Artículos
Recepción: 04 Febrero 2021
Aprobación: 22 Marzo 2022
DOI: https://doi.org/10.5944/empiria.54.2022.33736
Resumen:
Durante más de doce años (2006-2018) desarrollamos cuatro proyectos de investigación consecutivos del Plan Nacional de I+D+I español en torno a parejas binacionales con uno de sus miembros de nacionalidad española. Nuestro objetivo era desvelar las relaciones de género y la gestión de la interculturalidad en una muestra amplia de la pluralidad de combinaciones nacionales y de contextos espaciales y biográficos de estas parejas. En este artículo presentamos el proceso metodológico y la toma de decisiones adoptadas durante estos cuatro proyectos, destacando sus aspectos novedosos.
Nuestra pretensión es explicar qué se pretendía en cada uno de estos proyectos, cómo se procedió para alcanzar los objetivos y porqué se tomaron las decisiones metodológicas que se tomaron. El artículo se estructura en dos grandes bloques. En el primero se presentan los objetivos perseguidos para los tres primeros proyectos y se justifica la idoneidad de la adopción de un enfoque metodológico de tipo cualitativo. Se desarrolla de manera especial el uso de dos técnicas privilegiadas de obtención de información en estos proyectos: las entrevistas guiadas en profundidad, y la observación llevada a cabo en distintas unidades de observación correspondientes a algunos de los lugares de procedencia de cónyuges extranjeros de personas de nacionalidad española, como es el caso de distintas zonas de Brasil, de Ciudad de México y de Kiev. En el segundo bloque se aborda el planteamiento desarrollado para la realización de un proyecto de Investigación Cualitativa Longitudinal (ICL), no previsto inicialmente, sobre la base de una muestra escogida de las parejas entrevistadas a lo largo de los tres primeros proyectos. Se presentan, en este caso, las problematizaciones y la toma de decisiones relativas al diseño metodológico, centradas en las cuestiones surgidas tanto para la conformación de esta muestra como para la realización de las correspondientes entrevistas a los miembros de esta.
El artículo aborda también la siguiente cuestión: ¿cómo es posible llevar a cabo una investigación cualitativa longitudinal a partir de proyectos no planteados inicialmente desde esta perspectiva y en el marco de un contexto de investigación de un Plan Nacional de Investigación?
Palabras clave: Investigación cualitativa longitudinal, parejas binacionales, relaciones de género, interculturalidad, proyectos I+D+I.
Abstract:
For more than twelve years (2006-2018) we developed four consecutive research projects of the Spanish National R&D&I Plan on binational couples with one Spanish member. Our objective was to study gender relations and interculturality management in a broad sample of national combinations and spatial and biographical contexts. In this article we present the methodological process and decision making adopted during these four projects, highlighting their innovative aspects.
Our aim is to explain what was intended in each of these projects, how the objectives were achieved and why the related methodological decisions were made. The article is structured in two large sections. The initial one presents the objectives pursued for the first three projects and justifies the pertinence of adopting a qualitative methodological approach. The relevant use of two privileged techniques for data collection during these projects is also highlighted: the in-depth interviews, on the one hand, and the observation on the other hand. The last one was carried out in observation units corresponding to some of the foreign spouses’ places of origin (various areas of Brazil, as well as Mexico City and Kiev). The second section deals with the design developed for carrying out a non-initially planned Longitudinal Qualitative Research (LQR), based on a selected sample of couples interviewed throughout the first three studies. We present the crucial issues and the decision making associated to the required methodological design, focused on the questions that arose both for the conformation of the sample and for the realization of the interviews.
Lastly, the article addresses the following question: how is it possible to carry out longitudinal qualitative research based on projects not initially proposed as such and within the framework of a National Research Plan?
Keywords: Longitudinal qualitative research, binational couples, gender relations, interculturality, R+D+I projects.
1. INTRODUCCIÓN
Presentamos el proceso metodológico de una investigación sobre parejas binacionales heterosexuales con un cónyuge español y otro extranjero cuyas principales unidades de análisis fueron las motivaciones y relaciones de género existentes en la pareja y su gestión de la interculturalidad.
En 2006, diez años después que el INE empezara a considerar los datos relativos a los matrimonios mixtos en España, solicitamos un proyecto del Plan Nacional de I+D+I al Instituto de la Mujer sobre parejas mixtas heterosexuales en España. Así, llevamos a cabo una investigación cualitativa durante tres años, que encadenó dos proyectos más sobre el mismo tema y finalizó con la realización de un proyecto longitudinal no previsto inicialmente. Presentamos la metodología y la toma de decisiones adoptadas en estos cuatro proyectos de investigación pertenecientes a convocatorias públicas competitivas, centrados en el fenómeno de las parejas mixtas en España en clave de género, que hemos llevado a cabo durante 12 años (2006-2018)1. Nuestra aportación metodológica se puede enunciar como sigue: ¿cómo es posible llevar a cabo una investigación cualitativa longitudinal a partir de proyectos no planteados inicialmente desde esta perspectiva y en el marco de un contexto de investigación de un Plan Nacional de Investigación?
Nuestra pretensión es explicar qué pretendíamos en cada uno de estos proyectos, cómo procedimos para alcanzar los objetivos y por qué tomamos las decisiones metodológicas que tomamos. La parte central del artículo se estructura en dos grandes bloques: en primer lugar, se presentan las problematizaciones y la toma de decisiones relativas al diseño metodológico seguido para los tres primeros proyectos encadenados y, en segundo lugar, se hace los mismo para el proyecto enfocado mediante la Investigación Cualitativa Longitudinal (ICL), evaluándose su capacidad para aportar información valiosa que contribuya a superar los hallazgos alcanzados en los tres primeros proyectos. Para finalizar, presentamos un ejemplo de análisis de datos y de los resultados que la suma de los distintos proyectos y decisiones metodológicas llevados a cabo pueden proveer.
1.1. Planteamientos iniciales: contextualización del objeto de estudio
La cuestión inicial que nos motivó a abordar el estudio de las parejas mixtas heterosexuales en España fue la reacción social producida por su incremento, que las estereotipaba a menudo como altamente heterogámicas en términos de diferencia de edad y de capital erótico, social, económico y cultural, con su consiguiente estigmatización2. La observación del discurso y la mirada social de la época, así como una primera incursión en los datos estadísticos, corroboraron la importancia de la dimensión de género. Cerca del 60% del total de matrimonios mixtos heterosexuales celebrados en España estaban formados por un hombre español y una mujer de otra nacionalidad. Así, entre 1996 y 2019 se celebraron 476.313 matrimonios binacionales: un 58,7% (279.712) formados por una mujer extranjera y un hombre español, y un 41,3% (196.601) formados por un hombre extranjero y una mujer española (INE 2020). Esta constatación estadística concordaría con lo que ya apuntó en su día D. Massey (1994), quien en el marco de su “geometría del poder”, propuso explicaciones a por qué son usualmente las mujeres quienes se desplazan por razones de matrimonio, vinculándolo a la movilidad y al parentesco, y que serían controladas por los hombres (Piper y Roces 2003).
Igualmente, los datos estadísticos nos mostraban que la “geografía del amor” de hombres y mujeres españoles/as distaba mucho de ser similar. Según datos del INE (2020), en el período 1996-2019 -último dato definitivo disponible- los orígenes de las esposas migrantes a España se distribuyen de la siguiente manera: Norte y Sur de América (59%), Europa (29%), África (9%) y Asia (3%). Los maridos extranjeros provienen del Norte y Sur de América (39%), Europa (33%), África (24%) y Asia (4%). Aunque los extranjeros de ambos sexos provienen principalmente de Centro y Sudamérica, las mujeres españolas se casan con norafricanos o europeos de países vecinos en mayor grado del que los hombres españoles se casan con mujeres de estos países; y los hombres españoles se casan en mayor grado con mujeres latinoamericanas o eslavas de lo que las mujeres españolas lo hacen con hombres de estos orígenes.
Desde el ámbito académico, el interés por las conexiones románticas entre mujeres y hombres de distintos países no fue relevante hasta la última década del siglo pasado. A nivel internacional, en este sentido, nos encontramos con trabajos que muestran cómo la búsqueda global de cónyuge dibuja unas rutas que van de los países del Norte Global (Occidente Europeo, Norteamérica y Asia-Pacífico) a regiones del Caribe, Latinoamérica, el Este de Europa y el Sudeste Asiático [véanse, entre otros, los trabajos de Cahill (1990) y Cooke (1986) sobre esposas filipinas de maridos de diversos países; Suzuki (2003), centrado en matrimonios entre mujeres filipinas y japoneses; Mainardi (2006), que analiza parejas de brasileñas y suizos, y Riaño (2003), de suizos y latinoamericanas; Chin (1994), ocupado en mujeres chinas casadas transnacionalmente; Cohen (1986), en tailandesas; Halualani (1995) y Robinson (1996), en asiáticas; o de Melo (2000), en brasileñas.
Entre las publicaciones aparecidas de contenido cercano a nuestra investigación, podemos destacar aquellas que describen los diversos patrones de género vinculados a la movilidad marital en un contexto global (Constable 1998 y 2003) También cabe mencionar aquellos trabajos que se centran en los roles identitarios (Piper y Roces 2003; Ordóñez 1997), especialmente de género (Riaño y Baghdadi 2007), y su relación con procesos de divorcio e inestabilidad conyugal (Kalmijn, de Graaf y Jausseu 2005; Neyrand y M’Sili 1997), y la gestión de las relaciones de género (Quasha y Tsukada 2012; Nazarska y Hajdinjak 2011; Roer-Strier y Ezra 2006). En cuanto a la vertiente de la interculturalidad nos encontramos con aportaciones al campo de los procesos de comunicación y de negociación (inter)cultural en parejas binacionales (Guyaux et al 1992; Roca 2009) y a la naturaleza problemática de la experiencia marital intercultural, que permiten visualizar situaciones de conflicto en la configuración de las familias binacionales (Ting-Toomey 2009). De especial interés son los trabajos que focalizan en las estrategias de negociación en relación con las prácticas interculturales de paternidad y de crianza de los hijos (Caballero, Edwards y Puthussery 2008). En el ámbito español, los trabajos de Djurdjevic y Roca (2016), De Miguel et al. (2015), Roca (2013), Steingress (2012), Albert y Masanet (2008), Santacreu y Francés (2008), y Rodríguez (2004), constituyen una buena muestra del abordaje de la interculturalidad y de los procesos de integración social e hibridación cultural en parejas mixtas. En cuanto a la dimensión de género en estas parejas binacionales, debemos mencionar la publicación de Bermúdez (2007), además de algunas de nuestra autoría (Roca 2014, 2016).
2. TRES INVESTIGACIONES CUALITATIVAS: SUJETOS DE ESTUDIO Y METODOLOGÍA EN PROGRESO
2.1. Expectativas, ideales y “realidades”: mutando el objeto de estudio
2.1.1. En busca de la mujer ideal
En el primer proyecto queríamos conocer los motivos, las razones y las expectativas de la búsqueda de una pareja de otra nacionalidad por parte de los hombres españoles y de las mujeres no españolas que se habían emparejado con ellos (Roca 2011a). Queríamos describir también las formas y modalidades de esta búsqueda y las características de los noviazgos (Roca 2011b y 2013; Roca, Anzil y Martínez 2015). Y finalmente, queríamos describir las relaciones de género resultantes.
La hipótesis básica descansaba sobre los cambios en las relaciones de género experimentados en España en las últimas décadas, por lo que debía situarse en el escenario de un colectivo masculino español que buscaba en esas mujeres extranjeras un modelo de esposa no encontrada entre sus compatriotas femeninas. El incremento de la movilidad (Hannerz 1998; Robertson 1992), la “crisis” de la masculinidad tradicional (Gil Calvo 1997), así como las modificaciones y alternativas a la gran narrativa del amor romántico, como las del “amor confluente” o “pura relación” de Giddens (2000) o la aventura amorosa de Illouz (1998), constituirían su contexto más general.
2.1.2. Al encuentro de un hombre distinto
Una vez concluido este primer proyecto, nos planteamos hacer lo mismo con las mujeres españolas casadas binacionalmente. A la constatación de un menor número de uniones de españolas con extranjeros debíamos añadirle la ya señalada diferencia en la geografía de la conyugalidad.
La hipótesis en la línea de la del proyecto anterior “sólo” apuntaba a que las españolas, en caso de expresar motivaciones de género en su búsqueda de una pareja extranjera, lo harían en términos diversos e incluso contradictorios debido a la mayor diversidad de orígenes nacionales de sus cónyuges. La hipótesis más plausible era que las motivaciones de género no iban a jugar un papel central en sus elecciones. Si bien la pertinencia de explorar la realidad de las mujeres españolas casadas binacionalmente una vez hecho lo propio con sus compatriotas masculinos nos pareció una elección lógica, pronto descubrimos que los objetivos y las preguntas de investigación que habían sido relevantes para el caso de los hombres españoles no lo eran tanto para el caso de las mujeres españolas.
2.1.3. En busca de un lugar mejor
Desde 2009 se inició un descenso leve pero continuado de los matrimonios mixtos en España (INE 2019). Así como la aparición y crecimiento de estas parejas mixtas se correlacionó con el aumento de la inmigración, su descenso se ha explicado también por la pérdida de población inmigrante como consecuencia de la crisis económica iniciada durante la primera década de este siglo. Entre estas personas que decidieron emigrar se encontraban muchas parejas mixtas que optaron por continuar su vida en el país de origen del miembro extranjero.
En medio de esta coyuntura, resultaba interesante iniciar un proyecto para averiguar si las expectativas, las relaciones de género y las dinámicas sociales de estas parejas se habían transformado como consecuencia del cambio de país de residencia y profundizar en las razones de la decisión de establecerse fuera de España. Nuestra hipótesis era que las mujeres desarrollaban un papel más activo que los hombres en la adecuación de su rol de género a la nueva situación. Esto habría implicado la adquisición de algunas características del modelo de género de las mujeres del país de origen del marido.
Otra de nuestras hipótesis era que los sistemas de género de los países de origen de cada cónyuge tenían una influencia inversamente proporcional al nivel socioeconómico y educativo de los cónyuges. Sosteníamos también que las parejas mixtas disponían de un mayor capital social para cambiar de país de residencia y adaptarse al nuevo entorno (Roca 2016).
2.2. Unidades de análisis y objetivos de investigación: la idoneidad de la metodología cualitativa.
Los objetivos propuestos en estos tres primeros proyectos aconsejaban el uso de una metodología de naturaleza fundamentalmente cualitativa, dado que pretendíamos aportar información descriptiva sobre procesos, y aspectos valorativos y motivacionales, a partir de las perspectivas de los actores (perspectiva emic). Esta estrategia metodológica de tipo cualitativo debía permitirnos acceder al nivel de comprensión del fenómeno. Nuestro proyecto no trataba de medir el alcance del fenómeno en base a una serie de variables preestablecidas, sino de conseguir una comprensión profunda de las motivaciones, actitudes, reacciones y consecuencias asociadas al mismo, una descripción pormenorizada del proceso y su correspondiente análisis.
Utilizar una metodología básicamente cualitativa posee además la ventaja intrínseca de la flexibilidad: el aparato metodológico es susceptible de ser modificado en función de los descubrimientos a lo largo del proceso de investigación, lo cual resultó muy útil para la experiencia que relata este artículo. La flexibilidad, igualmente, es particularmente necesaria en el abordaje de realidades caracterizadas por la escasez de estudios previos, como sucedía en nuestro caso. Esta elección no impidió que utilizáramos diversas fuentes de datos accesorias, que en ocasiones tratamos en clave cuantitativa. Por ejemplo, la elaboración de tablas y gráficos estadísticos a partir de datos recogidos del INE3; el vaciado de tres periódicos de ámbito nacional español durante un período de 15 años (1996-2011) para consignar la percepción social de las parejas mixtas o el análisis de la serie de resoluciones administrativas recurridas por parte de parejas mixtas a quienes se les había denegado el permiso para casarse o registrar el matrimonio realizado fuera de España correspondiente al período 1995-2010, que nos permitió adentrarnos en el control legal de estas uniones (Roca, Anzil e Yzusqui 2017 y Anzil, Roca e Yzusqui 2016). También llevamos a cabo un análisis de webs de agencias matrimoniales de búsqueda de pareja transnacional a través de viajes e Internet y la observación de algunos foros especializados de parejas mixtas, de donde surgieron algunos futuros informantes.
El uso y manejo de esta pluralidad de fuentes fue posible en buena medida por la existencia de un equipo de investigación amplio e interdisciplinario. Desde el primer proyecto se constituyó un equipo interdisciplinar (antropólogos/as, sociólogos/as, geógrafas, abogadas, filólogas, trabajadoras sociales y filósofas), internacional e interuniversitario, con un núcleo de investigadores fijo y otro variable, constituyendo equipos de entre cinco y catorce personas para los distintos proyectos (Tabla 1). Si bien la dedicación de las personas fue variable, el grupo de investigación en su conjunto participó, en mayor o menor medida, de todas y cada una de las fases de la investigación y tuvo un papel activo en la toma de decisiones. La realización de reuniones plenarias frecuentes y la disponibilidad de la totalidad del material producido contribuyeron a que los integrantes tuvieran en todo momento una visión global y del estado del proyecto.
Lo novedoso de la estrategia metodológica propuesta tiene como puntos fuertes el abordar las motivaciones y relaciones de género en parejas mixtas heterosexuales con un cónyuge español considerando el “punto de vista nativo” de ambos cónyuges mediante estudio longitudinal y el atender, en cuanto a la gestión de la interculturalidad, al papel de ambas familias de orientación.
2.2.1. Entrevistas
La principal técnica de recogida de información empleada en estos tres proyectos fue la entrevista guiada en profundidad (Taylor y Bogdan 1984). Este tipo de entrevista es especialmente adecuado cuando los intereses de la investigación son claros y están bien definidos, cuando los escenarios y/o personas no son accesibles de otro modo o se dan una amplia gama de escenarios y/o personas, cuando se tienen limitaciones de tiempo y cuando se quiere esclarecer experiencia humana subjetiva (Taylor y Bogdan 1984), elementos todos estos que se daban en los tres proyectos reseñados. A través de esta modalidad de entrevista se obtiene información de la forma menos intrusiva posible a partir de un clima de mutua confianza entre informantes y entrevistadores/as, para acceder tanto al nivel de las prácticas y procesos, como al de los valores (Roca 2004). Permite establecer, además, un cierto grado de control sobre las temáticas abordadas, más cuando se trata de equipos con diversas/os entrevistadoras/es, como era nuestro caso. Las guías de entrevista de los tres primeros proyectos, además de algunos apartados específicos para cada uno de ellos, siempre incorporaron un amplio bloque temático sobre relaciones de género en la pareja, centrado en la recogida de información sobre el ámbito doméstico (distribución de las tareas y responsabilidades domésticas; cuidado y educación de los hijos, etc.), el público (actividad, jornada e itinerario laboral de cada miembro de la pareja; sociabilidad, etc.), y el íntimo (relaciones afectivas, trato, sexualidad, demostraciones de amor, etc.); y otro bloque sobre interculturalidad (relaciones con las familias de orientación de ambos cónyuges; usos lingüísticos; celebraciones familiares, etc.). Durante los tres proyectos realizamos entrevistas de distintos tipos: individuales -a uno de los dos miembros de la pareja-, dobles -a ambos miembros de la pareja por separado- o conjuntas -a ambos miembros de la pareja simultáneamente-. La disponibilidad y preferencias de los informantes definían la elección de una u otra modalidad. Las guías de entrevista siempre incidieron en las relaciones de género y la vivencia de la interculturalidad como temas fundamentales. La mayoría de las entrevistas se realizaron presencialmente, pero cuando no fue posible, usamos Skype o teléfono. En casos puntuales utilizamos el correo electrónico, el WhatsApp o el Facebook-Messenger para completar informaciones o proseguir el contacto.
El uso de distintos formatos de entrevistas presenta, a priori, el inconveniente de la heterogeneidad, aunque la utilización en todas ellas de una guía de entrevista común contribuye a matizar esta dificultad. Resulta más relevante la diferencial potencialidad que presenta cada formato. Mientras que la entrevista individual sólo recoge la versión de uno de los miembros de la pareja, la conjunta aporta las dos. Pero en la primera, a su vez, la persona entrevistada puede hablar con mayor libertad, en tanto que en la segunda la existencia de posibles relaciones jerárquicas o de poder entre los miembros de la pareja puede conllevar un juego sutil de negociación y autocensura que si bien puede restar “veracidad empírica” puede aportar, por otro lado, información valiosa sobre determinados aspectos de la relación. La experiencia del uso de distintas herramientas o medios para realizar las entrevistas, por lo demás, nos ha permitido constatar que pese a las reticencias iniciales a adoptar medios distintos a la entrevista “fase-to-face”, la familiarización de la mayor parte de personas con las nuevas tecnologías de la comunicación hace posible que su uso con fines de obtención de información cualitativa no conlleve ningún tipo de distorsión significativa.
Para la representatividad tipológica, en cada proyecto consideramos una serie de variables relevantes que intentamos que estuvieran suficientemente representadas en la muestra final. De este modo buscamos que hubiera informantes de ambos géneros de las principales nacionalidades presentes en las uniones mixtas de hombres y mujeres españoles/as, que para el caso de las mujeres se corresponderían con Colombia, Brasil, Marruecos, Ecuador, República Dominicana, Rusia y Argentina en el período 1996-2017, y en el de los hombres extranjeros con Marruecos, Colombia, Italia, Argentina, Reino Unido, Francia, Alemania y Ecuador. Consideramos también las variables de edad y diferencia de edad entre cónyuges, nivel educativo y de renta, estado civil anterior de ambos, tiempo de convivencia, presencia o no de hijos de relaciones anteriores y/o comunes, origen y/o residencia tanto urbana como rural y actividad laboral de uno o ambos miembros de la pareja. Gran parte de ellas son factores habitualmente tomados en cuenta por la literatura especializada como influyentes en la configuración de las relaciones de género en la pareja (Botía-Morillas y Jurado-Guerrero 2018; Dema 2005; Alberdi 2003; Gutiérrez 2002) y en el modelo de gestión de la interculturalidad (Djurdjevic y Roca 2016).
La selección de informantes se llevó a cabo siguiendo la técnica de la bola de nieve (Taylor y Bogdan 1984). El grupo inicial se conformó a partir de la red social de los investigadores, así como de contactos con agentes intermediarios – asociaciones de inmigrantes, centros de aprendizaje de idiomas, responsables de agencias matrimoniales, consulados y embajadas, etc.-. Se realizaron suficientes entrevistas hasta llegar al nivel de saturación informativa. En el curso de los tres proyectos realizamos 157 entrevistas, lo que supone haber hablado con algo más de 170 informantes (Tabla 1). Se trata de un número considerable de entrevistas e informantes, poco habitual en las investigaciones cualitativas, que fue posible por la duración total de los tres proyectos (9 años) y por tratarse de investigaciones en equipo. En total realizaron entrevistas 9 personas del equipo, aunque la mayoría de las entrevistas fueron efectuadas por tres personas, que fueron las que pudieron tener mayor dedicación al proyecto, lo cual contribuyó también a un mejor control de la información obtenida.
2.2.2. Observación
Establecimos como unidades de observación los países de origen de ambos cónyuges y el entorno virtual, ya que se trata de una de las vías privilegiadas de búsqueda, encuentro y conocimiento de estas parejas. Realizamos la mayor parte del trabajo de campo en España, y especialmente en Cataluña, región con una de las tasas más altas de matrimonios mixtos dentro de España (INE 2019) y sede del equipo de investigación. También realizamos seis incursiones a países de procedencia de cónyuges de españoles: tres en Brasil, dos en México y una en Ucrania.
En Brasil aprovechamos parte de los fondos del proyecto y la cobertura de otro concomitante4, lo que permitió a una investigadora realizar una estancia de tres meses en 2011. Realizó cinco entrevistas a parejas heterosexuales formadas por una persona brasileña y otra española, y observación participante en asociaciones españolas y catalanas de São Paulo. Con esos fondos pudo costearse también el trabajo de campo de un investigador y una investigadora en Natal (NE de Brasil), por tres semanas en 2011. Durante esa estancia se realizaron seis entrevistas en profundidad y seis informales con parejas binacionales, agencias matrimoniales de la ciudad y hombres de negocio españoles con relaciones con mujeres brasileñas de la zona. Simultáneamente se hizo observación participante en destacados enclaves turísticos y complejos de ocio nocturno. Finalmente, una investigadora consiguió una Beca de la Fundación Carolina de Movilidad entre Brasil y España para hacer trabajo de campo en Rio de Janeiro por un mes en 2013. Realizó seis entrevistas en profundidad a españoles que optaron por emigrar a Brasil tras iniciar una relación sentimental con un/a brasileño/a, y contactó con diversas asociaciones españolas en la ciudad.
En dos ocasiones (2013 y 2014) se aprovecharon desplazamientos de un investigador del equipo por motivos académicos a México para realizar entrevistas con informantes contactados previamente en distintos foros o facilitados por colegas de universidades mexicanas, y observación en casas regionales españolas, realizándose un total de seis entrevistas.
La estancia de junio de 2007 en Ucrania se fraguó a partir del contacto con diversas agencias matrimoniales especializadas. Hubo dos agencias dispuestas a recibirnos y contarnos las características del negocio. Con una de ellas, denominada Interdating (http://www.interdating.es/) -la otra fue Chicas del este (http://www.chicasdeleste.com/)- acordamos realizar observación participante en un viaje a Kiev, pagando el precio de cualquier usuario (1.500€). La empresa había nacido en los 90 en EE. UU. y Alemania. En 2006 se había establecido en España, afirmando disponer ya de 1.000 hombres españoles afiliados. Contaba con 1.020 ucranianas afiliadas.
Durante el mes de nuestra estancia la agencia asistió a 39 personas, entre ellos seis españoles. Se llevó a cabo observación diaria en la agencia, se realizaron un total de 15 entrevistas a mujeres ucranianas y 6 entrevistas informales a cuatro clientes españoles, visitas a agencias matrimoniales de la ciudad y a una pareja de español y ucraniana residente en Kiev (Roca 2016; 2011).
En cuanto al entorno virtual, nuestro trabajo de campo consistió en la búsqueda y análisis de páginas de agencias matrimoniales de búsqueda de pareja transnacional a través de viajes e Internet (especialmente las que ofertaban relaciones con mujeres de Rusia y Ucrania, y con “mujeres latinas”, según su propia terminología) y en la observación en algunos foros especializados de parejas mixtas, de donde surgieron algunos futuros informantes. El rol del investigador, en primera instancia, fue el de observador no participante; más adelante, en algunos casos, de observador participante, exponiendo su condición de investigador, las líneas generales del proyecto y solicitando la colaboración de quienes lo desearan.
Nuestra investigación también podría considerarse como etnografía multisituada o multi-local, dado que nuestro objeto de estudio era, en última instancia, móvil y múltiplemente situado, que uno de nuestros objetivos era el de seguir empíricamente el hilo conductor de procesos culturales (Marcus 1995) y que nuestros sujetos de estudio formaban parte de procesos transnacionales y de intrínseca movilidad, tanto física como virtual. Y también como una etnografía virtual (Hine 2004). Nuestro trabajo describe una comunidad global de mujeres y hombres envueltos en relaciones de noviazgo y de pareja/matrimonio y plantea la cuestión, entre otras, de cómo el desarrollo de Internet y de las distintas formas de comunicación electrónica han permitido la emergencia de nuevos tipos de comunidades imaginadas (Anderson 1983) y cómo los investigadores cualitativos pueden acometer el estudio de éstas.
El análisis de la información se llevó a cabo mediante un vaciado de datos ordenados de acuerdo con un conjunto de categorías temáticas en consonancia con los objetivos de la investigación y las características de la información recogida. En los dos primeros proyectos se utilizaron los programas MAXQDA y Atlas.ti respectivamente, dado que nos enfrentábamos al análisis de un número considerable de entrevistas. Se procedió al refinamiento de las categorías y los datos codificados mediante la triangulación de datos, lo que permitió su validación.
3. UN PROYECTO DE INVESTIGACIÓN CUALITATIVA LONGITUDINAL NO PREVISTO
Al solicitar el primer proyecto nuestra intención fundamental era acometer una investigación de tres años sobre el problema relativamente acotado de las motivaciones de los hombres españoles que decidían buscar una pareja femenina no española, los recursos que ponían en marcha para conseguir el objetivo, las posteriores relaciones de género y la gestión de la interculturalidad de la pareja constituida.
Si hubiéramos procedido bajo una lógica deductiva y hubiéramos construido un proyecto basado en el uso de instrumentos más estandarizados, probablemente la investigación habría terminado al finalizar los tres años y hubiéramos acometido otra distinta. Pero el uso de una metodología flexible y de fuentes de diversa naturaleza -factible entre otras cosas por la existencia de un equipo de investigación interdisciplinario- pronto puso en evidencia la pertinencia de continuar con el mismo objeto de estudio, pero aplicado a colectivos diferentes. Encadenamos entonces los proyectos referidos que, si bien tenían sujetos de referencia distintos, mantenían el mismo objeto de estudio. Esto nos llevó a plantearnos la posibilidad y a tener la capacidad de llevar a cabo un proyecto longitudinal. Las mismas características de la investigación conducían a esta posibilidad, puesto que en los primeros proyectos habíamos recogido los relatos de parejas que generalmente se habían formado hacía poco tiempo, sin hijos, con pocos casos de divorcios, etc. Sus relatos contenían, porque así lo habíamos previsto en las guías de entrevista, la descripción de un pasado reciente de constitución de la pareja, que se relataba desde un presente instalado en la fase inicial -a menudo eufórica y no problemática- de la relación, y una mirada repleta de proyectos que dibujaban escenarios de una familia intercultural, de roles de género imaginados, de relaciones familiares deseadas, etc.
En muchos casos, la misma naturaleza de la metodología utilizada hizo que la relación de las entrevistadoras y el entrevistador con los informantes prosiguiera más allá de la situación de entrevista formal. Varias de las mujeres migrantes por amor a España contaban con una casi inexistente red social puesto que, en ocasiones a instancias de sus maridos, no deseaban mezclarse con mujeres connacionales para no conformar un gueto, ni con migrantes “económicas” para no ser asimiladas a trabajadoras pobres. Tampoco aspiraban a tener un trabajo remunerado extra-doméstico en un primer momento, priorizando su papel de ama de casa como una prueba de interés primario y absoluto en la relación de pareja más que en su carrera profesional. En ocasiones, esta relación nos llevó a ayudarles en consultas o trámites como, por ejemplo, la convalidación de sus estudios. La propia estrategia de captación de informantes, a partir inicialmente de las redes personales de los miembros del equipo, y el hecho de que cinco investigadoras pertenecieran ellas mismas a parejas mixtas -cuatro mujeres no españolas casadas con españoles y una mujer española con un cónyuge latinoamericano- contribuyó de manera importante a la continuidad de la relación con algunas de las personas entrevistadas. El contacto continuado nos aportaba información sobre las vicisitudes de la pareja. Esto constituía una invitación inmejorable para realizar nuevas entrevistas, cosa que hicimos en algunos casos aun antes de plantearnos la realización de un estudio longitudinal.
Todo ello supuso una oportunidad, por cuanto la filosofía de la ICL está enfocada principalmente a proporcionar información de los cambios acontecidos en las personas y en los colectivos durante períodos temporales extensos, y observar cómo las personas y los grupos responden al cambio social y a la gestión de identidades (Caïs, Folguera y Formoso 2014). Y son precisamente los roles vinculados a la identidad de género y a la negociación de la identidad cultural de la pareja como tal (y de la potencial familia mixta), las dos principales unidades de análisis que habíamos abordado desde el inicio.
Existen varios enfoques para el diseño mediante ICL, pero el predominante se centra en la realización de entrevistas repetidas sucesivamente a la misma persona a lo largo del tiempo para construir relatos de vida, que se pueden estudiar a nivel individual o comparativo (Thomson 2007). Que las entrevistas derivadas de los tres proyectos anteriores no fueran inicialmente pensadas con el objetivo de “volver al entrevistado/a” no ha sido un impedimento porque la temática y los focos de interés se mantuvieron en todos los proyectos. Como han señalado Botía y Jurado (2018) entrevistar a una misma persona en dos momentos diferentes de su ciclo vital permite captar la transformación de su discurso y de sus prácticas, comparar los ideales iniciales con las prácticas posteriores, poniendo de manifiesto las justificaciones de los posibles cambios y/o incoherencias, así como de las continuidades más o menos latentes. Igualmente, minimiza las distorsiones del recuerdo selectivo que suele producir la construcción del pasado a partir del presente mediante preguntas retrospectivas, evaluar las preferencias adaptativas que reducen las disonancias cognitivas y aprovechar la confianza generada en la primera entrevista (Botía y Jurado 2018, Roca y Martínez 2006).
El proceso, apasionante, de proponernos un proyecto de ICL partiendo de una base de tres proyectos realizados durante nueve años, sin ningún planteamiento inicial longitudinal acarreó una continua toma de decisiones y de reflexión acerca de los procesos más adecuados para armonizar la base cualitativa/ etnográfica de la que partíamos y el objetivo longitudinal que pretendíamos.
3.1. Conformación de la muestra de informantes a revisitar
Si bien en las investigaciones cualitativas la problemática del muestreo parece registrar menos importancia que en las de tipo cuantitativo, la necesidad de reflexionar, argumentar y explicitar lo que debe ser la muestra y cómo se ha configurado resulta, como ha señalado Hosnedlová (2020: 125-126), de suma importancia, más aún en el abordaje de procesos migratorios, donde la probabilidad de pérdida de contacto con los informantes es mayor.
Para establecer la muestra de informantes recopilamos el material de entrevistas de los tres proyectos anteriores. Una vez descartadas aquellas con datos incompletos, obtuvimos 128 transcripciones a personas/parejas que podían ser eventualmente “re-visitadas”. Solicitamos a los/as nueve investigadores/as que habían hecho esas entrevistas a lo largo de los distintos proyectos que seleccionaran aquellas que pensaban que sería interesante repetir, a partir de los temas “abiertos” que recordaran que se habían tratado en la (o las, en algunos casos) entrevista anterior. Con esa base se consolidó una “muestra inicial” que dio como resultado una pre-selección de 70 entrevistas (38 individuales; 16 conjuntas -32 informantes- y 16 dobles -16 informantes-) realizadas a un total de 82 informantes (4 informantes fueron entrevistados en dos ocasiones). Aunque no buscábamos representatividad estadística, intentamos incluir a esposos/as provenientes de los principales países de origen de cónyuges extranjeros de parejas mixtas en España cuando no aparecían en esta pre-selección.
3.2. Toma de contacto con los potenciales informantes
Convenimos que cada entrevistador/a intentaría contactar con los informantes incluidos en ese corpus de 82 personas a los que hubiera entrevistado años atrás, para verificar si aceptarían ser revisitados/as. Establecimos el criterio de que, a poder ser, la misma persona que le/s entrevistó la primera vez lo hiciera nuevamente. En lo que respecta al tipo de entrevista (individual, conjunta, doble), acordamos intentar repetir la fórmula inicial, pero que se dejaría a la libre elección de las personas entrevistadas y/o a merced de su disponibilidad actual. Sólo cinco personas prefirieron no volver a participar en las entrevistas.
Sin embargo, descartamos a 37 informantes por la imposibilidad de volver a contactarles (datos telefónicos desactualizados; cambios de residencia; ausencia de respuesta…), produciéndose el habitual “adelgazamiento” de la muestra que acostumbra a estar presente en los estudios longitudinales. Como resultado, el número de entrevistas realizadas fue de 34, distribuidas de la siguiente manera: 21 entrevistas individuales; 7 conjuntas (a ambos miembros de la pareja simultáneamente, esto es 14 informantes) y 6 dobles (a ambos cónyuges por separado, esto es 6 informantes). De las 31 parejas originales, 20 seguían con el mismo cónyuge, 6 relaciones habían finalizado y el/la informante no habían formado nueva pareja, y otros/as 5 habían encontrado nueva pareja. Entre ellas, 18 tenían ahora hijos comunes de edades que variaban entre 24 y 2 años, aunque una informante estaba embarazada. Entre las mujeres entrevistadas había 11 españolas, 3 mexicanas, 2 peruanas y una de cada uno de los siguientes orígenes: Brasil, Cuba, China, Ecuador, Francia, Japón, Rumania, Rusia, Serbia, y Ucrania. Entre los hombres entrevistados había 11 españoles, 1 hondureño, 1 marroquí y 1 inglés.
3.3. Preparación y desarrollo de las entrevistas
Debido al carácter longitudinal de la metodología utilizada en este proyecto, la guía de la entrevista debía adaptarse a las vicisitudes de los sujetos a revisitar. Una vez acordada la entrevista, dos personas del equipo (el/la investigador/a que había realizado la primera entrevista y un/a investigador/a más) leían cuidadosamente la transcripción de la entrevista anterior. Una vez hecho esto, debían completar una “ficha preparatoria de entrevista”, detallando tanto los temas presentes en la entrevista anterior (que deberían retomarse en este nuevo encuentro con el/la informante), como los temas que en la primera entrevista no habían sido abordados. Durante este proceso debían tener en cuenta, además, el contenido de una guía genérica que elaboramos sobre género e interculturalidad, que recogía los temas que sobre estos ítems habíamos ido abordando en los proyectos anteriores (véase apartado 2.2.1). Con ambas fichas preparatorias completadas, los/as investigadores/as comparaban y unificaban todo en una sola ficha que se usaba como guía para esa entrevista específica. A pesar de todo este proceso preparatorio, intentábamos iniciar cada nueva entrevista con una pregunta abierta “¿Qué ha pasado desde la última vez que nos vimos?” Sólo cuando el/la entrevistado/a no desarrollaba espontáneamente los temas que habíamos identificado como importantes, se planteaban preguntas más puntuales y dirigidas.
Las entrevistas se realizaron cara a cara en 24 ocasiones, a través de Skype en 9 ocasiones y por vía telefónica en una ocasión. En algunos casos se obtuvieron informaciones puntuales con posterioridad a las entrevistas mediante un nuevo contacto, vía correo electrónico, a través del WhatsApp o por teléfono. Siempre fueron grabadas, previo permiso de las personas entrevistadas, quienes además firmaron una hoja de consentimiento informado sobre la finalidad del proyecto y el uso de la información recogida. En total se grabaron 57 horas de entrevista, que fueron transcritas íntegra y literalmente. De las 34 entrevistas realizadas, finalmente 29 fueron llevadas a cabo por las mismas entrevistadoras y entrevistador que realizaron las anteriores, y sólo en cinco ocasiones las realizó un/a entrevistador/a distinto/a. Debido principalmente a las rupturas, algunas entrevistas que antes habían sido conjuntas o dobles, fueron ahora individuales.
4. MONTANDO EL ROMPECABEZAS: ANÁLISIS DE RESULTADOS Y PRIMEROS APORTES SOBRE TRANSFORMACIONES DE GÉNERO EN EL SENO DE PAREJAS MIXTAS EN ESPAÑA
Los datos recogidos a lo largo de cuatro proyectos desarrollados en equipo durante más de una década exigieron una buena planificación de las tareas de organización y codificación, a fin de permitir posteriormente encarar el análisis con garantías. El análisis, como ha señalado Hosnedlová (2020: 130), tuvo que ser especialmente creativo y flexible para ajustarlo a las características de los datos obtenidos. De manera general, dada la naturaleza cualitativa del proyecto, partíamos de la premisa de realizar el descubrimiento en progreso que permitiera generar conceptos, tipologías y/o teorías sobre la realidad estudiada y la puesta a prueba de las proposiciones sobre la misma (Hammersley y Atkinson 1994; Denzin 1978; Katz 1983; Glaser y Strauss 1967), a fin de alcanzar una compresión en profundidad de los temas y personas investigados (Taylor y Bogdan 1992).
En los estudios cualitativos longitudinales existen dos enfoques principales: el transversal recurrente y el enfoque de trayectoria (Grossoehme y Lipstein, 2016). Elegimos el segundo, que se caracteriza por concentrarse en los cambios a nivel individual o en pequeños grupos de individuos, dado que nuestras unidades de muestra la constituían parejas.
Teníamos ante nosotros/as 70 entrevistas para analizar (34 del proyecto longitudinal, más las 36 realizadas a estas mismas personas/parejas en los proyectos anteriores, ya que en dos ocasiones los informantes ya habían sido entrevistados dos veces). El proceso que seguimos se inició con la lectura por parte del equipo de investigación en su conjunto de todas las entrevistas generadas a lo largo del trabajo de campo. El objetivo era familiarizarse con el contenido de todo el material de entrevista recogido y vislumbrar posibles ejes o categorías temáticas relevantes. No partíamos de cero, dado que, si bien las entrevistas fueron realizadas con un alto grado de flexibilidad en cuanto a la estructura de las mismas, todas las personas entrevistadoras intentaron ajustarse a los guiones de entrevista que habíamos elaborado: la genérica, que elaboramos sobre género e interculturalidad, en donde se incidía sobre cuestiones relacionadas con estos dos temas a partir de la consideración del ámbito doméstico, el ámbito privado y el ámbito público; y la particular o ad hoc, para cada informante. Implementamos, además, otra acción para refinar la elaboración de las categorías. Una colaboradora se encargó de leer todas las entrevistas, llevando a cabo un “índice” del contenido para cada una, en donde se recogían los temas que aparecían en cada entrevista y las veces o frecuencia en que lo hacían.
Dado que el número de entrevistas era manejable, que su análisis debía llevarse a cabo teniendo en cuenta dos entrevistas para cada pareja y que el número de investigadores/as disponible era elevado, decidimos no utilizar programas de análisis cualitativo, como sí hicimos en dos de los tres proyectos anteriores en los que el número de entrevistas a analizar era mayor y la secuencialidad temporal no constituía una variable. Formamos entonces diversos subgrupos dentro del equipo. Teniendo presentes los dos grandes ejes temáticos de los distintos proyectos, definimos un marco de focos temáticos de análisis. Nos centraremos, a modo de ejemplo, en el relativo al género, en el que abordamos las resistencias y las transformaciones en las relaciones de género y, como subtemas, consideramos el empoderamiento y la agencia femenina, la gestión de las masculinidades y la inversión de roles. Ello, complementado con la atención a la gestión y transformación del amor y la intimidad en la pareja, incluyendo, como subtemas, los procesos de divorcio.
El trabajo de análisis de cada sub-grupo consideró tanto categorías como elementos conceptuales y teóricos para abordar los datos. La amplia información contenida en las fichas de entrevista completadas después de cada encuentro con informantes y el “índice” de temas y su frecuencia, -preparados para cada una de las entrevistas- hizo posible que, en casos de análisis de cuestiones muy específicas, pudiéramos seleccionar un delimitado grupo de entrevistas a analizar y no su totalidad, favoreciendo así la profundidad del análisis. El análisis de las entrevistas se acompañó con la consideración de la bibliografía trabajada y de los datos procedentes de otras fuentes. Las reuniones plenarias periódicas dieron lugar a presentaciones y debates sobre los resultados obtenidos en cada uno de los sub-grupos y a la elaboración de interpretaciones consensuadas5.
A continuación, presentamos un caso de análisis para ilustrar nuestro proceder analítico y mostrar las potencialidades de un análisis cualitativo longitudinal aplicado al estudio de parejas binacionales. En él podemos apreciar lo apuntado por Thomson (2007) en el sentido de que este tipo de datos ayudan a superar la simple descripción cronológica de acontecimientos y de cambios al permitir una exploración más dinámica de cómo el individuo se involucra en la creación de ese cambio en un contexto temporal y social específico.
Con el ejemplo que hemos presentado queda claro que si hubiéramos realizado únicamente la primera entrevista tendríamos un caso de pareja mixta considerada socialmente “típica” y como una de las posibles dentro de las tipologías manejadas por la literatura especializada (véase Constable 2003 y Williams 2010). Si hubiéramos realizado sólo la segunda o, más aún, sólo la tercera, si bien hubiéramos podido intentar trazar el recorrido de la pareja desde sus inicios hasta la fecha de realización de la entrevista, el discurso resultante hubiera sido un relato retrospectivo -por tanto, realizado desde un presente muy alejado de los hechos iniciales- llevado a cabo únicamente por ambos miembros de la pareja desde las respectivas posiciones detentadas en el momento de la entrevista. Sin duda, los procesos de cambio ocurridos en la pareja no hubieran sido tan detalladamente descritos ni recogidos. En un caso porque ellos aún no habrían ocurrido, y en el otro porque el lapso transcurrido habría desencadenado una “explicación” y “comprensión” de los hechos básicamente presentista, perdiéndose los matices y la textura del relato incrustado en los presentes continuos que nos ha proporcionado la realización de tres entrevistas distribuidas a lo largo de una década.
El enfoque longitudinal cualitativo permite la observación y comparación de los discursos en el tiempo. No sólo por parte de los/las investigadores/as, sino también de y con los/as informantes, porque en cada entrevista posterior a la inicial se retoma el bagaje de la/s anterior/es, lo que hace posible recoger un buen número de acontecimientos vitales experimentados por la pareja y trazar su evolución en el tiempo. De este modo recogemos mejor la lógica de las trayectorias y de los hechos, con sus motivos, sus causas, sus factores intervinientes, etc.
Eduard se presenta en la entrevista inicial como un representante prototípico de la masculinidad tradicional que busca una relación complementaria desigual de pareja, con una capa de barniz “atenuante” y algo “contradictoria” por su apuesta por dar instrumentos de autonomía a su pareja a través de los estudios. Estas motivaciones apenas pueden ser complementadas por las Tania porque su participación en la entrevista inicial es prácticamente nula, adoptando un papel pasivo y supuestamente de conformidad acrítica, aunque entonces su conocimiento del idioma era escaso.
En las dos entrevistas posteriores asistimos a la expresión del crecimiento cada vez más intenso del proceso de agencia (Crockett, 2002; McNay, 2013) de Tania, fundamentado en los estudios, el trabajo, la maternidad, la obtención de la nacionalidad, etc. y manifestado en su creciente intervención en las entrevistas y su actitud crítica con su pareja. Como si de vasos comunicantes se tratara, Eduard contrapone al “ascenso” de Tania una posición menguante, al “empoderamiento” (Kabeer, 1999; Tengland, 2008) de ella una “crisis de su masculinidad” (Vigoya, 2007; Synnott, 2009; Aboim, 2010), resultando en un cambio de roles de signo antitético a los perseguidos inicialmente por Eduard: él pasa de ser el hombre proveedor, tanto material como intelectualmente, a ocuparse de las cuestiones domésticas y de la crianza de la hija de ambos. Algo que vive como un fracaso con tintes freudianos -describe la situación como un “matar al padre” por parte de Tania-, que asume pero que le incomoda y que incluso intenta disfrazar apelando, como un intento final desesperado, al resquicio de su aún posición de poder en su faceta de orientador y consejero de la carrera laboral de Tania y en el papel que juega en la educación de la hija frente al de ella. De hecho, parece que a Eduard sólo le queda la ficción de una supuesta “autoridad” frente al “poder” de Tania. Pero también este caso puede mostrarnos, igualmente, un ejemplo de los cambios a cámara lenta de las masculinidades de que habla Segal (2007).
5. CONCLUSIÓN
Hemos ilustrado el proceso de llevar a cabo una ICL en el marco de diversos proyectos de investigación concedidos dentro de convocatorias oficiales competitivas que requieren propuestas formalizadas en base a criterios rígidos de planteamiento y desarrollo de la investigación. La culminación de este proceso de investigación de más de diez años en un proyecto de ICL no previsto inicialmente añadía más dificultades aparentes a nuestro trabajo.
Con la presentación del proceso metodológico detallado de estos cuatro proyectos demostramos la viabilidad de nuestra propuesta. Ello ha sido posible mediante la implementación de distintas fórmulas de ajuste que nacen de la misma naturaleza epistemológica de la metodología cualitativa, más concretamente de su flexibilidad endémica tanto antes como durante el proceso de investigación.
La investigación realizada no constituye un “modelo puro” de investigación cualitativa. Pero podríamos decir que hicimos de la necesidad virtud, y que lo que podía suponer un hándicap para llevar a cabo una investigación cualitativa “pura” resultó ser una ventaja para realizar un proyecto de ICL no previsto inicialmente. Porque, en efecto, la existencia de un equipo de investigación amplio y pluridisciplinar nos permitió no sólo llevar a cabo un número importante de entrevistas, sino también recoger información suplementaria a la estrictamente derivada de las entrevistas.
Además, los instrumentos diseñados para la realización de las entrevistas nos permitieron y facilitaron seguir manteniendo contacto con muchas de las personas entrevistadas, creando las condiciones adecuadas para volver a entrevistarlas. Debemos señalar el valor de las aportaciones de la ICL para superar las fotos fijas de los proyectos que no la incorporan y, por tanto, conocer el carácter procesual, dinámico y cambiante de la realidad social. Esto resulta fundamental en el caso del estudio de relaciones de pareja y de personas integrantes del campo migratorio, en donde el peso de las expectativas y el hecho de tener que afrontar nuevas condiciones materiales de existencia y nuevos marcos identitarios produce trayectorias e itinerarios plagados de transformaciones a lo largo del tiempo. Nuestro trabajo aporta una serie de contribuciones no habituales en la litera tura sobre las unidades de análisis principales de nuestra investigación. Por un lado, presenta una detallada descripción y reflexión sobre cuestiones metodológicas surgidas en investigaciones sobre parejas mixtas que son prácticamente inexistentes en este ámbito, con pocas excepciones (Takeda, 2012). Por otro, se trata de un ejemplo de investigación cualitativa longitudinal con una misma muestra que, a diferencia de la mayor parte de trabajos existentes, toma en consideración un período de tiempo muy extenso (13 años, de 2006 a 2018). En proyectos de naturaleza similar se trabaja con espacios temporales bastante más cortos, normalmente de menos de tres años, como por ejemplo el de Botía-Morillas y Jurado-Guerrero (2018), siendo raros los que alcanzan una mayor extensión, como el de Hosnedlová (2020) que llega a los ocho años. Obviamente, como cualquier enfoque metodológico, la investigación longitudinal no está exenta de limitaciones, que en nuestro caso pudieron resultar aún mayores por el hecho de no haberla planificado desde el principio. La “pérdida” de informantes ha permitido menor control sobre la muestra. Por el contrario, disponer de distintos proyectos consecutivos, enfocados en el mismo objeto y sujetos de estudio, así como de un equipo amplio de investigación, han reducido uno de los hándicaps principales de la investigación longitudinal, como es su costo en tiempo y en esfuerzo para la recogida y análisis de la información. Con la experiencia relatada en este artículo, en cualquier caso, no hemos querido contribuir a fomentar las ansiedades metodológicas (Marcus 1995), sino mostrar un ejemplo de las posibilidades y estrategias para afrontar retos metodológicos en investigación cualitativa en el marco de las actuales condiciones hegemónicas de producción del conocimiento.
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Notas