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Breve recordatorio de un andar diverso y digno
Política y Cultura, núm. 56, pp. I-XVI, 2021
Universidad Autónoma Metropolitana

Carpeta gráfica






Breve recordatorio de un andar diverso y digno

Las siglas LBTTTIQ+ se han convertido en estandarte de una comunidad bien definida; son un símbolo que brinda identidad a quienes lo portan con convicción, más allá de su mera individualidad. Resultado de largas luchas sociales, la comunidad LBTTTIQ+ no sólo se ha ganado un espacio de reconocimiento en la sociedad, sino ha demostrado, en verdad, que los estereotipos y la marginación ideológica no son compatibles en este tiempo y en ningún otro. Pero para llegar a tener el reconocimiento y la aceptación que hoy goza la comunidad, se han sorteado caminos escabrosos de duras luchas en contra de lo establecido, largas jornadas en protesta y, lamentablemente, como suele pasar en la historia de nuestro país, mucho, pero mucho derramamiento de sangre...

Hay que recordar los orígenes de la organización social que se fundó en 1971: el Frente de Liberación Homosexual (FLH), conformado por miembros del movimiento del 68 y los entonces muy jóvenes Nancy Cárdenas, Carlos Monsiváis y Luis González de Alba, por mencionar algunos nombres. Luego de vivir las terribles muestras de represión del Estado, tanto en el 68 como en el 71, tuvieron logros importantes (un tanto en la clandestinidad), para dar inicio a la necesaria y sustancial lucha por el reconocimiento de las minorías LBTTTIQ+ que, en realidad, más que minorías, eran una gran multitud en constante represión.

No fue sino hasta el 2 de octubre 1978, durante una marcha conmemorativa de la matanza de Tlatelolco, que un grupo de activistas homosexuales pertenecientes al Frente Homosexual de Acción Revolucionaria (FHAR), el Grupo Lambda de Liberación Homosexual y el Grupo Autónomo de Lesbianas Oikabeth, se sumaron como un contingente politizado haciendo pública su imagen y postura, sin embargo, entre los mismos movimientos de izquierda progresistas de aquel entonces, también existía un cierto rechazo hacia la homosexualidad que devino, lamentablemente, en una minimización de sus exigencias políticas.

Por supuesto que eso no detuvo a la comunidad y en vez de doblegarse, muchos otros continuaron con la mirada puesta en el futuro. Así, los movimientos y los activismos se fueron nutriendo de otras expresiones contraculturales y de resistencias, como los movimientos gay anglosajones o el activismo negro, entre otros. Como resultado, un año más tarde, en 1979, se convocó con éxito a la primera marcha del orgullo homosexual, marcha que sigue y seguirá existiendo. Marcha que con el paso de los años, ha configurado una ideología importante y clara, y que a la fecha ha ganado también, a pulso, los derechos y reconocimientos merecidos.







Por cierto, quienes no han acudido a alguna marcha del orgullo LBTTTIQ+, se pierden de una de las expresiones de la comunidad más extravagantes, enriquecedoras y diversas que la Ciudad de México puede brindarnos. En ese día uno puede mirar, ver y sentir lo que las luchas a lo largo de la historia han logrado. Ah... y claro, de paso, uno puede unirse a la gran verbena que en libertad se puede gozar, bailando y cantando quizá al ritmo de Thalía, Paulina Rubio o Juan Gabriel, quienes por supuesto no puede ausentarse entre la multitud.










































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