Reseñas
Strobel H. Xalapa durante la intervención francesa y el Segundo Imperio (1861-1867). 2020. Xalapa. Municipio de Xalapa |
---|
Recepción: 06/06/2022
Este breve texto tiene como propósito realizar una crítica sobre el libro, recientemente publicado, Xalapa durante la intervención francesa y el Segundo Imperio (1861-1867), del autor Héctor Strobel del Moral. Este se inscribe en la corriente disciplinar de la microhistoria; es decir, narra los hechos más trascendentes de un espacio geográfico amplio (como una nación), desde la perspectiva de un sitio reducido (como un pueblo o una ciudad). Encontramos algunos ejemplos de textos anteriores que utilizan esta metodología en los escritos del célebre Luis González y González.
La obra se organiza de manera cronológica; narra los hechos desde la llegada de los franceses en 1861, hasta su retirada en 1867. Particulariza estas dinámicas en Xalapa, junto con localidades y pueblos colindantes. Antes de entrar en materia, Strobel explica en la introducción, de forma breve, el porqué de la invasión, la importancia de la ciudad, su estado político y su valor dentro del panorama económico del estado de Veracruz.
El autor explica las diferencias de la ominosa organización de la milicia mexicana: aunque el ejército regular estaba mejor preparado, sufría una desorganización terrible y una falta de equipo y adiestramiento. Por otra parte, las problemáticas de las guardias nacionales superaban a las carencias de los regulares. Para solventar estos problemas de organización, continúa Strobel, la estrategia de mayor efectividad contra un ejército tan experimentado, como el francés, fue la guerra de guerrillas, puesto que los lugareños conocían la topografía de la región. Esta ventaja les permitió hostigar por las líneas de aprovisionamiento a las huestes francesas, a pesar de no ganar casi ninguna batalla.
Ahora bien, la obra se divide en seis capítulos. En el primer capítulo, “Xalapa se prepara para la guerra”, hay una importante explicación sobre los preparativos de la defensa en la ciudad y sus alrededores. Tras el inicio de la intervención extranjera en México, el Ejército de Oriente estuvo a cargo de mantener la seguridad de la población, en todo el estado de Veracruz. Además, el autor señala con puntualidad temas sumamente importantes para que la localidad cayera en manos imperiales. Un ejemplo son los tratados de la Soledad, que inutilizaron las defensas alrededor de Xalapa al dar paso libre a las tropas extranjeras hacia el altiplano por el camino de Orizaba.
Otro hecho fue la pésima gestión de los ya escasos recursos económicos y humanos, por parte de los altos mandos a cargo de la defensa de Veracruz. Terminaron por vaciar las arcas ruinosas del estado, endeudarse o provocar inconformidad entre las clases acaudaladas (por las incautaciones de bienes para reunir el dinero que mantendría a la tropa). A ello se añaden los destrozos que dejaron y lo costoso que resultaba mantener a los heridos en la región, pues se enfermaban con facilidad, debido a las precarias condiciones de higiene. Con todo, no consiguieron ningún éxito contra el ejército francés, que avanzaría hasta Puebla sin muchos problemas.
Continúa el segundo capítulo, “Xalapa y el ejército francés”, que se enfoca en el lapso posterior a la derrota de los franceses en Puebla. Strobel expone la vulnerabilidad de la región xalapeña tras el arribo de los ejércitos franceses de refuerzo. Se mantuvo una cuestionable gestión de los recursos por parte del ayuntamiento y era visible la precariedad en instituciones públicas, como el hospital y la cárcel. Estas se habían mantenido hasta entonces bajo la jurisdicción civil y pasaron al control de los militares por la dificultad de su financiación.
Por otro lado, el ejército que defendía Veracruz tuvo una importante derrota en Cerro Gordo, en donde se demostraron las consecuencias de su falta de adiestramiento, la leva obligada y la falta de equipamiento. Además, hubo un mal criterio al escoger el campo de batalla, pues el ejército invasor, mucho más experimentado en esa clase de terreno, lo aprovechó a su favor. En ese capítulo también se narra la estadía de una columna del ejército francés en Xalapa. Estos se aprovecharon de los recursos públicos y afectaron las arcas de la ciudad en su intento de sanearlas. Esto dejó a los lugareños en un estado empobrecido y desprotegido; además temían las represalias por parte de los republicanos mexicanos —que merodeaban en la zona—, tras dar asilo a los franceses. En este sentido, resulta interesante la impresión de los lugareños hacia los militares extranjeros que, salvo contadas excepciones, pasaron del miedo a la amistad relativamente pronto.
El siguiente capítulo, “Intrigas y querellas por el poder”, versa sobre los constantes desacuerdos, entre las diferentes facciones, con respecto a la administración de la localidad. Estas apoyaban a uno u otro bando, es decir, a los franceses o a los republicanos, y tenían influencia directa en el actuar de las fuerzas militares, así como en los civiles. Hubo un constante cambio de administración a causa de estos desacuerdos y enfrentamientos. Sus consecuencias fueron daños al comercio local y empobrecimiento generalizado, pues muchas veces los servicios públicos quedaron sin atención o funcionamiento por la falta de capital. También se aborda la dificultad de mantener la administración, por temor a las represalias si a los funcionarios se les relacionaba con uno u otro bando. Rescato la cantidad de menciones a personajes de importancia para los locales; ya que, al observar los nombramientos de comisiones por ciudadanos honorables, se conoce mejor la situación política y social de Xalapa.
El cuarto capítulo, “Xalapa imperial”, comienza con el ascenso del Segundo Imperio y la disolución del Ejército de Oriente. Ahí se habla sobre acciones como el recibimiento con festejos a Maximiliano i, el emperador, y su posterior visita a Xalapa. La resistencia republicana se persistió en forma de guerrillas, a pesar de que la mayoría de sus integrantes eran reclutados por la fuerza; en caso de huir se les condenaba a pena de muerte, además se les tildaba de cobardes o fríos. El apartado también se enfoca en el conflicto administrativo y político entre los imperialistas y las facciones de republicanos en el intento de gobernar.
El quinto capítulo, “El sitio de Xalapa”, se refiere al asedio de la población tras la retirada de las tropas imperiales. En ese panorama, los republicanos se alzaron para retomar las plazas perdidas durante la estancia de las tropas extranjeras en México. Ya que estas habían vuelto a ultramar, el imperio quedó indefenso y de esta manera se fortalecieron las guerrillas, organizadas por los oficiales republicanos que se mantuvieron en pie de guerra. Sus números ascendieron lo suficiente para comenzar a tomar plazas importantes, entre ellas la de Xalapa. Las tropas republicanas recuperaron la ciudad hacia noviembre de 1866, tras la defensa desesperada por parte de las tropas imperiales y el calvario de los civiles, ya que se cortaron todas las vías de suministro de alimento y agua.
El sexto y último capítulo, “Temprana restauración de la república en Xalapa”, versa sobre el contexto de la República Restaurada. Xalapa, al ser una de las primeras localidades importantes recuperadas por el bando republicano, se consideró uno de los ayuntamientos del nuevo gobierno. En ella se aplicó de manera temprana una administración que buscaba sanear la ciudad de los acontecimientos del cerco y las finanzas ruinosas tras la guerra a través de las leyes de reforma. Cabe resaltar que ese fue el camino político que se mantuvo en adelante.
La obra cierra con una breve, pero solida conclusión. Reflexiona acerca del papel de la élite durante la intervención, así como la crudeza del panorama para aquellos de menos recursos. Además de enfrentar situaciones de extrema precariedad, a consecuencia de los asedios y el saqueo, los asolaba el reclutamiento forzoso. Finalmente se abre el cuestionamiento sobre la importancia de lo ideológico en las filas republicanas, ya que la mayoría de sus fuerzas estaban ahí bajo amenaza y además sin un liderazgo homogéneo, ya que los caudillos tendían a seguir sus propios intereses.
El libro resulta fascinante y enriquecedor, sin embargo, considero que se necesita conocer mejor las circunstancias de la segunda intervención francesa en México para aprovecharlo al máximo. Aunque la literatura de Strobel se desenvuelve con fluidez y es sencilla de leer, alguien sin conocimiento profundo del tema se perdería dentro de la atrayente lectura, pues desconocerían muchos datos, nombres o lugares. A pesar de ser interesante, considero que podría ser más amigable con aquellos no doctos en la historia regional de Veracruz durante la segunda mitad del siglo xix.
Asimismo, es digna de mencionar la forma en que el autor lidió con problemas como la carencia de fuentes. En investigaciones tan particulares, en donde los archivos y otros sistemas civiles fueron deficientes, esas ausencias son notorias; sin embargo, Strobel se basa en las fuentes a las que tiene acceso y elabora inferencias a partir de lo que sucedía en otros lugares del país. Para finalizar, cierro con la importancia de las notas al pie de página, ya que sin ellas el relato se disfruta por sí mismo. Aunque dan el contexto necesario para entender con mayor solidez el libro, su extensión puede interrumpir en ocasiones la fluidez de la lectura. En este sentido, considero que para versiones posteriores sería mejor anexar la mayoría de notas al texto principal de la obra.
Notas de autor