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Representaciones sociales de la economía en Venezuela
Alberto José Hurtado Briceño
Alberto José Hurtado Briceño
Representaciones sociales de la economía en Venezuela
Social representations of the economy in Venezuela
Opción, vol. 32, núm. 81, pp. 167-188, 2016
Universidad del Zulia
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Resumen: El artículo tiene por objetivo identificar el uso de las representaciones sociales en el estudio de la economía en Venezuela. Para ello se parte de la revisión del concepto y funciones de las representaciones sociales, luego se presenta las metodologías utilizadas para el desarrollo de estudios de representaciones, y finalmente se revisan los avances que en la aplicación de dicho método se han alcanzado en el país para explicar los fenómenos económicos.

Palabras clave:Representaciones socialesRepresentaciones sociales,economíaeconomía,VenezuelaVenezuela.

Abstract: The article aims to identify the use of social representations in the study of economics in Venezuela. For it is part of the review of the concept and functions of social representations, then the methodologies used for the development of studies of representations is presented, and finally the progress in the application of that method has been made in the country to be reviewed explain economic phenomena.

Keywords: Social representations, economy, Venezuela.

Carátula del artículo

Originales

Representaciones sociales de la economía en Venezuela

Social representations of the economy in Venezuela

Alberto José Hurtado Briceño
Universidad de Los Andes, Venezuela
Opción, vol. 32, núm. 81, pp. 167-188, 2016
Universidad del Zulia

Recepción: 19 Junio 2016

Aprobación: 01 Agosto 2016

1. INTRODUCCIÓN

Las representaciones sociales constituyen uno de los ámbitos más generadores de debates e intercambio en el campo de las ciencias sociales en los últimos años, debido a la falta de consenso acerca de su origen, la ausencia de un concepto general y su carácter interdisciplinario. Implican un proceso de selección de características que son consideradas relevantes con respecto a un objeto social en estudio, lograr la aceptación de dichas características y proponer modelos y modos de interpretación de la experiencia, con lo cual se tiene la posibilidad de ampliar la percepción de la realidad (Girola, 2012).

Tiene su antecedente en los trabajos desarrollados por los fundadores de la sociología científica y el aporte de Emilio Durkheim (1898) con la construcción del concepto de representaciones colectivas, que permitieron concebir que lo colectivo no debe ser reducido a lo individual. En la segunda mitad del siglo XX, en un esfuerzo por desarrollar planteamientos de la psicología y la sociología en el estudio de la realidad social, Serge Moscovici (1979) retoma y reconstruye el concepto planteado por Durkheim, ahora bajo la denominación de representaciones sociales, una modalidad particular de conocimiento cuyo propósito es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos (Osnaya, 2003; Saquilán, 2005).

Desde entonces, se plantea como un cuerpo organizado de conocimientos mediante los cuales los individuos hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios (Farr, 1993). Corresponden al conocimiento del sentido común que tiene por objetivo comunicar dentro del ambiente social (Mora, 2002). Representan esquemas temáticos y metodológicos instrumentales, necesarios para explicar las diferentes maneras en que el individuo construye su pensamiento y su realidad (Osnaya, 2003).

En este sentido, las representaciones sociales designan un tipo de conocimiento específico, el saber del sentido común, y una forma de pensamiento social, lo cual es útil para desarrollar la interpretación de aspectos vinculados a distintas áreas de las ciencias sociales. Ante esta posibilidad, la presente investigación tiene por objetivo identificar el uso de las representaciones sociales en el estudio de la economía en Venezuela. Para lo cual se hace una revisión conceptual, se reconocen sus funciones y se presentan las metodologías sugeridas para realizar este tipo de sistemas de representación y de interpretación. Luego se revisan los avances de la aplicación de dicho método para explicar acontecimientos evidentes en la economía venezolana.

2. ACERCA DEL CONCEPTO DE REPRESENTACIONES SOCIALES

Las representaciones sociales incluyen informaciones, dogmas, actitudes y experiencias como formas de pensamiento social, lo que le otorga un carácter interdisciplinario y funcional a la interpretación de los fenómenos de la sociedad. Banchs (1999) las define como expresiones de valores, creencias y opiniones que son reguladas por las normas sociales de cada colectividad y son importantes para comprender los significados, símbolos y formas de interpretación que los individuos utilizan para referirse a objetos, eventos y hechos de la realidad.

Para Mato (2001) son enunciados verbales, imágenes o cualquier otra formulación sintética de sentido descriptible y diferenciable generada por actores sociales. Es la interpretación de valores, actitudes y creencias que son reguladas por las normas sociales de cada colectividad (Saquilán, 2005). Bourdieu (2003) las considera como la reproducción de los esquemas de pensamiento socialmente establecidos, a partir de visiones estructuradas por las relaciones sociales. Son una estructura cognitiva-afectiva construida y compartida por la sociedad fusionando lo conocido y percibido, mediante el conocimiento previo para generar una nueva forma de pensamiento (Ayestarán et al., 1987).

Mostrado de esta manera, el concepto de representaciones sociales se puede identificar como complejo, difícil de expresar en una definición simple, dada su naturaleza multidimensional. Para Ibáñez (1988), la dificultad de precisión del término se debe a: 1) la naturaleza híbrida del concepto, debido a que es el resultado de la contribución de dos disciplinas distintas, que permiten tomar en cuenta elementos culturales e ideológicos y nociones procedentes de la psicología (por ejemplo: imagen y pensamiento); y 2) su composición polimorfa, dado que recoge e integra una serie de conceptos de muy distinta naturaleza, tales como, procesos cognitivos, inserciones sociales, creencias, actitudes, valores, entre otros, que conllevan al estudio de fenómenos y procesos sociales y no hacia objetos diferenciados o plenamente definidos; por lo cual plantea que sólo es posible hacer un acercamiento a los elementos y características de las representaciones sociales.

En este sentido, Jodelet (1993) considera que las representaciones sociales cuentan con seis características: a) son la representación de un objeto, b) tienen carácter de imagen y la propiedad de ser intercambiable, c) tienen carácter simbólico y significante, d) son de carácter constructivo, e) tienen carácter autónomo y creativo, y f) las particularidades que la estructuran son categorías de lenguaje. Dadas estas características, Osnaya (2003) plantea que las representaciones sociales se definen como un contenido (por contener informaciones, imágenes, opiniones), y dicho contenido se relaciona con el objeto de estudio (acontecimiento social), y al mismo tiempo son un sujeto (individuo, familia, grupo) en relación con otro sujeto.

Para Moscovici (1991), existen tres tipos de representaciones sociales, a saber: 1) representaciones hegemónicas, aquellas que son resultado de un alto grado de consenso entre los miembros del grupo en estudio y se ajustan a los enunciados de las representaciones colectivas propuestos por Durkheim; 2) representaciones emancipadas, que no tienen carácter hegemónico ni uniforme y surgen entre subgrupos en estudio, con nuevas formas de pensamiento social; y 3) representaciones polémicas, aquellas que salen entre grupos que pasan por situaciones de conflicto o controversia social respecto a hechos sociales relevantes, ante los cuales expresan formas de pensamiento discordantes.

La identificación de estos tipos de representaciones sociales se basa en el supuesto de que las personas y las sociedades tienen un papel activo en la construcción del entorno donde viven, por lo cual se ofrece una comprensión más social de las creencias de las personas (Bassani et al., 2013). El conocimiento del sentido común se va obteniendo a partir de lo que transmite la sociedad al individuo por medio de tradiciones, costumbres, educación, conversaciones de la vida diaria, entre otros ámbitos; y se va sumando a la experiencia particular de la persona. De esta manera, no son un constructo interno en la mente de un sujeto que toma el lugar del objeto representado, en éstas se plasman los aspectos sociales, culturales, económicos e históricos, con lo cual, la interpretación de la realidad que se obtiene termina alcanzando existencia independiente del objeto que representa (Moscovici, 1991).

En este sentido, constituye un concepto interdisciplinario que recorre otras áreas del conocimiento como la salud, medio ambiente, política, antropología, economía, educación, entre otras. La exigencia de interrelación y la complejidad evidente en un mundo complejo y cambiante, concede a las representaciones sociales un papel preponderante en la mediación de la actividad científica para dar una visión global de lo que es el hombre y su mundo de objetos, al permitir la integración de las dimensiones sociales, culturales, económicas e históricas en la interpretación de la realidad como construcción social (Osnaya, 2003; Bassani et al., 2013).

Las definiciones así presentadas corresponden a un conjunto de nociones que permiten aproximarse a la comprensión de las representaciones sociales, sin llegar a plantear un concepto acabado, simple y uniforme, debido a que la complejidad del fenómeno que se estudia lo impide. Se presentaron en cada uno de los términos planteados, aspectos complementarios presentes en el fenómeno representacional, con lo cual se intenta expresar de forma específica el pensamiento social que surge de la vida cotidiana de las personas, para luego otorgarle una función importante en la estructuración de la realidad social.

3. FUNCIONES DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES

Como sistemas de comprensión y de interpretación de la realidad de los individuos, las representaciones tienen las siguientes funciones: a) identificar la manera como los sujetos sociales aprenden los acontecimientos de la vida diaria, las características del medio ambiente, las informaciones que en él circulan, y a las personas del entorno objeto de estudio; b) interpretar el conocimiento espontáneo, ingenuo o de sentido común, en contraposición al pensamiento científico; c) estudiar el conocimiento socialmente elaborado y compartido, constituido a partir de experiencias, informaciones y modelos de pensamiento recibidos y transmitidos mediante la tradición y la educación; d) considerar el conocimiento práctico que participa en la construcción social de una realidad común a un grupo social y representar principalmente ese entorno, comprender y explicar los hechos e ideas del acontecer diario; y e) desarrollar pensamiento constitutivo y constituyente que permita al mismo tiempo la identificación del producto y proceso de una actividad de apropiación de una realidad externa, y la elaboración psicológica y social de esa realidad (Jodelet, 1993).

Según Abric (2001), las representaciones sociales como proceso social desempeñan cuatro funciones esenciales: 1) función de conocimiento, porque facilitan comprender y explicar la realidad, y permiten a los actores sociales adquirir nuevos conocimientos e integrarlos de modo asimilable y comprensible para ellos; 2) función identitaria, porque establecen la identidad y especificidad de los grupos, conocimiento básico para el control social; 3) función de orientación, otorgando sentido a los comportamientos y las prácticas sociales, incluso antes de llevarlas a cabo, y 4) función justificatoria, porque permiten explicar y justificar las acciones de los actores luego de ser realizadas. Por su parte, Perera (2005) agrega otras dos funciones estrechamente interrelacionadas con las anteriores: función sustitutiva, porque actúan como imágenes que sustituyen la realidad a la que se refieren, al mismo tiempo que participan en la construcción del conocimiento acerca de dicha realidad; y función icónico-simbólica, porque permiten hacer presente un fenómeno, objeto o hecho de la realidad mediante imágenes o símbolos que sustituyen esa realidad.

Asimismo, Ayestarán et al. (1987) consideran que las representaciones sociales como forma de pensamiento natural tienen las siguientes funciones: a) privilegiar, seleccionar y retener algunos hechos relevantes del discurso ideológico concernientes a la relación sujeto en interacción, b) descomponer el conjunto de rasgos identificados en categorías simples naturalizando y objetivando los conceptos del discurso ideológico referente al sujeto en grupo, c) construir un modelo o teoría implícita, explicativa y evaluativa del entorno desde el discurso ideológico que impregna al sujeto, y d) reconstruir y reproducir la realidad otorgándole un sentido y procurando una guía operacional para la vida social, para la resolución de los problemas y conflictos.

4. METODOLOGÍA DE LAS REPRESENTACIONES SOCIALES

La complejidad de los fenómenos humanos hace que el pluralismo metodológico sea preponderante al momento de estudiar las representaciones sociales. En este sentido, Banchs (1999) describe al menos tres técnicas de análisis que se han empleado para desarrollar este tipo de investigaciones: 1) análisis de procedencia de la información, que permite analizar las fuentes de información de las cuales el sujeto obtiene sus datos, para lo cual es necesario distinguir entre un contenido y una fuente de procedencia de información; 2) análisis de actos ilocutorios, que analiza los diálogos recogidos en textos, medios de comunicación o en observaciones, donde se analizan las relaciones de poder, las reglas explícitas e implícitas, y la dureza actitudinal de la representación social; 3) análisis gráfico de los significantes, exige que los materiales grabados sean transcritos y enumeradas las unidades de significación de acuerdo con su orden de aparición en el discurso y se identifican las palabras que más se repiten, se reproducen gráficamente y se trata de conseguir la forma gráfica más ilustrativa de las relaciones entre las palabras. Para Mora (2002) otra técnica a considerar para el desarrollo de este tipo de estudio es el análisis de correspondencias, que sustentándose en el diferencial semántico, selecciona una serie de palabras-estímulo que tengan que ver con el objeto social a investigar y luego pide a una muestra de sujetos que realice una asociación libre a partir de cada palabra hasta desembocar en un catalogo de asociaciones.

Como se puede ver, las representaciones sociales cuentan con apertura metodológica, donde tiene lugar la combinación de metodologías diversas sin privilegiarse un método o técnica en particular. Por esa razón, Celso Sá (1996) recomienda para todo estudio de representaciones: primero, enunciar exactamente el objeto de representación que se ha decidido estudiar (evitando la influencia de la representación de objetos vinculados al área de interés); segundo, determinar los sujetos en cuya manifestación discursiva y comportamiento se estudiará la representación (grupos, poblaciones, estratos o conjuntos sociales); y tercero, determinar las dimensiones del contexto sociocultural donde se desenvuelven los sujetos y grupos, practicas sociales particulares, redes de interacción, instituciones u organizaciones implicadas, normas o valores relacionadas con el objeto de estudio, entre otras. La intención es construir o diseñar el análisis lógico de un estudio que no es una secuencia lineal sino que avanza por medio de contradicciones y se enriquece y modifica al mismo tiempo que se lleva acabo.

La naturaleza de los estudios de representaciones sociales válida combinar enfoques o perspectivas teóricas, que se articulan y asumen en diferentes abordajes metodológicos, los cuales se han ido perfilando a través del tiempo. Dentro de este tipo de estudios de la realidad social es posible encontrar diversas corrientes metodologías centradas en diferentes aspectos de las representaciones, entre ellas se destacan: a) la escuela clásica, que enfatiza el aspecto constituyente de las representaciones sociales y utiliza técnicas cualitativas de investigación (especialmente entrevistas en profundidad y análisis de contenido); b) la escuela estructural, centrada en los procesos cognitivos y recurre a técnicas experimentales y de análisis multivariable; y c) la escuela de Ginebra, que privilegia el análisis sociológico de las condiciones de producción y circulación de las representaciones sociales (Girola, 2012).

Otro enfoque metodológico utilizado en representaciones sociales es la teoría fundamentada, propia de la metodología cualitativa, es utilizada para crear propuestas teóricas basándose exclusivamente en los datos. Este enfoque se sustenta en cuatro pasos diferenciados claramente: 1) codificación abierta de los datos o información, comprende la organización inicial de los datos que permita ir colocando toda la información dentro de categorías conceptuales, se construye una serie de temas emergentes para identificar los principales componentes representacionales (categorías principales) y organizar sus contenidos jerárquicamente;

2) codificación axial de la información, busca crear un esquema conceptual determinando el principal tema desde el punto de vista del actor y se realiza una selección de los temas que son relevantes en el estudio, con lo cual se hace una reducción de los datos; 3) codificación selectiva, busca delimitar la teoría, establecer los componentes del marco teórico y clarificar la historia que los informantes tienen para contar acerca del fenómeno, se organiza la información recolectada para eliminar los elementos redundantes; y 4) matriz condicionada y delimitación de la teoría emergente, se realiza una representación visual que incorpora y representa las condiciones básicas y relevantes que influyen en la investigación, luego de reducidas las categorías se comienza a delimitar la teoría emergente (Campo-Redondo y Labarca, 2009).

Para Araya (2002), parte de la importancia de los estudios de las representaciones sociales se encuentra en la metodología de recolección de datos, pues contribuye a la configuración de la realidad social y ayuda a construir el objeto estudiado. En este sentido sugiere el desarrollo de dos enfoques metodológicos: a) enfoque procesual, procedimiento clásico para acceder al contenido de una representación, para lo cual utiliza la recopilación del material discursivo (de conversaciones, entrevistas o cuestionarios), así como los discursos cristalizados en obras literarias y soportes periodísticos, tratados mediante las técnicas de análisis de contenido; y b) enfoque estructural, que parte de la idea que toda representación tiene una estructura específica, y se centran en los procesos y mecanismos de organización de los contenidos, utilizando como vías para acceder al conocimiento las técnicas correlaciónales y el análisis multivariante o ecuaciones estructuradas.

5. ESTUDIOS DE REPRESENTACIONES SOCIALES DE LA ECONOMÍA VENEZOLANA

El método de las representaciones sociales tiene en la multiplicidad de enfoques utilizados para su desarrollo la principal ventaja para lograr extenderse a diversos ámbitos del saber. Así, se pueden encontrar estudios de representaciones aplicados a: 1) problemas y fenómenos sociales emergentes, 2) orientaciones y culturas académicas específicas, 3) nivel de difusión de la literatura y de los modelos vigentes en las representaciones sociales como área de estudio, 4) formas de problematización de los fenómenos psico-sociales y comunitarios, y 5) demandas de los diferentes campos del saber o disciplinas que necesitan la perspectiva de la psicología social (Jodelet, 2003 citado por Saquilán, 2005).

De esta manera, se considera cómo áreas temáticas que han centrado la atención de los investigadores en representaciones sociales: a) la ciencia, el saber académico y el conocimiento popular: la socialización del conocimiento científico, donde encuentra espacio los trabajos de fecundación humana, economía, ciencia, ecología, física y ambiente; b) salud-enfermedad: estudios de la salud como objeto de representación, oportunidad para interpretar las enfermedades mentales, cáncer, SIDA, aborto, tabaquismo, drogadicción, maternidad y el enfoque de género; c) desarrollo humano: tema que integra los estudios acerca de las distintas etapas de la vida del hombre, infancia, adolescencia, envejecimiento, además de los roles paternos y la perspectiva de género; d) campo educativo: desarrollos acerca de las prácticas educativas de alumnos, padres, docentes, los procesos de enseñanza y las experiencias pedagógicas apoyadas en la tecnología; e) empleo: estudio del mercado laboral mediante la representación social del trabajo en distintos grupos sociales, la representación de distintos oficios o profesiones, estudios sobre la empresa, la relación trabajo-salud y los procesos administrativos; f) exclusión social: área influida por la realidad económica, política y social que tienen los grupos en estudio, incluye los trabajos sobre comportamiento político, ejercicio ciudadano, derechos humanos, democracia, pobreza, política, violencia, discriminación y niños de la calle; g) ámbito comunitario: investigaciones acerca de la representación del espacio urbano, ciudadano, ciudades o comunidades específicas, identidad de comunidades, medio ambiente, contaminación y experiencias de participación comunitaria (Perera, 2005).

En Venezuela, se han desarrollado investigaciones acerca de la representación social aplicada a áreas de conocimiento como salud, educación, política, antropología, y economía. Para comprender los fenómenos presentes en la economía venezolana, se ha utilizado el método de representaciones sociales en el plano de la pobreza, en primer lugar, representando la vida de la persona pobre en la ciudad, se realizó “…un estudio pluridimensional de la pobreza” (Pargas, 2000:279), considerando tres niveles de análisis: 1) matriz histórico-conceptual de la pobreza, 2) historias de vida de las familias pobres y 3) representaciones sociales de la pobreza, con lo cual se logró abordar el estudio de la pobreza desde los pobres mismos. Con ello se pudo identificar el mundo de vida de los hogares pobres, encontrar una ruta en la diversidad y complejidad para el estudio del fenómeno, y entender que “…los problemas de la pobreza no siempre son tan –objetivos- sino que participan de una construcción” (ídem: 278). En segundo lugar, identificando los criterios de fatalidad y poder en la vida cotidiana de los integrantes de los hogares pobres, para lo cual se consideró: a) revelar la presencia y vivencia del fatalismo en la vida cotidiana de la pobreza, b) identificar las nociones de poder manejadas por las personas que viven en contextos de pobreza, c) explorar el vinculo existente entre el fatalismo y el poder en la vida cotidiana de la pobreza, y d) brindar nuevas nociones teóricas e hipótesis acerca del fatalismo y el poder relacionadas con los procesos de transformación social (Urreiztieta, 2000). Con ello se comprobó que el fatalismo y la pobreza no son fenómenos homogéneos y estáticos, son fenómenos complejos y dinámicos, que “en cada persona se manifiesta[n] imprevisible, profundamente subjetivo y cambiante” (Urreiztieta, 2000:269). Y en tercer lugar, estudiando el impacto de la exclusión social en el caso de los “niños de y en la calle” (Álvarez de Hétier, 2001: 69), la autora mostró la manera cómo se origina el proceso y la magnitud del problema de exclusión social, un problema complejo, vinculado a componentes macro y micro sociales, económicos, políticos, culturales, cuya comprensión requiere del estudio de las representaciones sociales tanto de los niños excluidos que se pretenden insertar como las de aquellos individuos que elaboran y ejecutan programas de acción, de manera de encontrarle solución de forma pluri e interdisciplinaria articulando la dimensión colectiva a la individual al momento de intervención social del problema (ídem). Así, los estudios de la representación social de la pobreza en Venezuela, coinciden en definirla como un flagelo que surge de múltiples causas en el desarrollo de un sistema social injusto e inequitativo, por lo cual es un problema complejo cuyo estudio y solución requiere abordarlo desde múltiples dimensiones, entre las cuales es preponderante tomar en cuenta lo que hacen y piensan los pobres de si mismos.

De igual manera se han estudiado las representaciones sociales de la agricultura. Destacando el trabajo de Hétier, Pargas, Martínez, Fernández, Padilla, González y Romero (2001), acerca de las representaciones sociales de prácticas agrícolas, una investigación de carácter interdisciplinario para analizar “la degradación de los suelos y la disminución de la superficie cultivable” (17). Tomando en cuenta como objetivos de representación la fertilidad y fertilización de los suelos, se estudió qué piensan los agricultores e interventores (ingenieros agrónomos y técnicos agrícolas) de la fertilidad y fertilización de los suelos, qué relación establecen entre estos objetos de discurso y el problema de degradación de los suelos de los Llanos Occidentales venezolanos. Todo lo cual permitió concluir que “…las representaciones sobre fertilidad son mucho menos precisas que las de fertilización” (227), ello debido a que la fertilidad es siempre asociada a elementos de tipo afectivo, más periféricos que la fertilización (asociada a la incorporación de químicos al suelo). En todo ello influye el plano económico, cultural, político y social de las relaciones entre agentes sociales.

Específicamente, lo económico condiciona tanto la estructura cognitiva como los comportamientos discursivos de los grupos sociales, restringiendo la obtención de créditos y financiamiento a la adopción de ciertas recomendaciones vinculadas con el tipo de cultivo y el tipo de fertilizante a utilizar. Planteado de esta manera, el estudio identificó dichas prácticas agrícolas como complejas y pluridimensionales, cuya intervención requiere de un trabajo interdisciplinario que permita “contribuir a los cambios necesarios que conlleven al mismo tiempo a producir mayor cantidad de alimentos y a mejorar la fertilidad de los suelos” (231).

Por su parte Canelón (2001), en su estudio “Representaciones sociales de productores agrícolas sobre los pesticidas: un estudio de caso en el Valle de Quibor”, logró caracterizar las representaciones sociales de los trabajadores agrícolas en relación a los plaguicidas y su repercusión en la salud, y generó información sobre concepciones y prácticas en el uso de plaguicidas por parte de los trabajadores agrícolas de la zona estudiada. Se consideraron múltiples dimensiones de la actividad de producción agrícola con pesticida, entre las cuales destacan: a) los conocimientos adquiridos y los procedimientos seguidos en la adquisición, aplicación y manejo de los plaguicidas, b) los criterios de protección contra la contaminación o las intoxicaciones, y c) las causas y consecuencias de las intoxicaciones en las labores agrícolas. Las condiciones laborales multiplican los riesgos de contaminación y los objetivos de producción segmentan dos tipos de trabajadores, quienes manifiestan no tener miedo de estar en contacto con los venenos por estar adaptados, y quienes afirman sentir miedo por los riesgos que asumen al estar en contacto con los plaguicidas. Planteada de esta manera, este tipo de actividad agrícola es compleja, por lo cual se requieren estrategias interdisciplinarias que incluyan los ámbitos políticos, económicos, educativos y culturales para reducir los riesgos de intoxicaciones, tanto agudas como crónicas, en los trabajadores y sus familias.

López (2008) en su trabajo “Cacao, mujer y tierra”, estudió la tradición oral y representaciones sociales en la cultura chuaeña, resaltando los diferentes tejidos socioculturales que se forman en torno al cultivo del cacao y su continuidad histórica en la comunidad de Chuao (Aragua, Venezuela). Concluyó que “cada una de las fases del cacao, la cosecha, la fermentación, el secado y el almacenamiento, forman parte de un ritual de benevolencia, que manifiesta una tradición ancestral del quehacer cultural chuaeño” (114), donde la tradición esta formada por los valores, los cuales conjugan los aspectos de las acciones del proceso de socialización para establecer un conjunto de características culturales que describen una condición y un modo de pensar de los habitantes de esta región. En este sentido, los estudios de las representaciones de la agricultura se caracterizan por ser interdisciplinarios y funcionales, permitiendo una interpretación amplia de un fenómeno complejo.

Asimismo, se ha utilizado el enfoque de representaciones en el estudio de la actividad petrolera en la economía venezolana. Iranzo y Ríos (1998), estudiaron la representación social del petróleo en Venezuela durante la década de los noventa, para conocer el conjunto de valores, creencias, juicios de valor asociados al petróleo en la cultura de los venezolanos. Concluyeron que el petróleo tiene una representación social entre los venezolanos, construida alrededor de un núcleo figurativo centrado en la idea de riqueza. Con dicha imagen se dan dos explicaciones a los hechos de la economía venezolana: a) la “leyenda dorada” que considera el petróleo como generador de modernidad y desarrollo, y b) la “leyenda negra” que atribuye al petróleo la corrupción, el facilismo, el derroche, entre otros problemas de la economía venezolana. Por su parte, Villalobos (2002) desarrolló una aproximación a la construcción de representaciones sociales del petróleo en Venezuela, que constituye la base de las formas como los venezolanos piensan, identifican y actúan sobre el petróleo y su vinculo con la sociedad. Para ello estudió las representaciones sociales de la tecnocracia petrolera y las transformaciones de la política petrolera venezolana, concluyendo que la apertura petrolera fue la política petrolera de un actor globalizado (tecnócratas) que interactuaba con otros actores globales, por ello, considera que la tecnocracia corresponde a saber conducir una empresa y aprovechar las condiciones favorables del entorno respondiendo adecuadamente, la gerencia que actúa bajo dicho criterio interpreta a la nación frente al gobierno y constituye el saber hacer en materia petrolera en el país, su plan de acción debe ser continuo en el tiempo y ser respetado como la única forma de adecuación a las condiciones de globalización. Bajo esos criterios, la actividad petrolera en el país tiene “dos nociones compartidas: el petróleo como negocio y el Estado como ente externo no interfiriente” (25). Así, la actividad petrolera como negocio define el rentismo como sinónimo de parasitismo, que corresponde al uso inadecuado que le da el Estado a los ingresos petroleros, que deben ser sustituidos por el uso productivo de los recursos del negocio petrolero. En ambos esfuerzos investigativos, se da un tratamiento interdisciplinar a un tema de estudio que tiene origen en las múltiples dimensiones que lo conforman, evitando reducir su explicación a sólo criterios economicistas que dan prioridad a medidas de producción, ingreso y rendimiento.

Utilizando el enfoque de representaciones en la comprensión de las nuevas estructuras de las unidades empresariales públicas y privadas que hacen vida en el país, destaca la investigación acerca de las nuevas formas de organizaciones de economía social y empresarial promovidas por el Estado en Venezuela (Richer, 2001; Hernández, 2005; Hernández, León y Díaz, 2008; Borjas, 2010), como forma de resaltar la importancia del capital social en el desarrollo de las sociedades. Así, Richer (2001) recalca el rol fundamental que tienen las sociedades voluntarias en el desarrollo de Venezuela, considera como rasgos comunes en todas las organizaciones de economía solidaria en el país que: a) surgen de un proyecto social, b) tienen como eje la acción local con base en la idea de comunidad como territorio o como espacio de pertenencia,

c) hay una construcción conjunta de oferta y demanda de servicios,

d) son formas plurales de trabajo y están conformadas por una diversidad de actores, y e) son una combinación de diferentes tipos de recursos. Su estudio requiere tomar en cuenta al menos cuatro dimensiones que la explican: 1) dimensión social y cultural, 2) dimensión económica (con énfasis en las formas de regulación), 3) dimensión organizacional y técnica, y 3) dimensión ecológica, para lo cual sugiere iniciar revisando “los principios de acción en los cuales los actores se han puesto de acuerdo para crear la organización” (184).

Por su parte, Hernández (2005) y Hernández et al. (2008) identificaron las representaciones sociales de la educación cooperativa en el movimiento cooperativo venezolano, para ello reconocieron a las cooperativas como el tipo de empresa asociativa más emblemática de la economía popular, y tomaron en cuenta todas las dimensiones que la explican: 1) la practica de valores y principios cooperativos, 2) desarrollo de la educación cooperativa,

3) misión y prioridad de la educación cooperativa, y 4) providencia administrativa sobre educación de la Superintendencia Nacional de Cooperativas (Sunacoop). De dicha investigación encontraron que en el país existen representaciones sociales diferentes en torno a la educación cooperativa (entre las viejas y nuevas cooperativas), que junto al elevado financiamiento del Estado, ha provocado que se formen cooperativas pero no cooperativistas.

Borjas (2010) caracteriza las estructuras centrales y periféricas de las representaciones sociales del espíritu empresarial. Destacando que existe un anclaje acerca de las conductas emprendedoras de los venezolanos a razón de los efectos contextuales presentes en la economía, tales como: crisis, desempleo, entre otros, que impulsan a caracterizar al ciudadano de este país como “emprendedor por necesidad en vez de emprendedor por oportunidad” (161). Asimismo concluye que hay una representación acerca de la poca durabilidad de las iniciativas desarrolladas por los emprendedores venezolanos, lo cual se incrementa debido a la ausencia de políticas formales que impulsen el desarrollo del espíritu empresarial en el país. De esta manera, el conjunto de estudios antes descrito consideraron las creencias, paradigmas, conocimientos y lenguajes en el estudio de las formas de organizaciones solidarias y empresariales, evitando insistir en el uso de los principios de costos, beneficios, rendimientos y resultados.

Estos esfuerzos demuestran el interés de los investigadores venezolanos por dar explicación a la realidad económica nacional, compleja y cambiante, utilizando el método de representaciones sociales. Esta metodología no se ha estandarizado en el campo de la economía debido a la falta de consideración y profundización de este método para interpretar problemas económicos puntales, ejemplo de ello es la ausencia de estudios para interpretar la inflación, pérdida de poder adquisitivo, calidad de vida, sobrevaluación de la moneda, déficit presupuestario, escasez y desabastecimiento. Ello se debe principalmente a la preponderancia del enfoque cuantitativo en el análisis económico, la ausencia de pensamiento práctico en el estudio de dichos temas, la falta de interés por comprender el entorno social y material donde estos fenómenos se presentan, y la ausencia de consenso acerca de la utilidad del análisis de representaciones sociales.

6. CONCLUSIONES

El conocimiento de sentido común se transmite mediante tradiciones, costumbres, interacción social y educación, y al mismo tiempo se le va sumando la experiencia particular de las personas. Su estudio exige la interpretación de la realidad social de los grupos de interés, combinando la percepción independiente de los individuos y los aspectos sociales, culturales, económicos e históricos presentes en su entorno. De esta manera, los estudios de representaciones sociales son un esfuerzo interdisciplinario que da respuesta a la interrelación y complejidad evidente en el actual mundo complejo.

En este sentido, dicho sistema de comprensión e interpretación de la realidad de las personas tiene apertura metodológica para permitir la combinación de metodologías diversas. Así, se pueden utilizar las técnicas sugeridas por Banchs (1999) y Mora (2002), que incluyen el análisis de procedencia de la información, el análisis de actos ilocutorios, el análisis gráfico de los significantes y el análisis de correspondencias; el esquema recomendado por Celso Sá (1996), que exige enunciar exactamente el objeto de representación, determinar los sujetos de estudio, y determinar las dimensiones del contexto sociocultural a interpretar; la teoría fundamentada que implica la codificación abierta de los datos, la codificación axial de la información, la codificación selectiva, y la construcción de la matriz condicionada; o los dos enfoque sugeridos por Araya (2002), el enfoque procesual y el enfoque estructural.

Como método las representaciones sociales se han utilizado en múltiples áreas del conocimiento, y en Venezuela, se han desarrollado investigaciones acerca de representaciones en los ámbitos de salud, educación, política, antropología y economía. Acerca de este último campo, las investigaciones se han concentrado en el estudio de la pobreza, la actividad agrícola, el petróleo, las nuevas unidades empresariales públicas y privadas, y nuevas formas de organización social y solidaria, lo que demuestra el interés de los investigadores venezolanos por dar explicación a la realidad económica del país. La ausencia de trabajos acerca de problemas económicos puntuales (inflación, pérdida de poder adquisitivo, calidad de vida, entre otros), se debe al predominio del enfoque cuantitativo en el análisis económico, la ausencia de pensamiento práctico en el estudio de dichos fenómenos, la falta de interés por comprender el entorno social y material donde estos temas tienen lugar, y la falta de consenso acerca de las ventajas del análisis de representaciones sociales.

Material suplementario
REFERENCIAS
ABRIC, Jean Claude. 2001. “Metodología de recolección de las representaciones sociales” en ABRIC, J.C. (coord.). Prácticas sociales y representaciones. Ediciones Coyoacán. México.
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