Artículos de Reflexión no derivados de Investigación
Manifestaciones extraintestinales de la infecc ión por Helicobacter Pylori: un enfoque en las patologías cardiovasculares
Manifestaciones extraintestinales de la infecc ión por Helicobacter Pylori: un enfoque en las patologías cardiovasculares
Archivos de Medicina (Col), vol. 17, núm. 2, pp. 445-457, 2017
Universidad de Manizales

Recepción: 05 Mayo 2017
Corregido: 10 Octubre 2017
Aprobación: 10 Octubre 2017
Resumen: Helicobacter pylori infecta más del 50% de la población mundial y se ha asociado al desarrollo de patologías gastroduodenales como: gastritis crónica, úlceras duodenales y gástricas, cáncer gástrico y linfoma de tejido linfoide asociado a mucosas. En los últimos años han aparecido un número considerable de publicaciones que plantean la existencia de una relación entre Helicobacter pylori y patologías que se alejan del sistema digestivo (extraintestinales) tal es el caso de las patologías cardiovasculares (como la enfermedad isquémica coronaria), dermatológicas (como la rosácea), tipo endocrino y enfermedades inmunológicas, entre otras. En este escrito se abordará principalmente las patologías de tipo cardiovascular.
Abstract: Helicobacter pylori infects more than 50% of the world population and it has been associated to the development of gastroduodenal pathologies such as: chronic gastritis, duodenal and gastric ulcers, gastric cancer and MALT lymphoma (lymphoid tissue lymphoma associated to mucosa). In the last years, a significant number of publications have appeared which suggest the existence of a relationship between Helicobacter pylori and pathologies that deviate from the digestive system (extraintestinal) such is the case of vascular type pathologies (such as ischemic coronary disease), dermatological pathologies (such as rosacea), endocrine type pathologies and immunological diseases, among others. This article aims to deal with cardiovascular type pathologies.
Keywords: Helicobacter pylori, gastroenterology, cardiovascular diseases, autoimmune diseases, skin diseases.
Introducción
El planteamiento de este artículo surge del auge de un tema que resulta muy interesante como lo es la relación entre Helicobacter pylori (H.pylori) y las patologías extraintestinales. Luego de una revisión exhaustiva de la bibliografía, se hará un recuento de la historia, epidemiología, mecanismo de infección y relación de H. pylori con las patologías extraintestinales haciendo un énfasis en las patologías de tipo cardiovascular, intentando analizar de manera crítica cada una de las hipótesis propuestas para ésta posible asociación. Se darán las conclusiones, y se tratará de abordar el tema de tal manera que el lector pueda sacar sus propias conclusiones, ya sea para apoyar o rechazar estas hipótesis.
Método
Se realizó una búsqueda exhaustiva de publicaciones científicas en donde se planteara la asociación entre la infección por H. pylori y patologías de tipo extraintestinal; dicha revisión se hizo entre junio del 2015 y mayo del 2016. Como herramienta se utilizó el motor de búsqueda Pubmed, de la base de datos MEDLINE; no se tuvo en cuenta el año de la publicación, puesto que uno de los objetivos fue tratar de rastrear el primer artículo que planteó la relación entre ésta bacteria gram negativa y las patologías de tipo extraintestinal. Los reportes más antiguos fueron de 1998; cada una de las publicaciones fue leída y analizada, con el fin de extraer la información más relevante que aportara información al artículo. Dado el gran número de patologías que se han relacionado con ésta bacteria y con el fin de hacer un mejor abordaje, esta publicación enfatizará en las patologías de tipo cardiovascular. Teniendo como base los 59 artículos revisados, se abordará la historia de este microorganismo, factores de virulencia, patogenia, entre otros y se dará una opinión crítica acerca del tema.
H. pylori, historia, incidencia y mecanismos de infección
Ya son más de 30 años, luego de que en 1982 los investigadores Warren y Marshall pudieran cultivar y a su vez dar a conocer al mundo la existencia de una bacteria, H. pylori, que era capaz de sobrevivir en el ambiente adverso dado por el bajo pH del estómago humano. Por los estudios realizados en torno a este microorganismo, en el año 2005, se le otorga el premio nobel de fisiología y medicina a estos dos investigadores. H. pylori, inicialmente llamado Pyloridis campylobacter y posteriormente renombrado como Campylobacter pylori; una bacteria gram negativa que rompía los paradigmas que para ésta época se tenían, donde se creía que ningún tipo de microorganismo era capaz de crecer o subsistir en el hostil medio del estómago humano. Ahora bien, es de aclarar que no fueron Warren y Marshall los primeros en hablar de H. pylori, ya para 1886 W. Jaworski había hablado de la existencia de “bacterias espirales” en el estómago, Bizzozerro en 1893 publica un informe donde reporta unas “espiroquetas” las cuales colonizaban las glándulas gástricas y los canalículos de las células parietales [1,2].
H. pylori es una bacteria gram negativa, ureasa positiva y microaerófila, capaz de colonizar el epitelio gástrico humano; infecta aproximadamente el 50% de la población mundial, su infección crónica se ha relacionado con el desarrollo de patologías digestivas como: gastritis crónica, úlceras duodenales y gástricas, cáncer gástrico y linfoma MALT (linfoma de tejido linfoide asociado a mucosas), a pesar de ser tan alta la tasa de infección sólo el 20% de los infectados llegan a desarrollar síntomas relacionados con este microorganismo; las tasas de incidencia varían según la localización geográfica y se asocia en gran medida con estados socioeconómicos bajos [1,2,3].
Se podría considerar a H. pylori como una bacteria exitosa, esto representado en sus altas tasas de infección y sus importantes características que le permiten lograr la colonización e infección, como lo son los factores del huésped, los factores ambientales y los factores propios de la bacteria [3,4].
Factores del hospedero: Un punto clave es la inflamación, que genera la bacteria en el huésped, gestada por la activación e infiltración de células mononucleares y neutrófilos, así como estímulos de transcripción y síntesis de numerosas citoquinas proinflamatorias como: IL-1ß, IL-2, IL-6, IL-8 y el factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) y citoquinas antiinflamatorias como: IL-4 e IL-10. El desequilibrio entre las citoquinas proinflamatorias y antiinflamatorias terminarían expresando la intensidad del proceso en sí, a mayor desequilibrio entre estas dos, más marcado será el proceso inflamatorio y por ende el daño [3,4,5]. Un estudio publicado en el 2003, plantea la predisposición genética a un desbalance en los grupos de citoquinas que llevaría a injuria acentuada y haría que exista un mayor riesgo de desarrollar cáncer gástrico; un papel importante en esta hipótesis lo juega la IL-1ß y su receptor IL-1RN, ésta es una potente citoquina proinflamatoria, que además tiene la capacidad de mediar la inhibición en la producción de ácido clorhídrico por parte de la mucosa gástrica, esta cascada de aumento del proceso infamatorio e inhibición de la producción de ácido, se vería traducida en atrofia e hipoclorhidria [5,6].
Factores ambientales: un ejemplo sería la dieta; se ha mencionado que las dietas ricas en frutas, vegetales y hortalizas, contienen vitaminas y antioxidantes como los carotenos, vitamina C y vitamina E, que disminuyen las concentraciones de radicales libres, éstos actuarían en defensa del tejido, puesto que durante la inflamación causada por H. pylori, se llega a producir gran cantidad de éstos radicales, como las especies reactivas de O2, que se originan a partir de las células del sistema inmune en los tejidos en donde se está llevando a cabo el proceso inflamatorio; con una dieta pobre en micronutrientes, esta capacidad de reducir los niveles de radicales libres de O2 se vería afectada y generaría la formación de agentes carcinogénicos como las nitrosaminas. Por otra parte dietas altas en sal y más aún en carnes crudas con sales de nitrógeno, favorecen la formación de agentes carcinogénicos, lo que acentuaría aún más la injuria en el epitelio gástrico, ya afectado por H. pylori. Otro factor ambiental que también se ha visto implicado es el hábito de fumar, esta asociación se hace a partir de la premisa de que el humo del cigarrillo produciría un intenso estrés oxidativo capaz de generar mutaciones a nivel del ADN [7].
Factores bacterianos: antes se debería decir que H. pylori es tal vez uno, por no decir el más exitoso de los microorganismos patógenos que afectan al ser humano, y no por nada infecta a la mitad o incluso más de la población mundial [1, 2]. Entre los factores que intervienen en el éxito de la infección de esta bacteria podemos resaltar:
Forma determinada
Uno de los secretos del éxito de H. pylori es su forma helicoidal, resulta crucial en el proceso de colonización, ya que tiene influencia en su motilidad; se han identificado genes que codifican esta particular estructura del microorganismo, dichos genes serían capaces de inducir cambios en la pared celular bacteriana; los genes CSD1, CSD2, CSD3 / HDPA, CCMA, CSD4, CSD5 y CSD6, serían los implicados en estos procesos [3].
Motilidad
Los flagelos juegan un papel importante, pues son ellos quienes le permiten su gran movilidad; H. pylori es capaz de identificar sitios de injuria en el epitelio gástrico y colonizar de manera rápida, evitando así su reparación y perpetuando en daño en estos [3].
Quimiotaxis
La quimiotaxis permite a la bacteria controlar su movilidad en respuesta a estímulos químicos extracelulares; proteínas localizadas en la membrana bacteriana o en el citoplasma, actúan como quimiorreceptores de éstas señales extracelulares, que luego de su estímulo por los respectivos ligandos desencadenan una cascada de transducción de la señal, lo que lleva a la modificación de determinados sitios flagelares y por lo tanto modificaciones en el patrón de movilidad de la bacteria [3].
Proteínas de membrana externa (OMPs)
Existen cinco familias de proteínas transmembrana, que participan en el proceso de colonización y persistencia de la infección, entre estas proteínas podemos identificar: la proteína de adhesión a los antígenos de Lewis B (BabA), la adhesina de unión a ácido sialico (SabA), proteína asociada a la adherencia (AlpA y AlpB), la proteína inflamatoria de membrana externa (OipA) y HopZ, que básicamente intervienen como factores de adherencia y median el tropismo de H. pylori por el tejido gástrico [3].
Proteína codificada por el gen A asociado a la citotoxina (CagA)
Fue el primer antígeno de H. pylori en ser asociado a enfermedades gástricas. El gen que codifica para CagA a su vez cuenta con un aproximado de 32 genes que codifican un grupo de proteínas, que forman un sistema de secreción tipo IV; la función de este sistema es introducir la proteína CagA en el interior de la célula del epitelio. Algunas cepas de H. pylori son consideradas más virulentas que otras, depende de que la bacteria posea o no factores como la proteína CagA estructurado en su genoma, ya que facilitaría el causar daño sobre la célula del epitelio gástrico [3,8,9,10].
Una vez la proteína CagA ingresa al interior de la célula, las quinasas celulares de la familia SRC-quinasas pueden fosforilarla; ya fosforilada, CagA puede interactuar con ciertas proteínas, dicha interacción promueve un desarrollo celular erróneo, donde se tienen un reordenamiento del citoesqueleto, excesiva proliferación, elongación y motilidad de células epiteliales, además de promover apoptosis. Aunque CagA puede no fosforilarse y aun así puede tener efectos adversos sobre la célula a través de la ruptura de las uniones estrechas y adherentes, además de producir respuestas proinflamatorias, pérdida de la polaridad y respuestas mitogénicas. Se ha relacionado la infección por cepas CagA positivas con un aumentado riesgo de desarrollar úlcera péptica y cáncer gástrico; se ha llegado a clasificar a CagA como una oncoproteína, ya que le atribuyen la capacidad de formar tumores in vivo [3,8].
Citotoxina vacuolizante (VacA)
Es uno de sus principales factores de virulencia el cual se ha asociado a la producción de enfermedades gástricas, junto a CagA. Está compuesta por dos sub unidades: p33 y p55 [3,8]; induce la formación de vacuolas por parte de las células del epitelio gástrico, lo que a su vez altera la vía de endocitosis de la misma, esto lo logra facilitando la liberación de hidrolasas al componente extracelular, lo que termina afectando la integridad del epitelio gástrico y teniendo un efecto degradativo de ligandos exógenos. Se ha reportado la capacidad que tiene VacA para acoplarse a la membrana interna de las mitocondrias, hecho por el cual afecta la polaridad de ésta e induce a la liberación del citocromo C, lo que desencadena la cascada apoptótica mediada por la caspasa III. De igual manera que con CagA, no todas la cepas de Helicobacter son seropositivas para VacA, es decir que no cuentan con este factor de virulencia, pero las que sí lo son se han asociado a mayor daño en el epitelio gastrointestinal [7,8,11].
De una manera breve pero explicativa se ha resumido las numerosas cualidades con las que cuenta H. pylori y los mecanismos que le permiten infectar al ser humano. H. pylori se ha asociado a numerosas patologías de tipo gastrointestinal; pero en los últimos años han aparecido una serie de estudios que intentan plantear la asociación entre esta bacteria y diferentes patologías que se alejan de la esfera gastrointestinal, es decir plantean una asociación entre H. pylori y patologías extraintestinales.
Entre las muchas hipótesis que se han lanzado, se ha relacionado a H. pylori con patologías de tipo cardiovascular (como la enfermedad isquémica coronaria), patologías dermatológicas (como la rosácea), patologías de tipo endocrino, enfermedades inmunológicas [12].
H. pylori y su asociación con patologías cardiovasculares
Actualmente se cuenta con la suficiente evidencia científica que demuestra la existencia de factores de riesgo que predisponen el desarrollo de patologías cardiovasculares, entre ellos se identifica la hipertensión arterial, diabetes mellitus, tabaquismo, dislipidemia, entre otros. Éstos cobran gran relevancia puesto que las patologías cardiovasculares son la principal causa de morbilidad y mortalidad en el mundo [13,14]. Se ha pensado y se tiene evidencia clara de ello, que al intervenir estos factores de riesgo, casi de manera directa también se impactaría en forma positiva en la reducción de eventos cardiovasculares.
Ahora bien aunque dichos factores tienen una estrecha asociación con patologías cardiovasculares y pueden ser la explicación de muchos de estos eventos, no los explicarían en su totalidad, es decir que todavía hay una brecha entre la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares y la distribución de los factores de riesgo [13].
Tal vez es por esto, que entre la literatura con la que actualmente se cuenta y que plantea la relación entre H. pylori y las patologías extraintestinales, el subgrupo de las enfermedades cardiovasculares ha sido el más estudiado [14]. Entre las patologías que se ha planteado puedan tener una relación con H. pylori encontramos la enfermedad de arterias coronarias (cardiopatía isquémica), el accidente cerebro vascular, ateroesclerosis, migraña y algunas otras como la fibrilación auricular, en esta última se ha encontrado que la incidencia de infección resulta más alta en los pacientes con fibrilación auricular de larga data [15].
Migraña
La migraña es un trastorno común que afecta aproximadamente del 6 – 13% de la población en general, se caracteriza por episodios frecuentes de cefalea, que puede o no tener síntomas asociados (auras); afecta principalmente a las mujeres y se ha descrito como la causa más común de cefalea en niños menores de 6 años [14,16,17].
Aunque de momento no es clara la fisiopatología de la migraña, teorías apuntan hacia la disfunción neuronal primaria como la causa de ésta, mientras que otras postulan y apoyan que fenómenos como la vasodilatación y la vasoconstricción podrían ser los responsables de la condición; se ha planteado que factores ambientales, genéticos y hormonales se asocian a la migraña, como también las infecciones crónicas y es donde H. pylori podría encajar como un posible agente causal de ésta patología [14,16,17].
Se ha demostrado que las tasas de infección por H. pylori son mucho mayor en pacientes que padecen de migraña [14], por el contrario otras publicaciones no muestran una diferencia estadística significativa entre los pacientes con la patología y el grupo control o la población en general. Grupos de estudio reportan haber realizado sus investigaciones principalmente en pacientes con migraña sin aura y parece ser que éste subtipo de migraña es causada por una combinación de factores genéticos y ambientales, en contraparte con la migraña con aura que al parecer tiene una componente netamente genético; algo para tomar en cuenta en esta posible asociación y tal vez para futuras investigaciones [16].
En un meta análisis publicado en el 2014 que buscaba estudiar la relación entre H. pylori y la migraña, se tomaron en cuenta cinco estudios de casos y controles que luego de ser analizados por el grupo investigador concluyeron que: H. pylori es un factor de riesgo para la migraña, además de ello hacen un posible acercamiento del porque para muchos estudios ésta asociación sigue siendo controvertida, ellos enumeran tres razones: la primera de ellas hace referencia a la sensibilidad a los alimentos que puede inducir H. pylori, ésta teoría expone que producto de la infección activa en el estómago, la vasculatura quedaría más propensa a entrar en contacto con antígenos exógenos procedente de la alimentación, lo que desencadenaría anticuerpos y por ello la sensibilidad a estos, teoría que no es del todo clara y no explica con certeza la migraña. La segunda toma en cuenta la relación que existe en la migraña y sustancias vasoactivas, como el óxido nítrico, serotonina, entre otras, que al analizar las muestras de pacientes y grupos controles no han encontrado que exista diferencia en la cantidad en el plasma de estas sustancias. La tercera hace referencia a que muchos estudios no han encontrado una diferencia significativa en los niveles de infección entre los pacientes y los casos control [16]. También se ha descrito que en grupos de pacientes, los cuales luego de cumplir con el tratamiento erradicador para H. pylori, la cefalea desaparece o su sintomatología mejora en gran proporción, se reporta una mejoría en el 84% de los pacientes. En un artículo australiano Bradbeer et al. reportan la remisión de los síntomas en una paciente pediátrica luego de la erradicación de la bacteria [17].
Accidente cerebro vascular (ACV)
La posible asociación entre la infección por H. pylori y el accidente cerebro vascular, proviene de estudios que reportan una mayor prevalencia de la infección en pacientes con esta patología que en pacientes del grupo control. Parece ser que el proceso inflamatorio es parte fundamental en esta asociación causal; la infección crónica de H. pylori en el epitelio gástrico, desencadenaría a su vez una reacción inflamatoria crónica que podría explicar los casos de ACV. Las cepas CagA de H. pylori se han asociado más fuertemente a este tipo de patología. Ahora bien es de resaltar que el ACV isquémico corresponde a una patología multifactorial y que H. pylori podría actuar a manera de factor de riesgo.
El mecanismo fisiopatológico identificable para la mayoría de los accidentes cerebro vasculares isquémicos es la oclusión de la carótida o de los vasos sanguíneos cerebrales. Diversos estudios han demostrado que los pacientes con infección por H. pylori, tienen aumento en el grosor de la íntima. Se ha planteado que H. pylori actuaría sobre las plaquetas, activándolas y por ende afectando los procesos de coagulación. Por la asociación infección, inflamación, ateroesclerosis, también se podría encontrarse una relación entre H. pylori y el accidente cerebrovascular. Otros planteamientos toman en cuenta factores como la desestabilización de la placa ateromatosa, aumento de la expresión de moléculas de adhesión y citoquinas proinflamatorias y expresión genética alterada, como un mecanismo de asociación entre esta bacteria y el ACV. Se ha demostrado con el seguimiento que a los pacientes a los cuales se les erradicó la bacteria, los niveles plasmáticos de colesterol total, lipoproteínas de baja densidad, fibrinógeno y la IL-8 fueren significativamente más bajos.
La asociación entre H. pylori y ACV es un tema controvertido al igual que muchos otros que involucran a H. pylori y las patologías extraintestinales, puesto que se cuenta con estudios que reportan resultados contradictorios [18,19,20].
Ateroesclerosis
A pesar de la identificación y el impacto sobre los factores de riesgo para la prevención y el tratamiento del infarto de miocardio, muchos de los eventos ateroembólicos se desarrollan en individuos sin factores de riesgo fácilmente identificables; distintos grupos de investigación indican que la infección generada por H. pylori y la inflamación crónica que se podría originar de ésta, desempeñarían un importante papel en la iniciación y progresión de la ateroesclerosis, en la ya conocida cascada infección, inflamación, ateroesclerosis [19].
Microorganismos como Chalmydia pneumoniae, Citomegalovirus y H. pylori han sido implicados como unos posibles agentes que pueden infectar y producir inflamación de forma crónica; en un estudio publicado en el 2000 Mayr et al. informan que según su investigación sobre los tres agentes patógenos mencionados anteriormente, era la Chalmydia pneumoniae quien parecía tener una relación más estrecha con la ateroesclerosis, y la relación del H. pylori y ateroesclerosis pudo no haber resultado tan fuerte, por la presencia de factores de confusión, como lo es que las infecciones por esta bacteria se asocian con niveles socioeconómicos bajos, algo que no se manejó en la población de este estudio. También se ha sugerido que las cepas más virulentas de H. pylori podrían tener una asociación más fuerte con la ateroesclerosis. Se tiene que decir que la ateroesclerosis es una patología multifactorial y que el proceso inflamatorio resultado de la infección contribuiría solo en una parte y que tal vez al verse combinado con factores como la dislipidemia, hiperhomocisteinemia, hipercoagulabilidad, entre otros, haría al individuo más propenso a desarrollar esta patología [19,20,21,22,23,24].
En la búsqueda de literatura sobre este tema se encontró un artículo publicado en el 2015 por Vijayvergiya y Vadivelu, donde se hace un muy completo y actualizado abordaje sobre el papel que cumple H. pylori en el desarrollo de la ateroesclerosis. En esta publicación se dilucidan una serie de mecanismos por los cuales posiblemente el H. pylori pueda causar ateroesclerosis:
A. Inflamación crónica
Como ya se había mencionado, el H. pylori es una bacteria dotada de una gran cantidad de armas que le permiten su fácil colonización y duradera estancia en el epitelio gástrico, producto de esta infección crónica, induce un estado proinflamatorio, lo que se traduce en aumento de los niveles de citoquinas como el TNF-α, interleucinas como la IL-1,6,8, interferón gamma, factores coagulantes (fibrinógeno, trombina) y moléculas de adhesión como ICAM-1 y VCAM-1. Las citoquinas proinflamatorias, así como las moléculas de adhesión celulares implicados en la unión de monocitos a la pared endotelial parece ser crítico en la aterogénesis temprana. Se ha demostrado que luego de la eliminación de H. pylori por el tratamiento farmacológico, los niveles de citoquinas disminuyen, lo que permite dilucidar que H. pylori cumple un papel activo en el desarrollo de la ateroesclerosis [25,26]. Se ha encontrado que el TNF-α, aumenta la expresión de genes que codifican otras citoquinas pro-inflamatorias y proteínas que promueven la termogénesis [27], es importante resaltar que H. pylori no es el único agente patógeno capaz de producir una infección y por consiguiente la reacción inflamatoria crónica, también se han vinculado a otras bacterias y virus [28].
B. Disfunción endothelial
Al igual que en el caso de la inflamación crónica, en el mecanismo de disfunción endotelial, también juega un papel crucial las sustancias que se liberan durante el proceso inflamatorio, en este caso la elevación de la ICAM-1, IL-1,6 TNF-α y la proteína C reactiva (PCR) han sugerido que pueda existir la relación entre inflamación y disfunción endotelial; estas mismas sustancias son capaces de inducir cambios en la vasculatura (vasoconstricción) y disfunción del endotelio. Se ha observado que los niveles elevados de homocisteína también se ha asociado a la infección por H. pylori, dado que este se presume afecta la absorción de vitamina B12 y ácido fólico, lo que afecta la vía de la re-metilación. La producción de la proteína humana de choque térmico en la pared arterial resulta esencial para la protección celular frente a condiciones desfavorables, pero también representan un riesgo, puesto se ha encontrado que tienen un alto grado de homología en su secuencia con la de diferentes especies de microorganismo como H. pylori, lo que provocaría respuestas autoinmunes [21,22,29].
Dislipidemia
La infección por H. pylori se ha asociado con el aumento en los niveles de colesterol total, colesterol LDL, triglicéridos y la disminución del colesterol HDL. Se ha demostrado que de la erradicación de H. pylori tiene una relación inversa con la concentración de estas sustancias [27]; en un estudio publicado en el 2011 Kimet al. apoyan esta hipótesis [30].
Existen múltiples factores de riesgo como son la hipertensión arterial, la obesidad, la dislipidemia, entre otras, para el desarrollo de patologías cardiovasculares y que el H. pylori podría ser un factor de riesgo independiente en el desarrollo de las mismas, se postula que H. pylori no sólo actuaría a nivel cardiovascular, sino también en otros sistemas que finalmente tendrían repercusión a nivel cardiovascular [31]; un ejemplo de ello son las enfermedades hepáticas [12], alteración del metabolismo lipídico [32,33] y el aumento del riesgo de desarrollar diabetes [12,34] con lo que también se ha relacionado esta bacteria.
Enfermedad arterial coronaria (cardiopatía isquémica)
La cardiopatía isquémica es una entidad con prevalencia en aumento, se estimó que entre los años 1990 y 2020 aumentará hasta en un 120% en mujeres y 137% en los hombres en países en desarrollo [35]. Esta patología tiene una estrecha relación con la ateroesclerosis. Distintos estudios reportan la alta seroprevalencia de la infección por H. pylori en pacientes con cardiopatía isquémica coronaria [35,36,37]; también se ha tratado de investigar el efecto que tendría el tratamiento antibiótico para erradicar H. pylori en los pacientes con cardiopatía isquémica, pero los resultados han llegado hacer poco concluyentes [24], Stone et al, en su estudio reportan que no encuentran una asociación significativa en el antes y el después del tratamiento de erradicación del H. pylori, y que el principal beneficio clínico fue la reducción de los episodios de angina inestable [38]. Torgano et al, en su estudio demuestran que existe una reducción en el fibrinógeno en plasma luego del tratamiento antibiótico contra H. pylori, como ya es conocido el fibrinógeno puede jugar un importante papel en el desarrollo del ateroma [39].
Distintos estudios postulan a H. pylori como un factor de riesgo cardiovascular y enfocan sus investigaciones en la verificación de la positividad de la infección por parte de este microorganismo en los pacientes que desarrollan la enfermedad arterial coronaria u otras patologías cardiovasculares, que al compararse con los grupos control, resulta siendo significativamente elevada [40].
Otros estudios han ido mucho más allá y han investigado no sólo la asociación entre H. pylori y enfermedad coronaria, sino también han tratado de determinar el papel de cepas citotóxicas como CagA. Whincupet al, intentaron determinar esta relación, concluyendo que tal vez H. pylori no está muy fuertemente relacionado con patologías cardíacas, pero que las cepas CagA positivas parecen tener una relación más fuerte que las otras cepas. Goniet al. en su publicación, también toman en cuenta esta asociación [41,42].
Son muchos los estudios encontrados en los que se habla de la relación entre el H. pylori y la cardiopatía isquémica, algunos de ellos para apoyarla y otros para descartarla, un ejemplo de esto es el estudio realizado por Koenig et al, donde determinaron que H. pylori no es un factor de riesgo independiente para desarrollar la enfermedad isquémica coronaria, es de resaltar que en este estudio se controlaron los factores de “confusión” [43]. En un estudio publicado en el 2015, Lin et al luego de analizar 627 sujetos muertos por enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular y determinar la seropositividad para H. pylori, concluyeron que no existe una asociación entre esta bacteria y dichas patologías [44]. Por otro lado Sun et al. [45] y Liu et al. [46] concluyen que H. pylori aumenta el riesgo de eventos cardiovasculares. En un estudio realizado en Estados Unidos, muestran la relación en paralelo entre la disminución del infarto del miocardio y la disminución de la incidencia de ulcera péptica y por consiguiente la disminución de la infección por H. pylori [47].
Aunque son numerosas las publicaciones que apoyan esta relación, lo único cierto es que se requieren de más estudios y mucho mejor planteados, que eliminen sesgos que puedan interferir con los resultados finales y de esta manera sea posible dar conclusiones más acertadas [48].
A continuación se describirán otras patologías extradigestivas, con las que también se ha asociado al H. pylori.
Patologías dermatológicas y H. pylori
A. Urticaria crónica
La urticaria es una patología dermatológica que como manifestación clínica tiene la presencia de habones cutáneos. La urticaria crónica se define como la presencia de urticaria en la mayoría de los días de la semana durante un periodo de seis semanas o más. Se cree que la circulación de inmunocomplejos podría explicar la aparición de la urticaria crónica, H. pylori cumpliría un papel importante en la fisiopatología de esta enfermedad, puesto que se cree que por la infección crónica que produce ésta bacteria, la permeabilidad de la mucosa del estómago aumenta, de este modo también aumentaría la exposición a alérgenos en el tracto gastrointestinal. Se ha reportado que pacientes con urticaria crónica y seropositivos para infección activa por H. pylori, luego de erradicar la bacteria han tenido una remisión completa de la patología dermatológica [14,15,49].
B. Rosácea
Es una patología dermatológica de tipo inflamatorio y de carácter crónico. Aunque su etiopatogenia no es totalmente clara, un elemento en común que tienen los pacientes que desarrollan esta patología, son los trastornos de tipo gastrointestinal. Se ha planteado la posible asociación causal entre H. pylori y la rosácea, esto por las altas tasas de infección por parte de ésta bacteria en pacientes con dicha patología, hasta del 88%. Se ha observado que luego de erradicada la bacteria los pacientes mejoran notablemente. H. pylori ha sido relacionado con otras patologías dermatológicas como: psoriasis vulgaris, enfermedad de Behçet, alopecia areata y el síndrome de Sweet o dermatosis neutrofílica febril aguda [15, 50,51,52,53].
Patologías autoinmunes y H. pylori
A. Artritis reumatoide
Es un trastorno inflamatorio, que se caracteriza por afectar, pequeñas, medianas y grandes articulaciones. Se ha descrito que los pacientes con artritis reumatoide tienen tasas más elevadas de infección por H. pylori. Se cree que H. pylori puede tener un papel en el desarrollo de la artritis reumatoidea ya que las células B tras un estímulo crónico con la ureasa producida por la bacteria tendrían el potencial de producir diversos anticuerpos implicados en esta patología. También se pretendió evaluar el antes y después de aplicar el tratamiento de erradicación, el resultado obtenido fue que los parámetros tanto de laboratorio como clínico mejoraban en los pacientes que padecían artritis reumatoide y que además presentaban infección por H. pylori [54,55,56].
B. Síndrome de Sjogren
Es un trastorno caracterizado por infiltración de células linfoides, con destrucción de glándulas exocrinas. La posible asociación entre H. pylori y el síndrome de Sjogren surge de analizar que quienes padecen este síndrome tienen tasas de infección más altas. Se han reportado tasas de incidencia hasta del 79,4%. Se ha descrito que por reacción cruzada con H. pylori, los anticuerpos producidos contra la proteína HSP60 se verían implicados en esta patología [54,55,57].
C. Enfermedad tiroidea autoinmune
Se ha planteado que infecciones de tipo viral o bacteriana podrían ser los desencadenantes de las enfermedades tiroidea autoinmune. La tasa de infección por H. pylori resulta mucho más alta en los pacientes que tienen este tipo de enfermedad. Se han lanzado teorías para intentar dar explicación a esta asociación, una de ellas hace mención en la posibilidad de que exista un perfil antigénico muy similar entre la membrana celular de las células tiroideas y el perfil antigénico de H. pylori [54,58,59].
Conclusiones
Resultaría difícil llegar a un consenso sobre la relación entre H. pylori y las patologías extraintestinales, dado que gran parte de la información con la que se cuenta respecto a este tema surge de estudios transversales y retrospectivos y muchos de ellos sin eliminar de forma adecuada los factores de confusión, que terminan sesgando sus resultados y por ende sus conclusiones. Es interesante leer y analizar la serie de hipótesis que se han lanzado respecto a ésta posible asociación, algunas de ellas con más peso y respaldo científico que otras. Aún siendo las patologías cardiovasculares el subgrupo de enfermedades extraintestinales que más se ha estudiado con respecto a su relación con la infección por H. pylori, se encuentran opiniones divididas entre quienes respaldan las teorías de tomar a H. pylori como un factor de riesgo cardiovascular y quienes no están de acuerdo con ello. Lo único cierto es que aún hacen falta muchos estudios mejor estructurados, que tomen en cuenta y eliminen los sesgos que se puedan presentar en los grupos de estudio, algunos grupos más que otros van por muy buen camino y probablemente en unos años se tenga una verdadera respuesta para tan controvertido tema. Hasta el momento la presunción de la relación entre H. pylori y la enfermedad cardiovascular no es una indicación para erradicar esta bacteria.
Conflictos de interés: los autores declaran que no presentan conflicto de interés.
Fuentes de financiación: dirección de investigaciones de la Universidad de Manizales, proyecto: Análisis clínico, microbiológico y molecular de Helicobacter pylori en pacientes con lesiones gástricas en el departamento de Caldas. Código E0601X0204.
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