Resumen:
La innovación social es una cuestión que en las últimas décadas ha adquirido un interés creciente por parte tanto del mundo académico como por parte de actores sociales que prestan atención a la cobertura de necesidades y demandas sociales. Sin embargo, la innovación social plantea problemas en la construcción de su corpus teórico (en lo relativo a fundamentos de carácter conceptual y metodológico) que se traduce en dificultades de carácter praxeológico. Contribuir a esta fundamentación es una necesidad de primer orden para avanzar en la construcción de una agenda coherente en el campo de la innovación social. Es especialmente urgente abordar déficits identificados en tres focos: a) el ámbito de la consolidación de una definición canónica; b) aspectos metodológicos orientados a la facilitación de procesos; y c) la identificación de determinantes y condicionantes de la emergencia de procesos de innovación social. Este trabajo pretende avanzar en este sentido, utilizando como referencia el contexto de las organizaciones complejas, especialmente del Tercer Sector. Esta elección se debe a que la bibliografía confirma que son actores especialmente privilegiados en la facilitación de este tipo de procesos. La opción metodológica elegida es la aplicación de un enfoque de Teoría Fundamentada que ha sido triangulada mediante la aplicación de un panel DELPHI. Entre los principales logros alcanzados en el trabajo llevado a cabo es, como se ha dicho, la elaboración de un modelo teórico de explicación de los procesos de innovación social intencional, así como la identificación de sus principales capacidades relacionadas, a partir de las cuales se puede llevar a cabo el diseño de una herramienta de medición de la innovación social en organizaciones complejas del Tercer Sector.
Palabras clave: Innovación Social, Tercer Sector, modelos de innovación social, capacidades de innovación social.
Abstract:
Contributing to this foundation is a necessity of the first order to advance in the construction of a coherent agenda in the field of social innovation. It is especially urgent to address deficits identified in three foci: a) the scope of the consolidation of a canonical definition; b) methodological aspects aimed at facilitating processes; and c) the identification of determinants and conditioning factors of the emergence of social innovation processes. Social innovation is an issue that in recent decades has acquired growing interest both from the academic world and from social actors who pay attention to meeting social needs and demands. However, social innovation raises problems in the construction of its theoretical corpus (in relation to foundations of a conceptual and methodological nature) that translates into difficulties of a praxeological nature. Contributing to this foundation is a necessity of the first order to advance in the construction of a coherent agenda in the field of social innovation. It is especially urgent to address deficits identified in three foci: a) the scope of the consolidation of a canonical definition; b) methodological aspects aimed at facilitating processes; and c) the identification of determinants and conditioning factors of the emergence of social innovation processes. This work aims to advance in this sense, using as a reference the context of complex organizations, especially in the Third Sector. This choice is due to the fact that the bibliography confirms that they are especially privileged actors in facilitating this type of process. The methodological option chosen is the application of a Grounded Theory approach that has been triangulated through the application of a DELPHI panel. Among the main achievements in the work carried out is, as has been said, the elaboration of a theoretical model to explain the processes of intentional social innovation, as well as the identification of its main related capacities, from which can carry out the design of a tool for measuring social innovation in complex Third Sector organizations.
Keywords: Social Innovation, Third sector, social innovation models, social innovation capabilities.
Artículos
Medir la capacidad de innovacion social en organizaciones complejas del tercer sector
Measure the capacity of social innovation in complex organizations of the third sector
Recepción: 30 Noviembre 2019
Aprobación: 16 Abril 2021
La innovación social (en adelante IS), tanto desde el punto de vista académico como de su aplicabilidad en procesos más o menos planificados se ha convertido en centro de atención por una multitud de actores (que van desde el ámbito científico, la administración pública, los sectores económicos o los sectores de acción social) (Avelino et al., 2017; Van der Have y Rubalcaba 2016).
Existen evidencias suficientes acerca de la utilidad práctica de este tipo de fenómenos, ya que permiten abordar de manera eficaz y eficiente necesidades y demandas sociales, generando profundas transformaciones en el seno de las sociedades en las que emergen.
Sin embargo, frente a esta certeza contrastada mediante la práxis, se pueden identificar múltiples dudas (de carácter teórico y metodológico) en la fundamentación de estos procesos. Hay un consenso más o menos generalizado de que la IS precisa de una agenda de investigación y sistematización que ayude a consolidar un corpus de conocimiento, ya que en la actualidad este ámbito se caracteriza por una enorme diversidad y disparidad de elementos de carácter conceptual, metodológico y procesual, en parte debido a su carácter interseccional a múltiples disciplinas y áreas de aplicación (Westley, 2013; Van der Have y Rubalcaba, 2016).
En torno a la IS se han generado números y altas expectativas generadas en cuanto a su capacidad de mejorar las condiciones de vida de la población, lo que sirve como clara justificación para abordar tareas que permitan articular las necesidades de fundamentación teórica y de aplicabilidad (Westley 2013, Haxeltine et al., 2013, Cajaiba-Santana 2014, van der Have y Rubalcaba 2016).
Una propuesta en este sentido es la que se presenta a continuación, encuadrado en lo que hemos denominado “Modelo de Capacidades de Innovación Social en Organizaciones Complejas” (Hernández -Ascanio, 2020). Este modelo pretende ser un intento aproximativo de fundamentación teórica y modelización de la IS, utilizando para ello un análisis de Teoría Fundamentada. En última instancia, este trabajo tiene como objetivo facilitar un modelo interpretativo de los procesos de IS, que además tenga capacidad para orientar la implementación de procesos de IS intencional en el contexto de organizaciones complejas.
Para ello, este trabajo intentara explicitar un modelo de IS prestando especial atención a tres cuestiones básicas: a) La fundamentación conceptual acerca de lo qué es y supone la IS; b) la presentación de un proceso sistematizado de generación de IS; y c) la identificación de condiciones necesarias para la emergencia de IS desde el punto de vista interno de las organizaciones, entendidas estas condiciones en términos de “capacidades”. La identificación de estas capacidades y su operativización, de tal forma que sirvan como referencia en la medición de la capacidad potencial de IS en una organización y la correlación con la producción real de innovaciones que esa misma organización lleva a cabo. Esto permitirá una asunción más estratégica de la IS desde una perspectiva intencional, algo que hasta el momento resultaba altamente difícil.
La innovación social (en adelante IS) es, desde hace mucho tiempo, uno de los campos que ha atraído más la atención no sólo por parte del mundo académico sino también por parte del sector económico y del emprendimiento, de la sociedad civil y, aunque de forma más tardía, de la administración (Marques, Gerry, Diniz, y Ferreira, 2012; Nicholls y Murdock, 2012; Kirwan, Ilbery, Maye y Carey y 2013; Cajaiba-Santana, 2014; Nicholls, Simon, Gabriel, y Whelan, 2016).
Pese a este aumento del interés, hasta el momento ha sido imposible establecer algo que se asemeje ya sea a una teoría general o teorías parciales sobre la IS, de tal forma que puedan ser asumidas de forma generalizada por los diferentes actores interesados por este ámbito. En el momento actual, se puede constatar claramente que se está llevando a cabo una intensa labor para dotar de fundamentos teóricos y metodológicos a este campo, con una doble finalidad. Por un lado, dotar de los recursos teóricos y conceptuales necesarios para alcanzar una mayor y mejor comprensión de este fenómeno. Por otro, proporcionar instrumentos eficaces para la investigación empírica en este campo y la facilitación de procesos relacionados con el mismo (ya sea en el ámbito organizacional, comunitario o societario) (Nicholls et al., 2016).
Encuadrado en estos intereses, descubrimos que en el momento presente predominan una serie de tendencias, aunque adolecen de una adecuada articulación entre sí. Son tres los puntos focales en los que se están planteando avances: a) en primer lugar, en la dirección de fundamentar el campo mediante la proposición y consolidación de un corpus teórico centrado en definiciones sustantivas de qué es la IS y cuáles son sus principales características y atributos. La diversidad de perspectivas en el análisis y la amplitud de criterios para su formulación han condicionado tradicionalmente la elaboración de definiciones de carácter estandarizado; b) en segundo lugar, avanzar en la modelización de los procesos de IS, especialmente desde el punto de vista aplicado. Un esfuerzo considerable de las investigaciones ha ido orientado a comprender los patrones y las etapas que marcan el desarrollo de la IS; y c) en último lugar, propuestas de integración de las dos líneas anteriores (Murray, Caulier-Grice y Mulgan, 2010; Nicholls et al., 2016; Tepsie, 2014; Adams y Hess, 2010; Howaldt, J. y Schwarz, M. (2010a); Bassi, 2011; Hochgerner, 2011; Marques et al., 2012; Cajaiba-Santana, 2014). Junto con esto, ha habido también interesantes intentos por explicar cómo ocurre la IS, que se han llevado a partir de la extrapolación de modelos utilizados para explicar la innovación en general (Mulgan y Albury, 2003; West, 2003). Esta opción, sin embargo, dificulta la posibilidad de poder identificar las peculiaridades propias de la IS.
En paralelo a las tres tendencias anteriormente señaladas, también nos encontramos con un interés creciente por los diferentes aspectos de la métrica asociados a este tipo de procesos. Son relativamente frecuentes los intentos por elaborar índices o herramientas de medición, especialmente asociados a la dimensión territorial, aunque ocurre así con la medición de la capacidad de IS en organizaciones (TEPSIE, 2014).
Una de las principales dificultades identificadas para la elaboración de una agenda de investigación y desarrollo en el ámbito que nos ocupa, es la aparente incapacidad demostrada hasta el momento a la hora de conceptualizar de forma clara lo que es y lo que implica la IS. En trabajos previos, (Hernández – Ascanio, Tirado y Montes, 2016) se ha podido poner de manifiesto el hecho de que, a pesar del interés creciente por este campo de estudio, la mayor parte de los abordajes se lleva a cabo de forma fragmentada (disciplinar y metodológicamente) así como sin un diálogo visible con la práxis social desarrollada en torno a este ámbito. Aunque las investigaciones sobre IS han producido estudios sólidos, se consolida una tendencia a realizar análisis de casos y descripciones post hoc frente a trabajos de conceptualización o modelización.
El trabajo de Kristen, P. et al. (2016) aporta una serie de importantes hallazgos para tener en cuenta de cara a comprender la configuración actual del campo de estudio que nos ocupa. En primer lugar, ningún enfoque disciplinario único domina la literatura, aunque la economía y los estudios sobre negocio y emprendimiento social contribuyen con un número significativo de resultados. Junto a estos, hay una alta producción en disciplinas como la ecología ambiental, psicología, administración pública, ingeniería o ciencias sociales.
En segundo lugar, se identifican cinco comunidades o enfoques distintos, que a su vez se relacionan por un alto grado de inter-citación a partir de un número reducido de autores.
La literatura sobre la temática está fuertemente fragmentada, ya que las cinco comunidades de investigación emanan de distintas tradiciones disciplinarias y solo están vagamente conectadas por citas. Este hecho pone de manifiesto que el término ‘innovación social’ está siendo aplicado en diferentes disciplinas y contextos, con poco intercambio de ideas a través de estos grupos intelectuales. Las conexiones entre las comunidades de investigación se manifiestan generalmente a través de citas comunes de publicaciones mucho más antiguas o citas a través de los principales autores que actúan como referencia dentro de cada comunidad o enfoque.
En este escenario, uno de los principales retos a la hora de consolidar un campo de investigación en este campo sería ir avanzando en las siguientes direcciones: a) una definición concreta de IS y de sus componentes que tenga un significativo grado de aceptación entre la comunidad académica y los sujetos que se dedican a la práctica de la IS; b) un marco teórico que sustente la propuesta;
c) una delimitación de los objetivos a cubrir por parte de estos procesos; d) una caracterización de los actores participantes así como de las relaciones entre los mismos; e) una sistematización de las prácticas y de sus contenidos; f) una caracterización del proceso en términos de etapas y fases; y g) una delimitación de los resultados con especial énfasis a su carácter de impacto.
En la mayoría de las ocasiones, lo único que es posible encontrar son aproximaciones parciales, centradas en alguna de las dimensiones anteriormente señaladas. A continuación, vamos a profundizar en el desarrollo de tres de ellas, por considerar que tienen especial relevancia, ya sea por carácter de fundamentación (la definición de IS), por su carácter praxeológico (los modelos sobre la IS) o por la posibilidad de hacer una prospectiva (la métrica de la IS).
Si analizamos la conceptualización de la IS desde el punto de vista paradigmático, es posible identificar dos grandes orientaciones: a) un enfoque en el que prevalece el carácter tecnocrático y b) una orientación en la que el foco principal recae sobre la consideración de los aspectos democráticos. El primer enfoque está fuertemente enraizado en posturas de orientación neoliberal, que si bien, aparentemente, hace apología del empoderamiento comunitario, en realidad con lo que nos encontramos es con una revalorización del papel experto – tecnológico (tanto en el ámbito del gobierno como de la política pública) con el interés principal de desactivar cualquier conato de disidencia política. Este enfoque enmascara la tendencia a un aumento de la jerarquización social tras un falso discurso de conformidad con los procesos de participación social.
Por su parte, la orientación de carácter democrática, cuyas posiciones tienen como objetivo proponer modelos alternativos al neoliberalismo, no se reduce a la promoción de la participación comunitaria, sino que también reivindica todo un proceso de puesta en valor del conocimiento producido comunitariamente, otorgándole el mismo valor que al conocimiento experto (Moulaert y Van Dyck 2013) Además, esta orientación democrática parte de la presunción de que la IS puede servir como estrategia optima con la que repolitizar espacios sociales que han sido neutralizados por los planteamientos neoliberales, promoviendo de esta manera una distribución horizontal y colaborativa del poder en la sociedad.
No puede decirse que exista un consenso a la hora de abordar una formulación canónica sobre qué es, que supone y cómo se comporta la IS. Sin embargo, desde la práctica social sí existe un acuerdo tácito compartido acerca de cuáles son los rasgos que deben estar presentes en este denominativo, de tal forma que podemos hablar de un proceso de conceptualización que se ha llevado a cabo por “oleadas” y se ha ido independizando progresivamente de los modelos de innovación tradicional. Una sistematización y análisis de las principales conceptualizaciones en la materia y sus implicaciones se pueden encontrar en Hernández-Ascanio et al. (2016).
Como resumen de todo lo expuesto anteriormente podemos afirmar que la formulación de la IS se lleva a cabo mediante la utilización de conceptos de carácter abierto y flexible cuyo trasfondo se sitúa en la posibilidad de establecer nuevos tipos de vínculos entre actores sociales y nuevas formas de participación de estos. Esto posibilita que los actores sociales se sitúen de manera diferente ante los problemas o las necesidades (y ante su resolución) mejorando su capacidad de gestión de la situación. Esta nueva manera de situarse está claramente motivada por la intención de mejorar las condiciones de vida de los individuos y tienen como resultado la generación de valor social.
Frente a la sobreabundancia de definiciones existentes en torno a qué es la IS, nos encontramos con un claro déficit de modelos con un nivel mínimo de rigurosidad.
La diversidad de perspectivas en el análisis y la amplitud de criterios para la valoración condicionan el estudio del campo de la IS.
La revisión de la literatura pone de manifiesto que la mayoría de las investigaciones se centran en estudios de caso individuales, por lo que resulta difícil proyectar modelos.
Al igual que ocurre con la innovación en general, los investigadores han centrado la mayor parte de su esfuerzo en comprender los patrones y las etapas que marcan el desarrollo de la IS, centrándose especialmente en los momentos tempranos en los que se producen la ideación y la creatividad o en las etapas últimas en las que se lleva a cabo la difusión y el escalamiento. Entre estos dos grandes momentos nos encontramos con un vacío en los estudios, dejando sin resolver las fases de cuyo contenido es la aplicación, en la cual las nuevas ideas generadas se convierten en útiles y se hacen sostenibles en sus diferentes dimensiones (Caulier – Grice, J. et al, 2012).
A pesar de esta realidad, en este estudio creemos que es necesario acercarse al debate relacionado con los modelos que intentan representar el desarrollo de la IS, para tratar de extraer las constantes más significativas, que puedan ayudar a comprender la lógica de dicho proceso.
Los intentos de modelizar los procesos de IS se centran en perspectivas muy concretas (Cunha y Benneworth, 2013) y se puede observar cómo algunos de ellos no son muy diferentes de los descritos en relación con otros tipos de innovación. Esto se puede explicar por el hecho de la fuerte vinculación entre la IS y la innovación tradicional en las primeras etapas, en las que las concepciones que se utilizaban partían de la premisa de pensar la IS como tipo particular de innovación. Se puede afirmar que la progresiva configuración de la IS como una realidad con entidad propia y la consecuente emancipación de su estudio hacia un corpus propio ha permitido consolidar enfoques absolutamente novedosos, más elaborados y con mayor nivel de coherencia con respecto a los primeros.
El análisis de la literatura ha permitido constatar que el estudio del proceso de desarrollo de este tipo de innovaciones ha estado polarizado, fundamentalmente, por dos enfoques. Uno, centrado en la acción individual de los agentes y el otro, centrado en el contexto socio estructural como determinantes de la IS (Cajaiba-Santana, 2014). Desde la primera perspectiva, los valores y atributos del agente son la principal fuerza causal en la determinación de la IS (Marcy y Mumford, 2007). La segunda perspectiva, la estructural, es la que ha captado la mayor atención en el campo de la investigación e implica que la estructura y el contexto serán el factor de causalidad para la innovación. Junto con esto, hay que poner de manifiesto que en este tipo de procesos, las necesidades sociales son el principal elemento desencadenante (Schachter, Matti, y Alcántara, 2014) y se dedican especiales esfuerzos a lograr la movilización en implicación de un mayor y más diverso número de diferentes actores de tal forma que se puedan establecer redes de colaboración.
Una cuestión de primer orden a la hora de poder consolidar un campo de estudio dentro del ámbito de la IS sería la posibilidad de establecer y consolidar estrategias de medición y evaluación de dicho fenómeno ya sea en el ámbito de las organizaciones, de las regiones o territorios o de los ámbitos de actuación.
Sin embargo, hasta el momento actual, se carece de este tipo de recursos de forma consensuada, así como tampoco se identifican un número elevado de intentos en este plano que puedan ser considerados como bien concertados o sistemáticos a la hora de llenar este vacío.
Dos serían las funciones principales inherentes al desarrollo de una estrategia de evaluación y mediación de la IS: por un lado, desarrollar la comprensión conceptual de la misma aún más y, en segundo lugar, responder a la necesidad de generar datos empíricos que permitan orientar la creación de políticas y toma de decisiones en relación con los desafíos sociales (Reeder et al., 2012).
Tras un proceso de revisión sistemática realizada por Krlev, G., et al. (2014) se pudieron identificar más de 45 enfoques de medición de la IS que fueron evaluados por dicho autor. Sobre dicha identificación se llevó un proceso de cribaje a fin de obtener las experiencias más relevantes, para lo cual utilizaron como criterios: (1) el número de veces que se ha citado un enfoque, (2) el cumplimiento de criterios de calidad predefinidos (p. ej., prueba de contenido) validez desde una perspectiva intercomparativa; objetividad de la institución responsable, es decir, un rechazo claro del clientelismo o sesgo fundamental en el análisis), y (3) si el enfoque cumplía con el estado más reciente de investigación.
Con base en estos criterios, Krlev, G., et al. (2014) eligió 30 enfoques para su revisión detallada. En este análisis, los autores perseguían dos objetivos principales: (1) El desarrollo de una clasificación de perspectivas realizadas en los enfoques individuales y (2) un examen en profundidad de los indicadores aplicados con respecto a su usabilidad como métricas de IS.
Los principales resultados obtenidos en dicho trabajo son los siguientes:
• Primero, con respecto a la perspectiva de la investigación, un elevado número de metodologías miden las características estructurales (por ejemplo, cifras financieras o cantidad de empleados) frente a un conjunto más escaso, que se centra en las características institucionales (por ejemplo, leyes o códigos de conducta). Frente a estas, las menos representadas son las metodologías que muestran una orientación normativa. Sin embargo, los aspectos normativos son importantes para el campo de la medición social innovación. Si las necesidades sociales específicas existen o no es usualmente basado en una percepción normativa de qué necesidades sociales son. Los problemas de legitimidad están relacionados con valores y normas, que a menudo son muy diversos en las sociedades modernas. Al desarrollar un enfoque para medir la IS debemos tomar esto en cuenta.
• En segundo lugar, con respecto al objeto de análisis, la mayor parte de las metodologías establecidas basadas en la innovación se centran en actividades del sector Esto podría deberse a la atención prestada a problemas económicos en las políticas nacionales. Sin embargo, debe ser reconocido que el sector público está siendo investigado con creciente tendencia en cuanto a su capacidad de innovación. Métricas de innovación centrándose en el tercer sector y sus contribuciones a la innovación, sin embargo, son raros entre las metodologías existentes. En efecto hay cada vez un mayor volumen de argumentos en la literatura que hacen hincapié en el papel de vanguardia de organizaciones sin fines de lucro y su papel innovador (Kramer, 1981), que se han revitalizado recientemente (por ejemplo, en Hubrich, Schmitz, Mildenberger, y Bund, 2012). Por lo tanto, y a la vista del hecho de que las innovaciones sociales se encuentran en todos los sectores y de forma intersectorial, la colaboración a menudo se trata como una condición previa para que surjan este tipo de fenómenos, por lo que la agenda de investigación al respecto debería prestar especial interés a las organizaciones del tercer sector, así como a las asociaciones entre actores que se vienen denominando “ecosistemas de IS”.
• En tercer lugar, entre las metodologías revisadas, podemos encontrar una distribución aproximadamente igual con respecto al nivel de análisis entre los enfoques que miran el nivel meso-organizacional y aquellos que miran al nivel macro nacional o regional. La mayor proporción de las metodologías revisadas combinadas ambos niveles, en el sentido de que los datos recopilados a través de una encuesta organizacional fueron utilizados para generar conclusiones con respecto al nivel nacional. El nivel individual (micro) es a menudo descuidado, a pesar de que hay un discurso bien establecido sobre el papel de los empresarios sociales individuales y otras personas en la generación de innovaciones sociales.
• En cuarto y último lugar, hay particularidades con respecto a las categorías del indicador aplicado. Muchas metodologías usan indicadores para medir las actividades a nivel de empresa, como estrategias organizacionales o presupuestos de I + D. Solo pocos enfoques incluyen indicadores indirectos de resultados sociales. Estos tipos de indicadores aparecen con mayor frecuencia en el campo de la sostenibilidad y en la medición del desempeño ambiental. Sin embargo, los indicadores de resultados sociales son particularmente relevantes para innovación, debido a su carácter aproximado: Capturan resultados potenciales de estos procesos a nivel social, como cambios en el bienestar. Aparte de eso, hay un equilibrio en la distribución entre el análisis de las condiciones propicias, actividades organizativas e indicadores de resultados en el enfoque. Por lo tanto, se puede concluir que la mayoría de las metodologías examinan una variedad de indicadores para capturar desencadenar fuerzas para la innovación que pueden conducir a efectos sociales
El presente trabajo parte de un diseño basado en el enfoque de Teoría Fundamentada. Esta metodología tiene como principal característica la capacidad de generar conocimiento, es decir, construir teoría, utilizando para ello el análisis y la comparación constante de datos que han sido obtenidos mediante procesos sistemáticos.
La recolección de los datos a partir de las cuales se conformó el corpus de este trabajo se llevó a cabo teniendo en cuenta los siguientes criterios: a) Representatividad; b) Heterogeneidad y c) Especialización y d). El corpus se construyó a partir de una revisión sistemática en las principales bases de datos académicas (ISI Web of Knowledge, SCOPUS), la cual se complementó con búsqueda flotante en literatura gris, obteniéndose un total de 364 registros sobre los que se trabajó. El periodo de búsqueda considerado fue el que abarca del año 2000 al 2018.
Para el análisis de los datos se procedió a realizar un proceso de codificación paralela, ecléctica, holística y manual que dio como resultado la emergencia de 4 temas, en torno al cual hemos sistematizado el “Modelo de Capacidades de Innovación Social en Organizaciones Complejas: a) Concepto e Implicaciones de la IS; b) Agentes de IS; c) Proceso de IS; d) Capacidades de IS.
La cuestión específica de las capacidades de IS es especialmente relevante, ya que la posibilidad de llevar a cabo mediciones de estas en una organización nos proporciona la oportunidad de predecir con un elevado nivel de fiabilidad su dinamismo en la producción de innovaciones sociales. Es por ello por lo que, los resultados obtenidos mediante la metodología de Teoría Fundamentada en el tema capacidades se sometieron a una triangulación mediante técnica DELPHI.
El estudio DELPHI se llevó a cabo en cinco etapas:
a. La formación de panel de expertos: El perfil requerido para la participación en el panel fue: sujetos provenientes del ámbito académico y / o con experiencia profesional en el ámbito del análisis o la facilitación de procesos de IS de al menos 5 años. Una caracterización de los participantes se refleja en el siguiente cuadro.
En la siguiente tabla se pone de manifiesto las pérdidas de participantes en las sucesivas rondas y la tasa final de retención.
b. Sobre la base del conjunto de datos obtenidos en el trabajo de Krlev et al. (2014), complementados mediante la revisión sistemática de la literatura anteriormente expuesta y analizados aplicando el enfoque de Teoría Fundamentada fue posible identificar un conjunto de capacidades, con sus respectivos atributos, que se consideraron como las más adecuadas para medir la potencia de una organización compleja para generar procesos de IS. Sobre dicho conjunto de capacidades se procedió a realizar un selección utilizando como criterios: (1) el grado en que armonizaron con los supuestos teóricos delineados anteriormente expuestos en el que se han explicado los elementos clave de definición de la IS específicamente y proporciona argumentos de cómo difiere de otros tipos de innovación y sus métricas; (2) la importancia de las capacidades, dimensiones y componentes identificados a partir de la frecuencia con la que reaparecieron en la publicación académica.
c. Desarrollo de cuestionarios: El estudio incluyó tres rondas consecutivas, de cuestionarios de encuestas, implementadas entre junio y octubre de 2019, que contenían la relación de capacidades y sus componentes anteriormente señaladas. El panel de expertos debía valorar la potencialidad de dichas capacidades para generar, facilitar o contribuir la génesis de innovaciones sociales dentro de una organización compleja.
d. Recopilación de datos y análisis: Los participantes completaron las tres rondas consecutivas de cuestionarios en línea a través de Survey Monkey, en los que calificaron la relevancia de las capacidades y sus respectivos componentes mediante una escala Likert con valores entre 1 y 10 (siendo 1 absolutamente irrelevante y 10 absolutamente relevante). En el caso de que los participantes puntuasen un ítem con una calificación de 8 o más, se les pedía que elaborasen una pequeña argumentación con la finalidad de que pudiera ser analizada por los autores y comunicada al resto del panel en la siguiente ronda.
Los datos cuantitativos se analizaron estadísticamente mediante análisis de frecuencias para medir el nivel de consenso entre los paneles de expertos, con declaraciones categorizadas según los siguientes criterios:
a. Se aprobó una declaración para su inclusión en el modelo si recibió una puntuación de 8 o más por al menos el 80% de los participantes en el panel.
b. Una declaración requería una nueva calificación si recibía una puntuación de 6 por al menos el 80% de miembros de cada panel, o una puntuación de 8 por un número de miembros del panel entre el 70 y el 79,9%. En este caso, el ítem se acompaña de una síntesis de los argumentos aportados por los panelistas que habían puntuado de forma más positiva.
c. Se rechazó una declaración si su puntuación fue de 5 o menos en al menos un 80% de los miembros del panel.
Cada una de las rondas fue acompañada de un informe elaborado por los autores en las que aparecían reflejadas las proposiciones aprobadas con sus respectivas calificaciones, las proposiciones que debían ser vueltas a calificar (acompañadas de un argumentario elaborado a partir de las valoraciones de los panelistas que habían calificado más positivamente el ítem) y las calificaciones del propio panelista interesado.
Como se ha dicho anteriormente, el análisis realizado a partir de la aplicación de un enfoque de Teoría Fundamentada dio como resultado la identificación de 4 temas estructurantes en el campo de la IS, a saber: a) Concepto e Implicaciones de la IS; b) Agentes de IS; c) Proceso de IS; d) Capacidades de IS; las cuales fueron sistematizadas bajo lo que hemos denominado “Modelo de Capacidades de Innovación Social en Organizaciones Complejas” (Hernández – Ascanio, 2020) con la aspiración de ser el bosquejo de una teoría sobre los procesos de IS, que debe ser sometida a contrastación en un futuro próximo.
Por los argumentos que hemos expuesto en el anterior epígrafe, vamos a centrar la siguiente exposición en los tres elementos que nos parecen más relevantes de este modelo. Los dos primeros (Concepto e implicaciones; y Proceso de IS), a fin de permitir de dotar de una fundamentación y una comprensión al tercero (capacidades de IS)
A partir del análisis llevado a cabo, resultó posible definir la IS como “toda producción cultural que surge de un proceso estructurado promovido por un ecosistema de innovación social, que da cobertura de una manera valorable a un acontecimiento social definido bajo el paradigma de los derechos humanos y que además de atender de manera sostenible a la demanda o necesidad que lo origina genera cambios sistémicos significativos” (Hernández – Ascanio, 2020). La definición utilizada es de carácter relacional y compleja, por lo que es necesario llevar a cabo un análisis más pormenorizado de las diferentes proposiciones que la conforman.
En primer lugar, nos encontramos con que la IS es “una producción cultural” entendiendo por la misma al “conjunto de elementos de carácter material, inmaterial, relacional, organizativo o de cualquier otra naturaleza artificial a través de las cuales se puede explicar, interpretar o intervenir los diversos entornos de relaciones a los que están sujetos los seres humanos de manera individual o colectiva” (Herrera Flores, 2005).
A su vez, podemos establecer una tipología de IS en función de diversos criterios.
Si tenemos en cuenta el cual se desarrollan, podríamos distinguir entre a) Innovación Social de Primera Generación, que se desarrolla íntegramente de forma novedosa, y b) Innovación Social de Segunda Generación, que sería aquella en la que el punto de partida es una matriz previa, pero a lo largo del proceso experimenta cambios significativos de tal forma que da como resultado una producción novedosa.
Si tomamos como referencia el momento del proceso en el que aparecen podríamos distinguir entre a) Innovación Social Potencial o Germinal, que sería aquella formulación de la producción que ya ha sido sometida a un testeo, se han validado sus diferentes características y está en condiciones de someterse a la fase de escalamiento; y b) Innovación Social Neta, que sería aquella formulación de la innovación que ha superado la fase de mejoras y adaptaciones del escalamiento y se somete a difusión y replicación obteniendo muestras de cambios sistémicos.
En segundo lugar, debemos decir que la IS es como “Producto de un proceso estructurado”. El carácter intencional de la emergencia de IS es todavía una tarea pendiente, tanto en el ámbito académico como por parte de los actores sociales que se dedican a la facilitación de este tipo de procesos. La literatura confirma que la concurrencia de una serie de circunstancias y factores puede actuar como catalizador de los procesos de IS. Uno de los factores con especial relevancia es el desarrollo de una relación secuencial de “pasos” o “fases”, cuyos contenidos están bien definidos.
El tercer elemento es que la IS se encuadra en un entramado de relaciones entre actores sociales y recursos que se ha venido a denominar como “ecosistema de IS”. Por dicha estructura se entiende “el sistema resultante de la presencia e interacción entre el conjunto de agentes de innovación social presentes en un entorno entre sí, consigo mismos y con los recursos de diversa naturaleza disponibles en dicho entorno y que tiene como objetivo identificado posibilitar la producción de una innovación social concreta” (Hernández – Ascanio, 2020). De esta definición se desprende que estos ecosistemas son “son entornos flexibles cuya dinámica es la de tender a maximizar la posibilidad de generar innovaciones sociales y por lo tanto, su aparición, desarrollo y colapso (o desaparición) viene determinada en función de la cobertura de la necesidad / demanda social identificada, es decir, los ecosistemas de innovación social tienen una razón de ser determinados por una necesidad / demanda social concreta, lo que posibilita que en función la variabilidad de esta necesidad / demanda haya un desarrollo del propio ecosistema” (Hernández – Ascanio, 2020).
En cuarto lugar, vemos que la IS “da cobertura de una manera valorable, es decir, que la capacidad de medición es condición necesaria en lo que sus impactos se refieren. La IS puede tratarse de un intangible pero sus resultados, además de ser claramente observables deben tener la capacidad de someterse a medición y evaluación.
En quinto lugar, vemos que la IS es un “acontecimiento social definido bajo el paradigma de los derechos humanos” entendiendo estos como “medios que en distintos contextos procuran el desarrollo y la apropiación de las capacidades y las potencialidades humanas” (Herrera Flores, 2005). De esta forma, se observa que la IS tiene como premisa ontológica contribuir al desarrollo del ser humano, ya no sólo dando cobertura a déficits sino planteando mejoras incrementales en cualquier esfera social.
Por último, vemos que la IS “atiende de manera sostenible y Genera cambios sistémicos significativos”. Esta es una de las cuestiones más controvertidas, puesto que esta dimensión está directamente relacionada con la posibilidad de escalar y replicar la IS en otros contextos diferentes a los que emerge. En la práctica, nos encontramos con que este salto de “IS germinal” a “IS Neta” requiere de un largo periodo de tiempo y no siempre es posible. Esto va a estar condicionado por el carácter cambiante del medio y por el grado de particularidad y diferenciación de la IS emergida. Un adecuado proceso de desarrollo de innovaciones sociales de carácter intencional debe tener en cuenta y proveer de los mecanismos y recursos necesarios para posibilitar el tránsito de un tipo de innovaciones sociales al otro, entendiendo que este último puede referirse a sistemas focales, sectoriales u otros de rango más amplio.
El modelo de proceso de IS que se propone a continuación consta de una serie de fases cuyo desarrollo es de carácter secuencial no lineal. Esto quiere decir que la secuencia de etapas que se han de hacer presentes durante el proceso no es unívoco, sino que puede expresarse a partir de múltiples combinaciones entre las mismas así como una intensidad o duración diferente (en función de las necesidades del proceso, de las condiciones del contexto y de la decisión de los actores)
Las etapas que considera este modelo son las siguientes.
En primer lugar, el “Surgimiento de la Necesidad o demanda”. Esta no es en sí misma una fase, sino que constituye el fenómeno desencadenante del proceso de IS. Generalmente es posible identificar dos escenarios posibles que inciden sobre las problemáticas sociales para que puedan ser constituyentes de desencadenantes de procesos de IS. Un escenario posible es el de fenómenos sociales que, por su especial naturaleza, su gravedad, su urgencia o el volumen de población a la que afecta tiene una alta capacidad para focalizar la atención y la motivación de los agentes sociales para buscar una solución. Estos fenómenos se podrían denominar como “problemáticas focales”. Un segundo escenario sería el de aquellas demandas / necesidades que ocupan posiciones marginales o periféricas en el sistema social por lo que generan poca atención y motivación en la búsqueda de soluciones o sólo logra encontrar altos niveles de estos factores en agentes sociales minoritarios, o hiper-especializados de tal forma que tienen poca visibilidad social. Estas problemáticas sociales serían denominadas como “problemáticas periféricas”, las cuáles deben experimentar un proceso de reevaluación social (que puede ser intencional por parte de agentes interesados, o accidental) para pasar a ocupar una posición focal y desencadenar el proceso de IS. Tanto unas como otras categorías de problemáticas sociales deben ser consideradas en términos relativos en cuanto su prioridad teniendo como momento desencadenante del proceso de IS el de la existencia de una masa crítica suficiente de actores sociales movilizados para dar cobertura a esa demanda o necesidad social.
En segundo lugar, identificamos la fase de “Delimitación y análisis en profundidad del problema”. Esta etapa supone una caracterización sistemática de la demanda / necesidad que debe ser asumida atendiendo tanto a los factores causantes como a las consecuencias que se pueden derivar de dicha problemática. Esta caracterización supone un análisis en profundidad de carácter cuanti – cualitativo y es especialmente importante que estén activamente involucrados tanto los actores afectados por la problemática social como los diferentes agentes de IS que se responsabilizarán de la conducción del proceso de innovación o que aportarán recursos especializados para esta fase del proceso.
Un tercer momento es la “Configuración del ecosistema de innovación”. Es preciso clarificar que más que una etapa en sí misma, la configuración del ecosistema de innovación es un proceso transversal abierto durante toda la dinámica de producción de innovaciones sociales ya que proporciona recursos y agentes auxiliares adaptados a las necesidades concretas de cada momento.
La cuarta etapa se trata de la “Génesis de ideas”. En esta fase nos encontramos con que el ecosistema de innovación lleva a cabo diferentes estrategias de captación, generación y gestión de conocimiento cuyo resultado es la obtención de un número reducido de ideas con alto grado de formulación y fundamentación que dan la base para elaborar proyectos piloto o prototipos.
La siguiente etapa es la “Proyección e implementación de prototipos”. en esta fase se desarrollan las ideas seleccionadas en la fase en torno a un número finito de experiencias piloto y prototipos que se ponen en práctica utilizando para ello una lógica experimental, es decir que se diseñan y desarrollan protocolos de validación de las experiencias piloto o prototipos aplicando criterios de eficacia, eficiencia, rendimiento, efectos deseados e indeseados, etc. tanto a nivel absoluto como relativo.
La sexta etapa consistiría en la “Evaluación de resultados primarios, aprendizaje orientado por evidencias y mejora de prototipado”. A partir de los resultados obtenidos en el testeo de la fase anterior, se llevan a cabo modificaciones orientadas a mejorar la experiencia piloto / prototipo con el objetivo de ajustarlo de una forma más adecuada a las necesidades / demandas, así como eliminar o minimizar aspectos negativos que se hayan podido identificar durante la fase anterior. Esta fase también va a suponer implementar modificaciones que permitan un escalamiento de la experiencia piloto / prototipado dentro del sistema de referencia (organización, territorio, ámbito social, etc).
La séptima etapa consiste en el “Escalamiento, adaptación contextual y evaluación de resultados secundarios”. La incorporación de todas las modificaciones mencionadas en el apartado anterior daría como resultado final lo que se ha denominado como “innovación social germinal” más arriba en el texto. Ésta sería una IS cuya idoneidad sobre otras soluciones de carácter novedoso y cuya pertinencia a la problemática considerada se ha demostrado mediante evidencias, por lo que puede aplicarse de forma satisfactoria al sistema de referencia (organización, territorio, ámbito social, etc). La aplicación al proceso de escalamiento y de adaptación contextual puede suponer aún leves modificaciones sobre el producto resultante de la fase anterior, pero serán de carácter mínimo y relativas a aspectos accesorios del mismo.
En esta fase, además, se llevará a cabo una reflexión, una identificación y una sistematización de los resultados secundarios del proceso, es decir, de aquellos fenómenos que han ido apareciendo durante todo el proceso de producción de la IS y que ha afectado tanto de manera positiva como negativa a los agentes de IS como al ecosistema y sobre los cuales se pueden emprender procesos de aprendizaje orientados a un fortalecimiento institucional / organizacional.
La última fase es la “Difusión del conocimiento, sostenibilidad y cambio sistémico”. La última fase del proceso sería aquella que permite que la IS germinal se difunda y se haga permeable a la sociedad de tal forma que en un periodo de tiempo consiga provocar cambios de carácter sistémico. Generalmente es una etapa en la que se despliegan estrategias de difusión del conocimiento y puede ser de duración variable, por lo que la IS debe haber incorporado herramientas de sostenibilidad para mantenerse de forma adecuada sin degradarse o perder elementos significativos hasta que se produzca ese cambio sistémico.
Para finalizar este apartado, a continuación, se presenta una representación gráfica de este modelo:
Entendemos por capacidades de IS a “todas aquellas competencias distintivas del proceso de producción de innovaciones sociales, cuya aplicación se lleva a cabo en el contexto de los ecosistemas de innovación social mediante la práctica de uno más agentes y que aseguran el éxito de dichos procesos” (Hernández – Ascanio, 2021)
A partir de la aplicación del enfoque de Teoría Fundamentada sobre los registros analizados fue posible identificar dos grupos de capacidades. Un primer grupo, vinculado a la génesis de IS de carácter potencial, está compuesto por un conjunto de 6 capacidades (agrupados en torno a 4 tipos de meta-capacidades). El segundo grupo, está compuesto por un total de 4 capacidades, cuya principal característica es la de facilitar el paso de IS potencial a IS neta o efectiva.
Una descripción sintética de cada una de las capacidades inicialmente identificadas y sus respectivos componentes la podemos encontrar en la siguiente tabla.
Las capacidades anteriormente identificadas y sus respectivos componentes fueron sometidos a un proceso de evaluación mediante la aplicación de Panel DELPHI cuyo desarrollo se resume en la siguiente figura, obteniendo los resultados que se reflejan en la tabla 5.
Como se puede comprobar, se constata un elevado nivel de consenso entre los resultados obtenidos a través de la aplicación del enfoque de Teoría Fundamentada y los aportados por el Panel DELPHI en lo que tiene que ver con la identificación de capacidades asociadas a la emergencia de procesos de IS. Si embargo, la elección de componentes asociados a dichas capacidades ha sido más problemático, especialmente a lo que refiere a algunas de las capacidades asociadas a la conversión de IS germinales a IS netas o experimentadas. Esto se puede deber al hecho de que, si bien de manera teórica el carácter transformador de la IS y su difusión es una condición deseable ampliamente aceptada, en la práctica, la dificultad para llevarlo a cabo (tal y como hemos expresado anteriormente) supone una reflexión aún pendiente.
Por último, en la siguiente tabla, planteamos la relación entre las diferentes capacidades identificadas y las fases del modelo propuesto en el presente trabajo.
El presente trabajo asume que no existe un único enfoque para analizar el fenómeno de la innovación social, pero ha optado por acotarlo en función de varios elementos. En primer lugar, situar la IS en una escala meso, en la que las organizaciones son actores protagonistas y sirven como correo de conducción entre el nivel macro y micro de la sociedad. En segundo lugar, centrarse en un análisis de las condiciones necesarias para la emergencia de procesos de IS, de tal forma que se pudiera hablar de “Innovación social Intencional” o planificada, lo que religa la reflexión académica con la práctica de otros perfiles de actores. Dentro de esto elementos facilitadores o condicionantes, se ha prestado especial interés a las de carácter interno a las organizaciones, denominándolas como “capacidades”.
El presente trabajo considera haber contribuido a la agenda de investigación en el campo de la IS en varios aspectos.
En primer lugar, ha delineado los fundamentos teóricos y metodológicos clave de la IS presentes en la literatura y en la praxis más extendida en este campo. Esto ha puesto de manifiesto que existen brechas significativas entre la reflexión teórica y los esfuerzos llevados a cabo desde la práctica para generar procesos de forma empírica. Junto con esto, se han evidenciado lagunas en la comprensión de este fenómeno, que sirven para marcar futuras líneas de trabajo a la comunidad interesada en esta temática, especialmente en lo que refiere a la fundamentación de metodologías orientadas a la facilitación del proceso, y a estrategias de medición.
En segundo lugar, se ha elaborado una propuesta tentativa de teoría de la IS, a partir de una estrategia de análisis, integración y sistematización de Teoría Fundamentada. La posibilidad de disponer de esta aproximación teórica proporciona un escenario de discusión más o menos delimitado sobre el que es posible ir avanzando. En esta propuesta, se ha hecho hincapié en proporcionar un definición clara y aprensible de lo que es y supone la IS, una modelización de su proceso y una estrategia de medición, aunque en este caso más orientada a predecir la posibilidad de generar procesos de IS en organizaciones que a la medición de impactos (aunque cuestión está incorporada).
En tercer lugar, la propuesta anteriormente señalada se ha llevado a contrastación mediante una estrategia de triangulación, que ha revelado que existe una mayor claridad conceptual y metodológica cuando consideramos la IS como un fenómeno acotado y singular de un contexto, pero que su comprensión se hace más difícil cuando entran en juego aspectos presentes en la literatura tales como la incidencia esperable en dichos fenómenos o como llevar a cabo transformaciones estructurales.
Como logros complementarios identificables en este trabajo nos encontramos también el hecho de mostrar las particularidades de la IS frente a otros tipos de innovación.
Las principales limitaciones de este trabajo radican, por un lado, en que tanto la conceptualización como la modelización están arraigados en la teoría, por lo que se precisa de una validación empírica, en la que los diseños experimentales serían especialmente valiosos, y suponen los siguientes pasos en la agenda de investigación de los autores.
Por otro lado, nos encontramos con que los aspectos relacionados con la métrica de la IS precisan de la identificación, contrastación y validación de indicadores robustos, lo que resulta de enorme dificultad debido a la complejidad de campos y contextos donde la IS puede ocurrir. Hay que recordar que este enfoque ha optado por considerar la IS como un fenómeno que se origina en contextos escalares meso.
Por último, incidir en que este trabajo debe ser interpretado como una propuesta tentativa de fijar posiciones en el campo de la IS, que permita su avance.