Lecturas ecológicas y emoción a través de los cuentos tradicionales: Proyecto dirigido al alumnado de Primaria y con Dificultades Especificas de Aprendizaje

Ecological Readings and Emotion through Traditional Stories: A Project for Primary Education Students and Students with Specific Learning Difficulties

Fátima Redondo Moralo (1)
Universidad de Extremadura, España
Gloria García Rivera (2) (1) (2)
Universidad de Extremadura, España

Lecturas ecológicas y emoción a través de los cuentos tradicionales: Proyecto dirigido al alumnado de Primaria y con Dificultades Especificas de Aprendizaje

Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, vol. 31, núm. 3, pp. 91-101, 2017

Universidad de Zaragoza

Recepción: 20 Junio 2017

Aprobación: 21 Octubre 2017

Resumen: Hoy en día la educación ambiental resulta necesaria para formar buenos ciudadanos, no solo al alumnado, sino a toda la comunidad educativa (profesores y familia). Concienciar sobre cómo los humanos perjudicamos nuestro ecosistema o conocer nuestros estados afectivos para que podamos conocer y utilizar adecuadamente nuestras emociones son objetivos básicos que persiguen las actuales leyes educativas, cuya finalidad es enseñar al alumnado a alcanzar su desarrollo personal y social, llegando a comprender cuestiones diversas sobre el medio. Para entender mejor estos conceptos, ayuda la utilización de los cuentos tradicionales como recurso. Junto con esto, consideramos que la creación de ambientes adecuados donde leer y enseñar es necesaria en este proceso.

Palabras clave: Educación emocional y social, Lecturas ecológicas, Educación ambiental.

Abstract: Environmental education is necessary nowadays to educate and produce good citizens, not only students but also the whole educational community (teachers and family). Raising awareness about how humans damage the ecosystem or being aware of our affective states so that we can recognise and use our emotions properly are basic objectives pursued by current educational laws, the purpose of which is to teach students to achieve their personal and social development, and thereby be able to understand questions about the environment. To better understand these concepts, it is helpful to use traditional stories as a resource. Along with this, we believe that creating appropriate environments for reading and teaching is necessary in this process.

Keywords: Emotional and social education, Ecological reading, Environmental education.

Lecturas ecológicas y emoción a través de los cuentos tradicionales: Proyecto dirigido al alumnado de Primaria y con Dificultades Especificas de Aprendizaje

Introducción

La lectura y escritura cobran un papel fundamental para iniciar el proceso de aprendizaje. Sin embargo, el desarrollo de la competencia lectora es una tarea compleja en la que conviven diversos factores; entre ellos encontramos factores cognitivos, motrices, sensoriales, sociales y emocionales, que deben estar interrelacionados unos con otros para conseguir esta habilidad.

En España, dentro del Plan de Fomento de la Lectura del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, la Ley 10/2007 de 22 de junio, de la lectura, del libro y de las bibliotecas subraya la gran importancia de leer y escribir, herramientas básicas para el desarrollo del aprendizaje, y también como instrumento para la comunicación y socialización.

Según el informe PISA (2009), «la competencia lectora es comprender, utilizar, reflexionar y comprometerse con textos escritos para alcanzar los propios objetivos, desarrollar el conocimiento y el potencial personal, y participar en la sociedad». Además, resalta que hoy en día el objetivo de la educación no es únicamente el resumen y memorización de información, sino que esos conocimientos adquiridos conformen un aprendizaje significativo, de manera que puedan ser empleados en la vida cotidiana. De ahí la importancia de las ecolecturas, pues además de concienciar al alumnado sobre la problemática que se vive en nuestro planeta debido a la gran crisis ecológica en la que estamos viviendo, resulta un tema atrayente para el fomento de la lectura, pues al ser cuestiones reales, los niños encuentran un interés o propósito concreto en los mismos, resultando también efectivo para favorecer el conocimiento del alumnado con dificultades de aprendizaje.

A través de los cuentos tradicionales podemos potenciar este aprendizaje, ya que en ellos se pueden contemplar pasajes maravillosos que nos conciencian sobre los problemas que puede presentar la naturaleza si no cuidamos debidamente de ella. Cuentos como el paisaje maravilloso de Hansel y Gretel que puede estar en peligro por la construcción de edificios, el mundo mágico de El Mago de Oz, en el que las condiciones meteorológicas se agravan encontrándonos con grandes cambios atmosféricos (tornados, huracanes, lluvias intensas) debido al cambio climático, o cómo la Alicia del país de las maravillas se despierta de ese bosque lleno de preciosos jardines y flores en otro paisaje distinto inundado de basura y polución.

Estas situaciones hacen que cada uno perciba un sentimiento, una idea, una emoción, siendo más fácil su reconocimiento a través de los personajes, ya que el niño se identifica de manera natural con las conductas y con los valores que estos transmiten. Por eso, los cuentos son un gran recurso que nos ayudan en el trabajo de la educación emocional, pues son considerados como transmisores de valores (Bonachía, Ojeda y Oyón, 2000).

Autores como Goleman (1997) y Bisquerra (2001) señalan que la educación emocional «es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo».

La actual Ley Orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE), y el Decreto 103/2014, por el que se establece el currículo de Educación Primaria en Extremadura, señalan la importancia de que los alumnos descubran sus propias emociones y aprendan a dominarlas.

A partir de este aprendizaje es más fácil ponernos en el lugar del compañero y entender con mayor claridad lo que ocurre a nuestro alrededor y, por tanto, conocer la realidad de nuestros bosques, ríos, atmósfera, etc. La enseñanza de estos valores resulta imprescindible para aprender el cuidado del medio ambiente creando actitudes positivas.

Oliveira (2000) sostuvo que «la Educación Ambiental tiende a fomentar una doble actitud de respeto por sí mismo y por el medio en el que vive». Para ello, el cuento es un recurso favorable, transmitiéndoles de manera lúdica y sencilla algunos temas de manera que favorezca la imaginación, la creatividad y la capacidad reflexiva.

La LOMCE y el Decreto 103/2014 de currículo de Educación Primaria en Extremadura recogen la importancia de la educación ambiental «para ayudarnos a conocer el mundo en que vivimos y a comprender nuestro entorno».

En 1975, la UNESCO celebró un Seminario Internacional de Educación Ambiental en Belgrado en el que se acordó la necesidad de que todo el mundo conozca las dificultades por las que pasa el medio ambiente y se sienta responsable de lo que ocurra, trabajando coordinadamente y en equipo hacia la búsqueda de soluciones, así como para prevenir lo que pueda ocurrir.

Cuando se dice todo el mundo entendemos la necesidad de hacer llegar esta información a todo el alumnado en general y, por tanto, favorecer el conocimiento dirigido a los niños que presentan dificultades de aprendizaje. Para ello, las lecturas ecológicas suponen un gran recurso donde este alumnado puede entender mejor estos temas, así como las situaciones que se plantean y los valores que nos transmiten.

Cuando hablamos de alumnos con dificultades de aprendizaje nos referimos a dificultades en las áreas de aprendizaje primarias, como son la lectura, la escritura y el cálculo, relacionándolas con dificultades en los procesos cognitivos (atención, memoria, percepción) y lingüísticos. Así pues, dentro del actual manual diagnóstico DSM-5 (APA, 2013) aparece como Trastorno Específico del Aprendizaje, encontrándose dentro de los trastornos del neurodesarrollo, en el que incluyen el trastorno con dificultades en lectura (como por ejemplo la dislexia), el trastorno con dificultades en la expresión escrita (disgrafía) y el trastorno con dificultades en las matemáticas (discalculia).

Es por tanto necesario que estos aprendizajes se logren en el marco de la escuela, para que todos los estudiantes se sientan comprometidos con el medio ambiente, construyendo una relación respetuosa y sostenible con el entorno natural y social. Para ello, contamos con los cuentos tradicionales como estrategia pedagógica, que son motivadores y estimulantes, siendo un recurso indispensable en la educación del medio ambiente y en el reconocimiento de las emociones.

Marco teórico: los cuentos como una alternativa pedagógica en educación emocional y ambiental

En el I Congreso Internacional de Educación Infantil García y Ortega (1999) señalan el cuento como un elemento importante dentro de la literatura infantil, considerado como un recurso que proporciona información, enseñanza y aprendizaje.

Además, a través de los cuentos, el niño puede contemplar y desarrollar su imaginación, entendiendo el cuento como un recurso adecuado para llevar a cabo el conocimiento del entorno más cercano de los niños y para facilitar la adquisición de conceptos y de valores (Rodari, 1973: 9).

A esto se suma que la trama, los personajes que interactúan socialmente y los temas hacen que los niños tengan su propia visión y puedan tener una actitud crítica. Los problemas o conflictos que aparecen en los cuentos giran en torno a un propósito y tienen un tipo de acción y resolución, lo cual permite que el lector se ponga en la piel de los personajes, siendo mayor su aprendizaje. El cuento es caracterizado por su fuerza de entretenimiento, y por lo general favorece sensaciones afectivas, tales como el interés, la sorpresa y el suspense, permitiendo simultáneamente la educación emocional, ya que «el manejo de nuestras emociones puede ser un factor tan decisivo, o más, que el coeficiente intelectual, ya que es necesario educar las emociones para hacernos conscientes y sensibles de lo que ocurre a nuestro alrededor» (Goleman, 2001).

Espinet (1995) defiende que «el cuento ambiental tiene la misma estructura narrativa que el cuento tradicional, pero los conflictos que plantea son problemas ambientales» (cambio climático, contaminación, deforestación, escasez de agua). Para ello, hacemos un cambio en la trama de los cuentos tradicionales, imaginándonos paisajes más cercanos a la realidad, de modo que los niños relacionan lo que ya conocen de la historia con lo nuevo que se incorpora, reconstruyéndola y haciendo su aprendizaje más efectivo y personal (Huertas Gómez, 2006).

Si utilizamos este material como recurso, será más fácil llevar a cabo una educación inclusiva que permita que todos a la vez entiendan el propósito. Dentro de la diversidad funcional que existe en las aulas, encontramos alumnos que tienen más dificultades en entender ciertos conceptos, ya sea por déficit cognitivo, emocional o social (Núñez Pérez y cols., 1998). Estos niños se encuentran circunscritos al aula, por lo que los maestros nos enfrentamos a un gran reto: el de normalizar la diferencia, es decir, hacer una escuela inclusiva y, por tanto, hacer llegar a todo el alumnado los conocimientos que se imparten, independientemente del estilo y ritmo de aprendizaje. Para ello, debemos valorar las necesidades educativas especiales de cada niño, para favorecer sus fortalezas y adquirir un desarrollo integral a través de una adecuada enseñanza, con recursos atrayentes y estimulantes, que estén dentro de los intereses de los niños. Para este fin, la utilización de los cuentos resulta un material adecuado, que llama la atención del lector.

El cuento es un gran potencial didáctico y es clave en el desarrollo global de niño. Huertas Gómez (2006: 364) señala que los cuentos presentan «posibilidades pedagógicas», ya que desarrollan la sensibilidad, la imaginación, y el desarrollo de la expresión, potenciando su fantasía; favorecen el aprendizaje de diversos temas e identifican las emociones a través de los personajes, así como el concepto causa-efecto; además, ayudan a realizar actividades en torno a los cuentos, como la dramatización, que contribuirán a desarrollar habilidades como la creatividad, a vencer la timidez y a concentrarse.

Como hemos podido comprobar, son muchos los autores que defienden la lectura de los cuentos como medio de aprendizaje que ayuda al niño a desarrollar su imaginación, formando parte de la historia de manera que entiendan diversas temáticas, normas y sus propios sentimientos.

El valor de los cuentos tradicionales-ecológicos

El cuento transmite el verdadero valor de las historias (Pelegrín, 2004); a través de sus paisajes e ideas ayudan a los niños a unirse a la ecología de sus mundos internos, o de sí mismos, teniendo en cuenta la ecología del mundo exterior (Strickland, 2009).

Tanto la literatura tradicional como la literatura infantil/juvenil, han estado dedicadas, desde sus inicios, a establecer conexiones entre los jóvenes lectores y el mundo natural, siendo un manantial de ecolecturas. De hecho, «la naturaleza ha sido inherente de la literatura tradicional» (Harding, Waller y Thiel, 2009: 19) desde los bosques donde nos adentrábamos con Hansel y Gretel, o la magia de los paisajes del Mago de Oz, o el jardín de fantasía de Alicia.

Conservamos numerosos relatos clásicos provenientes de distintas culturas y de la literatura mundial. A modo de muestra, cabría citar los siguientes clásicos donde el paisaje y la naturaleza son el principal protagonista. Teniendo en cuenta las regiones de procedencia de estos cuentos, nos encontramos con clásicos como Los viajes de Gulliver de Jonathan Swift; Robinson Crusoe, escrito por Daniel Defoe; Lewis Caroll y su conocida obra Alicia en el país de las maravillas; el poeta y narrador español Bécquer conocido por sus Leyendas y Rimas, que nos transportan a lugares imaginarios; el escritor Julio Verne que, con sus obras La vuelta al mundo en 80 días, Viaje al centro de la tierra o Veinte mil leguas de viaje submarino, fue galardonado por sus aportes a la educación y a la ciencia; Rudyard Kipling, británico nacido en la India, relató cuentos como Las aventuras de Mowgli o El libro de la selva; cruzando el océano destacamos a Herman Melville y su obra maestra Moby Dick.

Además de estos clásicos, las populares películas de animación de Disney, Pixar, etc. también recrean paisajes naturales, vida marina... Presentan una estética idílica y perfeccionista, en la que predomina un colorido y unas figuras y formas de gran atractivo para el público, poco cercanas al mundo en el que vivimos pero, sin duda, atrayentes para hacer entender las dificultades que nos encontramos a nuestro alrededor, investigando la causa y efecto que la producen, así como las soluciones que se han de llevar a cabo para el sostenimiento del medioambiente. Algo parecido cabe señalar de otras producciones multimedia, cómic, etc., pues todas muestran un paisaje que es a menudo una caricatura del Edén o, en caso contrario, un mundo indeseable, un ambiente infernal, que no tienen que ver con la existencia de la realidad.

¿Quién no recuerda la cabaña en el bosque, la selva, la planta de habichuelas creciendo en la noche, las migas de pan a través del bosque, el centro de la tierra, hojas de nenúfar, flores encantadoras, árboles gigantes, etc.? ¿Qué pasaría si este paisaje se convirtiera en otro completamente desalentado por la acción humana?

La importancia del ambiente: imaginación y fantasía

Al hilo de lo anterior, el lugar de lectura y aprendizaje es un factor muy importante. Sabemos que ofrecer ambientes agradables dentro del aula no es uno de los objetivos de las administraciones educativas, ni tampoco de los docentes, pero tenemos que comenzar por darle la importancia que realmente se merece.

En las escuelas, y por tanto en las aulas, prevalece la sobriedad y el silencio. Además, se percibe el estrés del maestro por enseñar lo programado o simplemente el acomodamiento de una enseñanza puramente transmisora, que acelera la ausencia de ingenio, de creatividad, de fantasía, de iniciativa, que son características fundamentales en el desarrollo de los niños en cualquier etapa educativa.

Somos conscientes de que todo en la vida va cambiando, pero, si reflexionamos por un momento y pensamos en las aulas donde impartimos clases, ¿qué encontramos en ellas? ¿Qué sensación nos transmite? ¿Nos incita a la búsqueda y aprendizaje? Estas son unas de las muchas preguntas que nos hacemos sobre las escuelas que nos dirigen a la misma respuesta: seguimos en el mismo entorno de escuelas a las que asistieron nuestros padres y abuelos, esas cuya estética poco ha cambiado de la actual.

Es imprescindible tener en cuenta que los humanos hemos ido evolucionando y avanzando de manera más compleja. Los niños de hoy en día han nacido en la era de las tecnologías, donde el uso o sobre-uso de las mismas (tablets, móviles, televisión), fomenta la exposición a elementos muy variopintos y excitantes, en el que no se deja paso a la fantasía, ni tampoco a la imaginación, dirigiéndose en picado al olvido, aumentando perfiles inquietos, solitarios y poco naturales entre los jóvenes. Por eso es necesario que desde las escuelas se construyan paisajes estremecedores que sean del interés del alumnado, esos que su mente tiene construidos, que les motivan, que les llenan, esos que sin querer hacen volar la fantasía y la imaginación, a la vez que ayudan a aprender y conocer.

El ambiente donde se lleva a cabo el proceso de aprendizaje debe ser atendido, y es otra estrategia más donde recurrir. Herrera (2006) afirma que «un ambiente de aprendizaje es un entorno físico y psicológico de interactividad regulada en donde confluyen personas con propósitos educativos»; por lo que es necesaria la armonía de un ambiente educativo que favorezca el desarrollo integral de los niños.

Además, un ambiente educativo debería «organizar y generar ambientes lúdicos a partir de una seria reflexión, tomando en cuenta los objetivos educativos a partir de los intereses de los niños» (Retamal, 2006).

Todos los niños tienen un lugar fantástico en sus mentes, que varía de unos a otros (Cohen y Mackeith, 1993); un paisaje que les motiva, que les descubre sitios, personajes, construcciones inigualables, que les ayuda a entender mejor el mundo en el que viven «construyendo su pensamiento simbólico con dos herramientas básicas: el cuento y el juego» (Bettelheim, 1988).

Así pues, un ambiente adecuado en el aula es una estrategia de aprendizaje que juega un papel estimulador, favoreciendo la lectura del cuento, animando la curiosidad y posibilitando el desarrollo de la lectura y de los conocimientos de todo el alumnado en general, beneficiando a la vez al alumnado con dificultades en el aprendizaje, ya que gracias a ello «mejoran las habilidades sociales y cognitivas» (García Rivera, 2002).

El centro educativo es el segundo contexto donde más tiempo pasan los niños y es indispensable su compromiso para llevar una acción complementaria a la familiar. Por eso, es necesario un ambiente adecuado que proporcione a los niños experiencias prácticas, actividad física y desarrollo de la imaginación, así como crecimiento intelectual y social.

Intervención educativa: una visión ecológica a través de las lecturas de los cuentos clásicos

Ausubel (1983) plantea que el aprendizaje del alumno depende de conceptos previos que se relacionan con la nueva información. De ahí que partamos de la literatura tradicional como principio, para que, desde lo que conoce, eduquemos los valores emocionales y ecológicos.

Con el fin de afianzar las bases sobre el tema, planteamos actividades para llevar a cabo esta estrategia. En primer lugar, a partir de una lluvia de ideas nos acercamos a la problemática ambiental actual, de forma que se comprenda qué está pasando, sintiéndonos responsables de lo que le ocurre a nuestro planeta y descubriendo entre todos los problemas y sentimientos que nos provoca. La salida al campo y alrededores de nuestra ciudad sería otra tarea imprescindible para hacernos una idea de ello; además, el visionado de vídeos y la búsqueda en Internet ayudan a desarrollar nuestro conocimiento; seguidamente, se hará una lectura profunda de los cuentos tradicionales, que dará a conocer la naturaleza idílica que existe en ellos, transmitiendo sentimientos positivos acerca de estos paisajes; la posterior actividad sería transportar ese paraje a nuestros tiempos, un cometido peliagudo que necesita organización, trabajo en equipo, planificación, comunicación y sensibilidad; posteriormente diversas actividades ayudarán a interiorizar los valores que de ellos surgen, pues trabajar un cuento no es solamente hacer una lectura sobre él, sino que existen muchas actividades complementarias a este, las cuales pueden hacer referencia al cuento o tratar la temática: exposiciones orales, debates, lluvia de ideas, diálogos, exposiciones, representaciones teatrales, cambio de argumento, redacciones, mapas conceptuales, cómic, actividades manuales donde se representen físicamente estos rincones y poemas.

Así pues, mediante este trabajo, y después de una preparación previa para llevarlo a cabo, podremos conocer e interiorizar los valores, las normas de convivencia, respetar nuestro medio y a las personas que conviven en él, de manera que se desarrolle una actitud ecológica y respetuosa con el medio ambiente, participando en su conservación y mejora a través del trabajo individual y en equipo, consiguiendo a la vez un pensamiento crítico y una actitud positiva, reconociendo sus propias emociones, muy importantes para adquirir los conocimientos, así como la expresión oral, escrita, corporal y artística, que favorecen el hábito lector.

A través de la trama de los cuentos, observaremos el progreso de los hombres siendo parte de la naturaleza, así como su interacción con el medio natural y social, sus acciones y sus consecuencias.

Utilizar los cuentos tradicionales como material de aprendizaje medioambiental, social y emocional permite situarnos en la tierra donde vivimos, nos permite saber quiénes somos y qué debemos hacer para vivir en armonía y cuidar del medio ambiente.

Conclusión

El cuento interviene directamente y de manera positiva en el aprendizaje desde la infancia, siendo el primer contacto que tienen los niños con la literatura. De modo que los cuentos como recurso educativo son un complemento muy útil para potenciar la asimilación de los contenidos propios del medio ambiente y la naturaleza. Si a esto le sumamos la creación de un lugar adecuado para el aprendizaje, desarrollarán su imaginación y creatividad, siendo el alumno el eje principal de la enseñanza, aprendiendo significativamente de una manera lúdica e interdisciplinar.

De acuerdo con Castro y Morales (2015), para que el aprendizaje sea exitoso es necesario dotar al alumnado de los conocimientos y de las competencias esenciales, siendo capaz al mismo tiempo de desarrollar actitudes y valores que favorecen su formación integral como persona, cualquiera que sea su contexto socioeconómico y cultural. Por ello es de vital importancia crear un ambiente de aprendizaje significativo, agradable, cómodo, que fomente la creatividad, la investigación y distintas maneras de trabajar, de forma que tanto el profesorado como el alumnado disfruten con lo que hacen, siendo este último el protagonista de su aprendizaje.

Es complicado entender ciertas temáticas referidas al medio ambiente, pero es necesario que desde pequeños conozcan la realidad que existe en él. Por eso apostamos por los cuentos tradicionales que, junto con las unidades didácticas y la adecuación del ambiente, dispondrá el entendimiento para todo tipo de aprendizaje.

Con esta iniciativa hemos querido subrayar la importancia que tienen los cuentos como recurso en el aula, así como el ambiente de enseñanza y lecturas. Estos recursos, además de transmitir contenidos conceptuales, establecen relaciones profundas que provocan un cambio de actitud y unos valores de respeto entre las personas y el medio (Pérez Molina, Pérez Molina y Sánchez Serra, 2013). Estos valores se consolidan con la realización de diversas actividades que se efectúan en torno al cuento tradicional, donde aprovechamos su historia y personajes para crear conciencia ecológica y enseñanza a través de la emoción, construyendo ciudadanos críticos y reflexivos que participan conjuntamente con el objetivo de buscar y aplicar soluciones a los crecientes problemas ambientales.

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Notas de autor

(1) Fátima Redondo Moralo es Diplomada en Educación Especial y Graduada en Educación Primaria por la Universidad de Extremadura. Especialista en el campo de la innovación educativa, en este momento está especializándose en los estudios de neurociencia y emoción. Maestra en la especialidad de Pedagogía Terapéutica para la Junta de Extremadura. Actualmente su línea de investigación se centra en la importancia del ambiente educativo y de los cuentos como medios para favorecer el aprendizaje de todo el alumnado en general y del Alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE) en particular.
(2) Gloria García Rivera es Doctora en Filología Hispánica. Profesora Titular en el área de Didáctica de la Lengua y la Literatura. Especialista en Educación Literaria y Literatura Infantil. Autora de manuales y monografías referidas a esta temática, ha dictado conferencias en diversos países y participado en proyectos de investigación relativos al área.

fatimaredo@gmail.com

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