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Sustentabilidad en fincas campesinas del municipio Perico, Matanzas, Cuba
Katerine Oropesa-Casanova; Hilda Beatriz Wencomo-Cárdenas; Taymer Miranda-Tortoló;
Katerine Oropesa-Casanova; Hilda Beatriz Wencomo-Cárdenas; Taymer Miranda-Tortoló; Juan Carlos Lezcano-Fleires
Sustentabilidad en fincas campesinas del municipio Perico, Matanzas, Cuba
Sustainability in peasant farms of the Perico municipality, Matanzas, Cuba
Pastos y Forrajes, vol. 45, E15, 2022
Estación Experimental de Pastos y Forrajes ""Indio Hatuey""
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RESUMEN

Objetivo: Proponer un sistema de indicadores multidimensionales que permita evaluar la sustentabilidad de los sistemas productivos en el marco de los programas de desarrollo municipal.

Materiales y Métodos: Se adaptaron indicadores a partir de métodos y herramientas multicriterio para el análisis de la sustentabilidad, los que se estandarizaron y ponderaron. Se validó la propuesta metodológica en cinco fincas del municipio Perico, en la provincia Matanzas.

Resultados: Los indicadores de mayor influencia por dimensión fueron: autosuficiencia alimentaria en la dimensión económica, satisfacción de necesidades básicas, vivienda y grado de aceptabilidad del sistema productivo en la dimensión sociocultural. En lo que respecta a la dimensión ecológica, sobresalieron los vinculados al estudio de los sistemas de cultivos, el análisis de las fuentes de abasto de agua para uso agrícola y su drenaje, así como los asociados al diseño del sistema. Las fincas eran biodiversas, aunque según el grado de complejidad del diseño y el manejo, resultaron medianamente complejas. El índice de sustentabilidad general mostró que solo la finca Palo Lindo no cumplió con el criterio de sustentabilidad.

Conclusiones: La metodología para la evaluación de la sustentabilidad en sus múltiples dimensiones es una herramienta importante a nivel local. La validación de esta propuesta metodológica permite encontrar tendencias en el ámbito de la sustentabilidad, establecer sus causas y proponer soluciones a mediano plazo.

Palabras clave: desarrollo, indicadores, metodologías.

ABSTRACT

Objective: To propose a system of multidimensional indicators that allows to evaluate the sustainability of productive systems within the framework of municipal development programs.

Materials and Methods: Indicators were adapted from multi-criteria methods and tools for the analysis of sustainability, which were standardized and weighed. The methodological proposal was validated in five farms in the Perico municipality, in Matanzas province.

Results: The most influential indicators per dimension were: food self-sufficiency in the economic dimension, satisfaction of basic needs, housing and degree of acceptability of the productive system in the sociocultural dimension. Regarding the ecological dimension, the indicators linked to the study of crop systems, the analysis of water supply sources for agricultural use and its drainage, as well as those associated with the design of the system, stood out. The farms were biodiverse, although according to the degree of complexity of the design and management, they were moderately complex. The general sustainability index showed that only the Palo Lindo farm did not meet the sustainability criteria.

Conclusions: The methodology for evaluating sustainability in its multiple dimensions is an important tool at the local level. The validation of this methodological proposal allows to find trends in the field of sustainability, establish their causes and propose medium-term solutions.

Keywords: development, indicators, methodologies.

Carátula del artículo

Artículo cientifico

Sustentabilidad en fincas campesinas del municipio Perico, Matanzas, Cuba

Sustainability in peasant farms of the Perico municipality, Matanzas, Cuba

Katerine Oropesa-Casanova
Universidad de Matanzas, Cuba
Hilda Beatriz Wencomo-Cárdenas
Universidad de Matanzas, Cuba
Taymer Miranda-Tortoló
Universidad de Matanzas, Cuba
Juan Carlos Lezcano-Fleires
Universidad de Matanzas, Cuba
Pastos y Forrajes, vol. 45, E15, 2022
Estación Experimental de Pastos y Forrajes ""Indio Hatuey""

Recepción: 09 Septiembre 2021

Aprobación: 27 Marzo 2022

INTRODUCCIÓN

Según refiere Díaz-Canel-Bermúdez y Delgado-Fernández (2021) , en la gestión del gobierno el desarrollo local desempeña una función relevante, por lo que debe formar parte consustancial del sistema y modelo de gestión del gobierno en Cuba. Varias son las experiencias que se han venido acumulando en el transcurso de los años (Guzón-Camporredondo, 2016), que se corresponden con los objetivos generales del desarrollo local sustentable, pero también hay retos y riesgos.

En la provincia de Matanzas, específicamente el municipio Perico, fue uno de los designados en el año 2010 para desarrollar una experiencia piloto en Cuba, con vistas a lograr un desarrollo local sostenible, basado fundamentalmente en el uso intensivo del conocimiento y en sus recursos locales (Alfonso-Llanes, 2017). Esta experiencia, que se nombra Programa de Desarrollo Integral Municipal (PDIM), aprobada en el año 2012, tuvo el propósito de potenciar el desarrollo económico-productivo y sociocultural del territorio mediante el fortalecimiento de la infraestructura. Esta estrategia tuvo también como objetivo elevar la equidad social y mejorar la calidad de vida.

El programa identifica las principales dificultades que frenan o dificultan el progreso del territorio: el deterioro de la producción agropecuaria, con énfasis en el fondo de tierras sin un uso adecuado y la poca diversidad de la producción agropecuaria, el grado de conservación y degradación del ecosistema (deforestación, compactación y pérdida de la fertilidad del suelo, la pérdida de la biodiversidad, así como la educación ambiental).

En el marco de este proceso de implementación del plan aprobado para la transformación, se insertaron múltiples proyectos que están vinculados directamente al trabajo con los campesinos asociados a Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS). En general, se perseguía la incorporación de los adelantos tecnológicos a las prácticas productivas y propiciar la elevación de los niveles productivos, sin descuidar la sostenibilidad ambiental; además se tuvieron en cuenta aspectos sociales vinculados a la equidad (Miranda-Tortoló, 2018).

La aplicación de metodologías que permitan evaluar la sustentabilidad de estos sistemas productivos y su validación facilitará una herramienta de gran utilidad para monitorear los avances en el cumplimiento de las estrategias de desarrollo agropecuario en el marco del territorio. De ahí que el objetivo del trabajo fue proponer un sistema de indicadores multidimensionales, que permitan evaluar la sustentabilidad de los sistemas productivos en el marco de los programas de desarrollo municipal.

MATERIALES Y MÉTODOS

Localización y descripción edafoclimática. La investigación se desarrolló en cinco fincas pertenecientes a dos Cooperativas de Crédito y Servicio del municipio de Perico: CCS Ramón Rodríguez Milian y CCS Julio Antonio Mella. Las fincas se seleccionaron según los criterios: vinculación a diferentes proyectos de innovación y de desarrollo local, vías de acceso, existencia de información histórica, tiempo de explotación (no menor que cinco años), presencia de biodiversidad, empleo de prácticas agroecológicas tradicionales y nivel de productividad.

Las fincas tenían una superficie variable (desde 13 hasta 94 ha) y su objeto social se describe en la tabla 1.

Tabla 1
Características generales de las cinco fincas.

Procedimiento experimental. La metodología de estudio se fundamentó en los principios de la investigación-acción participativa y se adaptaron métodos y herramientas de análisis multicriterio para el estudio y evaluación de la sustentabilidad.

El esquema general de la investigación se sustentó en tres etapas fundamentales:

  • Etapa 1: La construcción participativa de un grupo de indicadores para evaluar la sustentabilidad de los agroecosistemas.

  • Etapa 2: Estandarización y ponderación de los indicadores para comparar las fincas y facilitar el análisis de las dimensiones.

  • Etapa 3: Diagnóstico general y evaluación de la sustentabilidad en las fincas.

Para la investigación se tomó como referencia la metodología de Sarandón et al. (2006), adaptada y enriquecida con indicadores de la propuesta por Vázquez-Moreno (2013). Ambas tienen características comunes, en cuanto a la escala de desempeño (0 a 4), lo que facilita el proceso de estandarización de los indicadores, así como el procesamiento de la información.

Etapa 1. Construcción de indicadores para evaluar la sustentabilidad. Los indicadores se eligieron por métodos participativos, a partir de diferentes criterios: que fueran de fácil obtención e interpretación, que brindaran la información necesaria, y que permitieran hallar tendencias en el ámbito de la finca.

Se tomaron como referencia los indicadores propuestos por Sarandón et al. (2006) para las dimensiones económicas y socioculturales, mientras que para la dimensión ecológica se adaptaron indicadores sugeridos por Vázquez-Moreno (2013) . Estos se validaron mediante la discusión y el consenso entre los integrantes del grupo de trabajo y la plataforma multiactoral de gestión (PMG) liderada por el gobierno, en la que participan decisores y productores. Quedaron construidos setenta y cuatro indicadores, agrupados en trece variables, comprendidas en las tres dimensiones analizadas (económica, ecológica y sociocultural). Todos fueron estandarizados y ponderados como se describe a continuación:

Dimensión económica (DK): agrupó tres variables e indicadores, que permitieron evaluar si los agroecosistemas resultaron económicamente viables:

  • Autosuficiencia alimentaria. Se estimó mediante los indicadores A1- Diversificación de la producción y A2- superficie de producción de autoconsumo.

  • Ingreso neto mensual por grupo. Se estimó a través del indicador B1. El sistema es sustentable, si puede satisfacer las necesidades económicas del grupo familiar.

  • Riesgo económico. Se estableció por medio de los indicadores C1- Diversificación para la venta, C2- número de vías de comercialización y C3- dependencia de insumos externos.

Dimensión ecológica (DE). Se midió a partir de seis variables, por la importancia que se le prestó en este trabajo a la complejidad de los diseños y al manejo de la biodiversidad en sistemas de producción agropecuaria.

Biodiversidad productiva (DMBPr). Se evaluó a partir de dieciocho indicadores: tipos de rubros productivos (Pr1), diversidad de especies de cultivos herbáceos y arbustivos (Pr2), aprovechamiento de los sistemas de cultivos temporales (Pr3), superficie con diseños en policultivos (Pr4), complejidad de diseños en policultivos (Pr5), diversidad de especies en sistemas de cultivos arbóreos (Pr6), superficie con diseños agroforestales (Pr7), complejidad de diseños agroforestales (Pr8), diversidad de animales en sistemas de crianza (Pr9), superficie con diseños silvopastoriles (Pr10), complejidad vegetal de diseños silvopastoriles (Pr11), complejidad de sistema con diseño mixto (Pr12), superficie de sistemas de cultivos complejos (Pr13), procedencia del material de siembra (Pr14), origen de variedades(Pr15), y del pie de cría de animales (Pr16), origen de razas (Pr17) y autosuficiencia en alimentos para animales(Pr18).

Manejo y conservación de los suelos (MCS). Se evalúo según siete indicadores: sistema de rotación de cultivos (S1), superficie en rotación de cultivos (S2), diversidad de fuentes de biomasa orgánica (S3), superficie con incorporación de biomasa orgánica (S4), superficie de siembra con laboreo mínimo o sin él (S5), superficie con prácticas antierosivas (S6) y conservación en la preparación del suelo (S7).

Manejo y conservación del agua (MCA). Se evaluó de acuerdo con cinco indicadores: superficie bajo sistemas de riego (A1), sistemas de riego (A2), fuentes de abasto de agua para uso agrícola (A3), manejo del drenaje (A4) y sistema de drenaje (A5).

Intervenciones sanitarias en rubros productivos (MISRPr). Se evaluó a partir de cinco indicadores: decisiones de intervenciones en rubros productivos vegetales (I1), integración de intervenciones biológicas en rubros productivos vegetales (I2), decisiones de intervenciones en rubros productivos animales (I3), integración de intervenciones biológicas en rubros productivos animales (I4), nivel de autosuficiencia de insumos para intervenciones en rubros vegetales y animales (I5).

Diseño y manejo de la biodiversidad auxiliar (DMBAu). Se evaluó mediante quince indicadores: superficie con barreras vivas laterales (Au1), diversidad de especies en barreras vivas laterales (Au2), superficie con barreras vivas intercaladas (Au3), diversidad de especies en barreras vivas o intercaladas (Au4), corredores ecológicos internos (Au5), diversidad de especies en corredores ecológicos internos (Au6), diversidad estructural de los corredores ecológicos internos (Au7), manejo de ambientes seminaturales (Au8), diversidad estructural de los ambientes (Au9), manejo de arboledas (Au10), diversidad estructural de las arboledas (Au11), manejo de cerca perimetral (Au12), diversidad estructural de la cerca viva perimetral (Au13), tolerancia a arvenses (Au14) y diversidad de animales para labores (Au15).

Estado de los elementos de la biodiversidad asociada (EBAs). Se evalúo al considerar doce indicadores: incidencia de arvenses (As1,. diversidad de arvenses (Au2), incidencia de nemátodos de las agallas (Au3), incidencia de organismos nocivos en los cultivos (Au4), diversidad de organismos nocivos fitófagos (Au5), diversidad de organismos nocivos fitopatógenos (Au6), incidencias de organismos nocivos en los animales de cría (Au7), diversidad de parásitos en animales de cría (Au8), diversidad de enfermedades en animales de cría (Au9), diversidad de polinizadores (Au10), diversidad de grupos de reguladores naturales (Au11) y población de reguladores naturales (Au12).

Dimensión sociocultural (DSC). El grado de satisfacción de los aspectos socioculturales se estableció mediante cuatro variables:

  1. 1. Satisfacción de las necesidades básicas: Comprendió en su evaluación tres indicadores: A1) vivienda, A2) confort y A3) servicios.
  2. 2. Aceptabilidad del sistema de producción: Se evalúo mediante el indicador B1), la satisfacción.
  3. 3. Integración social: Consideró el indicador C1), relación con otros miembros de la comunidad.
  4. 4. Conocimiento y conciencia ecológica. Se estimó según el indicador D1), el conocimiento y la conciencia ecológica.

Etapa 2. Estandarización y ponderación de los indicadores. Para permitir la comparación de las fincas y facilitar el análisis de las múltiples dimensiones de la sustentabilidad, los indicadores se estandarizaron mediante su transformación, de acuerdo a una escala de 0 a 4, siendo 4 el mayor valor de sustentabilidad y 0 el más bajo. Todos los valores, independientemente de su unidad original, se transformaron o adecuaron a esta escala. Esto posibilitó la integración de varios indicadores de distinta naturaleza en otros más sintéticos o robustos.

Para la ponderación de los indicadores, se multiplicó el valor de la escala por un coeficiente, de acuerdo con la importancia relativa de cada variable respecto a la sustentabilidad. Este coeficiente multiplica el valor de las variables como el de los indicadores. Ello permite construir indicadores de mayor nivel o índices. La ponderación se realizó mediante la discusión y el consenso entre los integrantes del grupo de trabajo. De igual forma, se definió un valor umbral o mínimo que debía alcanzar cada dimensión o variable para considerar una finca sustentable, igual o menor que el valor medio de la escala, es decir, 2. Además, se consideró que ninguna de las tres dimensiones debía tener un valor menor al planteado anteriormente. El peso de cada indicador evidenció su importancia en la sustentabilidad.

Para evaluar la complejidad del diseño y manejo de los agroecosistemas se usó como referencia a Vázquez (2013). Este autor agrupa los elementos de la biodiversidad en biodiversidad productiva, como la biota introducida, que se planifica y se cultiva o cría con fines económicos; biodiversidad asociada u organismos que influyen de manera directa, positiva o negativa, en el desarrollo fisiológico y la defensa de las plantas cultivadas; y biodiversidad auxiliar, que comprende la vegetación no cultivada que habita naturalmente o se introduce, y que se maneja para influir de manera positiva en el resto de la biodiversidad.

A su vez, estos componentes funcionales se relacionaron con el manejo que se realiza en el sistema de producción para efectuar el diagnóstico mediante los indicativos diseño y manejo de los elementos de la biodiversidad productiva (DMBPr), manejo y conservación del suelo (MCS), manejo y conservación del agua (MCA), manejo de las intervenciones sanitarias en rubros productivos (MISRPr), diseño y manejo de los elementos de la biodiversidad auxiliar (DMBAu) y estado de los elementos de la biodiversidad asociada (EBAs).

El coeficiente de manejo de la biodiversidad (CMB) del sistema de producción coincide con el índice de la dimensión ecológica y se determinó mediante la expresión:

El valor obtenido permite clasificar el sistema con respecto al grado de complejidad alcanzado por los diseños y manejos de los elementos de la biodiversidad (tabla 2).

Tabla 2
Escala utilizada para medir el grado de complejidad de la biodiversidad en las fincas.

Se realizó la estandarización y la ponderación de los indicadores y variables en estudio. Al ponderar la dimensión económica (DK), se consideró que el indicador más importante, por las características del grupo productivo trabajado (productores), fue la autosuficiencia alimentaria. En este sentido, se le otorgó el doble de peso que al resto. Se calculó como la suma algebraica de sus componentes multiplicados por su peso o ponderación:

Dimensión económica (DK):

Dimensión ecológica (DE). Se ponderaron dieciséis indicadores como los más importantes, y de igual importancia todas las variables.

Los indicadores de mayor ponderación fueron: superficie de sistemas de cultivos complejos, aprovechamiento de los sistemas de cultivos temporales, sistema de rotación de cultivos, fuentes de abasto de agua para uso agrícola, manejo del drenaje, integración de intervenciones biológicas en rubros productivos vegetales, integración de intervenciones biológicas en rubros productivos animales, superficie con barreras vivas laterales, superficie con barreras vivas intercaladas, corredores ecológicos internos, manejo de ambientes seminaturales, manejo de arboledas, tolerancia a arvenses y diversidad de grupos de reguladores naturales (tabla 3).

Tabla 3
Variables de la dimensión ecológica y fórmulas para calcularlas después de la ponderación de los indicadores.

El índice de la dimensión ecológica (DE) del sistema se calculó mediante la expresión siguiente:

Dimensión sociocultural (DSC): En esta dimensión se consideraron como de mayor peso los indicadores de satisfacción de necesidades básicas: la vivienda y el grado de aceptabilidad del sistema productivo:

Dimensión sociocultural (DSC):

Por último, con los resultados de las dimensiones económica (DK), ecológica (DE) y sociocultural (DSC), se calculó el índice de sustentabilidad general (ISGen) de acuerdo con el marco conceptual definido previamente.

Índice de sustentabilidad general (ISGen):

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

En la dimensión económica (tabla 4), en todos los casos los productores refirieron que tenían ingresos mensuales superiores a los 1 500 pesos. Esto está por encima del mínimo vital concertado en la estrategia de desarrollo municipal del 2016. Se priorizaron varios productos, susceptibles de comercialización, para mantener la estabilidad económica.

Tabla 4
Análisis de las de la dimensión económica en cinco fincas en el municipio de Perico.

A1: diversificación de la producción, A2: superficie de producción de autoconsumo, B1: satisfacción de las necesidades económicas del grupo familiar, C1: diversificación para la venta, C2: número de vías de comercialización, C3: dependencia de insumos externos.

Con respecto a la superficie por integrantes de la familia, solo en la finca III, fue inferior al umbral establecido, lo cual contribuyó a que disminuyera el índice de autosuficiencia alimentaria.

Esta finca (III) tiene un gran riesgo económico. Cuenta con pocos canales de comercialización y gran dependencia de insumos externos, aspecto que coincide con el resto de las fincas estudiadas. Según Casimiro (2016a; 2016b), para la agricultura familiar agroecológica (AFA) los sistemas diversificados son más resilientes (Nicholls y Altieri, 2019; Casimiro-Rodríguez et al., 2020), en tanto subsidian su propia fertilidad y productividad, implementan prácticas de conservación y mejora de suelos, así como sistemas de policultivo y silvopastoriles con menor dependencia del petróleo y sus derivados. Ello los presenta como sistemas que contribuyen a la mitigación y adaptación al cambio climático.

En la dimensión económica (DK), en todos los casos se cumplió con los criterios de sustentabilidad (DK ≥ 2), y se mostró que el propósito de los productores no era solo la búsqueda de ganancia sino el mantenimiento de un equilibrio entre la producción y el consumo para la subsistencia de la unidad familiar.

Todos los productores participaron en diversas actividades económicas fuera de la finca. De estas se obtuvieron flujos monetarios e ingresos significativos para los hogares; además de contar con remesas familiares, lo que es coherente con el nuevo modelo de ruralidad. Suset et al. (2013) y Miranda-Tortoló et al. (2020) resaltaron los diferentes aspectos de las transformaciones rurales y destacaron la creciente diversificación de las actividades rurales y la importancia de los empleos e ingresos no agrícolas en las estrategias de sustento de los campesinos y trabajadores agrícolas.

Cuando se emplea el término ruralidad, se busca adoptar un esquema que no se limite tan solo a lo agrícola en la economía rural. Una de las contribuciones del análisis de la nueva ruralidad es el cuestionamiento de la presunción de muchos analistas y encargados de formular las políticas públicas, que plantea que las comunidades rurales están muy bien integradas en los mercados, y que no operan exclusivamente en una lógica de agricultura de subsistencia. Los nuevos ruralistas revelan que los campesinos desarrollan múltiples actividades (pluriactividad y multifuncionalidad).

Dimensión ecológica. La dimensión ecológica (tabla 5) presentó valores que la ubicaron, según la escala evaluada, en la categoría de medianamente compleja (fincas I, II, III y IV) y poco compleja (V). Estos valores son similares a los obtenidos por Miranda-Tortoló et al. (2018), quienes al evaluar seis fincas en el mismo municipio, las agruparon en la categoría de poco complejas, excepto la finca Cayo Piedra (compleja), que se reconoce nacional e internacionalmente como una finca agroecológica; además refieren que la tendencia al incremento de la complejidad es un proceso lento y que requiere de mucha comprensión por parte de los productores.

Tabla 5
Evaluación de la dimensión ecológica por variables.

DMBPr: diseño y manejo de la biodiversidad productiva, MCS: manejo y conservación de los suelos, MCA: manejo y conservación del agua, MISRPr: intervenciones sanitarias en rubros productivos, DMBAu: diseño y manejo de la biodiversidad auxiliar, EBAs: biodiversidad asociada.

El índice de la dimensión ecológica (DE) en la finca V no cumplió el criterio establecido (1,81), ya que indicadores como el manejo y la conservación del suelo, las intervenciones sanitarias en rubros productivos, y el diseño y manejo de la biodiversidad auxiliar estuvieron por debajo del valor requerido, contrario a lo observado en el resto de los sistemas estudiados.

La variable diseño y manejo de la biodiversidad productiva fue mayor que 2, y sobrepasó el valor umbral, aunque varios indicadores por sí solos no cumplieron con el rango señalado. Ninguna de las fincas tiene establecido los sistemas silvopastoriles y, por ende, estos no son complejos. Estos sistemas pueden contribuir a la mitigación del cambio climático (López-Vigoa et al., 2017; Rivera-Herrera et al., 2017; Milera-Rodríguez et al., 2019) y tienen como ventaja adicional, aumentar la productividad a corto y largo plazo.

En cuanto a los diseños agroforestales, se pudo constatar que fueron poco complejos en las fincas I, II y V, ya que contaban con menos de cuatro especies integradas.

Otros indicadores también fueron inferiores a 2: la complejidad de sistema con diseño mixto (finca I), la superficie con diseño en policultivos (fincas II y V) y la diversidad de animales en sistemas de crianza (fincas I y IV).

Funes-Aguilar (2015) plantea que la integración de cultivos, el ganado y los árboles es significativa, de acuerdo con los principios agroecológicos, ya que estrecha los vínculos entre los distintos componentes biofísicos y brinda oportunidades para la multifuncionalidad del sistema.

La variable de manejo y conservación de los suelos se comportó de manera desfavorable en la finca V, ya que el valor obtenido se encuentra por debajo del valor umbral (1,67). Esto podría estar dado por el mal manejo de los suelos dedicados a la ganadería. Aunque realizan rotación de cultivos, incorporan biomasa orgánica, emplean el laboreo mínimo y prácticas antierosivas, los resultados no son suficientes, lo que puede conllevar a la degradación del recurso suelo. La función preponderante del suelo en el sistema motiva que su conservación y mejoramiento tengan un impacto decisivo, desde el punto de vista económico, medioambiental y social (Riverol et al., 2001).

En el contexto cubano, la degradación de los suelos es uno de los cinco problemas ambientales principales. Martínez et al. (2017) reconocen como importante la utilización de las prácticas de conservación y mejoramiento. Sin embargo, Oropesa-Casanova (2019) en estudios realizados en el municipio de Perico observó poco uso de las enmiendas, bioproductos, abonos orgánicos y laboreo mínimo.

Se realiza de manera sustentable el manejo y la conservación del agua. No obstante, en las fincas II y III se utilizan formas de riego poco amigables con el medio ambiente.

En cuanto a la variable intervenciones sanitarias en los rubros productivos para el control de organismos nocivos para las plantas y los animales, en las fincas se hallaron resultados similares. En este análisis, la finca V obtuvo un valor inferior al umbral (1,29). En todos los casos influyó mucho el nivel de autosuficiencia de insumos para intervenciones en rubros vegetales y animales. De manera general, no se logró un buen manejo de las intervenciones sanitarias, ya que los sistemas no lograron la capacidad de autorregulación necesaria.

Con respecto a la variable diseño y manejo de la biodiversidad auxiliar, las fincas I, II y V no cumplieron con los requisitos establecidos, lo que puede estar asociado a la escasa presencia de barreras vivas laterales, corredores ecológicos, arboledas, así como a su diversidad y estructura. Además, presentaban pocas plantas repelentes y minibosques, que propiciarían sombra permanente a las plantas y los animales y, a su vez, podrían constituir reservorios de enemigos naturales.

Con relación a la biodiversidad funcional, la biodiversidad asociada es una de las menos visibilizadas y trabajadas por los productores. Para Nicholls et al. (2017) y Altieri (2017) mediante la biodiversidad funcional se logra un objetivo importante del proceso de conversión: el fortalecimiento de las funciones ecológicas del agroecosistema, lo que permite a los agricultores eliminar gradualmente los insumos, al apoyarse en procesos ecológicos e interacciones claves del agroecosistema; además de aumentar la seguridad alimentaria, conservar y restaurar los suelos, los bosques y el agua, así como su función como secuestradores de carbono.

En todos los casos se cumplió con el valor establecido, aunque aún los productores no conocen toda su funcionalidad.

Dimensión socio-cultural. En cuanto a la dimensión sociocultural (DSC), todas las fincas cumplieron con los indicadores de sustentabilidad establecidos (tabla 6). Las variables satisfacción del productor, grado de integración social, grado de conciencia y conocimiento ecológico, si se analizan de modo particular, presentaron valores por encima del umbral (2) permisible. Ello es fundamental, ya que constituyen el denominado capital social, que pone en marcha el capital natural. Aquellas necesidades que, a pesar de no ser vitales, son de gran importancia porque se relacionan con el entorno social del productor y su inserción en la sociedad, constituyen el denominado capital social, que comprende las interacciones entre los individuos que forman la comunidad, y entre estos y las entidades (instituciones, organismos públicos y privados) que se relacionan de alguna manera con sus intereses (Dellepiane y Sarandón, 2008). En este caso, los aspectos que fortalecen las relaciones entre miembros de una comunidad se consideraron favorables a la sustentabilidad.

Tabla 6
Dimensiones económica, ecológica y sociocultural, indice general de sustentabilidad y clasificación.

DK: dimensión económica, DE: dimensión ecológica, ISGEN: índice de sostenibilidad general, DSC: dimensión sociocultural

Evaluación de la sustentabilidad general. El uso de indicadores permitió hallar variabilidad en las tres dimensiones (económica, ecológica y sociocultural). Se observaron diferencias entre los valores de las diferentes dimensiones, así como en el índice general de la sustentabilidad, que fue superior al valor umbral en todas las fincas (tabla 6).

Al analizar la sustentabilidad de los sistemas, solo la finca V no cumplió con los requerimientos establecidos, ya que para considerar una finca sustentable el valor de cada dimensión debe ser igual o menor que el valor medio de la escala (2). Para este caso, no se cumplió en la dimensión ecológica.

Resultados similares obtuvo Milián-García (2017), quien al evaluar una finca en el mismo municipio alcanzó un índice de sustentabilidad aceptable, aunque en este caso el manejo de la finca satisfizo, en mayor grado, los objetivos ecológicos con respecto a las demás.

Para un análisis más profundo se consideraron dos fincas: la de mejor comportamiento (finca II) y la que no cumplió con los indicadores para ser sustentable (finca V). Para ello, se empleó un diagrama en tela de araña, lo que permitió detectar grandes diferencias en los componentes de la sustentabilidad (fig. 1). En la finca Mercedita (II), el manejo del sistema fue mejor en casi todos los indicadores y variables, aunque la finca Palo Lindo (V) fue superior en la autosuficiencia alimentaria. Varios de los aspectos analizados tuvieron valores cercanos a los ideales en las dos fincas estudiadas.


Figura 1
Indicadores de sustentabilidad en dos fincas del municipio de Perico.

Los límites exteriores representan el valor ideal de sustentabilidad y el intermedio, el valor umbral.

Entre paréntesis figuran las tres dimensiones: económica (K), ecológica (E), socio-cultural (SC), autosuficiencia alimentaria (AS), ingreso neto mensual (INM), riesgo económico (RE), diseño y manejo de la biodiversidad productiva (DMBPr), manejo y conservación de los suelos (MCS), manejo y conservación del agua (MCA), intervenciones sanitarias en rubros productivos (MISRPr), diseño y manejo de la biodiversidad auxiliar (DMBAu), biodiversidad asociada (EBAs), satisfacción de las necesidades básicas (SNB), aceptabilidad (Acept), integración social (InSoc) y conocimiento y conciencia ecológica (ConcEc).

En la finca Mercedita, todas las variables, ecológicas como socioculturales y las económicas, presentaron aspectos favorables a la sustentabilidad. Esto podría estar dado por la complejidad en el diseño y el manejo de la finca. En dicha finca se lograron satisfacer las necesidades básicas, sin comprometer los recursos naturales para las generaciones futuras, con lazos sólidos en la comunidad a partir de su integración social, conocimiento y conciencia ecológica.

CONCLUSIONES

La metodología para la evaluación de la sustentabilidad en sus múltiples dimensiones es una herramienta importante a nivel local. La validación de esta propuesta permite hallar tendencias en el ámbito de la sustentabilidad, establecer sus causas y proponer soluciones a mediano plazo.

Material suplementario
Agradecimientos

Se agradece a la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), que aportó los fondos para la ejecución del Proyecto Internacional Programa Agrícola Local (PIAL), así como a las entidades productivas y productores a los cuales tributan los resultados de este trabajo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Altieri, M. A., Ed. Historia de la Agroecología en América Latina y España. Berkeley, USA: Sociedad Cientíca Latinoamericana de Agroecología, 2017.
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Notas
Recomendaciones
0 Aplicar la metodología utilizada en esta investigación a otros escenarios productivos en el municipio.
Declaración de intereses
Los autores declaran que no existe conflicto de intereses entre ellos.
Notas de autor
Katerine-Oropesa-Casanova. Concepción, adquisición, análisis e interpretación de los datos, redacción y revisión del manuscrito.
Hilda Beatriz Wencomo-Cárdenas. Concepción y diseño de la investigación, redacción y revisión del manuscrito.
Taymer Miranda-Tortoló. Concepción y diseño de la investigación, redacción y revisión del manuscrito.
Juan Carlos Lezcano-Fleires. Concepción y diseño de la investigación.

*Correos electrónicos:katerine.oropesa@ihatuey.cuwencomo@ihatuey.cumiranda@ihatuey.cujuan.lezcano@ihatuey.cu

Tabla 1
Características generales de las cinco fincas.

Tabla 2
Escala utilizada para medir el grado de complejidad de la biodiversidad en las fincas.

Tabla 3
Variables de la dimensión ecológica y fórmulas para calcularlas después de la ponderación de los indicadores.

Tabla 4
Análisis de las de la dimensión económica en cinco fincas en el municipio de Perico.

A1: diversificación de la producción, A2: superficie de producción de autoconsumo, B1: satisfacción de las necesidades económicas del grupo familiar, C1: diversificación para la venta, C2: número de vías de comercialización, C3: dependencia de insumos externos.
Tabla 5
Evaluación de la dimensión ecológica por variables.

DMBPr: diseño y manejo de la biodiversidad productiva, MCS: manejo y conservación de los suelos, MCA: manejo y conservación del agua, MISRPr: intervenciones sanitarias en rubros productivos, DMBAu: diseño y manejo de la biodiversidad auxiliar, EBAs: biodiversidad asociada.
Tabla 6
Dimensiones económica, ecológica y sociocultural, indice general de sustentabilidad y clasificación.

DK: dimensión económica, DE: dimensión ecológica, ISGEN: índice de sostenibilidad general, DSC: dimensión sociocultural

Figura 1
Indicadores de sustentabilidad en dos fincas del municipio de Perico.
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