Reseñas
El traidor I y II, Para alcanzar al traidor y El traidor sigue
El traidor I y II, Para alcanzar al traidor y El traidor sigue
Contribuciones desde Coatepec, núm. 37, 2022
Universidad Autónoma del Estado de México
Covarrubias M. (2021). El traidor I y II, Para alcanzar al traidor y El traidor sigue. Col. Biblioteca de Miguel Covarrubias. Monterrey. SCNL / Aldus / Conarte |
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Recepción: 27/12/2021
Los cuatro tomos de la Biblioteca Covarrubias suman cerca de mil cuatrocientas páginas, las que incluyen traducciones de más de setenta poetas franceses y alemanes, varios de ellos desconocidos en el mundo literario mexicano, labor en la que lleva más de cincuenta años el profesor, poeta, escritor y traductor Miguel Covarrubias.
Covarrubias estuvo en la cátedra universitaria durante casi cuarenta años en el Colegio de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Nuevo León (uanl), donde fue igualmente director-fundador de los estudios de posgrado en Letras, además de haber sido director de las revistas Cathedra . Deslinde de la mencionada facultad, asimismo dirigió Armas y Letras de la uanl y Apolodionis (revista independiente). Su libro El traidor. Poetas franceses y alemanes contemporáneos obtuvo el premio Traducción de Poesía del inba (1994). Es Premio a las Artes de la uanl (1989) y Medalla al Mérito Cívico en Artes y Literatura por el Gobierno del Estado de Nuevo León (1994), entre otras condecoraciones.
Lo destacado de esta obra es que está constituida como una edición bilingüe que mantiene una óptima calidad en la selección de los poetas incluidos, así como en su traducción. Y aunque el autor mencione lo que representa la traducción literaria, concretamente la traducción poética (Jorge Luis Borges, Octavio Paz, Alberto Manguel, Valentín García Yebra, Marco Antonio Campos), no está de más citar a Jacques Thériot (1996), quien en un artículo titulado “La traducción en todos sus estados” afirma que “la traducción es ante todo una práctica que depende del horizonte cultural del traductor, de su competencia en la lengua fuente, y más aún, de las modalidades estilísticas que hay en su propia lengua, de la cual debe conocer todos los recursos”.
El autor de los libros que nos ocupan reúne sin duda estas características. Por su dedicado oficio, es continuador de los trabajos de Alfonso Reyes, Enrique González Martínez, José Emilio Pacheco, Tomás Segovia, Alfonso Rubio y Rubio, Luis Astey, Elizabeth Siefer y Marco Antonio Montes de Oca, a la vez que coetáneo de los realizados por Carmen Alardín, Jaime García Terrés, Herón Pérez Martínez, Tedi López Mills, José Javier Villarreal y Sergio Cordero, entre otros.
Vayamos a la reseña de cada uno de los tomos. Del primero, El traidor i, hay que leer las letras previas del autor (1993), en las que cita a Jorge Luis Borges en cuanto a escribir un libro en colaboración, por qué escogió a esos poetas franceses y alemanes para su traducción, la manera de conocerlos a través del tiempo y su aclaración de que El traidor es “una obra maleable […] que puede servir para conocer ─ o reconocer ─ a algunas de las más sobresalientes voces de la poesía francesa y de la poesía alemana contemporáneas ─ siempre y cuando los afanes sean más lúdicos que informativos”. Acerca de la segunda edición (2003). Además, agradece sus precisiones a Américo Larralde Rangel y a Humberto Salazar Herrera.
De este primer tomo, destacan: “El último poema”, de Robert Desnos; “Nosotros dos”, de Paul Éluard; “Alfabeto”, de Henri Michaux; “Consejo al poeta”, de Philippe Soupault; “Sed buenos con el poeta”, de Jules Supervielle; “Una cantilena de Pentauro”, de Marguerite Yourcenar; “Arbusto con hojas en forma de corazón”, de Erich Fried; “Después de este diluvio”, de Ingeborg Bachmann; “El poeta”, de Herman Hesse; “Colón”, de Georg Heym; “Ciégame los ojos”, de Rainer María Rilke; y “Humanidad”, de Georg Trakl. También incluye “Alicante”, de Jacques Prévert: “Una naranja sobre la mesa / Tu vestido sobre la alfombra / Y tú en mi cama / Dulce presente del presente / Frescura de la noche / Calor de mi vida”.
El segundo tomo ─El traidor ii─ está dedicado a sus nietos: Mariano, Santiago, María José, Isabela, Paula y Miguel. Entre los poetas y poemas incluidos sobresalen: “Notre-Dame de París”, de Gérard de Nerval; “Pájaros”, de Saint-Pol-Roux; “Puestas de sol”, de Blaise Cendrars; “Pieza de circunstancia”, de Jean Cocteau; “La tumba de Hölderlin”, de Jean Tardieu; “Migajas para un doble”, de Charles Juliet; “Bonaparte”, de Friedrich Hölderlin; “Para Anna Blume”, de Kurt Schwitters; “Soy como una pantera”, de Paula Ludwig; “Hermano”, de Rose Ausländer; “Mortaja”, de Paul Celan; “Marilyn Monroe”, de Peter Härtling; y “Al final me encuentro solo…”, de Thomas Rosenlöcher. Asimismo resalta el poema titulado “El amor verdadero…”, de Johann Wolfgang von Goethe: “El amor verdadero siempre, siempre continúa semejante a sí mismo. / Cuando todo le es otorgado, cuando todo le es negado”.
El tercer tomo de la colección es Para alcanzar al traidor. Está dedicado a su maestro Alfonso Rangel Guerra, el humanista fallecido en mayo de 2020. Lleva también letras previas del autor acerca de por qué ha repetido a algunos de los poetas ya incluidos en los dos tomos anteriores, y por qué ha traducido a algunos nuevos. Presenta también referencias a Elizabeth Siefer, profesora alemana de visita en la Facultad de Filosofía y Letras de la uanl, y a Carmen Alardín, escritora norestense y amiga del traductor, fallecida en 2014. En este tomo aparecen poemas como “Tiene sus fallas…”, de Toulet; “Poesía perdida”, de Valéry; “Saltimbanquis”, de Reverdy; “Los picapedreros”, de Char; “Nombre verdadero”, de Bonnefoy; “Mi piano azul”, de Laker-Schüler; “Una palabra”, de Benn; “Inventario”, de Eich; y “Estudio”, de Meister. Citamos “Espejo de agua”, de Sarah Kirsch: “Hay días de verano con ojos / Verdes como sombras y lagunas / En sus orillas desfilan / De un príncipe rebaños negros”.
El tomo final de la colección, El traidor sigue, está dedicado a Silvia, filósofa y catedrática, compañera y amor de toda la vida del autor, quien lamentablemente falleció en agosto de 2020. En sus letras previas, el autor explica qué poetas incluidos anteriormente por él en esta colección reinciden, y cuáles son debutantes. Escribe Covarrubias: “Cerramos, no sabemos si provisionalmente, un círculo de versiones compuesto de 90 ejemplos de la poesía alemana y francesa. Múltiples concepciones de la existencia y variadas realizaciones líricas estarán provocando aceptaciones francas o agrios rechazos. Sobre estas últimas actitudes no tendríamos nada que comentar. Pero de algo sí podemos estar seguros: el lector siempre acuña la última palabra”.
¿Qué poemas nos han gustado más de este último tomo? “Los separados”, de Desbordes-Valmore; “Juicio de las mujeres”, de Jacob; “Cae la tarde en el jardín”, de Apollinaire; “Nieves”, de Saint-John Perse; “Retrato de André Breton”, de Péret; “La mariposa”, de Ponge; “Camina por la noche…”, de Houellebecq; “La canción del ermitaño”, de Novalis; “Las palabras antiguas se acercan de noche…”, de Huch; “Primera nieve”, de Morgenstern; “Los prisioneros”, de Heym; “Mira la luna”, de Von der Vrig; “Que los perseguidos no se conviertan en perseguidores”, de Sachs; “Placeres”, de Brecht; “Resurrección”, de Kaschnitz; “Sólo una rosa como apoyo”, de Domin; “Infancia bíblica”, de Busta; y “Noche en Londres”, de Fried. Finalmente, mencionaremos “Morías una noche”, de Anna de Noailles: “Morías una noche cuando el día se detuvo. / Sucedió de repente. Dulce y fatal descuido / Que logró invadirte y vencerte no pudo. / Al torpor y a la tumba ninguno los predijo. / Tuviste mucho sueño. Yo sufro, me derrumbo. / Y es la muerte peor haber sobrevivido”.
¿Qué decir ante una obra de traducción y creación como la de Miguel Covarrubias? Se trata de un trabajo para la posteridad, el que se da en la etapa plena de la producción literaria del escritor, resultado de una feliz conjunción entre autor y editores. Aldus ─ con el apoyo de la Secretaría de Cultura de Nuevo León y Conarte ─ ha publicado una obra impecable, que merece circular más allá de las fronteras de México. Con el detalle adicional de que los forros de los libros son de Egon Schiele (Autumn trees, 1911).
Notas de autor