Artículos

Cuerpos que corren: devenires y continuums urbanos desde un enfoque etnográfico feminista

Running bodies: urban becomings and continuums from a feminist ethnographic approach

Elisa Herrera Altamirano a
Universitat Oberta de Catalunya, España
Begonya Enguix Grau b
Universitat Oberta de Catalunya, España

Cuerpos que corren: devenires y continuums urbanos desde un enfoque etnográfico feminista

Revista Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpos, Emociones y Sociedad, vol. 11, núm. 30, pp. 22-34, 2019

Universidad Nacional de Córdoba

Recepción: 31 Enero 2018

Aprobación: 02 Mayo 2019

Resumen: El objetivo de este artículo es activar una mirada de continuidad entre los cuerpos humanos, los ambientes urbanos y las tecnologías digitales, a través de un ejemplo práctico basado en un trabajo de investigación etnográfica con runners en Querétaro (México) y Barcelona (España). Nos interesa mostrar cómo el cuerpo que corre deviene materialidad y discurso en relación con otras materialidades (urbanas y digitales), y cómo se relaciona, se modifica, ensambla, se fusiona, responde y corresponde con el ambiente urbano, dando lugar a materialidades y discursos en y a través de la práctica del running. Del mismo modo, queremos mostrar cómo el entorno y las tecnologías también se transforman en y por el movimiento y la acción de los cuerpos. Según nuestra investigación, el cuerpo en movimiento emerge como experiencia de continuidad a través de dimensiones como la sociabilidad, la virtualidad y el conocimiento, deviniendo vehículo de acción política en el espacio urbano, negociando fronteras físicas y de representación social. Incorporar esta perspectiva relacional entre cuerpos, espacios y tecnologías digitales en el análisis social de la vida cotidiana, permite complejizar las reflexiones en torno a la corporalidad y posiblemente replantear propuestas de política pública en áreas del urbanismo y el ambientalismo desde una posición crítica e interseccional.

Palabras clave: cuerpos, running, ciudad, continuum, tecnología digital, etnografía feminista, agua.

Abstract: The objective of this article is to activate a gaze of continuity between human bodies, urban environments and digital technologies, through a practical example based on an ethnographic research work with runners in Querétaro (Mexico) and Barcelona (Spain). We are interested in showing how the body that runs becomes materiality and discourse in relation to other materialities (urban and digital), and how it relates, modifies, assembles, performs, fuses, responds and corresponds to the urban environment, giving rise to materialities and discourses in and through the practice of running. In the same way, we want to show how the environment and technologies are transformed in and by the movement and action of bodies. According to our research, the body in movement emerges as an experience of continuity through dimensions such as sociability, virtuality and knowledge, becoming a vehicle for political action in the urban space, negotiating physical borders and social representations. To incorporate this relational perspective among bodies, spaces and digital technologies in the social analysis of everyday life, allows for more complex reflections on corporality and possibly rethink public policy-making in areas of urbanism and environmentalism from a critical and intersectional approach.

Keywords: bodies, running, city, continuum, digital technology, feminist ethnography, water.

Introducción

¿Por qué correr importa? Correr podría considerarse como una práctica que siempre ha existido o como un fenómeno social global contemporáneo. Salir a correr no siempre ha sido lo que hoy conocemos como running, o lo que antes fue llamado footing . jogging. Correr, en la historia de la especie humana, ha tenido diversas interpretaciones y transformaciones por la influencia de discursos, modas o ideologías. A través del estudio de las cinemáticas y las biomecánicas comparativas entre el caminar y el correr, hipótesis evolucionistas (Bramble, & Lieberman, 2004) sostienen, que factores como la fuerza esquelética, la estabilidad, la respiración, la termorregulación, así como el cambio en la dieta, que se produjeron gracias a la práctica de la carrera de larga distancia en el homo erectus al llevar a cabo actividades de caza y recolección, fueron determinantes en su evolución como especie.

Correr importa porque actualmente corren en el mundo millones de personas y lo hacen de múltiples formas con variados efectos sociales, subjetivos y económicos. En las últimas décadas, el incremento en la participación de personas en carreras populares y el gasto económico en productos digitales, ropa, gadgets o aditamentos para correr ha ido en considerable aumento. A partir de la década de los 70 en los Estados Unidos, cuando se llevó a cabo la primera maratón en Nueva York en 1970 con 127 corredores, se desató un auge en la carrera competitiva y en el jogging para la recreación, produciéndose su expansión en otros países donde hubo apogeos similares.

A lo largo del tiempo, el correr ha sido objeto de influencias mercantilistas e ideologías neoliberalistas, y también recurso y motor de campañas políticas (Canepa, 2012), de promoción de la salud física y emocional, o vehículo de generación de acciones de igualdad basadas en valores comunitarios, sociales y deportivos (UN Inter-Agency Task Force on Sport for Development and Peace, 2016).

El running como fenómeno social y práctica de recreación, ocio, actividad física y tiempo libre, ha sido estudiado desde hace algunas décadas desde enfoques críticos en ciencias sociales, arte y estudios culturales físicos como herramienta crítica-creativa y como metáfora para explorar las relaciones del sujeto consigo mismo, con otros, y con su ambiente (Bale, 2004, 2011; Canepa, 2012; Cook, Shaw & Simpson, 2016; Cruz, 2016;Decca, 2016; Garton & Hijós 2018; Gelfman, 2017; Hijós, 2018; Hitchings & Latham, 2016; Hockey, 2016; Iragola, 2018; Latham & Syng, 2017; etc.) Esto ha permitido, entre otras cosas, complejizar la reflexión sobre las prácticas de la vida cotidiana en relación con el cuerpo, el espacio, el género, las tecnologías digitales y el movimiento, y así poder repensar, no sólo teorías y metodologías especializadas en el tema, sino nuestra experiencia de estar-en-el-mundo.

El running está siendo considerado como un método y una aproximación material, procesual y subjetiva en diferentes mundos disciplinares como el arte, la antropología o la geografía cultural y urbana. El estudio del running ha sido conducido a partir de diferentes marcos teóricos, para reflexionar sobre aspectos de la corporalidad humana en conexión con la experiencia afectiva y sensorial del cuerpo en relación con el medio ambiente y las tecnologías digitales. Desde la teoría de la práctica se han explorado, por ejemplo, las diferentes motivaciones y conexiones que los corredores desarrollan con los ambientes al aire libre y ambientes cerrados, a través de las narraciones de su práctica y cómo es que correr sucede en ciertos ambientes y otros no (Hitchings & Latham, 2016); desde la teoría no-representacional se ha abordado la experiencia sensorial del cuerpo activo en el espacio recorrido a través de la memoria de las texturas del ‘mundo-bajo-los-pies’ y de las superficies e inclinaciones vividas por el esfuerzo de la carrera de larga distancia (Lorimer, 2012), o aspectos de salud pública vinculados a la actividad física y prácticas sociales cotidianas (Barnfield, 2016). Aproximaciones desde la geografía feminista también nos acercan a reflexiones relativas a la salud, la enfermedad, las ansiedades y los vínculos de la actividad física con la tecnología, la naturaleza y el ambiente, a partir del estudio de prácticas de mujeres corredoras en contextos de la vida cotidiana (Little, 2016). Desde la intersección y reflexión conjunta del arte y la geografía cultural y humana, se han llevado a cabo festivales de exploración y debate teórico-práctico respecto al running como performance y herramienta crítica- creativa para debatir las fronteras disciplinares en un mundo necesitado de acción y cambios políticos (Latham & Syng, 2017); y claramente destacan como aportaciones las realizadas desde paradigmas teóricos de los estudios de movilidad, en donde se han explorado los significados, experiencias y vínculos con el espacio que los corredores desarrollan a través de su práctica física (Cook, Shaw & Simpson, 2016).

En los tiempos contemporáneos, algunas formas de correr se han edificado en un discurso llamado running, convertido en una práctica a nivel global, por lo general vinculada a una actividad de masas, en donde la competencia, el reto, el emprendimiento, la generación de marcas y el consumo de gadgets y tecnologías forman parte del engranaje de una moda practicada dentro del espacio urbano, con impacto en diferentes esferas de la vida cotidiana, por ejemplo, el turismo en las ciudades (Herrera Altamirano, 2019), el cual se ha visto fuertemente influenciado por esta tendencia y ahora viajar para correr un maratón es una nueva forma de paseo.

El running se practica primordialmente en la calle, en el espacio público, y por consiguiente el contacto de los practicantes con la ciudad es total. La digitalización de la práctica del correr es también un hecho que va en aumento a través del uso de relojes, bandas de pulso, chips, teléfonos móviles, plataformas digitales y apps especializadas, dando paso a la generación de consecuencias variadas en la relación que construimos con los espacios físicos, virtuales y con el propio cuerpo de carne.

Los cuerpos en movimiento en la práctica del running pueden establecerse como una metáfora del cuerpo posthumano: son cuerpos cuya agencia y capacidad generativa (Harrison, 2010) deviene en el acto de correr. No son cuerpos neutrales, pasivos, objeto de imposiciones culturales y de género: fuerzan consecuencias, confrontan culturas, cuestionan creencias (Hester, 2004). En este sentido, nuestra comprensión de los cuerpos se acerca a la del feminismo corpóreo (‘corporeal feminism’) (Grosz, 1994; Balsamo, 1996; Shildrick, 1997) cuya base es la consideración del cuerpo -y los procesos de embodiment- como participantes activos en la formación de las identidades de género, la performatividad, la subjetividad y las ideologías.

Los cuerpos son materia y discurso: son constituidos por discursos, como Butler enunció, pero también constituyen activamente discursos. No son mero producto, sino que por el modo como viven y se mueven son “productivos” en relación con el género, los discursos y la tecnología (Harrison 2010). Género, discurso y tecnología se mezclan en nuestros cuerpos que corren cuya materia articula discursos que a su vez conforman materialidades. En relación con los nuevos materialismos, Harrison afirma que “la materia puede ser articulada (formada a través de y) por el discurso, pero también el discurso es conformado por los muchos modos en que los cuerpos materializan y cuestionan la aparentemente estable, fija posición de la materia” (Harrison 2010: 66). La agencia y productividad de los cuerpos como nodos de origen de lo material y lo semiótico, como “aparatos corporales de producción “ (Haraway en Harrison) devienen y se constituyen mediante relaciones sociales, cuyas fronteras son dibujadas por prácticas corporales como el running, sin que haya objetos (ni cuerpos) que las preexistan.

En su peculiar continuum con el espacio y la tecnología, los cuerpos que corren se constituyen como cuerpos posthumanos en el sentido que Halberstam y Livingstone (1995: 3) les dieron: “Los cuerpos posthumanos son las causas y los efectos de las relaciones posmodernas de poder y placer, de la virtualidad y la realidad, del sexo y sus consecuencias. El cuerpo posthumano es una tecnología, una pantalla, una imagen proyectada. Son cuerpos ‘in becoming’, en permanente devenir (Coleman, 2008 y 2012) incrustados, cruzados, envueltos y entretejidos con numerosas prácticas, espacios y significados sociales. Estos cuerpos que corren y circulan desde distintas posiciones subjetivas, por distintos lugares y contextos, son “cuerpos de hoy” (Asberg y Neimanis, 2013:2): son cuerpos del siglo XXI que no tienen sólo una vida ni contienen un único sujeto, que solo se entienden en el contexto y en continuidad con ellos y con las situaciones en las que “son” y que no sólo son humanos (pues están en continuidad-contigüidad e imbricados fuertemente con lo tecnológico y lo digital). En cierto sentido, se acercan a la “transcorporealidad” de Alaimo (2010 en Asberg y Neimanis, 2013): no son cultura ni naturaleza, son humanos y no humanos.

De ahí nuestra idea de analizar el continuum entre cuerpo, espacio y tecnología entendiendo ese continuum como pura relación, y considerando que las relaciones preceden a las identidades. Las múltiples tramas relacionales en las que nos encontramos, en las que somos y devenimos, son productivas (Barad, 2007; Haraway, 2008; Rubin, 1986). Si, tal como afirmaba Rubin, una mujer es sólo una mujer y se constituye como esposa en una relación, o como ser oprimido en un flujo de relaciones de poder, un x runner, se constituye como tal en relación con el espacio y las tecnologías con los que existe en permanente imbricación. Por este motivo hemos tomado cuerpo, espacio y tecnologías como ejes de este trabajo.

Nos interesa reflexionar acerca del modo en que los cuerpos que corren están en constante configuración con los ambientes urbanos por donde transitan. Nos interesa saber cómo el cuerpo runner se relaciona, se modifica, se fusiona, responde y corresponde con el ambiente urbano, dando lugar a materialidades y discursos en y a través de la práctica del running. Del mismo modo, queremos mostrar cómo el entorno y las tecnologías digitales también se reconfiguran en y por el movimiento y la acción de los cuerpos. Revisaremos y reflexionaremos algunas de estas vetas a partir de un ejemplo específico del trabajo de campo etnográfico realizado desde el 2015 hasta 2018 con corredores urbanos en Querétaro (México) y Barcelona (España), con miras a situar perspectivas que nos ayuden a pensar el cuerpo humano en continuidad con otras materialidades y discursos con las que se relaciona habitualmente, a saber, las urbanas y las digitales, a partir de prácticas de la vida cotidiana en movimiento.

Etnografía en movimiento

En noviembre del 2015 comenzamos a estudiar el fenómeno del running en Barcelona a través de métodos etnográficos móviles (Sheller & Urry, 2006; Büscher & Urry, 2009; Evans & Jones 2011). Dicha indagación nos involucró personalmente en las diferentes prácticas con los participantes, negociando nuestra posición en el campo (Enguix, 2014) y apostando por estar junto con los corredores en su vida cotidiana en movimiento: correr, caminar, escuchar, charlar, observar, socializar, comer, beber y en general averiguar distintos escenarios urbanos, digitales y no digitales donde acontecían los entrenos, los encuentros entre pares, los eventos deportivos o las carreras solitarias de los corredores que fuimos siguiendo. Hemos desarrollado una doble e intermitente posición en el campo, cambiante una y otra vez, es decir, por un lado, hemos sido parte de las dinámicas runners con el cuerpo activo, hemos participado en las carreras, hemos sido parte de los grupos de entrenamiento y de los eventos deportivos como corredoras, como participantes y a la vez como investigadoras. Por otra parte, hemos sido observadoras constantes, hemos mantenido una escucha atenta, hemos reflexionado constantemente sobre lo ocurrido en el proceso. No hablamos de un “entrar y salir” en el campo, ni de posiciones contrapuestas que impliquen ser en un momento corredoras y en otro, investigadoras. Hablamos más bien de un ensamblaje investigadora-runner que nos permitió pensar en términos caleidoscópicos y hacer reflexiones a partir de vértices en la posición. También nos permitió construir, a partir de ensamblar dicha posición doble con los participantes, los contextos, los objetos, el movimiento y el cambio durante la investigación.

La esfera digital también formó parte de la exploración y del movimiento de ideas y conocimiento que esta investigación ha implicado, a través del seguimiento de apps, plataformas online, páginas web, blogs y chats. El movimiento, en un sentido amplio, ha sido constante, ya sea a través del pensamiento, la reflexión y la imaginación de los escenarios que acontecían, o bien en la carrera y el tránsito físico por diferentes sitios y escenarios de la ciudad en compañía de los participantes.

Después de pasar varios meses explorando el running etnográficamente, como proceso vivo (Quirós, 2015), y de paulatinamente ir construyendo el objeto etnográfico a través de la exploración del fenómeno a partir de entrevistas, observación participante, formación académica, participación en carreras y grupos de running, entre otros, fue posible acceder a múltiples niveles de relación con los participantes y fundar experiencias y conocimiento con ellos, con sus prácticas y con los entornos físicos y sociales que habitan y crean. La exploración etnográfica desde un posicionamiento feminista (como modo de conocimiento), significó “acompañar el cómo del hacer” (Quirós, 55: 2015) a través del cuerpo, los afectos, las sensaciones, las controversias, los objetos, las prácticas y otros medios disponibles para acceder a lo que experimentan, hablan, se preguntan y construyen los participantes en su contexto social cotidiano.

Pensar el fenómeno del running en función de algunas prácticas asociadas a él, nos ha ayudado a reflexionar y entender los procesos y ecologías cambiantes en el running a partir de la atención constante a la relación entre los cuerpos en movimiento y el ambiente (o espacio) que habitan, reproducen, contestan y generan. Entendemos también que como investigadoras no somos entes independientes y neutros al proceso de investigación, sino que formamos parte del ensamblaje (Fox & Alldred, 2015) que se produce, y por consiguiente nos vemos afectadas por él al tiempo que éste también se modifica por nuestra elección metodológica, por nuestras condiciones de privilegio o por los múltiples factores contextuales que acontecen en momentos específicos del trabajo de campo. Por consiguiente, cavilar sobre los “cuerpos que corren” en clave de flujos, afectos y relaciones con el ambiente, en vez de pensarlos como unidades independientes de su contexto, implica ubicar el cuerpo como una dimensión porosa, extensible y no como entidad fija y autónoma. Implica también el reconocimiento del carácter material y relacional de los cuerpos humanos y no-humanos, siendo ésta una consideración base del paradigma desde el cual nos situamos: los nuevos materialismos feministas. Esto nos permite pensar nuestra subjetividad como investigadoras en clave de “estados”, momentos o circunstancias corporales, contextuales, relacionales, emplazados y modificables constantemente en función de nuestras intra-acciones (Barad, 2007). Nos permite también hacer frente a la necesidad de ir más allá del entendimiento dual de nuestro mundo, a saber, naturaleza/cultura, yo/otro, humano/no-humano, y reconsiderar la naturaleza en clave de un monismo espinoziano.

Running: continuum entre cuerpos humanos y no- humanos

Durante nuestra exploración etnográfica, la consideración del contexto urbano en el estudio de las prácticas runners fue fundamental para situar las relaciones que se producen entre cuerpos humanos, territorios físicos y materialidades digitales. Los cuerpos que corren están en constante relación con su propio cuerpo y con diversos cuerpos no- humanos, entendiendo como no-humanos (pero entretejidos con lo humano) las tecnologías, los discursos, los objetos y las prácticas que desempeñan cotidianamente y que suceden en movimiento.

Siguiendo a Pink (2012), las prácticas de la vida cotidiana se llevan a cabo y se configuran constantemente en relación con materialidades, tecnologías, ambientes y movimiento. Se localizan en espacios/lugares que a su vez son producto de interacciones constantes y de experiencias subjetivas: no son sólo territorios físicos preconcebidos.

Un buen ejemplo del modo cómo se entretejen cuerpos y tecnologías (lo humano y lo no-humano, apriorísticamente hablando) durante el running, y que nos permite pensar en términos de continuum, son las prácticas digitales como el ‘self- tracking’. El self-tracking permite explorar la relación de continuidad entre varias materialidades humanas y no-humanas como los cuerpos, los territorios físicos, los dispositivos digitales, los elementos urbanos, el ambiente, etc.1 En el caso del running, el uso de apps y relojes GPS para el registro constante de la actividad, permite observar tendencias y relaciones en y con la movilidad de los corredores y los vínculos que se producen con el ambiente urbano, el propio cuerpo en movimiento y la tecnología digital. Por ejemplo, mediante estas plataformas y dispositivos (relojes, apps, páginas web) se puede acceder, entre otras cosas, a representaciones visuales de mapas térmicos que proyectan patrones o tendencias de movilidad de los usuarios en el territorio urbano a partir de datos recolectados en sus carreras cotidianas. También se pueden conocer datos como el impacto de la presión corporal de los corredores en su paso por el espacio físico. Los mapas térmicos muestran visualmente las intensidades de movimiento en la tierra según lo frecuentado de ciertos recorridos a través de estímulos corporales como el paso y las pisadas. El cuerpo que corre, provisto de una tecnología digital específica en forma de objeto (reloj), conectado a una plataforma multimedia (app móvil) y motivado o influenciado por modas, tendencias y campañas promotoras de estilos de vida activos y de bienestar2, despliega dimensiones de movimiento, significación y configuración de sentidos y experiencias encarnadas que dan cuenta de formas de concebir la corporalidad contemporánea. Durante nuestra exploración etnográfica, los runners relataron diversos momentos en los que el uso de dispositivos digitales durante su práctica afectaba las interacciones en entrenamientos y carreras, generando impactos en la propia concepción del cuerpo y el conocimiento del territorio urbano:

(…) yo tengo un reloj de estos que van conectados al satélite y realmente engancha. Yo empecé con una aplicación de móvil, no me acuerdo cuál era, de las primeras que existían para móvil y miraba lo que había corrido y la velocidad media pero después ya me hice de un reloj de estos tipo Garmin y realmente ya no suelo correr sin él, tengo que decir desde que tengo esta referencia he mejorado mi rendimiento. (…) el hecho de entrenar sobre la base de una pauta, de tener que llegar a unas referencias, de tener que hacer una distancia concreta eso me ha cambiado, yo creo que he mejorado bastante mi capacidad de correr usando el reloj y desde ese sentido mi rendimiento ha mejorado y realmente es una cosa que es una cierta adicción pero correr sin el reloj a veces me parece que corro menos. … realmente mejora muchísimo la percepción de lo que puedes hacer, la planificación la puedes controlar de forma absoluta, ya sea un km o cambios de ritmo o tiempo… Con el control tecnológico sé en cada momento qué estoy haciendo. En relación con el cuerpo lo que he mejorado mucho es la percepción del límite o no límite cuando estás corriendo. (Carles, 19/7/2016)

(…) la desventaja con los relojes es que la gente ha olvidado escuchar su cuerpo, igual que cuando vas con la música, o sea tú sigues el reloj y vas a 5 min. el km y dices perfecto es a lo que tengo que ir y todo el rato vas mirando, pero no paras a pensar qué sensaciones tengo. Puedes decir: sí voy cansado pero la percepción que tenías del cuerpo sin el uso del pulsómetro GPS no es la misma, yo creo que ahí se ha perdido eso, saber escuchar el cuerpo y decir ah pues mira tengo estas sensaciones... La ventaja es que puedes cuantificar todo el volumen que haces cada semana. También te sirve para meter rutas, para explorar territorios, a lo mejor te vas a Collserolla y dices bueno yo no conozco rutas en Collserolla pero me puedo bajar una ruta en mi GPS y puedo seguir una ruta corriendo y conocer una ruta que no conocía y que a lo mejor no me atrevo a meterme ahí si no sé exactamente el camino porque me puedo perder y a lo mejor me tiro tres horas corriendo y mi idea no era esa ¿no? En eso es evidentemente muy positivo, pero en la percepción de las sensaciones creo que se ha perdido muchísimo y que la gente es más esclava de mirar. (Jess, 13/7/2016)

Nos interesa recordar que el movimiento, las prácticas y su representación, tampoco son cuestiones neutras. En cualquier modo estos aspectos de la movilidad están sujetos a relaciones sociales y a la producción y distribución de poder entre los diversos cuerpos, espacios y materiales (Cresswell, 2010; McDowell, 2000). En este sentido, hablar de políticas de los cuerpos y políticas de la movilidad es fundamental para localizar relaciones de privilegio en función de diferencias encarnadas, no sólo de género sino de clase social, de grupo étnico, de edad y de condición de pertenencia a un territorio, así como para incorporar una aproximación interseccional que considere otras categorías como la discapacidad de los cuerpos. Estos aspectos inciden en el modo en que una persona o cosa se mueve, su rapidez, su ritmo, qué ruta sigue, cómo es vivida sensorialmente la experiencia o con qué fricción o resistencia se vive la movilidad en el espacio urbano a partir de prácticas de la vida cotidiana (Cresswell, 2010). Un ejemplo de esto durante la exploración etnográfica fue la emergencia del binomio migración-pertenencia a través de la práctica del running o la cuestión del género vinculada a la seguridad con la que las mujeres se mueven en la ciudad mientras corren:

(…) En Barcelona puedo salir a correr tarde o por la noche sin tener que preocuparme por la inseguridad, cosa que quizás no sucede en otras ciudades. Aquí yo nunca he tenido inseguridad por salir a correr sola, aunque lo he pensado. (Jess, 7/2016)

(…) aquí vienen a entrenar muchas personas que recién llegan a vivir a Barcelona (migrantes). El grupo Run4you es familia, ha ido más allá del puro objetivo de entreno. La idea inicial era el entrenamiento pero el factor social de hacer una actividad en grupo ha triunfado. (Albert, 6/7/2016)

(...) con mi hermano, cuando vino a visitarme de México, le dije “vamos a hacer deporte”, y nos pusimos a correr, le presenté la ciudad haciendo running. Me lo llevé al Arco del Triundo y al Parque de la Ciutadella, a Montjuic, todo corriendo, ese era mi turismo con él y fue mi forma de conocer la ciudad y de hacerla mía cuando llegué a vivir aquí... (Omar, 12/2/2016)

También la experiencia a nivel afectivo, sensorial y corporeizado al momento de llevar a cabo prácticas diarias de diversas índoles necesita ser localizada en términos espaciales. El contexto es parte fundamental de la ecología (Pink, 2012) en la que devenimos sujetos incesantemente. En consecuencia, hemos de tener en cuenta los elementos del ambiente (materiales, tecnológicos, sensoriales, sociales, etc.), para pensar la corporalidad en modos alternativos a los modelos hegemónicos, antropocéntricos y universalistas, que obvian las marcas diferenciales generadoras de desigualdad social.

El fenómeno del running a lo largo del proceso de investigación se fue delineando en términos de prácticas, ensamblajes y continuums no neutros, y expresando su carácter rizomático y expansible hacia múltiples esferas de la vida cotidiana de los corredores. El cuerpo activo fue quedando redimensionado como actor, como línea de paso, como punto de referencia, como una materialidad más, siempre en relación con otras materialidades, en múltiples dimensiones cotidianas y configurando/configurado por el espacio y las condiciones urbanas, sociales y de poder.

Derivas Runners: La Memoria del Agua en Querétaro

Durante un poco más de dos años de desarrollo del trabajo de campo etnográfico de esta investigación (fundamentalmente en la ciudad de Barcelona), llevamos a cabo diferentes actividades de difusión académica, por ejemplo, conferencias, participación en foros, mesas de discusión, congresos y seminarios especializados, entre otros.

En diciembre del 2017, la primera autora de este trabajo fue invitada por el Instituto de Género de la Universidad Autónoma de Querétaro (México) a dar una conferencia sobre este proyecto de investigación. Como parte del proceso etnográfico, y aprovechando que estaría algunos días en la ciudad, planteó una actividad práctica, extendiendo la invitación a participar en ella no sólo a la comunidad académica sino al público en general, a la sociedad civil y a todos los interesados en la experiencia. Movida por el interés de materializar las ideas presentadas en la conferencia a través de correr y de sacar el cuerpo del aula académica para ponerlo en movimiento en la ciudad, buscaba involucrarse de maneras diversas con los resultados parciales de la investigación y con el flujo de afectos en el ensamblaje del proceso etnográfico (Fox & Alldred, 2015).

La actividad práctica que propuso y que llevó a cabo se tituló “Derivas Runners: La Memoria del Agua en Querétaro”, que consistió en planea tres rutas (o derivas) para correr siguiendo “La Memoria del Agua” en la ciudad, a través del curso y movimiento del elemento. Las rutas propuestas estuvieron trazadas con el objetivo de rastrear la presencia del agua en la urbe y para conocer la historia y la memoria de este elemento en la ciudad. Se planteó el acercamiento a la arquitectura hidráulica para propiciar la comprensión de su impacto en el desarrollo urbano a través del tiempo, su presencia actual en el paisaje, su funcionamiento y su relación con los habitantes actuales y de antaño. Esta iniciativa, paralela a la diseminación académica del proyecto de investigación, se llevó a cabo mediante el Capicúa MovLab 3, laboratorio de investigación social aplicada creado para hospedar esta propuesta y para seguir desarrollando futuros proyectos de investigación que exploren las relaciones de continuidad entre los cuerpos, los espacios urbanos, las psicogeografías y el potencial activista de ellos.

En la propuesta de las “Derivas Runners”, los elementos centrales fueron el running y el agua, factores que acabaron vinculando Querétaro y Barcelona. En las experiencias etnográficas con los participantes en Barcelona, durante el trabajo de campo, en varias ocasiones se hizo presente el agua en el contexto urbano, por ejemplo, al detenernos en las fuentes urbanas de agua potable para beber, rehidratarnos y refrescarnos mientras corríamos. A veces, después de los entrenos, nos bañábamos en el mar; otras veces bordeábamos estanques o fuentes en los parques durante las carreras en grupo, experimentando la frescura y el paisaje que ofrece este elemento en la urbe. En ocasiones, el agua era mencionada en las narrativas de los participantes como parte de algo muy presente en su imaginario urbano, siendo un elemento necesario que acompaña a los runners en la satisfacción de sus necesidades mientras corren. Barcelona cuenta con un sistema de fuentes muy extenso y antiguo, a través del cual se distribuye el agua a las diferentes zonas y barrios, pudiéndose aprovechar la infraestructura para abastecer el consumo humano a través de estanques, fuentes y cascadas que, a su vez, pueden ser apreciadas como obras de arte.4 Por su parte, Querétaro cuenta con una arquitectura hidráulica muy sólida que marcó un antes y un después en el desarrollo económico de la ciudad desde el siglo XV y su presencia en la ciudad hasta nuestros días es muy importante.

Siguiendo el camino del agua

A través de las “derivas runners”, hackeamos el running mainstream, complejizando una práctica de moda para explorar el potencial activista de los cuerpos en movimiento, en continuidad con el espacio urbano. ¿Qué significa esto? Que se buscó generar un espacio o lugar-evento (Massey, 2005; Pink, 2011) que permitiera la realización de acciones colaborativas a partir de conjuntar cuerpos que corren y la exploración de materialidades en el espacio urbano, para iniciar una reflexión crítica sobre la correspondencia de nuestras corporalidades con los elementos del ambiente urbano y propiciar experiencias donde poder encarnar reflexivamente el continuum cuerpociudad (Herrera Altamirano, 2018).

El proyecto consistió en correr colectivamente, sin ánimo de competencia, tres rutas de 5 km aprox. cada una, en tres fechas y horarios distintos durante el transcurso de la semana posterior a la conferencia acordada con la Universidad (9, 14 y 16 de diciembre del 2017, a las 9 am y 5 pm, hora local). El objetivo fue explorar -al ritmo del running- el antiguo sistema hidráulico de la ciudad: los acueductos de Querétaro y Hércules, las fuentes y cajas de agua del centro histórico, las presas y fragmentariamente el río Querétaro desde La Cañada hasta la Av. Universidad. Las rutas corriendo se fueron integrando con el conocimiento colectivo y las explicaciones de anécdotas o relatos sobre el tema hidráulico en la ciudad por parte de todos los participantes. Paralelamente a la práctica del correr, se recuperó la memoria de los hechos históricos en relación con el líquido como elemento vivo y fundante, así como su distribución, desarrollo, carencias y necesidades en la urbe desde el S. XV hasta nuestros días. Las rutas fueron recorridas al ritmo de carrera que se fue generando grupalmente.

Hicimos paradas específicas en puntos de interés de la ruta para observar fuentes, el río, presas, el paso del tren, y llevar a cabo reflexiones y comentarios compartidos entre los participantes respecto a la temática de interés: detalles, apuntes críticos, imaginaciones y futuros posibles. En cada sesión se formaron grupos de personas distintos, conocidos y desconocidos entre sí, de edades variadas. Participaron hombres y mujeres de diferentes profesiones e intereses, personas aficionadas al running y personas que casi nunca en su vida habían corrido más de 2 km continuos. En total hubo 9 participantes (tres mujeres y seis hombres) que hicieron la ruta corriendo, con edades que variaban de los 30 a los 57 años. Todos los participantes contaban con un título universitario en profesiones variadas (urbanismo, arquitectura, relaciones internacionales, abogacía, historia, psicología, etc.). Cuatro de los nueve participantes practican el running en su vida cotidiana, tres más lo hacen de modo casual y se enfocan en otro tipo de actividades como el yoga o el ciclismo; sólo uno de los participantes no se mostraba interesada en el running en sí mismo ni lo practica en su vida diaria. Los participantes dieron cuenta de las diferentes motivaciones por las que asistieron al evento: dos de ellos, interesados en la planeación urbana y empleados en instancias gubernamentales, manifestaron su curiosidad por la actividad y su conjunción con el tema hidráulico (actividad de movilidad + temática hidráulica); a tres de los participantes, interesados principalmente en el running como actividad, les motivaba la posibilidad de poder hacer rutas urbanas de cultura y recreación en nuevas modalidades (con el running como vehículo); el resto de participantes, quienes habían sido asistentes en la conferencia celebrada en la Universidad, explicaron estar interesados en darle continuidad a la propuesta académica a través de su participación en las derivas runners. Contamos con la asistencia de dos miembros caninos que hicieron el recorrido con nosotros. Al final de los tres recorridos se suscitaron momentos para seguir compartiendo tiempo y reflexiones al dirigirnos a sitios cercanos a los puntos de finalización de las rutas para desayunar en grupo y/o tomar una cerveza según fuese el caso. La convocatoria y difusión de las rutas se llevaron a cabo a través de las redes sociales de Capicúa MovLab: el perfil de Facebook y el de Instagram facilitaron la creación de los eventos correspondientes para cada recorrido. Llevamos a cabo un registro digital de las tres derivas a través de fotos, videos, instastories y apps especializadas en running (Nike + Run Club y Strava) con las que generamos mapas de cada ruta; también creamos hashtags entre los participantes (#queeringrunning, #hackeandoelrunningmainstream, #derivasrunners #memoriadelagua, etc.) para compartir y difundir los contenidos generados, contando con previa autorización de todos los asistentes.

Casi todos los participantes, de uno u otro modo, estaban vinculados en gusto al tema del running y con la temática urbana a nivel de planeación, de movilidad o de vínculos afectivos; este hecho hizo que los participantes se implicaran de manera importante en la dinámica, aportando no sólo su cuerpo en movimiento sino sus conocimientos populares o especializados respecto al sistema hidráulico, la historia urbana y personal, la visión sobre la planeación y diseño de la ciudad y la posibilidad de pensar en futuras acciones culturales y de diseño urbano. Todos los participantes se dispusieron a adaptarse a un ritmo común de trote generándose cohesión de grupo durante el movimiento, con sus respectivas pausas e intermitencias durante las conversaciones alrededor del elemento agua-en- la-ciudad. Tanto en las pausas frente a las fuentes o monumentos como durante el trote de un sitio a otro se charlaba, se comentaban diversas temáticas en torno al agua, a la ciudad, al running y a otros temas casuales/personales entre los participantes. Se generó un ambiente de running “casual” con implicaciones urbanas, culturales, pedagógicas-colaborativas y críticas. Se propició además una experiencia en movimiento innovadora para todos los participantes, pues en Querétaro no hay antecedentes de este tipo de actividades y los participantes manifestaron no haber tenido experiencias similares previas

La investigación histórica y el diseño de las rutas se llevaron a cabo por parte del historiador, escritor y socio de Capicúa MovLab, Antonio Tamez, quien optó por dividir en tres sectores la zona centro de la ciudad, lo que marcó nuestros tres recorridos:

  1. 1) “La ciudad española” quedó definida dentro del primer cuadro sobre el cual se traza un circuito cuyo punto de partida y llegada es el Mirador de Los Arcos. Desde aquí fue posible obtener una perspectiva general de la emblemática obra del S. XVIII que dotó de agua potable a la ciudad. A partir de este punto seguimos la deriva marcada por las cajas de agua: —la Virgen del Pilar, de los Ahorcados, de la Estampa, el Mexicano, Garamilla y Cantoya —; los recipientes de piedra de uso público empotrados en las paredes y las esquinas de las calles a donde solía llegar el agua conducida primero por el acueducto y luego por una tubería subterránea hecha de barro.

    2) “La ciudad indígena”: Krétaro, Tlachco, Nda Maxei, el asentamiento original de la ciudad. A diferencia del anterior, éste no fue un circuito, sino un recorrido de carrera lineal que arranca en la Alameda del Marqués, en la alberca del Capulín, que más que una alberca parece un fuerte: una vieja construcción del imperio español cuya función era almacenar los 3,000 metros cúbicos de agua despachados a diario por el acueducto. Corriendo a la vera del río Querétaro llegamos hasta la Presa del Diablo, reformada al despuntar el siglo XX con sus compuertas de fabricación inglesa. La presencia del acueducto de Hércules, construido en 1865 por el industrial Cayetano Rubio, nos acompañó hasta casi el fin de aquella ruta, el cual fue la fábrica de Hércules cuya aproximación desde el Parque Bicentenario la hace ver como el gigante que fue: la segunda fábrica más importante del país durante la Revolución Industrial.

    3) “La ciudad afromestiza”, la cual trazó el perímetro de la ciudad colonial: los actuales barrios de Santa Ana, el Tepetate y la Otra Banda. Las orillas destinadas a las más de 60 familias afrodescendientes y 200 familias mestizas, que es como ahora llamamos a las castas de Nueva España, cuya riqueza genética se pretendía clasificar por entonces con nombres como lobo, chino, mulato, chamizo, saltapatrás y tentenelaire. Buscamos las cajas de agua de Capulines y Verdolagas. Cruzamos el río y las vías del tren para internarnos en La Otra Banda y visitamos la pila del Tepetate, el punto más al norte de nuestro mapa, donde las cicatrices del sistema colonial todavía son visibles: la profunda diferencia de clases. En tiempos históricos se ubicaron aquí los rastros, los trapiches y los obrajes que fueron campos de trabajo para los vagabundos, los reos y los alcohólicos. La industria colonial contaminó el río Querétaro y en 1778 el Marqués de la Villa del Villar del Águila construyó un acueducto para traer el agua desde una fuente más limpia.

Cuerpos que corren: nuevos materialismos feministas

A través de la realización de las “derivas runners” pudimos re- correr zonas de la ciudad siguiendo el flujo del agua, su memoria, su historia y su vigencia como elemento vivo. Abarcamos dimensiones online . offline haciendo uso de herramientas digitales. Gracias al uso de las tecnologías digitales pudimos mapear territorios y generar registros en tiempo real para compartirlos en redes sociales, para crear una memoria de la actividad e involucrar a diversas audiencias a través de la transmisión en vivo de varios momentos de las rutas corriendo. En la primera ruta nos percatamos del sistema de fuentes públicas en el centro histórico de la ciudad, así como de su funcionalidad y transformación a lo largo del tiempo. Correr una ruta que persigue conectar cada una de las fuentes de la ciudad permitió tomar consciencia por parte de los participantes del modo en que el agua viaja en modo subterráneo en la urbe, y literalmente re- correrlo, así como de la manera en que históricamente los habitantes de Querétaro han utilizado las fuentes hasta nuestros días, determinados por el privilegio de acceso a ciertas zonas urbanas, ya que las clases sociales marcaban (y siguen marcando) fuertemente la posibilidad de gozar de ciertos servicios o de habitar en determinadas áreas de la urbe. En la segunda deriva runner fue evidente cómo, a través de correr-fluir como el agua en la vera del río Querétaro (a la altura de La Presa del Diablo en la zona periférica de Hércules), la contaminación del río imprimió una tensión en los participantes-corredores, generándose reflexiones y afectos en torno a lo presenciado. El caudal del río, su color, movimiento, olor y aspecto, contaminado por diversos tipos de materiales, entre ellos neumáticos, residuos humanos, basura, plásticos, químicos, entre otros, se veía interrumpido y particularmente atravesado por la acción humana en modo tóxico. Esto despertó comentarios en torno al impacto que las fábricas textiles de la ciudad han tenido y siguen teniendo en el elemento agua y por consiguiente en la calidad de vida (principalmente) de los habitantes de las áreas conurbadas al río. Durante aquella deriva, correr a un lado del caudal del río al atardecer viendo la puesta de sol, generó comentarios de alegría y gozo entre los participantes por la experiencia pacificante y estéticamente bella, y al mismo tiempo, el olor putrefacto de las aguas se imponía en la experiencia y las reflexiones. En la tercera deriva, en que visitamos una parte de la ciudad denominada “la otra banda” justamente determinada por su presencia “al otro lado del río” respecto del primer cuadro de la ciudad, fuimos testigos de cómo, hasta hoy en día, es muy evidente cómo la urbanización determina la habitabilidad y excluye a determinados grupos sociales hacia zonas con menores condiciones de abastecimiento de servicios. En este caso, los elementos naturales y su delimitación en la ciudad (los ríos, etc.) pueden funcionar como fronteras de poder. Cada una de las derivas nos permitió, en cierto modo, devenir con el paisaje y con los flujos, las tensiones y las contradicciones que el agua iba suscitando en la ciudad, a través de nuestro movimiento físico durante la carrera y también durante nuestras reflexiones, memorias e imaginaciones.

En Querétaro el agua forma parte fundacional de la historia y del desarrollo urbano, y hoy sigue siendo un tema de agenda local prioritario a nivel de diseño, planeación y sostenibilidad, aunque se tenga medianamente abandonado. La necesidad de atenderlo se hace mayormente evidente cuando, por ejemplo, cada temporada de lluvia se inundan zonas urbanas (que generalmente coinciden con asentamientos de población perteneciente a clases sociales desfavorecidas) por malas planeaciones o por desatención en el trazado urbanístico.

A raíz de las “derivas runners” se catalizaron algunas propuestas, invitaciones, conexiones y actividades sociales de las que Capicúa MovLab se ha ido haciendo cargo. Por ejemplo, conocimos y establecimos comunicación con organizaciones sociales y proyectos culturales interesados en el tema urbano, con la finalidad de llevar a cabo futuras colaboraciones, por ejemplo, Dérive Lab en Querétaro, con quienes mantuvimos algunas conversaciones y encuentros posteriores. Por otra parte, a continuación del evento de las “derivas runners”, fuimos invitados por la revista queretana de turismo cultural “Ciudad Adentro” para escribir sobre la experiencia de la propuesta realizada, siendo publicado en la edición de marzo-abril de 2018 con el objetivo de diseminar las “derivas runners” como una actividad cultural- turística en la sección “paseos” de la revista, que está dedicada a la propuesta de rutas de exploración de la ciudad a partir de temáticas específicas. También, durante la planeación de las “derivas runners” (en octubre y noviembre 2017), a lo largo de su realización (diciembre 2017) y durante la etapa posterior a su finalización, sostuvimos diálogos con arquitectos y actores públicos del área de Planeación Urbana de la ciudad de Querétaro con miras a realizar posibles acciones participativas de reflexión y concienciación ciudadana a raíz de este proyecto y en conjunto con ellos; además, también recibimos de su parte apoyo bibliográfico especializado en la temática hidráulica.

Con antelación a la organización y la puesta en marcha de las “Derivas Runners” llevadas a cabo en esta edición, no sabíamos qué cosas pasarían ni qué lugares-evento se configurarían a través de nuestro trote, sin embargo, observamos el surgimiento de correspondencias y relaciones entre los participantes-corredores y el elemento agua en la ciudad. Considerando esta iniciativa como parte de la exploración etnográfica, hemos experimentado con el diseño y los métodos de investigación, repensando el ensamblaje global de la investigación.

Una lectura posible del ensamblaje ocurrido entre el evento de las “derivas runners” y el proceso de investigación, es que el running devino vehículo crítico de reflexión y acción urbana. Con este ensamblaje particular, se propició la exploración, la conexión y la reflexión sobre el agua y su memoria como materia vital . vibrante (Bennett, 2010) por parte de los cuerpos que corren. También se puso en evidencia, la capacidad de acción de las distintas materialidades a través de sus propias tendencias, trayectorias y fuerzas (Bennett, 2010), por ejemplo, el agua como un eje rector del funcionamiento y dinámicas de una ciudad.

En este sentido, e inspirados por una mirada nuevo-materialista en la investigación social, apostamos por reconocer los matices y las hibridaciones entre las relaciones ocurridas entre sujetos humanos y no-humanos en contextos cotidianos. La puesta en marcha de un enfoque en la investigación-como- ensamblaje o research-assemblage (Fox & Alldred, 2015) nos permite también dar cabida a un modo específico de situar al cuerpo dentro del proceso de investigación -nos permite hacer investigación sobre, de, en y desde el cuerpo- desde la consideración de los cuerpos como parte de un continuum de potencial acción micropolítica en sus contextos cotidianos, a través de la consciencia relacional con su entorno y del involucramiento en acciones ambientalistas, urbanísticas, de planeación y participación ciudadana.

Reflexiones finales

Correr cada una de las tres rutas nos permitió movilizar nuestros cuerpos a través del territorio físico y movilizar afectos a través de la memoria, de la experiencia sensorial y de la experiencia colectiva respecto a un elemento natural vital que a su vez está incorporado en el paisaje y en el funcionamiento de la ciudad pero que, con frecuencia, invisibilizamos o damos por supuesto.

El agua forma parte del paisaje urbano, es un trazado vivo. Siguiendo su ruta nos hemos convertido también en flujo, en parte de este panorama en movimiento. Despertamos la conciencia y la reflexión sobre un tema de interés público, conectamos emocionalmente, nos apropiamos del rumbo y del flujo de su historia. Encontramos una alternativa para explorar la ciudad, abiertos a las sorpresas y al itinerario orgánico. Trazar una geografía runner siguiendo el curso del agua como elemento activo en el espacio urbano nos permitió experimentar su flujo histórico y contemporáneo en un escenario cotidiano y extrañado al mismo tiempo, a través de una experiencia encarnada. Al generar representaciones digitales de mapas GPS, fotografías, videos, reflexiones, memorias, momentos lúdicos, convivencia y cercanía corporal, compartimos con otros una práctica y una ruta, un interés, una inquietud, una incerteza, un activismo en potencia. Lo virtual y lo real quedaron fundidos en una experiencia comunicable para aquellos que participaron y quienes no. Al explorar los flujos de relación entre ensamblajes a través de las dimensiones de sociabilidad, virtualidad y conocimiento, mostramos que es posible, desde un posicionamiento crítico en la investigación social, tomar en consideración las materias animadas e inanimadas y sus capacidades para afectar y ser afectadas entre sí. Esto supone un descentramiento de la mirada antropocéntrica en el quehacer etnográfico.

Está claro que necesitamos profundizar en la investigación sobre la temática hidráulica tanto en Barcelona como en Querétaro u otros lugares. Diversos intereses, necesidades y tensiones políticas, económicas y urbanísticas están en juego. El agua es un tema prioritario en las agendas locales e internacionales y muchas acciones son necesarias para atenderlo. Este artículo deja abierta esta línea de exploración específica mediante metodologías móviles y ensambladas porque nos interesa la investigación aplicada y nuestro involucramiento como investigadoras.

Aquí hemos hablado del cuerpo en movimiento o cuerpo activo, de sus posibilidades relacionales y de sus acciones micropolíticas, para introducir una mirada de continuidad entre los ambientes urbanos, los cuerpos humanos y las dimensiones que la materialidad digital introduce en nuestros modos de relación y configuración constantes con el mundo.

Quisimos enfatizar el recorrido material que hicimos siguiendo el camino del agua a través de una práctica urbana cotidiana con auge crecienteen nuestra época: el running. Esta práctica moviliza cuerpos en el espacio urbano en modos muy particulares y puede potenciar acciones de activismo y nuevas maneras de relación con la ciudad y sus dinámicas. Habitar una ciudad y pertenecer a ella es vivirla, gestionarla, crearla y construirla constantemente. Moverse con y por ella, dar cuenta de sus elementos y vincularnos con ellos según nuestro movimiento puede ser políticamente creativo, a partir de responder y corresponder con sus propios flujos y características. Se ha iniciado aquí la que promete ser una constante tarea exploratoria, quizás, y, en primer lugar, de nuestro propio cuerpo como la primera escala espacial a la que tenemos acceso (McDowell, 2000), y continuadamente, del resto de los espacios que ocupamos, que creamos y con los que nos relacionamos cotidianamente.

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Notas

1. Para la exploración del tema de ‘Self-tracking’, salud y ‘QuantifiedSelf Movement’, ver Deborah Lupton, 2016
2. Uno de muchos ejemplos actuales es el de los relojes Suuntoy la compañía aérea Finnair, que en 2016, se unieron en cooperaciónestratégica para la campaña Be Active que busca la fidelizaciónde los usuarios con la aerolínea, promoviendo el runningpara ganar puntos de viajero frecuente, fomentando así estilosde vida saludables, la innovación y la digitalización. https://www.finnair.com/beactive?_ga=2.29554939.517988065.1508952256-442761351.1508772283
3. Capicúa MovLab es un laboratorio de investigación socialaplicada dedicado a la exploración de prácticas de movilidadde los cuerpos humanos (caminar, correr) y su relación con losterritorios físicos. El placemaking, el mapping y la psicogeografía son herramientas que utilizan para cartografiar territorios yestudiar el potencial activista de los cuerpos en movimientocontinuo (y en continuum) con los espacios físicos.@Capicúa_MovLab en Facebook e Instagram. Sitio web: https://capicuamovlab.wixsite.com/website
4. Gracias a los comentarios de los corredores en Barcelonadurante el trabajo de campo sobre de la utilidad práctica de laexistencia de bebederos en la ciudad al momento de practicarrunning, descubrimos la existencia de una app digital gestionadapor el Ajuntament de Barcelona llamada “Fonts BCN”, descargablepara el móvil, con la cual se puede acceder a la información sobrelas fuentes de la ciudad, saber qué fuente se tiene más cerca,cómo llegar, consultar el mapa GPS y obtener información básicade las más de 1600 fuentes para beber. Además, la app muestradatos artísticos, históricos y curiosidades de las piezas que tienenvalor como obra de arte o como ícono del mobiliario urbano. Laversión 2.0.0 de la aplicación, en su compilación 2016113001,incluye la posibilidad de escuchar coreografías a través de audiosy disfrutar del espectáculo de las fuentes más emblemáticas dela ciudad.

Notas de autor

a Doctora en Sociedad de la Información y el Conocimiento (Universitat Oberta de Catalunya). Maestra en Estudios de Género (UNIBO, Italia; UGR, España); Lic. en Psicología (UAQ, México). Creadora de “Capicúa MovLab”, Laboratorio de Investigación Social Aplicada sobre la relación entre cuerpos, ciudades, psicogeografías y activismo ambientalista.
b Doctora en Antropología Social (Universitat Rovira i Virgili, Tarragona). Directora del programa de grado interuniversitario de Antropología y Evolución Humana (Universitat Oberta de Catalunya). Coordina el grupo de investigación MEDUSA, sobre ‘Géneros en transición: masculinidades, afectos, cuerpos y tecnociencia’.
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