Investigación
El camino de los ODM a los ODS en cinco países Sudamericanos, análisis del secundario en el ciclo bajo y ciclo alto para el periodo 2005-2017
The path of the MGD to the SGD in five South American countries, analysis in the high school in the low and high cycle for the period between 2005 and 2007
El camino de los ODM a los ODS en cinco países Sudamericanos, análisis del secundario en el ciclo bajo y ciclo alto para el periodo 2005-2017
Revista de estudios y experiencias en educación, vol. 22, núm. 48, pp. 222-246, 2023
Universidad Católica de la Santísima Concepción. Facultad de Educación
Recepción: 05 Abril 2022
Recibido del documento revisado: 30 Mayo 2022
Aprobación: 01 Junio 2022
Resumen: El estudio realiza un recorrido de las metas trazadas por cinco países Sudamericanos, en relación a la educación, en el periodo de los ODM y el paso a los ODS. Centrándose en los principales avances en materia escolar del ciclo secundario bajo y ciclo alto para el periodo 2005-2017. En ese sentido, se utilizan los registros administrativos escolares, los cuales son el principal insumo para presentar distintos índices como la matriculación, retención y/o abandono escolar. Por lo anterior, se logró evidenciar que la realidad del secundario bajo y alto es muy diferente, el primer ciclo presenta Tasas Brutas de Matrícula del 96%, mientras que, el ultimo grado académico, detalla un abandono generalizado en los cinco países, cuya tasa es superior al 45%, todo lo anterior para los 12 años calendario abordados (2005-2017). No obstante, los países muestran un avance a medida que trascurre este periodo, es decir, las tasas de permanencia aumentan, pero, dicha dinámica no es suficiente para cumplir el derecho a la educación y cumplir con los ODS para el 2030, por lo tanto, los Estados deben focalizar sus esfuerzos en el ciclo alto, en otras palabras, se debe incentivar a los estudiantes que continúen sus estudios y culminen el nivel secundario.
Palabras clave: Nivel de enseñanza, américa Latina, derecho a la educación, deserción escolar, agenda 2030.
Abstract: The study reviews the targets planned by the five South American countries in relation to education during the ODM and its transition to the ODS. Focusing on the main advances in escolar matter in the low cycle and high cycle of secondary for the period between 2005 and 2017. Hence, the administrative scholar records, which are the main element, present several indexes such as enrollment, permanence, and dropout. Therefore, it was found that the realities of the low and high secondary are very different. The first course shows an admission gross rate of 96%, while the last academic cycle details drop-out in all five countries, which is above 45%, as it was analyzed in the 12 calendar years studied (2005-2017). However, the five countries show improvement throughout the calendar years, meaning the engagement rates grow. But such measurement is not enough to meet the right to study and the ODS by 2030; therefore, those countries must focus their efforts on the higher courses; in other words, students should be encouraged to continue studying so they can finish high school.
Keywords: Literacy level, latin-America, right to education, dropping out, agenda 2030.
1. Introducción
En el año 2000, los países miembros de la Organización De Las Naciones Unidas (ONU), reunidos en Asamblea en Nueva York, establecieron unas metas, denominadas los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), cuyo periodo fue del 2000-2015 (ONU, 2000). Terminado el periodo de los ODM, se dio paso a una nueva agenda, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), hasta el 2030, con el fin de dar continuidad a los objetivos del milenio, En la cumbre mundial sobre el desarrollo sostenible de Nueva York en 2015 (ONU, 2015a).
La ONU (2015b), a nivel mundial expone que, en el 2000, el nivel primario, estaban 100 millones de estudiantes fuera del sistema escolar, y debía descender a 57 millones en 2015. La meta del 2015 era que los niños y niñas de todo el planeta puedan terminar un ciclo completo de educación primaria, y la universalización de la misma. En el caso de América Latina y el Caribe (ALC), en 1990 la tasa neta de matriculación del primario era del 87%, mientras que en el 2000 fue del 94% y en la proyección para 2015 la tasa se mantenía en el 94% (ONU, 2015b).
De igual forma, la ONU señala que la tasa de alfabetización en los jóvenes de 15-24 años aumentó en el mundo, pasando del 83% en 1990 al 89% en 2010, lo anterior es debido a la asistencia escolar de los niveles primario y secundario. Por su parte en ALC, en 1990 más del 90% de hombres y mujeres habían dejado atrás el analfabetismo; y una década después, este índice mejoro (ONU, 2015b).
En este mismo orden de ideas, la ONU (2010), destaca la importancia de los avances alcanzados por ALC, en los 90, el acceso a la educación primaria neta era cercano al 88%. Además, entre 1999-2007 en cuanto a la tasa de educandos que inician el primer año y egresan del nivel primario en ALC, Cuba se destaca tanto en la tasa neta de matrícula, como en la tasa de finalización con el 96,3% para 2007; Uruguay (2006) con 93,7%, Argentina (2005) en 88,7%, Colombia (2007) 87,8%, Bolivia (2006) con 80,2% y Brasil (2004) en 75,6%. En general para ALC en 2007 el 82,9% terminan el nivel primario (ONU, 2010a).
Según, la ONU, en ALC, en 2008 los jóvenes entre 15-19 años que culminaron el primario por países se registró así: Chile, Argentina y Uruguay, estaban por encima del 95%, mientras que, Colombia, Bolivia y Brasil, estaban entre el 90-95%. Además, la tasa de alfabetización entre 15-24 años en 2007 en ALC, la región registró el 97%. En la década de los 90 los niveles de alfabetismo eran muy buenos en la región, alrededor de 92% y es posible el objetivo a 2015 (ONU, 2010a).
Si bien el panorama general de la educación primaria era bueno, la secundaria en la región, no iba tan bien. La tasa neta de matrícula del ciclo bajo alcanzaba el 75% en la región para el 2008. En el caso de Argentina alcanzaba un 95%, Bolivia 79%, Uruguay 74%, Brasil 71% y Colombia 68%. Mientras que, la tasa neta del ciclo alto fue del 52% en ALC. En Cuba su tasa estaba en el 83%, por su parte para Argentina, Bolivia, Uruguay, Brasil y Colombia sus tasas fueron del 62%, 65%, 61%, 48% y 38% respectivamente. Por tanto, la ONU, sugiere que la culminación del secundario debe ser considerado como el nivel mínimo de estudio, para dejar atrás la pobreza (ONU, 2010a).
El panorama global, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), reflejaba que en 2007 la cifra de niños desescolarizados era de 72 millones, de seguir las tendencias de ese momento, difícilmente se lograría la universalización de la primaria. Se estimaba que para 2015, habrían más de 50 millones de niños fuera del sistema. La pobreza, desigualdad, y género, eran factores que desdibujaban los avances, pues en muchos países tienen importantes números de población sin escolarizar, y las niñas llevaban la peor parte. En América Latina (AL), su tasa de escolarización fue 93% en 1990, y 94% en 2007. Comparado con el 97% de 1990 y 96% en 2007 de los países desarrollados, la región Caribe registraba 75% y 72% para los mismos años (UNESCO, 2010).
Entonces, el presente documento, realiza un recorrido de los dos compromisos adquiridos a nivel mundial desde los ODM, hasta los ODS, de las metas fijadas para el sector de la educación. En el caso de los primeros se basa en el objetivo N-2 mientras que, para los segundos fue la N-4. Ubicándose en el contexto de cinco países latinoamericanos. Centrado su análisis para el ciclo secundario divido en dos tramos, los cuales son conocidos como, el ciclo bajo y el ciclo alto; de manera que, se realizará un recorrido por las principales tasas del sector educativo en el periodo 2005-2017, basándose en los registros administrativos de cada país.
1.1 Antecedentes del nivel secundario
En el presente apartado se abordarán algunas investigaciones que abarquen la realidad del nivel secundario en los cinco países a estudiar que son: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia y Uruguay. En primera instancia, la Dirección Nacional de Información y Evaluación de la Calidad, (DINIECE), en su investigación usan datos del Ministerio de Educación, entre 1900 y 2006, de igual forma utilizan los Censos de Población y Vivienda entre 1960 al 2001. Exponiendo que, en cuanto a la matrícula del secundario en Argentina, desde 1900 al 2006 su crecimiento ha sido exponencial más aun cuando en la segunda parte del siglo XX pasó de cerca de 250.000 estudiantes a 2700.000 en el año 2000 (DINIECE, 2007).
Cabe resaltar que la matrícula estatal siempre ha sido superior a la privada desde la década de los 50`s. Por otra parte, el porcentaje de jóvenes (13-17 años) fuera de la educación formal fue del 18,5% pero con mayor repercusión en la edad de 17 años con un 38,1%. En cuanto a la dinámica de la tasa neta de escolarización para el grupo de 13-17 años, en tres periodos distintos, demuestra un crecimiento desde 1980 con el 43% y pasa al 72% para el año 2001, mientras que, la población de 20-24 años con el secundario completo y más es del 48% (DINIECE, 2007).
La DINIECE, realiza otra investigación del secundario tomando distintas fuentes de datos como los Censos de Población, datos del Ministerio de Educación, de igual forma la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el conjunto de dichos datos fue en el periodo 1996-2014. En este contexto el DINIECE expone que, para el año 2010, el 90% de la población de 15 a19 años tiene el secundario incompleto (entiéndase que la mayoría está en el tránsito del nivel educativo), y un 5% lo culminó. Al observar las tasas de egreso para la secundaria en el periodo entre 1997-2012 su rango está entre 34% y 44%, además, desde el 2004 en adelante su dinámica fue creciente, mientras que, en los años anteriores, el comportamiento es inestable. Finalmente, se debe mencionar que la tasa de egreso está compuesta en promedio por un 40% de estudiantes que repitieron algún grado escolar (DINIECE, 2015).
El Ministerio de Educación de Bolivia (MEB), realiza una investigación centrada en todos los niveles educativos. En referencia al secundario dice el Ministerio que, la matrícula desde 1992 al 2002 aumentó dos veces su tamaño en ese periodo pasando de 250 mil a 534 mil estudiantes, además, la distribución según el sexo para el mismo tiempo fue muy símil con el 46% en las mujeres y el restante 54% en los hombres. Además, al observar la matrícula en el sector público desde 1997 al 2002, según el área, lo rural aumentó del 19% al 22% del total de la matrícula estatal (MEB, 2004).
El Ministerio de Educación de Bolivia, señala que la tasa bruta de cobertura del secundario entre 1992 y 2001 creció, al observarlo según el sexo, en los hombres pasó del 48% al 70%, mientras que en las mujeres pasó del 41% al 64%. Los siguientes índices educativos del secundario pertenecen al año académico del 2001, en el caso de la tasa neta del secundario a nivel rural fue del 31% y en lo urbano fue del 62%, mientras que a nivel nacional es del 51%, al observar la tasa del secundario según el sexo en lo rural en hombres fue del 33,7% y en mujeres del 27,6% (MEB, 2004).
El Ministerio de Educación de Bolivia, realiza otro estudio de la realidad del país y algunos del continente latinoamericano para el periodo 2010-2012. En cuanto a la tasa neta de matrícula para el secundario en 2012 de A.L, el promedio estaba en el 72,1%, siendo Cuba la que tiene la mayor tasa con el 86,7%, seguida por Argentina 2011 con el 85,1% mientras que la menor tasa de Centroamérica fue del Salvador con el 61,6%, además, el país suramericano con la tasa más baja fue Paraguay con el 62,6%, en el caso de Bolivia la tasa neta fue del 78%. En lo que respecta de la transición de la primaria a la secundaria, el promedio de la región en
2011 es del 93,5% siendo, Cuba con la tasa más alta con el 98,7%, seguido de Venezuela con el 97,9%; mientras que en Bolivia la fue del 89% (MEB, 2014).
Respecto al contexto de Brasil, una investigación realizada por Goldemberg, donde analizó la situación educativa del Brasil, en la primaria, la secundaria y el nivel universitario. Para el año 1950, el acceso al nivel primario de los niños entre 7 y 14 años, fue del 36,2%. En el año 1990, para los niños entre 7 y 14 años, el acceso estaba en el 88%. Es necesario decir, del acceso a la educación básica fue del 82% mientras que, los estudiantes que avanzan al secundario, el cual tiene los últimos tres grados académicos son el 16,5% y en el sistema universitario es del 10% la matrícula (Goldemberg, 1993).
Referente a la matrícula educativa según el tipo de gestión en Brasil en 1989, en el nivel básico, del sector público fue 16.724.558 estudiantes, correspondientes al 87,5%; mientras que, en el privado fue de 3.422.934 con el 12,5%. Al observar el nivel secundario la matrícula fue de 2,421,390 que es el 69,6% del sector estatal, mientras que el privado fue 1.056.469 que representa el 30,4%; cabe enunciar que, en el nivel universitario cambia la tendencia de dominación por el privado, cuya matrícula fue de1,565,056, que representa el 66,5%; mientras que, en el público la matrícula fue de 605.733 estudiantes cuya proporción es del 33,5%. (Goldemberg, 1993).
Cabe agregar que, la tasa bruta de escolarización en Brasil del secundario en las edades de 15 a 19 durante el periodo 1973 a 1990 detalla un crecimiento del 7,8% al 16,7%, es decir, un aumento de 100 puntos porcentuales en casi 20 años. Finalmente, el autor dice que, se debe ampliar el ingreso al secundario y mejorar la calidad de la educación mediante formación docente y mejores salarios, al igual que programas para los estudiantes como almuerzos y material a quien lo necesite (Goldemberg, 1993).
Por otra parte, Fritsch, Vitelli y Rocha, realizan un estudio del abandono en la escuela secundaria, en tres escuelas de la ciudad Sao Leopoldo, Brasil. Los autores recolectaron los datos del Instituto Nacional de Estudios e Investigación educativa Anísio Teixeira. (INEP) para los años 2001 al 2012 en Brasil. Se debe mencionar que, en 2012, la población de jóvenes brasileros de 15 a 17 años fue de 10.580.060 con una matrícula de 8,400,689, de los cuales 5,645,263, estaban en la edad correspondiente según el censo escolar del 2012 (Fritsch et al., 2014).
En cuanto a la tasa de retraso evidencia grandes avances, para el inicio del milenio en el gigante sudamericano, su tasa fue del 50,8% mientras que en el 2006 fue del 42,6%; finalmente, en 2012 la tasa fue del 31,1%, es decir, una disminución de cerca de 20 puntos porcentuales en diez años. No obstante, el Estado considera que la tasa debe ubicarse entre el 3% y 4% es decir 10 veces menor a la del 2012 (Fritsch et al., 2014)
A su vez, la tasa deserción en Brasil ha tenido diversas fluctuaciones, comenzando en 2001 con el 10,3%, aumentando al 15,3% para el 2006, finalmente, descendiendo al 9,1% para el 2012. En lo que respecta a la tasa de fracaso, tiene un comportamiento estable, donde en 2001 fue del 12,6%, mientras que 2006, descendió a 11,5%; finalmente, en 2012 se ubicó en 12,2% es decir, no hubo mejoras en dicha tasa de fracaso (Fritsch et al., 2014).
Finalmente, Fritsch et al, concluyen que se debe hacer un análisis de las políticas educativas, para detallar si están cumpliendo su finalidad de trasformar la realidad en torno a los indicadores educativos, además, los autores, señalan que el uso de los datos cuantitativos debe estar acompañados de estudios cualitativos para conocer la realidad de manera complementaria ante el suceso del abandono escolar (Fritsch et al., 2014).
Otra investigación, en Colombia, fue llevada a cabo por Barrera, con base en los datos del MEN en la matrícula de los niveles primario y secundario, entre el año 2002-2012. La autora detalla que, en el periodo del 2002-2009, creció la matrícula en más de 1.200.000 nuevos estudiantes, donde los cupos destinados a la educación secundaria representan el 97%; de tal crecimiento, donde la secundaria baja tiene el 68% y el ciclo alto en el 32% (Barrera, 2014).
La tasa bruta de educación en el periodo 2002-2012, en la secundaria baja creció en cerca de 20 puntos porcentuales, llegando a más del 100%. En el caso de la secundaria alta llegó al 75% para el año 2012. Además, en el caso de la tasa neta, para el año 2002 fue del 57% la secundaria baja y en el 2012 del 71%; mientras que la secundaria alta se ubicó en un 29% y aumentó al 41%; entonces, de los ingresantes al ciclo bajo, solo llega el 40% al ciclo alto del secundario. En lo que respecta la permanencia según la zona, desde la primaria al secundario llega el 82% en lo urbano, mientras que en lo rural lo hace el 48% (Barrera, 2014).
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ODCE, 2016) elabora un documento con base en estadísticas propias, de igual forma del Ministerio de Educación de Colombia, del Instituto de Estadística de la UNESCO, donde se evidencia que, desde el año 2000 al 2010 el número de años en educación primaria, secundaria y terciaria en Colombia aumentó de 11,5 años a 13,5 años estudiados. No obstante, al inicio de esta década Colombia estaba por debajo del promedio de América Latina la cual estaba en 12,5 años, pero solo en 2008 existe una paridad con 13,2 años de educación, ello evidencia que el crecimiento en Colombia fue más acelerado que en el resto de A.L llegando al 2010 con una mínima superioridad de Colombia con respecto de A.L; sin embargo, Colombia como A.L están debajo del promedio de los países de ODCE que se ubicaban en el 2000 en 15,6 años y para el 2010 en 16.4 años de educación (OCDE, 2016).
La OCDE dice que, en Colombia, para el 2014 el 13% de los estudiantes del secundario pertenecen a instituciones privadas. Además, los matriculados netos en la educación media en Colombia, en el periodo del 2002-2012 creció en cerca de 15 puntos porcentuales, mientras que los matriculados brutos para el mismo periodo crecieron en 10 puntos porcentuales. Además, cuando se analizó la secundaria según el lugar de residencia, para quienes estaban en el sector urbano, el abandono del sistema educativo fue cerca del 18%, mientras que en lo rural lo hace un 22% (OCDE, 2016).
Finalmente, el quinto país es Uruguay, donde se hace un estudio, entorno a la desigualdad, por los factores exógenos a las personas; enfocándose en el acceso y logros educativos de los jóvenes. Lo anterior mediante encuesta de hogares permanentes entre los años 1991 y 2007 y las pruebas PISA del 2006. Detallando que, en el periodo 1991-2007, el acceso al ciclo básico de los jóvenes de 13 a 18 años, oscila entre el 82% y el 87%, este ítem en los últimos años fue más elevado. Referente a la deserción para el mismo grupo etario fluctuó entre 18% y el 29%. No obstante, el abandono disminuyó para los últimos años; por otra parte, las personas que completaron el ciclo escolar en las edades de 19 a 21 años, en el mismo periodo, fluctuó entre el 62% y el 70% (Llambí et al., 2009).
En lo que respecta al acceso de los jóvenes en Uruguay de 13-18 años en 1991, según el quintil económico, se detalla que el quintil más bajo, ingresaba en un 69,4% mientras que el tercer quintil fue del 91,15% en el caso del quintil más rico accedía a la educación secundaria en un 95,6%. La deserción en los mismos quintiles en el mismo año fue del 34,3%, 17,9% y 8,7% respectivamente. Por su parte, quienes completaron el secundario en las edades de 1921 años en los mismos quintiles para el año 1993 fue el 46,4% del quintil uno, seguido por el tres con el 72,7%, el más rico culminó en un 84,5% (Llambí et al., 2009).
En el estudio de Sapelli y Bukstein en 2011, analizan la inversión del capital humano, durante el periodo 1982-2009, usando las bases de datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), de las encuestas continuas de hogares. En su metodología, realizan una regresión de tipo Deaton, en el periodo de tiempo 1923 a 1983, en la cual se destaca que las cohortes más longevas tenían entre 5 y 7 años de educación mientras que, las más actuales, tenían entre 10 y 11 años de estudio, es decir, una diferencia cercana a 50 puntos porcentuales entre tales generaciones (Sapelli y Bukstein, 2011).
Entre 1918-1930 las diferencias de los años de estudio y el nivel económico, no eran mayor a 2 años; sin embargo, en 1930 se comenzaron a marcar las desigualdades según los ingresos; donde el percentil 10, el más pobre, en 1933 no tenía ningún año de estudio, mientras que en 1978 estudiaban 4 años. Para el caso del percentil 25 en 1933 tenía cerca de dos años de estudio y en 1978 entre 4 y 5 años. En el caso del percentil 75, en 1936 tenía 4 años de estudio, es decir, casi 40 años antes que los percentiles 10 y 25 lograran tal nivel educativo. En 1978 el percentil 75 estudiaba entre 9 y 10 años, cabe decir que, el percentil 90, tiene un comportamiento similar al del percentil 75 (Sapelli y Bukstein, 2011).
Además, las cohortes entre 1917-1980 en referencia al porcentaje que culminaron del nivel secundario en Uruguay, ninguna llega a terminarlo en más del 50%, además las cohortes más longevas son las de menor proporción de culminación de dicho del secundario; las cohortes de 1917 a 1945 entre el 5% y el 25% es su tasa. Mientras que para las cohortes de 1960 a 1980 el porcentaje de culminación está entre el 10% al 45%; destacándose en que las últimas tres cohortes, la culminación esta entre el 30 y 45% (Sapelli y Bukstein, 2011).
Las investigaciones anteriores de los cinco países latinoamericanos, demostraron que la región ha aumentado la cantidad de inscritos dentro del sistema escolar, donde su base se ha ampliado de manera exponencial en ambas gestiones, sin embargo, existe una realidad entorno a la culminación y la deserción, esta dinámica no surge de años cercanos, sino vienen de problemas estructurales desde el inicio del siglo pasado, no obstante, la desigualdad ha aminorado, para lo cual fueron trazadas las metas y compromisos de los estados mediante los ODM y los ODS, por ello es imprescindible analizar si estas metas en realidad están cerca de ser cumplidas o solo fue una expectativa.
Es preciso recalcar que los datos censales de los matriculados al secundario, no describen la edad teórica de quienes cursan un grado académico, es decir, solo se tiene el nivel educativo y la edad simple o desagregada. Como se puede observar en la tabla anterior a nivel general tanto en hombres como en mujeres los indicadores de permanencia aumentan en la mayoría de los países en el periodo intercensal. No obstante, algunos países al modificar sus legislaciones educativas en cuanto a la cantidad de años escolares del ciclo secundario, presentan crecimientos de las tasas cercanas a 100 Puntos Porcentuales como Argentina 2001 y Bolivia 2001.
Cabe destacar que, la clasificación de las edades para los dos ciclos del secundario no siempre está desagregadas sino agrupadas, como sucede en Brasil, Paraguay y Venezuela. Por otra parte, existe un patrón de abandono en algunos países, entre el ciclo el bajo y el alto para ambos sexos, lo anterior debido a la disminución la tasa censal, sin embargo, este tema se analizará más a profundidad con los registros administrativos en los cinco países abordados, puesto que su información está más desagregada que una foto censal.
1.2 Veinte años en busca del progreso educativo; entre los ODM-ODS, la realidad en cinco países latinoamericanos
Ahora bien, como se expuso en la introducción, el interés del presente texto se centra en conocer el avance de los acuerdos adquiridos en el marco de los ODM a los ODS en relación a la educación, en especial del nivel secundario en los cinco países mencionados con antelación; por tanto, se expondrán las diversas metas y alcances en cada país. En ese sentido, el informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), y el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS), dependiente de la Presidencia de la Nación Argentina consigna que, la meta del ODM para 2015 es que todos los adolescentes estén en condiciones de completar el secundario y tengan 10 años de escolaridad. En Argentina, del 2003-2014, el porcentaje de matrículas presentó un ligero descenso del nivel primario del -1.6%. En general el país se acercó a la universalización, debido a la asistencia del 98.4% del ciclo. Mientras que, el nivel secundario aumentó en un 11.7% en los mismos años (PNUD y CNCPS, 2015).
La obligatoriedad para el nivel secundario fue a partir de la Ley de Educación Nacional, 26.206 de 2006. Por otra parte, el programa “conectar igualdad”, a junio de 2015 entrego 5´100.000 computadores a maestros y alumnos, además, del desarrollo de plataformas y aplicativos digitales para la educación, lo anterior en pro de la retención escolar. Además, del 2003-2014, se registraron considerables aumentos de la matrícula. A su vez, los niveles de asistencia de 12-14 años subieron en 1,6%, para los de 15-17 años subió el 2,3% (PNUD y CNCPS, 2015).
En este mismo sentido, en Argentina, bajo el mandato de la Ley 26.206, el Presidente de la Nación Argentina, crea el programa Aprender Conectados, con el (Decreto 386/2018), que propicia enseñanza digital, programación y robótica. Además, el Ministerio de Educación reforzo la legislación con la (Resolución 1410/2018), cabe resltar que, este es de los programas más destacables en el marco de los ODM y ODS, porque, busca la permanencia y egreso efectivo, con el uso de tecnología (Ministerio de Educación Nacional de Argentina, 2018).
En el caso de Bolivia, la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), en el informe de los ODM del 2015, reportó que, en1992 el 85,2% de la población de 6-11 años, asistía al nivel primario. Con base en los censos de 1992, 2001 y 2012, se observó el incremento de la tasa, en 2001 alcanzó el 92,9% de la población, y en 2012 aumentó al 96,5%, destacando que proyectaban el cumplimiento de la meta para el 2015 (UDAPE, 2015).
En Bolivia, una forma de medir la universalización de la primaria es el registro de la tasa de término o egreso de los educandos, en tal sentido, la estadística anual desde 1992-2014, partiendo del 69,1% en 1992, para alcanzar un 90,7% en 2014. En lo que respecta a la tasa de alfabetización de 15-24 años, mostró los niveles más altos. En el año 1992 su tasa era del 93,9% y en 2014 fue del 99,4%. Por lo tanto, habría cumplido su meta (UDAPE, 2015).
Aunado a lo anterior, Para el año 2014, el Ministerio de Educación de Bolivia, dice que los jóvenes de 12-17 años se matricularon al nivel secundario en un 83,93%. Además, entre los años 2000-2014 hubo un incremento en las matrículas del nivel inicial del 47,1%, el secundario aumento el 41,4%, mientras que, el primario decreció la matrícula en un 9%; cabe decir que a nivel general se registró un incremento del 12,4% en total de matrículas. mientras que, el abandono en ese mismo periodo, decreció en 81 puntos porcentuales (Ministerio de Educación de Bolivia, 2015a).
Uno de los enfoques destacables de Bolivia es la inclusión intercultural, intracultural, y el plurilingüismo. Desarrollado por currículos específicos para los distintos pueblos como (AfroBoliviano, Baure, Yurujare, Uru, Quechua, entre otros). Esto está directamente relacionado con el desarrollo de los ODS, pues la meta 4.5 busca dar acceso a toda la población en todos los niveles educativos incluidos pueblos indígenas y personas en vulnerabilidad (Ministerio de Educación de Bolivia, Unidad de políticas de Intraculturalidad, Interculturalidad y Plurilingüismo - UPIIP).
De igual forma, en Bolivia el Plan estratégico institucional 2016-2020, tiene metas importantes, como la educación universal y el fortalecimiento del sistema educativo plurinacional. Con una estrecha relación a los ODS, a su vez, posee una marcada tendencia hacia el respeto e inclusión de los pueblos originarios, planteándose estrategias para la universalidad de la educación, de igual forma educación intercultural, plurilingüe y con la participación comunitaria (Ministerio Educación Nacional, 2017).
Cabe decir que, Bolivia creó el contenido programático del Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020 (PDES), con base en trece pilares, el tercero de ellos, “Salud, educación y deporte para la formación de un ser humano integral”. Donde se tienen en cuentas programas para alfabetizar, (lenguas originarias, sistema Braille, lenguaje de señas y otros) para quienes no accedieron al sistema escolar (Presidencia de Bolivia, 2016).
Referente a la situación de Brasil la tasa neta de asistencia a la educación primaria en 1992 era del 78%, en 2002 fue del 90%, desde luego la meta de los ODM en 2015 era llegar al 100%, meta no muy lejana por su crecimiento. No obstante, los educandos que, alcanzaban el cuarto grado de primaria llegaban sin haber adquirido competencias necesarias de lectura (59%), y dificultades en matemáticas (52%). Además, en Brasil la educación primaria comprende ocho años de estudio, por lo que se registran también las tasas de la población, no solo de 7-10 años, sino de 7-14 años. Además, en la educación media y superior hay marcadas diferencias por sexo; el 44,5% de mujeres asiste a la secundaria, contra el 35,6% de hombres (Presidência da República de Brasil, 2004).
La tasa de escolaridad de población de 0-6 años (preescolar) paso del 29,6% en 1990 al 51,4% en 2012; no obstante, el ingreso económico familiar sigue siendo un criterio que diferencia las tasas. Para el caso de la educación media, en ese mismo periodo, la tasa partió de 16,9% a llegar al 57,9%, y en la educación superior del 5,3% al 16,1%. Lo anterior al ser desagregado por ingresos para el nivel medio, el quintil más bajo registraba el 2,9% al inicio del periodo, para el 2012 se ubicó con el 42%, el quintil superior, registraba 48,2% en 1990 y finalizó en 83,1% en 2012 (Presidência da República de Brasil, 2014a).
Aunque en 2014 no existían los ODS, Brasil ya trazaba objetivos muy símiles a estos debido al Plan Nacional de Educación (PNE) 2014-2024, mediante la Ley 13.005, en la cual el Estado se plantea un total de 20 metas a lograr para la década siguiente, algunas metas resumidas son: Lograr el 95% de egreso a tiempo de esa población de 6-14 años, plazo 2024. llegar al 85% en tasa neta de matrícula en secundaria al final del periodo del PNE 2024 (Presidência da República de Brasil, 2014b).
En 2019, se presentó un informe de seguimiento de los ODS en Brasil, por la Organización No Gubernamental, Grupo De Trabalho Da Sociedade Civil (GTSC), destacando que la reforma constitucional de 2016, que congeló el presupuesto de esa nación por 20 años, pone en peligro la consecución de los ODS. También muestra preocupación por la presencia cada vez más extendida de militares a la cabeza de instituciones educativas, pasando de 39 a 122 entre el 2013-2018 (GTSC, 2019).
Agregando a lo anterior, dos organizaciones, exponen del accionar de Brasil en el marco educativo. En primera instancia la organización social, Campanha Nacional pelo Direito à Educação (Campaña), explicando que al 2019, el país suramericano no ha presentado informes voluntarios sobre el avance, pues considera que está retrocediendo en la materia educativa por las políticas de reducción de presupuesto. En igual sentido la organización civil, Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), en 2019, dice que, Brasil no avanzó en el ODS respecto a la educación ante la ONU.
En el caso de Colombia, el Departamento, Nacional de Planeación (DNP), mediante el CONPES 91 del 2005, delimitó las bases para las metas de los ODM. En el marco del objetivo 2, el estado se plantea: Primero disminuir la Tasa de analfabetismo de 1% para personas entre 15-24 años, línea de base 1992: 3.77%. Segundo, la Tasa de cobertura bruta del 100% para educación básica (preescolar, básica primaria, básica secundaria) y 93% para educación media. Línea de base 1992: 76.08% y 59.11%, respectivamente (DNP, 2005). Este CONPES fue modificado en 2011 mediante el CONPES 140, haciendo ajustes de las líneas bases y planteando 58 indicadores que podían ser medidos (DNP, 2011).
Rodríguez (2010), expone los avances de los ODM, donde Colombia, ha presentado un temprano éxito en la universalización de la educación básica primaria, habiendo cumplido ya la meta de universalización de educación básica primaria. Agregando la disminución de la repitencia del 6,1% en 1998 a 3,8% en 2008. De igual forma un aumento del total de años de educación para la población de 15-24 años, de 7,2 años promedio, en 1992, a 9,3 años en 2008. No obstante, se hace referencia al impacto que el conflicto armado tiene en la educación, vía reclutamiento de menores, o desplazamiento forzado (Rodríguez, 2010).
Por otro lado, el PNUD presentó un informe de los ODM, por los resultados alcanzados tempranamente en materia de educación básica, con más de una década de antelación. Colombia para el 2013 contaba con el 105% de cobertura bruta en educación básica, frente al 78% de educación media. Por otra parte, Colombia cumplió de manera anticipada también con la meta de repitencia, quedando en 2,1%, por debajo de la meta de 2,3% de los CONPES 91 y 140 (PNUD, 2015).
En 2013, el gobierno de Colombia expuso que había cumplido dos de las metas establecidas en el CONPES 91, que fueron la cobertura en la educación básica, y la disminución de la repetición. En el caso de la tasa de cobertura bruta de la educación media, se encontraba en el 75,5% en 2012, buscando alcanzar el 93% a 2015. No obstante, en 2011, debido a un trabajo de depuración de los datos de la matrícula descendió su tasa (DNP, 2013).
En 2018, el gobierno colombiano elaboró el CONPES 3918, como estrategia para alcanzar los ODS, partiendo de una revisión de los logros de los ODM, registrando un alcance total del 88,2% en el objetivo 2; destaca el alcance anticipado de la cobertura bruta; además, los
9.78 años de escolaridad en la población de 15-24 años. En el caso del objetivo 4 de los ODS, centra su atención en el indicador de la tasa de cobertura en educación superior, partiendo del 49,4% en 2015, fijando como metas trazadoras el 57% a 2018 y 80% en 2030 para el país (DNP, 2018).
El DNP respecto al objetivo 4, “Educación de Calidad”, busca aumentar la cobertura del Programa de Alimentación Escolar (PAE), para llegar a 2 millones de niños con educación inicial, además, pasar de 5,3 millones a 7 millones de estudiantes que accedan al PAE para el 2022 (DNP, s.f.). Finalmente, en Colombia, el alcance de la paz promete ser un ingrediente para que esa nación realice avances más destacables en la carrera por el desarrollo sostenible, considerando que tiene efectos tanto sociales como presupuestales, aunque, dependerá de la voluntad política de sus gobernantes.
Para el caso de Uruguay, el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS) en 2009 en su informe de los ODM, destaca que Uruguay tempranamente había alcanzado la universalización de la educación primaria, por lo que decidieron ir más allá, planteándose el desafío de universalizar la educación inicial (población de 3 a 5 años), de igual forma el primer ciclo de secundaria, así como expandir la educación secundaria superior (CNCPS, 2009).
El avance de la meta propuesta en la educación inicial universal, singular de este país, paso del 50,5% en 1991, al 77,5% en 2008, pretendiendo alcanzar la cobertura total en 2015. Respecto de la secundaria básica no se habían registrado cambios importantes entre 1991-2008, manteniéndose próxima al 70% en la tasa neta. La asistencia a la educación media superior en 1991 registraba el 44,1%, mientras que en 2008 se redujo al 38,8%. Como resultado de este informe esa nación se planteó algunas estrategias para avanzar en la consecución de las metas (CNCPS, 2009).
La ONU expone los logros y tareas para el cumplimiento de los ODM en Uruguay la tasa neta de matrícula primaria fue del 97,8% en 2007. Además, de los que ingresaron al primario, el 94.4% logró culminar en 2006. Por otro lado, la alfabetización de la población joven fue del 99%, destacándose por ser de los más altos en la región (ONU, 2010b).
Cabe agregar que, en cuanto a las tasas de egreso del ciclo superior entre 1991-2007 fueron, del 36,5% al 37,5%, lo anterior muestra escasos avances. Además, la tasa de finalización de la educación media superior, de los 21-22 años, por quintiles, muestra una dinámica inequitativa donde el quintil más pobre culmina en un 7,8%; mientras que, el quintil más rico lo hace con el 70% (ONU, 2010b).
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), dice que, en 2013, los niños de 5 años su educación, está garantizada en cerca del 98% en todos los quintiles. Por otra parte, para ese mismo año, la tasa neta de asistencia de jóvenes de 12-14 años fue del 75,6%. El porcentaje de jóvenes de 15-17 años que asisten al ciclo alto es del 49,7% (UNICEF, 2014).
En cuanto a la educación media básica, el porcentaje de estudiantes de 12-14 años del quintil más bajo asiste en un 65%, mientras que, el quintil más rico fue del 90%. En el caso de los jóvenes de 15-17 años; en edad de recibir educación media superior, el panorama es similar, del quintil inferior solo el 24% asiste, entre tanto, del quintil superior el 80% recibe esta educación; en cuanto a educación media superior, la población de 21-22 años, lo finalizó en un 37,7% (UNICEF, 2014).
La Presidencia de Uruguay (2019a), publica la información de los ODS con la marca “Uruguay suma valor”, el país busca centrar su esfuerzo en que una buena parte de la población adulta esté debidamente alfabetizada. En ese sentido para julio del 2019 en Uruguay la alfabetización asciende al 98,6% de la población.
La asistencia al sistema Escolar en 2017 fue del 99,5% en lo niños de 6-11 años; en el grupo de 12-14 años asisten en un 97,1%. En cuanto a los jóvenes de 15-17 años, asisten el 86%, finalmente, del grupo de jóvenes entre 18-25 años asisten el 41,6%. Es pertinente destacar que, el 100% del personal docente se encuentra capacitado y titulado (Presidencia de la República Oriental del Uruguay, 2019b).
Por otro lado, Uruguay presenta los retos que tienen pendientes, como universalizar la culminación de la educación media, cerrar las brechas entre los distintos grupos socioeconómicos en acceso a la educación, e incrementar las competencias de los estudiantes en educación media básica, consolidar el acceso de sectores poblacionales históricamente excluidos al sistema educativo terciario (Afrodescendiente, rural, discapacitados, entre otros) (Presidencia de la República Oriental del Uruguay, 2019b).
La situación por la pandemia del COVID-19 presentó un reto adicional, pues la respuesta de la mayoría de los Estados fue desocupar las instituciones educativas, trasladando el escenario educativo a los hogares por medio de tecnologías de comunicación e información (TIC). No obstante, una considerable cantidad de la población carece de instrumentos y servicios que les conecte a la red. En ese sentido, la meta 9c de los ODS, busca que las naciones se esfuercen por el acceso universal a internet a 2020. Según lo publicaba la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo especializado de la ONU para las tecnologías de la información y la comunicación, para el 2018, el 51,2% de la población mundial tendría acceso a internet.
A partir de lo anterior, los ODM marcaron el inicio de una agenda hasta 2015, y en realidad no debería terminar en 2030 con los ODS. Por cuanto, estos últimos comprometieron al mundo a impulsar un desarrollo integral, prestando atención a los sectores menos favorecidos, para incluir a todos y todas, considerando la educación como una ineludible base de construcción de un mundo mejor, para la mejora en la calidad de vida de los pueblos.
2. Metodología
Es un estudio de tipo cuantitativo descriptivo, enfocado desde el ingreso al primer grado del secundario hasta el último, lo anterior se obtiene con los registros de las matrículas educativas de los 5 países. A su vez, trabajando con las proyecciones de población quinquenales, de la Comisión Económica Para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2019), las cuales se desagregan en edades simples, con el paquete PAS, del Census Bureau de Estados Unidos (1994).
La UNESCO expone que, el secundario se divide en dos tramos, según la Clasificación Internacional Normalizadora de la Educación (CINE). En este sentido, el primer ciclo que es el secundario bajo (CINE 2). El segundo tramo de la educación secundaria, es denominado como alto (CINE 3). Lo anterior, se utiliza para comparar la dinámica que acontece en los cinco países seleccionados (UNESCO, 2011).
Para el procesamiento de los registros administrativos, se realiza una homogenización de 6 años de educación secundaria, con el fin de equiparar los cinco países. En este sentido, para procesar los indicadores educativos se trabaja con la edad escolar promediada en dos años simples de la siguiente forma: para el primer grado escolar se promedian las edades simples de 11 y 12 años, para el segundo año escolar las edades de 12 y 13, en el tercer año de 13 y 14 años, en el cuarto año de 14 y 15, el quinto de 15 y 16, mientras que para el último año escolar se toma el promedio de tres edades que son 16,17 y 18 años. Lo anterior debido a que no todos entran con la misma edad a un grado académico y permanecen con la misma edad. De manera que, el ciclo bajo comprende las edades de 11-14 años, el ciclo alto, va de los 14-18 años, finalmente, el ciclo total va de los 11-18 años.
Respecto a los indicadores del secundario, lo son la Tasa Bruta de Matrícula (T.B.M): es necesario contar con el total de matrículas del ciclo, la cual se divide entre la población en edad teórica para este ciclo académico y se multiplica por 100. La Tasa de Promoción (T.P): consiste en dividir la cantidad de estudiantes matriculados en un grado superior entre los estudiantes matriculados de un grado inferior y se multiplica por 100. La Tasa de Abandono o desgranamiento interanual (T.A): es la proporción entre los estudiantes que estaban en el año anterior y no se matricularon al año consecutivo; las tres tasas anteriores se abordaran para los ciclos denominados bajo, alto y el total de la secundaria (UNESCO, 2009).
Por otro lado, en los distintos países existen distintas particularidades. En primer lugar, en Argentina, hay una totalidad de 12 años escolares entre la primaria y secundaria, (Ley N-26.206 del 2006), el nivel primario y secundario tienen 6 años escolares cada uno.
En Bolivia, la educación básica se cursaba en 8 años, la secundaria tenía 4 años, para un total de 12 años escolares. Cabe destacar que la nueva (Ley N-070, del 2010), igualó los dos ciclos en 6 años cada uno, de igual forma los datos de los registros administrativos, presentados por el Ministerio tenían tal división.
Brasil cuenta con 8 años de educación básica y 3 años posteriores denominados ensino medio; en ese sentido se tomaron las matrículas de los tres últimos años del nivel básico y los tres subsiguientes del ensino medio, para un total de seis años de secundaria, con la intención de homogenizar el análisis entre los países.
Por su parte, Colombia tiene seis grados académicos, conocidos como bachillerato, el cual se divide en dos tramos. El primero de cuatro años llamado secundario, los otros dos años son denominados educación media, este país solo tiene datos del 2005 al 2014. Finalmente, en Uruguay, el sistema escolar del secundario cuenta con seis años de estudio. Donde los primeros cuatro años son de formación común y los restantes dos años, son un ciclo de orientación. En este orden de ideas, en el procesamiento de los datos se analizarán en el periodo del 2005-2017 debido a la disponibilidad y equiparación de los datos de los cinco países, se debe decir que ningún país publica la desagregación de los repitentes ni reinscritos, solo matriculados, por lo tanto, solo se procesan los indicadores enunciados anteriormente (UNESCO, 2009).
3. Resultados
Este apartado detalla la dinámica del secundario en los dos ciclos denominados bajo y alto, por la UNESCO, de igual forma analiza qué acontece en tres grados académicos que son: (1-3-6), que estarían en concordancia al ciclo bajo y alto, se debe recalcar que los datos de Colombia solo están hasta el 2014.
Fuente elaboración propia a partir de: Datos de los Ministerios de Educación de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Uruguay, entre el 2005-2017. Proyecciones de población de CELADE 1950-2100.
Nota: Brasil y Uruguay solo datos a nivel nacional no por sexo. Entiéndase que las líneas inferiores a 82% son las T.P.
El comportamiento que se detalla en la Tasa Bruta Matrícula (T.B.M) para el primer grado fluctúa entre el 88% al 116%, en los cinco países. Mientras que, la T.B.M por sexo esta entre el 89% al 117% para los tres países con datos desagregados. Se puede decir que el ingreso al primer grado del secundario está garantizado, esto indirectamente dice que el logro del nivel primario es altamente efectivo, como se mencionó en los antecedentes.
Sin embargo, esta dinámica no es la única del secundario, se debe analizar quienes han logrado llegar al último grado escolar, para lo cual la Tasa de Promoción (T.P) muestra dicho progreso. Cabe decir, que esta tasa pertenece al mismo año calendario, además, este indicador fluctúa entre el 44% al 75% en los cinco países, mientras que por sexo en los tres países con datos varía entre el 35% al 81%.
A nivel nacional se destaca que Argentina tiene una tasa de inscripción de hombres levemente superior a las mujeres del primer grado cercana a los 2 puntos porcentuales (P.P), sin embargo, las mujeres son quienes logran una tasa más elevada de promoción en el último año en más de 10 P.P. Respecto de Bolivia tiene una dinámica similar donde los hombres están con una pequeña mayoría en el primer grado, sin embargo, en la tasa de promoción la diferencia crece año tras año y llega a 10 P.P.
En Colombia las mujeres en una primera instancia se inscribían más que los hombres para el primer grado, pero esta tendencia cambio y los hombres tienen una tasa más elevada, cabe decir que, según la tasa de promoción de las mujeres, son quienes más logran llegar al último año con una diferencia cercana a los 15 P.P. respecto de los hombres. Finalmente, se puede afirmar que las mujeres logran un mayor egreso del secundario que los hombres, en los tres países estudiados.
La Tabla 2, expone la T.B.M, el ciclo bajo comprende las edades de 11-14 años, el ciclo alto, va de los 14-18 años, finalmente, el ciclo total va de los 11-18 años como se mencionó anteriormente. Se debe recordar que, el ciclo bajo y alto comprenden cada uno tres grados, mientras que el total son los 6 grados académicos. En ese orden de ideas, cuando se observa el ciclo bajo de Argentina, Colombia y Uruguay la T.B.M. crece año tras año, mientras que Bolivia fluctúa en los 12 años de análisis, pero, al final su tasa desciende; finalmente, en Brasil la tasa es fluctuante, con tendencia decreciente.
Respecto del ciclo alto en Argentina, Colombia y Uruguay sucede igual que el ciclo bajo, donde su tasa aumenta año tras año. Respecto a Bolivia muestra una tendencia al alza en contrario a la dinámica del ciclo bajo que era fluctuante. Referente a Brasil la dinámica del ciclo alto tiene la misa tendencia decreciente, como sucedió con el ciclo bajo. Es pertinente decir que, el secundario tiene dos dinámicas, la primera está en la matriculación y retención del ciclo bajo con una T.B.M. en promedio del 96% en los cinco países, sin embargo, la segunda dinámica, del secundario, es totalmente contraria, la cual está marcada por realidad del abandono, en promedio en los cinco países la T.B.M. es del 67%, es decir, una diferencia cercana a los 30 P.P. entre los dos ciclos en los cinco países estudiados durante el periodo 2005 al 2017.
Fuente elaboración propia a partir de: Datos de los Ministerios de Educación de Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Uruguay, entre el 2005-2017. Proyecciones de población de CELADE 1950-2100.
Cuando se habla de desgranamiento o abandono, se muestra una realidad, la cual es que el Estado no pudo respaldar el derecho a la educación en los Niños, Niñas y Adolescentes; no obstante, los países han mejorado en la retención del estudiantado, lo cual implica un descenso directo en el abandono. Como se mencionó anteriormente, la tasa de abandono son los estudiantes que no logran matricularse al siguiente año académico, en el presente caso se aborda este indicador por años calendario.
El abandono en los cinco países es muy similar, debido a que grado escolar tras grado escolar aumenta la deserción, sin embargo, a medida que avanzan los años (2005-2017), este índice disminuye en los cinco países. Respecto del grado 3/1 son los estudiantes que entraron al secundario y están a mitad del secundario (ciclo bajo), en todos los países desciende el abandono en 3 P.P., mientras que, en Uruguay bajó en cerca de 7 P.P. Por otra parte, en el grado 6/4 para Argentina y Bolivia decrece la tasa en cerca 10 P.P, por su parte en Brasil y Colombia el descenso es de 6 P.P.; mientras que Uruguay solo decrece en 2 P.P, es decir, presenta una mayor deserción que los otros países.
Finalmente, para el grado 6/1 que representa a quien entra al primer grado y llega al último grado, la tasa de deserción de Bolivia presenta el descenso más marcado con 20 P.P., seguida por Brasil con 10 P.P, después Argentina con 6 P.P. y Colombia con 5 P.P., para el caso de Uruguay su tasa no varió sino 1 P.P, todo lo anterior para el periodo de 12 años entre el 2005 al 2017 en los cinco países.
La Tabla 3 muestra la cantidad de estudiantes matriculados según el año académico y el año calendario, por gestión. En el caso de Bolivia y Brasil los datos solo son a nivel total. Con la información del cuadro se puede obtener algunas tasas como el desgranamiento, la promoción, índice de gestión y el crecimiento de la matrícula. Respecto de la tabla 4, son las proyecciones de estudiantes que deberían estar matriculados al 2030, año de finalización de los compromisos de los ODS.
En este orden de ideas, al analizar la tabla 3 con la 4, se deben mirar las matrículas totales, no por sexo o gestión. Asimismo, en los cinco países existe una sobre matriculación o repitencia para el primer año académico al comparar los años 2005, 2010, 2017 de la tabla 3, con los futuros estudiantes de los años 2021, 2026, 2030, tal como se puede ver en la figura 1 donde la T.B.M. es superior al 100% tanto por sexo como a nivel nacional en algunos países.
El crecimiento anual, se refiere a cuál fue el avance de la matrícula en comparación al mismo grado del año anterior. De igual forma se presenta el incremento total desde el 20052017, para el caso de Colombia es del 2005-2014 por la ausencia de datos ya expuesta con precedencia.
En los cinco países se detallan grandes diferencias en su dinámica en el crecimiento entre el 2005-2017. A nivel general el secundario en Argentina creció más en su matrícula que los demás países, seguido por Bolivia. Respecto de la dinámica de Brasil, tienen una pérdida constante de la matrícula año tras año, mientras que Colombia creció en los primeros años y luego decreció en los últimos años. En Uruguay, existe una dinámica inestable, donde en un año decrece y en el otro crece, en ese sentido, casi permaneció estable durante los 12 años abordados. Todo lo anterior amplía el panorama del comportamiento de la matrícula del secundario.
Se puede observar que el ultimo grado del secundario, es decir, el sexto en todos los países tiene el crecimiento más elevado que los demás grados, para todo el periodo estudiado.
Lo anterior, puede ser un indicador que el aumento de la retención o la reinserción de los estudiantes es para culminar los estudios del nivel secundario. A pesar que en Brasil siempre decreció la matrícula, en el grado sexto se presentó en menor medida dicha tendencia.
La figura anterior es un complemento a la información de la (figura 1, figura 2 y la tabla 3), debido a que muestra cómo desciende la cantidad de estudiantes en cada grado académico. De igual forma evidencia cómo la promoción es muy baja en los países seleccionados como se mostró en la (figura 1). En ese orden de ideas, la culminación o promoción de los estudiantes del secundario para el 2005 era del 51% en promedio, para el 2010 fue del 50%, finalmente, en 2017 el promedio de graduados fue del 59%, ello por el crecimiento de Bolivia y Brasil. Es decir, que un poco más la mitad de los estudiantes pueden culminar sus estudios de secundario en los cinco países.
4. Discusiones
En primera instancia, se debe recordar que a pesar que los datos censales son diferentes a los registros administrativos por las edades escolares, no obstante, los censos dan pautas de la dinámica educativa del nivel secundario, de manera que, la tasa total censal en Argentina 2010 fue del 67.65%, la T.B.M. para el mismo año fue 86.7%. En Bolivia la tasa total censal 2012 fue 89.53% y la T.B.M. fue del 81.9%. En Brasil la tasa total censal 2010 fue del 72.17% y la T.B.M. fue del 84.5% (Ver tabla 1 y 2).
Para el caso de Colombia la tasa total censal del 2018 fue del 76.49% mientras que en 2014 la T.B.M fue del 79%; finalmente en Uruguay la tasa total censal del 2011 fue del 52.61% la T.B.M del 2012 fue 71.9%. Todo lo anterior muestra que las tasas censales están por debajo de las T.B.M. en los cinco países, ello por la composición de las edades y el nivel académico. No obstante, los registros administrativos dan una pauta más completa del comportamiento de los datos del nivel secundario (Ver tabla 1 y 2).
Por otra parte, existe una continuidad del crecimiento de la matrícula en Argentina, Bolivia, Colombia como lo señalan (Barrera, 2014; DINIECE, 2007; MEB, 2004), esto es semejante a los hallazgos (Ver tabla 5), en los tres países mencionados se evidencia como creció la matrícula a nivel general para el presente milenio.
Referente a la meta propuesta en Argentina (PNUD, 2015) donde todos los estudiantes deben culminar el secundario, dicha meta está lejos de ejecutarse debido a que el abandono supera más del 40%, y la T.B.M para el ciclo alto es inferior al 80% (Ver tabla 2 y figura 2).
El Ministerio de Educación de Bolivia (2015a) expone que la tasa neta (12-17 años), fue del 83,93%. Para el mismo año, la T.B.M. total es de 84.2% (Ver tabla 2), Lo anterior, demuestra que el país, presenta diferencias, debido a que la T.B.M considera a todos los matriculados, aun los que no son del rango etario educativo; no obstante, hay proximidad con los hallazgos del presente estudio.
El Ministerio de Educación Boliviano (2015a) muestra que la cantidad de abandonos, entre el 2005 al 2014, pasó de 80.525 a 49.845, es decir una diferencia de unos 61 puntos porcentuales (P.P.), mientras que, el desgranamiento entre los mimos años no descendió más de 55 P.P., cuando se observa la (figura 2 y 3). Sin embargo, existe una afinidad en la tendencia de los datos del Ministerio y del presente análisis.
Respecto a Brasil, la presidencia (2014a) dice que, en 2012, los estudiantes de 12 años, estaban en un 81% entre el grado sexto y séptimo. Tal como se mencionó en la metodología, en Brasil el grado 6 (es el primero de secundario), para homogenizar la comparación con los demás países. Por lo anterior, la tasa bruta para el primer año del secundario (Ver figura1), del 2012 fue del 100%, en ese sentido, evidencia una dinámica símil al entender que la tasa bruta es superior a la neta.
La meta propuesta por Brasil en el PNE 2014-2024, es tener una tasa neta del 85% del secundario alto. No obstante, al analizar las tasas brutas (Ver tabla 2), el ciclo alto del 20052017 ha decrecido en casi en 10 P.P en su T.B.M, por lo cual, este indicador está bastante lejos su meta, debido a que la TBM en 2017 fue del 84.5%, (recuérdese que, la TBM no toma en cuenta a los estudiantes en edad la teórica, sino las edades a nivel general), por ello, el gigante sudamericano debe cambiar la dinámica de deserción de los últimos 12 años.
En 2005 Colombia se planteó en el CONPES 91, llegar al 100% en 2015 en su T.B.M del ciclo bajo, y en el ciclo alto una tasa del 93%. Según los datos analizados (Ver tabla 2), en Colombia del 2005-2014, la tasa del ciclo bajo para el 2014 fue del 96.6%, es decir que se acercó a lo planteado para los ODM. Pero en el ciclo alto, la tasa fue del 61,6%, muy por debajo de lo acordado.
En 2015 el PNUD, registró en Colombia una tasa bruta del 78% en educación media en 2013; del procesamiento de datos 2005-2014 se observó que, la tasa bruta en 2013 fue del 79,6% para ese mismo año. Esto permite evidenciar que los hallazgos presentados por el PNUD se asemejan a los encontrados en el desarrollo del documento, no obstante, esa entidad, no refleja otra realidad del tránsito del ciclo bajo al ciclo alto, donde existe un abandono mayor al 30% (Ver tabla 2 y figura 2).
Según los organismos Estatales de Colombia (DNP 2013a), la deserción entre el 20022012 fue de 3.7 P. P. siendo la tasa de abandono del 4.3% para el 2012. No obstante, la dinámica del secundario (Ver figura 2), muestra que el abandono entre 2005-2012, llega a ser superior al 50% entre el primer y último grado.
Por otra parte, la meta propuesta por Uruguay (CNCPS, 2009) de universalizar el ciclo bajo para 2015. Fue cercana a su objetivo debido a que la T.B.M se ubicó en el 89.7% (Ver tabla 2), ello indica una proximidad a la meta pese a que el país no tenía como prioridad el ciclo bajo, sino la educación primaria.
La UNICEF (2014) reportó en Uruguay la asistencia de neta del 75,6% para el ciclo bajo y el 49,7% para el ciclo alto en 2013. En el procesamiento de los datos (Ver tabla 2), se muestra que la T.B.M fue del 90,5% y 53,6% (entiéndase que la tasa bruta es más elevada que la tasa neta) respectivamente muy cercano a los resultados del texto. Sin embargo, esta entidad dice que el egreso del ciclo alto fue del 65,1%, pese a ello, los resultados (Ver figura 2), muestran lo contrario donde el abandono entre el primer y último año fue del 56.3%, ello sígnica que 44 de cada 100 estudiantes lograron culminar este nivel.
Con base en los distintos informes tanto estatales como privados, se observa una tendencia general a presentar algunos resultados robustos, alejados de la dinámica educativa, donde, entre el primer y último grado del secundario, en los cinco países existe un abandono promedio del 30% entre el 2005 al 2017. Por tanto, esta realidad se opone directamente a los distintos compromisos Estatales, tanto a nivel internacional, como a nivel interno.
Agregando a lo anterior, el paso del primario al primer año del secundario (ONU, 2010a), demuestra que el promedio de la T.B.M. de los cinco países es del 104%. No obstante, la promoción o el egreso entre el primer y último año del secundario es del 55% en el periodo 2005-2017 (Ver figura 1, 2 y 3). Por lo tanto, se puede hablar de una garantía en el ingreso al nivel secundario, pero, no de la permanencia y culminación del mismo.
5. Conclusiones
Entendiendo que, los países deben cumplir lo planteado por ellos mismos en torno a garantizar el derecho a la educación, la deserción es uno de los problemas más importantes a resolver, de lo contrario los futuros indicadores crecerán, pero no en sintonía a los objetivos trazados por cada país. Por lo tanto, la tabla 4 detalla una aproximación del como deberán estar los registros administrativos unos años antes del 2030. No obstante, si a futuro las tendencias siguen como muestra la tabla 3, de ninguna manera se podrá hablar del logro en materia educativa del nivel secundario de los ODS.
En ese orden de ideas, el ultimo grado académico, es decir, el sexto grado en los cinco países muestra un decrecimiento de los estudiantes que se inscribieron en relación al primer grado (Ver tabla 3 y figura 3), por lo tanto, los Estados deben garantizar que el 100% de los estudiantes que ingresan puedan terminar sus estudios. En ese sentido, para el año 2017 los estudiantes terminaron en promedio en un 60% el secundario en los cinco países. Además, las proyecciones de población (Ver tabla 4), muestran que entre el primer y el último grado escolar, la población en edad escolar oscila entre un 2% y un -2%, es decir, no tienen cambios significativos para los años 2021, 2026, 2030 en los cinco países.
De modo que, a partir del 2018 las tasas de promoción en los cinco países obligatoriamente deberían aumentar en promedio en cerca del 3% anualmente, esto para que, en doce años, es decir, en el 2030 se pueda hablar de la garantía de la educación como derecho y como meta de los ODS del nivel secundario. Es de clarificar que, el mayor esfuerzo de los Estados debe estar enfocado a los últimos años del secundario (ciclo alto), debido a que en los primeros años escolares las tasas de inscripción están cercanas al 100% como se mostró anteriormente. Finalmente, en los distintos índices, Bolivia presentó mayores adelantos que los otros países, mientras que Uruguay, registró muy pocos avances en relación a sus pares. No obstante, a pesar de las metas propuestas entre los ODM-ODS, el abandono en el secundario debería ser un eje clave, de lo contrario, esta dinámica permanecerá sin cambios estructurales. Lo anterior, con la finalidad de acceder al sistema de educación superior, porque, al mismo solo accederán quienes logren terminar el secundario; destacando que las tasas de abandono del secundario del ultimo grado oscilan entre el 30% y el 50% en los cinco países para el 2017.
Sin olvidar que el ingreso al nivel superior requiere implícitamente unos costos económicos tanto para las familias como para los alumnos, asimismo, los estudiantes deben permanecer dentro del sistema educativo, es decir, superar las tendencias de abandono del nivel anterior (secundario), recalcando que, el derecho a la educación superior o universitaria, debe ser gratuito y de calidad.
Agradecimientos
El presente documento fue financiado por El Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) de Argentina y por el Instituto Académico Pedagógico de Ciencias Sociales (IAPCS) de la Universidad Nacional de Villa María, (UNVM) Córdoba- Argentina, con ocasión de la beca Doctoral del autor Christian José Barajas Archila.
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Notas de autor
*Correspondencia: Christian Barajas Archila. Correo electrónico: ramonero_1986@hotmail.com.