CIÊNCIA POLÍTICA
Mujeres, política y subrepresentación. Un estudio sobre la correlación entre cualidad de la democracia, ideología y mujeres en los parlamento
Women, politics and underrepresentation. A study on the correlation between quality of democracy, ideology and women in parliaments
Mujeres, política y subrepresentación. Un estudio sobre la correlación entre cualidad de la democracia, ideología y mujeres en los parlamento
Acta Scientiarum. Human and Social Sciences, vol. 39, núm. 02, pp. 131-142, 2017
Universidade Estadual de Maringá

Recepción: 23 Noviembre 2016
Aprobación: 11 Enero 2017
Resumen: 1- Analizar si la subrepresentación de la mujer es menor o mayor en países de mayor calidad democrática; 2- Analizar si el interés por ideología interfiere en la representación de las mujeres. Por tanto nosotros comparamos los datos de las Naciones Unidas sobre la estratificación sexual de los ocupantes en las bancas de los parlamentos del mundo, con el ranking de democracia y con una frecuencia de Google Trends para el tópico feminism. Nuestros resultados muestran que países con mayor calidad democrática son los que poseen más mujeres ocupando lugares en los parlamentos y también, países más democráticos son los que más demuestran interés por el tópico feminism. Así, tanto la cualidad de la democracia, como la ideología, son variables importantes en la composición de la representación femenina.
Palabras clave: participación política de las mujeres, subrepresentación femenina, cultura política, democracia.
Abstract: 1- Analyze if the underrepresentation of women is lower or higher in countries of higher democratic quality; 2- Analyze if the interest by ideology interferes in the representation of the women. So we compared the United Nations data on the sexual stratification of occupiers in the parliaments of the world, with the ranking of democracy and a frequency of Google Trends for the topic feminism. Our results show that countries with higher democratic quality are the ones that have more women occupying places in the parliaments and also, more democratic countries are those that show more interest by the feminism topic. Thus the quality of democracy as well as ideology is important variables in the composition of female representation.
Keywords: political participation of women, female under-representation, political culture, democracy.
Introducción
La subrepresentación de la mujer en la política es en larga medida un epifenómeno de la extrema desigualdad de género históricamente construida. En este sentido, este artículo tiene dos objetivos: 1- analizar si la subrepresentación de la mujer es menor o mayor en países de mayor calidad democrática; 2- analizar si el interés por ideología interfiere en la representación de las mujeres.
Nuestra primera hipótesis es que, las mujeres son más elegibles y también más dispuestas a postularse en países con mejor cualidad democrática. Nuestra segunda hipótesis es que la ideología interfiere en la representación femenina, en el sentido de dejar las mujeres propensas de alguna manera, a postularse y los electores a votar o no en mujeres.
Para la prueba empírica de nuestras hipótesis, nos valemos de tres grandes fuentes de datos: 1- Datos del Millenium Development Goals Indicator, sobre la estratificación de género de los parlamentos en el mundo; 2- Datos del ranking de la democracia, disponibles en The Democracy Ranking Association y 3- una frecuencia Beta para el tópico feminism dentro de los archivos sobre la ideología política del Google Trends. Con estos bancos de datos, compararemos las correlaciones matemáticas existentes.
Nuestros resultados apuntan que países con mayor calidad democrática tienen más mujeres ocupando lugares en parlamentos, en países con cualidad democrática baja y media. Nuestros resultados muestran también que los países que más demostraron interés por el tópico feminism en las búsquedas del Google, son los que más tienen mujeres en su parlamento. Así, tanto ideología como cualidad de democracia ejercen influencia decisiva para la representación política femenina.
Subrepresentación de las mujeres en política
Las metas establecidas por el Millenium Development Goals Indicator, desarrollado por las Naciones Unidas, está la premisa de reducir la desigualdad entre los géneros, dando más autonomía y perspectiva de ascenso social a las mujeres. Así, se considera que una de las conditio sine qua non para adquirir paridad de condiciones es alcanzar paridad representativa. Este nivel de paridad puede, en alguna medida, ser medido a través del porcentaje de las mujeres que ocupan puestos en los parlamentos nacionales (Kabeer, 2003, 2005; Grown, Gupta & Kes, 2005).
Una literatura cada vez mayor se ha dedicado en determinar cuáles son los caminos recorridos por aquellos individuos que plantean un lugar entre el pequeño grupo de las elites electivas. En Brasil, algunos trabajos recientes se han ocupado con la identificación de las variables que afectan las oportunidades de los que se lanzan en las disputas electorales (Codato, Cervi, & Perissinotto, 2013).
Entre las variables explicativas sociales con significancia estadística condicionantes para el suceso electoral en 2012, el sexo del candidato fue la que presentó mayor relación sobre el hecho de haber sido no electo. Ser mujer presenta residuo negativo en el hecho de ‘ser electo’ y positivo con ‘no ser electo’. Mientras los hombres no han presentado residuos significativos, ellos están distribuidos igualmente entre electos y no electos. Un esfuerzo necesario dentro de la ciencia política es identificar los obstáculos que han direccionado el camino de las mujeres hacia los parlamentos nacionales, a fin de crear subsidios para la formulación de proyectos de ciudadanía femenina[1] (Matos, 2010). Sin embargo, es incontestable que la asimetría de representación política entre hombres y mujeres, no representan un fenómeno restricto a una u otra localidad, eso es algo universal[2]. En este sentido las mujeres de todas las sociedades en mayor o menor medida, enfrentan problemas de subrepresentación política. Esta subrepresentación femenina también es reconocida por los partidos políticos, en muchas democracias con sistemas electorales basados en listas cerradas. Por ejemplo, las mujeres presentan pocas posibilidades de tener sus nombres entre los que poseen una real posibilidad de ser elegidos (Phillips, 1995, Childs & Krook, 2006).
Es reciente la idea de la participación de mujeres en la política institucional, pues bajo la óptica de los movimientos feministas, las movilizaciones inicialmente se encontraban limitadas al protagonismo de instituciones variadas de la sociedad civil. Demandas posteriores en ocupaciones de funciones ejecutivas, se fundamentaron en la existencia de intereses específicos de las mujeres, lo que justifica la necesidad de una construcción de la representatividad, teniendo como eje central, los requisitos de género. Con el reconocimiento de la importancia del papel femenino en los espacios de poder, ha despuntado el debate sobre las condiciones y posibilidades de formación de representantes capacitados. En suma, la participación de mujeres en el ámbito de la política ha demandado una reflexión sobre el papel de las dinámicas institucionales y de las interacciones más amplias que se efectivizan en los variados campos de la actividad social, interfiriendo en la construcción e incremento de las candidaturas.
La progresiva participación de las mujeres en la vida política difundida en el siglo XX, debe ser vista bajo la perspectiva de los cambios sociales, culturales y políticos de la sociedad. Entre esas alteraciones: el surgimiento de nuevas familias, la ruptura de los patrones familiares patriarcales, las nuevas formas de producción en el mundo laboral con impacto sobre las relaciones sociales (que acabaron por solapar estructuras seculares sobre las cuales se presentaba la dominación masculina en todas las esferas de la vida pública y privada) (Avelar, 2002). En la secuencia nos anotamos en el modelo de la Figura 1 los factores que impactan la posibilidad de tener representación política femenina
Al revés de focalizar la vida interna de los partidos políticos, algunos investigadores que estudian la política de élites legislativas, género y razas están frecuentemente más interesados en entender primeramente el resultado del proceso de selección. El tema del sistema electoral básico ha sido promovido por la agenda de muchas democracias consolidadas, como por ejemplo, en grandes reformas electorales introducidas en la última década en Nueva Zelanda, Italia e Inglaterra.

No es el objetivo de este trabajo analizar con minuciosidad todas las delimitantes que llevan a la subrepresentación de la mujer en la política, sin embargo, es importante resaltar que, como apunta una gran literatura reciente, el tipo de sistema electoral adoptado por cada país puede facilitar e/o imponer barreras a la postulación de mujeres en los parlamento (Caul, 1999). En este sentido la científica política Lisa Young apunta que el sistema de lista de representación proporcional[3], tal cual adoptado en Suecia, es lo que da más oportunidad de ser postuladas a las mujeres. La razón principal es el comportamiento de los partidos políticos, según Young, la centralización en el proceso de nombramiento de los candidatos y el hecho de haber nueve bancas disponibles por distrito hacen que los partidos estén inclinados a dar preferencia a candidatas mujeres y también la representación de otros intereses, además de las cuestiones de género. En este contexto sería impensable que algún partido sueco lanzara menos de un 40% de candidatas mujeres, lo que garantiza una alta frecuencia de mujeres en los parlamentos nacionales comparado con la mayoría de los países del mundo. Pero en otros países, donde se practican otros tipos de sistemas electorales, varias barreras son creadas en rebeldía del ascenso de la representación política de las mujeres, una barrera bastante recurrente es la dificultad femenina en obtener acceso a recursos financieros para promover sus campañas electorales (Young, 2000; Young & Cross, 2003). En este trabajo no analizaremos ni tampoco compararemos los efectos de los sistemas electorales sobre el potencial de elegibilidad de las mujeres, pero si vamos a comparar el hecho que el nivel de cualidad de la democracia ejerce sobre el patrón de permeabilidad hacia las mujeres en postulaciones parlamentarias nacionales.
Además de estos factores mencionados, podemos decir que la tendencia de igualdad representativa entre los sexos está íntimamente relacionada con el macro proceso de cambio cultural y democratización.
En la literatura de la ciencia política, se desarrollan dos líneas productivas y distintas con respecto a la subrepresentación política de las mujeres: 1- una se concentra en identificar razones que llevan a las mujeres a ser subrepresentadas. En estos estudios generalmente se encuadran los estudios sobre el patrón de reclutamiento de los partidos, los sistemas electorales, la motivación de las mujeres (Mansbridge, 1999, 2009); 2- La segunda corriente de estudios involucra cuestiones sobre el desempeño representativo de las mujeres. En este sentido, lo que orienta los estudios es saber si las mujeres ejercen influencia relevante en la arena política (Lovenduski & Norris, 2003; Stokes, 2005; Wangnerud, 2009).
Nuestro estudio se inserta transversalmente en ambas corrientes de estudios. Se converge con la primera, donde buscamos definir si la cualidad de la democracia es un factor estructural, delimitante para el acceso de las mujeres y si la variable ideológica puede ser considerada como uno de los posibles vectores de la motivación femenina para la política. Con la segunda corriente, nuestro estudio converge con la posibilidad de inferir si hay correlación entre cualidad de la democracia y cuantidad de mujeres en los parlamentos, habiendo correlación, tal vez, la cuantidad de mujeres en los parlamentos, interfiera en la gobernanza del país de tal manera a garantizar mayor puntuación en el ranking de la democracia.
Mujeres en los parlamentos y cualidad de la democracia
Las mujeres son un excelente ejemplo para entender cuán largo es el camino por la lucha en la extensión real de los derechos de ciudadanía a los muchos segmentos de minoría en una sociedad. En otras palabras, cómo la democratización de una sociedad es oriunda de un largo proceso de cambios, incorporando así los grupos sin privilegios en los beneficios de los derechos que igualan a los individuos sin distinción, en la esfera política, social y económica (Avelar, 2002).
La medida del ranking de la democracia tiene el interés de medir tres dimensiones en la estructura democrática: 1- libertad, 2- igualdad y 3- performance; para eso el ranking de democracia se basa en dos grandes dimensiones: 1- libertad y otras características del sistema político (50%); 2- desempeño de dimensiones no políticas (50%). Dentro del espectro no político, el ranking de la democracia considera cinco puntos: 1- Género (igualdad de género) (10%); 2- economía (sistema económico) (10%); 3- conocimiento (nivel de enseñanza, investigación y acceso a informaciones) (10%); 4- salud (salud de la población y sistema de salud)(10%); 5- medio ambiente (sustentabilidad ambiental) (10%). Para las diferentes dimensiones, políticas y no políticas, es atribuida una larga gama de indicadores, siendo que todos los indicadores son transformados en una frecuencia de uno a 100, donde uno representa el menor y 100 el mayor. En la Figura 2 se presentan los criterios para la composición de la calidad de la democracia en la lectura de Campbell (2008)
Por el hecho del ranking de la democracia ser bastante amplio, creemos ser una buena medida para trazar una correlación con la cantidad de bancas ocupadas por mujeres en los parlamentos nacionales.
Un trabajo reciente se concentró en los datos de África Central y del Sur, además de áreas de Asia y Pacífico. El objetivo fue entender si hay correlación entre un mayor número de parlamentares mujeres y la madurez de la democracia. Por lo tanto, se ha medido el tipo de sistema electoral, la existencia o no de cuotas para mujeres, la participación de mujeres en la fuerza de trabajo, el grado de corrupción y el tipo de régimen político adoptado. Este análisis transnacional, al parecer, indica no haber relación entre cantidad de mujeres en los parlamentos y madurez de la democracia, ya que la representación femenina, no fue mayor en los países con democracia más madura (Stockemer, 2009). Como usamos una medida más completa, el ranking de la democracia es también un mayor número de datos sobre cantidad de mujeres postuladas en el parlamento de todo el mundo, así es probable que nuestros resultados sean discrepantes de los de Stockemer.
Ideología y mujeres en los parlamentos
Ideología es un concepto polisémico donde los diferentes significados fueron sometidos a cambios históricamente fomentados a tal punto que hoy es considerado un concepto indescriptible y largamente penetrado en todos los meandros de las Ciencias Sociales. Pero, mismo el concepto siendo en su gran mayoría de baja inteligibilidad, ciertamente ofrece un buen espectro de análisis, sobre todo para psicólogos sociales y científicos políticos. Ese concepto permite comprender de manera más o menos sistémica la asimetría entre las relaciones intergrupales en sociedades multiculturales (Phelps, 2012).
Ideología[4] significa, en el censo común, ‘colectivo’ de una sociedad, siendo que este es formado por un cuerpo de ideas compartidas y más o menos coherentes dentro de un determinado contexto. Aquí, a lo que parece, la ideología puede ser considerada como uno de los puntos centrales de la organización humana, eso admitiendo que los límites simbólicos de las sociedades y la forma por la cual los individuos deben adaptarse a las mismas, varían muy poco y de manera más o menos desigual a lo largo del tiempo. El censo común, en ese punto, parece ser uno de los motivos sobre la justificación de la organización y/o estructura de una sociedad, así como la división de los cuadros individuales y la interacción de los individuos dentro del contexto cotidiano.
Muchos estudios transnacionales no encontraron amparo en la variable ideología. Sin embargo, el Estudio de Pamela Paxton y Sheri Kunovich (2003), muestra que la ideología representa uno de los motivos para el ascenso del número de mujeres en legislaturas. Valiéndose de una medida sobre ideología nacional y género, en un modelo transcultural, ellas prevén que el indicador religión es un fuerte termómetro para que se pueda inferir la cantidad de mujeres con posibilidades legislativas. Ideología, entonces, se ha demostrado adherente para prever el potencial de elegibilidad de las mujeres y también sus motivaciones para presentarse como candidatas.
En el Figura 3 generado por Google Ngram Viewer, está expresada la frecuencia que el término feminism estuvo presente en determinadas publicaciones. Es visible que el tema es reciente, pues las publicaciones relevantes comenzaron a ser posteadas a partir de 1900. De 1960 hasta 1990 hay una gran explosión en cuanto al número de publicaciones. De la mitad de la década de 1990 en adelante es visible un declive en cuanto a la frecuencia del término en estas publicaciones. Como el Google Ngram Viewer ha sido apuntado como un excelente instrumento para medir tendencias históricas (Greenfield, 2013; Montagne & Morgan, 2013; Roth, 2013), podemos concluir que el feminismo como ideología política es algo reciente, restricto y sobre todo apareciendo apenas en la segunda mitad del siglo XX.

Para probar la influencia de la ideología en la estratificación de género en los parlamentos, nosotros probamos el término feminism en una frecuencia Beta[5], como fichero de ideología política en todo el mundo. Nuestra hipótesis, es que en las localidades donde las mujeres tienen más interés por ideología y feminismo, las mismas son más motivadas a presentarse como candidatas.
El Google Trends es una herramienta gratuita que funciona tal cual un motor de búsqueda inversa que ofrece al investigador una frecuencia con el resultado relativo a la búsqueda de un término o un conjunto. Estos datos pueden ser bajados de forma gratuita. Entre estos datos están las series temporales sobre el volumen de consultas insertado en el Google de una determinada región geográfica en periodos distintos (Moraes & Santos, 2013). En relación a los métodos de investigación tradicional, el Google Trends tiene por lo menos tres grandes ventajas: 1- en relación a encuestas de opinión con la utilización de surveys y cuestionarios, el Google Trends es mucho más económico y además de eso, sus datos son actualizados semanalmente; 2- hay países en los que este tipo de investigación apenas es realizada esporádicamente y los datos, a veces, son bastante dudosos. El Google Trends ofrece datos temporales en tiempo real, de prácticamente todos los países del planeta; 3- el Google Trends permite que las series temporales, para cualquier término, en cualquier periodo, estén disponibles para downloads sin ningún costo al investigador (Mellon, 2013). También hay que considerar el hecho, ya largamente documentado, donde es común que los individuos contesten de forma equivocada a los cuestionarios de surveys, o mientan sobre todo en asuntos sensibles (Jonhson & Van De Vijver, 2003, Tourangeau & Yan, 2007; Serota, Levine & Boster, 2010), el Google Trends ofrece una manera segura de vencer ese obstáculo, ya que la frecuencia generada por un término o conjunto de términos representa con alta fiabilidad el interés en el mundo real (Choi &Varian, 2012; Horak, Ivan, Kukuliaã, Inspektor, & Devecka, 2013).
El uso del Google Trends, ha sido variado entre científicos sociales, los más frecuentes son los relacionados al comportamiento consumidor y el efecto del interés manifestado sobre el mercado (Vosen & Schmidt, 2011; Mclaren & Shanbhogue, 2011; Carriere-Swallow & Labbé, 2011) y también estudios recurrentes sobre epidemiología de enfermedades diversas (Pelat, Turbelin, Bar-Hen, Flahault &Valleron, 2009; Bhattacharya, Ramachandran, Bhattacharya & Dogra, 2013; Johnson & Mehta, 2014). Son escasos los estudios que buscan identificar tendencias ideológicas a través de la herramienta Google Trends, sin embargo, los resultados, hasta entonces, muestran que Google Trends es un fuerte termómetro para asuntos de ideología y preferencias (Kahn & Kotchen, 2010; Gries, Crowson & Sandel, 2010; Ripberger, 2011; Borra & Weber, 2012; Stephens-Davidowitz, 2013; Gruszczynski, 2013). Eso, considerando que el mismo permite no apenas encontrar tendencias como también encontrar la distribución geográfica de las mismas.
Metodología
En este trabajo utilizamos tres grandes bases de datos para realizar nuestras pruebas, siendo ellas: 1- datos de las Naciones Unidas sobre los parlamentos; 2- datos del Ranking de la democracia; 3- una frecuencia generada a partir del Google Trends.
Utilizamos tres fuentes de datos diferentes del sitio de las Naciones Unidas, que hacen parte de uno de los indicadores del panorama Millenium Development Goals Indicator, siendo ellos: 1- cantidad total de lugares disponibles en los parlamentos; 2- cantidad de hombres ocupando lugares en los parlamentos; 3- cantidad de mujeres ocupando lugares en los parlamentos. Estos datos se refieren al periodo de 1997 hasta 2013, en 193 países. Al principio organizamos los datos, calculamos la media y trazamos una frecuencia total de evolución temporal, a fines de entender el ritmo de crecimiento de las mujeres en los parlamentos.
Con las medidas relativas a la cantidad de bancas ocupadas por mujeres en los parlamentos nacionales, cruzaremos estos datos con la media de calidad de la democracia en los países. A fines de estudiar las correlaciones, estratificamos la frecuencia relacionada a la calidad de la democracia en tres niveles: 1- baja calidad (≤50); 2) media calidad (>50 y ≤ 70) y 3) alta calidad (>70) y correlacionamos cada uno de los niveles con el número de bancas ocupadas por mujeres en los parlamentos nacionales.
Como no todos los datos de los países de las Naciones Unidas están en el Ranking de la democracia, consideramos para testear solo los países presentes en ambas bases de datos.
Nosotros también utilizamos la herramienta Google Trends y colectamos una frecuencia Beta para el archivo de ideología política feminism, desde enero de 2004 hasta enero de 2014. Comparamos la correlación matemática de estos valores con la frecuencia relativa a la cantidad de mujeres en parlamentos nacionales.
Resultados
En el Figura 4 es presentada la evolución del porcentaje de mujeres en los parlamentos mundiales. Los valores presentados se refieren a la media, en cada año, de los porcentajes de mujeres en los parlamentos de 193 países. Se observa un aumento del porcentaje de mujeres a lo largo del periodo, siendo que el porcentaje en 2013 (19,0%) es el doble de lo que era en 1997 (9,5%). Sin embargo, a pesar de la evolución, se entiende que este valor expreso en la media total indica que las subrepresentación de las mujeres en la política es un fenómeno global[6].
En la Tabla 1 y en la Figura 5 se presenta el porcentaje de mujeres ocupando lugares en los parlamentos, por país. Los valores que trazamos se refieren a la media de porcentaje de mujeres en los parlamentos nacionales entre 2004 y 2013.



En la Tabla 2 y en la Figura 6 2 se presenta la puntuación media en el ranking de la democracia, por país. Los valores que trazamos se refieren a la media calculada desde 2008 hasta 2013.

El diagrama de dispersión (Figura 7) permite observar la existencia de una fuerte correlación positiva (r=0,503; p<, 001) entre los scores de la democracia y el porcentaje de mujeres en los parlamentos, indicando que cuanto mayor es la cualidad de la democracia, mayor es el porcentaje de mujeres en el parlamento.
Dividiendo los países en grupos, de acuerdo con la calificación de la democracia, y analizando los coeficientes de correlación, se observa la existencia de correlaciones positivas en los tres grupos, siendo más fuerte en el grupo con calificación de la democracia mayor que en los años 70. En los grupos con calificaciones inferiores, la correlación no es significativa (Tabla 3).


Observando los porcentajes medios de mujeres en el parlamento en los 3 grupos, se verifica que el porcentaje de mujeres en el parlamento es superior en el grupo con más de 70 en la calificación de la democracia, siendo las diferencias significativas con los otros dos grupos. No existen diferencias significativas entre las medias de los grupos con calificación de democracia inferior a 50 y entre 50 y 70.


Las Figura 8 no deja dudas, los países que tienen puntuación arriba de 70 en el ranking de la democracia son los que permiten mayor acceso de las mujeres en bancas de parlamentos nacionales. Lo contrario también es conclusivo, países posicionados como medianos y con baja calidad democrática, tienen menos mujeres ocupando bancas en parlamentos nacionales. Eso nos lleva a tres posibles conclusiones: 1) la calidad de la democracia interfiere de manera directa en la concesión de posibilidades de elegibilidad de las mujeres; 2) las mujeres tienen más motivación a lanzarse como candidatas en democracias de cualidad más elevada; 3) las mujeres ejercen influencia representativa mientras ocupan bancas en los parlamentos nacionales, en este sentido, países con más mujeres ocupando lugares en los parlamentos tienen mayor puntuación de calidad democrática, pues las mujeres ejercen importante actuación en esos procesos cuando representantes políticas. Son necesarios más estudios para que se pueda corroborar esas conclusiones, sobre todo la tercera.
Como consideración importante para los resultados es posible decir que inversiones políticas para mejorar la cualidad de la democracia pueden llevar a una disminución de la subrepresentación de las mujeres en la política. Nuestros resultados contrarían los resultados obtenidos por Stockemer (2009), donde no fue encontrada la correlación entre la madurez de la democracia y cantidad de mujeres en el parlamento. Tal vez el problema en el estudio de Stockemer está en los indicadores utilizados.
En este trabajo utilizamos el Ranking de la democracia, un indicador multivariado y la proporción medida abajo en el Figura 9 no deja dudas, países con calidad de democracia arriba de 70 tienen mayor número de mujeres parlamentares que los países con menor calidad democrática, la discrepancia es visible sobre todo si comparamos países de alta calidad democrática con los de baja calidad.

La Tabla 4 presenta las frecuencias medidas de investigaciones por el término feminism, entre 2004 y 2013. Nosotros sumamos los valores totales de las investigaciones mensuales y en la Tabla trazamos una media de 1 a 100 y, con estos valores, definimos la posición del país en cuanto a su frecuencia de interés por feminism.


En la Figura 10 se muestra la distribución de la frecuencia de búsquedas por el tema del feminismo En cuanto a la relación entre el porcentaje de mujeres en el parlamento y las frecuencias de investigación del término feminism, existe una correlación positiva, débil pero significativa (r= 0,208; p <, 042), indicando una ligera tendencia de aumento de las investigaciones por el término feminism en países con mayores porcentajes de mujeres en el parlamento (Figura 11). Eso indica que en alguna medida la variable ‘ideología’ ejerce un efecto considerable sobre las intenciones de voto y sobre las motivaciones de las mujeres para presentarse como candidatas.
Nuestro resultado es coincidente con los resultados de Paxton y Kunovih (2003), pues, los países que demostraron mayor interés por feminism, en cuanto al archivo de ideología política son los países con mayor número de mujeres. Como la frecuencia de Google Trends mostró alta adherencia con respecto a este tipo de valor ideológico, en futuros estudios, se recomienda que la herramienta sea también utilizada para medir otras ideologías políticas. Google Trends mostró alta adherencia con respecto a este tipo de valor ideológico, en futuros estudios se recomienda que sean testados otros términos y/o conjuntos de términos y tópicos que puedan tener correlación con el número de bancas ocupadas por mujeres en parlamentos nacionales. Se recomienda que la herramienta sea también utilizada para medir otras ideologías políticas, formas de organización social y tendencias políticas.

Consideraciones finales
Nuestros resultados mostraron que hay un alto grado de correlación entre países con mayor calidad democrática y cantidad de mujeres ocupando bancas en los parlamentos. Por eso podemos concluir que en democracias de mayor calidad, es probable que las mujeres tengan menos obstáculos para presentarse como candidatas, más apoyo de los partidos políticos y más posibilidades de sean elegidas. Es probable también que países con grandes números de mujeres ocupando bancas en el parlamento ejerzan una representación más pluralista y tengan una mejor gobernación, eso en alguna medida, tal vez, garantice la alta puntuación en el Ranking de calidad de la democracia.
Nuestros resultados también señalan que países donde es mayor el interés por el tópico feminism son los que tienen mayor representación política femenina. En ese sentido, creemos que la variable ideología, acerca de una influencia central en proceso, está en mujeres más propensas a presentarse como candidatas y motivando electores a votar por mujeres.
Concluimos que el camino para minimizar la subrepresentación de la mujer en la política y aumentar la paridad entre los géneros, obligatoriamente debe pasar por el sistema político, pero no debe ser restricto a él, es preciso que los esfuerzos sean emprendidos en otras dimensiones no políticas de la sociedad, como en la renovación de los valores sociales.
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Notas
Notas de autor
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