Ruta de la seda. Nuevas alianzas para la participación de América Latina
Silk Road. New alliances for the participation of Latin America
Ruta de la seda. Nuevas alianzas para la participación de América Latina
Revista Venezolana de Gerencia, vol. 23, núm. 83, pp. 530-542, 2018
Universidad del Zulia
Recepción: 08 Abril 2018
Aprobación: 20 Mayo 2018
Resumen: El objetivo de la presente investigación consiste en analizar la iniciativa propuesta por la República Popular China denominada Nueva Ruta de la Seda y las perspectivas de participación que ofrece a América Latina considerando un nuevo orden internacional de carácter multipolar. Mediante una investigación documental con diseño bibliográfico, se analiza la significación de la Ruta de la Seda para el fortalecimiento económico global y del orden internacional multipolar, identificándose las oportunidades para América Latina en el contexto del proyecto estratégico que sustentará el desarrollo euroasiático de las próximas décadas. Los resultados de la investigación permiten observar un relanzamiento de las relaciones entre América Latina y la República Popular China con base a los desafíos globales, que permitan nuevas alianzas estratégicas para la articulación de las relaciones internacionales y el intercambio. Con el proyecto de la Ruta de la Seda se ofrece a América Latina una oportunidad para el incremento de las exportaciones, una mejor conectividad aérea, marítima y digital, la cooperación en los ámbitos industrial, tecnológico, energético y en industrias 4.0.
Palabras clave: República Popular China, América Latina, ruta de la seda, alianzas estratégicas, multipolar.
Abstract: The objective of this research is to analyze the initiative proposed by the Republic of China called New Silk Road and the perspectives of participation offered to Latin America considering a new international order of a multipolar nature. Through a documentary research with bibliographic design, the significance of the Silk Road for the global economic strengthening and the multipolar international order is analyzed, identifying the opportunities for Latin America in the context of the strategic project that will sustain the Eurasian development of the next decades. The results of the investigation allow observing a relaunching of relations between Latin America and the Republic of China based on global challenges, which allow new strategic alliances for the articulation of international relations and exchange. With the Silk Road project, Latin America is offered an opportunity to increase exports, better air, maritime and digital connectivity, cooperation in the industrial, technological, energy and 4.0 industries.
Keywords: Republic of China, Latin America, Silk Road, strategic alliances, multipolar.
1. Introducción
La República Popular China (RPC) emerge en el concierto global de las últimas décadas como fenómeno económico de primer orden al considerarse su incidencia en la recomposición geoestratégica y el crecimiento económico mundial. Las trasformaciones políticas, económicas y sociales que emprende el gigante asiático con la política de reforma y apertura al exterior iniciada por Deng Xiaoping en 1978, constituyen un hito histórico que redefine la concepción política y económica del modelo de crecimiento chino y su relacionamiento con el resto del mundo1. A partir de esta fecha la RPC considera prioritario desarrollar su economía interna y volver a la comunidad internacional a establecer relaciones comerciales con todos sus miembros, con base en su posicionamiento en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), su participación en el Acuerdo General de Aranceles y Comercio (GATT) y su incorporación a la Organización Mundial del Comercio (OMC).
La RPC lidera en Asia el reposicionamiento de una región que ha sido abierta a la economía mundial y ha jugado un papel central en la división del trabajo y el comercio global, a la vez que tiene una larga historia de comercio intrarregional. Su participación en la globalización se afirma en el discurso que pronunciara el presidente chino Hu Jintao con ocasión de celebrarse el 60 aniversario de la ONU en 2005, en su discurso titulado “Por la
construcción de un mundo armonioso con una paz duradera y prosperidad común” donde señala que el desarrollo económico de la RPC se beneficia de la paz y la estabilidad global, y no será amenaza para la comunidad internacional2.
De acuerdo a Acuña y Aguirre (2015), los desafíos globales, reposicionan al inicio de este siglo, la necesidad de construcción de bloques regionales que permitan nuevas alianzas estratégicas para la articulación de las relaciones internacionales y el intercambio. Una renovada conciencia de la integración y la cooperación solidaria, el respeto a la autodeterminación de los pueblos, el reconocimiento de una necesaria diversificación de las relaciones internacionales, la construcción de la multipolaridad y la contribución al desarrollo y la paz mundial, se constituyen en los principios rectores de la política exterior china definiendo el marco relacional con el resto del mundo.
Las consideraciones expuestas motivaron el interés de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia a través de su Escuela de Economía, por realizar esfuerzos de cooperación académica interinstitucional, de docencia e investigación, dirigidos a fomentar la formación académica y el desarrollo de proyectos de investigación sobre el rol de la República Popular China en el orden global, con énfasis en sus relaciones con América Latina3. Esta investigación hace parte del propósito descrito, se desarrolla en el marco del proyecto de investigación denominado “Relaciones económico-financieras entre América Latina y el Caribe y la República Popular China. Presente y perspectivas” y tiene como objetivo analizar la iniciativa propuesta por la República Popular denominada Nueva Ruta de la Seda (NRS), proyecto geopolítico destinado a interconectar Europa, Asia y África, con relacionamiento derivado hacia América y Oceanía, y las perspectivas de participación que la citada iniciativa ofrece a América Latina (AL) en sus relaciones con la RPC, considerando un nuevo orden internacional de carácter multipolar.
La metódica de investigación aplicada al análisis de la Nueva Ruta de la Seda y las perspectivas de participación que ofrece a América Latina, fue documental con diseño bibliográfico, se abordó el análisis político y epistémico de la investigación, considerando el método hermenéutico, lo que permitió construir la reflexión teórica explicativa de la significación de la Nueva Ruta de la Seda para el fortalecimiento económico global y del orden internacional multipolar, así como identificar las oportunidades de relacionamiento internacional para América Latina con la nación emergente de mayor dinamismo, en el contexto del proyecto estratégico que sustentará el desarrollo euroasiático de las próximas décadas.
1 Moncada (2011). Deng Xiaoping impulsa una política exterior basada en cinco principios de coexistencia pacífica: respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial, no agresión mutua, no interferencia en los asuntos internos de otros países, igualdad y beneficio mutuo, y coexistencia pacífica. Fue conocida como la estrategia de los 28 caracteres de Deng Xiaoping y su objetivo fue crear un ambiente propicio en el exterior para alimentar el desarrollo económico en el interior. Importar tabla
2 Wu Li, et al. (2010). Economía China. China Intercontinental Press.
3 Acuña (2016). Durante los años 2013-2015 se establece una experiencia de cooperación académica entre la Universidad del Zulia y el Parlamento Latinoamericano (PARLATINO) cuyo producto son tres documentos sobre la realidad latinoamericano-caribeña, que versan sobre la crisis económica internacional, las relaciones América Latina y China, y la industrialización latinoamericana, con el objeto de socializar el esfuerzo conjunto de la Universidad del Zulia y el Parlamento Latinoamericano, en su propósito de discutir y formular propuestas sobre Latinoamérica y el Caribe para contribuir con las decisiones de acción política regional. Así mismo, desde 2016 se crea la catedra de Economía china y se da inicio al proyecto de investigación “Relaciones económicofinancieras entre América Latina y el Caribe y la República Popular China. Presente y perspectivas”. Importar tabla
2. El nuevo paradigma de desarrollo de la República Popular China
El ascenso de la República Popular China como líder emergente en la geopolítica global4, ha estado direccionado por un ambicioso programa de reformas económicas y una transformación de la diplomacia china que ha convertido a Asia en punto focal y prioritario de su estrategia. A través de una serie de iniciativas de integración subregional que vinculan seguridad y desarrollo económico, se impulsa la reconfiguración del orden regional, sentando las bases de una redefinición de Asia como espacio geopolítico que tendrá importantes implicaciones para el equilibrio global de poder (Delage, 2015). A los efectos referidos, la RPC ha puesto en marcha una ambiciosa agenda de cooperación económica, el desarrollo de infraestructuras de interconexión y un esquema de seguridad colectiva regional.
La consolidación de la influencia china en Asia es considerada como esencial para su ascenso como gran potencia. En este sentido se identifican cinco tendencias a largo plazo en las relaciones internacionales de la RPC: la evolución hacia un mundo multipolar; el mantenimiento de la globalización económica; un contexto general orientado a la paz y el desarrollo; una dirección hacia la reforma del sistema internacional; y la creciente prosperidad en la región del Asia-Pacífico.
La RPC desde 2013 con la dirección de Xi Jinping, establece la necesidad de construir una arquitectura panasiática que permita la interdependencia de la República Popular China con las economías de su entorno para promover una vinculación entre prosperidad y seguridad, para ello propone que se acelere la conectividad de sus infraestructuras, se establezcan zonas de libre comercio, se amplié la cooperación en comercio e inversiones, y se construya un nuevo modelo de integración económica regional. A esta asociación estratégica, la denomina “comunidad de destino compartido”.
Tres grandes proyectos definen esta estrategia: el “Corredor Económico de la Ruta de la Seda”, a través de Asia central; la “Ruta de la Seda Marítima para el siglo XXI”, que enlazaría China con el sureste asiático y con el océano Índico; y el corredor económico que vincularía a Bangladesh, China, India y Myanmar (BCIM), acercando China a Asia meridional, de esta manera se suman las distintas subregiones asiáticas, orientándose en una doble dirección: continental (atravesando Eurasia), y marítima (acercando el Pacífico y el Índico)5. La franja económica propuesta está considerada como el mayor corredor económico del mundo (y potencialmente el más dinámico) y conectará la región del Asia-Pacífico en el este con las economías europeas desarrolladas en el oeste.
La Franja Económica de la Ruta de la Seda tiene tres direcciones: la primera parte del noroeste y nordeste de China, pasa por Asia Central y Rusia, llega a Europa y el mar Báltico; la segunda parte del
noroeste de China, llega al golfo Pérsico y el mar Mediterráneo, vía Asia Central y Asia Occidental; la tercera se inicia en el suroeste de China y termina en el océano Índico atravesando la península Indochina.
La Ruta de la Seda Marítima contempla tejer una red de mercados interconectados que enlacen la Asociación de Naciones del Sureste Asiático, el sur de Asia, Asia Occidental, el norte de África y Europa, así como una asociación estratégica para el Mar Meridional de China y los océanos Pacífico e Índico. Tiene dos direcciones fundamentales: la primera parte de los puertos de la costa china, pasa por el Mar Meridional de China y el estrecho de Malaca hasta el océano Índico, prolongándose hasta Europa; la segunda, parte de los puertos del litoral chino, pasa por el Mar Meridional de China y se extiende hacia el Pacífico Sur. En base a estas cinco direcciones y según las prioridades de la cooperación en la construcción conjunta de “la Franja y la Ruta” y su distribución en el espacio, China ha formulado un marco de cooperación consistente en “seis corredores, seis rutas, múltiples países y múltiples puertos”.
Los “seis corredores” se refieren a los seis grandes corredores de cooperación económica internacional: China-MongoliaRusia, China-Asia Central-Asia Occidental, China- Península Indochina, China-Pakistán, Bangladesh-China-la India-Myanmar, así como el Nuevo Puente Continental Euroasiático. Las “Seis Rutas” se refieren a los ferrocarriles, las carreteras, el tráfico marítimo, la aviación, los oleoductos, gasoductos y la
red de información espacial, que constituyen el contenido principal de la interconexión e intercomunicación en infraestructuras.
Por “múltiples países” se entiende el primer grupo de países en realizar la cooperación. “Múltiples puertos” se refiere a varios puertos de cooperación que garantizan la fluidez y la seguridad de una gran vía de transporte por el mar, que garantice la construcción conjunta de ciudades para la cooperación marítima6. En apoyo a estas iniciativas, se creó Fondo de la Ruta de la Seda con un aporte de China de 40.000 millones de dólares. El fondo apoya el desarrollo de infraestructuras y recursos y la cooperación industrial de los países por los que discurren las variantes terrestre y marítima de la Ruta de la Seda7.
4 La manifestación más obvia de esas nuevas capacidades es económica: en 2010, el PIB chino superó al de Japón, lo que transformó la jerarquía asiática de los últimos cien años y situó a la República Popular China como segunda economía del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos.
5 Agencia de Noticias Xinhua de China (2017). (Franja y Ruta) Enfoque de China: Discurso de Xi Jinping inyecta nuevo ímpetu a Iniciativa de Franja y Ruta. Disponible en http://spanish.xinhuanet.com/temas/franja2016/ index.htm Importar tabla
3. Una convocatoria global para la cooperación
En el año 2013, el presidente de la República Popular China Xi Jinping en la ciudad de Astaná, Kazajistán, anuncia el inicio del proyecto One Belt One Road (OBOR) también denominado Nueva Ruta de la Seda (NRS), proyecto geopolítico destinado a interconectar Europa, Asia y África retomando la antigua Ruta de la Seda que iniciaba en la ciudad de Chang`an (actual Xi’an) y que fue explotada comercialmente desde el siglo I a. C. hasta alrededor de 1453. 8 Se formuló como propuesta de construcción conjunta de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI y se conoce como “la Franja y la Ruta” (gráfico 1).

De acuerdo a la Oficina del Grupo Dirigente de Fomento de la Construcción de la Franja y la Ruta (2017:1) “se trata de un proyecto chino basado en la defensa de un sistema económico mundial de tipo abierto y la materialización de un desarrollo diversificado, independiente, equilibrado y sostenible; es también una propuesta china destinada a profundizar la cooperación regional, reforzar el intercambio y el aprendizaje mutuo entre las civilizaciones y mantener la paz y la estabilidad en el mundo para impulsar el desarrollo imparcial, justo y razonable del sistema de gobernanza económica mundial”.
Señala Gutiérrez (2016) que la NRS comenzó a ser desarrollado como proyecto a finales del primer trimestre de 2015 por la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de la RPC, concibiéndole como una Red Transeuroasiática de corredores económicos y rutas comerciales marítimas, con un costo estimado de 1.400 billones de dólares lo que representa 12 veces el Plan Marshall (120 billones de US$ al precio actual). Fue planteada con la intención de construir un nuevo puente terrestre en Eurasia y desarrollar los corredores económicos de ChinaMongolia-Rusia; China-Asia Central-Asia Occidental; la península Indochina-China;
China-Pakistán, y Bangladesh-ChinaIndia-Myanmar, aprovechando las rutas de transporte internacionales existentes y apoyándose en la plataforma infraestructural presente a lo largo de los países que atraviesa, es decir, sus parques industriales, clústeres, carreteras y zonas de libre comercio implementadas en cooperación conjunta.
Inspirada en las históricas rutas comerciales marítimas que conectaban con Europa al Asia, la Nueva Ruta de la Seda está planeada para extenderse a países con volúmenes comerciales crecientes, con una red de puertos e infraestructura logística extendida por Asia, África y el Mar Mediterráneo, pero que pretende llegar también a América y Oceanía, continentes no contemplados en la ruta antigua original. De acuerdo a Larkin (2015) la infraestructura a ser desarrollada cuenta con el financiamiento por parte del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (AIIB) y contempla proveer infraestructura e inversión, haciendo uso de las reservas concentradas en la zona y resolviendo con ello necesidades de instalaciones y conectividad como carreteras, aeropuertos, puertos, trenes, líneas, oleoductos, gasoductos, parques industriales, banda ancha, zonas económicas especiales, entre otros. La NRS está concebida en dos dimensiones: Euroasiática (con una participación de 75 países de la zona) y Global, cuyo espectro alcanza a un importante número de territorios en el resto de los continentes (América, África, Oceanía).
6 Oficina del Grupo Dirigente de Fomento de la Construcción de la Franja y la Ruta (2017). Construcción conjunta de “la Franja y la Ruta”: Concepto, práctica y contribución de China.
7 Agencia de Noticias Xinhua de China (Franja y Ruta) Glosario de la Iniciativa de la Franja y la Ruta. http:// spanish.xinhuanet.com/2017-05/06/c_136261878.htm. Consultado el 04/04/18.
8 La ruta de la seda debe su nombre a la mercancía de mayor importancia que se distribuía en el circuito comercial que conectaba China, Pakistán, Persia, Tayikistán, Uzbekistán, Siria, Egipto, Rusia, Constantinopla (Turquía) con Europa y África Oriental. Además de la seda, se transaban en ella piedras y metales preciosos, lana, lino, ámbar, marfil, especias, porcelana, vidrio, laca, manufacturas diversas, entre otras.
4. Marco institucional para la cooperación
En el documento “Construcción conjunta de “la Franja y la Ruta”: Concepto, práctica y contribución de China” (2017) se explican los arreglos institucionales adelantados por la RPC y los países interesados en formar parte del proyecto de “la Franja y la Ruta”, a saber: en julio de 2015, los jefes de Estado de los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghai emitieron la Declaración de Ufa apoyando la propuesta china acerca de la construcción de la Franja Económica de la Ruta de la Seda, en noviembre de 2016, 193 países miembros de la Organización de las Naciones Unidas aprobaron unánimemente una resolución de acogida de propuestas de cooperación económica como la construcción conjunta de “la Franja y la Ruta”, haciendo un llamamiento a la comunidad internacional para que proporcione un entorno de garantía de seguridad a su construcción, en marzo de 2017, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó unánimemente la Resolución Nº. 2344 e hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que fortalezca la cooperación económica regional a través de la construcción de “la Franja y la Ruta”.
Adicionalmente China ha firmado documentos de cooperación en relación a la construcción conjunta de “la Franja y la Ruta” con el Programa de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo (PNUD), la Comisión Económica y Social para Asia y el Pacífico (CESPAP) y la Organización Mundial de la Salud (OMC), suscrito el programa de construcción del Corredor Económico China-Mongolia-Rusia y los documentos de cooperación para la conexión entre China y Kazajistán, Bielorrusia y Chequia, y programas con Laos, Camboya, Bangladesh, Tayikistán, Arabia Saudita, Polonia, Hungría y otros países.
En el Cuadro 1 se señalan los objetivos, estrategias y políticas contempladas en los acuerdos de cooperación establecidos entre la RPC y los países e instituciones que se incorporan al proyecto de la Franja y la Ruta de la Seda.
| Objetivos | Estrategias y Políticas |
| Fomentar la interconexión e inter- • comunicación en infraestructuras • | Conectar planes de construcción Enlazar sistemas de tecnología de calidad |
| • | Fomentar la facilitación del transporte |
| • | Promover la construcción de proyectos |
| • | Conectar instalaciones de energía |
| • | Construir redes de información |
| Elevar el nivel de cooperación • en economía y comercio • | Estrechar vínculos económicos y comerciales Construir una red de zonas de libre comercio a lo largo de “la Franja y la Ruta |
| • | Promover la facilitación del comercio |
| Ampliar la cooperación en capaci- • dad de producción e inversiones • | Ampliar la cooperación en capacidad de producción Ampliar los consensos de cooperación |
| • | Construir en conjunto plataformas de cooperación |
| • | Fomentar la facilitación de las inversiones |
| Extender los espacios de • cooperación financiera | Fortalecer la conexión de los mecanismos de cooperación financiera |
| • | Crear plataformas de cooperación de nuevo tipo e innovar los mecanismos de financiación |
| • | Profundizar la cooperación de los organismos y mercados financieros |
| • | Ampliar el intercambio de divisas locales y la liquidación transfronteriza |
| • | Reforzar la cooperación en supervisión y control financiero |
| Reforzar la cooperación en mate- • ria de protección medioambiental • | Construir plataformas de cooperación Impulsar la cooperación hídrica |
| • | Reforzar la cooperación sobre protección forestal y vida salvaje |
| • | Promover la inversión y financiación verde |
| • | Responder al cambio climático |
| Impulsar de modo ordenado • la cooperación marítima • | Cooperación para la interconexión y la intercomunicación Cooperación en materia de economía marítima |
| • | Cooperación en aplicación de la ley y seguridad marítima |
| • | Construcción de mecanismos de colaboración |
| Profundizar el intercambio y la • cooperación en humanidades, • ciencias sociales y otros campos • | Cooperación en materia de educación y cultura Cooperación científica y tecnológica Cooperación turística |
| • | Cooperación en materia de salud |
| • | Auxilio a damnificados y ayuda y reducción de la pobreza |
| • | Facilitación de la circulación de personas |
5. América Latina y el desafío euroasiático
En la actualidad, el contexto y orden internacional atraviesan un proceso de grandes cambios y reajustes. Los países emergentes desempeñan un papel cada vez más importante en los asuntos internacionales y la correlación de las fuerzas internacionales se dirige rumbo a una simetría relativa, con tendencia a la multipolarización9, reestructuración de las relaciones internacionales, y la recomposición del orden político-económico internacional.
En este contexto, América Latina registra una tendencia de ascenso en el sistema internacional, posicionándose entre las economías emergentes y fortaleciendo la integración regional. Países latinoamericanos son miembros del Grupo de los 20 (G20), y de otras organizaciones multilaterales, Brasil, Argentina, Chile, Venezuela, Colombia, México y Perú tienen rol protagónico en el concierto internacional, organizaciones regionales constituyen una nueva institucionalidad para el relacionamiento global, la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Alianza del Pacífico (AP). El esfuerzo mancomunado por la cooperación regional permitió la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), lo que muestra un nuevo contexto de cooperación regional en Latinoamérica.
Explica Xiaoping (2014) que en este escenario, la RPC Y AL, perfeccionan el mecanismo de consulta y diálogo bilateral, mantienen una estrecha cooperación en el marco multilateral de la ONU, G20, BRICS10, otros organismos y foros internacionales, con el objeto de establecer posiciones comunes relativas a problemas de carácter global como la crisis financiera internacional, calentamiento climático global, seguridad energética y alimentaria, Plan del Milenio, en salvaguarda de los intereses comunes de los países en desarrollo.
De acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China, en el año 2008, el Gobierno chino publicó el primer Documento sobre la Política de China hacia América Latina y el Caribe (ALC), en el que planteó el objetivo de establecer la asociación China-ALC de cooperación integral basada en igualdad y beneficio recíproco y desarrollo conjunto. Dando continuidad al fortalecimiento de esta relación, en el año 2015, se realizó el Foro entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Foro China-CELAC), que dio lugar a la adopción del Plan de Cooperación China - Estados
Latinoamericanos y Caribeños (2015-2019) constituyéndose en una nueva plataforma para la cooperación China-ALC11.
Con el proyecto de la Franja y la Ruta de la Seda se ofrece a América Latina una oportunidad de consolidar el nuevo relacionamiento internacional de la región, América Latina y la región del Caribe son un importante mercado emergente que desde la primera década del siglo XXI construye una relación de cooperación estratégica con la RPC.
En la Segunda Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Foro CELACChina realizada en Santiago de Chile en enero de 2018, Alicia Bárcenas, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, presentó el documento “Explorando nuevos espacios de cooperación entre América Latina y el Caribe y China” haciendo referencia a la propuesta china de la Franja y la Ruta “Cuando Xi Jing Ping lanzó en 2013, la iniciativa de la Franja y la Ruta, algunos en nuestra región pensaron que era difícil participar por nuestra distancia territorial, cultural y lingüística. Pero China con gran resolución ha reiterado la importancia de incluir a nuestra región”.
En este orden de ideas Bárcenas (2018) expone las razones por las cuales el proyecto de la Franja y la Ruta es una oportunidad para el crecimiento y la participación de América Latina en la economía global, identificando la importancia de esta iniciativa para la región de acuerdo a los estudios adelantados por CEPAL12, a saber:
a) dinamizará las economías de Asia y Europa, lo que beneficiará a las exportaciones de América Latina y el Caribe,
b) acortara la gran distancia terri-torial que nos separa mediante una mejor conectividad aérea, marítima y especialmente digital para estrechar nuestros vínculos comerciales, de inversión, de turismo y de cultura,
c) fomentará la cooperación en los ámbitos industrial, tecnológico, e innovación en energía sostenible, transporte eléctrico y en industrias 4.0,
d) posibilitará la reestructuración de la deuda y otorgamiento de créditos concesionales a CARICOM y la creación de un fondo de resiliencia que promueva infraestructura para adaptarse al cambio climático,
e) promoverá una nueva agenda urba-na que incluya cooperación en temas sociales para eliminar la pobreza en todas sus formas hacia el 2030.
Las relaciones entre la RPC y ALC, arrojan un balance positivo en las primeras décadas del siglo XXI, en relación al incremento del intercambio comercial y de la inversión extranjera china como se evidencia en la Tabla 2, sin embargo, aún están presentes limitaciones propias de los rasgos estructurales de las economías regionales históricamente orientadas a la producción y exportación de materias primas. Ello se evidencia en la concentración de exportaciones latinoamericanas hacia la RPC y la concentración de la inversión extranjera, tanto sectorial como por países como se muestra en la Tabla 3.


La importancia global de la Franja y la Ruta ofrece la posibilidad de enfrentar desafíos comunes a la RPC y ALC, fundamentados en propósitos compartidos relativos a democratización de las relaciones internacionales, la cooperación y el beneficio mutuo, entre las más significativas podemos señalar: transformar el patrón de intercambio de materias primas por manufacturas que ha caracterizado el comercio entre la región y China, diversificar los flujos de comercio e inversión extranjera, promover mayores inversiones chinas en sectores con alto contenido tecnológico, fortalecer el potencial de América Latina como proveedor de alimentos de alta calidad para China propiciando la transferencia tecnológica, diversificar las inversiones chinas para generar cadenas de valor con empresas chinas, entre otras.
9 Xiaoping, Song et al. (2014). Las relaciones entre China y América Latina y los enigmas de los lazos históricos. Argentina. Universidad Nacional de La Plata. pp. 20. “La tendencia de la multipolarización promueve en gran medida el multilateralismo y la democratización de las relaciones internacionales, ejerciendo impactos de largo alcance sobre la evolución y reestructuración del contexto y orden internacional, que se caracteriza por la interdependencia y cooperación entre los diversos países. La conciencia de apoyo recíproco y beneficio mutuo va ganando cada vez más terreno. Ante la profundización de la globalización económica, los diversos países se esfuerzan por reajustar la estructura económica, promover la conversión del modelo de desarrollo, impulsando paulatinamente la reforma del sistema económico-financiero internacional”.
10 Alexander, N. (2011) Introducción al G20. Heinrich Boll Foundation Estados Unidos. “El G20 es el grupo de países integrado por los miembros del G8, que incluyen a Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia, además Arabia Saudita y Australia, nueve países de mercados emergentes: Argentina, Brasil, China, Corea del Sur, India, Indonesia, México, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea. El BRICS es el grupo de economías emergentes constituido por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Importar tabla
11 Foro China CELAC Plan de Cooperación (2015-2019) Disponible en http://www.chinacelacforum.org/esp/ zywj_4/t1230945.htm
12 CEPAL (2018). Explorando nuevos espacios de cooperación entre América Latina y el Caribe y China. Segunda Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Foro CELAC – China. Intervención de Alicia Bárcenas, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL. Santiago de Chile. Disponible https://www.cepal.org/es/discursos/segundareunion-ministros-relaciones-exteriores-foro-celac-china.
6. Conclusiones
En el año 2013, se anuncia el inicio del proyecto One Belt One Road (OBOR) también denominado Nueva Ruta de la Seda (NRS), proyecto geopolítico destinado a interconectar Europa, Asia y África retomando la antigua Ruta de la Seda que iniciaba en la ciudad de Chang`an (actual Xi’an) y que fue explotada comercialmente desde el siglo I a. C. hasta alrededor de 1453.
Se formuló como propuesta de construcción conjunta de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda del Siglo XXI y se conoce como “la Franja y la Ruta”. Obedece a las trasformaciones políticas, económicas y sociales que emprende la República Popular China, con la política de reforma y apertura al exterior iniciada por Deng Xiaoping en 1978, y constituye un hito histórico que redefine la concepción política y económica del modelo de crecimiento chino y su relacionamiento con el resto del mundo.
Convierte a Asia en punto focal y prioritario de su estrategia a través de una serie de iniciativas de integración subregional que vinculan seguridad y desarrollo económico, se impulsa la reconfiguración del orden regional, sentando las bases de una redefinición de Asia como espacio geopolítico que tendrá importantes implicaciones para el equilibrio global de poder.
La Nueva Ruta de la Seda está concebida en dos dimensiones: Euroasiática (con una participación de 75 países de la zona) y Global, cuyo espectro alcanza a un importante número de territorios en el resto de los continentes (América, África, Oceanía). América Latina registra una tendencia al ascenso en el sistema internacional, posicionándose entre las economías emergentes y fortaleciendo la relación con la República Popular China. En este contexto, en los años 2015 y 2018, se realizaron el primer y segundo Foro entre China y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Foro China-CELAC) respectivamente, constituyéndose en una plataforma para la cooperación China-ALC.
Las relaciones entre la RPC Y ALC, arrojan un balance positivo en las primeras décadas del siglo XXI, sin embargo, aún están presentes limitaciones propias de los rasgos estructurales de las economías regionales históricamente orientadas a la producción y exportación de materias primas. Con el proyecto de la Franja y la Ruta de la Seda se ofrece a América Latina una oportunidad de consolidar el nuevo relacionamiento internacional de la región, transformar el patrón de intercambio y diversificar los flujos de comercio e inversión extranjera.
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