Historia
La guerra de las pulgas: propaganda armada, caudillismo y delación en el MPAIAC la misión de Antonio Cubillo en la independencia de Canarias
The war of the fleas: armed propaganda, Caudillismo and betrayal in the MPAIAC. Antonio Cubillo’s Mission in the Independence of the Canary Islands
La guerra de las pulgas: propaganda armada, caudillismo y delación en el MPAIAC la misión de Antonio Cubillo en la independencia de Canarias
Anuario de Estudios Atlánticos, vol. AEA, núm. 63, pp. 1-20, 2017
Cabildo de Gran Canaria
Recepción: 13 Abril 2016
Aprobación: 11 Julio 2016
Resumen: En los últimos años, animado por la influencia política del nacionalismo de Coalición Canaria en las instituciones del archipielago, ha surgido en las Universidades de las islas una corriente historiográfica que atribuye al trabajo político de Antonio Cubillo, fundador y principal impulsor del MPAIAC, una extraordinaria importancia en el desarrollo social de las tendencias nacionalistas en la sociedad canaria, y presenta el independentismo cubillista como punto de partida de una corriente radical del nacionalismo que hoy gobierna el archipiélago. El presente trabajo, pretende demostrar la escasa repercusión social y política que tuvo el fenómeno del MPAIAC y la actuación de sus organizaciones más allá de lo vistoso de su autodenominada “propaganda armada” y cómo el caudillismo de Cubillo y la desintegración del MPAIAC en pequeñas formaciones independentistas, muy intervenidas por la policía española, lastró el desarrollo de una corriente autodeterminista en el seno del actual nacionalismo canario.
Palabras clave: Cubillo, MPAIAC, autodeterminación, nacionalismo, autonomía, Canarias.
Abstract: In recent years, encouraged by the political influence of the nationalistic Coalición Canaria in the institutions of the archipelago, a historiographical tendency has emerged within the universities of the Canary Islands that assigns the political work of Antonio Cubillo, the founder and driving force behind the MPAIAC, extraordinary importance in the social development of nationalist tendencies in canarian society, presenting the cubillista independence movement as a starting point of a radical current of nationalism that today dominates the archipelago. This work aims to demonstrate that the MPAIAC phenomenon and its organizations’ actions had limited social and political impact beyond the colourfulness of its self-proclaimed “armed propaganda” and how the caudillismo of Cubillo and the disintegration of the MPAIAC into small separatist associations, heavily influenced by the intervention of the national spanish pólice prevented the development of a self-determinist inclination in the heart of present-day canarian nationalism.
Keywords: Cubillo, MPAIAC, self-determination, nationalism, autonomy, Canary Islands.
Cómo citar este artículo/Citation: Pomares Rodríguez, F.; Pérez García, J. M. (2017). La guerra de las pulgas: propaganda armada, caudillismo y delación en el MPAIAC la misión de Antonio Cubillo en la independencia de Canarias. Anuario de Estudios Atlánticos, nº 63: 063-003. http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/9910
Introducción
En la fase final del régimen de Franco estalla el conflicto por la descolonización del Sahara occidental. La situación no será ajena a los episodios que, por aquellas fechas, desataban los enfrentamientos entre los grandes bloques en que se dividió el mundo tras la II Guerra Mundial. En tales episodios se insertan los conflictos vividos en los territorios del África noroccidental y en los cuales, la cuestión saharaui alcanzó una intensidad notable. Desde las respectivas iniciativas e intereses de Marruecos y Argelia se movilizaron alianzas y estrategias que tuvieron impacto no sólo en las relaciones entre los países del continente africano sino que desbordaron el marco de las fronteras de ese continente.
La situación geopolítica del Archipiélago Canario se complicó por entonces. Las islas pasaron –como ya había ocurrido con anterioridad en otros momentos de su Historia- a formar parte del juego de fuerzas que se desató en su entorno. Canarias alcanzó un protagonismo señalado en las orientaciones de la política exterior española y de sus relaciones internacionales. Como ha comentado Marcelino Oreja, ex ministro de Asuntos Exteriores, “1978 fue muy importante para el Gobierno porque había muchos problemas en política exterior y el asunto de Canarias fue para mí absolutamente prioritario”.[1]
El propio Oreja ya había dejado traslucir en su etapa ministerial el alcance de aquellas preocupaciones. Sostenía la necesidad de que el Gobierno español prestara una atención singularizada al Archipiélago. Defendía la adopción de medidas que contribuyeran a evitar la posible desestabilización social en las islas como consecuencia de los impactos que podría generar en ellas la descolonización del Sahara. En una entrevista publicada en 1976 en el diario ABC afirmaba: “Al Gobierno no se le oculta que las Canarias se encuentran próximas a una zona donde sea originado una tensión, y que la descolonización del Sahara por parte de España no atenúa su obligación de atender la debida protección de estas islas. Esta protección no es solamente militar sino que para por el robustecimiento de la economía y las estructuras sociales de Canarias. El Gobierno es plenamente consciente de todos esos problemas y desea resolverlos eficazmente”.[2]
Por aquellos años se dilucidaba también en el seno de la OUA[3] una resolución que postulaba la descolonización de Canarias y la autodeterminación del Archipiélago. En tal dirección iban los acuerdos adoptados en Trípoli por el Comité de Liberación de la OUA y que se remitían a la posterior reunión de Jefes de Estado de dicha organización.[4] La movilización que puso en pie la diplomacia española en aquellos meses da idea de la relevancia apuntada en las citadas palabras de Oreja. Tras obtener el consenso de las fuerzas parlamentarias, se emprendieron dos misiones: la que llevó a cabo el citado Ministro y la efectuada por una delegación de representantes de los principales partidos políticos. Ambas recorrieron en poco más de un mes numerosos países africanos y 25.000 kms. (Operación África). La Asamblea decisiva de la OUA, cuyos acuerdos requerían una mayoría de dos tercios, se saldó con 19 votos en contra de los 49 países participantes. Su resultado llevaría al ministro español a valorar que “las gestiones que se hicieron para frenar aquella declaración salieron bien”. Claro que ante la debilidad de la influencia española en el vecino continente, uno de los componentes de la delegación parlamentaria, Raúl Morodo afirmaba por las mismas fechas que: “La falta de información dada hasta ahora a los países africanos ha de ser compensada con la utilización de métodos posibles para captar los votos afines en la Cumbre de la OUA en Jartum”[5]. Tales “métodos”, con toda probabilidad nada distintos a los que solían emplearse en iniciativas diplomáticas similares, contaron con la colaboración francesa cuya mayor influencia en el continente era notoria, aunque algún testigo de aquellos tiempos ubique hoy en sus memorias, sin las debidas pruebas, otras claves más inquietantes.[6]. Para una mejor ponderación de aquellos momentos en el ámbito de la política exterior española, conviene no perder de vista las distintas orientaciones de la misma en la etapa que va desde la fase terminal del franquismo hasta la década de los noventa. Un resumen certero de los mismos puede verse en el libro de Francisco Villar cuando nos traza el cuadro de las relaciones con el Magreb y la evolución que experimentaron tras los desatinos de los denominados “Acuerdos de Madrid”.[7]
La existencia en Canarias de un movimiento independentista, el MPAIAC, creado en los años sesenta pero proyectado desde el exterior de las islas con posterioridad, constituyó una baza notable, no sólo en el ámbito de las posiciones nacionalistas y autodeterministas que surgieron en el Archipiélago, sino en el juego de fuerzas que se desató para la misma situación de las relaciones internacionales de España. En el presente trabajo se dilucidan los procesos que atravesó dicha organización desde que fue creada hasta su crisis final, así como su papel en el seno de las convulsiones desatadas en aquellas décadas del pasado siglo, cuando se cruzaba el final del franquismo con la recuperación del régimen democrático.
Los orígenes del MPAIAC
La historia del MPAIAC está directamente vinculada a la historia personal de su secretario general, Antonio Cubillo[8], tras las movilizaciones que se producen en el Archipiélago canario en 1961 y 1962. Estas movilizaciones, protagonizadas por varios sectores campesinos y populares de las islas, y especialmente por los aparceros, estibadores y lecheras (vendedoras ambulantes), contaron con el apoyo y el asesoramiento de profesionales liberales como el propio Cubillo, en Tenerife, y Fernando Sagaseta, en Las Palmas, por entonces ambos abogados laboralistas sin apenas formación política y con poca experiencia en conflictos y luchas reivindicativas. Las huelgas, llevadas a cabo sin una dirección política, pero muy politizadas, de acuerdo con la dinámica social de la época, acabaron en un rotundo fracaso que provocaría una represión desmesurada y marcará la pauta de los años siguientes, con escasa conflictividad social.
Estas movilizaciones darán paso a estructuras organizativas clandestinas, en donde surgen los primeros síntomas de lo que más tarde será la “conciencia nacional canaria”[9], creándose un movimiento en el que confluyen no sólo sectores con planteamientos de carácter nacionalista, sino también algunos grupos obreros que se alejan de la órbita organizativa del Partido Comunista, único partido entonces con implantación efectiva en Canarias. A esos grupos se sumarán también personas que –con ocasión de la captura y ajusticiamiento de El Corredera- habían percibido que esas decisiones suponían una auténtica injerencia externa en las islas y una agresión directa del régimen contra los canarios[10].
Así nacerá el Movimiento Autonomista Canario (MAC), conocido también como ‘Canarias Libre’,[11] consigna utilizada durante la época de las movilizaciones y que reflejaba simultáneamente un deseo de acabar con el centralismo y con la dictadura, común a otros territorios del país[12]. Los líderes del movimiento son también Antonio Cubillo y Fernando Sagaseta.
Tras las huelgas, el recién creado MAC es desarticulado y los dos abogados son detenidos: Cubillo consigue la libertad bajo fianza, y temiendo lo peor, se exilia.[13] Sagaseta es procesado en consejo de guerra, acusado de terrorismo y separatismo y condenado a ocho años de prisión.
Después de permanecer oculto durante algún tiempo en Tegueste, ese mismo año de 1962, Cubillo abandonó el archipiélago: en junio consiguió, tras varios intentos fallidos, escapar rumbo a Marruecos en una lancha rápida propiedad de un contrabandista amigo de su familia. De ahí partió con destino a París con la intención de contactar por segunda vez con el Partido Comunista. Se reúne con Santiago Carrillo, secretario general del PCE, y le pide ayuda para el MAC, pero no logra convencerlo. El encuentro no acabará nada bien, porque Carrillo no quiere ni oír hablar de Independencia. Carrillo no cita siquiera este encuentro en sus muy prolijas memorias.[14] Sí se refirió a él en una entrevista publicada en el diario ABC y en la que asegura le dijo que lo primero que había que hacer era derrocar a Franco, pero Cubillo le replicó “que no, que esto es territorio africano y que había que luchar por la descolonización”.[15] Ante la negativa del PCE a prestar su apoyo al MAC, Cubillo se desplazó a Moscú, también sin éxito alguno. Los soviéticos calificaron su independentismo de “desviación pequeño-burguesa”.[16] Poco después, el PCE lograría contactar en la cárcel con Fernando Sagaseta y a través de él con otros nacionalistas y conseguiría atraerlos a su posición, haciendo que rompieran con Cubillo, quien ya se encontraba en Argel.
Es entonces cuando Cubillo, desconectado de la situación en Canarias y aislado internacionalmente por el PCE en los contactos con los partidos comunistas europeos y del Este, a los que en un principio quiso recurrir, reorienta sus opciones hacia la triunfante revolución argelina y al FLN[17], y se desplaza a Argel, donde consigue una plaza de profesor de lengua española.[18] Allí fundará pocos meses después el MPAIAC y se nombrará a sí mismo secretario general. Es el 22 de octubre de 1964. Entre los militantes de primera hora, se incorporan al movimiento, entre otros, Ángel Cuenca, José Díaz ‘el Mexicano’ y Ángel Cabrera ‘el Rubio’, delincuente común con un dilatado historial delictivo.[19] En el acta de fundación del MPAIAC, en su epígrafe 42, Cubillo explica los motivos de la que será su ruptura permanente con el PCE y el comunismo:
Manifestar nuestro pesar ante la actitud del Partido Comunista de España con sede en Praga, al no querer aceptar el sagrado, justo, natural y legítimo derecho del pueblo del Archipiélago africano de las Islas Canarias, a su independencia. Nos oponemos también a las creencias centralistas de no importa qué partido español de la oposición en cuanto a que Canarias forma parte integrante de España y que lo debe ser en un futuro republicano y democrático. Sin embargo, manifestamos nuestro deseo de que dicha política sea examinada de nuevo por dichos partidos y por el Partido Comunista Español y que sean aceptadas nuestras aspiraciones y nuestra natural y justaposición de lucha contra el colonialismo, el centralismo y el imperialismo del régimen reaccionario de Madrid.
En el inicio del acta fundacional se recoge por primera vez la denominación de Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario, mucho más contundente que Movimiento Autonomista Canario, así como una declaración de principios y objetivos que no deja ningún lugar a dudas sobre la intención de conseguir la independencia y crear un Estado de carácter socialista:
Dicho movimiento Nacionalista y Revolucionario luchará con todos sus medios y fuerza por obtener el sagrado, legítimo, justo y natural derecho a la libre Autodeterminación y a la Independencia, para establecer en su día en el Archipiélago africano de las Islas Canarias, una República Socialista, capaz de representar y manifestar ante los otros pueblos libres del mundo entero, las verdaderas, justas y revolucionarias aspiraciones socialistas del pueblo canario.
Relaciones internacionales y propaganda armada
A partir de este momento, la historia del MPAIAC será la de un hombre que no logra contar con apoyos permanentes dentro del nacionalismo canario del interior, pero que es respaldado por el FLN argelino y que –con su apoyo- viaja por África realizando una inteligente presentación del problema canario ante los Gobiernos africanos cercanos a la Unión Soviética. Cubillo conoce el valor estratégico de las Islas Canarias y está convencido de que esta carta juega en su favor[20]. El MPAIAC opta estratégicamente por una línea africanista, recurriendo también a la exaltación de los antiguos aborígenes de Canarias, Con ello llegó a conseguir en 1968 el apoyo de un Comité de Liberación ‘ad hoc’ de la extinta OUA, controlado por Argelia, que en una reunión a puerta cerrada celebrada en Jartum, declaró el Archipiélago Canario territorio africano, alegando la proximidad geográfica de Canarias respecto a África. Fue este el mayor éxito diplomático de Cubillo en toda la historia del MPAIAC:
Las Islas Canarias son parte integrante de África y no constituyen una prolongación de España. Decidimos declarar aquí que el pueblo de las Islas Canarias tiene derecho a la autodeterminación, como todos los demás pueblos todavía bajo dominación colonialista. Y a partir de hoy, serán tomadas las disposiciones necesarias para encontrar las vías y medios de ayuda para nuestros hermanos y hermanas de las Islas Canarias.
Desde Argel, Cubillo presenta ante los foros africanos su posición independentista, y desarrolla una intensa actividad de propaganda. Cubillo publica en la revista Africasia, un artículo titulado “Contra una independencia otorgada. La vía revolucionaria”,[21] donde plantea
obtener la autodeterminación o la independencia no por la vía pacífica, sino a través de una lucha revolucionaria de liberación nacional, único camino que se puede concebir para obtener una verdadera independencia.
Como Cubillo no podía acercarse a la Unión Soviética a través del PCE, dado que éste aún mantiene relaciones cordiales con el PCUS[22], y seguirá siendo hasta la incorporación del PCE a la corriente eurocomunista, a mediados de los años 70[23]. Por eso decidió hacerlo desde una posición de país africano tercermundista, a la espera de que los intereses soviéticos en la zona hicieran el resto. Es en estos primeros días de existencia del movimiento cuando Cubillo conoce en Argel a Vladimir Volosatov, agente del KGB soviético recién llegado de Siria, que se convertirá en su contacto asiduo y facilitará en gran medida las relaciones de Cubillo con los regímenes prosoviéticos africanos.
En base a esas relaciones, en 1970 el MPAIAC entrega al Comité de Descolonización de la ONU una petición en el que se pide que el Archipiélago sea declarado territorio sometido al colonialismo, sin conseguir que Naciones Unidas debata la propuesta[24]. Cubillo lo intenta de nuevo en la reunión del Comité de Liberación Africana, celebrada en Trípoli, el 16 de febrero de 1978. El comité compuesto por Argelia, Guinea, Senegal, Libia y Nigeria, estudia medidas a adoptar por la OUA ante el rechazo del Gobierno español a que las islas sean visitadas por la Comisión de Observación de la OUA. El pragmatismo de Cubillo le llevará incluso a plantear una federación de Canarias con el antiguo Sahara español –los territorios de Río de Oro-, para solicitar conjuntamente la independencia ante la ONU y de esta manera plantear la integración en el Gran Magreb. Ninguna de esas propuestas prosperó.
En Canarias, el Movimiento, que aún no ha comenzado a organizarse, se enfrenta a la que será la primera de las múltiples escisiones que tendrá que soportar a lo largo de su historia. En 1970, Salvador Sagaseta funda el Frente de Liberación Nacional de Canarias (FLN). Cubillo, incapaz de acercarse a los nacionalistas del interior -y ésta será otra de las constantes de su devenir personal-, arremete contra el FLN, acusándolo de ser una organización que divide al pueblo en su lucha por la construcción del movimiento de masas. Es entonces cuando Cubillo descubre que el MPAIAC, como movimiento de masas que aspira a la mayoría de edad, necesita de unos postulados ideológicos. Cubillo reinventa la teoría estalinista del Frente Popular Nacional, añadiéndole algunos toques de su propia cosecha, que serán reflejados en el que más tarde se conocería como Libro Blanco del MPAIAC[25], un opúsculo tamaño cuartilla y de apenas ochenta páginas con las portadas completamente en blanco, para facilitar su circulación clandestina por las islas.
De esta forma, el Movimiento se articula ideológicamente sobre una fecunda base social en la que cabe desde la burguesía patriota hasta el lumpen igualmente patriota, con una práctica política basada en la lucha armada. En un comunicado difundido desde Argel el 15 de noviembre de 1970, Antonio Cubillo introduce en su discurso un componente ideológico que recrea situaciones de dominio colonial en base a un pretendido análisis leninista:
En la lucha por la liberación, del poder colonialista godo, todos los medios son buenos; sin embargo, para la expulsión total de los godos y para conquistar nuestra Independencia, el pueblo tiene que saber que, sólo la Lucha Revolucionaria de Liberación Nacional podrá dar al Pueblo, lo que en justicia le corresponde. La violencia revolucionaria es la única respuesta a la violencia reaccionaria goda.
Pero no serán las definiciones del Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de Moscú las que conviertan al MPAIAC en una amenaza para el futuro democrático de Canarias en los años inmediatamente posteriores a la muerte de Franco. Se la brinda la actuación del Gobierno Arias durante el proceso de descolonización del Sahara. La entrega de la última colonia española a Marruecos y Mauritania en plena descomposición del régimen franquista, aceptando -de facto- la creación de un desequilibrio estratégico en la zona, claramente favorecedor de los intereses estadounidenses, no sólo tendrá repercusiones internacionales, sino que creará en el archipiélago una situación singularmente complicada.
Por un lado, la integración de los repatriados, realizada con una absoluta falta de sensibilidad con las percepciones de un pueblo ya agobiado por la inmigración peninsular, y por otro, la desaparición del mercado de trabajo del Sahara, tradicionalmente cubierto por canarios de las islas orientales, precisamente en lo más álgido de la crisis económica de 1973, serán motivos sobrados para crear una conciencia de inseguridad ante el futuro en las islas. Se gesta un estado de opinión en los habitantes del Archipiélago que perciben el abandono y desinterés de la metrópoli. La incertidumbre y el desánimo se empiezan a establecer en Canarias.
Cubillo consigue que el Gobierno argelino -algo más que irritado por el Acuerdo Tripartito de Madrid- le facilite una hora de emisión radiofónica diaria. Los servicios de inteligencia argelinos ponen a disposición de Cubillo Radio Argel, y así nace ‘La Voz de Canarias Libre’, órgano oficial del MPAIAC, desde donde Cubillo, a partir del 2 de diciembre de 1975, se dirige a la población canaria incitando a la sublevación contra el opresor colonial.
Desde dicha emisora, Cubillo concreta algunas de sus más conocidas consignas, se atribuye la invención de la bandera con las siete estrellas verdes y explica su teoría de la guerra de las pulgas, un reclamo a la práctica del espontaneismo[26]: “Hay que molestar por todos lados, cada uno que actúe a su aire”.
A primeros de febrero del siguiente año, una delegación de la Junta Democrática, integrada por Rafael Calvo Serer, Santiago Carrillo y José Vidal-Beneyto visita Argel y solicita el inmediato cierre de la emisora, dado que tras la muerte de Franco, se está produciendo en el país un proceso de transición a la democracia. El Gobierno argelino aseguró que reconsideraría la situación de La Voz de Canarias Libre, pero no retirará la concesión a Cubillo hasta 1978.[27]
En esos momentos ya están creadas las dos condiciones básicas para el crecimiento y desarrollo de un movimiento de carácter terrorista: por un lado, la existencia de una situación objetiva favorable, fruto de varios lustros de centralismo y culminada con la actuación del Gobierno Arias en el Sahara, y por otro, la presencia de una organización afianzada –aunque fuera mínimamente- entre sectores de la población y con cierta disponibilidad de medios y recursos que llegan de fuera. Es así como el MPAIAC comienza a moverse en Canarias.
Por esta época -primeros meses de 1976, con el Régimen más pendiente del enemigo interior y de su propia descomposición- llegan al archipiélago varios activistas del movimiento que se encargan de organizar los contactos y los primeros atentados. Las Fuerzas de Seguridad del Estado se encuentran impotentes para luchar contra una organización cuya característica fundamental es, precisamente, la falta de organización, la absoluta autonomía de sus células y el espontaneismo. La mayoría de las acciones reivindicadas por el MPAIAC son realizadas por comandos que actúan independientemente, integrados por enardecidos oyentes de las alocuciones radiadas de Antonio Cubillo, sin más relación con el movimiento y entre sí que la que tienen a través de las ondas o el teléfono de Cubillo en Argel.
Por otro lado, el terrorismo cubillista peca de los mismos defectos del líder que lo inspira. Las acciones desarrolladas en estos primeros meses –pintadas, colocación de banderas separatistas, clandestinos juramentos a la bandera tricolor con cantos de himnos patrióticos, rotura de cristales, amenazas de bomba, explosión de petardos…–[28] son más bien de carácter folclórico y denotan un militarismo infantil, impropio de una organización con vocación revolucionaria. Pero nuevamente los desatinos gubernamentales favorecerán a Antonio Cubillo.
En septiembre de 1976, y durante un registro, la Policía mata al joven estudiante Bartolomé García. Más tarde, el MPAIAC reivindicaría a García como uno de sus militantes, asignándole el nombre en clave Tanausú y responsabilidades orgánicas[29]. Con la noticia del asesinato, el pueblo de Santa Cruz se lanza a la calle en la manifestación ilegal de protesta ciudadana en la isla más colosal durante toda la Transición. Lo que comenzó siendo una enérgica pero pacífica demostración de indignación ante una flagrante iniquidad, se convierte en una serie de jornadas revolucionarias donde abunda el atropello. Se incendian unos grandes almacenes de la capital, se dispara contra miembros de la Policía, se destrozan bienes públicos y privados y el MPAIAC adquiere un protagonismo absolutamente inusitado.
Apenas dos meses después de estas movilizaciones, que obligaron a desplazar a las islas refuerzos de dotaciones antidisturbios de la Policía Nacional, el 1 de noviembre de ese año, el MPAIAC inicia la actividad terrorista haciendo explotar una bomba en la sede de Galerías Preciados de Las Palmas de Gran Canaria. Cubillo anuncia desde Argel el comienzo de la Lucha Armada Revolucionaria, en su primera fase, la de Propaganda Armada y declara constituidas las Fuerzas Armadas Guanches (FAG).
Explotan bombas y petardos en distintos lugares de las islas. En marzo de 1977 muere un miembro del MPAIAC, Santiago Marrero, en un tiroteo con vigilantes de la Marina Española en el cuartel de la Isleta, en Gran Canaria, donde había entrado con la intención de sustraer armas del polvorín militar. El 13 de mayo se produce el primer atentado terrorista de las FAG en territorio peninsular, estallando un artefacto explosivo en un almacén de Galerías Preciados de Madrid. Se atracan bancos, se ponen bombas[30], y el 27 de marzo de 1977, se produce un accidente de aviación en el aeropuerto de Tenerife en el que murieron 583 personas, y en el que el MPAIAC tuvo indirectamente parte de la responsabilidad al provocar una explosión en la floristería del aeropuerto de Gando que obligó a desviar el tráfico aéreo, sobrecargándolo en Los Rodeos. La campaña de prensa internacional desatada por el MPAIAC logra que varios operadores cancelen sus vuelos a las Islas, donde empieza a cundir el pánico entre los empresarios hoteleros y los sectores dedicados a la prestación de servicios.
El 21 de noviembre de 1977 explotó una bomba del MPAIAC en las sedes del Banco de Madrid y la Mutualidad Laboral en la calle General Gutiérrez de la capital tinerfeña. Esa medianoche, Antonio Cubillo llamó desde Argel a El Día: “Soy el secretario general del MPAIAC y quiero reivindicar la bomba de la Mutualidad Laboral. Hemos cumplido un objetivo más”. El periodista le explicó que entre las personas heridas había un canario y le preguntó: “¿Cómo entiende esto?”, a lo que Cubillo contestó: “Nosotros hemos advertido que los canarios se retiren de los edificios públicos. Si hay heridos no es culpa nuestra. Estamos en guerra y si se derrama sangre canaria tampoco es culpa nuestra”. Señaló que las instalaciones atacadas eran españolas y que el MPAIAC estaba “en guerra con España”[31].
Y el 29 de febrero de 1978 se produce la única muerte causada directamente por el MPAIAC, la del artificiero Rafael Valdenebro, de la Policía Nacional, que fallece mientras intentaba desactivar una bomba colocada por el grupo terrorista en La Laguna, y destinada a asesinar a un abogado local.[32] El artificiero, un joven de 27 años, fue alcanzado en la cabeza, brazos y piernas y fallecería el 8 de marzo. Durante los meses anteriores no se habían producido incidentes reseñables, pero la muerte de un policía desata una fuerte reacción de rechazo y miedo a que los atentados, hasta entonces considerados inocuos, puedan provocar daños mortales.
Como reacción a ese estado de cosas, la Policía monta en Canarias la denominada Operación Gaviota destinada a impedir los propósitos terroristas del MPAIAC. Pero nada evita que el fantasma de la inseguridad se extienda sobre el ya de por sí precario panorama económico de la región. Cubillo difunde un comunicado por medio de panfletos en las dos capitales y centros universitarios de La Laguna, en el que insta a los “militares y policías godos” a retirarse de Canarias, so pena de muerte en caso de no hacerlo. El comunicado iba firmado por la comandancia suprema de las FAG y acababa con un “reflexionen”, destinado a los miembros de las Fuerzas Armadas.
La espiral terrorista desemboca en las Navidades del 78. En el hotel Botánico del Puerto de la Cruz, un artefacto hiere a una turista finlandesa y provoca grandes destrozos, precisamente en uno de los centros neurálgicos del turismo tinerfeño y cuando, además, en la memoria de todos los europeos está aún presente el accidente de aviación ocurrido dos años antes. Durante ese tiempo, y a pesar de algunos conflictos con afiliados que derivan en procesos recurrentes de expulsión, el MPAIAC continúa desarrollando su estructura orgánica en el interior. Cubillo concibe al movimiento como el frente de masas en el que convergen los distintos sectores patriotas de la sociedad guanche. Así, dentro del MPAIAC existen grupos, como la Organización Político-Administrativa (OPA), las Fuerzas Armadas Guanches (FAG) o los Destacamentos Armados Canarios (DAC) y, al mismo tiempo, los militantes del movimiento lo son de sindicatos y partidos independentistas o, en algunos casos, de partidos estatales, como el PSOE, el PCE o el PTE (PTIC, en Canarias).
Una organización dividida
La inexistencia de una estructura única y jerarquizada acabará creando problemas de competencia y protagonismo entre los distintos grupos y colectivos que integran el movimiento. La situación se complicará aún más por enfrentamientos tanto de carácter político como personal. De este modo, las dos únicas organizaciones con una cierta vinculación a la clase obrera de las islas y controladas a nivel de dirección por hombres cercanos al MPAIAC –el sindicato nacionalista y ultraizquierdista CCT, y el Partido de los Trabajadores Canarios (PTC)[33] –se separan del Movimiento e inician su vida en solitario, desmarcándose de las actuaciones terroristas y de la lucha armada. Las divisiones hacen que Cubillo llegue a denunciar desde su emisora a ex militantes del Movimiento considerados por él como traidores, provocando a veces la caída en cadena de algunos grupos.
Por otro lado, el Movimiento liderado por Cubillo había permanecido totalmente al margen de la dinámica creada por la nueva situación democrática. Otros grupos vinieron a ocupar el espacio sociológico que Cubillo no supo llenar. Así, se constató en las elecciones del 77. Se había creado en Las Palmas de Gran Canaria la coalición Pueblo Canario Unido (PCU), integrada por grupos nacionalistas aún ilegales y con hombres como Carlos Suárez o el ahora prosoviético Fernando Sagaseta. Este último había roto con el PCE a raíz de la condena de los comunistas españoles que siguió a la invasión de Checoslovaquia por las fuerzas del Pacto de Varsovia, y participaba en la coalición con su grupo de células comunistas de base. El PCU había conseguido unos resultados importantes en las elecciones del 77 y logró atraerse a varios sectores nacionalistas e independentistas, aislando totalmente al MPAIAC.
El segundo golpe a Cubillo se lo daría el Gobierno argelino, cuando por presiones de la Administración española y después de un viaje a Argel de una delegación del PSOE, encabezada por su secretario general, se decide cerrar la emisora del MPAIAC, colocando al movimiento en una situación muy parecida a la que tenía antes del 75. En esa fecha, los gobiernos de Marruecos y de Mauritania le habían retirado ya cualquier tipo de apoyo y sólo contaba con Argelia y –en menor medida- con el reconocimiento formal de Libia, Benín, Guinea Ecuatorial, Tanzania y Zambia.
Cubillo, incansable a pesar del silencio a que se ve forzado por las necesidades diplomáticas de sus aliados argelinos, continúa sus actividades y relanza la propaganda en lo que el denomina ‘frente africano’, intentando presentarse en la ONU para explicar lo que definía como “el problema colonial canario”. También actúa en Venezuela, donde el MPAIAC desarrolla una gran campaña de proselitismo de cara a captar elementos dentro de la colonia canaria en Caracas y controlar las direcciones de las organizaciones y Casas de Canarias en Venezuela, que en algunos casos dan su fruto. Mantiene además buenas relaciones con el Movimiento Independentista Canario (MIC), nacido en Venezuela.[34]Sin embargo, los esfuerzos de su máximo dirigente no impedirán que el MPAIAC comience a entrar en una etapa de agonía.
El 5 de abril de 1978, Cubillo es apuñalado en la entrada de su casa de Argel por dos individuos que la Policía argelina consigue detener e identificar como Juan Antonio Alfonso González y José Cortez Rodríguez. El intento de asesinato fue silenciado durante tres días por Argel, mientras la policía detenía a todo español que viviera en la ciudad. El régimen de Houari Boumédiène, con graves problemas económicos y políticos[35], quería desviar la atención relanzando su liderazgo en el Comité de Liberación de la OUA, y pensaba hacer comparecer a Cubillo en la cumbre de esta organización.[36] Hoy, transcurridos largos años desde el suceso, y a pesar de la sentencia judicial que determina que el atentado contra Cubillo fue un caso de terrorismo de Estado, el atentado presenta aún muchos puntos oscuros. La Audiencia Nacional sentenció en 1990 que personas “no determinadas”, pero “pertenecientes a los servicios policiales” españoles, encargaron el asesinato a José Luis Espinosa Pardo, que fue condenado a 20 años de cárcel y al pago de una indemnización de 150.000 euros. Cubillo conseguiría en 2003 que el Ministerio del Interior le indemnizara con 150.253 euros al amparo de la Ley de solidaridad de víctimas del terrorismo.
Cubillo acusará más tarde al coronel Valero, del Servicio de Inteligencia Militar, y al cónsul de España en Burdeos de ser los cerebros de la operación que estuvo a punto de costarle la vida. También aparece ese extraño personaje, José Luis Espinoza, alias ‘Gustavo’ y ‘Alfredo’, antiguo refugiado político español en Argel, vinculado a los servicios especiales del franquismo. En el momento de producirse el atentado, este sujeto, a la sazón infiltrado en el PSOE y la UGT de Murcia, se encuentra en Argel, de donde saldrá huyendo inmediatamente.
Aparte la probada responsabilidad del Gobierno español en esta confusa historia, parece evidente la participación en el atentado de algún sector del propio MPAIAC. El propio Antonio Cubillo vinculó públicamente al atentado a Pedro Medina Calero, un conocido sindicalista de la asesoría laboral de la CCT, ex policía en tiempos de Franco y más tarde responsable de la Federación de CCT en la Gomera, que acabaría siendo diputado por Coalición Canaria en el Parlamento regional[37]. La teoría sobre la participación de algún sector del Movimiento, quizá controlado por los servicios especiales, se refuerza al comprobar que inmediatamente después del atentado se producen varias redadas en las islas.
El Servicio de Información de la Guardia Civil de la 152 Comandancia, con cabecera en Las Palmas de Gran Canaria, desarrolla una operación que permite detener a un enlace del MPAIC, natural de la isla y que por motivos de estudio vivía en Tenerife, Antonio Jorge Callicó, comandante Toño, estudiante de Filología Inglesa en la Universidad de La Laguna.[38] Tras su detención el resto de integrantes del MPAIAC fueron cayendo uno detrás de otro, en sólo un par de semana. Dos de los detenidos, Juan Antonio Rodríguez Acuña y Manuel Suárez[39], reconocieron haber realizado por separado cursillos en Argelia, el primero sobre armas y explosivos[40] y el segundo sobre cuestiones políticas. También fueron detenidos esos días Hermógenes Alfonso de la Cruz, el pintor Peraza, Gregorio Pérez Padilla y varios destacados nacionalistas más. Otros lograrían huir a Venezuela. También saldrá, aunque hacia Argel, Juan Bandera, hombre que mantenía muy buenas relaciones con Cubillo y que acabaría trabajando dentro del Movimiento en el frente diplomático, y el nacionalista Guadarrama, muy vinculado a la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, que terminó desempeñando tareas de representación en la delegación del MPAIAC en Suecia.
Esta redada del mes de abril, desarticuló prácticamente al MPAIAC y generó una situación de enfrentamientos, desconfianza y recelos entre las bases independentistas no detenidas. En Argel, las acusaciones llegan hasta el mismo buró político del MPAIAC, integrado por el Consejo Político de la OPA y por la comandancia suprema de las FAG, y del que es miembro Domingo Acosta. El número dos del movimiento, el hombre que fundara junto a Manolo Suárez la OPA cuando el grueso del PTC abandonó a Cubillo a finales del 76, tiene un enfrentamiento decisivo con el convaleciente secretario general del MPAIAC. Acosta mantenía contactos con el PCE(i), en Barcelona, a través de uno de los ‘dobles’ del movimiento, que también acabaría siendo acusado de colaboración con la Policía. También mantenía muy buenas relaciones con militantes de los GRAPO y otros grupos terroristas que después del atentado decidieron romper con el MPAIAC. Fueron los GRAPO los que provocaron esa ruptura: Cubillo había cometido el error -que no se le perdonaría por los GRAPO- de presentar a José Luis Espinoza a una delegación de esta organización terrorista que visitaba Argel.
Domingo Acosta, después de las averiguaciones que siguieron al atentado, descubrió la vinculación de Espinoza a los servicios de información sus trabajos como infiltrado primero en el FRAP, y luego en el PSOE y la UGT. Acosta acusó abiertamente a Cubillo de haber ocasionado con su ineptitud y su falta de celo la ruptura con los GRAPO. Pero Cubillo supo defenderse. Valiéndose de sus influencias y amistades entre los hombres del FLN, consiguió forzar a su lugarteniente a abandonar Argel, de donde partiría hacia Caracas.
Allí, Acosta consiguió fácilmente introducirse en los círculos nacionalistas. Pero en Venezuela las cosas no estaban mucho mejor. Las tensiones internas entre los independentistas de la colonia canaria habían acabado por provocar el fraccionamiento del Movimiento de Independencia de Canarias (MIC)[41], del que se escindieron Enrique, Guillermo y Florángel Gutiérrez, Elcira Padrón, Jesús Ramos Morales, José Fernández, Antonio González y José López, creando la Asociación Pro Independencia de Canarias (APIC), de corte mucho más moderado que el MIC.
Acosta, probablemente escarmentado de su militancia terrorista, y a través de un colaborador de la APIC, intenta ponerse en contacto con este grupo, pero pronto sería localizado y acusado desde el Siete Estrellas Verdes, órgano de información de los independentistas bolivarianos del MIC, de haber provocado la detención de varios camaradas y de apropiarse de fondos del MPAIAC, entre otros asuntos.
En Canarias, las noticias que llegan puntualmente desde Argel y Caracas crean un profundo desconcierto, aumentado ante la sospechosa eficacia de las fuerzas de seguridad, que de una sola vez consiguen también cazar a la plana mayor de Solidaridad Canaria y a un importante grupo de sindicalistas de la CCT. Antes de que se produzca esa redada, uno de los hombres más conocidos del MPAIAC, Paco Nóbrega, sale de Tenerife hacia Argel, donde es mal recibido por Cubillo y tiene que esconderse[42]. De todas formas, haciendo gala de una especial habilidad, consigue cruzar la frontera y acabará ganándose la libertad en algún lugar de Libia. No tienen tanta suerte Raymundo Hernández, Pedro Bresnes, Jaime Bethancourt, Estela Rodríguez, el matrimonio Estévez, Justo Ernesto Molina Galván, Francisco Osorio y Fernando Clavijo a los que detiene la Policía, apenas horas antes de que tuvieran que embarcar para viajar fuera de las islas. Sin embargo, otros nacionalistas, mucho más ‘quemados’ y conocidos, no son apresados, lo que alimenta las sospechas.
Quizá sea esta la causa de que un grupo bastante numeroso de militantes del MPAIAC abandone el movimiento y pase a engrosar las filas del PCU. Comienza entonces la debacle definitiva del MPAIAC.
Quiebra y expulsión de Cubillo
En las elecciones legislativas y locales del 79, los nacionalistas canarios de la Unión del Pueblo Canario se convierten en la tercera fuerza política del archipiélago, y en las dos capitales llegan a superar al PSOE. La UPC coloca en las Cortes Españolas a Fernando Sagaseta, antiguo compañero de luchas de Cubillo.
Cubillo, enfermo y aislado en Argel, preocupado exclusivamente de mantener su ya menguado poder dentro de un movimiento moribundo, frente a unas bases que o son detenidas por la policía o lo abandonan a espuertas, lanza continuas campañas de difamación desde Aitiden Guanche, órgano oficial del MPAIAC y de sí mismo, contra todo y contra todos.
Pero las siglas del MPAIAC permanecen. En el exterior las mantiene el apoyo económico y militante de algunos grupos de exiliados en Venezuela y, sobre todo, la tolerancia no exenta de complicidad del Gobierno argelino, que intenta contemporizar su políticas de normalización de relaciones con Madrid, con la defensa de intereses soviéticos en la zona. Eran unos momentos en los que la coexistencia pacífica estaba en cuestión, y la neutralidad internacional española marcada por la amenaza visible del ingreso de España en la OTAN.
La Unión Soviética, que ya mantenía en Canarias un importante contingente de agentes de la KGB, aumenta sus relaciones con Cubillo, que llega incluso a recibir el aliento y apoyo del Comité de Solidaridad Internacional de la URSS. Por estas fechas se formalizan los contactos entre los hombres del Movimiento en el interior y Yuri Ivanovhoch Butchkov, ya por entonces director de la empresa hispano-soviética Sovhispan, consignataria de buques de pesca y comercio exterior, que es utilizada como cobertura para las actividades de la KGB en las islas.
Los contactos de los servicios secretos soviéticos con el MPAIAC tuvieron lugar en el domicilio particular de Yuri Butchkov, en la calle del General Fanjul de Santa Cruz de Tenerife. Butchkov, que poco después se vio obligado a abandonar España, mantenía una relación muy estrecha con Efremenkov, el último agente soviético expulsado del país, y con Vladimir Kalinin, años más tarde agregado para asuntos de protocolo de la Embajada de la URSS en España y hombre que visitaba Canarias con gran frecuencia durante esos años. Kalinin, que llegó a España en enero de 1978, fue acusado por el semanario Cambio 16 de pertenecer a los servicios soviéticos de información.
De todos modos, y a pesar de la maraña de ayudas exteriores y de contactos con la Unión Soviética, el MPAIAC siguió en su proceso de descomposición política y organizativa. En agosto de 1979, un sector del MPAIAC expulsa a Cubillo aludiendo a sus actitudes autoritarias y abandona la lucha armada. El texto completo de la resolución, suscrita por un autodenominado Comité Provisional del MPAIC fue publicado por el Diario de Avisos de Tenerife en su integridad y que se reproduce en el Apéndice II.
En el mes de septiembre Cubillo celebra un fantasmal I Congreso del MPAIAC, en el que no participó ningún militante del interior y del que incluso existen dudas sobre su realización. En el libro editado por el movimiento con las resoluciones del evento[43], Cubillo explicaba que: “... algún día se sabrá el nombre de quienes participaron en este congreso físicamente a través de sus aportaciones, pero ello será una vez seamos independientes y en la patria libre de colonialistas españoles ...[44]”.
La divulgación de las resoluciones de este congreso clandestino fueron mínimas, incluso entre los círculos nacionalistas, y la celebración del mismo (en caso de que realmente se produjera) sólo sirvió para provocar el definitivo fraccionamiento del MPAIAC. En las islas, las siglas del MPAIAC provocan una incruenta polémica sobre la propiedad de las mismas, que servirá de regocijo durante algunos meses a la clase política no nacionalista. Cubillo seguiría presentándose a sí mismo como portavoz y dirigente del MPAIAC.[45]
Como consecuencia de la ruptura, se generarán otros dos nuevos grupos. Más herencia del MPAIAC al movimiento nacionalista en las islas. Uno, el Partido Revolucionario Africano de las Islas Canarias (PRAIC), integrado por varios nacionalistas vinculados al sindicalismo y al mundo de la cultura, que se escindirían del PTC para crear un conglomerado folklórico, continuador del africanismo político de Cubillo y que vio denegada su legalización ante la Fiscalía General del Estado.[46] Otro, los círculos comunistas Insurrección, del Partido Comunista Revolucionario Marxista-Leninista (CCI-PCR-ml), hoy disueltos, genuinos representantes de la tradición revolucionaria albanesa y del legado estalinista aplicado a Canarias[47].
En 18 de agosto de 1985, un Cubillo enfermo, paralítico desde el atentado y sin ningún apoyo internacional, pacta con el gobierno de Felipe González su regreso a Canarias, jurando la Constitución Española. En Canarias funda el Congreso Nacional de Canarias (CNC), partido político del que será dirigente y portavoz. El CNC será un partido muy minoritario, presente básicamente en la isla de Lanzarote. En las elecciones al Parlamento de Canarias de 1987, el CNC logró apenas 8.743 votos, sólo un 1,3 por ciento del voto total emitido. Cubillo no volvió a presentar esas siglas, considerando que la derrota de su partido en unas elecciones democráticas había sido consecuencia de que medio millón de españoles pudieran votar en las islas: “sólo deberían hacerlo los nacidos en Canarias y los hijos de padre y madre canarios”, dijo entonces. Cuatro años después, Cubillo creó la coalición electoral Canarias por la Independencia, integrada por el CNC y por el FREPIC-AWAÑAK[48], para participar en las elecciones municipales de 1991. No logró ninguna representación.
En 2003, algunos de los antiguos integrantes del MPAIAC refundaron la organización, aunque esta refundación no fue reconocida ni por Cubillo,[49] ni por la mayoría de los militantes históricos. La actividad política de este MPAIAC reconstituido fue prácticamente nula y se centró en acusaciones a Cubillo y otros debates personalistas, realizados todos a través de Internet.
Cubillo continuó ejerciendo como abogado en Canarias y escribió varios textos sobre lingüística guanche, publicando también dos volúmenes de memorias[50]. En 2007 dio a la luz su anteproyecto de Constitución de la República Federal Canaria en el periódico El Día[51], en el que siguió colaborando hasta su muerte, el 10 de diciembre de 2012.
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Acciones del MPAIAC
Comunicado del Comité Ejecutivo Provisional del MPAIAC que anuncia la expulsión de Antonio Cubillo[52]
"El Comité Ejecutivo Provisional del MPAIAC, reunido en un lugar de la Patria el 20 de agosto de 1979. Considerando: la actitud fuertemente personalista del hasta ahora Secretario General del MPAIAC, Antonio León Cubillo Ferreira, y su deseo de instituir su poder personal y hacer de nuestra organización una especie de propiedad privada suya de la que poder disponer a su antojo, y que ha provocado la escisión de grupos del MPAIAC, como la que se produjo en noviembre de 1976, cuando la mayor parte de nuestra organización se separó de la misma, constituyendo posteriormente ese grupo escindido el Partido de los Trabajadores Canarios (PTC).
Considerando: que pese a las reiteradas peticiones que la dirección interior del Movimiento ha hecho al hasta ahora Secretario General del MPAIAC en el sentido de que nuestra organización se dote de unos Estatutos provisionales hasta la celebración del Congreso Nacional del MPAIAC que democratice y dé eficacia a la labor desarrollada por nuestra organización y del que surja el Comité Ejecutivo, recogiendo así el deseo y la voluntad de todo el colectivo del MPAIAC, el hasta ahora Secretario General ha venido poniendo toda clase de obstáculos a la celebración de este I Congreso del MPAIAC, y ello a pesar de que la fundación de nuestro movimiento data de 1964, ¡hace nada menos que 15 años!
Considerando: la concepción foquista, vanguardista y negadora en la práctica del papel transformador del pueblo, el fuerte personalismo y aventurismo de esencia y carácter burgués del hasta ahora Secretario General del MPAIAC, así como su incapacidad de reconocer los errores y de hacerse la autocrítica, que han conducido a una progresiva y peligrosa descomposición de nuestra organización.
Considerando: la negativa del hasta ahora Secretario General del MPAIAC a que nuestra organización iniciara negociaciones con otras organizaciones independentistas revolucionarias de cara a la formación de un Frente Popular por la Liberación de Canarias, que facilite el camino hacia la constitución de un Estado independiente y soberano canario, conculcando así los principios de nuestro movimiento recogidos en el libro editado por el MPAIAC en 1970 ‘El Nacionalismo Revolucionario de Canarias’.
Considerando: las denuncias calumniosas hechas en su día, a través de La Voz de Canarias Libre, por el hasta ahora Secretario General del MPAIAC contra probados luchadores por la libertad y la independencia de nuestro país, facilitando de esta manera a la policía colonialista española los nombres y otros datos –falsos éstos en gran parte– de diversos patriotas sólo por el hecho de que estos compañeros discreparan de la política irresponsable y personalista del hasta ahora Secretario General.
Considerando: los atentados de que han sido víctimas algunos militantes independentistas revolucionarios, atentados perpetrados por mandato del hasta ahora Secretario General del MPAIAC sólo porque estos compañeros abandonaron el Movimiento ante la imposibilidad de hacer cambiar de actitud a Antonio León Cubillo Ferreira en su política personalista y aventurera.
Considerando: la negativa del hasta ahora Secretario General del MPAIAC a rendir cuentas de su gestión política ante el colectivo del Movimiento a través de informes periódicos.
Considerando: la ambición y ceguera política del hasta ahora Secretario General del MPAIAC que le ha llevado, a pesar de las continuas advertencias de numerosos miembros de nuestra organización en el exterior, a rodearse de una camarilla de ambiciosos, ineptos y oportunistas –algunos extranjeros, como su cuñada francesa-, no importándole además, que fuesen españoles como es el caso de José Luis Espinosa Pardo, alias Gustavo y Alfredo, natural de Murcia y dirigente en esa provincia de la Metrópoli del sindicato amarillo español UGT, resultando ser este individuo –que incluso llegó a hospedarse en el mismo domicilio de Antonio Cubillo repetidas veces- un agente de los servicios secretos españoles y cerebro del atentado que sufrió el hasta ahora Secretario General del MPAIAC y que le mantiene postrado en una silla de ruedas, siendo además ese agente español quien provocó, en abril de 1978, la caída –días después del mencionado atentado- de numerosos patriotas en el Interior.
Considerando: el absoluto desprecio de que ha dado continuas muestras el hasta ahora Secretario General del MPAIAC con respecto a la seguridad de los militantes del Movimiento.
Considerando: las negativas del hasta ahora Secretario General del MPAIAC a poner a disposición del colectivo del Movimiento su cargo de secretario general y el grave obstáculo que objetivamente representa su catastrófica gestión política para la causa de la independencia y el socialismo en Canarias, el Comité Ejecutivo Provisional destituye del cargo de Secretario General del MPAIAC a Antonio León Cubillo Ferreira. Expulsa del Movimiento Popular para la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) a Antonio León Cubillo Ferreira.
Considera positivamente el llamamiento del Partido Socialista Independentista (PSI) de Canarias y del Partido de los Trabajadores de Canarias (PTC) para la formación de un Frente Popular de Liberación de Canarias al objeto de luchar hasta el fin por la independencia Nacional y el Socialismo.
Anuncia el próximo envío de una delegación del MPAIAC al Exterior para hacerse cargo de las instalaciones que nuestra organización mantiene en algún país amigo y para informar de la política del MPAIAC a las organizaciones anticolonialistas de otros países.
Convoca a todos los partidos, grupos políticos y sectores sociales consecuentemente independentistas y a todos los/las patriotas canarios, tanto del interior de la patria como del extranjero, para iniciar un proceso de aproximación política que nos lleve a la necesaria unidad de acción contra el colonialismo y el imperialismo.
En un lugar de la Patria, a 20 de agosto de 1979".
Notas
http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?f=29&t=5439 (revisado el 4 de diciembre de 2015)