RESEÑAS Y DEBATES

Mario Sznajder: Historia Mínima de Israel. El Colegio de México / Turner, Ciudad de México / Madrid, 2017, pp. 287.

Marta F. Topel
Universidad de São Paulo, Brasil

Mario Sznajder: Historia Mínima de Israel. El Colegio de México / Turner, Ciudad de México / Madrid, 2017, pp. 287.

Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofía, Política y Humanidades, vol. 21, núm. 42, pp. 653-657, 2019

Universidad de Sevilla

Historia mínima de Israel, publicado por El Colegio de México en el 2017, debe recibirse como un acontecimiento editorial raro, ya que son pocos los libros académicos en lengua española sobre el estado de Israel y la sociedad israelí. O tal vez sea más acertado afirmar que son pocas las obras de divulgación sobre una realidad tan compleja y dramática, tan densa y cambiante, que se propongan un análisis crítico y reflexivo alejándose de modismos y maniqueísmos que sólo han producido y continúan produciendo lecturas apasionadas, diseminadoras de polémicas falsas e inútiles.

De hecho, el nuevo libro de Mario Sznajder, Profesor Emérito de Ciencia Política de la Universidad Hebrea de Jerusalén, cumple un papel importante: divulgar para un público amplio de hispano-hablantes una realidad histórica, social, política y geopolítica de un modo didáctico, pero no por eso superficial o simplista. Al contrario, a lo largo del libro el lector se topa con una plétora de detalles que no dejan de sorprenderlo por tratarse de datos a primera vista meramente anecdóticos o biográficos, pero cuyo conocimiento exige una familiaridad considerable con los temas abordados y nos ayuda en su comprensión. Dos ejemplos (podrían ser muchos otros) que ilustran esta característica de la obra son la oposición del rey Abdala al establecimiento de un Estado palestino en 1948 y su ofrecimiento a la Agencia Judía de “un cantón o república en el reino jordano que abarcase toda la Palestina del Mandato británico”, y el boicot de los alcaldes de Cisjordania a la plegaria en la cual participó Anuar Sadat en 1977 en la mezquita de Al Aqsa, en su célebre visita a Israel. Raramente libros de divulgación logran detenerse en datos históricos que muchos olvidan o, simplemente, desconocen.

A lo largo de su obra, Mario Sznajder traza un panorama de temáticas y problemas pensados a partir de disciplinas diferentes, aunque complementarias, como lo son las ciencias políticas, la historia, la sociología y, en menor grado, la economía.

Historia Mínima de Israel está dividido en ocho partes precedidas de una brevísima introducción. Curiosamente, la primera parte, que abarca el período comprendido entre el siglo XVIII antes de nuestra era y el siglo XVIII de nuestra era, es la más corta y, consecuentemente, la más superficial. Parecería que el principal objetivo de esas veinte páginas es crear un nexo entre la historia del Antiguo Israel, la historia de los judíos y del judaísmo, y el establecimiento del Estado de Israel. Esta exposición de los acontecimientos tal vez sea un elemento contraproducente del texto, en el sentido de mostrar una continuidad histórica linear entre el relato bíblico sobre el pueblo de Israel y la historia de los judíos en los siglos posteriores. Tal lectura de la historia, muchas veces criticada por su carga ideológica y mesiánica que, no debemos olvidar, fue uno de los pilares del sionismo, ha sido severamente cuestionada por varios historiadores, entre los cuales tiene destaque la tesis de Shlomo Sand acerca de la “invención del pueblo judío”. De cierta forma, esa primera parte, en la que se condensan más de tres mil años de historia, aparece como un preludio para la fundación del movimiento sionista y para la creación del Estado de Israel, sin cualquier reflexión acerca de cuánto de lo allí narrado es mito y cuánto historia. No me parece una exageración afirmar que la primera parte de la obra es la menos lograda, al despertar reverberaciones de textos apologéticos o trabajos escritos por aficionados, ideólogos y periodistas. Pero tal conclusión sería un grave error ya que, como fuera mencionado, estamos delante de una investigación seria y crítica.

La segunda parte, denominada “Sionismo y migración (1881-1918)”, presenta sucintamente los prolegómenos de la emigración judía a Palestina, destacando los hechos históricos más relevantes del período que dieron origen a los primeros asentamientos judíos en Tierras de Israel que, rápidamente, se transformaron en un proto-Estado.

En la tercera parte “Construyendo la nación y el estado (1918-1948)”, nos encontramos con el relato de los acontecimientos que llevaron a la creación del Estado de Israel en mayo de 1948. Proceso políticos, económicos, sociales y culturales son analizadas con el objetivo de comprender las múltiples facetas de esa larga jornada. Sin embargo, el mayor acierto de esta tercera parte se encuentra en la contextualización de los sucesos ocurridos en Medio Oriente con los eventos desencadenados en Europa, más precisamente, en la Europa ocupada por Hitler. Así, por ejemplo, Sznajder recuerda que durante 1939 y 1941 la Real Fuerza Aérea Italiana llevó a cabo repetidos ataques a las ciudades de Haifa, Tel Aviv y Acre con la finalidad de destruir refinerías de petróleo, fundamentales para los esfuerzos de guerra de los británicos. Otro dato importante, raramente citado en trabajos de divulgación sobre el Estado de Israel y la sociedad israelíes, es el golpe pronazi desencadenado en Iraq en abril de 1941 con apoyo de Alemania.

No cabe duda de que el libro de Mario Sznajder gana fuerza a partir de la cuarta parte, titulada “El estado de Israel (1948-1956). Es a partir de este punto que las singularidades y especificidades del Estado y de la sociedad israelíes se ponen de manifiesto, a través de un relato que es al mismo tiempo interesante y denso; esto último por la cantidad de datos históricos, diversidad de fuentes utilizadas y reflexiones críticas del autor. Al análisis de los acontecimientos históricos y de las luchas ideológicas entre los diferentes partidos políticos israelíes, se suma la exposición de las narrativas construidas por judíos y palestinos sobre un territorio en disputa. La amplitud del abordaje de Sznajder revela su capacidad de mantener la curiosidad del lector, ávido por comprender mejor una realidad compleja y cambiante. El análisis de la guerra de 1948, sagazmente denominada por el autor guerra de 1947-1948, revela la mesura de Mario Sznajder que, como cualquier académico abocado al estudio de la sociedad israelí, debe luchar contra argumentos y contraargumentos, mitos y medias verdades, pasiones y acusaciones mutuas entre israelíes y palestinos creadas a lo largo de más de cincuenta años. Procesos sociohistóricos como la creación de Tzahal, el ejército del nuevo Estado; cambios demográficos acelerados (los conflictos para absorber una inmigración de más de un millón y medio de refugiados judíos de Europa y de países del Medio Oriente entre 1948 y 1951); conflictos bélicos y geopolíticos; y la precariedad económica en la que se encontraba el joven Estado son relatados con pormenores y con un claro compromiso con la objetividad, poniendo de manifiesto la honestidad intelectual del autor.

En la quinta parte, “El estado de Israel (1948-1956)”, Mario Sznajder excava en los cimientos de la temática que quizás sea la que nortea el libro: las narrativas israelí y palestina acerca de lo que se conoce como “el conflicto”, sistematizando datos, reflexionando sobre investigaciones elaboradas por colegas de ambos lados, y presentando un hilo conductor claro para que en ningún momento el lector se pierda en el enmarañado de datos y opiniones. Retomando la mesura con la cual el autor aborda hechos controvertidos, me parece relevante mencionar su análisis del debate entre los historiadores postsionistas Ilan Pappé y Benny Morris. En un esfuerzo por esclarecer la célebre controversia entre ambos historiadores sobre la existencia o no de un plan de limpieza étnica de palestinos en los territorios adjudicados al Estado judío entre 1947-1948, Mario Sznajder comparte con sus lectores el punto más controvertido del polémico documento discutido por Pappé y Morris. Así, el punto 4 del artículo b de la tercera parte del llamado Plan Dalet, que establecía las conductas exigidas de los militares que conquistaban u ocupaban aldeas árabes durante los enfrentamientos, fue transcrito íntegramente para su posterior análisis. Parecería desnecesario afirmar que esta estrategia no es la más diseminada en obras que tratan de temas polémicos, menos aún en obras de divulgación. Las batallas trabadas entre los países árabes y el recientemente fundado Estado de Israel, la fragmentación de las elites palestinas, la sedimentación de un consenso nacional israelí liderado por Ben-Gurión y su partido, el MAPAI, las diferentes visiones de Israel y del judaísmo por parte de los diferentes segmentos que componían la nueva sociedad en construcción, los embates entre israelíes judíos religiosos y laicos, europeos y meso-orientales son relatados en detalle, juntamente con la creación de las instituciones pilares del país, a ejemplo de la Histadrut (CGT), el Rabinato y una importante y compleja red educativa.

En el capítulo número seis, “La búsqueda de la paz (1974-1981)”, Mario Sznajder recorre las idas y vueltas del fallido tratado de paz entre palestinos e israelíes, al mismo tiempo en que describe y analiza las consecuencias del ascenso de la derecha en Israel con la victoria de Menachem Beguin en las elecciones de 1977. A través del análisis del surgimiento de un fundamentalismo de cuño religioso y del movimiento por la paz Shalom Achshav (Paz Ahora), el autor nos muestra una sociedad con un considerable potencial disruptivo. Pero, si por un lado es meritorio el cuidadoso tratamiento de los datos que acomete el autor a lo largo de este capítulo, por otro, la disparidad de los mismos provoca cierta sensación de vorágine en el lector que, a veces, se ve llevado abruptamente de un tema para otro. Tal impresión se repite a lo largo de la obra, tal vez, por la ausencia de subcapítulos que organicen mejor los temas tratados.

El capítulo siete, “Entre paz y guerra (1981-2001)”, nuevamente nos revela la mesura del autor para tratar temas sobremanera conflictivos, como lo fue la primera Guerra del Líbano en 1982 y la masacre de Sabra y Shatila llevada a cabo por las falanges cristianas libanesas proisraelíes.

En el capítulo siete, “Entre paz y guerra (1981-2001)”, nos deparamos con una sociedad israelí muy diferente a la sociedad idealizada por sus padres fundadores. El consenso nacional en la población judía se ha fragilizado, las rupturas internas crecen y el fanatismo toma lugar, tanto entre israelíes como entre palestinos. El estallido de la segunda Intifada, los ataques terroristas, los vanos intentos de lograr la paz por parte de diferentes líderes y mediadores revelan que el autor eligió con tino el nombre de este capítulo.

Finalmente, en el capítulo 8, “A manera de epílogo (2001…), Mario Sznajder nos alerta que “Los últimos lustros de la historia de Israel han sido no menos dramáticos que las décadas anteriores” y elabora un racconto de los acontecimientos más importantes de ese período. El libro termina con una reflexión del escritor libanés Amin Maalouf que transmite esperanza a pesar de todo, esperanza a pesar del trágico destino de judíos y árabes. Creo que nuestro autor comparte esta esperanza y, de algún modo, logra transmitirla a sus lectores.

Historia Mínima de Israel constituye un aporte importante para comprender una realidad distante y compleja que, como fuera señalado, no pocas veces encontramos simplificada y desvirtuada. La obra de Mario Sznajder ofrece un análisis a la vez accesible y profundo al exponer una multiplicidad de voces que el autor hace dialogar con mucho talento. Ciertamente estamos frente a un texto que se transformará en una obra de referencia sobre la sociedad israelí y sus multifacéticos meandros.

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