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EDITORIAL
CÉSAR AUGUSTO GARCÍA-UBAQUE
CÉSAR AUGUSTO GARCÍA-UBAQUE
EDITORIAL
Tecnura, vol. 21, núm. 52, pp. 11-12, 2017
Universidad Distrital Francisco José de Caldas
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Investigación

EDITORIAL

CÉSAR AUGUSTO GARCÍA-UBAQUE
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Colombia
Tecnura, vol. 21, núm. 52, pp. 11-12, 2017
Universidad Distrital Francisco José de Caldas

El uso sustentable del agua se define como “el uso de agua que permite sostener a una sociedad para que perdure y se desarrolle en un futuro indefinido sin alterar la integridad del ciclo hidrológico y de los ecosistemas que dependan de él” (Gleick et al., 1996, citado por Cervera, 2007). El seguimiento a la sostenibilidad del uso del agua es fundamental para orientar la gestión pública y privada del recurso hídrico, para garantizar el suminis­tro de este recurso natural y la sostenibilidad del mismo (Posada et al., 2005). La oferta hídrica neta hace referencia al agua que el hombre puede llegar a usar para sus diferentes usos como: agricultura, industria, doméstico, recreación o bienes y servicios. (Samboni et al., 2011). Esta oferta se ve cada día más afectada por las actividades humanas, las cuales dis­minuyen su suministro. La determinación de la calidad de un cuerpo de agua usualmente se lleva a cabo por medio del análisis de una cantidad grande de indicadores que normalmente se expresan en diferentes rangos, distintas unidades y tienen diferente comportamiento en términos de la relación entre concentración e impacto (Damo & Icka, 2013).

Por ello, es de suma importancia conocer los índices de calidad de agua (ICA) para poder proponer un nuevo índice que se ajuste a las condicio­nes ambientales de los ecosistemas de Bogotá y de sus ríos, para la toma de decisiones e implementación de políticas públicas ambientales. Los ICA fueron propuestos inicialmente por Horton en 1965 (García, 2012), a partir de la década de 1970 estos índices adquieren importancia en la evaluación del recurso hídrico; su uso es cada vez más popular para identificar las tendencias integradas a cambios de la cali­dad del agua (Torres et al., 2010). Muchos países a nivel mundial han desarrollado diferentes ICA que permiten evaluar la calidad del agua. Según Cervera (2007), los indicadores son desarrollados a partir de un modelo sistemático que incorpora los componentes principales de un sistema sustentable.

Numerosas investigaciones se han realizado a cerca de los ICA. El trabajo realizado por Torres (et al. 2010) reúne información pertinente de los ICA en fuentes superficiales donde realiza una comparación de las ventajas y limitaciones de los ICA, junto con la evolución de los mismos; además aplica estos ICA orientados al uso de la fuente para consumo humano (Torres et al., 2010). Por otro lado, los intentos para lograr construir un índice que permita calificar la calidad del agua tienen bastante historia; por ejemplo, existe información de que en Alemania, en 1848, ya se realizaban algunos intentos para relacionar la presencia de organismos biológicos con la pureza del agua (Benez et al., 2010).

Uno de los índices para medir la calidad de aguas superficiales es el índice holandés de valoración de la calidad para los cuerpos de agua superficiales. El índice se basa en la obtención de un puntaje de acuerdo a varios parámetros analizados: la demanda bio­química de oxígeno (DBO5), el oxígeno disuelto (OD) y el nitrógeno amoniacal (N-NH4+) (Calvo-Brenes, 2013).

Históricamente los ICA han sido una herramienta importante para el control de la contaminación de los cuerpos de agua. Hacia la última década del siglo XX se dieron importantes avances en su aplicación en las distintas entidades gubernamentales encargadas de hacer seguimiento y control al recurso hídrico, con el fin de conocer inicialmente el efecto de la cantidad de carga orgánica como contaminante principal (Del Saz et al., 2011). A medida que se tienen avances en los procesos industriales, donde se desarrollan y emplean nuevas sustancias químicas entre los años de 1960 y 1970 en los países industrializados, los ICA tienen mayor relevancia como medida del estado de contamina­ción del recurso hídrico en diferentes países (Brenes & Molina, 2012).

Aunque se tiene conocimiento de que desde años atrás con la revolución industrial ya se empleaban técnicas de medida de la contaminación del agua, solo hasta 1965 se propone inicialmente por Horton el empleo de un ICA. Posteriormente, en 1970, la Fundación Nacional de Sanea­miento de los Estados Unidos (NSF) desarrolló un nuevo índice que denominó WaterQualityIndex (WQI), que en la actualidad es uno de los más uti­lizados por las entidades en los Estados Unidos (Gallego et al., 2010). Hacia 1987, en los Estados unidos se desarrollaron otros índices: NSF- WQI y el ICA Danius. A partir de éstos, en otros países se han hecho modificaciones para su uso en la evaluación y control del re­curso hídrico, de acuerdo a las características ambientales de sus ecosistemas y del agua (Aguirre et al., 2008). Finalmente, con la creación de la comunidad europea, se propone un nuevo ICA universal el cual llamaron UWQI, para evaluar la calidad y potabilidad de aguas superficiales, donde se emplean 12 parámetros fisicoquímicos. En México y Latinoamérica, muchos de estos ICA han sido adaptados a las condiciones de sus sistemas hídricos para ser uti­lizados como medida de evaluación y control del recurso hídrico (Aragüés,. 2011).

Un índice de calidad de agua es aquel que se obtiene mediante parámetros adicionados en una fórmula matemática. Al valor resultante se le atribuye un valor cualita­tivo en un rango determinado (Benavides et al., 2008). Es una herramienta que permite de forma sintetizada, clara y sencilla, comprender las implicaciones generales de la información de parámetros monitoreados por las entidades en los procesos de seguimiento, evaluación y control de las fuentes de agua (Betancourt et al., 2012). En Colombia desde el año 2007 se ha venido utilizando el índice de riesgo de la calidad del agua para el consumo humano IRCA establecido en la resolución Colombiana No 2115 de 2007,

EDITORIAL

The sustainable use of water is defined as “the use of water that permits to sustain a society so it lasts and develops indefinitely in the future, but without altering the integrity of the hydrological cycle or its depending ecosystems” (Gleick et al., 1996, quoted by Cervera, 2007). In order to understand this, it is necessary to comprehend some facts. In first place, the net water supply refers to the amount of water that humans can use in activities as agriculture, industries, domestic activities, and general services (Samboni et al., 2011); however, human activities affect and diminish this supply. Second, monitoring the sustainable use of a hydrological resource is essential to guide the management (both public and private) in order to guarantee the supply and sustainability of this natural resource (Posada et al., 2005). Third, the quality of a body of water can be determined by the analysis of many indicators. These indicators are usually expressed in different ranges and units, and they have a different behavior depending on the relationship between concentration and impact (Damo & Icka, 2013).

Therefore, it is of utmost importance to understand the Water Quality Indices (ICA, for its acronym in Spanish), so it is possible to suggest a new index for decision-making and the implementation of environmental public policies; this proposed index must adjust to the environmental conditions of the ecosystems present in Bogota and its rivers. These indices (ICA) where proposed by Horton in 1965 (García, 2012), and by the 1970’s they gained importance in the evaluation of hydrological resources. They are becoming more popular to identify trends related to changes in water quality (Torres et al., 2010). Many countries worldwide have developed Indices to assess the quality of water; and, according to Cervera (2007), these indices are carried out from a model incorporating the main components of a sustainable system.

Furthermore, many researches on ICA had been carried out through the decades. For example, the works by Torres (et al., 2010) gathers relevant information on ICA applied in shallow sources; it makes a comparison of the advantages and the restraints of these indices, and a summary of their historical evolution. In addition, it applies these ICA to the human use of the source. On the other hand, there is information about investigations implemented in Germany 1848, to connect the presence of biological organisms to the purity of water (Benez et al., 2010). In particular, one index design to assess the quality of shallow waters is the Dutch index of quality assessment for surface water bodies. This index is obtained by scoring several analyzed parameters: the biochemical demand of Oxygen (DBO5), the dissolved oxygen (OD), and the ammoniac nitrogen (N-NH4+)(Calvo-Brenes, 2013).

According to history, water quality indices have been and important tool for the control of pollution in water bodies. Towards the last decade of the 20th century, government entities made significant progress in the application of indices for the tracing and control of hydrological resource, so to know the effect of the amount of organic mass as the main pollutant (Del Saz et al., 2011). Later in the 1960s and 1070s, as industrial processes are developed (where new chemical substances are developed and used in industrialized countries), the ICA became more relevant as a measure of contamination of the water resource in the different countries (Brenes & Molina, 2012).

It is known that with the Industrial Revolution, there were techniques to assess the contamination of water; however, as told before, it was in 1965 when Horton suggested using an index as a measure of contamination. Later, in 1970, the National Sanitation Foundation (NSF) design a new index called WaterQualityIndex (WQI), which nowadays is one of the most used in the United States (Gallego et al., 2010); and in 1987, they also implemented other indices: the NSF-WQI and the ICA Danius. From these, other countries have made modifications for their use in the evaluation and control of water resources according to the environmental characteristics of their own ecosystems and water (Aguirre et al., 2008). Finally, with the creation of the European Community, a universal ICA was proposed and called UWQI; this index assessed the quality and edibility of superficial waters, and it used 12 physiochemical parameters. On their part, Mexico and Latin America have adapted many of these indices to the conditions of their hydrological systems in order to be used as a way to evaluate and control the hydrological resource (Aragües et al., 2011).

A water quality index is obtained from various parameters in a mathematical model; the result is associated with a qualitative value within a determined range (Benavides et al., 2008). It is a tool that allows comprehending the general implications of the information resulting from the processes of monitoring, evaluation and control of water sources (Betancourt et al., 2012). Since 2007, Colombia has been using the Water Quality Risk Index (IRCA) established in the Colombian resolution Nº 2115 from 2007,

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