Recepción: 19 Enero 2023
Aprobación: 15 Noviembre 2023
DOI: https://doi.org/10.5944/empiria.61.2024.41287
Resumen: En los últimos veinte años, el desarrollo y expansión de las condiciones técnicas de producción fotográfica y el creciente interés de las ciencias sociales por la visualidad ha generado nuevos debates –y ha actualizado los viejos– sobre las potencias y límites de las metodologías visuales. Este artículo plantea un ejercicio de reflexividad situada sobre tres efectos o promesas que la literatura especializada señala como puntos fuertes de la incorporación en los diseños de investigación de las metodologías visuales en general y de las entrevistas foto-elicitadas en particular: la promesa de la emergencia de información inesperada, la promesa del enriquecimiento informativo y la promesa del puente hacia los mundos de los y las participantes. Para ello, se analiza una experiencia de entrevistas foto-elicitadas autoproducidas en el marco de una investigación sobre trayectorias educativas, identidades y aspiraciones de grupo de jóvenes. Respecto a la promesa de la emergencia, se señala el papel fundamental de la directividad de los diseños e instrucciones que se proponen a los y las participantes en la producción fotográfica. Respecto a la promesa del enriquecimiento informativo, se destaca el papel clave que jugó la vinculación –desigual– hacia el proyecto y el investigador que desencadenó la propuesta de producción fotográfica y la posibilidad que tienen los y las participantes en ciertos diseños de anticipar los discursos que proyectaran durante las entrevistas. Respecto a la promesa del puente hacia el mundo de los y las participantes, se identifica la importancia de los condicionantes de fotografiabilidad de las diferentes realidades por las que los y las jóvenes fueron preguntados y se presenta la herramienta analítica de los modelos de fotografiabilidad. El artículo sintetiza y concluye las reflexiones en forma de un decálogo de preguntas que contribuyen a una mayor reflexividad en el diseño de entrevistas foto-elicitadas y metodologías visuales autoproducidas. Respecto a la promesa de la emergencia, se señala el papel fundamental de la directividad de los diseños e instrucciones que se proponen a los y las participantes en la producción fotográfica. Respecto a la promesa del enriquecimiento informativo, se destaca el papel clave que jugó la vinculación –desigual– hacia el proyecto y el investigador que desencadenó la propuesta de producción fotográfica y la posibilidad que tienen los y las participantes en ciertos diseños de anticipar los discursos que proyectaran durante las entrevistas. Respecto a la promesa del puente hacia el mundo de los y las participantes, se identifica la importancia de los condicionantes de fotografiabilidad de las diferentes realidades por las que los y las jóvenes fueron preguntados y se presenta la herramienta analítica de los modelos de fotografiabilidad. El artículo sintetiza y concluye las reflexiones en forma de un decálogo de preguntas que contribuyen a una mayor reflexividad en el diseño de entrevistas foto-elicitadas y metodologías visuales autoproducidas.
Palabras clave: Entrevista foto-elicitada, metodologías visuales, producción fotográfica, sociología visual, metodologías cualitativas.
Abstract: In the last twenty years, the development and expansion of the technical conditions of photographic production and the growing interest of the social sciences in visuality have generated new debates –and updated old ones– on the powers and limits of visual methodologies. This article proposes an exercise in situated reflexivity on three effects or promises that the specialised literature points out as strong points of the incorporation of visual methodologies in general and photo-elicited interviews in particular into research designs: the promise of the emergence of unexpected information, the promise of informational enrichment and the promise of a bridge to the participants’ worlds. For this purpose, an experience of auto-produced photostimulated interviews is analysed in the framework of a research on educational trajectories, identities and aspirations among a group of young people. Regarding the promise of emergence, we point out the fundamental role of the directivity of the designs and instructions proposed to the participants in the photographic production. Regarding the promise of informational enrichment, the key role played by the –unequal– engagement to the project and the researcher who triggered the proposal for photographic production and the possibility for participants in certain designs to anticipate the discourses they would project during the interviews is highlighted. Regarding the promise of the bridge to the world of the participants, the importance of the conditionings of photographability of the different realities about which the young people were asked is identified and the analytical tool of the models of photographability is presented. The article synthesises and concludes the reflections in the form of a decalogue of questions that contribute to greater reflexivity in the design of photo-elicited interviews and auto-produced visual methodologies.
Keywords: Photo-elicitation, visual methodologies, photographic production, visual sociology, qualitative methodologies.
1. INTRODUCCIÓN
La entrevista foto-elicitada1 consiste en la incorporación de fotografías durante una entrevista a modo de estímulos para activar respuestas, recuerdos, actitudes, opiniones,creencias y significados en los entrevistados y entrevistadas (Meo 2010). Investigaciones anteriores (Pain 2012; Torre y Murphy 2015) identifican potencias de incorporar imágenes en las entrevistas tales como: una alta posibilidad de emergencia de nuevos temas y categorías, una mayor vinculación de los y las participantes con la investigación, el acceso a perspectivas y puntos de vista normalmente ocultos y un enriquecimiento de la información producida durante la entrevista.
A partir de la experiencia con la entrevista foto-elicitada en una investigación con jóvenes se identificó que, si bien hay algunos aspectos ampliamente abordados por la literatura especializada –vinculación, emergencia, empoderamiento y acceso a realidades lejanas para el investigador, principalmente– existen otros factores importantes para la implementación de estas técnicas que han recibido menos atención. Concretamente, la literatura ha abordado en menor medida los debates respecto a la directividad de los diseños y sobre la fotografiabilidad de las realidades a representar.
Por ello, este artículo tiene como objetivo presentar un ejercicio de reflexividad metodológica sobre una experiencia con las entrevistas foto-elicitadas señalando potencialidades y limitaciones que puedan ser de ayuda para un despliegue más autoconsciente de los diseños de investigación que incorporen esta técnica. Con este objetivo, en un primer apartado del artículo, se presentará la investigación en la que se enmarca esta reflexión y sus características principales. A continuación, el texto discutirá en los siguientes apartados como las promesas de 1) mayor emergencia de información inesperada, 2) enriquecimiento informativo y 3) de puente hacia los “propios mundos” (Wang et al. 2004: 911) de los y las participantes han operado en esta investigación en particular.
Así pues, en el segundo apartado se plantean algunas claves interpretativas sobre la relación entre la directividad de los diseños de entrevista foto-elicitada y su potencial capacidad de hacer emerger temas nuevos o inesperados. En el tercero, analizando la relación entre los y las participantes y la investigación, se identifica como el enriquecimiento informativo ha dependido en sobremanera a la producción de vínculos entre investigador y participantes y a la anticipación de las reflexiones que se proyectarían en la entrevista. En el cuarto apartado, se demuestra que la representación fotográfica del mundo de los y las participantes se encuentra sesgado por unos condicionantes de fotografiabilidad y se defiende el concepto de modelos de fotografiabilidad como una herramienta clave en las investigaciones que requieran de una producción fotográfica producida por los y las participantes. Finalmente, las conclusiones del artículo sintetizan sus principales hallazgos y presenta una batería de preguntas destinadas a enriquecer la reflexividad en el diseño de modelos que incorporen entrevistas foto-elicitada y/o ejercicios de producción de imágenes por parte de los y las participantes.
2. LA INVESTIGACIÓN
La investigación en la que se enmarca este artículo analizaba las transiciones educativas de hijos e hijas de migrantes marroquís y pakistaníes en los dos institutos públicos de un barrio de Barcelona caracterizado por altos niveles de segregación educativa y urbana. El foco de interés del estudio se encontraba en la producción identitaria y aspiracional de los y las jóvenes en contextos de alta segregación y como éstos influían en sus transiciones educativas. Para ello, se acompañó durante sus transiciones hacia la educación postobligatoria a hijos e hijas de migrantes marroquís y pakistaníes -dos de las nacionalidades extranjeras más numerosas de la ciudadque estaban cursando 4º de la ESO2 en los dos únicos institutos públicos del barrio. La muestra resultante es de 18 chicos y chicas de 15 y 16 años que constituían todo el universo de personas que cumplen los requisitos anteriores durante el año natural en el que se llevó a cabo el trabajo de campo. El diseño de investigación fue cualitativo y longitudinal y se basaba en la sucesión de tres entrevistas antes y después del punto de inflexión de la transición de modo que se podían identificar las transformaciones en los discursos y significados atribuidos los condicionantes escolares y sociales que explican las trayectorias del alumnado. El acceso al campo se produjo mediante el acuerdo con las direcciones de los centros educativos y el consentimiento firmado de los adultos de referencia de los y las jóvenes. Todas las entrevistas se llevaron a cabo en los centros educativos o en sus alrededores y fueron grabadas, transcritas y analizadas con el software Atlas.ti.
En relación con las cuestiones de ética de investigación, el trabajo de campo y el análisis se ha llevado a cabo bajo el permiso del profesorado y dirección de los centros educativos y después del consentimiento expreso del alumnado y sus tutores legales. Además, para reforzar la confidencialidad que cualquier investigación cualitativa debe respetar (Creswell y Poth 2018), los nombres de los chicos y chicas de la muestra se han sustituido por pseudónimos escogidos por ellos mismos y no se hace público el año del trabajo de campo. Respecto al uso de técnicas de autoproducción de imágenes por personas participantes y menores de edad, se han tomado más precauciones y solo se muestran imágenes que no comprometan la confidencialidad de sus autores y autoras. Asimismo, en ésta y otras publicaciones relacionadas con esta investigación, se prioriza el uso de las imágenes en las que no aparezcan personas y, cuando esto ocurre, se edita la imagen para garantizar su anonimato.
Se decidió incorporar una entrevista foto-elicitada en uno de los encuentros porque, tal como plantean Torre y Murphy (2015), los chicos y chicas levantan un puente hacia su realidad y cotidianidad personal mediante las fotografías permitiéndonos ver con los ojos de las personas entrevistadas. Por este motivo, los diseños de investigación que incluyen fotografías autoproducidas son una buena opción para comprender realidades normalmente inaccesibles (Johnsen et al. 2008) o aspectos con una carga emocional importante como las identidades sociales de clase (Meo 2010), de género (Slutskaya et al. 2012) o étnico-raciales (Allen 2012).
Concretamente, el segundo de los tres encuentros consistía en una entrevista foto-elicitada mediante fotografías realizadas por los y las jóvenes a partir de unas instrucciones facilitadas durante la entrevista anterior. En las instrucciones [Anexo 1] se pedía a los y las jóvenes que realizasen una sola fotografía para diez temas que se consideraban de interés para la investigación. Cada uno de los temas se introducían mediante preguntas genéricas para no condicionar excesivamente la respuesta (Identidad, Amigos, Familia, Escuela, Comunidad, Gustos, Orígenes, Barrio, Religión y Futuro). Además, en las instrucciones se les daba la opción de aportar una o dos fotografías extra de temática libre para presentar aspectos importantes de su vida que quisieran mostrar pero que no estaban contempladas en las indicaciones.
Para mi sorpresa, al empezar a recibir las producciones visuales de los y las jóvenes se hizo patente que las instrucciones habían sido interpretadas de forma bastante libre. Muchos de los y las participantes no hicieron las fotografías para la investigación, sino que reciclaron algunas de las que tenían almacenadas en sus dispositivos móviles o directamente las descargaron de internet. Al principio, se interpretó esta “rebelión” como un fracaso del ejercicio de autoproducción de imágenes, pero la libre interpretación de las instrucciones no implicó que las entrevistas foto-elicitadas fuesen poco informativas, todo lo contrario. Además, el ejercicio de apropiación de las instrucciones para la autoproducción de imágenes por parte de los y las jóvenes se convirtió en un fenómeno de interés en sí mismo.
Hay algunos aspectos clave del diseño e implementación de la entrevista foto-elicitada en esta investigación que deben tenerse en cuenta. En primer lugar, el diseño de entrevista es atípico porque sostiene un equilibrio entre la producción fotográfica de los y las jóvenes y una conducción bastante directa por parte del investigador. La literatura especializada suele distinguir entre entrevistas foto-elicitadas tradicionales y autoconducidas (Torre y Murphy 2015). En las primeras, las producciones fotográficas o visuales las realiza o aporta el personal investigador y se suelen relacionar con investigaciones más directivas con el proceso de generación de datos. En las entrevistas foto-elicitada autoconducidas, en cambio, las fotos son tomadas por los y las participantes y suelen coincidir con modelos más flexibles y abiertos a la emergencia de nuevos temas. El diseño de esta investigación, en cambio, es híbrido porque las producciones fotográficas las realizan los y las jóvenes, pero se señalaron específicamente diez temas de interés por lo que la conducción resultó ser más directiva. En otras palabras, se trata de un diseño autoproducido, pero no autoconducido. Esto se debe a que la entrevista foto-elicitada se diseñó para explorar los posibles efectos de los diez temas escogidos sobre el objeto de estudio de la investigación.
En segundo lugar, también es importante destacar que se pidió al alumnado que hicieran las fotos con las cámaras de sus propios teléfonos móviles. En el contexto contemporáneo de hipervisualidad (Aguilar-Idáñez 2016), las condiciones, posibilidades y familiaridades técnicas y simbólicas respecto a la producción fotográfica han sufrido importantes transformaciones en las últimas décadas, especialmente entre los y las jóvenes.
En 2018, en el 95,6% de los hogares españoles había un teléfono móvil (AIMC 2020) y el 70% de las personas entre 16 y 30 años era usuaria de Instagram (ELOGIA 2019). Instagram es, justamente, una red social que se basa en la representación mediante imágenes de la vida y la realidad de los usuarios y usuarias. En otras palabras, los y las jóvenes hacen en Instagram algo muy parecido a lo que les pedimos que hicieran para el ejercicio de producción fotográfica. Con certeza, los datos anteriormente mencionados deben tener en cuenta la distribución desigual del acceso a los medios técnicos. Pese a ello, los y las participantes del estudio -la mayoría de ellos y ellas en situaciones socioeconómicas de pobreza-, estaban familiarizados con Instagram y podían producir fotografías mediante algún teléfono con cámara. Estas nuevas condiciones de producción fotográfica que no se daban en estudios de hace tan solo una década (Meo 2010; Allen, 2012) facilitan y reducen el coste económico de apostar por técnicas que impliquen autoproducción fotográfica.
No debemos posar por alto que esta expansión de la representación de la realidad mediante imágenes como práctica habitual entre los y las jóvenes tiene implicaciones en como la fotografía se piensa y realiza. La fotografía es una forma de comunicación estructurada a partir de una gran cantidad de normas implícitas que inconscientemente rigen la producción visual (Bourdieu 2003). La fotografía es una tecnología, pero también un conjunto de prácticas, intenciones y comprensiones integradas en la vida cotidiana de las personas (Van House 2009).
3. LA PROMESA DE LA EMERGENCIA: UN DISEÑO QUE APRIETA, PERO NO AHOGA
Las investigaciones que experimentan con la autoproducción de imágenes coinciden en destacar el potencial de la técnica para hacer emerger temas inesperados o imprevistos y que facilitan una mejor comprensión de la realidad estudiada a partir de lo que los y las participantes encuentran relevante (Guillemin y Drew 2010; Meo 2010; Torre y Murphy 2015; Martínez-Guzmán et al. 2018). Esta emergencia se produce, principalmente, porque las entrevistas fotoelicitadas se plantean desde una directividad relativamente baja y esto permite a los y las participantes tener un mayor poder para decidir de qué se hablará y de que no. Algunos de los artículos que analizan experiencias similares a las de este estudio plantean indicaciones que dejan un margen de libertad amplio para que los chicos y chicas fotografíen lo que quieran. Por ejemplo, Meo (2010: 171) preguntó “Me gustaría que me hablaras de ti y de tu vida a través de fotografías” o Allen (2012: 448) planteó “si saliera contigo en las próximas semanas, ¿qué veríamos, a quién veríamos, adónde iríamos y qué haríamos?”. Este tipo de indicaciones poco o nada directivas se relacionan con un marco epistémico participativo que pone en el centro la voz y las experiencias de los y las participantes (Martínez-Guzmán et al. 2018) pero que, como veremos, no está libre de sesgos que debemos tener en cuenta.
Pese a las ventajas que ofrece una baja directividad, cabe señalar dos tensiones que afectan la voluntad de toda investigación de optimizar las inversiones de recursos y tiempo (Bourdieu y Wacquant 2005): la tensión entre los intereses de la investigación y los intereses de los y las participantes (Meo 2010) y la tensión entre la cantidad y la calidad de la información recogida, a la luz de la capacidad para procesarla (Lyon y Carabelli 2016). La falta de equilibrio en ambas tensiones puede desencadenar el riesgo de producir grandes cantidades de datos que finalmente no tendrán un uso para la investigación, complicarán el análisis y encarecerán el proceso. Resulta clave que tanto las instrucciones como la misma conducción de las entrevistas se lleven a cabo teniendo en consideración ambas tensiones.
Un caso ejemplar es el relativo a las producciones fotográficas de los y las jóvenes sobre el tema “gustos”. La hipótesis subyacente se refería a que una comprensión de los gustos del alumnado ayudaría a identificar la influencia de éstos en las decisiones tomadas a lo largo de su trayectoria educativa. Algunos participantes aportaron imágenes muy relevantes para la investigación que, además, introdujeron discusiones emergentes e imprevistas. Elboli, por ejemplo, presentó una imagen que permitió entender el importante papel del boxeo en su día a día y las tensiones que en su caso emergían entre la trayectoria escolar y la trayectoria deportiva. Samandar, en cambio, fotografió magdalenas porque le gusta su sabor dulce. En el caso de Elboli la emergencia del tema del boxeo es de interés tanto para la investigación como para los y las participantes y supone un enriquecimiento de la conversación. En cambio, la lectura que hace Samandar de las indicaciones relativas al tema “gusto” obliga a reconducir la entrevista para no dedicar demasiado tiempo en aspectos poco relevantes para un estudio sobre las transiciones hacia la educación postobligatoria.
Asimismo, un mayor control de los y las participantes sobre la conversación puede implicar que los sesgos de los individuos se transformen en los sesgos de la investigación. Estos sesgos fueron descritos por Willis como limitaciones, es decir, “impedimentos y sesgos ideológicos en la comprensión de las condiciones de existencia de los individuos y de su posición dentro del todo social” (Willis 2008: 139–140). En este estudio, la limitación más evidente es una perspectiva individualista y meritocrática que se proyecta sobre la comprensión de las trayectorias educativas del alumnado. Este sesgo identificado coincide con el de otros estudios sobre juventud, trayectorias y transiciones (Furlong 2009; Brunila et al. 2011; Franceschelli y Keating 2018) que observan entre el alumnado cosmovisiones del mundo social como algo que se explica de forma individual, nunca colectiva ni socialmente situada o, lo que es lo mismo, desde una significativa falta de imaginación sociológica (Wright Mills 2014).
Así pues, cuando son preguntados, por ejemplo, por los requisitos del éxito académico, por ejemplo, responden casi exclusivamente en términos de esfuerzo y sacrificio individual:
P: ¿qué hace falta para superar un bachillerato con éxito? The Best: Pues, inteligencia y esfuerzo.
P: Dos palabras, ¿eh? The Best: Si, solo eso.
Por si solas, estas respuestas ya generan datos relevantes como la demostración de la adhesión del alumnado a la retórica individualista. Pese a ello, dificulta enfocar las entrevistas hacia aspectos como los condicionantes estructurales de las transiciones educativas. Para evitar que los sesgos del alumnado dirijan el conjunto de la investigación resulta clave un rol activo por parte del equipo de investigación que dirija en función “de su experiencia, de su capacidad para teorizar, ver patrones y mantener la distancia respecto a los datos generados” (Guillemin y Drew 2010: 184).
El diseño de esta investigación ha intentado mantener un equilibrio entre ambas tensiones. Como se ha mencionado, las indicaciones propuestas a los y las participantes señalaban 10 temas de interés para la investigación y se limitaba el número de fotografías que se podían realizar a una para cada tema. Este diseño es sensiblemente más directivo que otras experiencias en foto-elicitación autoconducida y esto ha generado implicaciones favorables y desfavorables respecto a los objetivos de la investigación.
Por lo que respecta a los aspectos positivos, el diseño ha generado un equilibrio entre la emergencia y la concreción adecuada a los objetivos definidos. Se ha sostenido la posibilidad de hacer emerger temas o aspectos inesperados de la vida de los y las jóvenes y al mismo tiempo se ha conseguido que, habitualmente, la conversación girase alrededor de temas de interés para el estudio.
Cabe destacar que, paralelamente a la emergencia de nuevos focos de interés, se ha producido un fenómeno opuesto al de la emergencia de temas imprevistos: los y las jóvenes no han sabido plasmar fotográficamente algunas de las temáticas propuestas. Si bien en algunos casos esto está relacionado con la fotografiabilidad de los distintos temas –que se abordará más adelante– en otros casos las resistencias se debían a que ciertos temas que se creían relevantes no interpelaban a las transiciones y trayectorias educativas de los y las jóvenes. Uno de los ejemplos más significativos de este fenómeno lo encontramos en cómo los y las participantes han reaccionado al tema “comunidad”. El modelo de análisis previo daba por hecho que estos chicos y chicas estaban integrados en comunidades étnicas que definían sus identidades sociales y sus imaginarios de futuro académicos y laborales. A partir de las dificultades que algunos participantes tuvieron para aportar una producción visual para este tema en particular se identificó –y corroboró a lo largo de las entrevistas– que, a diferencia de sus padres y madres, muchos de los chicos y chicas entrevistados no tienen una concepción de comunidad muy definida ni mucho menos influyente en sus trayectorias.
De este modo, el o la participante puede hacer emerger temas que el modelo de análisis previo no contemplaba, pero también puede sumergir hipótesis o relaciones entre factores que efectivamente no interpelan la realidad de las personas entrevistadas.
Por otro lado, el principal hándicap consiste en que, a mayor directividad, mayor dificultad para expresar fotográficamente aspectos de las vidas de los y las participantes, especialmente en lo relativo a temáticas particularmente lejanas o abstractas. En peticiones más directivas se aumenta la posibilidad que los y las participantes se cansen o pierdan interés en el proyecto, riesgo que ya se identificó en experiencias menos directivas (Meo y Dabenigno 2011) y que aquí se acentúa. Cuanto más concreta es la petición más esfuerzo supone para las personas participantes y, en consecuencia, la investigación se vuelve más dependiente de su motivación o vinculación con el proyecto. Los chicos y chicas menos implicados terminan generando materiales que no facilitan la entrevista, como ocurrió en algunas conversaciones que no superaron los 20 minutos de duración. Al fin y al cabo, como plantea Messi, el ejercicio de producción fotográfica “cuesta”:
P: Qué has hecho para hacer las fotos, dónde has ido… ¿cómo ha ido todo?
Messi: Nada… me ha costado un poco buscar las fotos. Porque… o sea… en las frases que me da, en la de amigos y qué son para ti, estaba buscando muchas fotos. Entonces he buscado una y… que en cada uno de esos temas que me has dado, buscar la más… o sea, la mejor que hay para responder a tu pregunta. Hay algunas que me han costado…
4. LA PROMESA DEL ENRIQUECIMIENTO INFORMATIVO: VÍNCULOS Y ANTICIPACIONES
Habitualmente, se señala que las entrevistas foto-elicitadas facilitan una mejor relación entre el personal investigador y los y las participantes y favorecen la confianza y la buena predisposición hacia la investigación y sus propuestas (Meo 2010; Pain 2012). La causa de esta mejor vinculación se atribuye al hecho de que es una técnica que reconoce los saberes de los y las entrevistados como saberes expertos que dirigen el foco de la investigación. Es decir, que reserva un mayor poder relativo de definición de la situación para las personas que participan con relación al personal investigador.
Un segundo argumento que explica la potenciación del vínculo en esta técnica consiste en plantear que el propio hecho de experimentar con la representación fotográfica de la realidad generaba una cierta atracción para los y las participantes, especialmente si no lo habían hecho nunca (Meo y Dabenigno 2011). Actualmente, este argumento ha perdido fuerza en contextos como el de este estudio donde la representación visual de sí mismos y de su mundo es una práctica habitual en las vidas cotidianas de los chicos y chicas entrevistados. Esto no es necesariamente negativo para los objetivos de las entrevistas foto-elicitadas o la producción de imágenes. De hecho, la experiencia de los y las jóvenes en la representación visual de su realidad puede contribuir a que las producciones visuales sean más explicativas y ricas.
Pese a ello, resulta clave señalar que el impulso en la vinculación propio de las entrevistas foto-elicitadas no se produce mecánicamente ni de igual forma entre todas las personas participantes por el simple hecho de incorporar producciones fotográficas en las entrevistas. En la investigación, algunos chicos y chicas se muestran más proactivos y otros dedican menos energía ante las peticiones de producción fotográfica y de construcción de relato con imágenes. Como señala Meo (2010:163) “parece que algunos fotógrafos querían compartir más que otros, y asumieron diferentes grados de cumplimiento de la tarea, evidenciados, por ejemplo, por el tiempo invertido y las estrategias desarrolladas”.
Así pues, pese a que la vinculación puede verse reforzada por el uso de fotografías en la investigación, se depende sobremanera de las posiciones específicas de los y las participantes en el campo social que se analiza y de la significación que se le da al investigador y a su proyecto. Es decir, a la audiencia (Guillemin y Drew 2010) de cada producción visual o fotográfica. La foto-elicitación puede animar la implicación y mejorar la vinculación con el personal investigador y el proyecto pero también puede desincentivar a otras personas y colegiar la participación (Pain 2012). En esta investigación –que se enmarca en el campo escolar– aquellos chicos y chicas más proactivos y motivados con la petición de producción fotográfica fueron aquellos y aquellas que también son más obedientes y proactivos con los deberes escolares. Por otro lado, justamente el alumnado más resistente a la cultura escolar dedicó un menor esfuerzo en complacer las instrucciones de producción fotográfica
Que el acceso a los y las participantes y la realización de las entrevistas fuese mediante los mismos centros educativos donde estudiaban los chicos y chicas, la familiaridad previa del investigador con el cuerpo docente en los centros, el parecido de las entrevistas con sesiones de orientación educativa y el habitus académico que inevitablemente desprendemos la mayoría de investigadores e investigadoras favoreció, en este caso, que me identificasen como cercano al rol de profesor u orientador educativo. En consecuencia, el complejo ejercicio de representación fotográfica de su propia vida se vio sometido a las dinámicas de obediencia y resistencia del alumnado respecto a la autoridad docente en general y hacia los deberes en particular. Fue habitual registrar situaciones las qué participantes se justifican ante mí como lo harían ante un profesor al que le entregan impuntualmente los deberes:
P: Sin juicio eh, pero has tardado tres meses en enviarme las fotos ¿cómo es que te ha costado tanto tiempo hacerlo [enviarme las fotos]? ¿Te olvidabas? Abduscan: Tengo más cosas que hacer, entre trabajo en casa… entre examen y examen… hay excursiones, hay exámenes, hay deberes… también tengo que descansar, hacer los trabajos de casa, ir a comprar…
La significación que los y las participantes tienen del personal investigador es un elemento fundamental para tener en cuenta en las metodologías cualitativas. Durante las entrevistas, el personal investigador puede gestionar estratégicamente la imagen que se proyecta sobre las personas participantes para evitar asociaciones contraproducentes con los objetivos de la investigación y encontrar un espacio de vinculación que favorezca la comunicación. En cambio, en una investigación en que se pide a los y las participantes que generen fotografías de forma autónoma, los intentos de control de la relación son más difíciles de sostener durante el proceso de producción o selección de fotografías porque los investigadores se encuentran ausentes físicamente, pero presentes en la imagen que tienen de él las personas participantes (Pyyry 2015) como una audiencia imaginada que condiciona qué y cómo se incluye y excluye en la producción visual (Guillemin y Drew 2010).
Por otro lado, a partir de la experiencia de esta investigación, se ha observado que uno de los factores que más ha enriquecido la calidad de la información producida en las entrevistas se debe a que los y las jóvenes han pensado sobre los temas de la entrevista antes de que esta suceda. Saben lo que les vamos a preguntar por qué lo hemos indicado previamente en las instrucciones. Este es un elemento diferencial e importante respecto a las entrevistas que no implican preparación ni instrucciones previas y en las cuales los y las participantes tienen menor tiempo de reacción ante unas preguntas que no conocen. Aquellas personas más vinculadas con la investigación acudieron al encuentro con ideas que habían ido madurando durante la producción fotográfica. Estas reflexiones previas tuvieron un papel clave en la estimulación de la entrevista y facilitaron conversaciones ricas e informativas.
En este punto es importante destacar que, a diferencia de otras técnicas visuales como la fotovoz –más enfocada en la dimensión participativa y comunitaria de la imagen (Martínez-Guzmán et al. 2018)–, la información que se genera y analiza en las entrevistas foto-elicitadas no es la fotografía en si misma sino que esta se usa como herramienta para estimular la conversación: lo visual es complementario y disparador de lo textual (Liebenberg 2018). El diálogo entre el hecho textual y el hecho visual enriquece la conversación y, simultáneamente, protege al análisis de los peligros de la polisemia de las imágenes y de un interpretativismo que corre el riesgo de entender las imágenes de formas muy lejanas a la intención original de quien las hizo. Samandar, por ejemplo, fotografió un paisaje nocturno de playa para el tema “identidad”. Inmediatamente asocié que la luna representaba su relación con el islam y que con esta fotografía quería expresar el papel central que la religión tenía para ella. Nada más lejos, en la entrevista Samandar explica que quiere ser un referente que guíe al resto y esto lo representa con una luna brillante en una noche oscura.
Igualmente, es cierto que el hecho que los y las participantes acudan a la entrevista más preparados aumenta el riesgo de que proyecten una imagen de su realidad más controlada y autocomplaciente. Al fin y al cabo, es más agradable representar visualmente “lo bueno que lo feo o lo malo” (Guillemin y Drew 2010: 180). Aun así, las investigaciones que recurren a la foto-elicitación suelen llevarse a cabo en proyectos en los que entrevistadores y entrevistados se encuentran más de una sola vez (por ejemplo en Serrano et al. 2016), lo que debería permitir al equipo investigador triangular discursos y detectar estos intentos de presentación autocomplaciente. Asimismo, este fenómeno que estamos enmarcando como un riesgo o un sesgo informativo también puede tener consecuencias positivas en términos de empoderamiento y vinculación ya que puede contribuir a que los y las informantes de realidades estigmatizadas se presenten a sí mismos/as de forma aceptable ante las personas que se interesan por ellos y ellas (Slutskaya et al. 2012).
Además, tal como se desprende de la cita de El Africano, este mismo ejercicio de prerreflexión es uno de los disparadores del potencial de la producción de imágenes para activar una mirada crítica, diferente y reflexiva sobre su propia realidad
El Africano: Yo creo que [el haber hecho o buscado las imágenes] está bien porqué hace pensar... o sea, las preguntas, las que hay, no son tonterías, te hace pensar de dónde vienes, qué haces cada día, qué te gusta... quién eres... muchas cosas.
5. LA PROMESA DEL PUENTE: ¿QUIÉN PUEDE FOTOGRAFIAR QUÉ?
Como se ha mencionado anteriormente, existe cierto consenso sobre el hecho que las metodologías basadas en producciones visuales de los y las participantes facilitan que éstos “documenten sus propios mundos” (Wang et al. 2004: 911). Aun así, tal como se desprende del análisis de cómo los chicos y chicas han seguido distintas estrategias de producción de imágenes para los distintos temas propuestos, parece claro que existen realidades más o menos cercanas “a sus propios mundos” y que esto tiene un efecto clave en la posibilidad de representarlas visualmente. En este punto propondremos el término de fotografiabilidad de un tema para referirnos a la posibilidad de ser representado fotográficamente por parte de un individuo en concreto en una situación específica. Al poner en relación el individuo con las posibilidades y costes de fotografiar uno u otro aspecto de la realidad el término de fotografiabilidad contiene una pregunta que no siempre está presente en las metodologías basadas en la producción fotográfica
¿Quién puede fotografiar qué? Cuestionar los factores que facilitan o limitan las representaciones fotográficas en cada uno de los casos individuales de las personas participantes en un estudio permite anticipar mejor las consecuencias y sesgos que se activa al incorporar estas técnicas en nuestros diseños de investigación.
Tal como se introducía en la presentación de la investigación, durante la realización del trabajo de campo se hizo rápidamente patente que las instrucciones propuestas a los y las participantes fueron interpretadas de formas muy distintas y activaron un abanico diverso de reacciones. En primer lugar, de las 18 personas de la muestra, 3 de ellas se negaron o evitaron realizar las fotografías y participar en la entrevista foto-elicitada –significativamente, estas tres personas accedieron a ser entrevistadas posteriormente en un formato semiestructurado clásico, por lo que su negativa se debe a resistencias específicas respecto a la entrevista foto-elicitada–. Además, únicamente 24 de las 137 imágenes que me enviaron fueron fotografías hechas por los y las participantes específicamente para la tesis doctoral. En cambio, 57 imágenes fueron recicladas, fotografías que los y las jóvenes habían hecho previamente al estudio y tenían almacenadas en las memorias de sus teléfonos o en sus redes sociales. Por último, 56 imágenes eran material visual directamente descargado de internet. La producción visual aportada por los y las participantes se encuentra resumida en la Tabla 1.
La Tabla 1 permite identificar que hay ciertos patrones en la producción de imágenes. En primer lugar, se observa un efecto fila que demuestra que los distintos participantes han reaccionado de formas diferentes a las instrucciones proporcionadas. Goku, por ejemplo, se mostró bastante reacio al ejercicio y, como puede observarse, descargó la totalidad de imágenes que se le pedía.
Samandar, en cambio, mostraba mucho más interés y llegó a aportar más imágenes de las requeridas. Que alguien haya descargado las imágenes de internet o haya reciclado fotografías que ya tenía en vez de hacerlas específicamente para la investigación no implica necesariamente un problema para la entrevista foto-elicitada. Las entrevistas más informativas no eran necesariamente las que se hacían con los chicos y chicas que aportaban más fotos originales sino con quien más había reflexionado sobre las imágenes que seleccionaba. Algunos como Goku, efectivamente, descargaron las primeras imágenes que encontraron en Google impidiendo el ejercicio de estimulación de la entrevista mediante imágenes. Otras, en cambio, descargaron igualmente muchas de las imágenes, pero reflexionaron mucho sobre la elección de estas. Tal como se señalaba anteriormente, es en esta reflexión, y no tanto en la imagen en sí, donde residía el potencial de la entrevista foto-elicitada realizada.
Ahora bien, igual que se observa un efecto fila, existe también un significativa efecto columna o efecto tema. El tema “escuela”, por ejemplo, es el que más fotografías específicamente hechas para la investigación ha recogido; para el tema “identidad”, 11 de las 13 fotografías son recicladas; finalmente para el tema “futuro” 12 de las 16 imágenes fueron descargadas de internet ¿Por qué ciertos temas activan estrategias de producción de imágenes distintas?
Para responder a esta pregunta se han observado tres condicionantes de fotografiabilidad de los temas que definen la cercanía o lejanía entre los chicos y chicas y aquello que debían fotografiar: el condicionante espacial, el condicionante temporal y el condicionante social.
El condicionante espacial se refiere a la materialidad o inmaterialidad en el espacio del objeto que se pretende fotografiar o, como plantea Harper (2002), su visibilidad o invisibilidad. Para el alumnado de la investigación un tema de evidente materialidad es la escuela así que las fotografías sobre este tema retrataban los objetos físicos asociados a ella –libros, libretas o apuntes– o literalmente el edifico del centro educativo. En cambio, la identidad es un tema mucho menos visible por lo que los chicos y chicas deben hacer un ejercicio de abstracción mayor para representarlo mediante una fotografía. Aun así, para el caso concreto de la identidad los chicos y chicas no tuvieron demasiados problemas porque recurrieron a un recurso estilístico integrado (Van House 2009) en la representación visual de la identidad: el selfi.
Asimismo, también es importante tener en cuenta si la materialidad del tema es cercana o lejana físicamente a los chicos y chicas. Muchas de las imágenes del tema “escuela” fueron fotografiadas porque a los y las participantes no les suponía ningún esfuerzo fotografiar algo tan cercano a su vida cotidiana en términos de distancia física, geográfica. En cambio, todas las fotografías en las que aparece una universidad fueron descargadas. Esto se explica, en parte, por la proximidad y distancia espacial de la escuela y la universidad respectivamente. Moverse hacia algún sitio para hacer una fotografía supone una inversión de tiempo y ánimo que no todos los chicos y chicas están dispuestas a hacer.
Consecuentemente, los temas más cercanos espacialmente son más accesibles para ser fotografiados. Esto facilita las cosas a quien debe hacer las fotografías, pero también entraña el riesgo de que las producciones sean excesivamente literales –como una fotografía de la fachada de la escuela para el tema “escuela”– y poco explicativas. En cambio, ante los temas más distantes espacialmente, los y las participantes han tendido a buscar atajos como descargar imágenes sobre la temática. Igualmente, la no materialidad de algunos de los temas también dificulta su plasmación fotográfica lo que pide unos mayores niveles de abstracción. Ello puede enriquecer las reflexiones que se manifestarán durante la entrevista tal como lo ocurre a Samandar, pero también –como en el caso de Goku– puede suponer una dificultad añadida que conlleve una pérdida de interés en el proyecto.
El segundo es el condicionante temporal, es decir, al momento en el que se ubica el tema u objeto que se desea fotografiar con relación a quien lo desea fotografiar. Esta dimensión se ha revelado especialmente influyente en una investigación sobre la relación entre las transiciones educativas y las trayectorias migratorias familiares porque analiza decisiones presentes hacia posiciones futuras a partir de condiciones pasadas.
Los temas más cercanos temporalmente, pues, son los que están más ubicados en el presente como los amigos o la escuela y resultan relativamente accesibles para ser fotografiados. Por lo que respecta a los temas más lejanos, en cambio, nos encontramos con dos direcciones con casuísticas distintas. En primer lugar, un tema puede ser lejano temporalmente hacia el pasado. Un tema como “origen”, ubicado en el pasado, puede ser difícil de fotografiar en el presente. Por eso los y las jóvenes rescataron fotos que ya tenían en sus teléfonos desde que visitaron los países de origen de sus familias durante las vacaciones. En la dirección opuesta, un tema puede ser lejano hacia el futuro. Esta distancia temporal es más problemática para los y las participantes puesto que representar visualmente el futuro requiere un nivel muy alto de abstracción (Lyon y Carabelli 2016). Esto explica, parcialmente, porque ante el tema “futuro”, orientado a explorar las aspiraciones educativas y laborales de los y las jóvenes, la mayoría de las fotografías han sido descargadas.
El último factor es el condicionante social que hace referencia en las proximidades y distancias sociales de los y las jóvenes respecto a aquello que se les pide fotografiar. La posición social que ocupa un individuo a lo largo de su trayectoria abre ante sí un campo de posibilidades que condiciona su comprensión del mundo social (Bourdieu 2012); es decir, abre horizontes de acción determinados para individuos con capitales específicos (Lidstrom et al. 2014). Así pues, la percepción que los individuos tienen de la realidad y, en consecuencia, la forma a través de la cual plasman dicha realidad mediante imágenes está condicionada socialmente. La posición social condiciona la imaginación, y esta condiciona la fotografiabilidad.
El caso de la reacción de los y las participantes ante el tema de las aspiraciones laborales y académicas de futuro es especialmente clarificador para identificar el funcionamiento de este condicionante. Tal como plantea la literatura especializada (Aparicio y Portes 2014; Fernández-Reino 2016), los hijos e hijas de migrantes suelen presentar, en comparación con el alumnado autóctono en posiciones de clase parecidas, unas aspiraciones educativas y laborales más ambiciosas; así ocurre con muchos chicos y chicas de este estudio. Paradójicamente, los y las participantes normalmente tienen muy pocas personas a su alrededor que ocupen la posición social que desean. Aspiran a ser los primeros en la familia en obtener una titulación universitaria y esto conlleva que tengan más dificultades para imaginar tanto la posición que quieren alcanzar como el camino necesario para llegar a la misma (Appadurai 2004; Gale y Parker 2015). Todo ello tiene evidentes consecuencias en la posibilidad de los y las participantes para hacer fotografías que representen sus aspiraciones de futuro; es difícil fotografiar aquello que cuesta imaginar. Los y las jóvenes recurren a imágenes genéricas que encuentran en internet porque no encuentran en su realidad inmediata –y por tanto fotografiable– nada que se asemeje a aquello que aspiran ser.
Buenos ejemplos de ello son las imágenes para el tema de “futuro” de Messi (Imagen 4), que aspira a ser periodista deportivo o la de The Best (Imagen 5), que aspira a ocupar un lugar de responsabilidad en una gran empresa. Ambas son imágenes genéricas para aspiraciones difusas. Alias, envió una imagen de un signo de interrogación (Imagen 6) para el tema “futuro” y lo justificaba así:
P: El interrogante, ¡qué interesante! ¿Por qué?
Alias: Porque aún no me he decidido, no sé, ni siquiera tengo opciones, he de pensarlo más, preguntar… Si pienso en mi futuro no veo nada, lo veo todo borroso
De este modo, las distancias y proximidades sociales entre los individuos y aquello que desean o deben fotografiar funcionan como un juego de afinidades electivas entre “una persona enclasada y las cosas o personas socialmente adecuadas a ella” (Bourdieu 2012: 282). Es más fácil fotografiar las realidades socialmente cercanas como la familia o la misma identidad. En cambio, aquello socialmente lejano supone un reto mayor en términos de representación y de concreción.
A modo de síntesis, los tres condicionantes estructuran un modelo de fotografiabilidad (Tabla 2) de los distintos temas de esta investigación. La elaboración de un modelo de fotografiabilidad de los temas de una investigación es un ejercicio útil para cualquier proyecto que implique autoproducción de imágenes por parte de sus participantes. Aun así, debe tenerse en cuenta que la distribución de los temas sobre los ejes de cercanía o lejanía de la tabla 2 son específicos de cada investigación.
La comparación de las reacciones ante temas más o menos cercanos permite identificar que los primeros son, normalmente, más fáciles de fotografiar, hecho que facilita el trabajo a los y las participantes y evita el desinterés que producen peticiones demasiado difíciles. De hecho, los temas próximos física y socialmente son el foco de interés habitual de las investigaciones que trabajan con imágenes autoproducidas.
Investigaciones acerca de las geografías de los individuos (Johnsen et al. 2008; Pyyry 2015), sus identificaciones –cercanas pese a su invisibilidad– (Meo 2010), su trabajo (Slutskaya et al. 2012) o su vida cotidiana (Allen 2012) son un buen ejemplo de este tipo de temáticas afines a la autoproducción de imágenes.
Pese a ello, uno de los riesgos identificados de la fotografiabilidad de estos temas cercanos es la excesiva literalidad de la producción fotográfica. Los y las participantes pueden llegar a producir imágenes muy descriptivas y poco informativas ya que consideran “que las fotos hablan por sí solas” (Meo y Dabenigno 2011: 29).
En cambio, los temas más lejanos son más difíciles de fotografiar y ello dificulta a los y las participantes el cumplir con las peticiones del personal investigador. Los altos niveles de abstracción necesarios para representar visualmente temas como el futuro (Lyon y Carabelli 2016) suponen un reto para los chicos y chicas. Se debe tener en cuenta que la capacidad de estructurar los significados de forma abstracta en general (Bernstein 1985) y la familiaridad con los medio expresivos visuales en particular (Lyon y Carabelli 2016) se encuentran distribuidos de forma desigual en función de las características sociales de las personas. Un colectivo muy familiarizado con el medio visual puede asumir unos niveles de abstracción mayores mientras que otros perfiles tienen más dificultades ante la necesidad de representar visualmente temas lejanos.
En este estudio los niveles de abstracción de las producciones visuales y las reflexiones eran muy dispares. Algunos chicos y chicas con más cercanía al campo del arte articularon discursos con un nivel alto de complejidad. Samandar, por ejemplo, usaba reiteradamente metáforas visuales elaboradas, así representaba su visión sobre el tema “futuro”
Samandar: El futuro, aquí puedes ver que hay mucha naturaleza y hay un camino. En el camino puedes ver que está dividido en oscuro, negro y luz natural. Pues esto lo he puesto porque según lo que dicen y según lo que yo pienso hasta llegar a tu objetivo habrá obstáculos, pero lo podrás enfrentar. Luchando tu misma.
Los niveles de abstracción anteriores nada tienen que ver con los de Rizo, que adjuntó una imagen descargada de internet de la entrada principal de la escuela para el tema “escuela”.
6. CONCLUSIONES
El objetivo de este artículo era el de reflexionar las promesas y los condicionantes que desencadena la decisión de llevar a cabo entrevistas foto-elicitadas basadas en la autoproducción de imágenes. A partir de una experiencia de investigación específica se han abordado tres grandes debates que enriquecen el debate sobre la potencia y los riesgos de este tipo de investigaciones: la relación entre la directividad del diseño y la emergencia de información; la vinculación y la anticipación de discursos como aspectos clave del enriquecimiento informativo que implica la decisión de llevar a cabo entrevistas foto-elicitadas autoproducidas; y los condicionantes de fotografiabilidad que influyen en la producción fotográfica entre los y las participantes.
Respecto al primer debate, se concluye que la habitual baja directividad de las indicaciones de producción fotográfica en experiencias similares permite la emergencia de temas nuevos o inesperados. Aun así, este empoderamiento discursivo de los y las participantes también entraña riesgos como la inversión de recursos en tratar temas lejanos a nuestros objetivos de investigación o en un mayor riesgo de asumir e incorporar los sesgos de las personas entrevistadas en nuestros análisis. De igual modo, una mayor directividad quizá implica un menor margen de emergencia, pero permite contener el foco de interés de las conversaciones en las entrevistas. Además, se ha identificado un interesante efecto de sumergencia discursiva según el cual ciertos temas propuestos generaban una confusión o resistencia entre los y las jóvenes que ayudaba a replantear las hipótesis iniciales de la investigación.
Así pues, en relación con este primer dilema, las investigaciones que planteen usar técnicas visuales autoproducidas deben formular-se preguntas como: ¿En qué medida las instrucciones para la producción de imágenes se orientan hacia los intereses propios de la investigación? En el caso de que se hayan propuesto de forma más o menos explícita algunos temas, ¿Cuáles generan mayor o menor resistencia? ¿Por qué? ¿Qué temas inesperados por el modelo de análisis de la investigación emergen en la producción fotográfica de los y las participantes? ¿Qué temas que si se consideraban influyentes se sumergen?
Respecto al segundo debate se ha observado que, si bien la técnica de la entrevista foto-elicitada puede mejorar los vínculos entre investigadores y participantes y, consecuentemente, enriquecer informativamente las entrevistas, esto no ocurre siempre ni de la misma forma. En este sentido, las proyecciones que el alumnado hacía de mi petición de producción fotográfica, mi investigación y de mí mismo, han resultado claves para entender procesos de mayor o menor vinculación y enriquecimiento informativo. Además, se identifica que la anticipación de las preguntas funciona, algunas veces, como un importante revulsivo que permite a los y las participantes reflexionar más y mejor sobre los temas que se quieren abordar en la entrevista.
En este sentido, ante una investigación de este tipo cabe plantearse preguntas del tipo ¿Qué imagen tienen los participantes de la investigación, de la producción fotográfica y de la persona o personas que le proponen el ejercicio de producción de imágenes? ¿Cómo influye esta audiencia imaginada en su reacción a las instrucciones facilitadas? ¿Para quién está suponiendo un incentivo la entrevista foto-elicitada? ¿Para quién un desincentivo? ¿Por qué? ¿Cuándo y dónde se ha formado la opinión que el o la participante expresa en la entrevista? ¿En el momento de ser preguntado, cuando hizo la fotografía o en otro momento?
Finalmente, el análisis de las resistencias y los patrones de producción de imágenes de los y las participantes ante las instrucciones propuestas ha revelado la importancia de reflexionar críticamente sobre los condicionantes de fotografiabilidad. Cualquier acto de producción fotográfica y, por consiguiente, de la producción de discurso a partir de éstas está sujeta a complejos condicionantes relacional, física y socialmente situados que producen los límites y dificultades en la representación.
De este modo, es útil producir modelos de fotografiabilidad de los intereses de la investigación y preguntarse ¿Qué temas aparecen más en las producciones fotográficas de los y las participantes? ¿Qué temas menos? ¿Qué condicionantes establecen que en el campo específico de la investigación y con relación a los participantes de ésta, unos temas sean más o menos cercanos o lejanos? ¿Qué estrategias de producción fotográfica o representación visual se han llevado a cabo con relación a los distintos temas?
Evidentemente, no existen respuestas correctas o incorrectas para las preguntas planteadas a lo largo de las conclusiones. Cada investigación obtendrá respuestas distintas a las mismas preguntas abriendo una interesante línea de reflexión futura basada en la comparación de los condicionantes de fotografiabilidad que operan en diferentes investigaciones. Con todo, estas preguntas sirven como precauciones metodológicas para los diseños de investigación que, con el objetivo de poner en valor la voz de los y las participantes del modo menos directivo posible, corren el riesgo de incorporar importantes sesgos en sus entrevistas y análisis.
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ANEXO 1
INSTRUCCIONES FACILITADAS A LOS Y LAS PARTICIPANTES
En esta segunda entrevista te queremos conocer mejor para entender tu relación con la escuela y con aquello que quieras hacer el año que viene. Por ese motivo, te pedimos que realices una fotografía para cada uno de los siguientes temas.
Para cada tema puedes hacer la foto que quieras, puedes aparecer tú o no, pueden aparecer personas, edificios, cosas o imágenes más abstractas que simbolicen la idea que este tema representa para ti:
Ten en cuenta que las preguntas que acompañan cada tema son orientativas, no es necesario que las fotografías respondan estrictamente a todo lo que se te pregunta, se trata más bien de activar vuestras propias ideas y expresarlas mediante fotografías.
Las fotografías se tienen que enviar al correo electrónico [dirección de correo creada para este trabajo] o al teléfono [número de teléfono del investigador] por WhatsApp. ¡No olvidéis decir a cuál de los 11 puntos corresponde cada fotografía! Si tenéis cualquier consulta también podéis poneros en contacto con nosotros mediante este correo.
Intenta enviarnos las fotografías un par de días antes de nuestro siguiente encuentro.
Gracias de nuevo por tu participación. ¡Tu colaboración es clave para el éxito del proyecto!
Notas