. Su gestión es la base para una práctica efectiva, ya que interacciona con los diferentes actores de la comunidad educativa, dando paso a los espacios de aprendizaje, experimentación, aplicación, ensayos y más de sus estudiantes.
TA5: “nuestro accionar se basa en el modelo pedagógico de prácticas pre profesionales, así como en las necesidades e intereses de nuestro grupo de estudiantes practicantes”.
Es importante recalcar que la universidad cuenta con un documento que guía la práctica pedagógica y orienta al tutor académico para el cumplimiento de su rol. Palacios (2019), quien realiza un análisis del modelo de práctica de la Universidad Nacional de Educación, en la cual se desarrolla esta investigación, declara que:
este modelo de práctica debe permitir el desarrollo simultaneo de las competencias profesionales del docente, la investigación educativa como intervención pedagógica, la prueba o ensayo de la innovación pedagógica, la aplicación de la teoría de las asignaturas para observar su utilidad o funcionalidad en relación con la formación docente, y ante todo verificar la posibilidad de integrar o articular todos los elementos de la formación docente (p. 191).
De esa manera es como los tutores académicos ven a la práctica, como un espacio que potencia los aprendizajes de los estudiantes, les permite experimentar, les brinda la oportunidad de integrar saberes y desarrollar sus competencias y habilidades; tal como un docente manifiesta en el siguiente comentario:
TA6: “la experimentación que se realiza en la práctica da paso a procesos investigativos que concluyen en proyectos o propuestas creativas o innovadoras, que recogen los saberes de varias asignaturas y la esencia de cada uno (…) los estudiantes ponen en práctica, puede funcionar o no, pero de todo ese proceso por el que pasan ellos aprenden y mucho”. El rol de la universidad en la formación académica de los futuros profesionales conlleva una gran responsabilidad, no solamente de quienes la dirigen sino de todos los que la conforman, tanto en el campo académico como administrativo o de servicio. La pertinencia y calidad de los aprendizajes en la educación superior brinda a los estudiantes oportunidades para desarrollar o potenciar capacidades y habilidades necesarias en el campo laboral.
La calidad de las acciones de apoyo de la universidad en la mejora de su calidad educativa viene demarcada por tener programas de pertinencia curricular, flexibilidad, articulación del currículo y desarrollar diversos tipos de competencias en los estudiantes para tener coherencia entre el perfil del egreso y excelencia educativa (Medina, 2017, p. 4).
TA2: “sin duda, la práctica pedagógica es indispensable en la formación académica del futuro docente”.
TA1: “la práctica genera en el estudiante ese dialogo y reflexión entre lo estudiado en la clase de la universidad y lo vivido en la clase de su escuela”.
Por ello, los tutores académicos reconocen a la práctica pedagógica como un proceso de alta pertinencia en la formación académica de pregrado, la cual enriquece las competencias del estudiante y les brinda un espacio óptimo para contrastar, confirmar o debatir sobre los conocimientos adquiridos en las aulas de clase, es decir, la teoría y la realidad educativa. Además, los docentes indican que lo vivido y experimentado en la práctica es analizado en las clases, cumpliendo de esta manera con uno de los principios básicos del modelo pedagógico de la UNAE teorizar la práctica y experimentar la teoría.
La práctica pedagógica, mirada desde la academia, es concebida como un espacio estimulador de conocimientos y auto constructor de aprendizajes, debido a que los estudiantes desarrollan una formación teórica en sus aulas de clase, dentro de las cuales identifican, analizan y debaten sobre diversas corrientes, técnicas y autores que desarrollan en ellos creencias, percepciones o hipótesis que son llevadas a la práctica, donde se producen procesos investigativos propios de la educación superior que conllevan a generar conclusiones, realizar afirmaciones o rechazar teorías, fundamentados con esa relación cíclica dialógica de la teoría-práctica. Por ello, la Universidad Nacional de Educación (2017) manifiesta que el pensamiento práctico del docente demanda una constante reflexión e investigación sobre su accionar, comparando a este proceso como un camino permanente de ida y vuelta. TA5 “el ser tutor académico conlleva una gran responsabilidad, ya que uno es el mediador entre la universidad y la escuela, y dentro de la escuela debe estar en constante coordinación tanto con tutores profesionales como directivos”. TA2: “el trabajo en equipo es la base para una buena práctica preprofesional”.
TA4: “los estudiantes aprenden de la experiencia de sus tutores y ellos se actualizan con los conocimientos y creatividad de los estudiantes, ese trabajo mancomunado genera un equipo de trabajo, en el cual todos aprenden”.
Los docentes universitarios concluyen que un aspecto fundamental para una buena práctica pedagógica es el trabajo colaborativo entre los diferentes actores de la misma, el cual se fundamenta en ejecutar un propósito conjunto, en donde se trabaje de forma mancomunada, cada uno cumpliendo su rol específico y contribuyendo con opiniones individuales a través de una excelente relación interpersonal entre todos (Fombona et al., 2016), de esa manera, se aportará desde las diferentes aristas a una educación de calidad y calidez con corresponsabilidad y compromiso.
A modo de resumen, se presenta el siguiente gráfico, el cual sistematiza los aspectos más importantes recolectados de los principales actores de la práctica pedagógica o pre profesional:
Las prácticas pedagógicas desde la perspectiva de los actores que la conforman son vistas como una oportunidad para adquirir habilidades y destrezas para el futuro ejercicio laboral, lo cual genera aprendizajes significativos, debido a que se contrasta con los contenidos desarrollados en las aulas de clase, creando espacios de reflexión y debate teórico-práctico.
Los estudiantes universitarios conciben al proceso de práctica como una posibilidad de reflexión, sensibilización, apropiación de una identidad docente, reafirmación de su vocación y un espacio para la experimentación, donde aprenden de sus docentes de aula y aportan con sus conocimientos y acciones. Además, recalcan que los aprendizajes concebidos les permite desarrollar un crecimiento personal, ético y profesional; pues, se visualiza la educación desde otra óptica, se vive la diversidad en el aula y muchas realidades que se convierten en base para su vida profesional.
En el intercambio de ideas, opiniones y valoraciones, dentro del focus group, los estudiantes recalcan que existen aspectos positivos y negativos dentro de la dinámica del contexto educativo (práctica) y que mediante el análisis y debate en clase (teoría) son capaces de discernir los aspectos a considerar en su futuro profesional. Además, el proceso de reflexión que se genera permite la co-construcción de saberes tanto de manera individual como colectiva, reforzando no solamente contenidos conceptuales sino también actitudinales.
La información recolectada mediante la técnica de observación evidencia el compromiso de todos los actores involucrados en el proceso de la práctica, cada uno cumple con su rol y desarrolla funciones diferentes, sin embargo, aportan significativamente al proceso de formación de los futuros profesionales. Un aspecto a destacar es el trabajo cooperativo y la coordinación entre estudiante-docente, docente-tutor, estudiante-tutor y tutor-directivo.
Los docentes de aula o tutor profesional, al recibir estudiantes practicantes en sus aulas, se convierten en co-formadores de los futuros profesionales, su rol es sumamente importante en este proceso, ya que son quienes comparten sus estrategias, recursos, metodologías, y todo lo que conlleva su labor docente. La interacción docente de aula-practicante genera un aprendizaje mutuo, en el cual se evidencia un intercambio de experiencias, contenidos académicos, percepciones, planes y propuestas.
El tutor académico mira a la práctica pedagógica como un escenario óptimo para que los estudiantes practiquen la teoría y teoricen la práctica, lo cual se contempla como una relación dialógica que se convierte en el eje y cimiento en el que se fundamenta el rol de un docente. El campo práctico permite desarrollar procesos reflexivos y vivenciar acciones que generan conocimientos, habilidades y destrezas óptimas para el profesional del campo educativo.
Todos los actores involucrados en la práctica pedagógica concuerdan que el trabajo en equipo es un aspecto fundamental, tanto para el desarrollo de la práctica pedagógica como de los procesos educativos, aportando desde diferentes roles y perspectivas; con un fin común, una educación de calidad, que potencie el respeto a la infancia, sus ritmos de aprendizaje y desarrollo integral.
*Correspondencia: Diana Saldaña Gómez. Correo electrónico: diana.saldana@unae.edu.ec.