Originales
Capacidad emprendedora desde la perspectiva de género
Entrepreneurship from a gender perspective
Capacidad emprendedora desde la perspectiva de género
Opción, vol. 32, núm. 81, pp. 238-261, 2016
Universidad del Zulia
Recepción: 15 Septiembre 2016
Aprobación: 14 Octubre 2016
Resumen: El objetivo de la investigación fue determinar la capacidad emprendedora desde la perspectiva de género a través de una muestra de los habitantes de la ciudad de Machala. Analizando las cinco dimensiones mediante la aplicación de la escala de habilidad emprendedora validado por Flores (2003), se recolectó información mediante fuentes primarias y se empleó modelos de regresión lineal con variables dicotómicas. Los resultados obtenidos revelan que el género masculino tiene una mayor capacidad emprendedora que el género femenino. Se considera que este estudio direcciona las investigaciones futuras acerca de la capacidad emprendedora desde la perspectiva de género en distintos lugares.
Palabras clave: Emprendimiento, capacidad emprendedora, dimensiones, género.
Abstract: The aim of the research was to determine the entrepreneurship from a gender perspective through a sample of the inhabitants of the city of Machala. Analyzing the five dimensions by applying entrepreneurial skill scale validated by Flores (2003), information was collected through primary sources and linear regression models with dichotomous variables was used. The results show that the male has a greater entrepreneurial capacity than the female gender. It is considered that this study addresses future research about entrepreneurship from a gender perspective in different places.
Keywords: Entrepreneurship, entrepreneurship, dimensions, gender.
1. INTRODUCCIÓN
Desde el año 2000, el término emprendimiento ha adquirido relevancia, por su gran importancia en el desarrollo de la economía del país. Mediante el emprendimiento se generan varios beneficios para la sociedad como es la creación de nuevas empresas, la mejor distribución de la riqueza, disminuye la pobreza, se incrementan los ingresos, nuevas fuentes de trabajo y ampliación de la red empresarial (Leiva, 2008). Para que se cumpla con todos los propósitos del emprendimiento se necesita al actor principal, el emprendedor el cual tiene capacidad para la creación de soluciones innovadoras que ayuden al desarrollo económico local, provincial y nacional (Espíritu, González y Alcaraz, 2012).
El emprendedor para iniciar los propósitos del emprendimiento y lograr el éxito, deberá tener desarrollada su capacidad emprendedora y conocimientos referente a las actividades que ejecuta. Marulanda, Montoya y Vélez (2014) mencionan que si las personas no cuentan con las capacidades suficientes y no tiene una autoeficacia percibida tampoco se van a lograr buenos resultados. Por tanto, la capacidad emprendedora se encuentra relacionada con la actitud positiva de las personas y su capacidad para poder asumir los riesgos (Araque, 2015).
López, Romero y Díaz (2012) destacan que en el desarrollo de la capacidad no solo influyen situaciones personales o del entorno, también está el aspecto organizacional que afecta directamente de manera positiva o negativa en las decisiones que pueda tomar. El ambiente laboral, las condiciones en el que se desarrollan son el medio que motiva su participación y confianza (Periz, Peris y Ribeiro, 2010). Además, de los conocimientos y experiencias que se adquieren ya sean por tener o no un círculo familiar empresarial (Espíritu, González y Alcaraz, 2012).
El fortalecimiento de la capacidad emprendedora es un factor importante dentro de los niveles económicos, sociales y culturales de un país, ya que aumenta la iniciativa generando aportaciones de conocimiento que ayudan a mejorar el desempeño individual en la sociedad (Duarte, 2013). Fuentes y Sánchez (2010) manifiestan que el protagonista de la generación de nuevas ideas, del desarrollo de la innovación, responsable de mantener un bienestar personal en la sociedad es el emprendedor, la persona que determina el progreso de la creación de empresas. Si se decide ser un emprendedor, debe de ser consciente que tiene que ser constante, tener conocimiento, capacidad y responsabilidad para su desarrollo (González y Rodríguez, 2008).
Se debe de señalar que lo rasgos de la personalidad del emprendedor pueden ser permanentes, mientras que el comportamiento o actitud se puede cambiar y adaptar al entorno o a su vez se logra que sean duraderas (Mora, 2011). Esta relación que existe entre los rasgos de la personalidad (locus de control, el riesgo, la autoeficacia y la proactividad) y el comportamiento es amplia, ya que los rasgos son factores determinantes del comportamiento de cada individuo. Aún existe una amplia lista acerca de los rasgos de la personalidad del emprendedor pero los mencionados anteriormente son más comunes y en los cuales los investigadores consideran en sus trabajos (Sánchez García, 2010).
Debido a la participación de los ecuatorianos en temas de emprendimiento y que los mismos se consideran capaces para incursionar en nuevos negocios, han hecho que indicadores internacionales posicionen al Ecuador como un país con bastos niveles de emprendimiento. De acuerdo al crecimiento económico que surge en el país, hace que existe un ambiente con oportunidades de nuevos proyectos. La sociedad cuenta con herramientas adecuadas para poder aprovechar estas oportunidades incluyendo las alianzas que han hecho las universidades, organizaciones con el Estado (Landázuri, 2013).
De acuerdo al reporte del GEM (Global Entrepreneurship Monitor) 2015 en Ecuador un 72% de las personas se consideran que tienen capacidad para emprender y un 87% de los ya emprendedores se perciben que son competentes para seguir desarrollando las habilidades en las que se encuentran. En relación a los datos desde la perspectiva de género entre los dos grupos que se mencionaron la proporción es menor en mujeres que se consideran que tienen conocimientos y habilidades para emprender.
Los diferentes estudios que se han realizado tomando como base la variable genero se han enfocado desde diferentes perspectivas como es la diferencia de genero al momento de ejercer los roles en el nivel organizacional, o la forma en cómo se desarrollan en su entorno. Se reconoce que el rol de la mujer viene enmarcado en la sociedad como aquella que debe de cuidar de su hogar, educar a sus hijos, por tanto esto las orienta hacia la ocupación de su tiempo cumpliendo este rol y mentalizándolas a dejar en menor grado la incursión en el campo laboral. Actualmente a pesar de que aún existe esta tendencia, la participación de la mujer ya ha cambiado logrando ser una mujer empresaria (Escandon y Arias, 2011).
Además, se ha enfocado en identificar los factores determinantes que diferencian la creación de empresas desde la perspectiva de género a través de las diferentes técnicas cuantitativas, también incluyen la participación en el campo del emprendimiento, en la intención de emprender, orientación de emprender, rasgos de la personalidad. Pero, existen pocos estudios enfocados en la capacidad de emprender en relación al género.
El presente trabajo de investigación tiene como objetivo analizar la dependencia que tiene el nivel de capacidad de emprendimiento de las personas en relación al género en la ciudad de Machala, es decir, que tan influyente es la diferencia de genero al momento de percibir la capacidad tanto en personas que aún no emprenden como en personas ya emprendedoras con negocios establecidos. De acuerdo con la hipótesis planteada en la investigación es que si existe una relación de la capacidad de emprendimiento con el género y que esto influye en la participación que tienen los hombres y mujeres en el emprendimiento.
2. MARCO TEÓRICO
El emprendimiento actualmente se ha convertido en un amplio campo de investigación en el área científica, estudiantil y organizaciones (Herrera C. E., 2012). Estas investigaciones se centran en tres enfoques: el económico, psicológico y sociológico o también llamado institucional (Álvarez y Urbano, 2013) y se han ido adoptando teorías de diferentes disciplinas, dando como resultado aspectos positivos, pero a su vez, generando controversia entre diferentes autores al momento de ponerse de acuerdo en conceptos y en el desarrollo de una única teoría de emprendimiento (Herrera y Montoya, 2013).
Gutiérrez (2015) define el emprendimiento como la actitud, capacidad que tiene una persona para enfrentar retos, realizar nuevos proyectos y alcanzar nuevas metas. Es el actuar enfocado en las diversas oportunidades para la generación de valor, solucionando problemas y beneficiando económicamente a la sociedad (Sanabria, Morales y Ortiz, 2015). El emprendimiento es un proceso mediante el cual se generan ideas con el fin de crear nuevas empresas asumiendo riesgos en el entorno en el que se desarrolla (Herrera y Gutiérrez, 2014).
Debido a la complejidad del estudio del emprendimiento se lo analiza desde 4 perspectivas: la de comportamiento, psicológica, económica y procesos (Rodríguez A. , 2009). De acuerdo al autor Orrego (2009) el emprendimiento también es estudiado desde el enfoque filosófico haciendo referencia a otras ciencias como la sociología y la antropología filosófica. Pese a lo anterior, López y Ruiz (2014) mencionan que la perspectiva Psicológica ha recibido críticas, debido a problemas metodológicos.
Es importante destacar que el emprendimiento es considerado como base para el desarrollo del país, ya que se crean nuevas fuentes de trabajo, promoviendo la inclusión y reduciendo así la pobreza (Messina y Hochsztain, 2015). Por tanto, tiene un enfoque de responsabilidad social en donde se genera soluciones a la problemática en el entorno, y el desarrollo de la sostenibilidad (Orrego, 2009). Es una fuente de aprendizaje para las empresas ya que les permite transformar sus diferentes estrategias y así poder tener competitividad (Sanabria, Pedraza y Hurtado, 2014).
Por tanto, Acosta (2015) considera al emprendedor como actor principal de generar dichos aspectos positivos, ya que tiene la iniciativa y capacidad para aprovechar las oportunidades, asumir riesgos, y motivar a las personas para cumplir con sus objetivos. De hecho Osorio, Gálvez y Murillo (2010) manifiestan que el emprendedor es el que maneja las situaciones convirtiéndolas en ventajas competitivas para innovar. Peñaherrera y Cobos (2012) mencionan que se debe desarrollar la capacidad emprendedora para que las personas puedan tener oportunidades de formarse y poder participar en las diferentes redes empresariales, ampliando su visión y aportando a la economía social.
Desde un enfoque económico la capacidad emprendedora está relacionado con el rendimiento de la empresa, sector o país y desde la perspectiva sociológica se centra a rasgos personales (Suárez y Pedrosa, 2016). En este sentido, varios sectores empresariales se han enfocado en el desarrollo de la capacidad emprendedora, en donde se necesita estimular a nivel individual como familiar, experiencias, capacidades que lo diferencien del colectivo (Terán y León, 2010). Entre los rasgos a estimular Carlos, Contreras y Silva (2015) incluyen la capacidad para la movilización de recursos para la creación de empresas, innovación y la generación de empleo.
Una persona con capacidad emprendedora es racional y se enfoca en realizar de manera eficiente su trabajo bajo la excelente toma de decisiones frente a los beneficios que pueda generar. Es por eso que se lo relaciona con un buen perfil para la creación de empresas (Rusque, 2005). Su capacidad depende de la creencia que tenga de su nivel de conocimiento, habilidades y del entorno en el que se encuentra (Rodríguez y Prieto, 2009). Su manera de actuar se basa en las oportunidades que desea alcanzar (Betancourt Guerrero, 2004).
Por esta razón, Marulanda, Montoya y Vélez (2014) definen a la capacidad emprendedora como la habilidad, destreza y conocimiento que tiene una persona para asumir riesgos y aprovechar las oportunidades de negocios del entorno en el que se desarrolla. Tarapuez y Botero (2007) hacen hincapié en su relación con la capacidad empresarial ya que se enfoca en la creación de empresas. Incluye la creatividad y la orientación a la innovación mediante la planificación, organización y dirección de proyectos enfocados en los objetivos que se desean alcanzar (Tinoco Gómez, 2008).
Es de gran importancia el fortalecimiento de la capacidad emprendedora, ya que influye en el desarrollo de un país, mediante la aportación de conocimiento y habilidades que ayudan al mejor desempeño empresarial (Duarte, 2013).Fuentes y Sánchez (2010) Manifiestan que se asegura el bienestar personal, desarrollo de la creatividad, creación de nuevas empresas o productos y el incremento de fuentes de trabajo. Si se decide poner en práctica su capacidad de emprendimiento están aventurándose a cumplir con proyectos e ideas netamente personales o de otros (González y Rodríguez, 2008).
López, Montilla y Briceño (2007) Explican que existen rasgos distintivos de la personalidad que se relaciona con la capacidad emprendedora, los cuales son: psicológicos (motivación, asunción de riesgo y control) y no psicológicos (sucesos infantiles, experiencia y antecedente familiar). Mientras que Mavilla, Tinoco y Campos (2009) la asocian con la realización personal, planificación, relación social (bienestar individual y colectivo); creatividad (solucionar problemas y crear éxito). Para Sánchez García (2010) los rasgos distintivos son Locus de Control, la autoeficacia, el riesgo y la proactividad.
Trujillo, Girola, Figarella y Navas (2002) manifiestan que la innovación es otro factor que determina la capacidad emprendedora ya que en un sentido amplio es el desarrollo de la creatividad frente a la solución de problemas. Estas soluciones aumentan la competitividad siendo así el generador del cambio (Espíritu, González y Alcaraz, 2012). El tener una amplia capacidad de innovación nos muestra la orientación emprendedora que posee (Fernández, Alegre y Chiva, 2012)
En el campo del emprendimiento se asocian los atributos como el riesgo, creatividad, conquista a los hombres siendo esta práctica más masculina, ocasionando así una división del trabajo delegando a las mujeres a cumplir con su rol en el hogar. Un factor importante que distingue la capacidad emprendedora desde la perspectiva de género es la percepción de la oportunidad, en donde, a diferencia de los hombres si las mujeres sienten que tienen capacidad y creen que llegaran al éxito ellas se verán motivadas (Pineda Duque, 2014). Sin embargo, la falta de confianza y el miedo a fracasar obstaculizan su visión y se limitan a emprender debido al riesgo (Reyes, Pinillos y Soriano, 2014). Además, del rol de la mujer en la familia, delimitando el desarrollo de su capacidad emprendedora (Elizundia Cisneros, 2015).
Ventura y Quero (2013) mencionan que los hombres son más destacados en la cultura de los negocios y la capacidad que tienen para emprender debido a la absoluta confianza que tienen. Además, de su mejor desempeño en la percepción debido a la alta sensibilidad que tienen las mujeres (Castiblanco Moreno, 2013). Aunque en el tema de las motivaciones existe cierta similitud entre hombres y mujeres como son las necesidades de: logro y realización (Sánchez y Fuentes, 2013).
Es por esta razón que se destaca la auto-eficacia percibida, como reconocimiento de la propia capacidad emprendedora que poseen, generando emociones positivas (Martínez, Mira y Gómez, 2012). Para los hombres está relacionada con sus frustraciones laborales y por estabilidad económica. En cambio, las mujeres la relacionan con la carencia de oportunidades laborales y el sentido de inferioridad frente a los hombres (Alvarez, Noguera y Urbano, 2012). En este contexto se enfatiza el reforzamiento de la inteligencia emocional de hombres y mujeres para generar aspectos positivos (Mayoral y Salvador, 2014).
En este sentido, Díaz, Hernández, Sánchez y Postigo (2010) resaltan que se han realizado investigaciones enfocadas en el género comparando las capacidades y comportamientos entre hombres y mujeres en el sector empresarial. Los estudios anteriores se centraban en la participación de los hombres emprendedores, pero se han ido enfocando también en la mujer debido a su presencia en el campo del emprendimiento generando proyectos de éxitos (Escamilla y Caldera, 2013). Los temas de interés hacen referencia a la motivación, actitud, rasgo psicosocial de la mujer al momento de realizar una actividad (Sánchez y Fuentes, 2013).
El presente trabajo se desarrolla con el propósito de contribuir a las investigaciones referentes a la capacidad emprendedora desde la perspectiva de género debido a que esta característica del ser humano no es estudiada a profundidad. Es importante realizar esta investigación referente a la capacidad emprendedora comprobando si la variable género cumple un papel diferenciador entre personas que pueden ser o no emprendedoras.
Mediante la aplicación de la metodología se pretende comprobar la hipótesis: Si la capacidad emprendedora está determinada por la condición de género y si en el área “conocimiento de sí mismo y autoconfianza”, “visión de futuro”, “motivación de logro”, “planificación” y “persuasión” existen diferencias significativas entre hombres y mujeres.
3. METODOLOGÍA
La presente investigación se la realizó desde un contexto empírico basado en un trabajo de campo, el cual fue desarrollado con el fin de comprobar las hipótesis planteadas y contribuir a la investigación. Además, el análisis de los datos se plantea desde un enfoque cuantitativo y cualitativo, para lo cual se recolectaron datos mediante fuentes primarias, para así abordar la investigación y responder a las interrogantes. Para este enfoque se utilizó modelos de regresión lineal con variables dicotómicas, obteniendo así tablas significativas de interrelación entre la variable dependiente e independiente del estudio.
El objetivo de la presente investigación fue determinar la capacidad emprendedora desde una perspectiva de género. Como paso inicial se estudia la capacidad emprendedora de los habitantes de la ciudad de Machala en relación a los factores que marcan diferencia en esta capacidad como es el género. Para analizar la capacidad se evaluaron las dimensiones, tales como: conocimiento de sí mismo y autoconfianza, visión de futuro, motivación de logro, planificación y persuasión.
3.1 DATOS Y CARACTERÍSTICAS DE LA MUESTRA
Los datos obtenidos en nuestra investigación empírica proceden de una encuesta realizada en el año 2016, la cual se realizó a los habitantes de la ciudad de Machala seleccionados aleatoriamente, tomando como referencia el tamaño de la población de acuerdo a las proyecciones poblacionales a nivel cantonal hasta el año 2020 del Instituto Nacional de Estadístico y Censos, el cantón Machala tiene un total de 276.669 habitantes. La tabla No. 1 muestra la ficha técnica del estudio.
El instrumento para la recolección de datos se aplicó a 982 individuos los cuales fueron seleccionados aleatoriamente, obteniendo un total de 487 (49,60%) de género masculino y 495 (50,40%) de género femenino. La tabla No.2 detalla la muestra por género.
Tabla 2. Género
Fuente: Elaboración propia
3.2 FUENTES DE INFORMACIÓN
Para este estudio fue necesario recolectar la información mediante fuentes primarias, para la cual se utilizó un instrumento que evalúa la capacidad emprendedora. Siendo este el instrumento de la escala de habilidad emprendedora validado por (Flores, 2003). Este instrumento se divide en cinco dimensiones, las cuales son: conocimiento de sí mismo y autoconfianza, visión de futuro, motivación de logro, planificación y persuasión. Para cada dimensión plantea cuatro preguntas, obteniendo como resultado un cuestionario de 20 preguntas para el estudio.
3.3 DESCRIPCIÓN DE LAS VARIABLES
Para el estudio se procede a describir el conjunto de variables a utilizar en los análisis econométricos y que permitirán comprobar la hipótesis planteada. Las variables: dependiente e independiente ayudan a comparar los datos y establecer los resultados necesarios para medir la capacidad emprendedora.
3.3.1 VARIABLE DEPENDIENTE
El modelo estimado analiza las diferencias de la capacidad emprendedora entre hombres y mujeres de la ciudad de Machala, tomando como variable dependiente a la Capacidad emprendedora. Para medir esta variable se utilizó un cuestionario validado por Flores (2003), medido mediante 20 preguntas que evalúan 5 dimensiones de la capacidad emprendedora: conocimiento de sí mismo y autoconfianza, visión de futuro, motivación de logro, planificación y persuasión, para cada dimensión se cuenta con un total de 4 preguntas medidas a través de una escala de Likert partiendo desde el 0=nunca, 1=casi nunca, 2=en ocasiones, 3=con frecuencia, 4=casi siempre, 5=siempre. El puntaje máximo que se obtiene de aplicar el instrumento es de 100, de este modo, la variable dependiente será una variable en escala de razón que nos indica la capacidad emprendedora. Para la calificación de cada una de las dimensiones se seguirá la siguiente tabla No.3:
3.3.2 VARIABLE INDEPENDIENTE
Teniendo en cuenta que la capacidad emprendedora puede ser diferenciada por diferentes factores se determinó que la variable independiente en el estudio es el género, que se aproxima mediante hombre y mujer, la cual se introduce mediante una variable dicotómica o binaria, en donde se establece una relación entre dos variables 0 y 1, tomando de referencia que la variable 0 es para el género masculino y la variable 1 es para el género femenino.
3.4 METODOLOGÍA DE ANÁLISIS
Como se mencionó anteriormente el propósito de esta investigación fue determinar la capacidad emprendedora de los habitantes de la ciudad de Machala. Inicialmente se aborda la capacidad emprendedora y luego se establecen las diferencias desde la condición de género para lo que se emplean modelos de regresión lineal con variables dicotómicas, donde la variable dependiente es una variable con escala de razón , y la independiente se trata de una variable dicotómica.
3.5 HIPÓTESIS
Se procede a describir las hipótesis que se pretenden demostrar en la investigación:
Hipótesis H1: La capacidad emprendedora está determinada por la condición de género en la ciudad de Machala.
Hipótesis H2: En el área “conocimiento de sí mismo y autoconfianza”, “visión de futuro”, “motivación de logro”, “planificación” y “persuasión” existen diferencias significativas entre hombres y mujeres.
4. RESULTADOS
Hipótesis H1. La capacidad emprendedora está determinada por la condición de género en la ciudad de Machala
Aplicando el modelo de regresión se obtuvo los resultados que se detallan en la tabla No.4, en el literal 1. Capacidad emprendedora se observa que si existen diferencias significativas en relación con la variable género, en donde podemos comparar que el género masculino tiene una mayor capacidad emprendedora que el género femenino. Los resultados son congruentes con las investigaciones de Díaz, Hernández, Sánchez y Postigo (2010), Reyes, Pinillos y Soriano (2014), lo cual permite confirmar la hipótesis H1 dando como resultado que la capacidad emprendedora está determinada por la condición de género en la ciudad de Machala.
Hipótesis H2. En el área “conocimiento de sí mismo y autoconfianza”, “visión del futuro”, “motivación de logro”, “planificación”, “persuasión” existen diferencias significativas entre hombres y mujeres.
De acuerdo a la tabla No. 4, al analizar los valores de las 5 dimensiones, al igual que en el caso anterior si existen diferencias significativas en relación con la variable género, logrando confirmar que el género masculino tiene mayor capacidad en las 5 dimensiones que el género femenino, cuyos resultados permiten confirmar la hipótesis H2 en la que se planteó que En el área “conocimiento de sí mismo y autoconfianza”, “visión del futuro”, “motivación de logro”, “planificación”, “persuasión” existen diferencias significativas entre hombres y mujeres.
En relación a la tabla No 5. En comparación entre los resultados se obtuvo que el género masculino tiene una mayor calificación que el género femenino a pesar de que ambos se sitúan en la misma fila No 4 (Puntaje De 13 A 16) de la tabla No 3 en donde se muestra la calificación para cada una de las áreas.
5. CONCLUSIONES
El presente estudio se lo realizó mediante una investigación empírica sobre la capacidad emprendedora de las personas tomando en consideración cinco dimensiones que definen esta variable: conocimiento de sí mismo y autoconfianza, visión de futuro, motivación de logro, planificación y persuasión, bajo una muestra de 982 habitantes de la ciudad de Machala.
La incorporación del análisis de la capacidad emprendedora toma en consideración el género, como variable que genera diferencia significativa en el estudio. Mediante los resultados se confirma lo que indica Reyes, Pinillos y Soriano (2014) en relación a las diferencias significativas por razón de género, aunque también incluye en su estudio la iniciativa, proactividad y creatividad de las personas. Asimismo se incluyeron dimensiones que marcan la capacidad emprendedora de acuerdo al instrumento de la habilidad emprendedora validado por Flores (2003).
Se confirma la hipotesis principal en la cual se establece que la capacidad emprendedora está determinada por la condición de género en la ciudad de Machala, ya que el género masculino tiene una media de capacidad del 80.71372, cuyo valor es mayor que el de las mujeres las cuales tienen como resultado una capacidad del 70.48017, cuyos resultados son significativos para el estudio. Estos resultados se confrontan a lo que indica Torres Valladares y Torres Lajo (2013) en donde mencionan que entre los resultados obtenidos en su investigación no existe diferencia significativa y afirma que tanto el género masculino como el femenino tienen igual capacidad emprendedora.
En el análisis de regresión con cada una de las dimensiones como conocimiento de sí mismo y autoconfianza, motivación de logro, visión de futuro, planificación y persuasión de la escala de habilidad emprendedora validada por (Flores, 2003), se logró confirmar que si existen diferencias significativas en relación con la variable género, en donde se concluye que el género masculino se destaca más en cada de una las dimensiones que el género femenino, cuyos resultados permiten confirmar la hipótesis H2 propuesta en el estudio.
Referente a la implicación del estudio se considera que este puede direccionar y desarrollar las investigaciones futuras acerca de la capacidad emprendedora y a su vez comparar con otros resultados desde la perspectiva de género en distintos lugares.
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