Sección regular
Victimización sexual de niños, niñas y adolescentes chilenos: prevalencia y características asociadas
Child Sexual Victimization Among Chilean Children and Youth: Prevalence and Characteristics
Victimización sexual de niños, niñas y adolescentes chilenos: prevalencia y características asociadas
Revista de Psicología, vol. 28, núm. 2, pp. 20-31, 2019
Universidad de Chile. Facultad de Ciencias Sociales
Recepción: 24 Junio 2019
Aprobación: 05 Diciembre 2019
Resumen: El objetivo de la presente investigación es determinar la prevalencia de victimización sexual y características asociadas, en una muestra nacional de niños, y adolescentes chilenos. Se trabajó con datos secundarios de la Encuesta Nacional de Polivictimización (2017). La muestra fue de tipo probabilístico e incluyó a 19.684 participantes entre 12 y 18 años (M = 14,7, DT = 1,59) de todas las regiones de Chile continental. Los participantes respondieron una adaptación del Juvenile Victimization Questionnaire (JVQ) que evalúa diferentes formas de violencia. Para este estudio únicamente se consideraron siete ítems referidos a victimización sexual. Los resultados muestran que el 26,4% reporta al menos un tipo de victimización sexual a lo largo de su vida y que el 16,7% reporta al menos una victimización sexual durante los últimos 12 meses. Análisis de regresión logística muestran mayor probabilidad de sufrir victimización sexual en las mujeres, en adolescentes de mayor edad, provenientes de colegios de menor nivel socioeconómico y de regiones. Además, la probabilidad fue mayor en migrantes, en participantes pertenecientes a minorías étnicas y en aquellos con alguna discapacidad. Se discuten estos resultados en vías de la visibilización de la magnitud de la victimización sexual infantojuvenil y de la generación de estrategias de prevención.
Palabras clave: victimización sexual, abuso sexual, prevalencia, infancia, Chile.
Abstract: The aim of this research was determining the prevalence and characteristics of sexual victimization in a national sample of Chilean children and youth. We worked with secondary data of Encuesta Nacional de Polivictimización (2017). The sample was probabilistic and included 19,684 participants between 12 and 18 years (M = 14.7, SD = 1.59) from all regions of Chile. The participants answered an adapted version of the Juvenile Victimization Questionnaire (JVQ) to assess different forms of violence, however, for the present study only seven items related to sexual victimization were considered. The results show that 26.4% report at least one type of sexual victimization throughout lifetime and 16.7% report at least one sexual victimization during the last 12 months. Logistic regression analysis showed higher probability of sexual victimization in women, older adolescents, students from lower socioeconomic level schools and cities outside Santiago (capital). In addition, the probability was greater in migrants, in participants belonging to ethnic minorities and in those with some disability. These results are discussed the magnitude of this issue of child and adolescent sexual victimization and to promote generation of prevention strategies.
Keywords: sexual victimization, sexual abuse, prevalence, childhood, Chile.
Introducción
El tema de la victimización sexual de niños, niñas y adolescentes genera un alto interés público y científico debido a las consecuencias que ocasionan estas agresiones en la salud física y mental de la población (Cyr, Clèment, & Chamberland, 2014; Delano, 1998; Mulugeta, Kassaye, & Berkhane, 1998). En ese contexto, determinar la magnitud de este problema y conocer las características asociadas a este fenómeno es una tarea fundamental para orientar las políticas públicas en su prevención y erradicación.
Durante las últimas dos décadas los estudios internacionales han estimado la prevalencia/vida de victimización sexual infantil entre 8% y 31% en mujeres y entre 3% y 17% en hombres, evidenciando una alta variabilidad en las cifras (Barth, Bermetz, Heim, Trelle, & Tonia, 2012). Esta variabilidad ocasiona dos problemas elementales, ya que, la falta de datos precisos y contextualizados dificulta el diseño de programas específicos de prevención, e impide la comparación entre cifras regionales e internacionales (Mathews & Collin-Vezina, 2017). A este respecto, se han identificado dos problemas metodológicos principales, que posiblemente influyen en la variabilidad de las cifras de prevalencia de victimización sexual. El primero de ellos, se relaciona con la definición de victimización sexual infantil utilizada en cada estudio. Por ejemplo, algunos de estas investigaciones han estimado la victimización sexual basándose en definiciones de abuso sexual hacia la infancia, considerando el contacto físico entre la víctima y el agresor ( Pereda, 2016 ); otras investigaciones han utilizado definiciones de abuso sexual que no consideran el contacto entre víctima y agresor (Pereda, Guilera, Forns, & Goméz-Benito, 2009), influyendo este hecho en la obtención final de resultados. Los especialistas en el área han sugerido la pertinencia de incluir en los trabajos sobre abuso sexual infantil, un concepto amplio que recoja todas las formas de violencia sexual que pueden afectar a niños, niñas y adolescentes, y no limitarlas a un solo tipo de violencia sexual, como, por ejemplo, el abuso sexual con contacto (Mathews & Collin-Vézina, 2017). Si bien no existe una definición única de victimización sexual, podemos en-tenderla como la integración de todas las formas de violencia interpersonal vinculadas al área de la sexualidad que pueden sufrir niños, niñas y adolescentes ( Finkelhor, 2007 ). En esa línea, tipos de victimización sexual son: el abuso sexual (intrafamiliar-extrafamiliar), el intento y la violación sexual consumada, el estupro, el acoso verbal sexual, el exhibicionismo, la victimización sexual electrónica y la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes, entre otros.
Un segundo factor atribuible a la variabilidad de la prevalencia de victimización sexual son las características de las muestras estudiadas; la mayoría de los estudios de prevalencia de victimización sexual han utilizado muestras de adultos victimizados en la infancia, entrevistándolos años o décadas después del evento, situación que metodológicamente es compleja, debido al proceso natural del olvido y los mecanismos mediante los que se procesan los eventos traumáticos, como codificación, almacenamiento, recuperación, distorsión y supresión (McNally, Clancy, & Schachter, 2001). Para corregir esta limitación, existe consenso entre los investigadores de que la mejor forma de disminuir este sesgo es a través de la entrevista a los propios niños, niñas y adolescentes, consignando sus propias voces y autorreportes, y considerando los aspectos éticos relacionados (Becker-Blease & Freyd, 2006; Carroll-Lind, Chapman, Gregory, & Maxwell, 2006), como el derecho de niños, niñas y adolescentes a ser oídos y vivir una vida libre de violencia, incluso al interior de sus familia.
En Chile, los estudios sobre victimización sexual son escasos. Al término de este trabajo, se encontraron solo seis artículos sobre prevalencia y características de victimización o abuso/agresión sexual hacia niños, niñas y adolescentes, publicados en revistas científicas de revisión por pares.
El primero de ellos es el de Vizcarra Larrañaga y Balladares Gutiérrez (2003 ) realizado en Temuco, con una muestra de 700 adultos jóvenes universitarios entre 17 y 38 años. En los resultados del estudio, se registró la prevalencia del abuso sexual infantil en 14,3%. En este trabajo se utilizaron dos preguntas para indagar las experiencias de abuso sexual en la infancia: cuando eras menor de 12 años ¿alguien te involucró en conductas sexuales? Y ¿alguna persona te obligó a tener actividad sexual cuando tenías más de 12 años? Además, se identificó que las mujeres presentaron abusos sexuales con mayor frecuencia que los varones. Asimismo, la mayoría de los episodios ocurrieron cuando la víctima tenía entre siete y diez años, con una frecuencia de una a dos veces a lo largo de la vida. La mayoría de los agresores eran hombres, tenían entre 12 y 18 años, y pertenecían al contexto extrafamiliar.
El segundo estudio es de Lehrer, Lehrer, Lehrer, y Oyarzún (2007) quienes realizaron un estudio de prevalencia de victimización sexual infantil en 445 mujeres (media de edad 19 años) universitarias de Santiago de Chile. Esta investigación reportó que 21% de las participantes sufrió algún tipo de agresión sexual antes de los 14 años, y el 31% informó haber experimentado varias formas de victimización sexual después de los 14 años. La prevalencia de victimización sexual fue de 25% entre las participantes que habían presenciado violencia intrafamiliar y del 19% entre los que no habían presenciado.
Otro estudio realizado por Lehrer, Lehrer, y Oyarzún (2009) con una muestra de 484 mujeres y 466 varones universitarios de Santiago dio cuenta de una prevalencia de victimización sexual (a partir de los 14 años) de 20,7% en mujeres y de 9,2% en hombres. Además, se identificó que el 92,5% de los agresores tenían un vínculo con la víctima o pertenecían al con-texto intrafamiliar (pololo, pareja, amigo, profesor o miembro de la familia). Las preguntas para indagar en la victimización fueron: antes de los 14 años ¿alguien te llevó a tener sexo en contra de tu voluntad?; antes de los 14 años ¿alguna vez tuviste alguna otra forma de experiencia sexual no deseada, como besos forzados, tocaciones, etc.?; antes de los 14 años ¿en algún momento fuiste testigo de violencia entre tus padres u otras personas que te criaron? (Por ejemplo, golpes, cachetadas, etc.).
Otras investigaciones se han centrado ex-clusivamente en muestras masculinas. Por ejemplo, una investigación de Lehrer, Lehrer, y Koss (2013) con una muestra de 416 hombres universitarios de Santiago entre 17 y 30 años, reportó que el 20,4% sufrió experiencias sexuales no deseadas (incluidos abuso sexual y violación) a partir de los 14 años, y que el 9,4% sufrió estas experiencias antes de los 14 años. La mayoría de los agresores pertenecían al contexto extrafamiliar.
En la misma línea, Pinto-Cortez, Pereda Beltrán, y Chacón Fuertes (2017), en una muestra comunitaria de 464 hombres jóvenes en el norte de Chile (entre 18 y 42 años), estimaron la prevalencia de abuso sexual en 8,4% antes de los 18 años. Se les consultó a los participantes: ¿sabe usted de alguien que haya sufrido abusos sexuales?; ¿ha sido usted víctima de abusos sexuales cuando era niño? Este estudio también evaluó otros tipos de maltrato, como abuso emocional (30,8%), negligencia (11,6%) y abuso físico (3%), encontrando como factores de riesgo del abuso sexual haber vivido en condiciones de hacinamiento y haber experimentado otros tipos de malos tratos. En esta investigación, se identifico que la mayoría de los agresores eran varones, entre 21 y 30 años y que pertenecían al contexto extrafamiliar de la víctima. Las principales formas de agresión fueron los tocamientos o caricias por debajo de la cintura.
A pesar de que los trabajos mencionados utilizan diferentes definiciones de victimización sexual (unas más restringidas que otras) todos ellos tienen la principal limitación de las investigaciones con muestras de adultos, como el posible sesgo, en los reportes de las experiencias de victimización.
En contraposición, un trabajo que se destaca por utilizar una muestra de niños y adolescentes y una definición amplia de victimización sexual es el trabajo de Pinto-Cortez, Pereda, y Álvarez-Lister (2017), quienes, a través de una muestra de 706 adolescentes de Arica entre 12 y 17 años (M = 15, DE = 1,32), identificaron una prevalencia/vida de victimización sexual de 15,9% (13,3% hombres; 18,4% mujeres) y una prevalencia año (12 meses previos a la realización del estudio) de 9,9% (7,8% hombres; 12,0% mujeres). Además, reportaron que, para ambos periodos de tiempo, la victimización sexual fue significativamente mayor en mujeres que en hombres, y en adolescentes menores de entre 12 y 14 años. Las características y porcentajes asociados a la victimización sexual considerando la prevalencia/vida fueron: agresión/abuso sexual por adulto conocido (6,4%), agresión/abuso sexual por adulto desconocido (5,1%), agresión/abuso sexual por pares (5,2%), violación incluidos intentos (4,8%), exhibicionismo (79%), y acoso sexual verbal (6,4%). Las características y porcentajes asociados a la prevalencia de victimización sexual en el año previo al estudio fueron: agresión/abuso sexual por adulto conocido (1,7%), agresión/abuso sexual por adulto desconocido (2,1%), agresión/abuso sexual por pares (1,1%), violación incluidos intentos (2,7%), exhibicionismo (3,7%), y acoso sexual verbal (3,7%). Sin embargo, este estudio tiene dos limitaciones: la primera es que no consideró el estupro como forma de victimización sexual hacia niños y adolescentes, y la segunda es que se realizó solo en una región del norte de Chile, disminuyendo su representatividad nacional.
Dado lo expuesto, los datos aportados dan cuenta de vacíos en la investigación académica sobre victimización sexual infantil en Chile. Primero, escasez de estudios que aborden este tema. Segundo, las definiciones de abuso sexual que se han utilizado son variadas, y en algunos estudios son más restrictivas que en otros. Tercero, la mayoría de los trabajos se han realizado con muestras de adultos de forma retrospectiva. Y cuarto, el estudio que considera una definición amplia de victimización sexual y el propio reporte de los niños se realiza solo en una región de Chile. Por lo que estos antecedentes destacan la pertinencia y relevancia de desarrollar la presente investigación.
En relación con lo anterior, el objetivo de la presente investigación es determinar la prevalencia de la victimización sexual y sus características asociadas, en una muestra nacional de niños, niñas y adolescentes chilenos. Los objetivos especificos son 1) estimar la prevalencia/vida de victimización sexual en una muestra nacional de niños, niñas y adolescentes; 2) estimar la prevalencia/puntual (12 meses previos a la realización del estudio) de victimización sexual (estupro, acoso sexual verbal, exhibicionismo, agresión/abuso por pares, agresión/abuso por adultos conocido, agresión/abuso por adulto desconocido, y violación) en una muestra nacional de niños, niñas y adolescentes; 3) examinar las características asociadas al tipo de victimización sexual (año, frecuencia, características del agresor, lugar, vínculo con el agresor); 4) establecer factores de riesgo asociados (sexo, edad, discapacidad fisica, inmigración, área geográfica, tipo de establecimiento educacional) a la victimización sexual infantojuvenil (año). Con esto se pretende profundizar el análisis de esta variable reportada preliminarmente en el informe oficial de la Encuesta Nacional de Polivictimización, ENP ( Consejo Nacional de Infancia, 2018 ).
Método
Participantes
Se trabajó con datos secundarios provenientes de la ENP (2017), realizada por la Subsecretaría de Prevención del Delito y el Consejo de Infancia y Adolescencia de Chile. El universo corresponde a todos los niños, niñas y adolescentes chilenos que entre 12-18 años estimado en 2.723.800 ( Unicef, 2012 ) de los cuales el 98,2% está inscrito en la educación básica y el 86,4% en le educación media. La muestra fue de tipo probabilístico e incluyó a 19.684 niños, niñas y adolescentes entre 12 y 18 años (M = 14,7; DT = 1,59) de todas las regiones de Chile continental. Sobre las características de la muestra: 49,4% eran varones, 96,3% de los niños participantes nacieron en Chile, 5,0% es hijo/a de madre nacida en otro lugar, y 15,5% se autoidentificó como perteneciente a un pueblo originario. Respecto a condiciones específicas, 3,1% reportó presencia de una limitación física permanente.
Instrumentos
El cuestionario utilizado fue una adaptación del Juvenile Victimization Questionnaire (JVQ; Finkelhor, Hamby, Ormrod, & Turner, 2005), desarrollado por el Crimes Against Research Center de la University of New Hamsphire, Estados Unidos. El cuestionario adaptado tiene 34 ítems que evalúan diferentes formas de violencia que afectan a la infancia, los cuales se agrupan en seis módulos de evaluación: victimización por delitos comunes, victimización por cuidadores, victimización por pares y/o hermanos, victimización sexual, victimización indirecta (violencia comunitaria), y victimización electrónica.
Para los efectos del presente estudio se utilizó únicamente el módulo de victimización sexual, el cual evalúa siete formas específicas de violencia sexual hacia la infancia: estupro (¿has tenido prácticas sexuales con una persona mayor de 18 años con tu consentimiento?); acoso sexual verbal (¿alguien ha herido tus sentimientos diciendo o escribiendo alguna cosa sexual sobre ti o sobre tu cuerpo, sin contar que te haya pasado por internet, el celular u otros medios electrónicos?); exhibicionismo (¿alguien te ha obligado a mirar sus partes íntimas utilizando la fuerza o mostrándolas por sorpresa?); abuso sexual por parte de pares (¿algún niño, niña o adolescente te ha obligado o forzado a hacer cosas de carácter sexual?); abuso sexual por parte de desconocidos (¿algún adulto EXTRAÑO ha tocado o intentado tocar tus partes íntimas sin que estuvieras de acuerdo o te ha obligado a tocarle sus partes íntimas?); abuso sexual por parte de conocidos (¿algún adulto que CONOCÍAS ha tocado o intentado tocar tus partes íntimas sin que estuvieras de acuerdo o te ha obligado a tocarle sus partes íntimas?); y violación o intento de violación (¿alguien te ha obligado a tener relaciones sexuales completas CON PENETRACIÓN o ha intentado hacerlo?). El formato de res-puesta ofrece categorías dicotómicas (Sí, No). El instrumento consulta sobre experiencias acontecidas durante de toda la vida y el año previo al estudio (últimos 12 meses). Además, el instrumento utilizado consulta por otros elementos asociados a la victimización (agresor, vínculo con el agresor, lugar donde ocurrió el abuso). El JVQ ha demostrado buenas propiedades psicométricas en estudios de validación en Estados Unidos (Finkelhor et al., 2005 ), China (Chan, Fong, Yan, Chow, & Ip, 2011; Cheng et al., 2010) y España (Forns, Kirchner, Soler, & Paretilla, 2013). En Chile, se han obtenidos coeficientes de omega de: ,781 para el módulo delitos comunes; ,701 para victimización por cuidadores; ,69 para victimización por pares/hermanos; ,88 para el módulo de victimización sexual; ,70 para victimización indirecta; y ,47 para victimización electrónica (Pinto-Cortez et al., 2017 ).
Procedimiento
La aplicación de la ENP fue ejecutada por el Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile mediante licitación pública. Dicho estudio se llevó a cabo en el último trimestre del año 2017 y fue financiado por la Subsecretaría de Prevención del Delito y el Consejo de Infancia y Adolescencia de Chile. Posteriormente, las bases de datos fueron liberadas para uso público, especialmente para su uso secundario por parte de instituciones académicas del Estado de Chile. Según lo in-formado, los participantes del estudio fueron estudiantes de 7° básico a 3° medio de 699 establecimientos educacionales de las 15 regiones de Chile, matriculados en todas las dependencias administrativas. La aplicación se llevó a cabo durante el horario de clases de los estudiantes, permaneciendo en la sala un evaluador calificado sin el profesor tutor. Para salvaguardar aspectos éticos, el estudio original se desarrolló con base en los principios de la declaración de Helsinki. Además de pasar por un comité de expertos de las instancias gubernamentales involucradas. Se solicitó la autorización de los padres, a través de los establecimientos educacionales, además del asentimiento informado de los propios niños, niñas y adolescentes para participar en la investigación. Conjuntamente, se informó a los participantes que la contestación del cuestionario era voluntaria, y que podían interrumpirlo en cualquier momento si así lo decidían. Sin embargo, como el cuestionario consulta sobre experiencias que pueden constituir delitos, se diseñó un protocolo de acompañamiento a través de los equipos psicosociales de cada establecimiento educacional. En total se recibieron 19.867 encuestas, pero se trabajó con 19.684, por motivos de legibilidad o contestación incompleta de los cuestionarios.
Análisis estadísticos
Una vez obtenidos los permisos formales para el uso de las bases de datos, los datos se ingresaron y analizaron en el programa SPSS en su versión 22 y en el programa Jamovi. En primer lugar, se realizó un análisis descriptivo en el que se calculó la prevalencia de victimización sexual a lo largo de la vida y en los 12 meses previos al estudio. Luego, se calculó la frecuencia con que los participantes habían experimentado cada una de las siete formas de victimización sexual durante los últimos 12 meses. Adicionalmente se describen algunas características de las experiencias abusivas ocurridas durante los 12 meses previos al estudio como frecuencia, grupo etario del agresor, lugar donde ocurrió la agresión y vínculo con el agresor. Cabe señalar, que estas características no se obtuvieron en el caso de experiencias de victimización ocurridas a lo largo de la vida.
En segundo lugar, para estimar la asociación entre la victimización sexual y características asociadas a la victimización se realizaron análisis de regresión logística multivariado para predecir la probabilidad de cada una de las siete formas de victimización sexual. En cada análisis de regresión se incluyeron como predictores el sexo, edad, dependencia del establecimiento educacional, origen del NNA (migrante o no migrante), origen étnico, discapacidad y zona de residencia.
Resultados
Análisis descriptivo
Se aprecia que el 26,4% de los participantes reporta al menos un tipo de victimización sexual a lo largo de su vida. La proporción de mujeres que reportan al menos un tipo de victimización sexual en la vida es significativamente mayor a la de varones (31,8% vs. 20,8%; χ2(1) = 16905,698; p < 0,01). Por su parte, el 16,7% de los participantes reporta al menos una victimización sexual durante los últimos 12 meses, observándose mayor prevalencia en las mujeres en comparación a los varones (19.8% vs. 13.6%; χ2(1) = 7326,614; p < 0,01).
La tabla 1 muestra información detallada sobre la prevalencia en la vida y durante los últimos 12 meses de cada una de las siete formas de victimización sexual evaluadas en este estudio, así como información respecto del contexto en el que ocurrieron los abusos (agresor, vínculo con el agresor y lugar donde ocurrieron los abusos). Como se aprecia en la tabla, la prevalencia de victimización sexual en la vida varía entre el 2,6% para violación y el 10,3% para acoso sexual verbal. Por su parte, la prevalencia de victimización en los últimos 12 meses lo hace entre 0,9% para abuso sexual cometido por un adulto conocido y 7,7% para estupro.
En el caso particular del acoso sexual verbal se aprecia que la mayoría de los agresores serían otros menores de edad de ambos sexos. En el caso del exhibicionismo y la violación también se aprecia que el agresor más frecuente es otro menor de edad (de sexo masculino), seguido de un adulto de sexo masculino y de otro menor de edad de sexo femenino. La mayoría de los participantes de este estudio reporta que el agresor sexual sería una persona conocida, pero que no vive con ellos, seguido de un extraño. El abuso cometido por personas que viven en el mismo hogar sería lo menos frecuente, según lo reportado por los participantes. Respecto del lugar donde ocurren los abusos, no se aprecia una tendencia clara, existiendo variedad de contextos donde ocurre el abuso sexual, pero que tiene en común, ser ambientes conocidos por la víctima (casa, colegio, barrio).

Análisis de regresión logística
Para tener una visión más detallada de la relación de factores que aumentan la probabilidad de sufrir cualquiera de los siete tipos de victimización sexual durante los últimos 12 meses, se realizaron análisis de regresión logística para cada uno de los tipos de abuso sexual.
La tabla 2 muestra los coeficientes de regresión (ß) y el error estándar de cada una de las variables independientes en las siete formas de victimización sexual. Como se puede ver en dicha tabla, los resultados son consistentes en cuanto a la influencia de las variables independientes. Específicamente se aprecia que el sexo es una variable que predice de forma significativa la victimización sexual en cual-quiera de sus formas. En todos los casos las mujeres tienen mayor probabilidad de sufrir abusos sexuales que los varones.
Por otro lado, se aprecia que la edad también es un factor que aumenta la probabilidad de sufrir abusos sexuales. Si bien, la magnitud de los coeficientes de correlación varía entre las siete formas de victimización sexual evaluadas, en todas ellas se aprecia que, a mayor edad, mayor es la probabilidad de haber sufrido victimización sexual en los últimos 12 meses.
También se observa que la inmigración y la dependencia socioeconómica de los establecimientos educacionales se asocian a la probabilidad de sufrir abusos sexuales. La probabilidad de sufrir cualquiera de las formas de victimización sexual evaluadas en esta investigación es mayor en los adolescentes inmigrantes respecto de los no inmigrantes y en los adolescentes de colegios municipales o particulares subvencionados (relacionados con familias con menores ingresos) en comparación con los que asisten a colegios privados. También se aprecia mayor probabilidad de sufrir victimización sexual en personas pertenecientes a pueblos originarios y en adolescentes con algún tipo de discapacidad. Por último, se aprecia que la victimización sexual es más probable en adolescentes de las macrozonas norte, centro y sur, en comparación con la Región Metropolitana.

Discusión
El objetivo del presente estudio fue determinar la prevalencia de victimización sexual (a lo largo de la vida y en el año previo a la realización del estudio), además de las características y los factores de riesgo asociados a este tipo de violencia. Para cumplir este propósito, se utilizaron los datos secundarios de la ENP (Subsecretaría de Prevención del Delito, 2017). Los resultados obtenidos son alarmantes, dado que evidencian que el 26,4% de los participan-tes reporta al menos un tipo de victimización sexual a lo largo de su vida y el 16,7% señala haber sufrido al menos un tipo de agresión sexual en el año previo al estudio. Estas cifras son mayores que las entregadas por estudios chilenos previos (Lehrer et al., 2007 ; Pinto-Cortez et al., 2017; Vizcarra Larrañaga & Balladares Gutiérrez, 2003).
Considerando las cifras previas y comparándolas con los resultados del presente trabajo, podría conjeturarse erróneamente que las cifras de victimización sexual han aumentado en Chile. Sin embargo, esa aseveración es arriesgada, ya que los estudios previos sobre abuso sexual en Chile se han focalizado en evaluar prácticamente un solo tipo de victimización sexual (abuso sexual), a diferencia del presente estudio, que incluyó un amplio espectro de conductas que afectan la sexualidad de niños, niñas y adolescentes. Además, el presente estudio consideró si las agresiones fueron cometidas por adultos o adolescentes. En ese contexto, los estudios anteriores sobre abuso sexual infantil realizados en Chile evaluaban este fenómeno a través de una sola pregunta, refiriéndose principalmente al abuso sexual con contacto por parte de figuras agresoras adultas (Lehrer et al., 2007 ; Pinto-Cortez et al., 2017; Vizcarra Larrañaga & Balladares Gutiérrez, 2003). Por lo que estos aumentos en las cifras de victimización responden a una variación metodológica, que, siguiendo estándares internacionales de investigación, es actualizada, sensible y apropiada para evaluar este tipo de violencia (Mathews & Collin-Vézina, 2017). Esta variación metodológica es relevante de considerar para conducir estudios futuros, ya que la dimensión del problema de la violencia sexual hacia niños, niñas y adolescentes va más allá de considerar solo el abuso sexual como forma de violencia sexual.
De los resultados generales se puede apreciar la gravedad del fenómeno, su alta prevalencia y su vigencia. No solo se da cuenta de un alto porcentaje de adolescentes que han vivido abusos en su vida, sino que muchos los han sufrido de manera frecuente y los siguen viviendo en el último tiempo de sus vidas. Esto hace resaltar la necesidad de realizar evaluaciones periódicas en la población infantojuvenil para detectar casos de victimización sexual y poder generar instancias de intervención y prevención del abuso y de sus consecuencias adversas (Saywitz, Mannarino, Berliner, & Cohen, 2000).
En general, los resultados de los análisis descriptivos son coherentes con los de estudios previos (Guerra & Farkas, 2015; Lehrer et al., 2009). No obstante, llama la atención el alto porcentaje de casos en agresiones como el acoso sexual verbal y el exhibicionismo, donde se reporta que el agresor es otro menor de edad. Esto contrasta con los resultados de estudios anteriores que han mostrado mayor tendencia al abuso cometido principalmente por hombres adultos (Vizcarra Larrañaga & Balladares Gutiérrez, 2003; Lehrer et al., 2009; Pinto-Cortez et al., 2017). Lo anterior es un hallazgo que vale la pena ser profundizado. Una de las posibles explicaciones para este resulta-do inesperado es que justamente en las preguntas que se incluyeron en el cuestionario del presente estudio se consideró la victimización por pares. Este punto es relevante, ya que investigaciones en el contexto internacional han constatado que entre el 30% y el 50% de los abusos sexuales a niños son cometidos por otros menores de edad (Barbaree & Langton, 2006; Keelan & Fremouw, 2013; Lowenstein, 2006 ). En esa línea las agresiones cometidas por menores son un fenómeno que requiere de una atención considerable, dada la gravedad de estos (Benedicto, Roncero, & González, 2017).
Por su parte los resultados de los análisis de regresión logística dieron cuenta de una mayor probabilidad de sufrir cualquiera de los distintos tipos de abuso sexual en las mujeres, en comparación con sus pares varones. Este resultado es altamente consistente con la literatura previa que muestra mayor prevalencia de abuso sexual en mujeres (Barth et al., 2012; Pereda et al., 2009; Pinto-Cortez et al., 2017; Vizcarra Larrañaga & Balladares Gutiérrez, 2003). En estas investigaciones previas ya se ha hipotetizado que la socialización de género puede ser una variable que explique estos mayores índices de victimización sexual en las mujeres. Las prácticas culturales basadas en valores tradicionales como el machismo en Latinoamérica (Eggleton, 2018), contribuyen a una representación de la mujer basada en la objetivación y cosificación sexual por parte de un segmento de la población masculina, lo que repercute en una mayor transgresión de los límites personales e íntimos de las mujeres, constituyéndose en prácticas agresivas sistemáticas. Un ejemplo concreto de ello es la reciente develación, en Chile, de la red www.nido.org, una organización compuesta por agresores que se dedicaban a ejecutar un amplio rango de agresiones hacia niñas, adolescentes y mujeres jóvenes, incluso en contextos comunitarios. Las acciones iban desde la reproducción de fotografías (tomadas en la calle y sin consentimiento) hasta presuntos secuestros y agresiones.
A su vez los resultados dan cuenta de mayor probabilidad de sufrir abusos sexuales en adolescentes mayores, lo que es coherente con la teoría de la victimología del desarrollo ( Finkelhor, 2007 ), la cual sostiene que, a medida que aumenta la edad, los adolescentes van acumulando un mayor número de victimizaciones en su vida, lo que implica, además, que este efecto acumulativo ocasione daños a nivel neurobiológico, cognitivo y afectivo (Ford, Wasser, & Connor, 2011).
También se aprecia que adolescentes de contextos más vulnerables (minorías étnicas, migrantes, contextos de menores recursos, discapacidad física) son los que mayor probabilidad tendrían de sufrir abusos sexuales. Estos hallazgos son coincidentes con estudios previos. Por ejemplo, Pavez-Soto (2016 ) explica la alta incidencia del abuso sexual en niñas inmigrantes residentes en Chile, debido a su situación de exclusión y subordinación asociada a su condición de inmigrantes. Entre los niños inmigrantes habría menor conexión con el sistema de protección social (sobre todo en casos en que estén indocumentados), sus padres tendrían trabajos más precarios, vivirían en condiciones de hacinamiento, etc. Todas situaciones que se han asociado previamente al riesgo de sufrir abuso sexual en la infancia.
Por otra parte, y en consonancia con los resultados de la presente investigación, se ha reportado un mayor riesgo de sufrir abusos sexuales en personas con discapacidad debido a la alta situación de vulnerabilidad que presentan, por ejemplo, exposición a un número mayor de cuidadores que el resto de la población, menor capacidad para reconocer conductas como abusivas, mayor aislamiento social y menos herramientas para reportar los abusos a las autoridades (Giménez-García, Gil-Llario, Ruiz-Palomino, & Díaz Rodríguez, 2017).
Algo similar ocurre en el caso de las minorías étnicas. Si bien en el presente estudio se identificó la etnia como factor de riesgo, otra investigación realizada en el norte de Chile (Pinto-Cortez, Flores-Jara, Pereda, & Guerra, 2019) no encontró diferencias significativas entre niños, niñas y adolescentes aymara y no aymara respecto a la victimización, pero sí respecto a la intensidad de los síntomas postraumáticos. Cabe destacar que en la investigación en el norte de Chile solo se trabajó con la etnia aymara, por lo que se analizó con mayor profundidad el rol de determinada etnia en la victimización infantil, lo que podría explicar las diferencias entre ambas investigaciones. Igualmente, estos datos aportan a aclarar en alguna medida la compleja relación entre etnia y violencia, la cual sin duda debe seguir profundizándose.
Distintos autores advierten que son los factores asociados a la pobreza y a la exclusión social los que hacen más probable el abuso y no una condición intrínseca de las personas pobres o de las minorías sociales ( Krujit, 2008 ). Esto podría relacionarse con dos aspectos en los resultados obtenidos. Uno tiene que ver con la dependencia del establecimiento educacional, ya que se obtuvo que los NNA de colegios subvencionados y municipales (asociados a familias de menos ingresos) presentan mayor probabilidad de sufrir victimización sexual. El otro es que los niños que viven en provincias presentan mayor riesgo de sufrir victimización sexual que los que viven en la capital. Desde este punto de vista habría que poner atención a los factores asociados a la marginalidad que inciden en la victimización de menores vulnerables. Esto es altamente relevante en Chile donde existen altos niveles de pobreza y donde en los últimos años se ha diversificado la población. Resulta de especial relevancia considerar el riesgo de abuso sexual en NNA migrantes, de minorías étnicas y sociales, ya que por la situación de mayor precariedad en la que residen se haría más probable que se vean expuestos a abuso sexual y a otros tipos de violencia ( Pavez-Soto, 2016 ).
Entre las limitaciones del presente estudio, cabe destacar que, a pesar de haber evaluado un amplio rango de conductas de victimización sexual, igualmente se dejaron fuera otras expresiones de la violencia sexual, por ejemplo, las agresiones sexuales que ocurren en el mundo virtual, como grooming online, sexting, entre otras. Tampoco se midieron otras variables que pudieran ser de interés para este estudio: nivel de ingresos de los participantes, educación de los padres o daño psicológico en las víctimas desde un modelo dimensional de psicopatología infantojuvenil (síntomas internalizantes y externalizantes). Aunque en la encuesta original se consultó por el tipo de familia con la cual vivía el NNA, la codificación de este aspecto no permitió profundizar los análisis, lo que también puede considerarse una limitación del presente trabajo. Otra limitación es el diseño de estudio, ya que no se puede establecer causalidad con un diseño transversal.
En conclusión, se puede señalar que la victimización sexual de niños, niñas y adolescentes es un problema de gran magnitud en Chile. En esa línea, los diferentes tipos de victimización sexual son eventos que se presenta desde etapas tempranas de la vida de NNA chilenos, las cuales son cometidas con frecuencia y en episodios recurrentes, en ambientes conocidos por las víctimas y perpetradas mayoritariamente por personas conocidas y menores de edad. En esa misma línea, si bien la victimización sexual afecta tanto a niños como a niñas, las mujeres tienen un mayor riesgo de padecerla. Asimismo, los niños migrantes, los adolescentes mayores (15-18 años), los que presentan alguna discapacidad, quienes estudian en colegios subvencionados y municipales, y viven en regiones distintas a la Metropolitana presentan mayor probabilidad de sufrir agresiones sexuales.
La presente investigación aporta un mayor nivel de conocimiento sobre la prevalencia, las características asociadas y los factores de riesgo asociados a la victimización sexual en niños, niñas y adolescentes chilenos. Ello tiene importantes implicancias prácticas de cara a identificar los grupos de riesgo al interior del colectivo infantojuvenil, así como para la elaboración de programas de prevención específicos de la violencia sexual. Conocer los factores de riesgo constituye un elemento fundamental para la detección precoz de la victimización sexual, con las posibilidades de prevención e intervención que ello conlleva. Por ejemplo, desarrollar acciones de prevención focalizadas y permanentes con grupos específicos: niñas, adolescentes mayores, migrantes, sujetos en situación de discapacidad, de regiones y de establecimientos de menores ingresos económicos. Adicionalmente, la información aportada por la presente investigación puede ayudar a los profesionales del área clínica, médica y psicosocial a situar sus intervenciones tomando en cuestas las particularidades y el amplio rango de matices que constituyen las agresiones sexuales contra niños, niñas y adolescentes.
Agradecimiento
Agradecimientos a la Subsecretaria de Prevención del Delito del Ministerio del Interior de Chile, al Consejo Nacional de Infancia de Chile y al Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Referencias bibliográficas
Barbaree, H., Langton, C. (2006). The effects of child sexual abuse and family environment . En Barbaree, H., Marshall , W (eds.);The Juvenile Sex Offender. (58-76). New York, New York: The Guilford Press
Barth, J., Bermetz, L., Heim, E., Trelle, S., Tonia, T.(2013). "The current prevalence of child sexual abuse worldwide: A systematic review and meta-analysis". International Journal of Public Health. 58 (3), 469-483. Recuperado de https://doi.org/10.1007/s00038-012-0426-1
Becker-Blease, K., Freyd, J.(2006). "Research participants telling the truth about their lives: The ethics of asking and not asking about abuse". American Psychologist. 61 (3), 218-226. Recuperado de https://doi.org/10.1037/0003-066X.61.3.218
Benedicto, C., Roncero, D., González, L.(2017). "Agresores sexuales juveniles: tipología y perfil psicosocial en función de la edad de sus víctimas". Anuario de Psicología Jurídica. 27 (1), 33-42. Recuperado de https://doi.org/10.1016/j.apj.2016.05.002
Carroll-Lind, J., Chapman, J., Gregory, J., Maxwell, G.(2006). "The key to the gate keepers: Passive consent and other ethical issues surrounding the rights of children to speak on issues that concern them". Child Abuse & Neglect. 30 (9), 979-989. Recuperado de https://doi.org/10.1016/j.chiabu.2005.11.013
Consejo Nacional de Infancia (2018). Análisis Multivariable de Estudio Polivictimización en Niños, Niñas y Adolescentes realizado por la Pontificia Universidad Católica de Chile . Chile. Recuperado de https://bit.ly/2POfgzY
Chan, K., Fong, D., Yan, E., Chow, C., Ip, P.(2011). "Validation of the Chinese Juvenile Victimisation Questionnaire". Hong Kong Journal of Paediatrics. (16), 17-24. Recuperado de https://bit.ly/2M2HnKA
Cheng, P., Cao, F., Liu, J., Chen, Z., Dong, F., Kong, Z., Li, Y.(2010). "Reliability and validity of Chinese self-report ver-sion of Juvenile Victimization Questionnaire in middle school students". Chinese Journal of Clinical Psychology. 18 (4), 460-462. Recuperado de https://bit.ly/2rJDi7q
Cyr, K., Clément, M., Chamberland, C.(2014). "Lifetime prevalence of multiple victimizations and its impact on children’s mental health". Journal of Interpersonal Violence. 29 (4), 616-634. Recuperado de https://doi.org/10.1177/0886260513505220
Delano, L., (1998). Sexual abuse and violence in sub-Saharan Africa. Advocates for Youth . Washington, District of Columbia: Advocates for Youth
Eggleton, M., (2018). No so Macho, Macho Man: Effects of machismo culture on women in Latin America .
Finkelhor, D. (2007). Developmental victimology . En Davis, R., Luirigio, A., Herman , S (autor.);Victims of crime (3er ed.). (9-34). Thousand Oaks, California: Sage Publications
Finkelhor, D., Hamby, S., Ormrod, R., Turner, H.(2005). "The Juvenile Victimization Questionnaire: Reliability, validity, and national norms". Child Abuse & Neglect. 29 (4), 383-412. Recuperado de http://dx.doi.org/10.1016/j.chiabu.2004.11.001
Ford, J., Wasser, T., Connor, D.(2011). "Identifying and determining the symptom severity associated with polyvictimization among psychiatrically impaired children in the outpatient setting". Child Maltreatment. 16 (3), 216-226. Recuperado de https://doi.org/10.1177/1077559511406109
Forns, M., Kirchner, K., Soler, L., Paretilla, C.(2013). "Spanish/Catalan version of the Juvenile Victimization Questionnaire (JVQ): Psychometric properties". Anuario de Psicología. 43 (2), 171-187. Recuperado de https://bit.ly/2rSxHvq
Giménez-García, C., Gil-Llario, M., Ruiz-Palomino, E., Díaz Rodríguez, I.(2017). "Abuso sexual y discapacidad intelectual: cómo identifican y valoran la experiencia las personas con discapacidad intelectual y los profesionales que les atienden". Revista INFAD de Psicología. 4 (1), 129-136. Recuperado de http://doi.org/cmdm
Guerra, C., Farkas, C.(2015). "Sintomatología en víctimas de abuso sexual: ¿Son importantes las características “objetivas” del abuso?". Revista De Psicología. 24 (2), 1-19. Recuperado de http://dx.doi.org/10.5354/0719-0581.2015.38013
Keelan, C., Fremouw, W.(2013). "Child versus peer/adult offenders: A critical review of the juvenile sex offender literature". Aggression and Violent Behavior. 18 (6), 732-744. Recuperado de https://doi.org/10.1016/j.avb.2013.07.026
Krujit, D.(2008). "Violencia y pobreza en América Latina: los actores armados". Pensamiento Iberoamericano. (2), 55-70. Recuperado de https://bit.ly/2PtEkNV
Lehrer, J., Lehrer, E., Koss, M.(2013). "Unwanted sexual experiences in young men: Evidence from a survey of university students in Chile". Archives of Sexual Behavior. 42 (2), 213-223. Recuperado de https://doi.org/10.1007/s10508-012-0004-x
Lehrer, J., Lehrer, V., Lehrer, E., Oyarzún, P.(2007). "Prevalence of and risk factors for sexual victimization in college women in Chile". International Family Planning Perspectives. 33 (4), 168-175. Recuperado de https://doi.org/10.1363/ifpp.33.168.07
Lehrer, J., Lehrer, E., Oyarzún, P.(2009). "Violencia sexual en hombres y mujeres jóvenes en Chile: Resultados de una encuesta (año 2005) a estudiantes universitarios". Revista Médica de Chile. 137 (5), 599-608. Recuperado de http://doi.org/btzh73
Lowenstein, L.(2006). "Aspects of young sex abusers—a review of the literature concerning young sex abusers (1996-2004)". Clinical Psychology & Psychotherapy. 13 (1), 47-55. Recuperado de https://doi.org/10.1002/cpp.476
Mathews, B., Collin-Vézina, D.(2017). "Child sexual abuse: Toward a conceptual model and definition". Trauma, Violence, & Abuse. 20 (2), 131-148. Recuperado de https://doi.org/10.1177/1524838017738726
McNally, R., Clancy, S., Schacter, D.(2001). "Directed forgetting of trauma cues in adults reporting repressed or recovered memories of childhood sexual abuse". Journal of Abnormal Psychology. 110 (1), 151-156. Recuperado de http://dx.doi.org/10.1037/0021-843X.110.1.151
Mulugeta, E., Kassaye, M., Berhane, Y.(1998). "Prevalence and outcomes of sexual violence among high school students". Ethiopian Medical Journal. 36 (3), 167-174.
Pavez-Soto, I.(2016). "Violencia sexual contra niñas migrantes en Chile: polivictimización, género y derechos". Rumbos TS. 11 (14), 113-131. Recuperado de https://bit.ly/35DhpFz
Pereda, N.(2016). "¿Uno de cada cinco?: Victimización sexual infantil en España". Papeles del Psicólogo. 37 (2), 126-133. Recuperado de https://bit.ly/35uzipW
Pereda, N., Guilera, G., Forns, M., Gómez-Benito, J.(2009). "The international epidemiology of child sexual abuse: A continuation of Finkelhor (1994)". Child Abuse & Neglect. 33 (6), 331-342. Recuperado de https://doi.org/10.1016/j.chiabu.2008.07.007
Pinto-Cortez, C., Flores-Jara, J., Pereda, N., Guerra, C.(2019). "Victimización, polivictimización en niños, niñas y adolescentes aymara y su relación con sintomatología post-traumática". Interciencia. 44 (4). Recuperado de https://bit.ly/34uMf1D
Pinto-Cortez, C., Pereda Beltrán, N., Chacón Fuertes, F.(2017). "Prevalencia del abuso sexual infantil en hombres del norte de Chile y su salud psicológica y sexual". Interciencia. 42 (2), 94-100. Recuperado de https://bit.ly/34xAqYt
Pinto-Cortez, C., Pereda, N., Álvarez-Lister, M.(2018). "Child victimization and poly-victimization in a community sample of adolescents in northern Chile". Journal of Aggression, Maltreatment & Trauma. 27 (9), 983-1002. Recuperado de https://doi.org/10.1080/10926771.2017.1410748
Saywitz, K., Mannarino, A., Berliner, L., Cohen, J.(2000). "Treatment of sexually abused children and adolescents". American Psychologist. 55 (9), 1040-1049. Recuperado de http://dx.doi.org/10.1037/0003-066X.55.9.1040
Subsecretaria de Prevención del Delito (2017). Encuesta Nacional de Polivictimización 2017 . Recuperado de https://bit.ly/2PZBaQM
Unicef (2012). 4° Estudio de Maltrato Infantil en Chile. Análisis comparativo 1994-2000-2006-2012 . Recuperado de https://bit.ly/2rWfvB5
Vizcarra Larrañaga, B., Balladares Gutiérrez, E.(2003). "Prevalencia de abuso sexual en una muestra de jóvenes universitarios/as chilenos". Interamerican Journal of Psychology. 37 (1), 51-65. Recuperado de https://bit.ly/34pyUYo