Historia

La guerra de las pulgas: propaganda armada, caudillismo y delación en el MPAIAC la misión de Antonio Cubillo en la independencia de Canarias

The war of the fleas: armed propaganda, Caudillismo and betrayal in the MPAIAC. Antonio Cubillo’s Mission in the Independence of the Canary Islands

Francisco Pomares Rodríguez
Universidad de La Laguna, España
José Miguel Pérez García
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, España

La guerra de las pulgas: propaganda armada, caudillismo y delación en el MPAIAC la misión de Antonio Cubillo en la independencia de Canarias

Anuario de Estudios Atlánticos, vol. AEA, núm. 63, pp. 1-20, 2017

Cabildo de Gran Canaria

Recepción: 13 Abril 2016

Aprobación: 11 Julio 2016

Resumen: En los últimos años, animado por la influencia política del nacionalismo de Coalición Canaria en las instituciones del archipielago, ha surgido en las Universidades de las islas una corriente historiográfica que atribuye al trabajo político de Antonio Cubillo, fundador y principal impulsor del MPAIAC, una extraordinaria importancia en el desarrollo social de las tendencias nacionalistas en la sociedad canaria, y presenta el independentismo cubillista como punto de partida de una corriente radical del nacionalismo que hoy gobierna el archipiélago. El presente trabajo, pretende demostrar la escasa repercusión social y política que tuvo el fenómeno del MPAIAC y la actuación de sus organizaciones más allá de lo vistoso de su autodenominada “propaganda armada” y cómo el caudillismo de Cubillo y la desintegración del MPAIAC en pequeñas formaciones independentistas, muy intervenidas por la policía española, lastró el desarrollo de una corriente autodeterminista en el seno del actual nacionalismo canario.

Palabras clave: Cubillo, MPAIAC, autodeterminación, nacionalismo, autonomía, Canarias.

Abstract: In recent years, encouraged by the political influence of the nationalistic Coalición Canaria in the institutions of the archipelago, a historiographical tendency has emerged within the universities of the Canary Islands that assigns the political work of Antonio Cubillo, the founder and driving force behind the MPAIAC, extraordinary importance in the social development of nationalist tendencies in canarian society, presenting the cubillista independence movement as a starting point of a radical current of nationalism that today dominates the archipelago. This work aims to demonstrate that the MPAIAC phenomenon and its organizations’ actions had limited social and political impact beyond the colourfulness of its self-proclaimed “armed propaganda” and how the caudillismo of Cubillo and the disintegration of the MPAIAC into small separatist associations, heavily influenced by the intervention of the national spanish pólice prevented the development of a self-determinist inclination in the heart of present-day canarian nationalism.

Keywords: Cubillo, MPAIAC, self-determination, nationalism, autonomy, Canary Islands.

Cómo citar este artículo/Citation: Pomares Rodríguez, F.; Pérez García, J. M. (2017). La guerra de las pulgas: propaganda armada, caudillismo y delación en el MPAIAC la misión de Antonio Cubillo en la independencia de Canarias. Anuario de Estudios Atlánticos, nº 63: 063-003. http://anuariosatlanticos.casadecolon.com/index.php/aea/article/view/9910

Introducción

En la fase final del régimen de Franco estalla el conflicto por la descolonización del Sahara occidental. La situación no será ajena a los episodios que, por aquellas fechas, desataban los enfrentamientos entre los grandes bloques en que se dividió el mundo tras la II Guerra Mundial. En tales episodios se insertan los conflictos vividos en los territorios del África noroccidental y en los cuales, la cuestión saharaui alcanzó una intensidad notable. Desde las respectivas iniciativas e intereses de Marruecos y Argelia se movilizaron alianzas y estrategias que tuvieron impacto no sólo en las relaciones entre los países del continente africano sino que desbordaron el marco de las fronteras de ese continente.

La situación geopolítica del Archipiélago Canario se complicó por entonces. Las islas pasaron –como ya había ocurrido con anterioridad en otros momentos de su Historia- a formar parte del juego de fuerzas que se desató en su entorno. Canarias alcanzó un protagonismo señalado en las orientaciones de la política exterior española y de sus relaciones internacionales. Como ha comentado Marcelino Oreja, ex ministro de Asuntos Exteriores, “1978 fue muy importante para el Gobierno porque había muchos problemas en política exterior y el asunto de Canarias fue para mí absolutamente prioritario”.[1]

El propio Oreja ya había dejado traslucir en su etapa ministerial el alcance de aquellas preocupaciones. Sostenía la necesidad de que el Gobierno español prestara una atención singularizada al Archipiélago. Defendía la adopción de medidas que contribuyeran a evitar la posible desestabilización social en las islas como consecuencia de los impactos que podría generar en ellas la descolonización del Sahara. En una entrevista publicada en 1976 en el diario ABC afirmaba: “Al Gobierno no se le oculta que las Canarias se encuentran próximas a una zona donde sea originado una tensión, y que la descolonización del Sahara por parte de España no atenúa su obligación de atender la debida protección de estas islas. Esta protección no es solamente militar sino que para por el robustecimiento de la economía y las estructuras sociales de Canarias. El Gobierno es plenamente consciente de todos esos problemas y desea resolverlos eficazmente”.[2]

Por aquellos años se dilucidaba también en el seno de la OUA[3] una resolución que postulaba la descolonización de Canarias y la autodeterminación del Archipiélago. En tal dirección iban los acuerdos adoptados en Trípoli por el Comité de Liberación de la OUA y que se remitían a la posterior reunión de Jefes de Estado de dicha organización.[4] La movilización que puso en pie la diplomacia española en aquellos meses da idea de la relevancia apuntada en las citadas palabras de Oreja. Tras obtener el consenso de las fuerzas parlamentarias, se emprendieron dos misiones: la que llevó a cabo el citado Ministro y la efectuada por una delegación de representantes de los principales partidos políticos. Ambas recorrieron en poco más de un mes numerosos países africanos y 25.000 kms. (Operación África). La Asamblea decisiva de la OUA, cuyos acuerdos requerían una mayoría de dos tercios, se saldó con 19 votos en contra de los 49 países participantes. Su resultado llevaría al ministro español a valorar que “las gestiones que se hicieron para frenar aquella declaración salieron bien”. Claro que ante la debilidad de la influencia española en el vecino continente, uno de los componentes de la delegación parlamentaria, Raúl Morodo afirmaba por las mismas fechas que: “La falta de información dada hasta ahora a los países africanos ha de ser compensada con la utilización de métodos posibles para captar los votos afines en la Cumbre de la OUA en Jartum”[5]. Tales “métodos”, con toda probabilidad nada distintos a los que solían emplearse en iniciativas diplomáticas similares, contaron con la colaboración francesa cuya mayor influencia en el continente era notoria, aunque algún testigo de aquellos tiempos ubique hoy en sus memorias, sin las debidas pruebas, otras claves más inquietantes.[6]. Para una mejor ponderación de aquellos momentos en el ámbito de la política exterior española, conviene no perder de vista las distintas orientaciones de la misma en la etapa que va desde la fase terminal del franquismo hasta la década de los noventa. Un resumen certero de los mismos puede verse en el libro de Francisco Villar cuando nos traza el cuadro de las relaciones con el Magreb y la evolución que experimentaron tras los desatinos de los denominados “Acuerdos de Madrid”.[7]

La existencia en Canarias de un movimiento independentista, el MPAIAC, creado en los años sesenta pero proyectado desde el exterior de las islas con posterioridad, constituyó una baza notable, no sólo en el ámbito de las posiciones nacionalistas y autodeterministas que surgieron en el Archipiélago, sino en el juego de fuerzas que se desató para la misma situación de las relaciones internacionales de España. En el presente trabajo se dilucidan los procesos que atravesó dicha organización desde que fue creada hasta su crisis final, así como su papel en el seno de las convulsiones desatadas en aquellas décadas del pasado siglo, cuando se cruzaba el final del franquismo con la recuperación del régimen democrático.

Los orígenes del MPAIAC

La historia del MPAIAC está di­rectamente vinculada a la historia personal de su secretario general, Antonio Cubillo[8], tras las movilizaciones que se producen en el Ar­chipiélago canario en 1961 y 1962. Estas movilizaciones, protagoni­zadas por varios sectores campesinos y populares de las islas, y espe­cialmente por los aparceros, estiba­dores y lecheras (vendedoras ambulantes), contaron con el apoyo y el asesoramiento de profesionales liberales como el propio Cubi­llo, en Tenerife, y Fernando Sagase­ta, en Las Palmas, por entonces ambos abogados laboralistas sin apenas formación política y con po­ca experiencia en conflictos y lu­chas reivindicativas. Las huelgas, llevadas a cabo sin una dirección política, pero muy politizadas, de acuerdo con la dinámica social de la época, acabaron en un ro­tundo fracaso que provocaría una re­presión desmesurada y marcará la pauta de los años siguientes, con escasa conflictividad social.

Estas movilizaciones darán paso a estructuras organizativas clandestinas, en donde surgen los primeros síntomas de lo que más tarde será la “conciencia nacional canaria”[9], creándose un movimiento en el que confluyen no sólo sectores con planteamientos de carácter nacionalista, sino tam­bién algunos grupos obreros que se alejan de la órbita organizativa del Partido Comunista, único partido entonces con implantación efectiva en Canarias. A esos grupos se sumarán también personas que –con ocasión de la captura y ajusticiamiento de El Corredera- habían percibido que esas decisiones suponían una auténtica injerencia externa en las islas y una agresión directa del régimen contra los canarios[10].

Así nacerá el Movi­miento Autonomista Canario (MAC), conocido también como ‘Canarias Li­bre’,[11] consigna utilizada durante la época de las movilizaciones y que reflejaba simultáneamente un deseo de acabar con el centralismo y con la dictadura, común a otros territorios del país[12]. Los líderes del mo­vimiento son también Antonio Cu­billo y Fernando Sagaseta.

Tras las huelgas, el recién creado MAC es desarticulado y los dos abogados son detenidos: Cubillo consigue la libertad bajo fianza, y te­miendo lo peor, se exilia.[13] Sagaseta es procesado en consejo de guerra, acusado de terrorismo y separatismo y condenado a ocho años de prisión.

Después de permanecer oculto durante algún tiempo en Tegueste, ese mismo año de 1962, Cubillo abandonó el archipiélago: en junio consiguió, tras varios intentos fallidos, escapar rumbo a Marruecos en una lancha rápida propiedad de un contrabandista amigo de su familia. De ahí partió con destino a París con la intención de contactar por segunda vez con el Partido Comunista. Se reúne con Santiago Carrillo, secretario general del PCE, y le pide ayuda para el MAC, pero no logra convencerlo. El encuentro no acabará nada bien, porque Carrillo no quiere ni oír hablar de Independencia. Carrillo no cita siquiera este encuentro en sus muy prolijas memorias.[14] Sí se refirió a él en una entrevista publicada en el diario ABC y en la que asegura le dijo que lo primero que había que hacer era derrocar a Franco, pero Cubillo le replicó “que no, que esto es territorio africano y que había que luchar por la descolonización”.[15] Ante la negativa del PCE a prestar su apoyo al MAC, Cubillo se desplazó a Moscú, también sin éxito alguno. Los soviéticos calificaron su independentismo de “desviación pequeño-burguesa”.[16] Poco después, el PCE lograría contactar en la cárcel con Fernando Sagaseta y a través de él con otros nacionalistas y conseguiría atraerlos a su posición, haciendo que rompieran con Cubillo, quien ya se encontraba en Argel.

Es entonces cuando Cubillo, des­conectado de la situación en Cana­rias y aislado internacionalmente por el PCE en los contactos con los partidos comunistas europeos y del Este, a los que en un principio quiso recurrir, reorienta sus opciones hacia la triunfante revolución argelina y al FLN[17], y se desplaza a Argel, donde consigue una plaza de profesor de lengua española.[18] Allí fundará pocos meses después el MPAIAC y se nombrará a sí mismo secretario general. Es el 22 de octu­bre de 1964. Entre los militantes de primera hora, se incorporan al movimiento, entre otros, Ángel Cuenca, José Díaz ‘el Mexicano’ y Ángel Cabrera ‘el Rubio’, delincuente común con un dilatado historial delictivo.[19] En el acta de fundación del MPAIAC, en su epígrafe 42, Cubillo explica los motivos de la que será su ruptura permanente con el PCE y el comunismo:

Manifestar nuestro pesar ante la actitud del Partido Comunista de España con sede en Praga, al no querer aceptar el sagrado, justo, natural y legítimo derecho del pueblo del Archipiélago africano de las Islas Canarias, a su independencia. Nos oponemos también a las creencias centralistas de no importa qué partido español de la oposición en cuanto a que Canarias forma parte integrante de España y que lo debe ser en un futuro republicano y democrático. Sin embargo, manifestamos nuestro deseo de que dicha política sea examinada de nuevo por dichos partidos y por el Partido Comunista Español y que sean aceptadas nuestras aspiraciones y nuestra natural y justaposición de lucha contra el colonialismo, el centralismo y el imperialismo del régimen reaccionario de Madrid.

En el inicio del acta fundacional se recoge por primera vez la denominación de Movimiento para la Autodeterminación e Independencia del Archipiélago Canario, mucho más contundente que Movimiento Autonomista Canario, así como una declaración de principios y objetivos que no deja ningún lugar a dudas sobre la intención de conseguir la independencia y crear un Estado de carácter socialista:

Dicho movimiento Nacionalista y Revolucionario luchará con todos sus medios y fuerza por obtener el sagrado, legítimo, justo y natural derecho a la libre Autodeterminación y a la Independencia, para establecer en su día en el Archipiélago africano de las Islas Canarias, una República Socialista, capaz de representar y manifestar ante los otros pueblos libres del mundo entero, las verdaderas, justas y revolucionarias aspiraciones socialistas del pueblo canario.

Relaciones internacionales y propaganda armada

A partir de este momento, la his­toria del MPAIAC será la de un hombre que no logra contar con apoyos permanentes dentro del nacionalismo canario del interior, pero que es respaldado por el FLN argelino y que –con su apoyo- viaja por África realizando una inteli­gente presentación del problema canario ante los Gobiernos africa­nos cercanos a la Unión Soviética. Cubillo conoce el valor estratégi­co de las Islas Canarias y está con­vencido de que esta carta juega en su favor[20]. El MPAIAC opta estratégicamente por una línea africanista, recurriendo también a la exaltación de los antiguos aborígenes de Canarias, Con ello llegó a conseguir en 1968 el apoyo de un Comité de Liberación ‘ad hoc’ de la extinta OUA, controlado por Argelia, que en una reunión a puerta cerrada celebrada en Jartum, declaró el Archipiélago Canario territorio africano, alegando la proximidad geográfica de Canarias respecto a África. Fue este el mayor éxito diplomático de Cubillo en toda la historia del MPAIAC:

Las Islas Canarias son parte integrante de África y no constituyen una prolongación de España. Decidimos declarar aquí que el pueblo de las Islas Canarias tiene derecho a la autodeterminación, como todos los demás pueblos todavía bajo dominación colonialista. Y a partir de hoy, serán tomadas las disposiciones necesarias para encontrar las vías y medios de ayuda para nuestros hermanos y hermanas de las Islas Canarias.

Desde Argel, Cubillo presenta ante los foros africanos su posición independentista, y desarrolla una intensa actividad de propaganda. Cubillo publica en la revista Africasia, un artículo titulado “Contra una independencia otorgada. La vía revolucionaria”,[21] donde plantea

obtener la autodeterminación o la independencia no por la vía pacífica, sino a través de una lucha revolucionaria de liberación nacional, único camino que se puede concebir para obtener una verdadera independencia.

Como Cubillo no podía acercarse a la Unión So­viética a través del PCE, dado que éste aún mantiene relaciones cordiales con el PCUS[22], y seguirá siendo hasta la incorporación del PCE a la corriente eurocomunista, a mediados de los años 70[23]. Por eso decidió hacerlo des­de una posición de país africano tercermundista, a la espera de que los intereses so­viéticos en la zona hicieran el resto. Es en estos primeros días de existencia del movimiento cuando Cubillo conoce en Argel a Vladimir Volosatov, agente del KGB soviético recién llegado de Siria, que se con­vertirá en su contacto asiduo y facili­tará en gran medida las relaciones de Cubillo con los regímenes prosoviéticos africanos.

En base a esas relaciones, en 1970 el MPAIAC entrega al Comité de Descolonización de la ONU una petición en el que se pide que el Archipiélago sea declarado territorio sometido al colonialismo, sin conseguir que Naciones Unidas debata la propuesta[24]. Cubillo lo intenta de nuevo en la reunión del Comité de Liberación Africana, celebrada en Trípoli, el 16 de febrero de 1978. El comité compuesto por Argelia, Guinea, Senegal, Libia y Nigeria, estudia medidas a adoptar por la OUA ante el rechazo del Gobierno español a que las islas sean visitadas por la Comisión de Observación de la OUA. El pragmatismo de Cubillo le llevará incluso a plantear una federación de Canarias con el antiguo Sahara español –los territorios de Río de Oro-, para solicitar conjuntamente la independencia ante la ONU y de esta manera plantear la integración en el Gran Magreb. Ninguna de esas propuestas prosperó.

En Canarias, el Movimiento, que aún no ha comenzado a organizar­se, se enfrenta a la que será la pri­mera de las múltiples escisiones que tendrá que soportar a lo largo de su historia. En 1970, Salvador Sagaseta funda el Frente de Libera­ción Nacional de Canarias (FLN). Cubillo, incapaz de acercarse a los nacionalistas del interior -y ésta será otra de las constantes de su devenir personal-, arremete contra el FLN, acusándolo de ser una or­ganización que divide al pueblo en su lucha por la construcción del mo­vimiento de masas. Es entonces cuando Cubillo descubre que el MPAIAC, como movimiento de masas que aspira a la mayoría de edad, necesita de unos postulados ideológicos. Cubillo rein­venta la teoría estalinista del Frente Popular Nacional, añadiéndole al­gunos toques de su propia cosecha, que serán reflejados en el que más tarde se conocería como Libro Blanco del MPAIAC[25], un opúsculo tamaño cuartilla y de apenas ochenta páginas con las portadas completamente en blanco, para facilitar su circulación clandestina por las islas.

De esta forma, el Movimiento se articula ideológicamente so­bre una fecunda base social en la que cabe desde la burguesía patrio­ta hasta el lumpen igualmente pa­triota, con una práctica política ba­sada en la lucha armada. En un comunicado difundido desde Argel el 15 de noviembre de 1970, Antonio Cubillo introduce en su discurso un componente ideológico que recrea situaciones de dominio colonial en base a un pretendido análisis leni­nista:

En la lucha por la liberación, del poder colonialista godo, todos los medios son buenos; sin embargo, para la expulsión total de los godos y para conquistar nuestra Independencia, el pueblo tiene que saber que, sólo la Lucha Revolucionaria de Liberación Nacional podrá dar al Pueblo, lo que en justicia le corresponde. La violencia revolucionaria es la única respuesta a la violencia reaccionaria goda.

Pero no serán las definiciones del Manual de Economía Política de la Academia de Ciencias de Moscú las que conviertan al MPAIAC en una amenaza para el futuro democrático de Canarias en los años inmediata­mente posteriores a la muerte de Franco. Se la brinda la actuación del Gobierno Arias durante el proceso de descolonización del Sahara. La entrega de la última colonia española a Marruecos y Mauritania en plena descomposición del régi­men franquista, aceptan­do -de facto- la creación de un desequilibrio estratégico en la zona, claramente favorecedor de los inte­reses estadounidenses, no sólo tendrá repercusiones internacionales, sino que creará en el archipiélago una si­tuación singularmente complicada.

Por un lado, la integración de los repatriados, realizada con una absoluta falta de sensibilidad con las percepciones de un pueblo ya agobiado por la inmigración peninsular, y por otro, la desaparición del mercado de trabajo del Sahara, tradicionalmente cubierto por canarios de las islas orientales, precisamente en lo más álgido de la crisis económica de 1973, serán motivos sobrados para crear una conciencia de inseguridad ante el futuro en las islas. Se gesta un estado de opinión en los habitantes del Archipiélago que perciben el abandono y desinterés de la metrópoli. La incerti­dumbre y el desánimo se empiezan a estable­cer en Canarias.

Cubillo consigue que el Gobierno argelino -algo más que irritado por el Acuerdo Tripartito de Madrid- le facilite una hora de emisión radiofó­nica diaria. Los servicios de inteligencia argelinos ponen a disposición de Cubillo Radio Argel, y así nace ‘La Voz de Ca­narias Libre’, órgano oficial del MPAIAC, desde donde Cubillo, a partir del 2 de diciembre de 1975, se dirige a la población canaria inci­tando a la sublevación contra el opresor colonial.

Desde dicha emisora, Cubillo concreta algunas de sus más conocidas consignas, se atribuye la invención de la bandera con las siete estrellas verdes y explica su teoría de la guerra de las pulgas, un reclamo a la práctica del espontaneismo[26]: “Hay que molestar por todos lados, cada uno que actúe a su aire”.

A primeros de febrero del siguiente año, una delegación de la Junta Democrática, integrada por Rafael Calvo Serer, Santiago Carrillo y José Vidal-Beneyto visita Argel y solicita el inmediato cierre de la emisora, dado que tras la muerte de Franco, se está produciendo en el país un proceso de transición a la democracia. El Gobierno argelino aseguró que reconsideraría la situación de La Voz de Canarias Libre, pero no retirará la concesión a Cubillo hasta 1978.[27]

En esos momentos ya están crea­das las dos condiciones básicas pa­ra el crecimiento y desarrollo de un movimiento de carácter terrorista: por un lado, la existencia de una situación obje­tiva favorable, fruto de varios lustros de centralismo y culminada con la actuación del Gobierno Arias en el Sa­hara, y por otro, la presencia de una organi­zación afianzada –aunque fuera mínimamente- entre sectores de la población y con cierta disponibilidad de medios y recursos que llegan de fuera. Es así como el MPAIAC comienza a moverse en Canarias.

Por esta época -primeros me­ses de 1976, con el Régimen más pendiente del enemigo interior y de su propia descomposición- llegan al archi­piélago varios activistas del movi­miento que se encargan de organi­zar los contactos y los primeros atentados. Las Fuerzas de Seguridad del Es­tado se encuentran impotentes para luchar contra una organización cuya característica fundamental es, precisamente, la falta de organiza­ción, la absoluta autonomía de sus células y el espontaneismo. La mayo­ría de las acciones reivindicadas por el MPAIAC son realizadas por comandos que actúan independientemente, integrados por enardecidos oyentes de las alo­cuciones radiadas de Antonio Cubi­llo, sin más relación con el movi­miento y entre sí que la que tienen a través de las ondas o el teléfono de Cubillo en Argel.

Por otro lado, el terrorismo cubi­llista peca de los mismos defectos del líder que lo inspira. Las accio­nes desarrolladas en estos primeros meses –pintadas, colocación de banderas separatistas, clandestinos juramentos a la bandera tricolor con cantos de himnos patrióticos, rotura de cristales, amenazas de bomba, explosión de petardos…–[28] son más bien de carácter folclórico y denotan un militarismo infantil, impropio de una organización con vocación revolucionaria. Pero nuevamente los desatinos gubernamentales favo­recerán a Antonio Cubillo.

En septiembre de 1976, y duran­te un registro, la Policía mata al joven estudiante Bartolomé García. Más tarde, el MPAIAC reivindicaría a García como uno de sus militantes, asignándole el nombre en clave Tanausú y responsabilida­des orgánicas[29]. Con la noticia del asesinato, el pueblo de Santa Cruz se lanza a la calle en la manifestación ilegal de protesta ciudada­na en la isla más colosal durante toda la Transición. Lo que comenzó siendo una enérgica pero pacífica demostración de indignación ante una flagrante iniquidad, se convierte en una serie de jornadas revolucio­narias donde abunda el atropello. Se incendian unos grandes almace­nes de la capital, se dispara contra miembros de la Policía, se destro­zan bienes públicos y privados y el MPAIAC adquiere un protagonismo absolutamente inusitado.

Apenas dos meses después de estas movilizaciones, que obligaron a desplazar a las islas refuerzos de dotaciones antidisturbios de la Policía Nacional, el 1 de noviembre de ese año, el MPAIAC inicia la actividad terrorista haciendo explotar una bomba en la sede de Galerías Preciados de Las Palmas de Gran Canaria. Cubillo anuncia desde Argel el comienzo de la Lucha Ar­mada Revolucionaria, en su primera fase, la de Propaganda Armada y declara constituidas las Fuerzas Armadas Guanches (FAG).

Explotan bombas y petardos en distintos lugares de las islas. En marzo de 1977 muere un miembro del MPAIAC, Santiago Marrero, en un tiroteo con vigilantes de la Marina Española en el cuartel de la Isleta, en Gran Canaria, donde había entrado con la intención de sustraer armas del polvorín militar. El 13 de mayo se produce el primer atentado terrorista de las FAG en territorio peninsular, estallando un artefacto explosivo en un almacén de Galerías Preciados de Madrid. Se atracan bancos, se ponen bombas[30], y el 27 de marzo de 1977, se produce un accidente de aviación en el aeropuerto de Tenerife en el que murieron 583 per­sonas, y en el que el MPAIAC tuvo indirectamente parte de la respon­sabilidad al provocar una explo­sión en la floristería del aeropuerto de Gando que obligó a desviar el tráfico aéreo, so­brecargándolo en Los Rodeos. La campaña de prensa interna­cional desatada por el MPAIAC lo­gra que varios operadores cancelen sus vuelos a las Islas, don­de empieza a cundir el pánico entre los empresarios hoteleros y los sectores dedi­cados a la prestación de servicios.

El 21 de noviembre de 1977 explotó una bomba del MPAIAC en las sedes del Banco de Madrid y la Mutualidad Laboral en la calle General Gutiérrez de la capital tinerfeña. Esa medianoche, Antonio Cubillo llamó desde Argel a El Día: “Soy el secretario general del MPAIAC y quiero reivindicar la bomba de la Mutualidad Laboral. Hemos cumplido un objetivo más”. El periodista le explicó que entre las personas heridas había un canario y le preguntó: “¿Cómo entiende esto?”, a lo que Cubillo contestó: “Nosotros hemos advertido que los canarios se retiren de los edificios públicos. Si hay heridos no es culpa nuestra. Estamos en guerra y si se derrama sangre canaria tampoco es culpa nuestra”. Señaló que las instalaciones atacadas eran españolas y que el MPAIAC estaba “en guerra con España”[31].

Y el 29 de febrero de 1978 se produce la única muerte causada directamente por el MPAIAC, la del artificiero Rafael Valdenebro, de la Policía Nacional, que fallece mientras intentaba desactivar una bomba colocada por el grupo terrorista en La Laguna, y destinada a asesinar a un abogado local.[32] El artificiero, un joven de 27 años, fue alcanzado en la cabeza, brazos y piernas y fallecería el 8 de marzo. Durante los meses anteriores no se habían producido incidentes reseñables, pero la muerte de un poli­cía desata una fuerte reacción de rechazo y miedo a que los atentados, hasta entonces considerados inocuos, puedan provocar daños mortales.

Como reacción a ese estado de cosas, la Policía monta en Canarias la denominada Operación Gaviota destinada a impedir los propósitos terroristas del MPAIAC. Pero nada evita que el fantasma de la inseguridad se ex­tienda sobre el ya de por sí precario panorama económico de la región. Cubillo difunde un comunicado por medio de panfletos en las dos capitales y centros universitarios de La Laguna, en el que insta a los “militares y policías go­dos” a retirarse de Canarias, so pena de muerte en caso de no hacer­lo. El comunicado iba firmado por la comandancia suprema de las FAG y acababa con un “reflexionen”, destinado a los miembros de las Fuerzas Armadas.

La espiral terrorista desemboca en las Navidades del 78. En el ho­tel Botánico del Puerto de la Cruz, un artefacto hiere a una turista fin­landesa y provoca grandes destrozos, precisamente en uno de los centros neurálgicos del turismo tinerfeño y cuando, además, en la memoria de todos los euro­peos está aún presente el accidente de aviación ocurrido dos años antes. Durante ese tiempo, y a pesar de algunos conflictos con afiliados que derivan en procesos recurrentes de expulsión, el MPAIAC continúa desarrollando su estructura orgánica en el interior. Cubillo concibe al movimiento co­mo el frente de masas en el que convergen los distintos sectores pa­triotas de la sociedad guanche. Así, dentro del MPAIAC existen grupos, como la Organización Polí­tico-Administrativa (OPA), las Fuerzas Armadas Guanches (FAG) o los Destacamentos Armados Canarios (DAC) y, al mismo tiempo, los militantes del movimiento lo son de sindicatos y partidos independentistas o, en al­gunos casos, de partidos estatales, como el PSOE, el PCE o el PTE (PTIC, en Canarias).

Una organización dividida

La inexistencia de una es­tructura única y jerarquizada acaba­rá creando problemas de compe­tencia y protagonismo entre los dis­tintos grupos y colectivos que inte­gran el movimiento. La situación se complicará aún más por enfrenta­mientos tanto de carácter político como personal. De este modo, las dos únicas or­ganizaciones con una cierta vincula­ción a la clase obrera de las islas y controladas a nivel de dirección por hombres cercanos al MPAIAC –el sindicato nacionalista y ultraizquierdista CCT, y el Partido de los Trabajadores Canarios (PTC)[33] –se separan del Movimiento e inician su vida en solitario, desmarcándose de las actuaciones terro­ristas y de la lucha armada. Las divisiones hacen que Cubillo llegue a denunciar desde su emisora a ex mili­tantes del Movimiento consi­derados por él como traidores, provocando a veces la caí­da en cadena de algunos grupos.

Por otro lado, el Movimiento liderado por Cubillo ha­bía permanecido totalmente al mar­gen de la dinámica creada por la nueva situación democrática. Otros grupos vinieron a ocupar el espacio sociológico que Cubillo no supo llenar. Así, se constató en las elecciones del 77. Se había creado en Las Palmas de Gran Ca­naria la coalición Pueblo Canario Unido (PCU), integrada por grupos nacionalistas aún ilegales y con hombres como Carlos Suárez o el ahora prosoviético Fernando Sagaseta. Este último había roto con el PCE a raíz de la condena de los comunis­tas españoles que siguió a la inva­sión de Checoslovaquia por las fuerzas del Pacto de Varsovia, y participaba en la coalición con su gru­po de células comunistas de base. El PCU había conseguido unos resultados importantes en las elec­ciones del 77 y logró atraerse a varios sectores nacionalistas e inde­pendentistas, aislando totalmente al MPAIAC.

El segundo golpe a Cubillo se lo daría el Gobierno argelino, cuando por presiones de la Administración española y después de un viaje a Argel de una delegación del PSOE, encabezada por su secretario general, se decide cerrar la emisora del MPAIAC, colo­cando al movimiento en una situa­ción muy parecida a la que tenía an­tes del 75. En esa fecha, los gobiernos de Marruecos y de Mauritania le habían retirado ya cualquier tipo de apoyo y sólo contaba con Argelia y –en menor medida- con el reconocimiento formal de Libia, Benín, Guinea Ecuatorial, Tanzania y Zambia.

Cubillo, incansable a pesar del si­lencio a que se ve forzado por las necesidades diplomáticas de sus aliados argelinos, continúa sus acti­vidades y relanza la propaganda en lo que el denomina ‘frente africano’, intentando presentarse en la ONU para explicar lo que definía como “el problema colonial canario”. También actúa en Venezuela, donde el MPAIAC desarrolla una gran campaña de proselitismo de cara a captar elementos dentro de la colonia canaria en Caracas y con­trolar las direcciones de las organi­zaciones y Casas de Canarias en Venezuela, que en algunos ca­sos dan su fruto. Mantiene además buenas relaciones con el Movimiento Independentista Canario (MIC), nacido en Venezuela.[34]Sin embargo, los esfuerzos de su máximo dirigente no impedirán que el MPAIAC comience a entrar en una etapa de agonía.

El 5 de abril de 1978, Cubillo es apuñalado en la entrada de su casa de Argel por dos individuos que la Policía argelina consigue detener e identificar como Juan Antonio Al­fonso González y José Cortez Rodrí­guez. El intento de asesinato fue silenciado durante tres días por Argel, mientras la policía detenía a todo español que viviera en la ciudad. El régimen de Houari Boumédiène, con graves problemas económicos y políticos[35], quería desviar la atención relanzando su liderazgo en el Comité de Liberación de la OUA, y pensaba hacer comparecer a Cubillo en la cumbre de esta organización.[36] Hoy, transcurridos largos años desde el suceso, y a pesar de la sentencia judicial que determina que el atentado contra Cubillo fue un caso de terrorismo de Estado, el atentado presenta aún muchos puntos oscu­ros. La Audiencia Nacional sentenció en 1990 que personas “no determinadas”, pero “pertenecientes a los servicios policiales” españoles, encargaron el asesinato a José Luis Espinosa Pardo, que fue condenado a 20 años de cárcel y al pago de una indemnización de 150.000 euros. Cubillo conseguiría en 2003 que el Ministerio del Interior le indemnizara con 150.253 euros al amparo de la Ley de solidaridad de víctimas del terrorismo.

Cubillo acusará más tarde al co­ronel Valero, del Servicio de Inteli­gencia Militar, y al cónsul de España en Burdeos de ser los cerebros de la operación que estuvo a punto de costarle la vida. También aparece ese extraño per­sonaje, José Luis Espinoza, alias ‘Gustavo’ y ‘Alfredo’, antiguo refu­giado político español en Argel, vinculado a los servi­cios especiales del franquismo. En el momento de producirse el atenta­do, este sujeto, a la sazón infiltrado en el PSOE y la UGT de Murcia, se encuentra en Argel, de donde saldrá huyendo inmediatamente.

Aparte la probada responsabilidad del Gobierno español en esta confusa historia, parece evidente la participación en el atentado de al­gún sector del propio MPAIAC. El propio Antonio Cubillo vin­culó públicamente al atentado a Pedro Medina Calero, un conocido sin­dicalista de la asesoría laboral de la CCT, ex policía en tiempos de Franco y más tarde responsable de la Federación de CCT en la Gomera, que acabaría siendo diputado por Coalición Canaria en el Parlamento regional[37]. La teoría sobre la participación de algún sector del Movimiento, qui­zá controlado por los servicios es­peciales, se refuerza al comprobar que inmediatamente después del atentado se producen varias redadas en las islas.

El Servicio de Información de la Guardia Civil de la 152 Comandancia, con cabecera en Las Palmas de Gran Canaria, desarrolla una operación que permite detener a un enlace del MPAIC, natural de la isla y que por motivos de estudio vivía en Tenerife, Antonio Jorge Callicó, comandante Toño, estudiante de Filología Inglesa en la Universidad de La Laguna.[38] Tras su detención el resto de integrantes del MPAIAC fueron cayendo uno detrás de otro, en sólo un par de semana. Dos de los detenidos, Juan Antonio Rodríguez Acuña y Manuel Suárez[39], reconocieron haber realizado por separado cursillos en Argelia, el primero sobre armas y explosivos[40] y el segundo sobre cuestiones políticas. También fueron detenidos esos días Hermóge­nes Alfonso de la Cruz, el pintor Peraza, Gregorio Pérez Padilla y varios destacados nacionalistas más. Otros lograrían huir a Venezuela. También saldrá, aunque hacia Argel, Juan Bandera, hombre que mantenía muy buenas relaciones con Cubillo y que acabaría trabajando dentro del Movimiento en el frente diplomá­tico, y el nacionalista Guadarrama, muy vinculado a la Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui, que terminó desempeñando tareas de re­presentación en la delegación del MPAIAC en Suecia.

Esta redada del mes de abril, de­sarticuló prácticamente al MPAIAC y generó una situación de enfrentamientos, desconfianza y recelos entre las ba­ses independentistas no detenidas. En Argel, las acusaciones llegan hasta el mismo buró político del MPAIAC, integrado por el Consejo Político de la OPA y por la coman­dancia suprema de las FAG, y del que es miembro Domingo Acosta. El número dos del movimiento, el hombre que fundara junto a Manolo Suárez la OPA cuando el grueso del PTC abandonó a Cubillo a finales del 76, tiene un enfrentamiento de­cisivo con el convaleciente secreta­rio general del MPAIAC. Acosta mantenía contactos con el PCE(i), en Barcelona, a través de uno de los ‘dobles’ del movimiento, que también acabaría siendo acu­sado de colaboración con la Policía. También mantenía muy buenas relaciones con militantes de los GRA­PO y otros grupos terroristas que después del atentado decidieron romper con el MPAIAC. Fueron los GRAPO los que provocaron esa ruptura: Cubillo había cometido el error -que no se le perdonaría por los GRAPO- de presentar a José Luis Espinoza a una delegación de esta organización terrorista que visi­taba Argel.

Domingo Acosta, después de las averiguaciones que siguieron al atentado, descubrió la vinculación de Espinoza a los servicios de infor­mación sus trabajos como infiltrado primero en el FRAP, y luego en el PSOE y la UGT. Acosta acusó abiertamente a Cubi­llo de haber ocasionado con su ineptitud y su falta de celo la ruptura con los GRAPO. Pero Cubillo supo defenderse. Valiéndose de sus influencias y amistades entre los hombres del FLN, consiguió forzar a su lugarte­niente a abandonar Argel, de donde partiría hacia Caracas.

Allí, Acosta consiguió fácilmente introducirse en los círculos nacionalistas. Pero en Venezuela las cosas no estaban mucho mejor. Las tensiones inter­nas entre los independentistas de la colonia canaria habían acabado por provocar el fraccionamiento del Mo­vimiento de Independencia de Canarias (MIC)[41], del que se escindieron Enrique, Guillermo y Florángel Gu­tiérrez, Elcira Padrón, Jesús Ramos Morales, José Fernández, Antonio González y José López, creando la Asociación Pro Independencia de Canarias (APIC), de corte mucho más moderado que el MIC.

Acosta, probablemente escar­mentado de su militancia terrorista, y a través de un colaborador de la APIC, intenta ponerse en contacto con este grupo, pero pronto sería lo­calizado y acusado desde el Siete Estrellas Verdes, órgano de información de los independentistas bo­livarianos del MIC, de haber provo­cado la detención de varios camara­das y de apropiarse de fondos del MPAIAC, entre otros asuntos.

En Canarias, las noticias que llegan puntualmente desde Argel y Caracas crean un profundo desconcierto, aumentado ante la sospechosa eficacia de las fuerzas de seguridad, que de una sola vez consiguen también cazar a la plana mayor de Solidaridad Canaria y a un importante grupo de sindicalistas de la CCT. Antes de que se produzca esa re­dada, uno de los hombres más conocidos del MPAIAC, Paco Nóbre­ga, sale de Tenerife hacia Argel, donde es mal recibido por Cubillo y tiene que esconderse[42]. De todas for­mas, haciendo gala de una especial habilidad, consigue cruzar la fronte­ra y acabará ganándose la libertad en algún lugar de Libia. No tienen tanta suerte Raymundo Hernández, Pedro Bresnes, Jaime Bethancourt, Estela Rodríguez, el matrimonio Estévez, Justo Ernesto Molina Galván, Francisco Osorio y Fernando Clavijo a los que detiene la Policía, apenas horas antes de que tuvieran que embarcar para viajar fuera de las islas. Sin em­bargo, otros nacionalistas, mucho más ‘quemados’ y conocidos, no son apresados, lo que alimenta las sospechas.

Quizá sea esta la causa de que un grupo bastante numeroso de militantes del MPAIAC abandone el movimiento y pase a engrosar las fi­las del PCU. Comienza entonces la debacle definitiva del MPAIAC.

Quiebra y expulsión de Cubillo

En las elecciones legislativas y lo­cales del 79, los nacionalistas canarios de la Unión del Pueblo Canario se convierten en la tercera fuerza política del archipiéla­go, y en las dos capitales llegan a superar al PSOE. La UPC coloca en las Cortes Españolas a Fernando Sagaseta, antiguo compañero de lu­chas de Cubillo.

Cubillo, enfermo y aislado en Ar­gel, preocupado exclusivamente de mantener su ya menguado poder dentro de un movimiento moribundo, frente a unas bases que o son detenidas por la policía o lo abandonan a es­puertas, lanza continuas campañas de difamación desde Aitiden Guanche, órgano oficial del MPAIAC y de sí mismo, contra todo y contra todos.

Pero las siglas del MPAIAC per­manecen. En el exterior las mantie­ne el apoyo económico y militante de algunos grupos de exiliados en Venezuela y, sobre todo, la toleran­cia no exenta de complicidad del Gobierno argelino, que intenta con­temporizar su políticas de normaliza­ción de relaciones con Madrid, con la defensa de intereses soviéti­cos en la zona. Eran unos momentos en los que la coexistencia pacífica estaba en cuestión, y la neutralidad internacional española marcada por la amenaza visible del ingreso de España en la OTAN.

La Unión Soviética, que ya man­tenía en Canarias un importante contingente de agentes de la KGB, aumenta sus relaciones con Cubillo, que llega incluso a recibir el aliento y apoyo del Comité de Solidari­dad Internacional de la URSS. Por estas fechas se formalizan los contactos entre los hombres del Movimiento en el interior y Yuri Iva­novhoch Butchkov, ya por entonces director de la empresa hispano-so­viética Sovhispan, consignataria de buques de pesca y comercio exte­rior, que es utilizada como cobertu­ra para las actividades de la KGB en las islas.

Los contactos de los servicios secretos soviéticos con el MPAIAC tuvieron lugar en el domicilio particular de Yuri Butchkov, en la calle del General Fanjul de Santa Cruz de Tenerife. Butchkov, que poco después se vio obligado a abandonar Es­paña, mantenía una relación muy estrecha con Efremenkov, el último agente soviético expulsado del país, y con Vladimir Kalinin, años más tarde agregado para asuntos de protocolo de la Embajada de la URSS en Es­paña y hombre que visitaba Ca­narias con gran frecuencia du­rante esos años. Kalinin, que llegó a Es­paña en enero de 1978, fue acusado por el semanario Cambio 16 de pertenecer a los servicios so­viéticos de información.

De todos modos, y a pesar de la maraña de ayudas exteriores y de contactos con la Unión Soviética, el MPAIAC siguió en su proceso de descomposición política y organiza­tiva. En agosto de 1979, un sector del MPAIAC expulsa a Cubillo aludiendo a sus actitudes autoritarias y abandona la lucha armada. El texto completo de la resolución, suscrita por un autodenominado Comité Provisional del MPAIC fue publicado por el Diario de Avisos de Tenerife en su integridad y que se reproduce en el Apéndice II.

En el mes de septiembre Cubillo celebra un fantasmal I Congreso del MPAIAC, en el que no participó nin­gún militante del interior y del que incluso existen dudas sobre su reali­zación. En el libro editado por el movimiento con las resoluciones del evento[43], Cubillo explicaba que: “... algún día se sabrá el nombre de quienes partici­paron en este congreso físicamente a través de sus aportaciones, pero ello será una vez seamos indepen­dientes y en la patria libre de colo­nialistas españoles ...[44]”.

La divulgación de las resolucio­nes de este congreso clandestino fueron mínimas, incluso entre los círculos nacionalistas, y la celebra­ción del mismo (en caso de que realmente se produjera) sólo sirvió para provocar el definitivo fraccionamiento del MPAIAC. En las islas, las siglas del MPAIAC provocan una incruenta polémica sobre la propiedad de las mismas, que servirá de regocijo durante algunos meses a la clase polí­tica no nacionalista. Cubillo seguiría presentándose a sí mismo como portavoz y dirigente del MPAIAC.[45]

Como consecuencia de la ruptura, se generarán otros dos nuevos grupos. Más herencia del MPAIAC al movimiento nacionalista en las islas. Uno, el Partido Revolucionario Africano de las Islas Canarias (PRAIC), integrado por varios nacionalistas vinculados al sindicalis­mo y al mundo de la cultura, que se escindirían del PTC para crear un conglomerado folklórico, continua­dor del africanismo político de Cubillo y que vio denegada su legalización ante la Fiscalía General del Estado.[46] Otro, los círculos comunistas In­surrección, del Partido Comunista Revolucionario Marxista-Leninista (CCI-PCR-ml), hoy di­sueltos, genuinos representantes de la tradición revolucionaria albanesa y del legado estalinista aplicado a Canarias[47].

En 18 de agosto de 1985, un Cubillo enfermo, paralítico desde el atentado y sin ningún apoyo internacional, pacta con el gobierno de Felipe González su regreso a Canarias, jurando la Constitución Española. En Canarias funda el Congreso Nacional de Canarias (CNC), partido político del que será dirigente y portavoz. El CNC será un partido muy minoritario, presente básicamente en la isla de Lanzarote. En las elecciones al Parlamento de Canarias de 1987, el CNC logró apenas 8.743 votos, sólo un 1,3 por ciento del voto total emitido. Cubillo no volvió a presentar esas siglas, considerando que la derrota de su partido en unas elecciones democráticas había sido consecuencia de que medio millón de españoles pudieran votar en las islas: “sólo deberían hacerlo los nacidos en Canarias y los hijos de padre y madre canarios”, dijo entonces. Cuatro años después, Cubillo creó la coalición electoral Canarias por la Independencia, integrada por el CNC y por el FREPIC-AWAÑAK[48], para participar en las elecciones municipales de 1991. No logró ninguna representación.

En 2003, algunos de los antiguos integrantes del MPAIAC refundaron la organización, aunque esta refundación no fue reconocida ni por Cubillo,[49] ni por la mayoría de los militantes históricos. La actividad política de este MPAIAC reconstituido fue prácticamente nula y se centró en acusaciones a Cubillo y otros debates personalistas, realizados todos a través de Internet.

Cubillo continuó ejerciendo como abogado en Canarias y escribió varios textos sobre lingüística guanche, publicando también dos volúmenes de memorias[50]. En 2007 dio a la luz su anteproyecto de Constitución de la República Federal Canaria en el periódico El Día[51], en el que siguió colaborando hasta su muerte, el 10 de diciembre de 2012.

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Acciones del MPAIAC






Elaboración propia y tesis doctoral HERRERA VAZQUEZ, A. (2013).

Comunicado del Comité Ejecutivo Provisional del MPAIAC que anuncia la expulsión de Antonio Cubillo[52]

"El Comité Ejecutivo Provisional del MPAIAC, reunido en un lugar de la Patria el 20 de agosto de 1979. Considerando: la actitud fuertemente personalista del hasta ahora Secretario General del MPAIAC, Antonio León Cubillo Ferreira, y su deseo de instituir su poder personal y hacer de nuestra organización una especie de propiedad privada suya de la que poder disponer a su antojo, y que ha provocado la escisión de grupos del MPAIAC, como la que se produjo en noviembre de 1976, cuando la mayor parte de nuestra organización se separó de la misma, constituyendo posteriormente ese grupo escindido el Partido de los Trabajadores Canarios (PTC).

Considerando: que pese a las reiteradas peticiones que la dirección interior del Movimiento ha hecho al hasta ahora Secretario General del MPAIAC en el sentido de que nuestra organización se dote de unos Estatutos provisionales hasta la celebración del Congreso Nacional del MPAIAC que democratice y dé eficacia a la labor desarrollada por nuestra organización y del que surja el Comité Ejecutivo, recogiendo así el deseo y la voluntad de todo el colectivo del MPAIAC, el hasta ahora Secretario General ha venido poniendo toda clase de obstáculos a la celebración de este I Congreso del MPAIAC, y ello a pesar de que la fundación de nuestro movimiento data de 1964, ¡hace nada menos que 15 años!

Considerando: la concepción foquista, vanguardista y negadora en la práctica del papel transformador del pueblo, el fuerte personalismo y aventurismo de esencia y carácter burgués del hasta ahora Secretario General del MPAIAC, así como su incapacidad de reconocer los errores y de hacerse la autocrítica, que han conducido a una progresiva y peligrosa descomposición de nuestra organización.

Considerando: la negativa del hasta ahora Secretario General del MPAIAC a que nuestra organización iniciara negociaciones con otras organizaciones independentistas revolucionarias de cara a la formación de un Frente Popular por la Liberación de Canarias, que facilite el camino hacia la constitución de un Estado independiente y soberano canario, conculcando así los principios de nuestro movimiento recogidos en el libro editado por el MPAIAC en 1970 ‘El Nacionalismo Revolucionario de Canarias’.

Considerando: las denuncias calumniosas hechas en su día, a través de La Voz de Canarias Libre, por el hasta ahora Secretario General del MPAIAC contra probados luchadores por la libertad y la independencia de nuestro país, facilitando de esta manera a la policía colonialista española los nombres y otros datos –falsos éstos en gran parte– de diversos patriotas sólo por el hecho de que estos compañeros discreparan de la política irresponsable y personalista del hasta ahora Secretario General.

Considerando: los atentados de que han sido víctimas algunos militantes independentistas revolucionarios, atentados perpetrados por mandato del hasta ahora Secretario General del MPAIAC sólo porque estos compañeros abandonaron el Movimiento ante la imposibilidad de hacer cambiar de actitud a Antonio León Cubillo Ferreira en su política personalista y aventurera.

Considerando: la negativa del hasta ahora Secretario General del MPAIAC a rendir cuentas de su gestión política ante el colectivo del Movimiento a través de informes periódicos.

Considerando: la ambición y ceguera política del hasta ahora Secretario General del MPAIAC que le ha llevado, a pesar de las continuas advertencias de numerosos miembros de nuestra organización en el exterior, a rodearse de una camarilla de ambiciosos, ineptos y oportunistas –algunos extranjeros, como su cuñada francesa-, no importándole además, que fuesen españoles como es el caso de José Luis Espinosa Pardo, alias Gustavo y Alfredo, natural de Murcia y dirigente en esa provincia de la Metrópoli del sindicato amarillo español UGT, resultando ser este individuo –que incluso llegó a hospedarse en el mismo domicilio de Antonio Cubillo repetidas veces- un agente de los servicios secretos españoles y cerebro del atentado que sufrió el hasta ahora Secretario General del MPAIAC y que le mantiene postrado en una silla de ruedas, siendo además ese agente español quien provocó, en abril de 1978, la caída –días después del mencionado atentado- de numerosos patriotas en el Interior.

Considerando: el absoluto desprecio de que ha dado continuas muestras el hasta ahora Secretario General del MPAIAC con respecto a la seguridad de los militantes del Movimiento.

Considerando: las negativas del hasta ahora Secretario General del MPAIAC a poner a disposición del colectivo del Movimiento su cargo de secretario general y el grave obstáculo que objetivamente representa su catastrófica gestión política para la causa de la independencia y el socialismo en Canarias, el Comité Ejecutivo Provisional destituye del cargo de Secretario General del MPAIAC a Antonio León Cubillo Ferreira. Expulsa del Movimiento Popular para la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) a Antonio León Cubillo Ferreira.

Considera positivamente el llamamiento del Partido Socialista Independentista (PSI) de Canarias y del Partido de los Trabajadores de Canarias (PTC) para la formación de un Frente Popular de Liberación de Canarias al objeto de luchar hasta el fin por la independencia Nacional y el Socialismo.

Anuncia el próximo envío de una delegación del MPAIAC al Exterior para hacerse cargo de las instalaciones que nuestra organización mantiene en algún país amigo y para informar de la política del MPAIAC a las organizaciones anticolonialistas de otros países.

Convoca a todos los partidos, grupos políticos y sectores sociales consecuentemente independentistas y a todos los/las patriotas canarios, tanto del interior de la patria como del extranjero, para iniciar un proceso de aproximación política que nos lleve a la necesaria unidad de acción contra el colonialismo y el imperialismo.

En un lugar de la Patria, a 20 de agosto de 1979".

Notas

[1] Vid. La Opinión de Tenerife, 13-XII-2012.
[2] ABC, ed. 26 de septiembre de 1976.
[3] Organización para la Unidad Africana.
[4] Pueden verse: ALGUERÓ CUERVO (2006) y COLA ALBERICH (1978).
[5] El País, ed. 9 de mayo de 1978.
[6] Al respecto pueden verse las declaraciones del antiguo Ministro de UCD, Otero Novas, a raíz de la divulgación de su libro Lo que yo viví. Memorias políticas y reflexiones, Barcelona, 2015, en las que sostiene la afirmación siguiente: “Estados Unidos nos envió el mensaje de que si no entrábamos en la OTAN se haría con Canarias … … Cuando era ministro de la Presidencia me llegó una información del servicio de inteligencia que decía haber captado una comunicación de la CIA que revelaba que Estados Unidos movía los hilos del MPAIAC para presionar y lograr que España entrase en la OTAN”. (La Opinión A Coruña, 26 de abril de 2015).
[7] VILLAR (2016).
[8] Antonio de León Cubillo Ferreira [La Laguna, 3 de julio de 1930 - Santa Cruz de Tenerife, 10 de diciembre de 2012]
[9] SÚAREZ CABRERA, (2006), pp 80-81
[10] LÓPEZ TRUJILLO (2010), pp.67-68
[11] GARCÍA LAZARO y LÓPEZ TRUJILLO (2013), pp 219-342 y GARY HAYEK (1990)
[12] NÚNEZ XEISAS (2007)
[13] Según ha contado el propio Cubillo, el 27 de marzo ingresó en la prisión de Las Palmas, aunque consiguió su libertad el 24 de abril, 45 días después. De acuerdo con su relato, “la situación llegó a complicarse tanto, que el propio juez que instruía su caso le advirtió: escápese, porque lo mata la Guardia Civil. Ballesteros –a la sazón Gobernador Civil– ha dado órdenes de acabar con usted”, citado por LÓPEZ TRUJILLO.(2010)
[14] CARRILLO (2006)
[15] Entrevista con Santiago Carrillo en ABC, 7 de Octubre de 2007
[16] HERRERA VÁZQUEZ (2012)
[17] Frente de Liberación Nacional de Argelia
[18] Citado por COLA ALBERICH (1978)
[19] SOCORRO (2002)
[20] CABRERA ACOSTA y LÓPEZ TRUJILLO (2011), pp. 222-225
[21] El artículo fue publicado en el número 9 de la revista y citado en el más conocido de los documentos del MPAIAC, su Libro Blanco, publicado en Argel en 1970 por el Departamento de Información y Formación Política del MPAIAC
[22] Partido Comunista de la Unión Soviética. Así seguirá siendo hasta la incorporación del PCE a la corriente eurocomunista, a mediados de los años 70
[23] Los conflictos del PCE y el PCUS comenzaron a producirse tras la declaración de Roma de Santiago Carrillo (PCE), George Marchais (PCF) y Enrico Berlinguer (PCI), oficializada en marzo de 1977
[24] GARY HAYEK (2013)
[25] Su título en realidad es: Nacionalismo revolucionario en Canarias. La Crisis colonial de Madrid. Fase actual de nuestra lucha nacional y revolucionaria. Fue publicado en noviembre de 1970 en los talleres de Tanausú Editorial Canaria (sic) en Argel
[26] El espontaneísmo o espontaneidad revolucionaria, define en la terminología política la creencia en que la revolución social puede y debe ocurrir de forma más espontánea posible, si se quiere que tenga bases firmes y represente realmente las voluntades de la gente, surgiendo desde los sectores populares. En uno de sus libros más divulgados, ¿Qué hacer?, Lenin argumentó sólidamente contra la espontaneidad revolucionaria, considerándola un concepto revisionista peligroso, que degenera la naturaleza disciplinada del pensamiento político marxista y lo convierte en pensamiento arbitrario y estéril
[27] El cierre se produciría finalmente tras conversaciones con el secretario general del PSOE, Felipe González, y el diputado Luis Fajardo, desplazados ambos a Argel y Tinduf, en visita partidaria oficial
[28] En el anexo se realiza una precisa anotación de todos los atentados del MPAIAC
[29] LÓPEZ TRUJILLO (2010)
[30] Ver: “Nosotros pusimos bombas en cantidad; claro que sí”. Entrevista a Cubillo Ferreira. El Día, 6 de marzo de 2005
[31] FRAILE NANDE (1978), p. 199 y ss
[32] LEAL CRUZ (2005)
[33] El PTC fue creado por Cubillo como brazo político del MPAIAC en el interior de Canarias. Curiosamente, el partido no tuvo actividad alguna hasta que se escindió del MPAIAC, alegando los escindidos disconformidad con la línea de Cubillo, al que tildaban de “caudillista y dictatorial”
[34] La práctica del MIC es muy diferente a la del MPAIAC: rechaza la lucha armada, aunque su finalidad última sea la independencia de Canarias. Cubillo intenta acercarse al MIC porque cuenta con financiación que le llega de empresarios de la emigración y difunde la revista Siete Estrellas Verdes
[35] PINO (1978)
[36] El País: (1978) “Argelia insiste en un encuentro a nivel de jefes de Gobierno con España”, 16 de abril de 1978
[37] El enfrentamiento de Cubillo con Pedro Medina sería inagotable: Aún en diciembre de 2004, en un comunicado oficial, firmado como Secretario General del MPAIC y presidente del Congreso Nacional Canario, Cubillo escribía de él lo siguiente: “Pedro Medina Calero, natural de la Gomera, ex- Policía Nacional en tiempos de Franco, destinado en Euzkadi, donde dejó memoria, intenta infiltrarse en el MPAIAC en 1977 hasta que es expulsado en 1978, cuando vino a Argel y se conocieron su planes. De vuelta a Canarias, logra entrar en ICAN y después se presenta por Unión Gomera y llega a entrar en el Parlamento Canario como diputado autonómico, en cuyo periodo lo único que dijo es que instalase el silbo gomero en las escuelas de la isla. Posteriormente entra en estrecha relación con el conocido político, D. Lorenzo Olarte Cullen, hombre fiel del ¨stablisment de la metrópoli¨ y tras haber intentado entrar en otras organizaciones políticas inútilmente, intenta formar con el Sr. Olarte un grupo de partidos insularistas, en el 2002, que no llega a cuajar. Tras haber fracasado en infiltrarse en todos los partidos y organizaciones de Canarias, por su pasado, ahora se ha dedicado a usurpar las siglas del MPAIAC, comprando una web, imaginamos por cuenta de quien, por ello advertimos a todos los órganos públicos de información, radio y TV así como a militantes y patriotas, para que tengan en cuenta cuanto decimos. Señalamos también que según noticias, tiene algunos cómplices y que hemos detectado que se está pidiendo dinero en nombre de nuestro Movimiento.” El comunicado estuvo accesible durante muchos años en la web de El Guanche: http://elguanche.net/Ficheros/comunicadompaiac2.htm, pero desapareció al cerrarse el dominio de la edición del periódico digital nacionalista. Hoy puede encontrarse en la web de la revista anarquista A las Barricadas

http://www.alasbarricadas.org/forums/viewtopic.php?f=29&t=5439 (revisado el 4 de diciembre de 2015)

[38] Según las diligencias de la Guardia Civil: “Desde el mes de marzo de 1976 milita en dicha organización, siendo su misión la de informar de las noticias insertas en los periódicos locales, que realizaba los martes y los jueves de cada semana, directamente con el secretario general, Antonio Cubillo. Colaboraba en la búsqueda de explosivos con comandos de Tenerife, aunque no llegó a conseguir en esta isla, según su versión; confección de poesías de carácter independentista, incitando a la violencia, las cuales fueron divulgadas por la emisora La Voz de Canarias Libre; participación en reuniones con militantes de Tenerife, donde se acordaban y planeaban las actividades a desarrollar; tenencia de una bandera del movimiento independentista, ‘Libro Blanco’ y reglamento del MPAIAC”. Citado por HERRERA VÁZQUEZ (2012)
[39] Manuel Suárez Rosales, autor de la primera biografía sobre Secundino Delgado publicada en Canarias, considerado uno de los ideólogos del MPAIAC, nunca perdonó a Cubillo, al que acusó de traidor y delator de los militantes del MPAIAC a la policía española. En un articulo seriado publicado en La Opinión de Tenerife los días 2, 3, 4 y 5 de noviembre de 2002, Suárez Rosales asegura que “el líder independentista, a través de las ondas de ‘La Voz de Canarias Libre’ denunció a los militantes del MPAIAC que discrepaban de la orientación política que él ordenaba”
[40] Según HERRERA VÁZQUEZ, A. (2013), que cita el servicio de Información del Instituto Armado acerca de la desarticulación del MPAIAC“podemos afirmar que salvo la colocación de diversos artefactos, sus intenciones no fueron más que hacer ruido. Si bien es verdad que entre sus planes figuraron atentar contra el capitán general de Canarias a través de un avión de radiocontrol y contra el diputado de UCD por la provincia de Santa Cruz de Tenerife Rubens Henríquez, así como la colocación de una bomba de mercurio pesado en Barcelona, que podría haber producido la muerte de unas cinco mil personas al ser infectadas por el virus del cólera, todo ello fue más producto del ímpetu que de la preparación y cualificación de sus componentes. Para sus planes, contaban con un exiguo arsenal en el que destacaban ocho pistolas, una escopeta, una carabina y catorce cartuchos de goma-2”
[41] Ver RODRIGUEZ MORALES (2014)
[42] Según Francisco Osorio, Nobrega estaba convencido de que Cubillo mandó asesinarle en Argel. Osorio ha asegurado a los autores que en aquella época muchos de los militantes del MPAIAC en el interior –incluyéndole a él mismo– estaban convencidos de que Cubillo quería acabar con ellos. Osorio sufrió un intento de agresión por parte de seguidores de Cubillo poco después de recuperar la libertad
[43] Las resoluciones en sí venían a ser un increíble refrito de los conocimientos personales de Cubillo, y en él se encuentran referencias que van desde lo antropológico a lo lingüístico, pasando por citas de F. Fanon, J. Woddis, el marroquí Ben Barka, el yugoslavo Edward Kardelj o los tupamaros, todo ello sazonado con un continuo autopanegírico a Antonio Cubillo y su labor como líder del Movimiento. Entre otras cosas, se destacan de las resoluciones el anteproyecto para la constitución de la Awañak Guanche (República Popular Guanche), que desprende un tono nacionalsocialista, como cuando en su artículo 5.° manifiesta: “... la ley para conseguir la nacionalidad sólo será el ‘iussanguinis’...”. También cuando en el artículo 23 explica un sistema de representación de los ‘sindicatos nacionales’ en el Tagoror Nacional (Parlamento) que recuerda el sistema de tercios utilizado durante la democracia orgánica de Franco
[44] Resoluciones del 1er Congreso del MPAIAC, Editado por el Departamento de Prensa y Propaganda del MPAIAC, Argel (Argelia), Secretaría General, Septiembre 1979, p. 5
[45] La obsesión de Cubillo por seguir al frente de la Secretaría General del MPAIAC se mantuvo incluso tras fundar el Congreso Nacional de Canarias (CNC), en el que –a pesar de obtener la primera representación municipal del cubillismo en Lanzarote, también se producirán continuos conflictos. El mayor de ellos fue por el reparto de 25.000 dólares y otras cantidades, fruto de aportaciones militantes, que supuestamente fueron a la cuenta particular de Cubillo en Francia. Este asunto del dinero del partido terminó con agresiones entre varios de los miembros del partido, recogidas en La Voz, periódico de Lanzarote, el 26 de enero de 2006
[46] El PRAIC manifestaba en sus Estatutos que “Canarias es África a todos los niveles y, por tanto, tiene que ser descolonizada”. Acabo siendo un partido financiado por Marruecos.
[47] La única actividad conocida de estos círculos fue la de editar una revista ciclostilada, con noticias de Tirana, retratos de Stalin y documentos políticos de debate interno. Sólo se publicaron cinco ejemplares de la revista
[48] El Frente Popular de las Islas Canarias o FREPIC-AWAÑAK se constituyó en mayo de 1986 con la confluencia de organizaciones políticas minoritarias como la Organización para los Comunistas Canarios (OCC), y el PRAIC, Partido Revolucionario Africano de las Islas Canarias, organización política procedente del Partido de los Trabajadores Canarios (PTC), escindido a su vez del MPAIAC. Nunca logró obtener representación política, y sus mejores resultados electorales se produjeron en las elecciones al Senado de 1996, en las que logró algo menos de 5.000 votos, no volviendo después a presentarse en solitario a las elecciones. Tras experimentar una serie de escisiones y abandonos, el FREPIC-AWAÑAK logró sobrevivir realizando una política de defensa de los intereses marroquíes, con duras críticas al Frente Polisario
[49] Ver nota 34 sobre Pedro Medina Calero
[50] CUBILLO FERREIRA (1991) y CUBILLO FERREIRA (2006). Cubillo preparaba un tercer libro de de memorias que dejó sin acabar a su muerte
[51] La Constitución de Cubillo, de 283 artículos y dos disposiciones finales, plantea que el bereber o tamazight sea idioma oficial de la futura república, junto al castellano, el árabe y el francés. El bereber se enseñaría a todos los estudiantes universitarios obligatoriamente. También el servicio militar sería obligatorio a partir de los 17 años, tanto para hombres como para mujeres y se prestaría en las Fuerzas Armadas Guanches. La moneda de la república se llamaría áfrico. La publicación seriada del anteproyecto, de quince en quince artículos, se inició en el periódico El Día de Santa Cruz de Tenerife el 2 de septiembre de 2007, y se prolongó durante varias semanas. Puede consultarse una versión completa en la publicación digital El Canarion en el enlace http://elcanario.net/Documentos/constitucionrfcanteproyecto.htm [Revisado el 04.12.2015]
[52] Reproducido por el Diario de Avisos de Tenerife en su edición del 22 de agosto de 1979
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