Resumen: El Covid-19 ha generado un gran impacto psicosocial en la población mundial, incluyendo a los niños, adolescentes y jóvenes, quienes también se han visto afectados en su vida social y emocional como consecuencia del confinamiento preventivo. El objetivo de este estudio fue medir el impacto psicosocial del Covid-19 en jóvenes de la Fundación Integral para el Desarrollo Social del municipio de Malambo-Atlántico, Colombia; para lo cual se diseñó una encuesta online para explorar aspectos de las relaciones familiares, con amigos y con vecinos u otras personas cercanas, así como para identificar las emociones mayormente experimentadas por estos jóvenes durante el confinamiento. Los resultados revelan que tanto adolescentes como adultos jóvenes, especialmente estos últimos, indican presentar afectación en la frecuencia, el compartir, la comunicación, la cercanía y el apoyo emocional en sus relaciones con la familia, los amigos y vecinos u otras personas, experimentando mayormente emociones como la tristeza, el estrés, el miedo y la ansiedad. Se concluye que es necesario la construcción de estrategias por parte de la fundación para mitigar estos efectos psicosociales de la pandemia en esta población.
Palabras clave: Covid-19, jóvenes, impacto psicosocial, emociones, Malambo-Atlántico.
Abstract: Covid-19 has generated a great psychosocial impact on the world population, including children, adolescents and young people, who have also been affected in their social and emotional lives as a result of preventive confinement. The objective of this study was to measure the psychosocial impact of covid-19 on young people from the Comprehensive Foundation for Social Development of the municipality of Malambo-Atlántico, Colombia; For which an online survey was designed to explore aspects of family relationships, with friends and with neighbors or other close people, as well as to identify the emotions most experienced by these young people during confinement. The results reveal that both adolescents and young adults, especially the latter, indicate that they are affected in frequency, sharing, communication, closeness and emotional support in their relationships with family, friends and neighbors or other people, experiencing mostly emotions such as sadness, stress, fear, and anxiety. It is concluded that it is necessary to build strategies by the foundation to mitigate these psychosocial effects of the pandemic in this population.
Keywords: Covid-19, young people, psychosocial impact, emotions, Malambo-Atlántico.
Impacto psicosocial del Covid-19 en jóvenes del municipio de Malambo-Atlántico, Colombia
Psychosocial impact of Covid-19 on young people in the municipality of Malambo-Atlántico, Colombia
Recepción: 25 Noviembre 2021
Aprobación: 13 Febrero 2022
La enfermedad por Covid-19 surgió en la ciudad de Wuhan en China en diciembre de 2019, extendiéndose desde entonces a más de 210 países y territorios (Ali y Alharbi, 2020), exigiendo un aislamiento social generalizado para evitar el contagio (Loades et al., 2020; Marruecos, 2020), y generando un cambio sin precedentes en la manera como organizarse socialmente y en la cotidianidad (Saggioro, et al., 2021), lo cual ha tenido importantes consecuencias en el bienestar psicosocial de toda población (Saladino, Algeri y Auriemma, 2020; Buzzi et al., 2020), entre ellos los jóvenes.
Aproximadamente 1.600 millones de niños y adolescentes en el mundo se han visto afectados social y psicológicamente por esta enfermedad, debido a los cambios provocados en su rutina diaria (Ravens-Sieberer et al., 2021), los cuales de acuerdo con Saggioro et al. (2021), son especialmente el abandono abrupto de la escuela, la limitada vida social y el cese de las actividades al aire libre; además, específicamente en los jóvenes, sus rutinas diarias y sus interacciones entre pares se han visto afectadas por el distanciamiento social, junto con bloqueos rápidos y repetidos (Serlachius, Badaw y Thabrew, 2020), que claramente han impactado en su desarrollo psicosocial.
De acuerdo con Papalia, Feldman y Martorell (2012); Saldaña et al. (2020); y, González-Casas, Mercado-García y Corchado-Castillo (2022), el desarrollo psicosocial está enmarcado en las pautas de cambios emocionales, de características individuales (personalidad), así como de relaciones sociales con figuras importantes como la familia, los amigos y la sociedad; teniendo en cuenta las condiciones de dichas interacciones y como favorecen a la adaptación y crecimiento del individuo en los diferentes contextos donde se desenvuelve (Romero et al., 2018). Por tanto, el desarrollo psicosocial está grandemente relacionado con dos dimensiones importantes: La dimensión emocional y la dimensión social; la primera, hace referencia al manejo y autorregulación de las emociones; y la segunda, con la capacidad para el establecimiento efectivo de relaciones con los demás (Gaete, 2015).
En este sentido, cuando se habla de impacto psicosocial, se hace referencia a las consecuencias de tipo emocional, comportamental, de pensamiento y social que se producen en individuos, familias, comunidades y sociedad (Comisión de la Verdad, 2021), los cuales incluyen cambios generados en el desarrollo personal, en las redes de apoyo social, en la comunicación con la familia, los amigos y la comunidad, entre otros aspectos, que pueden ocasionarse por procesos de traumas, crisis o duelos (Martín, 2010), como por ejemplo, la crisis por el Covid-19.
Así pues, de acuerdo con Armour et al. (2020) el impacto psicosocial del Covid-19, ha generado una gran preocupación social, puesto que se habla de un impacto que afecta tanto la salud mental, evidente en el aumento de la prevalencia de síntomas de estrés, de hasta el 53%; de ansiedad, de entre el 29% al 35%; y de depresión, entre el 20% y 32% (Lwin et al., 2020;Lakhan, Agrawal y Sharma, 2020; Reddy et al., 2020; Dubey et al., 2020; Cooke et al., 2020; Marquina, 2020; Zainudeen et al., 2021), como también en cambios físicos y en el desarrollo de actividades de la vida cotidiana, incluyendo las relaciones sociales.
Diferentes estudios sobre este tema muestran cómo las relaciones con la familia, los amigos, los vecinos u otras personas cercanas, se han visto afectadas en los jóvenes a causa del confinamiento preventivo por el Covid-19, impactando no solo frecuencia y calidad de sus interacciones, sino también aspectos enmarcados en el apoyo, la comunicación, entre otros factores importantes dentro de las relaciones sociales (Pizarro y Matta, 2020;Luijten et al., 2021; Philpot et al., 2021; Ayers et al., 2021).
Por otra parte, si se considera que la juventud es un periodo del ciclo vital muy transcendental para un individuo, debido a los diferentes cambios que se generan a nivel biopsicosocial, donde las influencias externas como la familia, los amigos y otras personas a su alrededor contribuyen al descubrimiento de su identidad, a la escogencia de su proyecto de vida, a la definición de su carrera profesional, a la búsqueda de su primera oportunidad laboral, entre otros aspectos (Benavides-Lara, 2015; Ortega, 2017; Bilsen, 2018; Madariaga et al., 2021), es importante atender con gran prioridad las problemáticas que puedan presentarse en ellos como consecuencia del Covid-19 (Silliman y Bosk, 2020;González-Casas et al., 2022) para ayudarlos como se hace en la mayor parte de las culturas a establecer su independencia e identidad adulta de manera sana y segura (Beckert, Lee y Ota, 2015).
En este orden de ideas, considerando la importancia que tiene la dimensión psicosocial en el desarrollo integral de los jóvenes, el presente estudio tuvo como objetivo medir el impacto psicosocial del Covid-19 en jóvenes de la Fundación Integral para el Desarrollo Social (FUNIDES) del municipio de Malambo-Atlántico, en Colombia, con miras a la identificación de los aspectos socioemocionales que han sido afectados por la pandemia para el desarrollo de estrategias de intervención que permitan mitigar dicho impacto.
Este estudio fue de carácter cuantitativo con diseño descriptivo-comparativo transversal, considerando que este tipo de estudios busca cuantificar una variable o característica de un individuo o grupos de individuos, para describirlas y compararlas en un único momento y tiempo determinado para extraer conclusiones acerca de estas (Hernández-Sampieri y Mendoza, 2018), así pues la presente investigación buscó describir y comparar el impacto psicosocial de adolescentes y adultos jóvenes de una fundación social de Malambo, Atlántico, como consecuencia del Covid-19.
La población del estudio correspondió a los jóvenes entre 14 y 28 años de estratos 1, 2 y 3, que asisten a la Fundación FUNIDES del municipio de Malambo-Atlántico (Colombia), de los cuales se extrajo una muestra de 74 individuos, donde el 48% de estos fueron hombres y el 58% mujeres, elegidos por un muestreo no probabilístico por conveniencia, a través del cual se seleccionan participantes de acuerdo con la facilidad del investigador para acceder a ellos (Otzen y Manterola, 2017), los cuales fueron divididos en dos grupos: 32 adolescentes entre 14 y 17 años; y, 42 adultos Jóvenes entre 18 y 28 años.
Para la recolección de los datos se construyó una encuesta online utilizando Google Forms, compuesta por 34 preguntas con diferentes tipos de respuesta, entre ellas algunas con única respuesta, otras de selección múltiple, y preguntas con respuesta en escala tipo Likert de 1 a 5 (1= Nunca, 2= Muy poco, 3= A veces, 4= Frecuentemente, y 5= Siempre), todas estas orientadas a la medición del impacto por el Covid-19 en las relaciones con la familia, los amigos, los vecinos y otras personas cercanas, así como la experimentación de emociones a causa del aislamiento y otros aspectos relacionados con la enfermedad.
La encuesta estuvo dividida en 4 secciones, en la primera de ellas, se incluyó una descripción del estudio con el asentimiento informado de participación; la segunda, estuvo compuesta por preguntas relacionadas con aspectos sociodemográficos de la muestra como edad, sexo, estrato, entre otros datos. La tercera sección, contenía preguntas enmarcadas en la identificación del impacto en las relaciones familiares, con amigos y con vecinos u otras personas, para medir aspectos relacionados con la frecuencia, la comunicación, la cercanía, el apoyo emocional y el compartir. Finalmente, la cuarta sección incluyó preguntas relacionadas con aspectos emocionales, para identificar las emociones mayormente experimentadas durante el confinamiento y reconocer las posibles causas que pudiesen ocasionarlas.
Esta investigación se llevó a cabo en 4 fases. La primera, consistió en la construcción del instrumento en Google Forms junto con el consentimiento informado para su aprobación por parte de la Fundación. En la segunda, se difundió con la población del estudio la información acerca de este y se hizo llegar el consentimiento informado para quienes de manera voluntaria decidieran participar. En el caso de los adolescentes, el consentimiento fue enviado a los padres para que estos dieran la autorización correspondiente contando con el asentimiento de sus hijos.
En la tercera fase, se procedió a la aplicación del instrumento, haciendo llegar a los participantes que habían aceptado ser parte del estudio, el link para que diligenciaran el formulario de manera virtual en el tiempo que tuviesen disponible para ello. Finalmente, en la cuarta fase, se analizaron descriptivamente los datos obtenidos a través de una matriz de Excel para ser comparados a través de la construcción de tablas y graficas que ilustraran las diferencias entre ambos grupos, para construir el informe final de resultados.
Específicamente, con relación al impacto en la vida familiar de los jóvenes, se encontró que ambos grupos refieren no haberse visto mayormente afectados en el ámbito familiar a causa del Covid-19, teniendo en cuenta que tal como se muestra el Gráfico I, el 78% de los adolescentes indica no estar afectados a nivel familiar por el Covid-19, sobre otro 22% de estos que aseguran haberse visto afectados; así mismo en el caso de los adultos jóvenes, el 60% evidencia no verse afectados en esta dimensión, mientras que un 40% restante si afirma haberse visto afectados por la pandemia en el entorno familiar.

En cuanto al impacto en la vida social con los amigos de los jóvenes, se encontró que ambos grupos refieren haberse visto afectados en este aspecto a causa del Covid-19, teniendo en cuenta que tal como se muestra en el Gráfico I, el 53% de los adolescentes indica estar afectados en la relación con sus amigos por el Covid-19, sobre otro 47% de estos que aseguran no haberse visto afectados; así mismo en el caso de los adultos jóvenes, el 52% evidencia verse afectados en esta dimensión, mientras que un 48% restante afirma que no se vieron afectados a nivel familiar.
Entre tanto, con respecto al impacto en la vida social con los vecinos u otras personas cercanas a los jóvenes, se encontró que en el caso de los adolescentes existen opiniones divididas y con relación a la afección en este aspecto, puesto un 53% de los adolescentes indica no estar afectados en la relación con sus vecinos u otras personas cercanas por el Covid-19; sin embargo, otro 47% indica haberse visto afectado; por el contrario en el caso de los adultos jóvenes, el 60% evidencia no verse afectados en esta dimensión, mientras que un 40% restante afirma haber sido afectados por la pandemia en su relación con vecinos u otras personas (ver Gráfico I).
En cuanto a la frecuencia de estas relaciones en ambos grupos (ver Gráfico II), se encontró que los adolescentes refieren mantener siempre en mayor medida dichas relaciones (38%), con frecuencia en muchos casos (28%), en otros algunas veces (25%), y en unos otros casos muy pocas veces (9%); mientras que, los adultos jóvenes indican que frecuentemente se relacionan con sus familiares (43%), manteniendo siempre en muchos casos estas relaciones (38%), en otras algunas veces (12%), y otras tantas muy pocas veces tienen interacción con los miembros de su familia (7%).

Así mismo, los hallazgos sobre la frecuencia de la relación que indican tener estos jóvenes con sus amigos actualmente tanto adolescentes como adultos jóvenes, indican que tanto adolescentes como adultos jóvenes evidencian tener mayormente relaciones con sus amigos algunas veces (50% y 40%, respectivamente), seguido de muy poca interacción con sus amigos (25% y 31%), frecuente interacción (12,5% y 17%), nada de interacción (12,5% y %5), y siempre interacción con los amigos (0% y 7%), tal como se evidencia en el Gráfico II.
También, con respecto a la frecuencia en la interacción con los vecinos u otras personas cercanas a los jóvenes, tanto adolescentes como adultos indican mayormente que tiene muy poca interacción con estas personas (44% y 38%, respectivamente), seguido de algunas veces (38% y 33%), nada de interacción (13% y 19%), y frecuente interacción (6% y 10), tal como se muestra en el Gráfico II.
Los resultados arrojados en aspectos específicos de las relaciones con familia, amigos y vecindario, revelan que tanto los adolescentes como los adultos jóvenes, indican tener mayormente una buena comunicación familiar (56% y 60%, respectivamente), seguida de una excelente comunicación (31% y 19%), una comunicación regular (13% y 19%), y una mala comunicación (0% y 2%). Entre tanto, con respecto al compartir familiar, los hallazgos revelan que adolescentes y adultos jóvenes indican mayormente un buen compartir con la familia (53% y 67%, respectivamente), seguido de un excelente compartir (28% y 14%), un compartir regular (16% y 12%), y un mal compartir (3% y 7%) (ver Tabla 1).

Por otra parte, en aspectos como la cercanía familiar se encontró que adolescentes y adultos jóvenes muestran mayormente una muy buena cercanía con su familia (63% y 52%, respectivamente), seguida de una cercanía regular (19% y 31%), una cercanía excelente (19% y 14%), y una mala cercanía (0% y 3%). Finalmente, en cuanto al apoyo emocional de la familia, los resultados muestran que adolescentes y adultos jóvenes reciben mayormente un buen apoyo emocional de su familia (63% y 59%, respectivamente), seguido de un apoyo excelente (21% y 19%), un apoyo regular (16% y 22%), y aseguran no recibir un mal apoyo emocional (ver Tabla 1).
Así mismo, en cuanto a estos mismos aspectos enmarcados en la relación con amigos, los resultados revelan que tanto los adolescentes como los adultos jóvenes, indican tener una buena comunicación con sus amigos (53% y 62%, respectivamente), seguida de una comunicación regular (34% y 28%), una comunicación excelente (9% en ambos grupos), y una mala comunicación (3% y 0%). Entre tanto, con respecto al compartir con los amigos, los hallazgos revelan que adolescentes y adultos jóvenes indican mayormente un compartir regular con sus amigos (44% y 43%, respectivamente), seguido de un buen compartir (25% y 36%), un mal compartir (22% y 7%), y un excelente compartir (9% y 14%) (ver Tabla 1).
Además, en aspectos como la cercanía con los amigos se encontró en la Tabla 1, que adolescentes y adultos jóvenes muestran mayormente una cercanía regular con sus amigos (47% y 43%, respectivamente), seguida de una buena cercanía (34% y 43%), una mala cercanía (16% y 7%), y una excelente cercanía (3% y 7%). Mientras que, en cuanto al apoyo emocional de los amigos, los resultados muestran que adolescentes y adultos jóvenes reciben mayormente un buen apoyo emocional de sus amigos (47% y 50%, respectivamente), seguido de un apoyo regular (41% y 31%), un apoyo excelente (9% y 14%), y un mal apoyo emocional (3% y 5%).
De igual forma, con respecto a estos mismos aspectos específicos en relación de los jóvenes con los vecinos u otras personas cercanas, los hallazgos revelan que los adolescentes y los adultos jóvenes mantiene comunicación de manera regular con estas personas (56% y 48%, respectivamente), seguida de una buena comunicación (34% y 40%), una mala comunicación (6% y 12%), y una excelente comunicación (3% y 0%). Entre tanto, con relación al compartir con los vecinos u otras personas, los resultados muestran que adolescentes y adultos jóvenes indican mayormente un compartir regular con estas personas (59% y 45%, respectivamente), seguido de un mal compartir (25% y 31%), un buen compartir (13% y 21%) y un excelente compartir (3% y 2%).
En aspectos como la cercanía con los vecinos u otras personas se encontró que adolescentes y adultos jóvenes muestran mayormente una cercanía regular con estas personas (47% y 50%, respectivamente), seguida de una mala cercanía (38% y 29%), una buena cercanía (19% ambos grupos), y una excelente cercanía (6% y 2%). Finalmente, en cuanto al apoyo emocional de los vecinos u otras personas, los resultados muestran que adolescentes y adultos jóvenes reciben mayormente un apoyo emocional regular de estas personas (53% y 40% respectivamente), seguido de un mal apoyo (28% y 38%), un buen apoyo (16% y 19%) y un apoyo emocional excelente (3% y 2%); todos estos datos se registran también en la Tabla 1.
A nivel emocional, de acuerdo con los resultados obtenidos, se puede evidenciar que los jóvenes participantes del estudio, tanto adolescentes como adultos jóvenes, han experimentado mayormente emociones como la tristeza (81% y 83%, respectivamente), el estrés (78% y 74%), la alegría (59 y 71%), el miedo (56% y 71%), y la ansiedad (53% y 64%), siendo la tristeza y el estrés las emociones más prevalentes en ambos casos. También han experimentado otra serie de emociones tanto básicas como secundarias y morales, como se puede evidenciar en la Tabla 2.

Por otra parte, se tomaron medidas con respecto a la muerte de seres queridos por Covid-19, como un aspecto que pudiese explicar la experimentación de estas emociones, encontrando que ambos grupos indican mayormente haber perdido a un ser querido o persona cercana debido al Covid-19 (56% adolescentes, y 52% adultos jóvenes); estos resultados se muestran a continuación en el Gráfico III.

Una vez expuestos los resultados del estudio se puede evidenciar que la pandemia de Covid-19 obligó a tomar distancia física y social como medida de seguridad para evitar el contagio, lo cual generó una disminución en el contacto social, afectando las relaciones con los demás (Saladino et al., 2020; Sommerlad et al., 2021), especialmente las de los jóvenes.
Este estudio permitió identificar el impacto psicosocial que ha tenido el aislamiento preventivo por Covid-19 en los jóvenes de la Fundación FUNIDES, encontrándose dentro de los resultados principales, que tanto adolescentes como adultos jóvenes indican haberse visto afectados en sus relaciones sociales con los amigos debido a esta pandemia, lo cual coincide con los hallazgos de Luijten et al. (2021), quienes encontraron que los jóvenes que han experimentado aislamiento físico de sus compañeros de clase, amigos, maestros y otros adultos importantes, se han visto afectados en sus relaciones con estas personas.
Específicamente a nivel familiar, los jóvenes que participaron en la presente investigación indicaron mayormente no haberse visto afectados en sus relaciones familiares a causa del aislamiento por esta enfermedad, lo cual podría explicarse a través de lo expuesto por Lebow (2020), quien asegura que el contacto físico emocional cercano obligatorio en el núcleo familiar durante el Covid-19 para afrontar el aislamiento, ha permitido que estos procesos compartidos sean más poderosos que antes, permitiendo en muchos casos la mejora en la dinámica familiar.
Pese a estos resultados, en el presente estudio un 22% de los adolescentes y un 40% de los adultos jóvenes, manifiestan haberse vistos afectados en las relaciones con su familia, lo cual no puede desatenderse e ignorarse considerando los problemas que esto puede llegar a generar en otras esferas sociales del individuo, o en el peor de los casos que podría llegar a aumentar sino se atiende.
Entre tanto, a nivel de las relaciones con amigos, se encontró que los jóvenes expresan mayormente haberse visto afectados en las relaciones con sus amigos, especialmente en la cercanía y el compartir con ellos, lo que es consistente con los hallazgos de Philpot et al. (2021), quienes también evaluaron el impacto en las relaciones sociales durante el Covid-19, encontrando una disminución del sentido y significado de la amistad como consecuencia del aislamiento obligatorio que limitó el contacto social con las amistades.
Resultados que también coincide con lo encontrado por Ayers et al. (2021), quienes descubrieron que las personas más jóvenes consideran haberse visto afectados negativamente en las relaciones con sus amistades, en gran parte explicados por la presencia del estrés a causa de la enfermedad y que limita la interacción con los mismos. De esta manera, si se considera que la amistad es un recurso importante de protección ante experiencias vitales estresantes que pueden generar problemas psicológicos (Gaete, 2015), estos hallazgos terminan siendo relevantes para entender el gran impacto que pueden tener para los jóvenes las limitaciones en las relaciones con sus amigos, con la finalidad de afrontar de la mejor manera los efectos del confinamiento por el Covid-19.
Además, con respecto a las relaciones con los vecinos u otras personas cercanas, los hallazgos del presente estudio muestran resultados ambivalentes, considerando que, por una parte, los jóvenes indican no haberse visto afectados en sus relaciones con estas personas; sin embargo, muestran verse perjudicados en la comunicación, el compartir, la cercanía y el apoyo emocional con estos.
Sobre este aspecto, la literatura también revela resultados diversos, puesto que algunos estudios muestran que se han presentado buenas relaciones entre los vecinos durante el confinamiento por el Covid-19, reflejando acciones colaborativas en el vecindario (Schroeder y Vilo, 2020); sin embargo, otros estudios muestran irregularidades en las relaciones con los vecinos, que incluyen la poca comunicación, la limitada cercanía, la intolerancia e incluso algunos actos de violencia (Pizarro y Matta, 2020), aun así, es necesario ampliar más en esta relación para tener resultados más consistentes.
Por otra parte, a nivel emocional, se encontró en este estudio que los jóvenes muestran haber experimentado mayormente emociones como la tristeza, el estrés, la alegría, el miedo y la ansiedad a causa del aislamiento por el Covid-19. Sobre este aspecto, en una investigación realizada por Lwin et al. (2020) encontraron precisamente que dentro de las emociones que expresan los jóvenes haber sentido mayormente durante este confinamiento por el Covid-19, se encuentran la tristeza, alegría y el miedo, explicadas la primera de estas, por temas de la pérdida de amigos y familiares; la segunda, por palabras de gratitud y buena salud que recibieron de otros personas; y la tercera el temor a la enfermedad, a la escases de suministros y la atención médica, como se encontró en el presente donde la muerte de algunas personas cercanas, ha podido ser un aspecto que explique la experimentación de estas emociones en los jóvenes de la Fundación.
Entre tanto, con respecto a las emociones como el estrés y la ansiedad, también experimentadas por estos jóvenes, estudios a nivel mundial han informado prevalencias altas de estrés y ansiedad por Covid-19 (53% y 35%, respectivamente) en toda la población (Lakhan et al., 2020); lo cual muestra un panorama preocupante, especialmente con relación al estrés, puesto que estudio de revisión sistemática que analizó varios estudios sobre el tema a nivel mundial, también reveló que aproximadamente casi uno de cada cuatro adultos ha experimentado estrés significativo debido a la pandemia de Covid-19 (Cooke et al., 2020), resultando ser una voz de alerta para empezar a entender esta problemática, especialmente en los jóvenes en quienes se han encontrado altos niveles de estrés por el confinamiento (Marquina, 2020).
En este orden de ideas, se recomienda una atención importante ante esta situación que permita una intervención oportuna para disminuir el impacto social y emocional de los jóvenes de la Fundación, considerando que tanto la adolescencia como la adultez joven, representan etapas de exploración y mantenimiento de nuevos vínculos socio/afectivos que brindan múltiples oportunidades a los jóvenes para seguir desarrollándose a nivel social y emocional (Bazán et al., 2020).
Además, se hace necesario que los jóvenes reciban un apoyo especial, que incluya acompañamiento psicológico, apoyo emocional, orientación vocacional, para reorganizarse posterior a la pandemia además de prácticas deportivas con distancia física, mayor conexión con amigos y otras estrategias para el afrontamiento emocional (Lippke, Fischer y Ratz, 2021).
Finalmente, se reconoce que este estudio tuvo algunas limitaciones, entre estas que el formulario utilizado para la recolección de los datos no es un instrumento validado, pero se diseñó con fines prácticos para ser aplicado a través de la virtualidad, considerando la contingencia por el Covid-19 y las características de la muestra; así mismo, también se incluye dentro de las limitaciones que los grupos comparados no fueron homogéneos en tamaño, habiendo más participantes dentro de los adultos jóvenes; sin embargo, la comparación pudo apreciar importantes similitudes y diferencias entre los grupos que permitieron un análisis comparativo muy interesante, a pesar de no usar herramientas estadísticas avanzadas para la comparación.
A partir de los resultados anteriormente presentados y contrastados con la literatura existente sobre el tema, se concluye con respecto al presente estudio que los jóvenes de la Fundación FUNIDES presentan afectación en las relaciones sociales con los demás, especialmente con los amigos y vecinos, específicamente en aspectos como la cercanía y el compartir, y aunque indican mayormente no haberse visto afectados a nivel familiar, existe un porcentaje importante de jóvenes que revelan un impacto negativo en las relaciones con la familia, lo cual hace necesario que se intervenga de manera integral en todas las esferas sociales evaluadas, incluida la familia.
Finalmente, a nivel emocional, los jóvenes de la Fundación revelan experimentar mayormente emociones como la tristeza, el estrés, la alegra, el miedo y la ansiedad, las cuales en su mayoría generan sensaciones desagradables que pueden llegar a impactar en la estabilidad emocional de los mismos, una dimensión importante en la etapa del ciclo vital en la que se encuentran; por lo que, se recomienda brindar acompañamiento psicológico emocional para el manejo de estas emociones, incluyendo actividades deportivas, artísticas así como de orientación vocacional, que puedan promover emociones más agradables, y ayuden a mitigar el impacto emocional a causa del aislamiento.




