Presentación

«Acerca de la problemática actual»

Ismael CÁCERES-CORREA
Utopía y Praxis Latinoamericana, Chile

«Acerca de la problemática actual»

Utopía y Praxis Latinoamericana, vol. 25, núm. Esp.2, pp. 11-12, 2020

Universidad del Zulia

«Acerca de la problemática actual»

En esta ocasión hemos decidido publicar, prácticamente juntas, dos ediciones extra “Interlocuciones”. Se debe en gran medida a la extensa cantidad de investigaciones en curso que se han sumado en esta oportunidad. Investigaciones que sin dudas estarán dentro del interés de muchas personas pues abordan una amplia gama de temáticas y visiones. Sin llegar a ser redundante, es justamente lo que buscamos: provocar interlocuciones, diálogos, intercambios de ideas.

Por tal motivo, esta presentación del número extra 2 viene también a dialogar en un contexto extraordinario y del cual como nunca antes nos hemos visto afectados/as a nivel planetario. La cuestión acerca de la actual pandemia producto del SARS-CoV-2 no es ajena a nadie, pero esto no implica que apreciemos sus consecuencias bajo una perspectiva común. Mientras existe un problema real que está afectando implacable a todos los países donde aparecen nuevos casos, existe también las consecuencias de una pandemia tan letal y contagiosa como el nuevo coronavirus: los Gobiernos autoritarios y sus políticas fétidas a Consenso de Washington y FMI. El desinterés por la democracia y el desprecio hacia las mayorías populares no han podido ser mejores aliados ante la crisis actual. Bastaría con ver cómo los sistemas de salud pública se ven limitados y sobrepasados debido a los constantes reajustes del presupuesto anual en la cartera sanitaria. La falta de equipos y personal se hace más evidente en el periodo en el que estamos, pero no así el presupuesto destinado a reprimir a los sectores populares.

Ejemplos de Chile o Colombia podrían tomarse en consideración para ver cómo en medio de unasituación que requiere de toda la atención estatal, los Gobiernos de ambos países han preferido gastar una millonada en vehículos policiales, armamento e incluso vehículos militares. Lo que ocurre es que la región ya se encontraba convulsionando antes de la pandemia. En la práctica, todo el sur entraba a una ola de manifestaciones populares que en algunos casos llevaban más de dos meses ininterrumpidos. La pandemia, sin negar su peligro real, vino a rescatar estos Gobiernos que habían perdido todo respaldo popular y que solo se estaban sosteniendo a base de represión policial y militar. Entonces la problemática que aquí se llama a considerar es cómo conciliar la necesidad real de precaución ante el virus (cuarentenas, movilidad reducida, disminución de reuniones masivas, entre otros) y la defensa de la vida democrática.

El autoritarismo actual se presenta como la necesidad de resguardo encubriendo su aplicación selectivasegún sectores de la sociedad. Violaciones a las cuarentenas en los sectores populares significan arrestos, mientras en los barrios acomodados solo conlleva a un llamado de atención. Las posibilidades de mantener una cuarentena estricta en sectores empobrecidos es ya de conocimiento común y son, justamente, las familias que peor preparadas están para estas ocasiones ¿Cuáles han sido las propuestas estatales al respecto? En una medida representativa ha sido mayor represión, proyectos de ley para tipificar como delitos manifestaciones populares, establecimientos de toques de queda, estado de excepción constitucional, uso de fuerza militar en el orden público, entre otros.

Al respecto es dónde debiésemos llamar la atención, porque si es cierto que todas las medidas se hacen para reguardar el correcto funcionamiento del servicio de salud, entonces no tiene sentido fortalecer desquiciadamente a las policías mientras se carece de implementos y equipos en los hospitales. Las mayorías populares nuevamente quedan a merced de su capacidad de endeudamiento. Los Gobiernos hacen gala del desinterés por solucionar los problemas actuales y vuelven una y otra vez a la paradoja de que es seguro ir a un centro comercial alta facturación, pero no las ventas de comerciantes ambulantes o pequeños productores independientes en las calles citadinas.

Por su parte, el sistema educativo se ha visto atado de manos al reducirse su función a una simple transmisión de conocimientos y no un proceso acompañado de aprendizaje. Los problemas de conectividad en la región son evidentes y tenemos conciencia de que actualmente muchos/as estudiantes están quedando sin estudios, pero pareciera ser que las intenciones para una vuelta a clases presenciales buscan más la posibilidad de retorno al trabajo presencial que la necesidad de aprendizaje de nuestros/as jóvenes. Otro cuestionamiento ¿Cuál podría ser el impacto real de estas ideas de retorno a la “normalidad”? Con un cálculo simple se puede concluir que la transmisión del virus sería exponencial (recuérdese que todo comenzó por la necesidad real de contener al nuevo coronavirus). Entonces se está declarando implícitamente al menos dos cosas: 1) que en realidad nunca importó la salud de la población y 2) que lo apremiante del retorno a las escuelas obedece más al mercado que a la educación.

Quizás se llegue a pensar que la presentación se ha alejado del propósito de hablar del contenido de esta edición, pero no podemos dejar de llamar la atención al respecto ¿Cómo enfrentaremos esta escalada de desmantelamiento democrático una vez que la población deba retomar a todas sus actividades rutinarias prepandemia? En algún momento tendremos que visualizar que junto a las cuarentenas que estamos haciendo para la protección de nuestras familias aparecieron una serie de normas jurídicas permanentes que buscan criminalizar las manifestaciones populares. Las escuelas serán, sin lugar a dudas, el centro de discusión de esta problemática, porque será imposible volver al salón sin transmitir las experiencias acumuladas en este tiempo. Es el único lugar que sabemos tendrán que asistir la gran mayoría de las personas de la región (sea porque estudian o porque están vinculados familiar o laboralmente). De ahí que debamos pensar en cómo abordar la discusión y cómo seguiremos hablando luego del valor de la democracia en los países occidentalizados.

Esta es una discusión que invita a la reflexión en medio de un periodo muy tenso e incluso triste para una parte considerable de la población. Una discusión más entre las cuarenta y tres que contiene esta edición. Todas muy distintas, pero que estamos seguros/as que encontrarán de su agrado. Les invitamos al ejercicio sano de plantearnos estos distintos problemas y de compartir las ideas para pensar en nuevas posibilidades.

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